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Vacaciones por Sai Ki

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Notas del capitulo: Demasiado tarde pero finalmente terminado.
Sigue sin convencerme el final pero lo dejo a su criterio.

Sin más que agregar, espero les divierta.
—Hubiéramos rentado una cabaña con habitaciones separadas, primero estuve escuchando a Shou y a Pon siendo cursis y después ustedes dos llegaron carcajeándose por no se qué.
Se quejó Nao como si se lamentara a la hora del almuerzo obteniendo el apoyo de Tora quien intentaba que olvidar las razones por las que se habían reído tan estruendoso, alegando también que no podía dormir por el calor y que lo agobiaba dormir vestido.

—Yo duermo desnudo.
Fue la respuesta del bajista obteniendo el asombro de sus compañeros que al verle sonreír sólo adivinaron que estaba bromeando.

“Aunque de ser así, ya habría perdido el control por completo” pensó el guitarrista mayor al beber de su cerveza y es que pensar en la piel del castaño iluminada por la luz de la Luna era una delicia. Su tranquilidad al dormir, su pecho desnudo acompasado a su respiración y esos pezones rosados que cada vez se le antojaban más; sus largas y delicadas piernas abrazando las mantas, si tan solo estuvieran rodeando su cadera… mejor se interesó en la plática de Nao para evitar una erección frente a los suyos.


—Ustedes quédense a hacer la comida, nosotros regresaremos por la tarde.
Ahí estaba el idiota de Shou regalándole cinco horas con la excusa de que acompañaría a Nao en busca de quien sabe qué. Obviamente Hiroto iría con ellos y Saga… él se estaba dando un baño por lo que les dijo que le compraran una botella de whisky.

Tora optó por cortar verdura y carne para asarla en cuanto el resto regresara. Aunque también lo hacía para evitar que sus impulsos lo dominaran y se acercara al baño para espiar al castaño o ser mucho más directo y proponerle sexo en la bañera.


“Si tanto te importa tu ropa, ¿por qué no me la quitas?”

El castaño sonrió al recordar sus palabras y la cara que había puesto el guitarrista al escucharlo. Había sido una mala broma pero le había valido una enorme diversión y encima un beso en la mejilla.

Aunque era una lástima que el pelinegro hubiera acompañado al resto, sino hubiera pedido que tomaran el baño juntos.



Tora guardó la comida en la nevera y miró su reloj, Saga llevaba más de media hora ahí dentro. ¿Qué diablos hacía? Reconocía que hacía más calor que los días anteriores pero el bajista estaba exagerando.

—Saga, ¿podrías apurarte? También yo me quiero bañar, pareces mujer.
Bien, sus impulsos le habían llevado hasta la puerta de baño buscando una excusa para apurar al castaño y dejar de torturarse con sus pensamientos.

El mencionado abrió enormemente los ojos, ¿Tora se había quedado? Y él estaba haciendo el idiota con la espuma sobre su cabeza.

—Estoy usando la bañera, puedes quedarte la ducha.
Si, definitivamente estaban jugando a pararse en una cuerda floja. Le estaba invitando a compartir el baño pero lograba disimularlo haciéndose el despreocupado. Saga era así.

Aunque no esperaba que el más alto entrara y le quedara mirando con su sonrisa burlona. ¿El castaño tardaba tanto porque hacía tonterías con la espuma de la bañera? Encima tenía el cabello hacia arriba, valía todas las burlas del mundo.

—¿Tienes cinco años, Takashi? Si Nao estuviera aquí ya hubiera armado un escándalo. Tienes suerte de que sea yo quien te encontrara.

—¿Suerte? Nao se reiría pero tú lo vas a recordar por siempre para burlarte de mi.
Y cuando lo dijo, el guitarrista ya se estaba riendo sobre quién sabe qué bromas habían pasado por su mente y había comenzado a desnudarse. Saga guardó silencio por un momento. ¿Qué debía decirle? No esperaba que el más alto fuera a meterse a la ducha y si hacía alguna broma sobre su cuerpo sólo sería enrollarse en un juego de palabras hasta que alguno de los dos saliera del baño.

—¿Qué ocurre, Takashi? ¿Se te acabaron las bromas?

