El atardecer se habría paso serenamente con su característico color naranja y nubes danzarinas a su gusto por el cielo mismo.
En la cabaña cerca del rio, la hora de la cena había llegado. Fran le había cocinado un platillo especial a su nuevo invitado, el cual consistía en una troncha de carne sencilla pero bastante apetitosa, y una especie de puré de patatas muy espeso debido a que está mezclado con queso sin afinar.
Durante el tiempo que estuvieron platicando para pasar el rato, Gin y Fran lograron conocerse un poco mejor. Para empezar, el rubio parecía fascinado por como el peli plata era miembro de un gremio de magos, aunque luego Gin tuvo que explicarle que era un gremio y todas esas cosas ya que bueno, Fran NUNCA había oído hablar de alguno. Luego le explico como era su magia, en qué consistía, pero evito tocar parte de su pasado ya que… Bueno, era complicado y personal.
Fran por su parte también le conto algunas cosas de su persona, pero evitando tocar asuntos personales y todo eso. Realmente Gin pensaba que el chico era bastante reservado si no tocaba temas personales, aunque no lo culpaba ya que bueno, él era un completo desconocido y recién se iban conociendo.
De cualquier modo, fue bueno que el rato que pasaron charlando, al menos el ambiente así era más ameno. Ahora mismo el peli plata se encontraba caminando un poco para poder acostumbrarse tras estar tanto tiempo en cama. A pesar de sus piernas algo lastimadas aun, no debía permitirse descuidar la movilidad de las mismas o quien sabe, quedar inválido era una opción no tan descabellada.
-Listo, la cena está servida- Pronuncio el de iris verdes llamando a la mesa a su nuevo invitado.
-Guau, se ve muy rico- El peli plata tenia brillo en los ojos, se le hacía agua a la boca.
-Adelante, pruébalo antes que se enfríe- Sugirió el mayor tras lo cual Gin no dudo y tomo los cubiertos para empezar a comer.
A penas dio una probada, el de iris azul se sintió como en el cielo, pasando a través de unas nubes tan suaves como el puré de patatas que estaba probando. Eran diferentes sensaciones que estaba experimentando con cada probada, le daba pena tener que acabar ese platillo el cual podría ser considerado una obra maestra para cualquier afortunado que pudiera probarla. Aunque bueno, esto solo era su opinión.
-¡Esta delicioso! ¡ESTA INCREIBLEMENTE DELICIOSO!- Un ligero sonrojo se manifestó en las mejillas del usuario del Silver Make. –Especialmente este puré, ¿Qué es exactamente?-
-Se llama Aligot- Respondió tranquilamente, ganándose la curiosidad del contrario.
-¿Aligot?-
-Sí, es una mezcla de patatas con queso sin afinar. Se junta con el queso, la pasta de patatas se calienta a fuego suave y es muy importante removerla lentamente para obtener la textura que caracteriza a este plato. Además, de esta manera se consigue que el queso se derrita de manera uniforme, lo que hace que la textura final llegue a ser elástica. Finalmente, se le suele añadir mantequilla, ajo o incluso nata fresca- Explico el rubio detalladamente, captando la atención del contrario por completo.
-Sabes mucho de culinaria…- Si de algo estaba sorprendido el joven mago, es ver a un hombre que supiera de comida del derecho al revés.
-Bueno, no mucho que digamos. Admito que leí algunos libros ya que… Bueno, no siempre iba a cocinar lo mismo o me iba a terminar hartando- Comento cómico provocando que el peli plata se sintiera como un estúpido.
-En eso tienes razón-
Gin continúo con su gula de forma infantil, siendo observado por un fascinado Fran que no le despegaba la vista de encima. Realmente era fascinante verle, aunque desearía saber un poco más de aquel chico extraño, aunque ya sabía que era de buen diente al verle comer tan golosamente.
***
*Mientras, en la zona afectada por el fenómeno mágico…*
-Oh, acaba de llegar- Dijo aquel individuo nuevo llamando la atención de tanto el sátiro como el súcubo.
Ante la sorpresa de los presentes, un joven de cabellos dorados y mirada indiferente acababa de llegar de la nada, aparte de que a primera vista era bastante… llamativo. Ambas iris de color rojo daban una mala espina horrible, además de notar como algunas hileras de electricidad rodeaban o recorrían el cuerpo del chico de vez en cuando.
