-No te muevas…- La somnolienta voz del menor logró sacar una sonrisa en DaeHyun, quién suspiró y se inclinó para dejar un beso en la frente contraria.
-Debo moverme. Tengo una entrevista en dos horas. Mi manager va a venir a joderme si no cumplo- Picó suavemente el costado ajeno, haciendo que YoungJae se girara rápidamente, cubriéndose hasta el cuello.
Soltó un quejido.
-Mierda…- Jadeó, apretando luego los labios para no soltar una palabrota en tono más alto. Su espalda baja dolía a horrores y si eso había pasado sólo por voltearse, no quería ni pensar como sería cuando se levantara. DaeHyun arqueó una ceja y se recostó nuevamente, tomando por los hombros a YoungJae y besando su nuca.
-¿Duele?- Deslizó una de sus manos por el cuerpo adverso, sonriendo y contorneando su cintura. Cuando iba hasta su trasero, YoungJae lo golpeó.
-¡No te burles de mí, imb…- Un segundo golpe fue detenido por el punzante dolor que regresaba en cuanto intentó incorporarse. El mayor comenzó a reír, negando un par de veces al mismo tiempo que se acercaba a acariciar la cabeza de un adolorido y frustrado YoungJae.
-Ya, no hagas drama. Puedes quedarte aquí hasta que te sientas mejor- Murmuró con los labios pegados a la nuca contraria, ahogando con besos las ganas inmensas que tenía reír.
-¿Por qué querría quedarme aquí?- Las palabras salieron ahogadas, ya que su rostro se había girado, clavándose en la almohada; el reconfortante aroma de DaeHyun lo hacía sentir mejor.
-Porque apenas y puedes moverte… además, me encantaría que cuando regresara de cumplir mi agenda, estuvieras aquí con una deliciosa cena lista y sólo una camisa mía puesta- DaeHyun estaba a punto de ponerse a babear por la imagen mental cuando un puñetazo le regreso a su triste y poco sexy realidad. -¡Maldición!-
-¡Pervertido! ¿Crees que soy tu maldito juguete? – se arrastró por la cama, tratando de escapar del tacto ajeno, pero el peliplateado fue más rápido y mientras con una mano se cubría la mejilla, con la que mantenía libre trató de detener al menor rodeando su cintura. -¡Suéltame!- Pataleó furioso y aunque cada movimiento le hacía quejarse de dolor, no pudo evitar el palpitar fuerte de en su pecho al sentirse cerca de DaeHyun otra vez.
Maldita sean sus hormonas de adolescente incluso a esta edad.
-No voy a soltarte, no te dejaré ir de nuevo…- El dolor en la voz contraria hizo que YoungJae se detuviera, sintiendo el pesado respirar de DaeHyun perderse en su nuca. –No luego de que dijiste que me amas… no, no puedo.-Jadeó- Quédate, por favor. No tardaré- Todas las extremidades del menor temblaron y su corazón latió con la misma fuerza, aunque un tanto más tranquilo. Estaba conmovido. DaeHyun se aferraba a él como la única tabla en el mar donde naufragaba y YoungJae se preguntó cómo alguien podía derretir de esa manera todo su ser ¿Por qué era tan adorable? Incluso aunque no lo veía, podía asegurar que tenía un ridículo puchero en sus labios y los ojos aguados por las ganas de llorar como bebé berrinchudo…
Tan estúpido, tan infantil… tan suyo y tan tierno.
-… Pero tráeme pizza cuando regreses. No cocinaré- Sentenció con un violento sonrojo atacando sus mejillas. Al instante, la parte trasera de su cuello fue atacada con emocionados besos, haciéndole sonreír por lo cálido que el momento se sentía.
-Te traeré dos, lindo- Pronunció en tono meloso, provocando que YoungJae fingiera vomitar. –Además, aquí no hay cocina-
-Ya vete o tu manager vendrá a patearte el trasero- Advirtió sin poder borrar la sonrisa estúpida de su rostro y cuando Dae le giró cuidadosamente y se colocó sobre él, no pudo hacer más que suspirar por lo perfecto que lucía.
-¿Qué debo hacer?... I don´t wanna go… please, let me stay here, with you- un escalofrío recorrió la espalda de YoungJae, haciéndole estremecer de pies a cabeza.
-Eres un irresponsable- Respondió inflando las mejillas, un acto que ante los ojos de DaeHyun había sido simplemente hermoso. –Vete, no me moveré de acá… al menos que me de hambre y quiera ir a comer algo-
-Ah, no. No salgas ¿Y si te raptan? No podría soportar que te aparten de mi lado- Dramatizó, ganándose un nuevo golpe en el hombro pero esta vez más suave, haciendo notorio el sonrojo del menor.
