-No es temporada de lluvias ¿Por qué llueve? – Las pequeñas manos de YoungJae tocaron el vidrio del gran ventanal; bueno, para él en ese entonces era un "gran" ventanal.
-¿Qué?- DaeHyun se giró sobre el sofá para poder ver lo mismo que su primo, apoyando ambas rodillas sobre los cojines y colocando sus dos brazos en el respaldo- ¿No debería llover?
-Mamá dijo que no es normal que llueva en estos meses del año- Explicó el más pequeño, acomodando sus lentes –Y yo leí que...-
-¿Lees?- La voz sorprendida del moreno de 7 años resonó en toda la habitación -¡Que aburrido!-
Hasta hace unos meses, tal vez se habría reído de eso, pero no sabía porque de pronto un bufido escapó de sus labios; todos los niños lo consideraban "raro"...
-Por eso eres tonto- Dijo el otro manteniendo un tono serio para nada normal en un niño de su edad –Ya me quiero ir a mi casa, no me gusta estar contigo- El pequeño YoungJae estaba consciente que no hace mucho, cuando tenía más o menos la edad de 5 años, podía mantener una relación medianamente estrecha con su primo, pero ahora no sabía porque estar cerca de él le generaba cierto descontento.
En cambio DaeHyun por alguna razón se sentía triste.
-No me digas tonto. Eso es grosero- Frunció los labios, mirando molesto al contrario quien sólo bajó del sofá con calma.
-No es grosero decir la verdad-
-¡Es grosero decirle tonto a alguien!-
-¡No me grites!-
-¡Es mi casa y grito cuando quiera!-
-Tonto dando respuestas de tontos ¡Tonto, tonto!-
El primer golpe lo había tirado un furioso DaeHyun, haciendo que el menor tuviese que cubrirse el rostro por instinto.
Patadas, manotazos, gritos y un montón de "tontos" habían saltado por toda la habitación, colocando alertas a los adultos que hasta hace unos momentos disfrutaban de una pacífica charla en la cocina. El ahora DaeHyun de 23 años no recordaba quien había sido el primero en llorar, pero sí que recordaba las palabras que había gritado cuando ya ambos yacían entre los brazos de sus respectivas madres, gruñendo y queriendo seguir tirando golpes llenos de furia y frustración.
-¡Eres un niño horrible! Por eso tú papá se fue-
En esa época se sintió victorioso. Su madre le había regañado, era cierto, pero la mueca de sorpresa de YoungJae sumada a sus lágrimas las cuales se intensificaron debido al comentario ajeno, fueron como la gloria para él; al fin le estaba ganando a su prepotente y "sabelotodo" primo menor el cual para ser tan pequeño era un presumido.
No se había sentido culpable, ni siquiera en la noche, cuando los gritos de YoungJae llorando le despertaron.
"¿Es verdad que se fue por mi culpa? ¿Me odia? ¿Qué le hice? ¿Qué debo hacer para gustarle?"
En momentos como ese, DaeHyun se preguntaba cómo era que aquel recuerdo no le había atormentado hasta ahora; ¿YoungJae lo recordaba? Probablemente no, ya que jamás había escuchado del tema durante su estancia en casa de su tía.
O tal vez lo había recordado de la nada años después, como a él acababa de pasarle.
Se incorporó, frotando su rostro con ambas manos para medio despertar y su mirada lentamente se paró sobre el reloj de pared.
-¿Ocho? ...- Fue entonces que se dio cuenta de lo oscuro que estaba el ambiente. Recapitulando, se había tirado a llorar y luego de la nada el sueño le había vencido... okay, necesitaba ir a conseguir algo de comer.
Se vistió ya que no había tenido oportunidad de hacerlo y luego de darse un rápido vistazo en el espejo y acomodar su cabello salió de la lujosa habitación. Revisó llevar su cartera y celular, avanzando despreocupadamente, aunque en su cabeza aún se repetían ciertas escenas del sueño que había tenido hace un rato... ¿Sería buena idea buscar a YoungJae?... ¿Ese sueño significaba algo?
-¿Saldrás?- La voz firme de su manager le sacó de todo pensamiento, haciendo que se detuviera de la nada y se girara a mirarlo –DaeHyun, sabes que no me molesta en absoluto que quieras ser "independiente" pero por Dios santo... creo que hasta tú sabes lo que estás haciendo mal ¿No? Te estuve llamando como un loco todo el día.- El mencionado rodó la mirada y se cruzó de brazos, era cierto que notaba lo mal de su actitud... aun así no dejaría de lado su porte prepotente; nunca dejaba que nadie le dijera que estaba bien o que estaba mal aunque en el fondo estuviese asustado. Ese Jung DaeHyun ya no existía más.
