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Bienvenidos a Fairy tail!!! por Luz neko fullbuster

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Notas del capitulo:

Happy Halloween disfruten el especial no lean la historia si son tan cobardes como yo y Gin.

Gin: Yo no soy cobarde no tengo miedo.

Luz: Si claro ¬¬

Recomiendo no leer en la noche, con viento fuerte, y lloviendo, así escribi esta historia yo no fue muy buena idea para alguien con miedo a la oscuridad.

Gin: ¡Happy Halloween!

Hikari: ¡Feliz día de todos los santos!

Luz: ¡Feliz día de los muertos!

Era el día de dulces de terror de sustos, ósea Halloween y en el gremio número uno de Fiore los miembros decoraban el lugar para la fiesta que habría en la noche por Halloween, adornaban el lugar con calaveras de juguetes, linternas de calabazas y otras cosa; algunas personas llenaban tazones con dulces e otros que vigilaban que nadie se estuviera robando los dulces antes de comenzar la fiesta.

-Gin… - Hikari hacia mucha fuerza para detener a su amigo de que no se comiera los dulces y recibir una paliza de los demás por no dejar nada de golosinas.

-Solo será uno… bueno tal vez un tazón – a la peli-rosa se le caía una gota por las cienes por lo dicho por su amigo.

-Alguien que me ayude – decía Hikari mientras seguía agarrando a su amigo para que no se comiera los dulces, en ese momento llego Andrés al gremio ya que había quedado de ayudar con los preparativos de la fiesta –Andrés ayúdame – el peli-negro agarro a Gin de los brazos desde atrás mientras aprovechando la diferencia de fuerzas empujo a peli-plata hasta una mesas, donde Hikari le pegó con algo para dejarlo inconsciente – Gracias, se pone desesperante cuando hay muchos dulces –

-No importa… y en que ayudo – dijo tranquilo.

-Ummm Mira-san – la peli-blanca se volteo para mirar a Hikari –Que podría hacer Andrés – Mirajane puso una cara de pensativa.

-Podría poner las velas y colocar las linternas – dijo la peli-blanca para después seguir con lo que le tocaba.

Los dos jóvenes se pusieron a buscar las cosas en un pequeño placar donde había muchas cosas distintas, mientras Hikari le daba a Andrés la linternas y las velas para que cargara se encontró con un libro viejo polvoriento escondido entre las linternas.

-Que hará esto aquí… ¡lo llevamos! – dijo la peli-rosa con una cara de alegría, mientras Andrés trataba de acomodar las linternas entre sus brazos para que no se le cayeran.

-Porque no – Hablo el chico e Hikari se puso más feliz haciendo sonreír más al peli-negro por ver a ella así de feliz.

Las cosas en el gremio se siguieron haciendo para estar con todo listo antes de la noche ya que no solo estarían todos los miembros, si no que vendrían los gremios que pasaron los juegos mágicos con ellos.

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Era de noche y la fiesta acababa de comenzar, los gremios invitados estaban llegando todos disfrazados para el Halloween.

-Quedo todo muy bonito – decían varios invitados y miembros que habían llegado disfrazados.

-Fue mucho trabajo para que quedara así de lindo – dijo Gin disfrazado de sombrerero loco, Un sombrero de copa verde oliva una chaqueta del mismo color y una camisa marrón.

-Tu no hiciste nada estuviste dormido en una mesa mientras nosotros trabajábamos – le replicaba Hikari disfrazada de Princesa con un vestido rosa, una tiara de plata decorando su cabeza.

-Te recuerdo que tú me desmayaste, aun me duele la cabeza – decía algo histérico el peli-plata apuntando a un chichón en su cabeza; la maga de fuego solo se reía.

-Jajaja – se reían los demás del gremio e invitados por la forma de pelear infantilmente de los dos.

-Bueno ¡Bienvenidos todos a la fiesta de Halloween del gremio Fairy tail! ¡DIVIERTANCE!- dijo el maestro parado en la barra.