-No te quejes, soy yo el que estará aquí solo todo el día…- “extrañándote” pensó, pero sólo decidió desviar el rostro y salvar la poca dignidad que le quedaba.
-¿Crees que puedes aburrirte? Mi entrevista será en vivo. Puedes verla para pasar el rato- YoungJae consideró eso como una buena opción, pero no se lo diría.
…
-No me interesa tu cochina boda- Exclamó tiernamente Bang YongGuk, tirando un par de bolsas sobre el sofá del departamento que compartía con su hermano temporalmente. Ambos habían acordado mudarse juntos por un tiempo debido a los últimos arreglos que debían preparar para la colaboración en el disco del menor. Sin contar que aún debían terminar la canción en la que participaría DaeHyun.
YongGuk extrañaba a JunHong, mucho.
-Por favooooooor. Sólo quiero que te pongas ese lindo traje que elegí para ti. Hace juego con el mío- El Bang menor se giró alzando una ceja
-¿Para qué demonios querría hacer juego contigo?-
-Porque me amas y en el fondo quieres casarte conmigo- La respuesta de YongNam le hizo palmearse la frente y negar un par de veces
–Sí, claro. Siempre he soñado con eso-
-Tu sarcasmo me duele… ah estás muy irritable ¿Es culpa de JunHong? Te dije por qué ni él ni su hermana deben interrumpirnos. Estamos en medio de…-
-“una obra de arte en proceso”- Suspiró –Y… ¿”su hermana”? ¿Acaso no es tu prometida? con la que te recuerdo que vas a casarte en una semana.- Una enorme y complacida sonrisa se asomó por los labios de YongNam y YongGuk quiso darle un golpe en la cara ¿Acaso no extrañaba a su novia? Él sentía que cada parte de su ser pedía a gritos estar con JunHong y eso le carcomía el alma. Pero luego estaba su hermano, sonriendo y paseándose como si nada, sólo llamando por las noches a su cuñada y sobre todo haciéndole sentir un exagerado por necesitar con tantas ansias un abrazo de su precioso robot.
-Sí, voy a casarme y justo por eso debemos terminar este proyecto lo más rápido que se pueda. Necesitamos tener la mayoría de esto listo para que puedas grabar mientras yo me voy de luna de miel- El mayor de los Bang alzó ambos brazos, emocionado y como si fuese un niño pequeño, fue a tirarse sobre un cansado y estresado YongGuk, quien bufó al golpearse parte de la cabeza con el filo del sofá.
-Pude haber muerto, ugh…- profirió tentando con sus dedos la parte afectada.
-Shhh.. hoy vamos a tener mi despedida de soltero, solos tú y yo- Su tono de voz era tan bajo que el menor no pudo evitar sentirse algo cohibido –Además- pegó ambas frentes –quiero que escuches la canción que preparé para DaeHyun y para ti.-
-¿Qué? No jodas, una despedida de soltero debería ser más que eso ¿No? Además, te encanta beber pero nunca has querido beber conmigo-
-YongGuk-
-¿Qué?- YongNam sonrió una vez más, levantándose y ayudando al menor a hacer lo mismo.
-Cállate y obedece-
…
YoungJae había hecho muchas cosas “locas” según su punto de vista. Un claro ejemplo era haberse acostado con su propio primo luego de haberse embriagado y sabrá Dios que otras cosas más. También recordaba haberse saltado una que otra vez las clases en la universidad, harto de seguir el jodido y monótono sistema.
Sí, desde su punto de vista, había sido todo un “malote”.
A pesar de ello, esta se sentía como la peor de sus locuras. Estaba ahí, recostado en la cama que DaeHyun había ocupado ya por varios días y vistiendo nada más que una camisa que había encontrado en su closet y unos bóxer que de igual manera, no eran suyos. Mantenía la mirada serena sobre la pantalla de televisión frente a él y abrazaba insistentemente la almohada donde el mayor había descansado su cabeza toda la noche anterior; en sus ojos, se reflejaba la imagen de Jung DaeHyun riendo ante una pregunta bastante incómoda.
-¿Y bien? ¿Quién era ese chico? Según fuentes muy confiables, nos dijeron que estaban en un bar cercano al centro de Seúl –
Maldita sea, que les dieran, que les dieran a todos de la manera más dolorosa posible. Hasta ahora, la entrevistadora no había revelado nada de sus encuentros “subidos de tono” los cuales YoungJae vagamente recordaba, pero sí había notado cierto tono de picardía en aquella pregunta.
