Capítulo 2: Kuroko está Muerto
Aomine había quedado un poco en shock luego de lo que acababa de ver, no era posible que una persona desapareciese así nada más al cruzar una puerta, y tampoco entendía lo que Aoba estaba diciendo con el nombre del establecimiento.
-¿A…as…asuntos pendientes?
-Tu estas vivo, por eso es que no lo entiendes.
-¿Entender qué?
-Este lugar no es una simple cafetería amigo, es un lugar donde las almas en pena vienen a pasar sus días, un sitio donde los espíritus de aquellos que ya han fallecido se reúnen y toman un ligero almuerzo en su lamento eterno, no estamos en el infierno ni en el cielo, es solo un lugar que frecuentamos hasta que los asuntos que nos retienen sean concluidos.
-¿Quieres decir que todos aquí están?...
-¿Muertos?...Si, así es, cada persona en este lugar ya ha fallecido, pensé que tú también estabas muerto pero no es el caso, es curioso que hayas dado con este lugar, por lo general solo los espíritus logran encontrarlo.
-Mira creo que ya he estado aquí demasiado tiempo- se levanta- lo mejor será que me retire ahora, lamento rechazar el café que me diste pero esto es demasiado extraño y lo mejor será que yo me retire a casa ahora antes de que sea demasiado tarde.
-No hay problema, por cierto para salir de aquí no es necesario perderte en la infinidad de pasillos, toma este pequeño esquema, solo sigue las indicaciones y podrás salir del laberinto rápidamente y volver donde están todos los vivos.
-Ah…gracias…
-Por nada y si quieres volver un día a tomar algo eres completamente bienvenido.
-Muchas gracias, pero no creo que vuelva por aquí.
-Como quieras, ten un buen día.
-Si igualmente, adiós…
Aomine estaba abriendo la puerta del restaurante dispuesto a irse viendo por una última vez antes de intentar salir cuando Aoba le dijo unas últimas palabras.
-Cuídate amigo, saludare a Kuroko de tu parte.
Esas palabras lo detuvieron en seco haciendo que abriera sus ojos, volteo lentamente al interior y se acercó lentamente a Aoba hasta quedar enfrente de él.
-¿Dijiste…Kuroko?
-Sí, Kuroko.
-… ¿Kuroko Tetsuya?...
-Sí, el mismo.
-Kuroko…Tetsu… ¿Él está aquí?
-Bueno, no en estos momentos pero si el suele venir casi diario por lo general.
-Tienes que estar bromeando, tú no puedes conocerlo, ni si quiera saber quién es.
-Yo no bromeo amigo, Tetsu es un chico bajito de pelo celeste con piel muy blanca, un rostro inexpresivo y unos ojos del mismo color que su cabello. Parecen los de algunas razas de perros que he visto.
-No es posible, no puede ser verdad, porque si en verdad es el, eso significaría que Kuroko está…
-¿Muerto? Sí, él lo esta
-Estas mintiendo…lo que dices no es verdad.
-No gano nada con mentirte amigo, solo digo la verdad, pero si no me crees puedes venir mañana, si llegas unos minutos antes de lo que llegaste hoy, es posible que lo veas salir de aquí.
-No te creo nada de lo que dices, sabes que, yo me largo, ¡Adiós loco!
Aomine salió del lugar azotando la puerta fuertemente mientras Aoba le observaba, el chico solo lo dejo pasar y volvió a ocuparse de sus labores.
-Volverás, yo sé que lo harás.
El moreno salió bastante enojado por las cosas que le habían dicho, si bien el pequeño esquema que le dio Aoba en verdad funciono eso no quitaba su ira, cuando llego a su hogar solo se encerró en su habitación, no tenía intenciones de hablar con nade, le acababa de pasar algo muy extraño y necesitaba pensar en paz y tranquilidad lo que había ocurrido, si en verdad ese sitio era lo que Aoba le dijo, y de ser así y tomando en cuenta que parecía conocer a su amigo, eso solo podía significar una sola cosa, que su querido amigo, su amor secreto, Kuroko Tetsuya, había muerto.
Al día siguiente y saliendo poco antes de que terminaran las clases sintió demasiada curiosidad por lo que había ocurrido, por lo que se dirigió a la extraña cafetería, afortunadamente le fue mucho más fácil llegar a la cafetería ahora que sabía el camino, se quedó escondido en el callejón que daba hacia el local observando atentamente por unos minutos, nada parecía ocurrir solo reinaba el silencio en el lugar, estaba a punto de arrepentirse e irse de ese sitio cuando escucho como la puerta estaba siendo abierta, cuando miro vio por unos instantes a aquella persona que estaban buscando desde hacía tanto tiempo, Kuroko estaba justo de pie en ese lugar, se veía exactamente igual que la última vez que lo habían visto, llevaba puesto su uniforme de seirin como de costumbre, pero lo que más le impresiono fue ver la cara de resignación que tenía el chico, como si hubiese perdido toda esperanza. Antes de que pudiese pensar en hablarle Kuroko cruzo el umbral de la puerta y desapareció igual que el chico anterior.
