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Fake boyfriend. [NAMGI] por AcidYoruChan

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Notas del capitulo:

Antetodo, muchas gracias a esas personitas guays que comentaron en el anterior capítulo ^^. U got jams!

Bueno, notitas del capítulo:

-Capítulo un tanto descriptivo. Esta vez se describe el apartamento de Yoongi.

-Un poco de VKook, mención al VHope, leve HopeGa y tensión SugaMon (ya lo comprenderéis).

-Las palabras con asteriscos (*) serán aclaradas en las notas finales del capítulo. Es MUY recomendable leerlas después de cada capítulo ya que a veces hay cosas guays y/o interesantes y se plantean preguntitas para los próximos capítulos :3


Creo que no me dejo nada más. Disfrutad del capítulo ^^

El despertador sonó a las seis y media de la mañana. Cosa que me dio igual, ya que después de apagar el aparato seguí durmiendo. Era sábado, joder. Y yo amaba dormir más que a mi propia existencia, ¿por qué sonaba a esa hora un sábado?

Tal vez porque no era sábado.

- ¡Me cago en la puta, que hoy es lunes!- Grité con sudor frío recorriendo mi frente al ver de nuevo la hora del reloj. Las siete y cuarto. No era muy tarde del todo puesto a que las clases las tenía a las nueve, pero tengo una lentitud bastante importante a la hora de arreglarme por las mañanas y es por éso que pongo el despertador casi tres horas antes, que no sirve de mucho porque me suelo quedar dormido la mayoría de las veces hasta las siete y media, o a veces hasta las ocho. Soy un caso perdido en ésto de madrugar.

Me levanté de un salto de mi cama, sintiendo el “agradable” fresquito mañanero en mis piernas. Tengo la costumbre de dormir sólo con una camiseta de manga corta y los bóxers, cosa que maldigo todas las malditas mañanas, y más en invierno. Pero a la vez, ése frío me ayuda a despejarme aunque me cague en todos sus muertos. Tal vez ése es el porqué duermo así, aunque no estoy del todo seguro.

Me dirigí a paso lento al baño, donde me miré al espejo. Tenía una cara espantosa, apenas dormí anoche. Me lavé bien la cara y me peiné un poco el pelo con la mano. Como lo tengo bastante liso, resulta muy fácil domarlo. Después de mi momento baño, me dirigí de nuevo a mi habitación a vestirme. Me decanté por unos vaqueros claros, una camiseta blanca básica y unas botas negras, mis favoritas. Soy un chico simple y sencillo.

Cogí mi móvil de mi mesita de noche, desconectando éste del cargador y me fui al salón. Oh, olvidé de contaros un poco sobre el lugar donde vivo, mi piso, aunque realmente tampoco hay mucho que contar.

Es un apartamento pequeño, situado a un par de calles de mi facultad. Entrando por la puerta principal ya vas directamente al salón, pintado de un color marrón claro y varios cuadros de arte contemporáneo, cortesía de J-Hope y que no sabía a quién encasquetar los cuadros que pintó cuando tuvo su época de artista empedernido. Dispongo de una televisión de cuarenta pulgadas y justo delante hay un sofá un par de tonos más oscuros que la pared del salón y una mesita de café donde hay un pequeño jarrón de color azul. Justo detrás de éstos muebles, hay una mesa de comedor con dos sillas a cada lado, en la cual como. A la derecha del sofá y la tele, hay una media pared que lleva a la pequeña cocina, la cual tiene todo lo necesario para cocinar y esas cosas, es del mismo color que el salón puesto que está conectado, pero su suelo en lugar de ser moqueta, es mármol blanco.

Justo al lado de la cocina, hay un pasillo en el que justo al final se encuentra el cuarto de baño, de tamaño mediano, que incluye una bañera que puede hacer las veces de ducha debido a una cortina color azul pastel, un retrete y un fregadero con un armario pequeño de puertas de espejo. Las paredes están pintadas de color blanco y el suelo es de mármol.