Su vestuario ayudaba a darle una apariencia misteriosa además: una gabardina y pantalones del mismo color negruzco y apagado. Debajo de la gabardina, gracias a que también estaba abierta, se podía notar una playera blanca sencilla y en los pies unos zapatos muy parecidos a unos mocasines.
-Sí que te gusta andar a tu bola ¿No?- Pronuncio el de voz peculiar, pero fue ignorado por el de iris sangre.
-Así que… ¿Este es el “nuevo” del que tú nos contaste? ¿El ser experimental que Apothecary creo?- Pregunto la pelinegra asombrada por la apariencia de aquel sujeto.
-Sí, Aniki creo un súper aliado al combinar los cristales con energía de dragón en un solo individuo- Explico el de iris azul poniendo los brazos detrás de su nuca.
-Puedo sentir su poder, es tremendo, casi como el nuestro- Halago el peli morado. –Y además, esta guapo- Una sonrisa matadora y picara se dibujó en su rostro.
-Contrólate, Satyr- La de iris amarillas miro a su amigo de forma acusadora.
Bueno, ese chico estaba guapo y parecía tener un gran físico, pero no por eso iba a tirársele encima como si fuera un perro hambriento. Debía agradecerle al boticario por su trabajo, ojala el resto de los nuevos integrantes fueran productos perfectos como aquel muchacho misterioso.
-¿Y cuál es su nombre?- Pregunto el de iris doradas esperando que alguno de los nuevos que llegaron respondiera.
-Mi nombre es Seth- Dijo tajante el nuevo, girando la vista lentamente hacia atrás. –Tenemos visitas- Menciono como si nada, intrigando al resto ya que recién se dieron cuenta de la presencia por estar prestando atención a aquel rubio.
Ante la sorpresa de todos, otras dos figuras hicieron acto de presencia en el lugar, las cuales fueron inmediatamente reconocidos por los presentes como si esto fuera un extraño tabú.
-Mira que coincidencia. Seguir a este chico apuesto nos vino de pelos- Dijo aquella albina junto a su fiel asistente al lado suyo.
-¿A qué demonios has venido tú en primer lugar, Pyromancer?- Cuestiono la pelinegra por la presencia de la oji verde.
-A ver qué onda con este fenómeno natural que crearon. Debo decir, que me sorprendió lo que produce- Dijo con algo de molestia dibujada en su rostro, cosa que no pasó desapercibido por los presentes.
-¿A ti también te afecto, Pyro?- Pregunto aquel chico sonriente y despreocupado de ojos azulados que, irónicamente, solo tenía algo parecido a una falda que le cubría el cuerpo.
-¿Quién es este sujeto?- Pregunto ella bastante intrigada por el nuevo. Si tenía que calificarlo con una palabra, esa sería “desvergonzado”. Es decir, ¿Cómo no juzgarlo si estaba casi desnudo con solo una tela que le cubría la cintura y permitía que…? bueno, ya saben, “eso” permaneciera tapado.
Pero ahora que lo analizaba bien, el cabello rojizo, la piel algo pálida, los ojos azules…
No… Debía ser una broma de mal gusto…
-Somos nosotros- Dice el sujeto brillando y dividiéndose en esos dos traviesos mocosos que siempre andaban con el boticario y con su odiada rival.
-¿Gemelos? ¿Qué demonios han hecho para ser… uno?- La usuaria de fuego estaba anonada, y algo enojada, por la nueva habilidad de ese dúo de niñatos.
-Es secreto de gemelos- Comentaron ambos oji azules llevando un dedo frente a sus labios. –Pero no respondiste nuestra pregunta si te afecto o no- Volvieron a decir al mismo tiempo.
-Sí, y no fue grato, ¿Qué clase de magia es esta?- La de ropajes rojos respondió sin mucho ánimo, pasando a cuestionar a la de apariencia gótica como al de cuernos.
-Consiste en traer tus recuerdos más preciados a la realidad. Lamentablemente nos afecta a todos siempre y cuando tengamos algún recuerdo profundo: o bien bueno, o bien malo…- Comenta la pelinegra leyendo el libro de nuevo para estar segura.
-Un hechizo de doble filo, menuda tontería- Ambos pelirrojos negaron irónicamente.
Muy en el fondo, no les gusto un carajo lo que tuvieron que enfrentar al entrar en contacto con el fenómeno ambiental. Se podría decir que fue un trago muy amargo el que les toco.
-¿Y cuál es el plan con este hechizo?- Pregunto el rubio acompañante de Pyromancer, el cual no había dicho una palabra desde que llego.