Todos se divertían, empezando a tomar y comer como siempre. En una estaban sentados Natsu, Sting, Rogue, Gray, Kaien, Gin, Zele y Yoshito; Los dos primeros estaban jugando a las pulseadas y el resto los estaban animando, en otro lugar estaban Erza, Kagura, Miliana y Lu quien estaba vestida de vaquera, a Lu le picaban los celos pero no los mostraba cuando veía a Miliana muy agarrada a Erza. En otra parte del gremio muchos se tapaban los oídos y abucheaban mientras Gajeel y Orga cantaban.

-Animo Sting- Gritaban los magos de Sabertooth.

-Fuerza Natsu-san – decía algo sonrojado Yoshito disfrazado de Conejo, las chicas se lo hicieron poner diciendo que se vería muy adorable con él, Kaien estaba vestido de Vampiro el cual estaba animando al maestro de Saber con gran entusiasmo, y Zele de fantasma, el cual se dirigía algunas miradas asesinas con Gin. Los demás también animaban a sus compañeros para ganar, Sting estaba vestido de hombre lobo y Natsu de dragón; en ese momento parecía que Sting iba a ganar pero al final gano Natsu, quien festejo mucho tras su victoria.

En otras mesas todos se divertían conversando con sus amigos o conocidos, La música sonaba por todo el gremio varios empezaron a bailar, y en una parte estaban Ren, Romeo y Wendy charlando animada mente pero cuando la música empezó a sonar la pequeña DS que estaba disfrazada de Hada quería bailar y no tuvo mejor idea que pedirle a Ren quien estaba vestido de pirata que la sacara a bailar a lo que el más alto acepto, cuando los dos salieron a bailar Romeo quien estaba disfrazado de Peter Pan moría de celos pero trataba de que no se le notara, cosa que no podía, todos se daban cuenta que estaba celoso. Pero algunos pensaban que estaba celoso del azabache por Wendy pero los que lo conocían bien sabían que estaba celoso de Wendy y quería alejarla de su novio.

En otra parte estaba Laxus tomando cuando en un momento apareció Nanatsu disfrazado de  tiburón y cuando el peli-purpura pasaba por ahí se resbalo con algo de cerveza que a alguien se le había caído en el piso, se resbalo con tanta “mala” suerte que termino en el regazo de Laxus, Nanatsu termino totalmente sonrojado tanto que le salía humo de las orejas, el más joven al salir de su impresión le empezó a pegar a Laxus y salir corriendo.

En la barra estaban Filia y Mirajane, la peli-blanca estaba preparando una bebida que le habían pedido uno de los de otro gremio mientras Filia la acompañaba, esta última estaba vestida de bruja y Mira de Hada madrina. Mirajane hablaba mientras preparaba la bebida de hacer algo cuando terminara la fiesta a la media noche.

-Podemos hacer algo con los que se quieran quedar- decía Filia pensando.

-Ya que es Halloween podríamos contar historias de terror – dijo la peli-blanca, a Filia le gusto esa idea.

-Podría ser una prueba de valor quien se quede hasta la última historia de la noche ganara algo-

-Pero que podría ganar… - las dos se quedaron pensando un buen rato, mientras en otra parte se encontraban Loke y Eugeo, el último estaba disfrazado de un león, los dos estaban tomando un poco y hablando animadamente, Loke en un momento le hablo al rubio en el oído.

-Ya que los dos somos leones porque no tenemos sexo como tales – Eugeo se reía y acepto apenas terminara la fiesta disfrutarían como animales en celo.

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La fiesta siguió muy tranquila pero cuando ya se estaba por terminar Mirajane decidió dar a conocer que si querían algunos quedarse que iban a hacer una prueba de valentía iban a contar historias de terror y el que se quedara a lo último tendría un regalo sorpresa. Varios aceptaron otros no ya que estaban muy cansado y querían irse a dormir, otros no quisieron quedarse por miedo.

-Bueno vamos a jugar a el juego de las 100 velas* - decía la peli-blanca mostrando el circulo hecho con las 100 velas, los jóvenes se metieron al círculo y entonces las luces se apagaron haciendo el ambiente terrorífico perfecto para el juego.