En el pasillo hay dos puertas, una a cada lado de éste. Una es el dormitorio principal, el cual obviamente es mío. Es de tamaño considerable, aunque tampoco es muy grande. Pero está decorado totalmente a mi gusto y eso me mola bastante. Las paredes están pintadas de rojo intenso, excepto la que da con el cabecero de mi cama, la cual va pintada de negro. El suelo es de moqueta blanca. Mi cama es de matrimonio, siempre me ha molado éso de dormir ancho, además de que fue uno de los primeros regalos de mis padres en cuanto me regalaron el piso, al lado de la cual hay dos mesitas de noche estilo moderno de color negro, habiendo en cada una de ellas una toma de corriente y una lámpara de lava roja en la mesa derecha. Las paredes están llenas de pósters de mis raperos favoritos, destacando a Kanye West entre ellos. También hay un escritorio justo delante de la cama, en el que encima están mi ordenador portátil, los auriculares y una foto grupal que me hice con mis amigos el verano pasado en un pequeño marco negro. Al lado del escritorio, está mi armario, el cual es un armario empotrado. Ésto quiere decir que sólo es abrir las puertas negras con manchitas rojas y te transporta a un mágico mundo de vaqueros ajustados y rotos, camisetas lisas y anchas, botas y converse, las cuales me pongo poco ya que nunca me ha atraído ese tipo de calzado.

Justo enfrente de mi cuarto está la habitación de invitados, la cual es un poco más pequeña que la principal, pero sigue siendo acogedora. Las paredes van pintadas de color verde pastel y la moqueta, al igual que en mi cuarto, es blanca. Aquí la cama es individual, con una mesita de noche del mismo estilo de las que hay en mi cuarto sólo que ésta es de color azul eléctrico con los cajones blancos en la que encima hay una lámpara del mismo color blanco. En la habitación también hay un pequeño escritorio con una silla del estilo de las del salón y un armario, pero más que un armario es una cómoda color caoba.

Abrí la nevera y saqué un pequeño brick de zumo de naranja, que tomaría con una caña de chocolate que cogí de la pequeña despensa cerca de la nevera. Cerré el frigorífico con desgana y me tiré al sofá, mientras encendía la tele. Me gustaba ver las noticias locales antes de irme a clase, siempre me ha gustado estar informado de todo lo que ocurre. Pero, por más que intentaba durante estos días distraer mi mente con cualquier cosa, el puto NamJoon siempre se colaba en mis pensamientos. ¿Por qué? ¿No lo tenía ya olvidado? ¿No lo olvidé aquel día que le dije que se acabó nuestro acuerdo? Realmente, no entiendo a mi maldito cerebro y su manera de funcionar.

Suspiré con pesadez mientras me acababa de beber el zumo y devorar mi caña de chocolate, para luego tirar los restos a la papelera. Miré el reloj negro situado encima de la tele, eran las nueve menos cuarto.

-Siempre igual…-Me quejé en voz alta mientras cogía la chaqueta de cuero que había en una de las sillas y me la puse, para luego abrir la puerta y salir pitando por las escaleras. Otra vez iba a llegar tarde y ya hace varios días que estoy avisado de que si se repite más de la cuenta éste acto, tomarán las medidas necesarias y joder, con el trabajo que me había costado entrar a ésta carrera tampoco era plan tirarla por la borda sólo porque yo era un vago de mierda, ¿no?

Caminando a paso ligero hacia mi facultad, otra vez se me vino a la cabeza la cara de NamJoon. En serio, ¿qué más tendría que hacer para quitármelo de la cabeza? Aunque no quiera, mi ex siempre está en mi cabeza. Siempre tiene que estar ahí, pinchándome y recordándome que no le he olvidado del todo, que aún existen sentimientos extraños hacia él. Sentimientos que deseo con toda mi alma hacer desaparecer de una vez con todas si quiero ser feliz plenamente.

Antes de que me diese cuenta, ya estaba enfrente de la puerta de la que es mi clase. Cerré los ojos mientras suspiraba de nuevo, esperando que durante las horas siguientes pudiese alejar a aquel rubio de mis pensamientos.