-Vaya Pyro, veo que trajiste a tu perro faldero- Comentaron con burla ambos niños alados al ver que la albina había traído a ese tal Zancrow.
-¡¿A quién mierda llaman perro faldero, par de mocosos?!- Si, el oji rojo se había cabreado por el comentario tan “delicado” que hicieron esos dos piojos a su persona.
-Pues no vemos a otro perro que no seas tú- Listo, la guerra estaba declarada.
-Miren mocosos, no tienten su suerte o…-
Fue en ese momento que el rubio fue suprimido de su mal comportamiento por varias marcas rojas que aparecieron en su cuerpo, las cuales le causaban un dolor inaguantable. La causante fue Pyromancer, la cual parecía enojada por la forma en la que el rubio se estaba comportando.
-Ten respeto a tus superiores, Zancrow. Es la última vez que te lo advierto- La chica hizo un ademan y las marcas rojizas desaparecieron.
Zancrow sudaba al mismo tiempo que el ardor por las marcas seguía presente a pesar de que había desecho el hechizo. Con algo de dificultad, dijo las palabras que nunca diría a nadie si es que no estuviera en esa condición de esclavo.
-Lo siento, mi señora- Soltó con tono adolorido.
Todos se le quedaron mirando con indiferencia, enserio la albina parecía una niña mimada regañando a la domestica de la casa o algo así. Bueno, en realidad no les importaba el bienestar de ese sujeto, solo era un peón desechable más.
-¿Y bien? ¿Cuál es el fin de este hechizo?- Demando saber la oji verde.
-Ninguno, solo queríamos ver si funcionaba, y por lo visto nos salió muy bien- La de cabellos negros jugo con su flequillo como si nada.
-Nos hemos robado muchas cosas de los tontos que vienen y salen corriendo- Satyr mostro algunas que otras baratijas que habían robado de los pobres aventureros o torpes que entraban en el territorio encantado.
-Por no decir que si no derrotan a lo que aparezca frente a ellos y vuelven a entrar, volverá a aparecer eso lo que vieron la primera vez que entraron- Succubus curioseo también entre las cosas, encontrando un collar muy bonito.
-Menudo hechizo han encontrado- Opino la usuaria de fuego viendo como ese par de inmaduros curioseaba con su botín robado. –Con esto, dudo que no vengan solicitudes para ver que origino este fenómeno-
-Seguramente los magos de todo este continente vendrán por eso mismo- Opinaron los niños.
-Entonces será bueno para ejercitar los músculos- Tras el comentario de Pyro, a todos se les subió el ánimo.
Vamos, no iban a desperdiciar la oportunidad para tener diversión decente. Es más, uno de los presentes tenía unos ánimos locos de volver a ver a ese grupito que se les escapo.
-Espero que esos magos tontos que se escaparon vuelvan por su “venganza”- Lo dicho por el de cuernos sonó tétrico.
-Creo recordar que lograste matar a uno. Podría haber una posibilidad que regresen con refuerzos- A la pelinegra se le dibujo la misma sonrisa. -Veamos que sujetos interesantes llegan-
***
*Horas de la madrugada, Magnolia…*
La hora del viaje había llegado por fin, y era el momento de que nuestros protagonistas se fueran rápidamente para poder tomar el primer tren que los llevaría a su destino. Se habían reunido brevemente en la noche para discutir la hora, siendo Filia la que les dijo que el primer tren sería la mejor opción si querían llegar cuanto antes.
Por supuesto, todos ya estaban de camino a la estación, pero en una casa…
-No despiertan…- Yoshito sentía pena por tener que despertarlos, pero ya era hora de que se reunieran con el resto.
-Joder, como duermen- Emrrys tenía la misma idea, pero no sabía cómo carajos despertarlos de forma suave.
-Déjenme esto a mí- Ren preparo su fiel “Alarma que todo lo puede”, lo cual asusto a sus dos compañeros al ver que había generado una esfera de agua en sus manos.
Sin piedad, este término mojando por completo a sus dos invitados, despertándolos de golpe y provocando que pensaran que estaban en una clase de crucero que se estaba hundiendo.
-¡El capitán se hunde con el barco!- Gritaron Jack y Alex, viendo que el responsable había sido el azabache de mechón blanco. -¡¿Por qué fue eso?!- Miraron con enojo al contrario.