-Quien comenzara – todos se miraron, quienes se habían quedado para el juego fueron Natsu, Gray, Laxus, Sting, Loke, Erza, Romeo, Filia, Zele, Gin, Eugeo, Nanatsu, Yoshito, Ren, Hikari, Luka, Pancho, Kaien, Andrés y Lu.

-Yo – dijo Eugeo, el rubio empezó a acordarse bien la historia y la empezó a relatar – Esta historia se llama

“La niña del agujero”

Algunas casas en Japón tienen agujeros y grietas que se extienden por todas las habitaciones. En estos lugares habita un espíritu maligno con la figura de una niña. Ella puede encontrarse entre los muebles, las puertas o los cajones y siempre está en busca de alguien para jugar. Si encuentra a alguien, este ente pedirá que jueguen a las escondidas. Si la persona acepta el juego, la segunda vez que vea los ojos de esta niña será entre un agujero o grieta, momento en el que será llevado a otra dimensión (o al infierno, ya que nadie ha vuelto para contarlo).- el mago termino de relatar la historia aunque más que una historia era una leyenda, apago la primera vela y el juego siguió. Pero el peli-plata sentía como si algo lo estuviera observando cosa que le causaba miedo el solo se había quedado para parecer valiente ante Gray también para evitar el acercamiento de Zele con el mago de hielo aprovechando el momento que no estaba Juvia, pero a Gin le daban mucho miedo las historias de terror y el ambiente no ayudaba pero tenía que ser valiente.

-Huele a gallina- Zele intentaba provocar al peli plata, pero este no se iba a dejar intimidar por ese jodido fantasma.

-¿Quién sigue?- Pregunto Mirajane.

La segunda historia fue contada por Filia, su relato iba así:

“Blanco y Rojo”

Un hombre fue a un hotel y se acercó a la recepción para registrarse. La mujer en el mostrador le dio su llave y le dijo que en el camino a su habitación, había una puerta sin número que estaba cerrada con llave y estaba prohibido entrar. Sobre todo nadie debía de ver  el interior de la habitación, bajo ninguna circunstancia.  El hombre siguió las instrucciones de la recepcionista, fue directamente a su habitación, y se fue a dormir.

La siguiente noche, su curiosidad no lo dejaba en paz sobre la habitación sin número. Caminó por el pasillo hasta la puerta y trato de abrirla. Como le habían dicho, estaba cerrada. Se agachó y miró por el ojo de la cerradura de la puerta. Un aire frío pasa a través de él, enfriando sus ojos. Lo que vio fue una habitación de hotel, como la suya, y en la esquina había una mujer cuya piel estaba completamente blanca. Ella apoyaba la cabeza contra la pared, de espaldas a la puerta. Se quedó viendo  confundido por un tiempo. Casi toco la puerta, por curiosidad, pero decidió no hacerlo.

Esta decisión le salvó la vida. Se alejó de la puerta y volvió a su habitación. Al día siguiente, regresó a la puerta y miró por el ojo de la cerradura. Esta vez, lo único que veía era rojo. No podía ver nada además de un característico color rojo, inmóvil. Tal vez los habitantes del cuarto sabían que había estado espiando la noche anterior, y habían bloqueado la cerradura con algo rojo.

A este punto decidió consultar con la recepcionista para más información. Le comento lo sucedió, la mujer suspiró y dijo: -¿Has mirado a través del ojo de la cerradura?-  El hombre le dijo que si lo había hecho y ella le dijo: -Bueno, te debería contar la historia. Hace mucho tiempo, un hombre asesinó a su esposa en esa habitación, y su fantasma acecha ese lugar desde entonces. Pero esta gente no era ordinaria. Eran blancas por todas partes, a excepción de sus ojos, que eran de color rojo. –

Con el rato las historia se pusieron mejor cosa que ponía peor a Gin quien sentía como que lo vigilaban en ese momento pero hizo mucho esfuerzo para no prestarle atención. La otra historia fue contada por Zele que se reía por dentro del miedo que tenía Gin.