 

 

 

~*~

 

 

 

Era la hora del almuerzo cuando salí de clase para dirigirme a la cafetería cercana donde quedaba con el grupo todos los días después de clase. Era una tradición que al parecer llevaban desde que Jin entró a la universidad. Me explicaron ésto poco después de conocerles. Realmente tenía ganas de verlos, hacía una semana que no les veo ya que cada uno hemos estado liados con exámenes y demás cosas. Pero al único que no quería ver era a NamJoon. Aunque hacían ya por lo menos dos semanas que no le veíamos el pelo, en mi cabeza cada vez se hacía más y más presente. Encima, de vez en cuando, el rubio se convertía en el tema de conversación principal. ¿Por qué cuando quiero olvidarle por completo tienen que recordármelo a cada instante?

Ya en la puerta de Dope, la cafetería, miré el grupo de whatsapp para ver dónde estaban los demás, el cual tenía por título Bulletproof Boyscouts -no me preguntéis el porqué del nombre. Paranoias de Taehyung- y de foto, para mi desgracia y vergüenza, una que me hice haciendo el gilipollas intentando tener papada. No era un grupo muy activo del todo, hablábamos lo justo y necesario -la mayoría de veces, para elegir el sitio de quedada-. Pero cuando se trataba de algún cotilleo jugoso, el móvil puede explotar tranquilamente debido a la cantidad de mensajes que se mandaban, sobretodo por parte de J-Hope, al que denominamos el marujón del grupo puesto que el tío se entera de ABSOLUTAMENTE TODO lo que pasa alrededor. Es como un programa de cotilleos humano. El último que nos contó fue que un chaval de su clase se enteró de que su novia le estaba poniendo los cuernos con su mejor amigo, el cual para colmo la dejó embarazada. Increíble, ¿no?

 

JiBooty: Hey, yo voy para Dope, dónde estáis?

Hoseokie Marujón: Yo ya voy de camino, quién hay allí?

AlienTae: Yo aún me estoy vistiendo.

Hoseokie Marujón: Como? Pero tu no vas a clase o que te pasa?

AlienTae: Te recuerdo que hoy era festivo de mi facultad, gilipollas xd

Hoseokie Marujón: Aa ok.

Yo: Yo ya llevo aquí unos quince minutos.

MamiJin: Yo estoy buscando aparcamiento juju.

JungGalleta: Yo ya estoy viendo a Suga hyung :):):)

 

 Levanté la vista del móvil al leer el mensaje de Jungkook y efectivamente, estaba cruzando el paso de peatones que había enfrente de la cafetería con una gran sonrisa y saludándome con la mano. Yo levanté mis dedos índice y corazón a modo de saludo sonriendo de medio lado. Kookie siempre me había generado una ternura especial, es un niño tan puro e inocente que te entran ganas de protegerlo de todo. Pero luego le ves el cuerpo y te entran ganas de empotrártelo contra la pared más cercana, pero eso es otra historia. El menor del grupo corrió hacia mi y me dio uno de los abrazos de osezno que sólo él sabe dar y que hace que te de un ataque de diabetes al instante. Al separarse de mí, empezó a restregar su mejilla contra la mía de forma demasiado, demasiado dulce. Ay, dios mío.

- ¡Suga hyung~! ¡Cuánto tiempo~!- Gritaba Jungkook mientras me seguía estrujando entre sus brazos, haciendo que el aire apenas llegase a mis pulmones. Era un niño, sí, pero con una fuerza que ni John Cena*. Quien nos viese en ese momento, diría que no nos hemos visto desde hace años cuando sólo ha pasado una semana.

- J-Jungkookie… m-me ahogo p-pequeño.- Intentaba decir mientras el pelimorado prácticamente me estrangulaba, pero al escucharme aflojó su agarre y se retiró completamente rojo y con los ojos muy abiertos, poniendo un puchero que enternecería el alma del mismísimo Satanás.

- ¿Te he hecho daño, hyung?- Sonreí ante la pregunta inocente de Jungkook, mientras recuperaba el aire perdido.

- No te preocupes, Jungkookie. Sabes que me encanta que me abraces así, aunque cada vez tienes más y más fuerza. Cualquier día me revientas.

