Llevaba toda la mañana con la cabeza hecha un lío ¿Qué significaban esos sueños tan extraños que estaba teniendo últimamente? Primero aquellos llenos de angustia en los que se sentía acorralado por algo invisible y posteriormente la presencia de un intruso tan extraño que había optado finalmente personificar a su viejo rival de la infancia. Los suspiros escapaban de sus labios con suma insistencia, se sentía cansado de tanto pensar pero también estaba frustrado de no poder descifrar que había detrás de aquellas historias que se formaban en su cabeza. Tras el quinto bostezo de esa clase se percato de la mirada afilada que lo asechaba con molestia, de un sobresalto aparto la mirada de Ryoga que parecía haber notado perfectamente que lo observaba desde un tiempo atrás.
Al terminar las clases salió rumbo a casa quería caminar solo de regreso al dojo Tendo, había dejado atrás a su prometida que tenia actividades de uno de los clubs a los que estaba inscrita, sin embargo alguien lo seguía de cerca.
- ¿Qué sucede contigo Saotome? - grito a pocos pasos detrás de él.
Volteó para encontrarse con la sorpresa de esa misma mirada cargada de enfado, metió las manos en los bolsillos y adopto aquella típica pose despreocupada mirándolo fijamente pero con poco interés.
- No se a que te refieres – mascullo - Además no deberías estar esperando a A-ka-ne – forzó cada una de las silabas de aquel nombre.
- Ya veo, con que eso es lo que te molesta – el chico de la pañoleta adopto una pose defensiva – He escuchado que eres el prometido de Akane Tendo, pero esa no es una decisión que ella haya tomado por lo que seguiré a su lado si ella me lo permite – la seriedad en su rostro era alentadora.
- Ja! ¿Crees que me interesa esa niña boba? - se giro para continuar su camino sin prestar atención a su adversario.
- ¡Canalla! - y al grito de batalla se arrojo para atacarlo por la espalda. Sin embargo este lo esquivo con excesiva facilidad.
-Vaya, a menos no has perdido tu espíritu de combate mi buen Ryoga - En ese momento sus rostros estaban demasiado cerca por lo que al observarlo desde aquella perspectiva las imágenes del sueño de la anterior noche aparecieron en su cabeza desconcentrándolo por completo -
- ¿De que rayos hablas? - insistía en tratar de atinar algún golpe sin éxito.
- Bah! No estoy de humor para esto – y salto con fuerza trepándose al tejado de una casa para salir de ahí.
Ponto llego a casa donde se limito a entrenar un poco en el dojo, era lo único que podía tranquilizarlo y despejarle las ideas de la cabeza, tiraba golpes sin sentido hacia cualquier dirección y cada vez que se daba cuenta su pensamiento estaba girando entorno a su rival de combate, se sacudía la cabeza y volvía a entrenar pero aquellas imágenes regresaban a su mente. Hacía una comparativa entre el Ryoga real ahora completamente desmemoriado y el ente que se había aparecido en sus sueños. Por más se esforzara estaba desconcentrado y eso lo enfadaba, la mezcla de agotamiento y frustración no era algo común en el por lo que simplemente no sabia que hacer.
Durante lo que restaba de esa semana no fue a la escuela pues pasaba de ver a aquel tipo que seguramente estaría en espera de alguna clase de revancha, pues la ocasión anterior había confirmado que a pesar de la perdida de memoria, aquel chico seguía siendo el mismo Ryoga Hibiki que conocía, impulsivo, tonto y explosivo. Durante las mañanas intentaba entrenar algo y por las tardes salía a correr, ese ritmo estaba causando estragos en el ya que apenas y podía dormir pues se sentía renuente a volver a toparse con aquel ente. Cada que conciliaba un poco el sueño aquella odiosa voz (pues había incluso adoptado el tono de voz de Ryoga) le llamaba e instintivamente despertaba aventando las cobijas.