-¿Esperas que me disculpe? – Habló con una ceja alzada
-Espero que seas más responsable, sólo eso. Afuera hay un montón de fans que se enteraron de tu estadía aquí. Hasta que no te encontremos una casa, creo que debes permanecer dentro del hotel y no salir para nada. Pondremos a tu disposición a alguien para que...- Las palabras del hombre fueron detenidas por la mano de DaeHyun, la cual se colocó frente a su rostro.
-Escucha, no voy a quedarme toda la vida encerrado en este lugar-
-No será toda la vida sólo...-
-Sí, sí. Sólo hasta que me consigan un departamento- Habló imitando la voz de su manager, lo cual aparentemente le molestó –Para empezar, tengo hambre y mucha, sabes cómo me pongo cuando tengo hambre-
-¿Qué hay de tu asistente? ... ¿Emily? –Cuestionó el señor intentando recordar el nombre de la muchacha -¿Por qué no le pides a ella que te haga todo como siempre?-
-Porque es estúpida y se queja mucho. Le di vacaciones- El menor se miró las uñas desinteresadamente
-Tú no puedes darle vacaciones... ah- Suspiró cansado, frotándose el rostro con desesperación; era verdad que en todos esos años le había tomado cariño a DaeHyun, pero a veces también le sacaba de sus casillas.
-Mira, si estás molesto porque no fui al trabajo hoy...no me sentía de ánimos- Se sinceró, lanzando un suspiro.
-¿Qué hay ahora? ¿Te sientes mejor?- Se cruzó de brazos, creyendo que aquello era sólo una excusa barata. DaeHyun en cambió desvió la mirada, soltando un suspiro más –Dae... - susurró el hombre, suavizando su expresión -¿Necesitas hablar?-
El moreno había perdido la cuenta de los años que llevaba sin mostrarse débil pero justo en ese momento tenía tantas sensaciones acumuladas que comenzó a dudar en si proferir un "si" o un rotundo "no".
Porque él no le daba explicaciones a casi nadie, él sólo vivía la vida y no se preocupaba por nada... por nada excepto YoungJae.
Estúpido, precioso y perfecto Yoo YoungJae.... ¿Por qué tenía que volver su vida todo un caos ahora?
-Sí, lo necesito-
...
-Me acabo de arrepentir- DaeHyun estuvo a punto de dar la vuelta y salir corriendo pero su cansado manager le tomó del brazo, rodando la mirada. Ahora se daba cuenta de que ayudarle a descubrir si su familia residía en el mismo lugar de siempre no había sido una equivocación.
-DaeHyun, es el momento de ser un hombre. Sólo será una visita familiar ¿No? Si esto está superado entonces podrás entrar allí, saludar y tener una charla muy linda con tu primo y tu tía- La palabra primo le causó escalofríos y no pudo evitar suspirar.
-¿Qué pasa si me odian? No quiero estar en una casa donde no soy bienvenido-
-Por Dios. Si no tocas la puerta jamás sabrás si te odian, si te extrañan o que. Sólo hazlo-
-Kang, para ti es muy fácil. El amor de tu vida no está allí adentro- El joven se soltó del agarre ajeno, revolviendo su cabello.
-Vaya, al fin lo admites. Ese es un gran paso... - El mayor se rió logrando sacar un bufido de los labios contrarios –Si quieres puedo acompañarte para que no te sientas solo –DaeHyun se colocó sumamente pensativo de un momento a otro y luego de jugar con sus dedos durante aproximadamente dos minutos, asintió.
Eran las 2 p.m de un sábado cuando el manager Kang tocó aquella puerta.
DaeHyun no pudo evitar pensar que los bonitos ojos de YoungJae le abrirían con una expresión de expectación completa; esperaría tal vez al hombre del correo o algún amigo de... ¿La universidad? ¿YoungJae ya se había graduado? ¿Ya era un poco más sociable como para tener amigos? ... Joder, tantas preguntas y una sola forma de conseguir respuestas.
-Buenas tardes... ¿DaeHyun?- Su tía le tomó por sorpresa y no pudo evitar sonreír como acto reflejo al verle; era cierto que habían tenido un último encuentro no muy favorable con ella, pero la forma en que la mujer le miró, como si de verdad estuviese contenta de verle le hizo disipar todos sus miedos.
-Tía... ha sido mucho tiempo- Se acercó volviendo momentáneamente a la incertidumbre, sin saber si abrazarla, darle la mano para saludar o sólo mover su mano como un tonto frente a ella a modo de saludo.
La mujer se le adelantó, estirando ambos brazos y envolviendo el joven cuerpo de su sobrino en un apretado y reconfortante abrazo.
-¡Pero como has crecido!.. y mira, luces tan guapo- La señora Yoo se separó lo suficiente para tomar el rostro del moreno entre sus manos, examinándolo con cuidado.
