Era una horrible noche helada y sin luna de diciembre
Y como siempre me encontraba recostado en una cama distinta, con un total desconocido a mi lado, la hora que aquel hombre pago ha pasado, como costumbre el silencio después del sexo se hace presente
Me pregunto que se sentirá un abrazo o un beso después del sexo pero soy consiente de que eso nunca pasara.
Pienso mientras tomo mi ropa y empiezo a sentir como ese asqueroso hombre me mira aun con lujuria mientras fuma un cigarrillo, me siento tan sucio, tan asqueado cada vez que me miran así, aun que lamentablemente estoy tan acostumbrado, siempre he recibido esa mirada desde que era incluso un niño.
Por fin camino de regreso al “trabajo”, una maldita casa de placer donde termine al escapar de orfanato a los 12 años.
- maldita sea afrodita por que demonios tardaste tanto uno de los clientes te ha pedido, lleva un tiempo esperando.
Le escucho gritarme al maldito que se encarga de vender mi cuerpo, miro el reloj sin importarme los regaños de aquel hombre, son las 11:35 pm si no me apresuro perderé el último tren subterráneo que me lleva a casa.
- pues que espere a mañana o que lo atienda alguien más, yo he tenido suficiente por hoy así que me largo.
Le contesto de forma altanera y prepotente, por lo que el me fulmina con la mirada.
- como te atreves.
Me grita mientras me levanta la mano dispuesto a golpearme, yo como siempre le miro desafiándole, se que no lo hará, no dañara a su mejor adquisición, le observo quedarse inmóvil con el puño cerrado a pocos centímetros de mi rostro.
- ja, lo sabía, no eres tan estúpido como para dañarme, recuerda si algo le pasa a mi cuerpo perfecto nadie me querrá y tu perderás mucho dinero, así que para evitarnos más dramas me largo
Le dijo con una sonrisa de satisfacción, burlándome de él, al tiempo que tomo mis cosas y salgo de aquel lugar los demás me observan de forma negativa.
Estúpidos esperan que sea igual de sumiso que ellos pero eso nunca será.
11:50 pm, corro a toda prisa, tengo que llegar a ese tren, las puertas están a punto de cerrarse pero logro entrar, intento recuperar el aire mientras tomo asiento, al tiempo que busco con la mirada a mi única razón de seguir y por fin la encuentro, un chico que será a mucho un año mayor que yo, su piel es bronceada, sus ojos y su cabello son tan azules como el cielo nocturno, siempre se encuentra leyendo un libro con gran fervor, hasta que como su mirada totalmente inexpresiva se entrelaza con la mía deja el libro por algunos segundos y únicamente se enfoca en mi, luego de eso regresa a su libro y baja en la siguiente estación.
Llevamos 5 meces con la misma rutina, nunca nos hemos hablado, ni sabemos nada el uno del otro pero siempre está ahí, con su rostro inexpresivo, leyendo un libro, no le he visto mirar a nadie más, solo a mí y aun que suene estúpido me encanta pensar que al igual que yo el espera ese momento del día donde podemos encontrarnos. Aquellos segundos cuando su mirada y la mía se entrelazan son mi única fuerza para continuar.
Sin embargo tengo que regresar a la realidad y bajar de aquel tren totalmente solo para llegar a una humilde casa que he podido pagar con mi cuerpo, lentamente me quito la ropa y entro a la bañera dejando que el agua fría golpe mi cuerpo, me tallo fuertemente como si así quisiera borrar las manos de todos los hombre con los que me acostado hoy, terminando el baño me recuesto desnudo en la cama con el cuerpo rojo de tallarme tan fuerte, tomo una pastilla para dormir, rogando que aquella noche sea una noche donde mis pesadillas no se hagan presentes.
El día siguiente y el que siguió y el que siguió, fueron totalmente como siempre acostándome con 7 o 10 hombres, en diferentes horas del día, sin embargo el cuarto día exactamente el ultimo día del año solo fui llamado para atender a un solo hombre.
