Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una Espera, Nueve Meses Y Una Vida por Dovah

[Reviews - 42]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Comenzamos con el segundo mes. X3

— ¡Hoy papá llegó temprano! — Gritó mientras entraba. La casa estaba en total silencio. Se dirigió a la habitación y no encontró a Tsukishima. Lo buscó por todos lados y nada. Fue hasta que salió al jardín cuando se dio cuenta — ¡Kei! — Se alarmó. Tsukishima se encontraba en el suelo — ¡¿Estás bien?! — Preguntó alarmado.

— Estoy bien — Contestó sin abrir los ojos.

— ¡La policía, debo llamar a la policía! Espera, la policía no. ¡Es a la ambulancia!

— Te dije que estoy bien. Ahora guarda silencio.

— ¡No, no! — Lo ignoró — ¡Esto es malo! — Tsukishima suspiró — ¡No… no te preocupes! ¡Tetsuro está aquí para cuidarte pastelito! — Comenzó a marcar un número.

— No hagas tanto ruido.

— ¡Como quieres que guarde silencio si la madre de mi hijo está inconsciente!

— Antes que nada. El hecho de que pueda darte hijos no me convierte en mujer, así que te agradecería que no me vuelvas a decir de esa forma. Y como puedo estar inconsciente si estoy hablando contigo.

— Ah, cierto — Se tranquilizó — ¡No me asustes de esa forma!

— No me culpes por tu falta de atención.

— ¿Qué haces?

— Descansar.

— ¿En el jardín?

— ¿Algún problema?

— Por qué no mejor vas al cuarto.

— Me pareció más cómodo aquí.

— Ya veo — Se acostó junto a él y contempló el cielo.

— Qué tal tu día.

— Tranquilo ¿Y el tuyo?

— Horrible — Contestó aún con los ojos cerrados — Los síntomas empeoraron y ahora tengo dolores de cabeza. No son fuertes pero es molesto.

— Ya veo. Recuerda que la próxima semana hay que ir con la doctora.

— Lo sé.

— No se te vaya a olvidar.

— Mira quien lo dice.

— Ja, ja. Y como se portó nuestro pequeño. Espero no le hayas causado mucho problema a mamá — Se dirigió a su hijo.

— Todavía no puede escucharte — Ignoró el cómo le llamó.

— Eso no me impide hablarle.

— Ya veo.

— Kei… ¿Has hablado con él? — Tsukishima abrió los ojos y guardo silencio. Kuroo tomo su mano y entrelazó sus dedos — Escucha. Sé que todavía tienes miedo y muchas dudas pero debes disfrutar este momento.

— Lo sé.

— ¿Lo intentaras? — Kei asintió — Yo sé que podrás — Besó sus labios.

— Tetsuro.

— ¿Sí?

 — Hueles a perfume de mujer.

— ¡Waaa! — Se asustó — ¡Hoy tuve que estar con la de recursos humanos y ella se baña en perfume! ¡Te lo juro! ¡No piense que no te soy infiel! ¡Jamás te sería infiel! Bueno, sí te sería infiel ¡Pero sería contigo!

— Lo que dijiste no tiene sentido y no lo dije por eso. Te lo dije para que te cambiaras. Ese tipo de aromas me dan náuseas.

— Ah, claro.

—————

— Mamá comenzó a tejer ropita para su futuro nieto — Habló mientras le daba puré de manzana a su hija.

— Le dije que no era necesario, Hitoka.

— Es lo mismo que le dije pero — Sonrió — Ya sabes como es — Kei suspiró — ¿Y cómo se lo está tomando Kuroo-san?

— No para de presumirle a todo mundo y le habla cada vez que puede. Podría apostar que hasta en sueños también le habla.

— Bueno, es normal. Está emocionado.

— Lo sé pero no es necesario que le avise a la hija del primo del vecino — Hitoka comenzó a reír.

Mientras su hermana le limpiaba el rostro a la pequeña, él observó a su sobrina. Pequeña, de ojos color chocolate y el cabello característico de la familia Tsukishima con un tono más oscuro. Sus mejillas decoradas con pequeñas pequitas junto con su mechón rebelde sobre su cabeza delataban quien era su padre. La pequeña al verlo sonrió tímidamente. Era muy claro que tenía la personalidad de ambos padres.

— Considerando tu situación, me sorprende que lo estés tomando bien.

— Qué cosa.

— El embarazo — Kei la miró extrañado — Bu… bueno… Me refiero a tu miedo con respecto al tema.

— Nunca tuve miedo.

— Vamos, Kei nii-san. Cada vez que hablaban sobre ese tema te ibas a otro lado. Con el embarazo de Akiteru nii-san, te ponías nervioso cada vez que lo veías y con el mío, siempre llamabas cada día para preguntar cómo estaba.