“UNA LEYENDA”

Salió del bar tan tomado como siempre, se tambaleaba en un intento de caminar por las calles. A esas horas solo personas como él estaban despiertas, personas patéticas de las que hay que tener pena pero disimularlo. Caminó chocándose con un poste de luz, al querer cruzar la calle.

-          ¡¿Por qué te atraviesas?!- le gritó él como si hablara con una persona, para luego echarse a reír.

-          Cállate.- le advirtió el hombre al poste de luz.

Él hizo un gesto de ignorar al poste y se echó a reír, para luego seguir caminando tambaleada mente. Llegó a una pared y se apoyó en esta, un viento helado lo golpeo, haciendo que se cruzara de brazos. Continúo caminando por las calles desiertas, hasta que escucho a un gato chillando. El olor a putrefacto le llegó a las fosas nasales, se escucharon unos pasos pesados y sonoros, y a alguien tarareando. Tum…tumtum…tum…tum. El animal salió corriendo del callejón, pasando por delante del hombre borracho, escapando de lo que sea que estuviera en ese callejón.

-          ¡Gallina!- le grita el hombre acercándose a ese lugar.

Pero antes de que llegara unas cadenas chocaron, y el ruido del fierro pasando por el piso cubrieron el lugar. El hombre se quedó paralizado y el ruido se las cadenas arrastrándose por el asfalto, se repitieron. Él empezó a caminar para atrás, temblando de miedo. Una sombra se proyectó, por un poste de luz, en una pared. Lo único que se entendía era un hombre con la cabeza gacha, caminaba arrastrando unas cadenas que salían de sus brazos. Y al final de estas, había espinas de metal del tamaño de un balón de básquet.

 El hombre se paralizó al verlo de frente. En sus brazos había clavados unos arpones, de los que procedían las cadenas, que se enroscaban en sus brazos manchados de un líquido rojo-negro que procedía de unas heridas horripilantes. Su torso subía y bajaba rápidamente, producto de una respiración entre cortada. Él, o esa cosa escupió al piso, mostrando un líquido viscoso parecido a la sangre, pero más negro. Al levantar la cabeza, el hombre descubrió una sonrisa maliciosa de la que salía ese extraño líquido. Y unos ojos inyectados en sangre, parecidos a los de una serpiente.

El hombre borracho salió corriendo tratando de escapar de eso, que rápidamente lo persiguió provocando que el ruido de las cadenas y las púas chocaran contra el asfalto provocaran escalofríos en el hombre, haciendo reír forzadamente a eso que lo perseguía. El borracho intento correr más rápido, pero se chocaba con todo lo que había en su camino. Girando en la cuadra, se sostuvo de un poste para no resbalar. Se ocultó detrás de la pared, y se agarró flexionando las piernas, con la esperanza de que esa cosa no lo encontrara. Hubiera seguido corriendo, pero ya estaba demasiado cansado y el aire no le alcanzaba para eso.

Cubrió su cara entre sus piernas, tratando de callar su respiración acelerada y su corazón que estaba en el mismo estado. Pero no pudo lograrlo antes de que esa cosa empezara a hacer que sus pasos suenen contra el asfalto y sus cadenas chirriaran. Los escalofríos lo atacaron junto con el pánico y los nervios. Una risa que parecía ahogada en agua hizo eco en sus oídos. Después alguien escupió, el borracho miro a su lado izquierdo, ya que el sonido sonó terriblemente cerca.

Sus ojos se encontraron con un pequeño charco de sangre negra y al seguir subiendo la vista, pude ver al hombre a su lado. Su cabeza estaba ladeada de costado, ese putrefacto olor lo envolvía, y de su sonrisa maníaca salía un río negro. El hombre gritó con todas sus fuerzas, pero eso no impidió que una de esas púas chocara terminalmente contra su cráneo.