- es un cliente importante así que has todo lo que él te dice, porque si llegas a hacerlo enojar te matare entendido sin importarme nada.
Me dijo el encargado de venderme antes de entrar a la habitación con aquel cliente, encontrándome con un hombre alto muy apuesto y el cual a simple vista lucia muy fuerte, aquel hombre me mira con gran lujuria, desvistiéndome con la mirada pasa ligeramente su lengua por su labio como si estuviera a punto de devorar el más rico manjar, aquella acción hace que me asuste un poco, pero sin embargo no me muevo.
- desnúdate.
Me ordena con su voz un poco rasposa, a lo que obedezco quedando en pocos segundos totalmente desnudo,
- pero que bueno estas, vaya que vales lo que pague, eres hermoso.
Le escucho decir al tiempo que me mira con ganas de devorarme en ese instante, pero intenta tranquilizarse.
- ponte esto.
dice mientras me lanza un corto vestido el cual golpea mi rostro, miro aquel vestido con asco siempre he odiado vestirme de mujer.
- póntelo.
Me dice nuevamente alzando la voz en esta ocasión, intimidándome al instante así que obedezco y me pongo aquel asqueroso vestido el cual apenas si logra cubrir mi sexo, los ojos de aquel hombre se llenan aun mas con lujuria, mientras se acerca a mi, tomándome con fuerza de la muñeca y con la misma fuerza me arroja sobre la cama, mis manos comienzan a temblar y mi corazón a latir con rapidez , un miedo inmenso se apodera de mi y como primera reacción pienso en escapar del lugar, pero el me lo impide jalando de mi cabello,
- a donde vas, la fiesta apenas comienza…
Dice de una forma mas que tétrica colocándose encima mío, abriendo mis piernas con brusquedad lastimándome al hacerlo, me mira unos instantes y me suelta una bofetadaacto seguido muerde con fuerza mi hombro hasta hacerlo sangrar, grito de dolor pero eso parece excitarlo aun mas, con fuerza empieza desgarra aquel vestido, lastimándome aun mas en el proceso dejando moretones por todo mi cuerpo, demoro bastante en quitarme aquello disfrutando del dolor que ingirió en mi, al tenerme nuevamente desnudo , desabrocha con rapidez su pantalón dejando al descubierto su miembro erecto frente mío, al tiempo que se pone un preservativo.
“Eso” no entrara en mí.
Pienso aterrado al ver el tamaño de “esa” cosa, nuevamente intento escapar pero el me lo impide acorralando mis muñecas , con una de sus manos, mientras que sin previo aviso comienza a entrar dentro de mi causándome un profundo dolor, me embiste con gran brusquedad, mientras siento como una gota de sangre corren por mi piel.
Quiero gritar por ayuda, pero es claro que nadie vendrá, el es un cliente importante y yo bueno yo a pesar de todo soy totalmente reemplazable
Mis ojos comienzan cristalizarse, pero no llorare, no le daré el gusto ni a este maldito ni a nadie de verme llorar.
Los minutos que parecen horas pasan, mi cuerpo comienza a acostumbrarse al dolor de la tortura que ese hombre inflige en mi cuerpo, mi mente comienza a desvanecerse separándose de mi cuerpo llevándome a un mundo de irrealidad intentando crear recuerdos falsos pero en lo que me siento seguro, en los brazos de una madre que nunca conocí.
Por fin aquella tortura termino, yo regreso ala realidad, el se vestiste como si nada y se dirige a la puerta para marcharse, dejándome totalmente adolorido tumbado en la cama, segundos después yo empiezo a hacer lo mismo no quiero que nadie entre y me vea de esta forma.
Suspiro con fuerza antes de salir por aquella puerta armándome de todo el valor que pueda por lo que me espera afuera, al salir veo a como las otras chicas y chicos que trabajan ahí me miran burlándose de mi al parecer publico infortunio, yo solo me mantengo con la mirada firme mostrando total prepotencia, me acerco al encargado de vender mi cuerpo y con suma arrogancia le digo.
