-Alibaba-
Ayer quería acompañar a Aladdin a su casa, pero nos volvieron a interrumpir, mientras estábamos caminando nos encontramos con su surtidor y como tenía que hablar con el decidí irme para no molestar. ¡Me siento frustrado! El único momento del día en que puedo verle es en las mañanas y eso por un breve rato. Cada día me hace más falta. Quiero conocer más de él, saber sus gustos, ver donde vive...¡todo!-suspira-Tengo tantas ganas de verte, me siento triste si no te tengo cerca. Lo peor es que hoy no lo haré, vas a estar muy ocupado.
Tendré que ir al colegio sin haber visto tu hermosa sonrisa ni haber comido tu delicioso pan.
Sale de su casa con desgano. Camina tan lento que bien parece que su cuerpo esta hecho de plomo.
-¡Alibaba-chan!
No hay respuesta.
-¡Alibaba-chan!-engrosa su voz.
-¡Ah! ¡¿Kougyoku?! ¿Qué sucede?
-Te estaba llamando, pero veo que últimamente tu cabeza anda por otra parte-suelta a reír.
-Perdón, es que...
-Andas triste.
-¡¿Cómo sabes?!
-Soy tu mejor amiga, además eres muy transparente.
-Si, estoy mal.
-¿Es por Aladdin?
-Así es, lo extraño mucho. Se que apenas han pasado algunas horas desde la última vez que nos vimos, pero recuerdo su bella carita y me dan ganas de estar a su lado en todo momento. El me llena de alegría y mucha energía, con cada sonrisa suya hace enloquecer mi corazón.
De pronto escuchan las campanas del colegio.
-¡Corre Alibaba-chan o llegaremos tarde a clase!
-¿Eh? Si...
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Ya en el salón el rubio se acerca a su pupitre, toma asiento, suspira y ve por la ventana.
El profesor Kouen entra al aula y comienza la clase.
Así pasaron las horas y poco a poco fué animándose pensando en que mañana definitivamente vería al pequeño que roba cada suspiro suyo. Si, hoy tenía que animarse.
Ya en el descanso...
-Que cara tan desagradable haz tenido todo el día.
-¡¿Judal?!
-Oh, vamos. Nuestro amigo está deprimido.
-¿Qué haces aquí vieja?
-Es que me quedé preocupada por Alibaba-chan.
-¡Muchas gracias Kougyoku, Judal!
-¡No nos agradezcas hasta que hayamos hecho algo por ti!
-Ella tiene razón.
-Eres nuestro amigo y queremos lo mejor para ti.
-Chicos...
-Y a todo esto ¿cuál es el problema?
-Estoy enamorado de un amigo.
-Espero no ser yo-dice bromeando el azabache.
-¡Claro que no tontito! El ama a alguien más.
-Si, amo a Aladdin.
-¡¿El enano de los panes?!
-Si, ¿lo conoces?
-Claro, ¿cuánto crees que recorre por día?
-Yo...no lo sabía.
-Ese chaparro es un buen chico, más te vale que lo hagas muy feliz.
-¡Si! Pero...
-¿Pero qué?
-No se si el siente lo mismo que yo.
-¡Ten más confianza!-dice la chica.
-Así es, eres algo torpe, pero tienes lo tuyo.
-Gracias, creo.
-¡Ya sé! ¡Hazle una serenata! Eso nos enamora y supongo que podría funcionar también con un chico.
-¡Buena idea vieja! Alibaba, sabes tocar un instrumento ¿no?
-Si, el violín. Tome clases-responde el oji miel.
-Eso no sirve, tiene que ser algo más pesado, lo romántico y de tonada cursi ya paso de moda.
-¡No le hagas caso Alibaba-chan! Aún gustan esas cosas, pero en parte me parece interesante la propuesta de Judal-chan, sería bueno hacer una mezcla. Yo se tocar la guitarra.
-Y yo la batería.
-¡¿De verdad me ayudarían?!
-¡Por supuesto! Para eso están los amigos-dice Kougyoku.
El rubio se acerca a los dos chicos y los abraza.
-¡Gracias! ¡Muchas gracias!
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Al terminar las clases...
-Alibaba-
Gracias a la ayuda de mis amigos pude hacer una gran selección de posibles canciones para dedicarle a Aladdin, también tomamos en cuenta los instrumentos que podríamos usar para esta. Si, ya quiero ver a...