Tras esa sorpresa el salió corriendo de inmediato de ese lugar y no paro hasta regresar a su hogar, entro bastante alterado y dio gracias de que nadie de su familia estuviese en ese momento. Solo entonces comenzó a pensar con detenimiento las cosas, había encontrado a Tesu, pero si él estaba ahí significaba que solo podía ser por una razón, aquella misma que Aoba le había dicho, Kuroko estaba muerto. Él no quería creerlo, no era posible que aquella fuese la realidad, Tetsuya solo estaba desaparecido, no estaba muerto, no podía estar muerto. Sin embargo, en un punto entendió que no podía seguir intentando engañarse, si él estaba ahí la razón era obvia, ya era el tiempo de que aceptase la realidad, su amor estaba muerto. Las lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas mientras apretaba los puños con impotencia, no era justo, no era nada justo que una persona tan buena como Kuroko hubiese muerto.
Aomine entro a su habitación y al cerrar la puerta se dejó caer recargado en ella y al llegar al suelo se cubrió las piernas con sus brazos mientras dejaba que las lágrimas siguieran saliendo, el chico se estaba hundiendo en su dolor cuando pronto se detuvo en seco, comenzó a pensar en algo muy importante. Si Kuroko había muerto y era un fantasma, ¿Cómo fue que murió? Y más importante aún, ¿Por qué su alma estaba atrapada en ese lugar? Se levantó de inmediato y se dispuso a contactar a los amigos de él y el chico, todos tenían que saber lo que descubrió, y también, tenían que averiguar porque Kuroko no podía descansar en paz.
-Tetsu…te prometo que voy a liberarte de ahí.
El resto del día se la paso contactando a los chicos y led dio la indicación de que se vieran mañana diciéndoles que tenía información muy importante sobre Kuroko. El resto de la generación de los milagros y Kagami llegaron al punto que les indico el cual era justo a la entrada del callejón por el que entro la primera vez.
-(Midorima) Bien ya estamos todos aquí, ahora ¿Cuál es esa información tan importante que tenías que decirnos Aomine?
-Creo que he descubierto que le paso a Kuroko y también se mas o menos en donde está, o mejor dicho… a donde suele ir.
-(Akashi) ¿Entonces qué esperas para decirnos? Lo hemos estado buscando durante mucho tiempo como para que te guardes el secreto.
-Con calma, síganme y les mostrare lo que he descubierto.
-(Kise) ¿A un callejón oscuro? ¿Por qué ahí?
-Solo síganme chicos, les prometo que entenderán las cosas una vez que las vean por ustedes mismos.
-(Kagami)…Hagamos lo que él dice, no creo que nos haya reunido si no fuera en verdad algo importante.
Los chicos ingresaron al callejón y comenzaron a seguir al moreno a través de este, el viaje les parecía muy extraño pues no estaban acostumbrados a estar en sitios como ese, además de que por más que intentaban preguntarles a donde los llevaba el otro solo se limitaba a decir que esperasen y se los mostraría. Luego de unos minutos atravesando un sin fin de callejones oscuros, finalmente llegaron a uno donde Aomine hizo que se detuvieran antes de dar la vuelta.
-Es aquí…
-(Mura) Pero aquí no hay nada.
-Solo quédense aquí al borde y miren hacia el local que está aquí adelante, si no me equivoco no debe tardar…
-(Kise) ¿Tardar qué? No entiendo lo que dices.
-Solo hagan lo que les digo ¿De acuerdo? Cuando lo vean por ustedes mismos podrán entenderlo.
Aun algo desconcertados el resto de los chicos solo accedió y se quedaron al borde del callejón viendo al extraño café que estaba ahí adelante, los minutos comenzaron a pasar hasta que finalmente vieron la puerta del local abriéndose, todos abrieron enormemente sus ojos cuando vieron ahí a punto de salir al chico que habían estado buscando desde hace un año. La felicidad que estaban empezando a sentir fue reemplazada por un total desconcierto cuando Kuroko desapareció al cruzar la puerta. El shock inicial los dejo perplejos y lentamente voltearon a ver a su otro amigo en busca de una explicación.
-Chicos…creo que Tetsuya ha muerto.
-(Kise) No es momento para bromas.
-No es ninguna broma. Estoy diciendo la verdad.
-(Kagami) Déjate de juegos, ahora explica cómo es que estaba ahí hace un segundo y desapareció al siguiente.
-Eso aún no lo entiendo del todo, pero si hay alguien que podría explicarnos mejor lo que está pasando, su nombre es Aoba y trabaja en la cafetería de ahí.
-(Akashi) ¿Qué esa ese lugar Aomine?
-Ni yo lo entiendo bien, síganme entremos y el tal vez pueda explicarnos mejor lo que está sucediendo.
Los chicos siguieron a Aomine bastante sorprendidos por lo que pasaba, cuando entraron al local el ambiente era bastante pesado, había unos cuantos jóvenes de nuevo comiendo lentamente sus platillos sin prestarles demasiada atención, un llamado proveniente de la barra los hizo voltear en esa dirección.