-Es hora de irnos- Dijo firme sacándoles el agua con su magia. –Duermen peor que oso en pleno invierno-
-Pero pudiste despertarnos suave…- Se volvieron a quejar ambos.
-No me jodan y cámbiense. Los quiero listos en menos de cinco minutos- Ordeno el dueño del recinto tras lo cual tanto mago de celestial como usuario de electricidad empezaron a cambiarse, aunque no ahí donde estaban esos tres.
-¿Por qué actúas como un dictador?- El DS de fuego estaba curioso al ver como el mayor se había comportado tan… cruel con esos dos.
-Por nada, pero si no les metes presión, no hacen un carajo- Explico simple y sencillo el heterocromatico.
-Eso es cierto- Dijeron simultáneamente el castaño y el rubio.
Así sin más, el grupo procedió a asegurarse de que no dejaran nada encendido y cerraran cualquier ventana para evitar algún que otro robo.
***
Ya todos estaban reunidos en la estación, con la excepción de 5 personas que aún no llegaban.
-Te dije que tardarían- Luka se burló un poco, ya que Zele estaba teniendo algo de fe de que esos dos no la embarrarían… Pero por lo visto se equivocó.
-¿Y si los dejamos?- Propuso Pancho, pero fue callado cuando les vieron llegar corriendo.
-Llegan tarde- Exclamo con molestia Nanatsu, aunque ya sabía que el trio de elementos no eran los culpables, sino los otros dos a sus espaldas.
-Este par tenía que ir al baño- Explico el azabache señalando a los dos dormilones.
-Bien, ¿Ya estamos todo?- Pregunto Filia viendo si todos estaban en el lugar.
-Por lo visto, si- Afirmo Lu.
-Muy bien entonces, ¡Vamos a Minstrell!- Ordeno la peli chocolate, dirigiéndose todos los chicos al tren que los llevaría al lugar de la misión, y la venganza.
Todos abordaron el tren con destino al país lejano, pero sin saberlo, algo raro les iba a ocurrir. Cuando el tren emprendió la marcha, no pudieron evitar tener una rara mezcla entre la ansiedad y la desesperación.
Lo que sea que podría pasar, tendrían que estar preparados. Según Hikari, Eugeo y Andrés, ese sujeto de cuernos al que se enfrentaron era bastante poderoso.
Ya lo comprobarían cuando le encontrarán, y le harían saber que si se metían con uno de su gremio, se metía con todos.
***
La mañana había pasado tan tranquila y serena que podría decirse nada era… fuera de lo normal. Lamentablemente, eso iba a cambiar en unas horas.
***
La tarde pasaba tranquilamente. Fran y Gin iban rumbo al mercado del pueblo más cercano para reabastecer la alacena del dueño de la casa. Aunque a Fran le hubiera gustado que Gin se quedara descansado, le gusto el gesto que tuvo aquel peli plata hacia su persona.
-¿No tienes problema con caminar, Gin?- Pregunto amablemente al ver cómo el contrario parecía algo adolorido.
-Es lo mínimo que puedo hacer para recompensarte por haberme cuidado. Además, ya he estado mucho tiempo en cama- Dijo caminando tranquilamente junto al mayor.
Claro, no podía evitar quejarse un poco, aún le dolían las heridas, pero no por eso iba a estar todo el día tirado en cama como un parasito. Ya le había causado muchos problemas al pobre rubio.
Fue así que ambos llegaron al pueblo más cercano en el cual Fran siempre iba para reunir provisiones, dirigiéndose entre puesto y puesto para ver que tan bien estaban vendiendo las verduras y otras cosas. No fue mucho hasta que llegaron al puesto donde siempre el rubio compraba lo que necesitaba, ya que le hacían uno que otro descuento además de que las verduras eran buenísimas.
-Hola, tiempo que no vienes por aquí…- Dijo la chica que atendía el puesto al reconocer a Fran, pero se sorprendió al ver que este estaba acompañado.- ¿Y este es tu hermanito o algo?-
-Algo así- Mintió para no decir que se había encontrado un chico herido y ahora era su nuevo inquilino, aunque momentáneo.
-¿Vienes por lo mismo de siempre?- Cuestiono la joven al oji verde.
-Sí, pero quisiera que le agregaran algunas cosas…-
Fue así que mientras Fran le decía las cosas que iba a llevar, Gin se le quedaba mirando de forma fascinante. El rubio debió pasar mucho tiempo solo y debió forjarse así mismo para sobrevivir no importa que. Sin querer cada vez empezaba a llamarle más y más la atención.