Nadie volvió a ver a ese hombre, pero se rumoreaba que a veces se lo veía caminando por las calles oscuras, que miraba el piso mientras arrastraba algo de los brazos. Algunos aseguraban haber escuchado cadenas y algo metálico raspando el asfalto. Pero aunque nadie podía asegurar nada, siempre, antes de que alguien lo alcanzara, este desaparecía; estás cosas fueron ignoradas a lo largo del tiempo, quedando como leyendas del pueblo.

Un día cuando un grupo de niños habían salido a jugar a la calle escucharon a un gato maullar, seguido de una sombra tenebrosa. Los niños se atrevieron a ir hacia ese extraño ruido, y fue ahí cuando unas cadenas chocaron entre sí. Y la figura de un hombre con la cabeza gacha que tenía clavadas unas cadenas en los brazos, que terminaban en púas, apareció frente a ellos. Los niños gritaron y corrieron aterrorizados, logrando escapar de esa entidad.

Les dijeron a los padres de uno de ellos lo que habían visto, y como ellos sabían las viejas historias de terror que cubrían el pueblo, atribuyeron el encuentro a la imaginación de unos niños con una imaginación imperativa y que habían comido mucha azúcar. Pero lo más curioso es que ninguno de ellos conocía la leyenda y mucho menos que esa cosa tenía la apariencia del hombre borracho del que nunca nadie más volvió a ver…

Las historias estaban peor, Gin y Yoshito estaban temblando del miedo, varios se estaban dando cuenta de que los dos estaban teniendo mucho temor cuando un sonido de cadenas se escuchó por todo el gremio sonando como eco; varios pensaron que debía ser que estaban tratando de provocar miedo, a otros les provocaba mucho peor pánico al que ya tenían.

-S-Solo debe ser nuestra imaginación, ¿No?- Hablo el vampiro Kaien temblando un poco.

-S-Si, esas cosas no existen- Menciono Eugeo un tanto temeroso de aquel sonido.

-¡Gin, hay un brazo en tu hombro!- Grito Pancho alarmando tanto al pobre chico como al resto. –Era un chiste- Dijo riéndose el peli arcoíris, pero recibiendo un montón de golpes por parte del resto.

Ya se habían apagado 50 velas solo faltaban 50 más y el juego habría terminado, la siguiente historia iba a ser contada por Hikari que antes de contar la historia saco un libro viejo y empezó a contar:

“LUNA BLANCA”

En la habitación del fondo se escuchaban las risas de las niñas mientras jugaban. Caminé con mi esposo al dormitorio, esperando ver como ellas terminaban el juego. Me apoyé en el marco de la puerta mientras sentía como uno de los brazos de mi marido rodeaba mi cintura. Miré a la pequeña amiga de mi hija; era suficientemente gran para mi gusto, no pude evitar pensar con una sonrisa.

Las niñas ignoraron nuestra presencia y siguieron riendo mientras se golpeaban inofensivamente con las almohadas. Las risas de la invitada eran claras, puras y llenas de alegría, algo que hizo que sonriéramos cada vez más ansiosos. En ese instante mi hija miró por la ventana, dónde dentro de unos segundos aparecería su señal. Pero yo no pude resistirme y empecé a cantar, logrando llamar la atención de la amiga de mi hija.

Noté como mi niña empezaba a reírse, y como sus carcajadas se convertían en sonidos roncos y chillidos agudos.

Cuando dejé de ver a mi hija noté como nuestra pequeña invitada empezaba a retroceder con sus ojos llenos de miedo y con lágrimas cayendo de sus lindos ojos. Y sin poder evitarlo, mi canto se convirtió en gritos y risas que hicieron sollozar a la pequeña. Después de eso mi hija empezó a crecer de tamaño, obligando a su piel a pegarse a sus huesos. La amiga gritó horrorizada por la imagen y yo volví a cantar cariñosamente, mientras veía como mi hija apoyaba la almohada que tenía en sus manos sobre la cabeza de la invitada, que ya estaba forcejeando en el piso.

