Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una Ardiente Invocación. por 691396

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bien.

El capitulo final.

Disfruten.

Cap. II

 

 

Han pasado más de quinientos años desde que llegue aquí, todo es muy diferente a lo que imaginaba, el tan temido “infierno” del que todos huían, es algo muy normal, bueno, al menos para mí, este “infierno” es igual al mundo que llamamos “real”; hay personas ricas  pobres, nobles y plebeyos, esto no es nada diferente de la tierra en donde crecí, o bueno, tal vez si, aquí no hay ningún animal de carne y hueso, solo de hueso literalmente, y aquí no brilla el sol a excepción de una parte en donde está la escultura de una mujer convertida en piedra, una historia ya muy antigua, pero no se las contare, me demoraría demasiado, bueno, supongo que tienen curiosidad de saber quién soy y es justo que se los diga, soy Naruto Namikaze del migran de Belcebú de Uchiha de Madarita de Jounin y soy un incubo, hace ya bastante que soy uno y todo gracias a mi amor eterno Sasuke Uchiha… no quiero decir todos los nombres; A decir verdad, mi amado murió hace 100 años a causa de una extraña enfermedad, y no podría expresar lo solitario que me siento desde entonces, además desde que el murió no me he alimentado, por lo que pronto llegara mi hora y eso me hace feliz, porque aunque no sé donde iré estando ya en el infierno, ya casi no me queda fuerza y estoy sintiendo a algo arrastrándome; no me puedo resistir, tal vez sea la muerte.

Pov´s Narrador:

Se veía un remolino arrastrar el cuerpo esquelético y casi sin vida de alguien con cabello rubio, el cual no hacía nada al respecto; solo bastaron algunos minutos para que el cuerpo fuera tragado por completo y fuera transportado al mundo humano.

El rubio, al estar dentro de aquel remolino sentía un extraño calor, era como si su fuerza regresara un poco, al menos sentía que su cuerpo se restauraba; cuando ese sentimiento termino, naruto vio una luz que se hacía cada vez mas y mas grande envolviéndolo, el cerro los ojos para así sentir un aire frio y refrescante, para luego abrirlos y ver la noche iluminada por la luz roja de la luna y luego ver a un chico con tez seria mientras bajaba a la tierra y lo observaba mejor, ese chico le recordaba a él cuando era humano, pero lo que hizo que el incubo se quedara sin palabras fue el aspecto del humano, era igual a su amado, a sasuke; además al mirar todo a su alrededor, recordó su iniciación, estaban en el mismo lugar, en San Orochimaru, pero algo había cambiado, ahora había una estatua de piedra gigantesca de un hombre pelinegro con piel blanca y ojos miel con unas grandes alas.

Esto definitivamente, era una invocación.

El incubo se levanto haciendo la misma pregunta que su amado siglos atrás.

-¿eres tu el que me ha invocado?

Pregunto el rubio tratando de que su voz se escuchara normal, lo cual ya era mucha carga al estar su cuerpo tan débil y el muchacho ser idéntico a sasuke.

-así es.

Respondió el pelinegro cortante, tal y como sasuke lo hubiera hecho.

-entonces dime, ¿Cuál es tu deseo?

Pregunto el incubo, tratando de mantenerse firme.

-quiero que seas mío.

Dijo mas como una orden que como deseo el pelinegro, sorprendiendo al rubio, que luego saco una sonrisa.

-¿quieres que sea tu mascota?

Pregunto con altanería el rubio.

-así es.

-entonces tendrás que alimentarme – dijo el rubio con una sonrisa altanera mientras se acercaba peligrosamente al chico tratando de asustarlo ya que el “alimentarse” no era su deseo – A-M-O – susurro por ultimo en el oído del chico, para luego retirarse un poco -¿sabes de qué me alimento no?

Pregunto con voz sensual mostrando a posta su por el momento nada atractivo cuerpo tratando de asquear al chico.

-de sexo, estoy al tanto de ello… si tengo sexo con usted promete que será mío.

-lo prometo.

Respondió el rubio seguro de que el chico no se atrevería a tocarlo.

-deme su sangre entonces.

Dijo el chico sacando un extraño medallón.

-con unas gotas bastara.

El rubio miro desconfiado, pero no pregunto para que era, solo mordió su dedo y unto algo de su sangre en ese extraño medallón de piedra que se ilumino del color de la luna en ese momento.

-¿para que era?

Pregunto ya tarde el rubio.

-es poder

Respondió como si nada el pelinegro mientras daba un suspiro y comenzaba a quitarse la ropa sorprendiendo al incubo.

-¿¡Qué hace!?

Pregunto sorprendido el rubio.

-preparándome, ¿tendremos sexo no?