-Bien, eso es todo, gracias- El rubio pago por lo que había comprado.
-Gracias a ti. Nos vemos- La joven se despidió de ambos.
-Déjame ayudarte- El peli plata agarro algunas de las bolsas, aunque al hacerlo se dio que algunas estaban realmente pesadas.
Al ver como el de iris azul luchaba con el peso de las verduras, el rubio se burló un poquito y cambio la misma por una más ligera.
-No trates de hacerte el héroe con algo que es complicado- Más que un comentario, parecía un regaño discreto.
Claro, eso provoco que el mago Silver Make se pusiera rojo de la vergüenza.
-L-Lo siento- Dijo sin más el más bajo aceptando las bolsas con menos peso. Realmente era como si ambos se conocieran a la perfección ya de años, aunque recién iban como dos días ya que el peli plata no contaba los días que estuvo inconsciente.
Fue así que ambos fueron de regreso a la casa del mayor, pero sin que supieran, alguien los había visto desde la lejanía.
Esa misma persona había ido a investigar si el pueblucho ese ya estaba con magos que habían venido por el extraño fenómeno cercano. Pero nunca se imaginó ver a ese idiota con el que se había enfrentado hace una semana, aún con vida.
-Pero miren que cosa, como bien dicen hierba mala nunca muere…- Exclamo bastante incomodo al ver que había fallado en su cometido. –Bueno, esta vez no tendrás tanta suerte, rata escurridiza- Un brillo y determinación se manifestó en las iris doradas, tras lo cual Satyr desapareció.
***
Al mismo tiempo, nuestros queridos protagonistas habían llegado a la ciudad donde la misión había sido solicitad. La ciudad estaba cerca del área afectada, por lo cual varios de los ciudadanos tenían prohibido acercarse a la zona hasta que alguien resolviera el porqué del mismo.
Afortunadamente la salvación de los civiles había llegado.
-Bien, este es el lugar- Filia tomo el liderazgo, ya que su equipo era el dueño original de la misión. Los demás habían venido de apoyo y por voluntad propia.
-La casa de la alcaldesa está en el centro de la ciudad. Vayamos rápido- Menciono Lu, tras lo cual todos fueron rápidamente a la residencia.
Lamentablemente, un espía ya los había detectado.
-Esto ya parece un jodido tabú, ¿Por qué justo esos chicos?- Dijeron los gemelos, fusionados nuevamente. –Más vale les diga a Succubus y al resto- Las alas blancas se desplegaron y sin perder tiempo fue rumbo donde el resto de sus compañeros.
***
Succubus y el resto se encontraban esperando que o bien Satyr o los gemelos se aparecieran, resultando ser los últimos, convertidos en uno nuevamente, los que llegaron con noticias importantes.
-Parece que han llegado magos, graciosamente son esos que vimos en los juegos mágicos esos- Dice el pelirrojo con un tono divertido.
-¿De ese gremio llamado Foly traid o algo así?- A Pyromancer le daba igual el nombre, nunca los gremios de magos le llamaron la atención.
-Vaya, Warden me hablo de ellos… Es gracioso que siempre se estén metiendo en nuestros asuntos, como si una fuerza misteriosa quisiera que siempre nos enfrentemos- A la pelinegra esto le parecía gracioso, y raro a la vez. Menuda coincidencia.
En ese momento, algo les sorprendió: La mirada de Seth se afilo y la electricidad de su cuerpo se intensifico notoriamente.
-¿Seth?- El ángel lucia intrigado por la mirada tan… sombría que tenía el de hileras doradas.
-Huele… a dragón- Pronuncio al mismo tiempo que la electricidad corría por su cuerpo de forma amenazante.
-Parece que siente la energía de esos que llaman “Caza dragones”- Los pelirrojos dijeron esto, llamando la atención de cierto esclavo.
-¿Dijiste “caza dragones”?- Zancrow lucia incomodo por alguna razón, recibiendo una afirmativa por parte del oji azul.
-¿Por qué no le dejamos divertirse? Después de todo, nos estaría haciendo un favor- La albina bostezo y jugo un poco con su cetro.
-Mejor esperemos que vengan aquí, no tenemos mucho ánimo- Comento con pereza el de alas blancas.
-Menudos perezosos…- Regaño la oji verde al ver la actitud perezosa de ambos mocosos.