-Joder, idiota… no respondas-
-Bueno… no creí ser lo suficientemente famoso acá como para que me reconocieran de esa manera-
-¡Tarado!- Gritó YoungJae, lanzando la almohada directo a la pantalla -¿Tan difícil es decir que no eras tú? Idiota, idiota- La chica soltó una pequeña risita algo divertida y notó como DaeHyun se tensaba y trataba de sonreír.
-Bueno, dejaré ese tema hasta aquí, no quiero que te pongas muy nervioso. Mejor hablemos de la colaboración que tendrás con una de las grandes promesas de TS entertainment, Bang YongGuk- YoungJae se dejó caer de vuelta sobre el colchón, ligeramente aliviado ante la forma tan tranquila en que la mujer había cedido.
A pesar de eso, él sabía que aquello no terminaría ahí.
-Encontraremos una solución, todo estará bien… -murmuró para sí mismo, enredándose entre las cobijas y dejando que el suave pero masculino aroma de DaeHyun le calmara.
De pronto, justo cuando se estaba quedando dormido con el sonido de algún comercial de fondo, escuchó la puerta ser golpeada un par de veces; supuso que no era su primo, ya que de haber sido él tan sólo habría abierto con su llave. Se sintió un poco cohibido y se cubrió aún más.
-Escucho la televisión, sé que hay alguien… ¿Me permite un momento? Sólo quiero preguntarle algo. Estoy buscando el cuarto de alguien- Jadeó, sintiéndose atrapado y sin más decidió levantarse; tal vez era la señorita de la limpieza o algo así. Sólo esperaba que no le pidiese desocupar el cuarto para que pudiera limpiar.
-Voy- Dijo en tono algo fuerte y rápidamente buscó sus pantalones. Toda la ropa de ambos estaba hecha un desastre en el piso y aquello le hizo enrojecer; lo dejaría así, total, no esperaba que la otra persona entrara si sólo quería preguntar algo. Entreabrió la puerta y asomó apenas parte de su rostro.
Esa definitivamente no podía ser una señorita de limpieza. Estaba bien vestida con una falda poco más debajo de la rodilla y con una blusa pegada al cuerpo que resaltaba su esbelta y hermosa figura; YoungJae creyó que si fuese heterosexual, estaría babeando. Su larga cabellera negra ondeó suavemente en cuanto la mujer le sonrió y alzó el rostro para verle.
-Hola, lamento molestarlo… es sólo que estoy buscando a mi novio. Me dijeron que se hospeda aquí, pero no me han dado su número de cuarto. Incluso tuve que rentar una habitación para que me dejaran pasar- bufó graciosamente, haciendo que Jae sonriera con un poco más de confianza, escuchándole atentamente –He preguntado en varias habitaciones y comienzo a frustrarme-
-Uhm…- carraspeó algo incómodo, llevando por unos segundos la mirada al interior del cuarto, admirando el desastre- ¿Por qué no le llamas para preguntar dónde está?-
-La llamada no entra, supongo que está apagado…él no sabe que vine desde Estados Unidos para verlo, soy una sorpresa- la chica sonrió una vez más, ilusionada y por alguna extraña razón, YoungJae quiso ayudar. A pesar de no ser muy sociable, el joven sabía muy bien toda esa emoción que la chica podía estar sintiendo, por lo que reunió todas sus fuerzas para tratar de hablar con un poco de soltura.
-Yo… bueno, no me hospedo aquí realmente- dijo con calma –pero tal vez el chico que si lo hace pueda ayudar. Ahora no está, pero si le llamo puede que nos de informes- No estaba muy seguro de si Dae conocía a sus vecinos de cuarto, pero confiaba que al menos con un par de señas distintivas pudiera saber si el cuarto del novio perdido estaba cerca o no. –O tal vez no tarde en volver-
-Bueno, mi novio llama mucho la atención y de hecho, si ves televisión recientemente puede que lo conozcas- Vaya, al parecer ese hotel era bueno hospedando celebridades. YoungJae ladeó la cabeza, esperando a que la chica continuase; era cierto que no solía ver televisión pero al menos esperaba poder sentir que conocía el nombre de alguna parte. –Se llama DaeHyun. Jung DaeHyun, es alto, muy guapo y…-
-Es cantante- interrumpió con la voz ahogada debido a lo mucho que su garganta se había cerrado. Con las manos temblorosas, abrió la puerta por completo, dejando que la chica admirara todo el desastre de prendas y la cama desordenada. –Este es su cuarto-