—No puedo pensar cuando tu horrible cuerpo cubre la mitad del baño, ni siquiera sé si estoy mirando a una persona.
Intentó contraatacar burlándose de sus tatuajes.

—Y yo no puedo mirarte sin pensar que eres una hermosa mujer.

—Ja, si bien que te gustaría verme desnudo por completo.

—No me interesa ver un palillo de madera.

—Vete al diablo.
El menor de los dos dio por perdida su pelea. ¡No había logrado nada! Y además tenía que soportar las carcajadas del guitarrista como si hubiera tenido una verdadera victoria. Pero, ¿Quién podría concentrarse en una buena respuesta cuando observaba el cuerpo del maldito guitarrista? Sólo veía su espalda pero con eso bastaba para que su entrepierna comenzara a reaccionar. Maldijo por lo bajo y decidió terminar con ese estúpido baño enjuagándose de inmediato.



La tensión podía notarse a metros de la cabaña. Habían estado tan cerca el uno del otro y aún así ninguno se había atrevido a ir más lejos, se habían quedado en sus bromas y el bajista parecía haberse enojado con las burlas de Tora.

Saga parecía entretenido leyendo quien sabe qué en un cuaderno y ni siquiera le dirigía la mirada al más alto. Este último se encontraba mirando el techo con un abanico en la mano. Hacía calor y lo ignoraban. ¿Qué podía ser peor?

—Saga… no te enojaste en serio ¿o si?
Con cautela se había acercado a su cuerpo y le preguntaba con suavidad por encima del hombro intentando así averiguar lo que el menor miraba en el cuaderno, descubriendo que era un manga de Gundam Wing.

—No, ¿hacemos algo? me estoy aburriendo demasiado.

—Eso es porque siempre estás componiendo canciones, dejas de hacerlo y te estresas. Creo que los únicos que están disfrutando de estas vacaciones son Hiroto y Shou.
Comentó realmente fastidiado aunque con cierto alivio de que el castaño no se enojara con él.

—Porque ellos son novios, incluso tuvieron sexo. Claro que se lo están pasando bien.

—¿Alguien está en abstinencia? Creo que nunca te había oído quejarte sobre eso, Saga-sama.

—No es gracioso… seguro que tú estás igual.
Había cerrado el manga luego de colocarle un separador y ahora hablaban con tranquilidad sobre su intimidad.

—¿Y con quién podría tener sexo en una cabaña? Tus argumentos son inválidos, Takashi. Contigo hasta coquetearon, hubieras aceptado.

—Eran sólo un par de idiotas, jamás me acostaría con uno de ellos.
Había decidido ir a la cocina para buscar un par de cervezas y tener una conversación más tranquila sentados junto a la ventana para disfrutar de la brisa que llegaba en su espalda.

—Nunca lo pregunté pero, ¿te interesan los hombres?

—¿Esto es un interrogatorio? Tú también deberías contestar a mis preguntas… Pero, si, supongo que hay hombres que me atraen. Aunque tiene tiempo que dejé el sexo con ellos y sólo lo he estado haciendo con mujeres. ¿Qué hay de ti?

—Lo mismo, nunca encontré un chico lindo para acostarme con él aunque las mujeres son complicadas, debes saber con quién te estás acostando o pensarán que quieres llevarlas al matrimonio.

—Ese es un problema… por eso he estado en abstinencia. No hay nadie interesante.
El guitarrista rió al escuchar al bajista, ¿en verdad estaban teniendo una conversación como esa? Parecían un par de casados quejándose de sus esposas en alguna especie de retiro del trabajo. Pero era la primera vez que el menor hablaba tanto sobre su vida personal y si tenían la certeza de que nadie los molestaría en tres horas, ¿por qué preocuparse?




—Creo que tú y yo pensamos igual.

—¿Deberíamos besarnos para romper la tensión?
Tora miró al castaño de reojo, parecía tan tranquilo haciendo burlas a cada segundo que simplemente besó su mejilla castamente, sin saber que aquel simple gesto bastaría para que el bajista tomara la iniciativa y le empujara al suelo para besar sus labios. ¿Pero tenía razones para quejarse? …l mismo ansiaba besar sus delicados labios mucho antes de planear esas vacaciones.