La dulce amiga de mi hija empezó a patalear en busca de un poco de aire que llenara sus pulmones y la salvara de la asfixia. Algo que nunca ocurrió. Sus gritos ahogados cesaron de repente, acompañados por su pequeño cuerpo inmóvil. A continuación miré a mi hija, felicitándola con la mirada. Y después noté como los ojos de mi esposo se llenaban de ansiedad, de hambre.

Todos miramos la ventana, mientras el cuerpo de nuestra hija volvía a la normalidad. Ahí en lo alto, se mostraba una brillante luna blanca, pero fue ignorada al instante que hablé con mi melodiosa voz.

-La comida está servida, disfruten.

Todo se puso más terrorífico cuando al terminar de leer la historia una brisa que congelaba hasta los huesos, paso por el gremio pero ninguna de las velas se apagó, un aullido se escuchó a lo lejos poniéndoles los pelos de punta a los presentes. Algo dentro les decía a los todos que debían dejar el juego a la mitad e irse a sus casas que esto se estaba poniendo macabro.

-Creo que tal vez deberíamos dejar el juego hasta aquí – dijo Yoshito que estaba asustado casi temblando de miedo.

-¿Por qué? ya solo quedan 40 velas – hablo Mira con una sonrisa – Si tienes miedo te puedes ir – Yoshito lo pensó pero recordando que Ren se iba a quedar hasta que se terminara el juego se tendría que ir solo, solo en la oscuridad no era muy buena idea después de haber escuchado tantas historias de terror. El castaño decidió no irse al fin de cuentas.

-Venga, no te asustes Yoshi. Esas cosas no son reales- Dijo el pirata Ren intentando tranquilizar al menor.

-Creo que la cosa al lado tuyo dice lo contrario-Pancho llamo la atención de todos, quienes vieron un cráneo al lado de Ren, haciendo que algunos se asustaran y pegaran un grito.

El azabache no le tomo importancia y lanzo lejos el objeto, notando que Romeo, que estaba a su lado, se había asustado por aquella jugarreta. Este vio la oportunidad y le abrazo, acercándole a su persona.

-Ejem, cosas pervertidas en otro lugar- Hablo Loke al ver la escena.

-Miren quien habla- Menciono Erza al Líder del zodiaco, que tenía a Eugeo a su lado, con demasiada cercanía.

-Creo que deberías verte también Erza-san- Hablo Hikari a lo que la pelirroja noto que Lu le abrazaba porque también era presa del pánico.

-¿Qué les parece si continuamos?- propuso Mira.

Así que las historias prosiguieron siendo ahora Luka, quien estaba disfrazada de sirena, la que contaran la siguiente.

“LA CASA DE CAMPO”

Mi prima me contó cierta vez, que, en la casa donde ella vivía pasaban cosas malas, que ella presentía que ahí había algo, algo muy malo. Igual mi tía, que decía que desde que llegó a vivir ahí se sentía intranquila y se enfermaba seguido, que en las noches escuchaba ruidos, como rasguños en la pared, los perros aullaban hasta morir, y a veces cuando mi tía salía a ver qué pasaba, veía la figura obscura de un hombre bajo el zapotal de esa casa. Los perros aullaban al contemplar esa figura, y se retorcían en aullidos de terror. Bueno, así pasaba.

Un día decidimos mi abuela, mi hermana y yo ir como de día de campo a la casa de mi prima. Cuando llegamos, el lugar era muy bonito, completamente en el campo, cerca había un riachuelo, mucha vegetación, etc. Desde el momento en que llegué me sentí intranquila, no sé, como que había "algo" en el ambiente que no me gustaba nada. Lo raro era, que era en pleno día, como a las 12 o 1 de la tarde y se sentía un miedo.... una sensación de pesadez.

Recuerdo que jugábamos con las muñecas en los lavaderos bajo una covacha, entonces mi prima y mi hermana salió a traer algo y me quedé sola. Empecé a sentir un miedo indescriptible, nunca había sentido algo así, presentía que algo o alguien estaba detrás de mí, viéndome, mirándome, entonces salí precipitadamente, con el corazón en un vilo, porque sentí que si permanecía un minuto más ahí, sola con "eso" atrás de mí iba a ver algo que haría que me muriera de terror.