-Pues que vengan, descubrirán que la cosa se pondrá fea- Las iris amarillas de la súcubo brillaron al mismo tiempo que en su mente recorrían millones de probabilidades de diversión.
-Oigan, ¿Y Satyr?- Tras lo dicho por los gemelos, Succubus y Pyromancer cayeron en cuenta que el peli morado no había regresado.
¿A dónde se habría ido?
***
Gin y Fran se encontraban regresando de las compras tranquilamente, cuando en eso al peli plata le dio un presentimiento como si estuvieran siendo observados.
Ambos iban a entrar a la cabaña, cuando en eso Gin escucho un ruido y giro rápidamente para ver como un tajo de energía purpura se acercaba contra ellos a gran velocidad.
-¡Cuidado!- Grito el oji azul alertando al contrario.
Tanto rubio como peli plata esquivaron el ataque. Fue ahí que Gin reconoció al atacante, el cual hizo que la sangre le hirviera por dentro.
-¡Tu!- Dijo molesto al ver a ese sujeto.
-Joder, pensé que te habías quedado muerto tras ese ataque cuando fueron a buscar al “monstruo” de ese pueblucho. Y mira que pensaba que esta vez si te mataría de un vez y rápidamente-
Ante ellos, Satyr hizo acto de aparición. Esta vez se encargaría de exterminar para siempre a ese debilucho de cabello viejo… Y quizás “devorar” a ese sujeto que le acompañaba.
Al notar que estaba poniendo en riesgo a su nuevo amigo, el mago Silver Make no perdió tiempo y se preparó para luchar.
-A-Aléjate cuanto antes, este sujeto es peligroso- Alerto el peli plata usando su magia para crear una espada.
-¿Fue este sujeto quien te hirió?- Pregunto el rubio con una expresión seria.
-Sí, pero voy a tratar de derrotarlo de una vez por toda. Ponte a salvo rápido, por favor- Aunque Gin sabía que tenía todas las de perder, no iba a retroceder.
Fran ingreso rápidamente a su casa, pero no para esconderse. Había una cosa que podría ayudar en este momento, algo que no le había comentado a Gin y esperaba hacerlo después de la cena, pero ahora iba a necesitar revelar “eso” si quería ayudar a su nuevo amigo.
Rápidamente Gin salió al ataque contra Satyr, siendo el peli morado quien se volvió una nube morada para evadir el corte de la espada y colocarse rápidamente detrás del peli plata. El oji azul reacciono rápido y creo cadenas para atrapar al de cuernos, pero la respuesta del oji dorado fue hacer lo mismo y logrando atrapar por completo a su enemigo gracias a su capacidad de crear cosas en base a su poder. Gin termino en el suelo inmovilizado, viendo como Satyr se acercaba peligrosamente.
-Patética cucaracha, tu truquito de crear cositas puede ser usado en tu contra- El peli morado empezó a patear sin piedad al pobre peli plata, no teniendo misericordia y poniendo más fuerza con cada patada que le brindaba al escuálido ese.
Gin fue dejado herido en el suelo, tras lo cual el peli morado se burló al ver como el pobre tonto no podía moverse y se quejaba por el dolor.
-Patético esfuerzo, ahora si voy a…-
Fue en ese momento que un tajo hizo que el de cuernos retrocediera. Ante la sorpresa de Gin, el responsable no era otro que Fran.
-¡Fran! ¿Qué haces? ¡Te dije que huyeras!- Gin se angustio, no podía permitirse que ese chico se viera involucrado y terminara herido, o peor.
-No seré un mago, pero…- El moreno apunto su espada ante el enemigo. –No permitiré que te salgas con la tuya-
-¿Y con esa espadita crees que me vas a lograr hacer algo? Eso ya lo veremos, rubiales- El aura morada se generó alrededor del cuernos. La emoción le recorría al poder despedazar algo digno después de mucho tiempo.
***
*En otra parte…*
-Siento la presencia oscura de esos individuos, además parecen haber generado un fenómeno mágico bastante extraña. Además, también hay otras presencias no muy lejos… ¿Serán magos? Pero, también detecto presencias raras entre ellos…- Aquella persona continua con su camino rápidamente, tenía que detener lo que sea que estuvieran planeando aquellos individuos.
Si es que esos individuos sombríos habían encontrado aliados entre los magos, no importaba si fueran mujeres o niños, no dudaría en liquidarlos si tenía la oportunidad.
El combate está a la vuelta de la esquina…
Las piezas del tablero comienzan a moverse…