Sus labios se acompañaban en un suave ritmo, permitiéndoles recordar su textura, probar su sabor. Pronto sus lenguas se encontraron y se acariciaron con desenfreno, las manos del mayor no solo rodeaban al bajista por sus costados, sino que se habían colado bajo su ropa para acariciar su tersa piel. El castaño enredaba sus dedos en el cabello ajeno, besar al guitarrista al fin dejaba de ser una fantasía.

Pero tuvieron que separarse al escuchar la estruendosa risa de Nao en la puerta. El bajista se acomodó la ropa despreocupadamente fingiendo haberse terminado su cerveza, aunque esa botella se encontrara vacía desde una hora atrás. Tora se quedó en el suelo con su abanico cubriéndole sus labios, su sonrisa era enorme.


—¿Tora, Saga… están aquí?

—¡Ya llegamos!

—Cuánto escándalo.
Murmuró el castaño mientras se acercaba a la cocina para tirar su botella de cerveza, incluso se quedó hablando con Nao sobre si le habían comprado su botella de whisky y el batero le dijo que si.

El resto de la tarde lo pasaron comiendo el asado que había preparado Tora. Pero todos habían notado el cambio de humor de esos dos y para Nao no pasaron desapercibidas las miradas que el pelinegro tenía con el bajista.




—Recuerden que mañana regresamos a casa, empaquen bien sus cosas porque no vamos a regresar.

—Si mamá Nao.
Fue la burla de Saga mientras guardaba lo último que faltaba. Tenía un conjunto de ropa limpia cerca de su almohada para cambiarse en cuanto despertara, el resto estaba en su equipaje.

En punto de la media noche, cuando el batero y la pareja de la banda dormían, Tora y Saga decidieron salir a caminar. Disfrutar de su último día libre antes de volver a la rutina y pasar varias semanas sin dormir como era debido.

Al igual que las noches anteriores, el cielo estaba despejado y se podían apreciar las estrellas; ocasionalmente una pequeña brisa disipaba el calor asfixiante y reconfortaba sus cuerpos.
No habían hablado o pedido explicaciones sobre los besos de la tarde pero el brillo en sus ojos los delataba, sus miradas distraídas y sonrisas tontas eran evidentes.


—¿Al regresar al trabajo todo volverá a la normalidad?
El guitarrista se había sentado en una banca mientras el menor iba a la máquina de sodas en busca de una bebida y quizás alguna golosina.

—No tengo problema en repetir, si es lo que te preguntas Shinji.
Contestó despreocupado lanzándole después una lata de zumo de naranja y apoyándose en aquella máquina, observó al contrario. No se había rasurado por estar de vacaciones y esa ropa que llevaba puesta parecía su pijama pero, a sus ojos se veía estupendo.

—Tengo a Diawolf… vernos podría ser complicado.

—No tenemos por qué vernos diario ¿o si? así… podríamos tener tiempo para extrañarnos y no aburrirnos.
Ambos hicieron una pausa para dar un trago a sus respectivas bebidas, al igual que pensar sus siguientes palabras.

—Suena bien… ¿Le diremos al resto?

—Se darán cuenta con el tiempo.
El bajista sonrió mientras encogía los hombros y más tarde se sentaba al lado del mayor para besar sus labios nuevamente.

Ahora podían disfrutar de sus labios sin descanso, sentir las primeras caricias sobre sus cuerpos y poder escuchar cómo su respiración se agitaba a cada segundo. Sus murmullos tampoco se olvidaron, mencionaban sus nombres y se recordaban que debían volver a la cabaña pero al mismo tiempo era imposible separarse. Habían esperado tanto tiempo por sentir sus labios que no se conformarían con veinte minutos de contacto.



Nao fingió estar dormido cuando escuchó las voces de Tora y Saga, no venían riéndose y mucho menos enojados, simplemente se acostaron en silencio y murmuraron algo que no pudo entender, únicamente le pareció escuchar como compartían un beso y durante los siguientes diez minutos todo fue silencio.

El batero se dio la vuelta para observar al otro par y sonrió al mirar como el guitarrista abrazaba a Saga, ambos estaban dormidos.
Notas finales: Gracias por leer!!

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