A la semana, mi prima y mi tía abandonaron la casa porque les contaron que hay otras personas veían al Diablo, veían como que había un incendio, escuchaban gritos, y muchas cosas más, y alguien más le dijo que los antiguos dueños de esa casa, igual salieron huyendo de algo que los atormentaba, todos los días, día y noche. No sé a ciencia cierta qué sucedió en ese lugar, que hasta la fecha sigue inhabitable.

Ya eran más los que tenían miedo; Nanatsu, Zele, Kaien y Eugeo se habían asustado con las ultimas historias haciendo que ya quisieran irse pero no querían hacerlo solos en la oscuridad de la noche.

-Creo que no volveré a aceptar una misión en una casa así…- Comentaba Kaien agarrado del brazo de Sting. Este último reía por lo bajo al ver lo asustado que estaba el pelinegro de coleta.

-P-Patrañas…- Decía Nanatsu intentado no sonar asustado.

-Si no estás asustado, ¿Qué haces agarrado de mi brazo?- Menciono Laxus riendo por lo bajo al ver que el peli purpura se soltaba de manera rápida y avergonzada.

-N-N-No creo que eso sea real- Decía un muy asustado Yoshito abrazado del brazo de Natsu.

Al siguiente que le tocaba contar era a Gin, a él no se le venía ninguna historia a la mente no era fan de leer historias de terror; pero su amiga que lo vio que no tenía ni idea le paso el libro viejo y saco una historia.

“En el espejo”

Normalmente dormís profundamente. Pero la tormenta eléctrica que se está desatando afuera no permite que concilies el sueño. Cuando estás quedándote dormido otro trueno te despierta. Este ciclo se repite toda la noche. Entonces sigues así, con tus ojos abiertos y atentos, observando tu cuarto que se ilumina antes que nuevamente las sombras lo invadan. Tus ojos se mueven de objeto desconocido, a objeto, hasta que llegas a tu espejo, adyacente a través de la habitación.

De repente un destello de luz, y el espejo se ilumina. Durante un escaso segundo el espejo te revela una docena de caras. Siluetas dentro de su marco, bocas abiertas y ojos ennegrecidos. Ellos miran fijamente hacia donde estás, sus pupilas negras fijas sobre tu cara.

Luego se termina. ¿Estás seguro de lo que viste? Todavía en shock no logras dormir por el resto de la noche. A la mañana siguiente quitas el espejo de la pared y lo tiras a la basura. No importa si la visión que tuviste es verdad o mentira, pero queréis librarte de ese espejo. De hecho, te deshaces de cada espejo de la casa.

Las semanas pasan y el acontecimiento de aquella noche queda en un rincón de tu memoria pasiva. Estás pasando el día en la casa de un amigo y es hora de usar el baño. Mientras estás ahí la canilla se abre y comienza a correr sin que la toques. Desconcertado por esto, aún no actúas, tratando de convencerte que es causa de una paranoia en tu mente. El agua comienza a echar vapor y una capa de humedad cubre el espejo. Miras atentamente mientras se forman las palabras: "Por favor devuelve los espejos. Extrañamos verlo mientras duerme por la noche."

En ese momento, pasos se escucharon en el gremio, gritos, niños llorando, todo totalmente espeluznante pero todos siguieron ahí sentados contando historias y apagando velas cuando terminaban de contarlas.

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Las otras historias se habían contado solo quedaba una vela por apagar la última historia fue así:

“12:08”

Han pasado seis años desde aquel incidente, yo un joven universitario que estudiaba de día y trabajaba de noche en un bar por mis escasos recursos, mi hornada laboral se extendía desde las 6:00 pm a las 12:00 pm, desde ahí en adelante Carlos, otro trabajador continuaba, prácticamente el bar nunca cerraba.