- Ranma, Ranma.. - Akane lo miraba con cierta preocupación.
- ¿Qué? - apenas si reacciono después de varios llamados.
- Te estoy diciendo que no puedes seguir así, desde que regresaste de ese entrenamiento en China te la has pasado actuando incluso más extraño que Ryoga – repelaba la peliazul.
- ¿Ryoga? … ¿Por qué tienes que mencionar a ese tipo? - el enojo se apoderaba de el a causa de todo lo que traía encima.
- ¿Qué pasa contigo? Deberías descansar un poco ahora te enojas por todo – dijo al ponerse de pie y marcharse.
Aquella noche fue el punto final, con las energías completamente agotadas ya era incapaz de resistirse a dormir un poco el sueño lo venció cerca de la media noche.
Igual que las veces anteriores tan solo cerrar los ojos escucho aquella voz llamarlo.
-Ranma... Ranma Saotome – retintineaba.
Apretó los ojos en espera de poder despertar pero su cuerpo estaba rindiendo cuentas de una semana de excesivo cansancio y no se lo permitió.
- ¿Por qué no me respondes? ¿Por qué rehúyes? - insistía aquella voz oculta entre la inmensidad de la blancura.
- ¡Largo de mi mente! - grito lleno de frustración
De frente una pequeña mancha comenzó a formarse a ya crecer inestablemente hasta adoptar forma humana, luego los colores comenzaron a cubrir aquella figura dándole sentido a las facciones y a los detalles de su cuerpo.
- ¡Rayos! ¿Quieres decirme por que demonios te pareces a Ryoga? - pregunto azorado pero no recibió respuesta.
La criatura (incubú) se observo a sí mismo por unos instantes, veía su cuerpo, sus manos, tocaba su pelo como comprobando cada parte de su ser, mientras tanto Ranma lo observaba cautelozamente.
- ¿Ryoga? - dijo finalmente el incubú - Así que se llama Ryoga - sonrió dejando sobresalir los colmillos por encima de su labio inferior. Aquella imagen le revolvió el estomago a Ranma de una manera extraña pero agradable.
- Responde ¿Por qué te pareces a él? - agudizo su postura preparándose para un ataque.
- No lo sé - dijo al fin con tono victorioso.
Ante esto Ranma bajo la guardia y simplemente lo observo recordando el ultimo encuentro que tuvo con aquel chico y convenciéndose a sí mismo de que eran idénticos, de que si no supiera que todo era parte de un desequilibrado sueño creería que es el real.
- Tu no eres Ryoga – dijo al fin más para si mismo que para la criatura - ¿Qué rayos eres? -
- Ya te lo dije, soy yo, aunque ser Ryoga me parece bastante cómodo - la principal diferencia que noto hacía el real era que este Ryoga desbordaba seguridad en su voz y en su cuerpo lo que le ponía nervioso.
- ¿Y que haces aquí? - insistió
- Bah! Que aburrido eres Ranma – le tembló el pecho al escuchar su nombre con esa autoridad - ¿Por qué solo haces preguntas? ¡Ven! - dijo acercándose a él precipitadamente- Vamos a divertirnos – Lo sujeto de la mano y comenzó a caminar sin rumbo.
- ¿A dónde? - pregunto con desconfianza y el incubú se detuvo en seco volteando a todas partes.
- Esa es una buena pregunta, después de todo después de todo es tu mundo de sueños y podemos ir a donde a ti te plazca – Ante esto Ranma retiro la mano con agresividad.
- ¿Qué quieres decir con eso? -
- Vaya que te complicas demasiado. Me refiero a que aquí todo pasa conforme a tus más profundos deseos – dijo guiñándole un ojo y acercándose peligrosamente a él.
Ranma retrocedió dos pasos completamente confundido, la proximidad que imponía este ser lo incomodaba de una manera inusual.
- ¿Por qué te alejas? - dijo siguiéndolo en su huida desapareciendo el espacio que Ranma creaba – No quiero hacerte daño - dijo casi a pocos milímetros de su rostro.