— Me iba a otro lado porque ese es conversación que no me interesa, con nii-chan era por sus cambios de humor y contigo fue porque me preocupaba tu salud. Eres torpe y descuidada, es normal que tu hermano mayor se preocupe — Hitoka sonrió avergonzada — Hitoka.

— ¿Sí?

— Tuviste… — Desvió la mirada como si no le tomara importancia — ¿Tuviste miedo?

— Mmm… Al principio estaba preocupada, pero cuando la escuché por primera vez lo supe — Su mirada se mostró firme — Supe que todo estaría bien.

— ¿Cuándo nació?

Hitoka negó con la cabeza y le sonrió — Pronto lo sabrás.

—————

“Kei ¿Has hablado con él?” Recordó sus palabras “¿Lo intentaras?”

Su mente estaba en blanco. Él, quien siendo de pocas palabras pero sabía que decir cuando era necesario no encontraba las primeras palabras. Qué podría decirle. ¿Cómo le fue en el día? ¿Qué planes tenía para mañana? ¿Las teorías sobre el viaje en el tiempo que había leído? ¿Sobre el efecto mariposa? Cuando por fin tenía un tema interesante abría la boca para hablar pero siempre se quedaba mudo.

— Esto no tiene sentido — “Yo sé que podrás” No pudo evitar recordar esos ojos llenos de confianza por parte del mayor — Tu padre — Comenzó mientras observaba su taza con té — Es patético — Guardo silencio por un momento — Y yo — Sus mejillas comenzaron a tornarse carmín — Estoy patéticamente enamorado de él.

—————

— ¿Y? — Preguntó la doctora — Cómo estuvimos en estas siete semanas.

— Hermoso.

— Horrible.

— Kei, no puedes decir eso.

— Claro que puedo. Como tú no sufres náuseas, dolores de cabeza, sensibilidad en el cuerpo, ni mareos. ¿Verdad? — Kuroo sonrió.

La doctora les informó cómo iba el progreso, las precauciones a tomar y la dieta que debía llevar. Tsukishima presaba atención. Cada detalle era importante, no importaba lo insignificante que pareciera.

— ¿Tienen preguntas?

— Yo tengo una — Habló Kuroo — Por qué no se nota que voy a ser papá. Quiero decir ¡Miré! — Señaló a Kei — ¡No se nota para nada! ¡Absolutamente nada!

— Apenas tengo siete semanas. No se me va a notar tan pronto.

— Pero quiero presumirte a mis compañeros. ¡Ya sé! ¿Y si te pones algo para que se te note?

— No voy a hacer eso.

 — Pero quiero presumirte.

— Y yo quiero golpearte pero no todo en esta vida se puede.

— Está bien. Tengo otra pregunta.

— Claro ¿Cuál es?

— Es niño o niña. Dígame que es niño.

— Tetsuro. Es muy pronto para saber que es.

— Oh vamos. Primero que no se nota porque es muy pronto y ahora que todavía no se sabe porque es muy pronto.

Después de cinco minutos de una conversación sin sentido, la doctora prosiguió — ¿Alguna otra duda? — Kuroo levantó la mano — Una duda coherente — Kuroo se quedó pensando. Al cabo de unos segundos bajó la mano — ¿Algo que quiera preguntar? — El rostro de Tsukishima le indicó que algo le preocupaba.

— Bueno… se supones que en el embarazo uno aumenta de peso.

— No te preocupes Kei — Kuroo tomó sus manos — Te seguiré amando aun cuando estés un poco gordito.

— No… no me refiero a eso — Habló enojado.

— No está de más aclarar ese punto — Sonrió.

Kei suspiró y continuó — Yo…

— ¿Siente que ha bajado de peso? — Preguntó la doctora y Tsukishima asintió — No se preocupe, es normal. Esto se debe al vómito. Como le dije, los síntomas que tiene son porque su cuerpo se está ajustando, después de unas semanas irán desapareciendo. No se pueden eliminar en estos momentos pero podemos intentar disminuirlos. Dividir las comidas en pequeñas porciones y distribuirlas durante el día ayudará.

— Bien.

— Lo que me recuerda. Qué tal los antojos.

— Nada por el momento.

—————

— Tetsuro —Susurró pero Kuroo no se movió — Tetsuro — Lo sacudió con más fuerza pero seguía sin moverse — ¡Kuroo!

— Qué sucede — habló sin quitarse la almohada de la cabeza.

— Necesito que vayas a comprar algo.

— ¿Comprar? — Tomó su teléfono — Es la una y media de la madrugada. ¿No puede esperar?

— Tengo hambre.

— Busca en la cocina.

— Lo sé, pero quiero otra cosa. Por favor, sólo será por esta noche. Lo juro — Suplicó.

— Bien — Habló resignado y Kei le agradeció — Qué es lo que quieres.