- ¿es todo por hoy?, o acaso tienes otro cliente para mí.
El me mira con ira, era claro que esperaba verme dolido hundido en llanto, pidiéndole perdón por como actué la otra noche pero no será así no le daré tal satisfacción.
- por hoy es todo, puedes largarte.
Me dice entre dientes, yo tomo mis cosas y me voy de aquel lugar, sintiendo como dagas clavándose en mi la mirada de todos los presentes, es normal que me odien por el trato más que preferencial que tiene conmigo pero por lo que cobra por mi, es comprensible.
Comienzo a caminar por la calle, al pasar por algunas casa logro ver como familias felices, celebran alegremente ese día, todos se abrazan y comparten momento, no puedo evitar verlos.
Que se sentirá ser feliz por un momento, aun que solo fuera por un momento
Toda mi vida he estado solo, y estas fechas solo recalcan mi soledad y mi miseria, bajo la mirada y continuo mi camino, dado la fecha el ultimo tren pasara antes intento correr para alcanzarlo pero los golpes en mi cuerpo no me dejan hacer mucho, sin embargo logro llegar encontrándome con la maldita sorpresa de que el vagón se encontraba repleto, entro con dificultad siendo acorralado en la pared del vagón por la gente , estaba a punto de ser aplastado, cuando un hombre se posa frente mío posando sus brazos a cada lado mío para cubrirme por completo , evitando así con todo su cuerpo a la gente acercarse más a mí, alzo la mirada, viendo atónito aquel hombre, su cabellera y ojos azul oscuro eran inconfundibles, era aquel chico con el que desde meces atrás el único contacto que habíamos tenido era cruzar las miradas y ahora en ese momento le tenia frente mío, al grado de que podía oler su deliciosa colonia, combinada con un ligero olor a tabaco, mis ojos no podían dejar de verse con los suyos, su mirada no era inexpresiva esta vez, me veía con preocupación, como si percibiera la tristeza que había en mi. Le gente lo aventó, haciéndole quedar mas cerca de mi , casi parecía como si me estuviera abrazando, en ese momento pude sentir su calor y por imposible que parezca sentir el latir corazón , aquel calor que desprendía, me reconfortaba por completo, haciéndome sentir extrañamente protegido, era tan cálido que sin darme cuenta apoye mi cabeza en su pecho, mientras una lagrima comenzó a rodar por mi mejilla.
el tren se detuvo y la gente empezó a salir, fue entonces cuando me percate de lo que hacía, rápidamente intente separarme de el sin embargo el espacio era limitado, el no apartaba la sus hermosos ojos azules de mi y con gran ternura utilizo la manga de su chaqueta para limpiar esa lagrima, lentamente volvió a acercarse la poca distancia que yo había creado, dejando recargarme en su hombro.
En aquella estación el tenía que bajarse, mas no lo hiso, se quedo conmigo todo el tiempo protegiéndome de la gente que se acercara mucho a mi, aquel momento era hermoso totalmente parecía un sueño de esos en los que no quieres despertar, sin embargo tenia que hacerlo, tenia que despertar mi estación se aproximaba, así que con una pequeño gesto le indique que tenia que bajar del vagón, el simplemente me abrió paso en la multitud y me dejo marchar, comencé a caminar con la mirada baja viendo de reojo las puertas cerrarse, maldiciendo mi vida,
tal vez si hubiera sido en otro momento, en uno que no estuviera tan débil hubiera aprovechado para invitar aquel chico por un café, sin embargo solo quiero llegar a mi cama y olvidar el día de hoy.
Continuaba mi camino cuando una mano desconocida tomo la mía con delicadeza llamando toda mi atención, era aquel chico del tren el cual me miraba fijamente intentando decirme algo.