- Lo siento, hyung.- Jungkook soltó una risita.- ¿Entramos? TaeTae acaba de mandarme un mensaje diciendo que ya está a punto de llegar.

- Por supuesto, vamos.- Dije, mientras abría la puerta para entrar al establecimiento seguido de Jungkook.

Nos colocamos en nuestra mesa de siempre, una que está al lado de una de las ventanas. La mesa de madera en sí está rodeada de sillones color burdeos, que casualmente eran siete. Me senté en mi sitio favorito, junto a la ventana y Jungkookie se sentó justo delante de mí.

- Bueno, Jungkookie. ¿Qué tal la universidad? ¿Te estás adaptando bien?-Le pregunté al menor mientras ponía mi móvil sobre la mesa, imitando el otro el acto.

- Sí, no estoy teniendo problemas con eso, aunque tampoco me hablo especialmente con nadie. Sabes que soy muy tímido y me cuesta la vida relacionarme con la gente…- Dijo mi amigo, sonrojándose un poco. Le sonreí mientras apoyaba mi cara en una de mis manos.

- Aish… bueno, eres un chico muy dulce y especial. Seguro que le caerás bien a todo el mundo en cuanto te conozca y si no, es un ser desalmado.

- ¿De verdad lo crees, hyung? Yo no me veo nada especial… - La expresión de Jungkookie cambió a una más apenada.

- Sí, pequeño. Ya verás. Sólo tienes que hacer el esfuerzo de abrirte un poquito más, ¿vale?- Le dije mirándole a los ojos con ternura. El chico sonrió dulcemente asintiendo.

Miré hacia detrás de Jungkook y distinguí las figuras de Taehyung y Jin, y levanté una mano para que viesen dónde estábamos. Entendieron el mensaje y rápidamente se dirigieron a nosotros. Taehyung nos saludó con efusividad y Jin lo hizo con una maternal y brillante sonrisa propia de un anuncio de crema facial y pasta de dientes juntos. Da miedo, pero a la vez te invita a pensar que todo va bien, aunque no sea así. Tiene ese poder, no por nada es la mami del grupo. TaeHyung revolvió los cabellos de Jungkook, haciendo que éste soltase una especie de ronroneo. Y creía que el azúcar* del grupo era yo…

- TaeTae~- Exclamó un alegre Jungkook al sentarse V a su lado, apoyando su cabecita en su hombro. Era una estampa digna de éstos calendarios adorables que cada mes del año es un perro o un gatito.

- Hey, ¿qué pasa Kookie? ¿Me has echado mucho de menos?- Dijo Tae mientras depositaba un suave besito en la morada cabellera del menor. Éste asintió.

- Ay, cada vez crecen más rápido… parece que fue ayer cuando los cambiamos por un par de lavadoras.- Suspiró Jin mientras se dejaba caer a mi lado, mientras se ponía las dos manos en el pecho en un gesto melancólico. No pude evitar reírme, esta gente era un caso aparte.

- ¿No era por un par de almohadas de cuello?- Le dije a Jin, divertido. Una armoniosa carcajada a la vez que elegante salía de los labios del mayor del grupo. Es que joder, ni la puta Angelina Jolie era tan elegante como éste tío.

- Yoongi, tú siempre pensando en dormir… Además, las lavadoras tiene más uso. Y siempre son mejor dos que una.

- ¿Y lo guapo que está dormir veinte horas seguidas?- Dije, cerrando los ojos aún riéndome. Los dos menores del grupo seguían en su espiral de coqueteos, bromas y algo sobre G-Dragon, del cual Jungkook es fanboy. Pero fanboy de verdad, de éstos que tienen el cuarto empapelado con pósters suyos y da toda la grima de mundo. Pues de ésos es Jungkook.

Justo después llegó Hoseok, fijando su vista en V. Bien es sabido por todos que J-Hope le tiene unas ganas increíbles a V, y que no para de tirarle la caña para que se fije en él. Eso sí, Tae a veces hace caso y otras no, haciendo un poco de calientapollas. Tanto que a veces sentimos pena del pobre caballo. ¿Que por qué le llamamos caballo? No se sabe, es un mote que ha ido arrastrando siempre. Nadie sabe por qué, y tampoco nadie le ha preguntado. No sabemos siquiera si es por el tamaño de su pene, pues sigue más virgen que el aceite. Lo que tampoco nos queda claro es quién le gusta, si V o Jimin, ya que a éste último también le suele tirar los trastos y hay bastante complicidad entre ellos. Pero el problema es que ni él lo sabe.