Esperaba que le gritara que se fuera, que le mirara con desprecio o cualquier otra cosa... pero no. Ahí estaba, sonrojado por la excesiva atención de su tía quien ahora hacía pasar a ambos al lugar manteniendo una inmensa sonrisa en el rostro.
-Él es mi manager- El mencionado estiró una mano para estrechar la de la mujer y luego hacer una reverencia
-Kang SukGoo, mucho gusto- Agregó sonriente, provocando una sonrisa algo más amplia en la madre de Jae.
-Yoo HyoRin, el gusto es mío- Respondió, invitando a ambos a sentarse -¿No se supone que los artistas siempre están ocupados? –
-Este artista hace lo que quiere. Si no fuera tan talentoso ya lo habrían echado- interrumpió el hombre mayor, logrando que DaeHyun le mirara con reproche.
-Eso no es cierto. Siempre cumplo con mi trabajo. Ya tengo casi dos semanas aquí y me la he pasado en el estudio- Profirió molesto, cruzándose de brazos.
-Los primeros días te la pasaste vagando en la calle, no mientas. Señora Yoo, debo darle quejas de su sobrino- Kang se cruzó de brazos, dirigiendo su mirada a la divertida mujer –El primer día que estuvo aquí se la pasó de shopping. Luego, en la noche se desapareció por completo y no supe nada de él hasta el día siguiente ¡También por la noche! Tuve que ir a buscarlo porque no atendía el teléfono y faltó a una reunión-
-¡Hyung!- Se quejó el peliplateado, hundiéndose en su asiento debido a la vergüenza.
-Dae ¿Qué diría tu madre si se enterara de lo irresponsable que eres? – HyoRin siguió el juego, fingiendo estar molesta con el menor; DaeHyun no tenía ni idea de porque se sentía tan cohibido; ¿No se suponía que ya había superado esa etapa en la que mostraba cuando se sentía culpable?
-Ni siquiera habla con su madre...- El manager bufó y entonces la mirada de la señora Yoo se volvió seria.
-¿No lo haces? ...-
-No es necesario- Habló fríamente, manteniendo la mirada en una de las paredes mientras recuperaba la compostura –Seguro que ella tiene cosas mejores que hacer que el fingir que se preocupa por mí y mi padre igual.- La única mujer presente se hundió un poco más en el sofá.
-Yo tampoco he mantenido mucho contacto con ella desde que pasó lo tuyo con YoungJae- Las palabras salieron tan fáciles de sus labios que DaeHyun no pudo evitar sentir un escalofrío; oh no, ahora venía el tema incómodo y sabía que apenas y podría contenerse por las ansias; estaba tan ansioso y nervioso a la vez –Oye, no pongas esa cara- Al notar la tensión en el ambiente, su tía decidió hablar, tratando de aligerar las cosas –Sea lo que sea que pasó ya no importa, fue hace mucho...-
-¿Dónde está YoungJae?- La pregunta sorprendió a los dos más grandes en edad. Por su parte, el peliplateado jugaba ansioso con sus manos y miraba a su familiar, esperando una respuesta.
Bien, ahí estaba, había llegado muy lejos. No se detendría hasta lograr hablar con su primo.
Ahora eran mayores y podían decidir ¿No? Sus padres ya no tenían ni voz ni voto...el único que podría rechazarle ahora era su ex pareja; YoungJae decidiría si se verían o no.
-No voy a impedir que lo veas si es lo que temes- profirió tranquilamente, buscando su teléfono celular sobre la mesita de noche frente a ella –Pero es él quien debe decidir si quiere verte- Tecleó sobre el aparato y luego de un par de minutos, lo entregó al menor quien algo inseguro lo tomó para luego ver la pantalla.
Lo entendía... era el número de YoungJae.
...
-¿Qué tal el trabajo? –
-Odio a las modelos- Jadeó cerrando la puerta fuertemente detrás de él –Creen que por ser hermosas tienen derecho de tratar a los demás como se les venga en gana- Dejó la cámara sobre la mesa de noche y se tiró en el sofá más grande, soltando un gemido de satisfacción. Su madre mientras tanto reía en el marco de la puerta que separaba la sala del comedor y luego decidió acercarse para revolver su cabello cariñosamente.
-Anda, date una ducha y luego baja a cenar-
-Ya no tengo 12 años...-
-Pero sigues viviendo aquí. Mi casa, mis reglas así que a la ducha- Sin muchas ganas YoungJae decidió incorporarse para ir hasta la regadera. Arrastró los pies escaleras arriba y justo cuando iba a entrar al baño, el ruido de un nuevo mensaje por Whats App le sacó de sus tristes pensamientos.
Nadie solía enviarle mensajes, así que supuso que era YongNam o su jefe.