— Descuida, no es gran cosa.

—————

— ¡Dios, Kuroo! — Se sorprendió Bokuto al verlo — Luces terrible.

Kuroo bostezó — Kei quería sopa de cangrejo fresco con pepinillos y berenjenas.

— ¿En la madrugada? — Kuroo asintió y Bokuto le dio una palmada en la espalda — Comprendo tu dolor amigo.

Sabía que no debía salir esa noche, desde entonces, Tsukishima lo despertaba por algún nuevo antojo — Ayer quiso pescado con mermelada de fresa. ¡Mermelada de fresa! — Bokuto asintió comprensivo — No puedes ponerle eso al pescado.

— Una vez Akaashi preparó bolas de arroz con relleno de wasabi. Era más wasabi que arroz.

— Fresas en salsa de soja.

— Carne con yogurt y huevo.

— Verduras con cerezas, salsa picante y crema batida.

— Sopa de chocolate, pescado, soya, frutas y curry.

— Bien, tú ganas — Bokuto asintió.

— ¿Cuánto lleva?

— Dos meses.

— Bro — Negó con la cabeza — Que dios se apiade de tu alma.

—————

— ¡Qué son estas horas de llegar! — Gritó enojado.

— Lo siento, lo siento, pero hubo un problema en el trabajo.

— ¿Un problema? ¿Estás bien? — Preguntó alarmado.

— Sí. Estoy bien. Sólo fue un contrato que no iba a poder estar a tiempo.

— ¡Ah! — Se indignó — Entonces tu trabajo en más importante que nosotros ¿Verdad?

— ¿Qué? ¡No! Eso jamás. Mira — Le enseñó una pequeña caja — Te compré un Shortcake.

— ¿De verdad? — Sus ojos brillaron.

— Claro. También tarde por eso.

—Y ni una llamada ¿Verdad? — Volvió a enojarse — Me tienes aquí preocupándome por ti. ¿Y tú? Comprando un pastel.

— Ta avisé que llegaría tarde.

— Sí — Se dirigió a su habitación — Pero llegaste más tarde de lo que dijiste.

— Kei — Los siguió — Apenas diez minutos tarde.

— Diez minutos en los que no sabía dónde estabas.

— Vamos. No es para tanto.

— ¿Qué no es para tanto? ¡Bien!

Cerró la puerta con fuerza. Pasaron unos segundos y la puerta volvió a abrirse. Tsukishima extendió la mano, Kuroo sonrió y le entregó la cajita con el pastel. Volvió a cerrar la puerta y ponerle seguro.

— ¡Esto no es un Shortcake! — Lo escuchó gritar.

— Claro que sí.

— Es una pequeña rebanada.

— Debes cuidar tu salud.

— ¡Te odio! Pero mira… es la rebanada más bonita que he visto. ¡Está pequeña! Aunque tiene un aroma muy delicioso. ¡Dios! ¡Necesito un cubierto! Ah… aquí hay uno. ¿Un cubierto infantil? ¿De verdad? Qué bonito, tiene forma de dinosaurio. ¡Por dios Tetsuro, no soy un niño! Bien, lo guardaré en mi colección de dinosaurios.

Kuroo suspiró e intentó relajarse. Las hormonas. Eran las hormonas. Por suerte la doctora y Bokuto le habían advertido sobre eso y no iba a durar mucho tiempo… Rogaba para que no fuera mucho tiempo.

—————

Tsukishima bajó las escaleras con lentitud. El reloj daba la una de la tarde. Apenas había despertado pero seguía cansado. Encontró a Kuroo en la sala, bebiendo una taza de café mientras leía un libro. Se sentó a su lado y se recargó en su hombro.

— Kei — Apartó el libro y se quitó los lentes de lectura — ¿Estas mejor?

— Idiota — Susurró avergonzado.

— Ja, ja — Lo abrazó — Yo también te amo.

— Gracias… por el pastel… y por… soportarme — Susurró.

— Gracias a ti — Beso su frente — Sigues cansado — Dijo después de que el menor bostezara — Regresa a la cama.

Negó con la cabeza — Quiero estar aquí — Se separó del abrazo y apoyó su cabeza en las piernas del mayor. Poco a poco sus párpados fueron cayendo.

— ¿Tomaste las vitaminas que te dio la doctora? — Kei asintió — Habló Akiteru-san — El menor volvió a asentir — Dice que vendrá pronto — Esta vez Tsukishima quedo quieto. Kuroo lo observó dormir y la tranquilidad que desprendía lo llenó de serenidad — Descansa — Se colocó de nuevo sus lentes, y mientras volvía a prestarle atención a su libro, acariciaba con delicadeza el vientre que apenas comenzaba a abultarse.

Notas finales:

Paciencia Kuroo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).