Soltó como si nada el pelinegro.

-pe…pero, mira como estoy, soy prácticamente huesos, no te da asco o algo.

Trataba de decir y hacer desistir al otro de esa según el, una absurda idea.

-si, preferiría a alguien mas repuesto, pero me conformo con tu rostro y el placer que me darás después de todo eres un demonio del sexo.

-pe…ro yo…

-no me dirás  que eres virgen ¿o sí? - Paro de desvestirse el pelinegro clavando su mirada en el rubio el cual no respondió – ya veo, por eso estas muriendo, no te has alimentado en toda tu existencia ¿acaso? – preguntó el pelinegro aun mirando directamente al rubio.

- no es así, solo hace 100 años que no lo hago.

Al decirlo el rubio se tapo la boca.

-eso no te importa.

De nuevo hablo el rubio.

-100 años eh, je je je je.

Soltó una risa inexplicable el azabache terminando de quitarse la parte superior de su ropa y a acercarse al rubio lentamente para sostenerle la quijada y darle un beso fuerte al que no se pudo negar, aunque quería negarlo se sentía igual a los besos de sasuke, el era igual a sasuke, su apariencia, su presencia, sus besos, sus caricias, su lengua era igual de cálida.

-un momento, ¿¡su lengua!?

Pensó en exclamación el rubio al recriminarse por dejarse llevar abriendo los ojos y viendo que ya estaba en el suelo teniendo al chico encima suyo prácticamente desnudo y con el ya sin nada.

-no, yo soy de sasuke, ¡no dejare que me toques!

Exclamó mientras trataba de quitarse al azabache de encima suyo, pero extrañamente no podía, ese chico era como una tonelada encima suyo, lo asfixiaba, no podía moverlo siquiera un milímetro.

-ya sabes mi nombre, eso me enciende aun mas.

Decía el azabache comenzando de una sola vez con su acto; abrió las piernas del rubio posicionándose en medio de ellas, mientras metía sus dedos sin escuchar algunos sollozos que salían de la persona debajo suyo.

-por favor no, se lo suplico, no lo haga.

Suplicaba el rubio tapándose el rostro con sus brazos; el azabache no escuchaba solo seguía agrandando la entrada del incubo.

-hay que hacerlo rápido, el eclipse no va a durar para siempre.

Dicho eso el azabache sacó sus dedos del interior del otro y metió su miembro de forma rápida sintiendo el cuerpo del otro estremecerse.

-ah, te sientes delicioso – suspiró el azabache comenzando a embestir, sin que extrañamente el rubio se resistiera más – tengo que hacer esto rápido, el eclipse casi se va; lo siento… naruto.

Dijo para sí el azabache comenzando a embestir a una velocidad demasiado rápida y fuerte, haciendo que el rubio comenzara a hacer sonidos de dolor, que no duraron mucho tiempo ya que pronto comenzó a disfrutarlo sintiéndose escoria al pensar que traicionaba a sasuke.

El azabache sentía que llegaba así que sintiendo que su esencia salía comenzó a masturbar el miembro del rubio el cual momentos antes estaba soltando líquido pre-seminal, haciendo que este eyaculara al tiempo que él.

Y como hace 500 años un remolino rojo comenzó a formarse alrededor e ellos; el azabache como sabiendo lo que seguía se aferró al cuerpo del rubio, sintiendo como se transformaba; el rubio al sentir la presión miro viendo tal escena, sin siquiera saber la razón, abrazó al azabache, sintiendo como cada parte de él crecía y como sus alas salían.

-sasuke, ¡resiste!

Gritó el rubio viendo a su amado en esa situación.

-je, al fin re…cordaste dobe… pensé… que me habías olvi…dado, mi dobe; Tada... ima.

Hablaba el azabache cayendo exhausto encima del rubio, el cual al escuchar esas palabras abrazó aun más fuerte el cuerpo del otro sin evitar que algunas lagrimas salieran de sus ojos.

-te dije que no me gusta que me llames así teme.

Fue lo que pronuncio para levantarse con el azabache que ahora era mucho más grande que él, se puso derecho viendo con el eclipse desaparecía mostrando la luna con reflejo blanquecino, la primera en quinientos años, para que de nuevo apareciera el remolino absorbiéndolos a los dos, desapareciendo en el mismo instante en que la luna se torno completamente blanca no sin antes hacer resonar las últimas palabras del rubio que quedaron atrapadas entre esta dimensión y la otra, un “Okaeri nasai, Teme”.

 

“los amantes que se encuentran de nuevo a través del tiempo solo están destinados a permanecer juntos por toda la eternidad, sin que la misma muerte pueda separar sus sentimientos, ni su cuerpos.”


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).