Pero no...
Un número desconocido le desconcertó y sobre todo, la única palabra del mensaje.
(Número desconocido)
¿YoungJae? ...
Se sintió algo estúpido al no ser capaz de escribir una respuesta rápido y sólo decidió responder lo primero que cruzara su cabeza antes de entrar a la ducha.
¿Si?
El resto del baño transcurrió tranquilo. Dejó que el agua arrasara con todo el estrés del día y luego de colocarse una toalla sobre la cintura, decidió ir a cambiarse y de paso revisar si aquel extraño le había respondido.
Soy DaeHyun.
El corazón por poco y se salió de su pecho al leer. El celular se deslizó de entre sus dedos y sin saber exactamente la razón, todo su cuerpo tembló. Eso tenía que ser una broma.
Volvió a tomar el aparato entre sus manos y tecleo, sentándose ya vestido sobre su cama.
¿Cual DaeHyun?
Si, la respuesta era estúpida, estaba consciente de eso, pero no quería dejarse llevar por su tonta manía de automáticamente recordar a su primo con cualquier mínima cosa... aunque esto no fuese "mínimo" al tratarse de su nombre exacto.
¿Ya te olvidaste de mí? ... Jung DaeHyun. Si no me recuerdas puedes poner mi nombre en YouTube, supongo.
YoungJae negó enérgicamente, apretando el celular entre sus manos. Era él, definitivamente era él. ¿Por qué mierda ahora? ¿Acaso lo había visto por Seúl? ¿Cómo había conseguido su número? Y lo más importante ¿Por qué estaba tan emocionado?... ¿DaeHyun le quería aún? O... ¿Esta era una forma de demostrar que podían llevarse "bien" luego de haber superado todo.
Porque YoungJae ciertamente no había superado nada y si su primo lo había hecho ya, dolería y mucho.
Chocolate...
Cachetón! ♥
El menor quiso soltar un chillido emocionado pero se contuvo, sintiendo solamente sus mejillas enrojecer. Estaba tentando a la suerte, lo sabía, pero por razones desconocidas no deseaba detenerse. Por primera vez en mucho tiempo sus emociones le estaban ganando.
Ya no estoy tan cachetón.
Lo sé. Creo haberte visto hace unos días por la calle.
¿Me acosas?
Acosarte?? No, no. Más bien yo casualmente iba pasando por ahí.
Claro...
Hahaha Qué?
No te creo... conseguiste mi teléfono.
Eso no es acoso. Alguien me lo dio y no me pude negar.
Tanto tiempo teniendo miedo de crear alguna especie de contacto, temiendo que el otro ya no quisiera ni mirarle... y ahora esto... ¿Qué significaba? Tenía tantas dudas en su cabeza que comenzaba a dolerle.
¿Fue YongNam? Me dijo que tendría contacto contigo.
No. Estuve tentado a pedirlo pero.. tuve miedo.
¿Miedo de qué?
De esto. De hablar contigo otra vez.
Sin darse cuenta, YoungJae tocó instintivamente su pecho, soltando un suspiro lleno de temor.
Esto no es hablar... pero entiendo el punto.
¿Prefieres que hablemos? Porque justo ahora estoy abajo.
Alzó una ceja, sintiendo su cuerpo temblar otra vez.
¿Abajo?
Vine de visita a tu casa más temprano y mi tía me dijo que si quería encontrarte viniera luego de las 6.
-... ¿Vino? ¿Aquí?- Tiró nuevamente el celular pero esta vez en su cama y con la rapidez de una gacela se pegó a la puerta de su habitación. No escuchaba voces y eso le preocupaba. –Joder, joder, joder, joder- Corrió hasta el espejo para darse un rápido acomodo en el cabello y trató de planchar la camiseta arrugada que vestía aunque cada intento fue en vano. La idea de cambiarse cruzó rápidamente su cabeza así que se lanzó hacia su closet, revolviendo ropa, intentando encontrar algo medianamente decente que le hiciera ver bien pero que no dejara al descubierto sus ganas por verse presentable...
¿Qué mierda estaba haciendo? ...
Se detuvo frunciendo los labios y nuevamente sus mejillas ardieron; ¿Acaso estaba a punto de ver a su novio? Joder, era su primo. El hecho de que en el pasado hubiesen sido novios no cambiaba ese hecho ¿Verdad?
El sonido de su celular nuevamente le sacó de su ensoñación y a paso lento y temeroso decidió revisar el mensaje.
Si no bajas iré yo por ti.
YoungJae se mordió el labio inferior y decidió sentarse en el colchón de su cama, sintiendo su corazón latir desenfrenado mientras esperaba la llegada del infierno que tanto adoraba.
Bueno, tal vez no sería tan malo quemarse una vez más.