J-Hope se sentó al lado de Jungkook, saludando a todos con una gran sonrisa.

- ¡Hombre, Yoongi hyung! ¡Cuánto tiempo! ¿Sigues igual de cascarrabias?- Preguntó la esperanza del grupo divertido. Yo bufé. ¿Por qué coño todo el mundo dice que soy cascarrabias? ¡Si soy amor, soy un genio! ¡El problema es que no saben apreciarlo!

- Chúpamela, marujón.- Espeté. Hoseok puso por unos segundos una mirada lujuriosa, para luego quitarla y sustituirla por una sonrisa juguetona.

- Cuando quieras, guapo.- J-Hope me lanzó un beso luego de decir eso, haciendo que yo pusiese una exagerada mueca de asco, explotando los demás en risas. Y digo exagerada porque, siendo sincero ahora que estamos en confianza, J-Hope no está nada, nada mal. Yo me lo follaba.

- Eres asqueroso.- Respondí, sintiendo como se me subían los colores por lo anterior dicho y los sucios y anticristianos pensamientos que se me estaban viniendo a la mente y que necesitarían mucha, mucha agua bendita.

- Pero me amas, lo sabes, lo sé, lo sabemos.- Hoseok guiñó un ojo haciendo que finalmente, estalle yo también en risas uniéndome a los demás que se hallaban en aquella mesa. Cuando pasó el momento chachipandi friends forever comenzamos a hablar de temas triviales tales como la universidad, qué habíamos hecho ayer, la nueva afición de J-Hope por el rap, el comeback de varios grupos y de la celebración del cumpleaños de Jimin, el cual se acercaba y seguramente celebraríamos en la casa de TaeHyung, la cual es bastante grande y sus padres estarán de viaje de segunda luna de miel durante la semana del cumpleaños del pelirrojo. De todas formas, siempre solemos quedar los sábados por la noche en la casa de V ya que, como he dicho antes, es muy grande. Sus padres nos adoran y nos dejan ir un poco a nuestra bola y, de hecho, a veces hablan con nosotros. Son personas muy amables que siempre tienen las puertas de su chalé abiertas para nosotros, cosa que agradecemos.

Al cabo de un rato llegó el antes nombrado Jimin con una gran sonrisa, moviendo su gran pandero de un lado a otro por toda la cafetería, lo que hacía que varias miradas curiosas se dirigiesen a ésa parte de la anatomía del pelirrojo sex symbol. Y lo veo normal, porque ese culo no es de este planeta. Imaginaos dos pelotas de baloncesto juntas y ya tenéis el culo de Jimin a escala real.

Jimin creo que es la persona con la que mejor me llevo del grupo, hasta podría decir que es lo más cercano a un mejor amigo que tengo. Me ha ayudado en todo lo que he necesitado, y es el único a parte de NamJoon que se ha quedado a dormir en mi casa de forma repetida. Le tengo muchísimo cariño a ese pelirrojo de trasero enorme.

- Jiminnie, ¿cuándo vas a dejar de mover el culo de esa forma? Luego te quejas de que te miran por la calle y te gritan cosas guarras…- Le dije a Jimin, mientras éste se sentaba a mi lado. Me sonrió de forma juguetona.

- Tal vez sea porque esté buscando la atención de cierta persona…- Dijo mi pelirrojo amigo, totalmente sonrojado.

- Uy, culón, éso no nos lo has dicho. Ya puedes estar contándolo todo, todo y todo con pelos y señales.- Exigió Jin con un tono de falsa decepción que nos sacó a todos una sonrisa.