-¿Ala-ddin?
-¡Alibaba-kun!
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-Aladdin-
-El día de ayer Koumei-onisan, mi surtidor de materia prima me pidió hacer un pastel para su hermano Kouha, hoy es su cumpleaños. Le echaré muchas ganas, espero le guste. Empezaré temprano para terminarlo antes del medio día, así que por hoy no saldré a vender pan. Estoy muy emocionado, lo único que me inquieta es no ver a Alibaba-kun hoy, ya que me alegra todas las mañanas al verle salir de su casa. Me pregunto si al menos pensará un poquito en mi-comienza a reír-¡Ah, ya está! Voy a sacarlo del horno.
Saca cuidadosamente el pan para el último piso del pastel, luego lo coloca junto a otros en la mesa y empieza a hacer lo que más le gusta, la decoración.
Después de un rato...
-¡Listo!
Sale de su casa y afuera le esperaba el chico pecoso.
-¡¿Ya esta?!-pregunta sorprendido el pelirrojo por la rapidez.
-¡Si!
-Entonces voy por el.
Ambos entran a la casa, el pequeño le indica el camino, mientras que el otro sabiendo el lugar saca con extremo cuidado el gran pastel que preparó.
-Gracias por hacerlo Aladdin, Kouha se podrá muy contento de probar un pastel hecho por ti, ya que a él le gusta mucho lo que preparas.
-Koumei-onisan-se sonroja.
-Bien, ya no te quito tiempo, se que vas a estar muy ocupado-le extiende un sobre con dinero-cuídate.
-Gracias, igualmente.
El mayor se retira del lugar mientras que el pequeño panadero regresa a su casa.
-Tengo hambre, me pregunto si hay algo para comer, voy a ver el refrigerador, pero primero guardo el sobre sino lo voy a perder.-Sube a su habitación y abre una caja de metal algo gastada, se dispone a guardar el sobre pero este resbala de sus manitas y pone al descubierto el dinero.-¡¿Eh?! Me pago más de lo acordado-Entre los billetes se encuentra una nota que dice:
<
Muchas gracias.>>
-Entonces voy a ahorrarlo, desde hace tiempo quiero comprar otro horno, me ayudaría mucho. Gracias Koumei-onisan-sonríe-Bien, ahora a comer algo.
Baja las escaleras y abre la puerta del refrigerador.
-No hay leche, iré a comprar. De paso voy a surtirme de despensa.
Sale nuevamente de su casa.
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Después de un rato...
-Aladdin-
-¡Hoy fué un buen día! Encontré muchas cosas en descuento.
Sigue su camino hasta dar frente a la casa del rubio.
-Estando afuera de tu casa hace que me den ganas de verte.
-¿Ala...ddin?
-¡Alibaba-kun!
El mayor corre con desesperación a donde se encuentra el pequeño panadero. Lo abraza con tanta emoción que llega a cargarlo.
-¡ALADDIN! ¡Aladdin! Parece un sueño, te extrañé todo el día. Me siento muy triste si no te veo, pensé en ti cada minuto, extrañaba tanto tu linda sonrisa, tu hermosa voz-sujeta al menor con más fuerza.
-Ali...baba-kun...
-¡Disculpa!-suelta el agarre-¡Soy un tonto! Me dejé llevar por el momento.
-No te preocupes-sonríe-yo también te extrañé.
-¡¿De verdad?!
-Si, mucho.
-Me hace muy feliz escucharlo. Porque yo...¡te quiero! No, yo...-lo toma de los hombros y le mira a los ojos mientras sonríe con dulzura-te amo Aladdin. No sé desde cuando me enamoré de ti, pero se que quiero tenerte siempre en mi vida y no sólo como amigo, quiero que seas la persona a la que le entregue el corazón.
-Alibaba-kun...-suelta a llorar.
-¿No te gustó la idea?
-Al contrario, creí que solo yo te quería de esa forma y que tú solo me veías como a un hermanito, también me gustas. ¡Me gustas mucho!
-¡¿Lo dices enserio?!
-Si.
El oji miel vuelve a abrazar al menor.
-Aladdin puedes contarme todas tus penas y alegrías, te prometo que estaré siempre para ti. Ahora más que nunca, ya no estas solo.