La actitud del incubú le resultaba complicada de entender y tal vez en otras circunstancias le habría hecho desaparecer pero había algo que se lo impedía, había algo que le atraía hacia esa criatura frente a él, se torturo por algunos momentos pensando en que podría ser, clavando la mirada en sus orbes grises y buscando respuestas donde creía que no existían.
- Y por que debo creerte – dijo al fin bastante nervioso y luchando para que su voz no temblara.
El incubú sonrió con esa apariencia felina que caracterizaba a Ryoga y separando los pies del suelo se acerco de manera ágil e impacto sus labios contra los de Ranma quién petrificado abrió enormemente los ojos y contuvo el aliento. A pesar de ser un simple sueño aquello era muy real, el calor de aquellos labios y el aroma de aquel aliento lo impregnaban todo, su corazón se acerero inexplicablemente y frente a el solo tenia aquella imagen que no dejaba de ser ilógica, cuando se separo dejo la mirada fija en él.
- Ya te lo he dicho. En este mundo todo se desarrolla entorno a tus mas profundos deseos y … - se relamió los labios de una manera muy sensual sin despegar la mirada de él - Tu no deseas que esta persona te haga daño, al contrario …-
Un abrupto peso sobre su cuerpo le hizo despertar milagrosamente de aquella pesadilla, según como él lo contemplaba. Sobre de el yacía el cuerpo inconsciente de un enorme panda que gruñía en sueños. después de empujarlo y quitarlo se dio cuenta que su corazón aun estaba exaltado, agito la cabeza con violencia tratando de borrar aquella imagen de su mente. Jamás había percibido a aquella persona de esa manera ¿Por qué su mente le jugaba tan pesadas bromas con algo completamente imposible e irreal? El resto e la noche no consiguió dormir más.
Después del fin de semana su propio padre (que rara vez fungía como verdadero padre) lo obligo a regresar a la escuela después de faltar una semana casi entera. Iba refunfuñando camino a la escuela en compañía de Akane que no hacía más que observarlo.
- ¡AKANE! - Una voz conocida y en ese momento poco agradable para Ranma se escucho aproximándose.
- ¡Oh! Ryoga que temprano has llegado hoy – dijo sonriente la chica y el correspondió con una encantadora sonrisa que se desfiguro en cuanto vio a Ranma parado detrás de ella.
- ¡Gzz Saotome! - gruño y Ranma trato de borrar lo sucedido en sus sueños.
-¿Esta vez no te has perdido? Vaya que sorpresa – se burlo apartando la mirada del él.
- Me molesta que hables como si me conocieras – dijo algo alterado y con el rostro enrojecido por la vergüenza que a veces le ocasionaba ser tan despistado.
- Tranquilo … - trato de burlarse una vez más pero al ver su rostro enrojecido el pecho e dio un vuelco y lo único que quiso fue salir corriendo de ahí.
Al llegar al enorme edificio que componía la escuela Furinkan se apresuro a refugiarse en la azotea donde los rayos del sol de la mañana lo cubrían casi todo, se dejo caer y coloco los brazos sobre su nuca enterrando su mirada en el cielo. No tenia la mínima intención de entrar a clases pero no sabia que hacer.
- Nihao Ranma – una chirriante vocecilla lo altero he hizo que se levantara bruscamente pero no con la suficiente agilidad como para esquivar el abrazo empalagoso de la chica de cabello morado.
- Ah, hola Shampoo – respondió sin muchos ánimos.
- ¿Qué sucede, acaso no te alegras de verme? -
- Mmh- limitándose a fruncir los labios volvió a clavar la vista en el cielo sin acostarse.