- Hyung, éso es algo que sabréis de aquí a poco. Me gusta dejar éste tipo de cosas en el aire. Soy así de cabrón.- Respondió Jimin, echándose su flequillo hacia atrás. Había adquirido esa costumbre hace poco. Esa sexy costumbre, dios mío, éste chico está pidiendo que lo revienten. Todos hicimos un ruido de protesta, siempre pasaba lo mismo cuando queríamos saber más sobre la vida privada de Jimin. No es que fuese muy abierto hablando de sus ligues, y cuando tenía uno, siempre se dejaba ver con éste antes que decírnoslo. Es un niño especial.

Una camarera se acercó a nuestra mesa a tomarnos nota de lo que íbamos a beber. Jin, J-hope, Jimin y yo pedimos unas Coca Colas, mientras que V y Jungkook pidieron simplemente un zumo de piña. A ninguno de los dos les gustaban las bebidas con gas, pero luego Tae bien que se bebe el ron a palo seco. Jungkookie no ha probado el alcohol debido a que recientemente ha cumplido la mayoría de edad.

Estábamos sumergidos de nuevo en otra conversación trivial parecida a la que teníamos antes, pero más bien continuaba con la planificación del cumpleaños de Jimin. El pelirrojo quería que sólo estuviésemos nosotros siete, no le gustaban las fiestas demasiado numerosas llenas de gente desconocida. Era de los que pensaban que una fiesta de cumpleaños era con la gente más cercana a uno.

- ¿Y NamJoon hyung? No ha dicho nada por el grupo.-Preguntó Jungkook dando un sorbo a su zumo. El sólo escuchar ese maldito nombre hizo que se me erizara cada pelo de mi cuerpo. Por favor, me estoy divirtiendo…

- Ayer me dijo que sí que vendría, pero a lo mejor ha vuelto a cargarse el móvil.- Hoseok bebió de su Coca Cola, acabándola mientras acababa la frase.- Si eso fuese así, sería el tercero que se carga éste año. Es un caso perdido.

- ¡Mira! ¡Allí está!- Señaló Jin mientras señalaba a la entrada. Y una alta figura asomó por ella, haciendo que el mundo se me cayese encima y mi expresión cambiase repentinamente. No por favor, no estaba preparado para verle de nuevo. ¿O sí? Mi cerebro dejó de responder para observarle de arriba abajo una vez que estuvo delante de nosotros. Seguía prácticamente igual a la última vez que lo vi, sólo que su pelo antes rubio platino estaba de un rubio un poco más oscuro. Llevaba una camiseta negra con la palabra Supreme escrita en rojo y blanco, unos vaqueros ajustados rotos y unas converse negras. Llevaba unos cascos al cuello, recuerdo cuando se los compró.

Seguía igual de guapo, seguía igual de deslumbrante, seguía igual de NamJoon.

- Hey, ¿qué tal? Hace tiempo que no os veo las caras. Parece que Jimin ha crecido y todo.- Dijo NamJoon con ironía, que arrancó risas de los demás y una mirada de mejor corre, zorra de Jimin. Yo seguía con expresión impasible hasta que mi ex se sentó al lado de J-Hope sin apartar su mirada mi, lo que hizo que me revolviese nervioso en mi sitio totalmente avergonzado. Avergonzado de que, después de todo, NamJoon siguiese teniendo ese efecto en mí.

- Cuánto tiempo, Yoongi. Te sienta muy bien ésa camiseta.- El cumplido de NamJoon hizo que mi cara se tiñese de rojo cereza y mi respiración se entrecortase un poco. Di un sorbo a mi Coca Cola para disimular el nerviosismo.

- Gra-gracias, NamJoon… A ti también te sienta muy bien ese rubio más oscuro.- NamJoon me sonrió de manera que los latidos de mi corazón se incrementasen de forma peligrosa. NamJoon y la madre que lo parió.

Aparte de éso, tuvimos un buen rato en la cafetería Dope.

 

 

 

~*~

 

 

 

Era ya por la tarde cuando cada uno decidió irse por su lado, y yo me disponía a irme a mi piso cuando NamJoon me agarró de una de mis muñecas. Todo mi cuerpo se tensó y tragué duro. ¿Qué cojones quería? ¿Tanto le costaba dejarme tranquilo?