-Veo que has regresado y esta vez has traído amigos. ¿Gustan comer pan tostado quemado untado con manteca de puerco? Es el platillo del día en esta ocasión.
-¿Qué fue lo que dijo?
-No le prestes mucha atención a eso Murasakibara, Hey Aoba necesito que nos expliques algunas cosas.
-Yo ya te he explicado todo ayer Aomine, ya sabes que es este lugar.
-Sí, pero mis compañeros no.
-Mira en verdad me gustaría explicarles a ti y al resto de tus amigos las cosas, pero tengo algunos platos que servir si no te molesta, ustedes no son los únicos clientes que vienen aquí.
-Por favor Aoba, necesito que nos expliques bien lo que sucede aquí.
-…ah…está bien, solo espérenme un momento.
Aoba se retiró para servir los platillos mientras el resto de los chicos se sentaba en los banquillos de la barra.
-(Kagami) Hey Aomine, no sé tú, pero me parece que hay algo raro en ese sujeto.
-No solo con él, todo en este lugar es sumamente raro, incluyendo el ambiente deprimente que hay.
-(Kise) ¿Creen que sepa que fue lo que le sucedió a Kurokocchi?
-No lo sé, pero por ahora debemos esperar a que vuelva.
-De acuerdo.
Al cabo de poco tiempo Aoba regreso con ellos y se puso del lado correspondiente de la barra dispuesto a atenderlos.
-Gracias por esperar, ¿Seguros que no quieren ordenar nada?
-(Akashi) No gracias, queremos explicaciones.
-Vaya, directo al punto, eres como tu amigo Kuroko te describió.
-Por él es que estamos aquí, explícanos todo lo que sabes.
El chico de ojos dorados comenzó a relatarles la misma información que le había dicho previamente a Aomine, además de comentarles que Kuroko ya llevaba aproximadamente un año rondando la cafetería.
-(Mura) ¿Un lugar para las almas con asuntos pendientes?
-Exactamente.
-(Midorima) ¿Eso significa que Kuroko tiene también esa clase de asuntos?
-Como todos aquí. Exceptuándolos a ustedes.
-(Kagami) ¿Hasta cuándo estará el aquí?
-Hasta que se resuelvan los asuntos que lo mantienen atado a este mundo, solo entonces podrá seguir adelante, ya sea al infierno o al cielo.
-(Kise) Pero hasta que no lo haga el seguirá vagando como un alma en pena, viniendo a esta cafetería una y otra vez sin fin.
-Oye rubio, haces que mi lugar suene más terrible de lo que en verdad es.
-(Akashi) ¿Quién eres tú por cierto?
-Solo un alma en pena como las otras, el dueño anterior de este lugar ya siguió adelante con su existencia y me lo dejo encargado hasta que mis propios asuntos se resuelvan.
-¿Y esta cafetería? ¿Cuál es exactamente su función?
-Es un punto de reunión para las almas, de esta forma pueden venir y pasar un rato “agradable” comiendo algo.
-(Kagami) ¿Agradable? Nada de lo que tienes en este menú suena precisamente delicioso o apetitoso.
-Lo lamento pero no puedo arreglar eso, es parte del hechizo de este lugar.
-(Aomine) No lo entiendo.
-Ah…no estamos vivos y no estamos en el descanso eterno por alguna razón, ya sea que fuese buena o mala seguimos estancados aquí, este sitio puede ser también como una especie de castigo temporal para las almas, es por eso que la comida de aquí no es precisamente agradable, además no tienen el mismo sabor de la comida de los vivos. Mi menú es más para que el alma se siga lamentando así misma y a su desdichada suerte.
-(Kise) Suena terrible.
-Con el tiempo todos se acostumbran al sabor, créeme.
-(Aomine) Aoba ¿Sabes hacia dónde va Kuroko cuando sale de aquí?
-Nunca me lo ha dicho, el chico solo viene se queda un rato tomando algo y después solo se retira, esa es su rutina diaria, muy similar a la de todos aquí.
-¿Hay alguna manera de ayudarlo?
-Solo cuando sus asuntos sean resueltos, es la única forma.
-(Mura) ¿Cómo podemos saber los asuntos pendientes de Kuro-chin?
-Tendrán que hablar personalmente con él, suele llegar aquí como a las 12:30 del día, estoy seguro que si vienen mañana podrán encontrarlo y hablar con él.
-(Aomine) Parece que tendremos que venir mañana.
-(Akashi) No hay ningún problema.
-(Aoba) Son bienvenidos cuando quieran, solo no importunen a los demás clientes.
Los chicos salieron del restaurante y comenzaron a dirigirse a los callejones para salir, acordaron que llegarían mañana al siguiente día a la hora acordada. Ahora todos sabían la verdad, Kuroko estaba muerto, pero aún estaba en dificultades y era su deber ayudarlo en esta ocasión, pero para un moreno era más que un simple deber, él tenía la fuerte necesidad de saber que le había sucedido a su amor y haría lo imposible para ayudarle.
-(Tetsu, te prometo que te salvare).