Durante los lunes hasta los viernes casi no había clientela, pero eso cambiaba los sábados y domingos porque la gente tenía tiempo para dedicárselo, pero un martes todo fue distinto, el reloj casi marcaba las 12:00 pm, así que me aliste mi quite mi traje de barman y me senté frente al bar hasta que Carlos llegara pues no podía dejarlo solo y ni siquiera tenía llaves como para cerrar e irme, mire el reloj, 12 en punto, decidí llamar a Carlos para ver qué pasaba, me dije que se había retrasado que ya había tomado un taxi, colgué al cabo de unos minutos un hombre alto con sombrero entro al bar, mi deber era atenderlo así que solo me puse el delantal y le pregunte que quería, con una vos casi de llanto me dijo, “unos cigarrillos y una cerveza”, cogí todo eso y él se sentó en una de las mesas donde una bombilla no servía por tanto no se podía casi ver su rostro tomo la cerveza antes de ponerla en la mesa y le pregunte cuantos cigarrillos quería, me contesto, “deja la caja”, tomo el primer cigarro y se lo puso en la boca y levanto la cabeza como dando me la señal de que lo encendiera, saque mi encendedor y al prenderlo vi algo que, de lo que me arrepiento, pues hubiera deseado decirle de que el barman se había ido, o que el bar ya había cerrado. un ser sin ojos y con la cara demacrada al parecer por cortadas de cuchillo, sentía el corazón en la garganta mi respiración se hacía sonora, lo único que deseaba era que Carlos llegara a socorrerme, el ser tomo mi mano y la acerco al cigarro, se encendió fumo y exhalo el humo en mi rostro mi ojos se oscurecieron, de pronto escuché la campana de la puerta que suena cada vez que alguien entra, era Carlos por el humo mis ojos se nublaron y no veía nada, parpadee y ya no estaba, ese humano o lo que sea había desaparecido.

Le pregunte a Carlos se alguna vez había notado algo similar y dijo que no, pero, me mostró un periódico de un hombre al que en este mismo bar, una pandilla había matado cortando y arrancándole los ojos y al parecer todo empezó en esa misma mesa donde solo se halló sangre, un cadáver, cigarrillos y un botella de cerveza rota, desde ese día robe las llaves del bar y les saque copias para cuando dieran las 12:00 pm me largara desde ese día entendí porque Carlos siempre llegaba tarde.

En ese momento sonaron risas, llantos, gritos y aparecieron imágenes de personas muertas con sus caras destrozadas quemadas etc. Los jóvenes presentes salieron corriendo gritando de miedo por todo eso, salieron disparados dejando a cuatro personas riéndose.

-Jajajaja Nunca pensé que nos saliera también esto jajaja – decía Hikari agarrándose el estómago por la risa, Mirajane, Filia, Andrés y ella habían planeado todo para asustar a sus amigos.

-Parece que no podrán dormir en lo que queda de la noche – decía Filia, ella y Mira se empezaron a ir para recibir su premio por quedarse hasta la última historia, Cuando las dos chicas se fueron Hikari y Andres se quedaron solos.

-Mañana nos vamos a reír muchísimo – dijo la peli-rosa mientras se ponía de pie para retirarse.

-Espera Hikari-san no apagaron la última vela – el peli-negro se agacho para apagar la última vela pero apenas se apagó y el chico se paró las 100 velas se volvieron a prender mostrando lo más terrorífico, los dos chicos gritaron de terror…

 

Y ¿Nada se volvió a saber de ellos?... 

Notas finales:

La 100 velas:el juego de las 100 velas se origina en Asia, no estoy segura si en japón. Se cree que este "juego" abre un portal al mundo de los muertos. Se deben colocar 100 velas en un circulo en la oscuridad, los participantes deben sentarse junto a las velas y cada uno cuenta una historia de fantasmas. Por cada historia que cuenten, se va apagando una vela. Al apagarse la última vela, se supone que el portal al más allá se abre y entonces los espíritus pueden atravesarlo y los participantes comienzan a experimentar eventos paranormal


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