- ¿Qué quieres?- Pregunté con frialdad, girándome para mirarle. Él mostró expresión sorprendida ante mi tono de voz pero, ¿qué se esperaba?

- Me gustaría caminar contigo hacia tu casa, y comentarte sobre… un tema.- Se limitó a decirme mientras, aún con mi pequeña muñeca entre sus dedos, empezamos a caminar. Por desgracia, él también se sabía el camino hasta mi casa.

- ¿Qué tema? ¿Tanto te cuesta dejarme tranquilo, NamJoon? Creo que dejé suficientemente claro aquello.- Espeté, haciendo que NamJoon suspirase con impaciencia.

- Eso no es lo que quiero comentarte, coño. Espera a que estemos en tu casa, no es un tema muy… tratable. No sé si me comprendes.

Me limité a callar y dejar que NamJoon me dirigiese hasta mi propia casa. Una vez entramos al apartamento, se tomó la libertad de sentarse en el sofá. Aquel sofá marrón que tan bien conocía.

- Siéntate.- Ordenó palmeando su lado izquierdo y le obedecí. Era mi puta casa, me iba a sentar de todas maneras en mi puto sofá.

- Espero que sea algo importante para que me arrastres a mi propia casa y te cueles en ella.- Intenté que mi tono sonase impasible, neutral. Pero sonó nervioso, impaciente. NamJoon me miró fijamente a los ojos y yo me mordí el labio.

- A ver cómo te lo digo de forma resumida…-El rubio carraspeó y yo le seguí mirando con atención.- Como ya sabes, mis padres se volvieron a Ilsan hace ya bastante, cuando aún seguía contigo. Sabes que te tienen mucho cariño, y siempre preguntan por tí. Bueno, la cosa es que van a venir a Seúl.

NamJoon me seguía mirando tranquilo e impasible. Como si fuésemos amigos de toda la vida y no pasase nada. Como si lo que me estuviese contando realmente me interesase cuando no, no es así. Sus padres no tenían culpa de nada pero tampoco me despertaba especial interés el entorno de NamJoon.

- Ajá, ¿y ésto qué tiene que ver conmigo?- Arqueé una ceja. Me estaba empezando a cabrear la actitud impasible de NamJoon. Siempre tan tranquilo y neutral. Me ponía de los nervios. También me cabreaba el que se tomara su tiempo para responderme y que no diese respuestas claras y concisas.

NamJoon suspiró y apretó los puños. Miró hacia arriba y luego volvió a mirarme. Anda, primer gesto de aparente nerviosismo de mi ex.

- Yoongi… necesito que te hagas pasar por mi novio. Mis padres no saben que cortamos y estarán aquí durante una semana.- Dijo NamJoon, rojo como un tomate y fijando la vista en algún lugar de la habitación.- Ya sabes… fingir que no cortamos y esas cosas.

 

Decir que me petrifiqué en el sitio es poco para como me sentí en aquel momento.

Notas finales:

¿Qué responderá Suga? ¿Mejorará su relación con NamJoon? Parece que lo tiene cada vez más jodido para olvidarlo ><

¿Quién será la persona a la que se refiere Jimin y no quiere decir? ¿Será J-Hope? ¿Será Jungkook? ¿Será V? ¿Será Suga? Quién sabe~

También está la duda de cómo será el cumpleaños de Jimin *-* ¿será una gran fiesta? ¿O por el contrario será una reunión sosa? Yo creo que es más la primera opción~

Todas estas dudas se resolverán en los próximos capítulos de Fake Boyfriend.

Bueno, las aclaraciones de los asteriscos (*):

*1: John Cena es un famoso luchador de lucha libre y tiene muchísimos premios relacionados con la misma.

*2: Ésto se debe a un juego de palabras, aprovechando que su sobrenombre, SUGA,  se puede interpretar como SUGAR, que significa azúcar en inglés. Puse esto para las ARMY's más nuevas.


En fin, puede que el próximo capítulo al fin haya lemon. ¿Entre quién y cómo? Sorpresa sorpresa~

Bueno, espero vuestros reviews y nos vemos en el siguiente capítulo ^^


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