- Pero que grosero eres... y yo que vine hasta aquí solo para traerte un delicioso plato de Soba – Dijo agitando su canastilla frente a Ranma. Quién escucho el replicar de sus tripas por no haber desayunado nada esa mañana - Jaja a menos tu estomago se alegra de verme -
Después de entregar el plato con fideos calientes se sentó muy cerca de su amor platónico con el único objetivo de observarlo comer. Mientras recorría su mirada por la extensión de su acompañante no pudo evitar observar las enormes ojeras que enmarcaban sus ojos.
- No has estado durmiendo bien, luces agotado - comento despistadamente.
- Si un poco – hablaba con dificultad mientras devoraba la sopa caliente.
- ¿Sucede algo que no me hayas dicho? - adoptando una postura felina la chica casi pego su rostro al de él, se ruborizo un poco y cambio de dirección la mirada.
- No. Nada que contarte- dijo un poco molesto evitando recordar aquello que lo tenia tan enfadado.
- ¿Seguro? - dijo pegándose aún más a él para intimidarlo .
- Muy seguro .... aunque – Reafirmo su postura y su mirada cambio siendo un poco más astuta - ¿Dime Shampoo qué sabes tú acerca de los sueños? -
-¿Sueños? Jajaja pues mi sueño es casarme con Ranma y tener una hermosa familia con 10 hijos – dijo con una amplia sonrisa y un ademan de grandeza.
- ¡Tonta no me refiero a eso! - Repuso enfadado y algo avergonzado, se puso de pie con la intención de irse – Me refiero a la existencia de demonios de los sueños …. - inmediatamente se sintió muy estúpido de lo que acababa de decir.
Se coloco en la orilla del techo y dio un largo salto alejándose sin esperar respuesta de la joven china que lo observaba con una mirada felina.
- ¿Demonios de los sueños? - torció la boca y salió de ahí.
Tras el incomodo encuentro con Shampoo decide ir a dar una vuelta para despejar su mente, pierde completamente la noción del tiempo. Su cuerpo esta algo tembloroso del agotamiento y cae presa del cansancio rodando directamente hacia un pequeño riachuelo.
- Que interesante. Una linda peliroja me ha venido a visitar – la voz de Ryoga consigue despertarlo haciéndolo sobresaltarse.
- ¡He! La chica se levanta de un salto al ver que reposa en los brazos de su antiguo rival.
- No cabe duda Ranma que eres un … una criatura muy interesante – su voz tiene una carga tan fuerte de seguridad que hace recordar que no se trata del Ryoga real.
- ¡Tu de nuevo! - mantiene los puños apretados a sus costados temblando de ira.
- ¿No te alegras de verme? -
- ¡Claro que no! Solo quiero que desaparezcas – Grita con fuerza.
-Es mentira – dice con tranquilidad – Ya te dije que este es tu mundo, y si sigo aquí es por que así lo quieres – le devuelve una sonrisa acompañada de un brillo desconcertante en la mirada.
- SI es mi mundo... entonces – Aprieta los ojos y repite insistentemente en su mente "Largo, desaparece, largo, desaparece, largo, desaparece" tratando de convencerse a si misma de que es lo que más desea.
Sin embargo su mantra se ve interrumpido por la abrupta invasión de su espacio personal y el roce de unos cálidos labios que se unen a los suyos, al abrir los ojos se topa con la mirada grisácea que parece devorarla y presa de la frustración e ira aprieta su puño atinando un fuerte golpe en el rostro del incubu que retrocede proyectándose en la nada....
Al abrir los ojos la sensación de calor en su puño le hace desconcertarse pensando que atravesó incluso los limites del sueño y la realidad, sin embargo se da cuenta casi de inmediato de que su Kuno Tatewaki reposa en el piso en completo Nock out.
- Cabellos de fuego.....- susurra en la inconciencia.
Aprieta un par de veces el puño para desaparecer la incomoda sensación de hormigueo que se ha apoderado de casi todo el brazo.
- Agg... maldición ¿Qué hago en casa de los Tatewaki - Se levanta y va en busca de la salida aún con la frustración que le dejo aquel desagradable sueño.
CONTINUARÁ...