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La Inocencia Miedosa. por Sakura Taisho

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Notas del capitulo:

Buenaaas!

Hoy les traigo a un adorable Moyashi-chan!!

El cual debera tener algo de...supervisión XD

 

bueno los dejo leer!

Al día siguiente, Bookman y Lavi arribaron a la ciudad a primera hora. Al llegar al hotel donde sus amigos se hospedaron se encontraron con un Allen sin camisa hablándole a Mugen desenfundada y a Kanda lavando su uniforme en el baño.

—Buenaaas! —ingresó canturreando el pelirrojo. —¿Yuu? ¿Qué haces ahí? ¿Qué le ocurrió a tu ropa?—viendo al japonés lavando su uniforme en la bañera.

—¡El Moyashi! ¡Eso es lo que ocurrió! —dijo enojado Kanda.

Lavi miró en dirección de su abuelo que ya  estaba con el menor y por alguna razón, Allen estaba ¿oliendo a Bookman?

—Hueles raro. —comentó Allen.

—Mocoso insolente. —respondió ofendido el Bookman.

—No te alteres Panda, Allencito está enfermo ¿recuerdas? —dijo Lavi acercándose al chico.

Cuando Lavi se acercó a Allen para saludarlo, éste se alejó asustado, escondiéndose detrás de la cama junto a Mugen como un cachorro asustado.

—¿Qué te ocurre Allen? —dijo sorprendido mientras se subía a la cama para verlo detrás de su escondite. —Soy yo...Lavi, tu amigo. ¿Allen?

El albino miraba entre curioso y asustado al pelirrojo sobre la cama mientras él sujetaba a Mugen cerca suyo.

—Es rojo...como fuego, rojo. —le decía Allen a la espada, asustando a Lavi.

—Eeeh...Yuu... ¿qué le ocurre a Allen? —dijo confundido Lavi.

—Ese no es el Moyashi. —dijo Kanda saliendo del baño con su ropa empapada, colocándola frente a la chimenea, que por suerte el hotel permitió encender gracias al regreso del sol.

Mientras Bookman observaba las extrañas reacciones del menor, Lavi se recostó en la cama relajadamente ignorándolo y viendo a Kanda poniendo a secar sus ropas. Allen aun parecía sorprendido del color de cabello de Lavi, pero luego decidió llevar su vista por todo el cuerpo del mayor sobre la cama; vio su bufanda, su colorido uniforme, su... ¿Martillo? De pronto, Mugen emitió un ligero brillo en su oscura hoja y  a Allen se le ilumino la mirada.

—¡¡¡NII-SAAAN!!! —gritó alegre Allen para luego abrazar el muslo de Lavi como había hecho con la cintura de Kanda. —¡NII-SAN, NII-SAN! —era lo que repetía mientras estrujaba a Lavi.

—¡Waaa! ¿Qué haces? Suéltame, suéltame... —decía eufórico y sonrojado Lavi intentando sacarse al albino de la pierna, después de todo era...un lugar algo... incómodo, para estar abrazando.

—Ya era hora. —dijo Kanda. —Eso, es lo que estuve sufriendo por casi un día. —señalando al albino abrazado a Lavi.

—¡Suéltame, suéltame! ¡¡TEN CUIDADO CON ESO, ALLEEEN!! —gritaba preocupado el pelirrojo, porque mientras Allen abrazaba su muslo aun sujetaba a Mugen... desenvainada.

—Así que a esto se refería Komui-san con el cambio de comportamiento de Allen Walker. Mmm, tengo entendido que tiene un misterioso apego a Mugen ¿verdad? Y supongo que ahora por el martillo del idiota de mi aprendiz. Por cierto, ¿Dónde se encuentra la Inocencia que encontraron?

—No lo sé. Luego de que cayó del techo no hemos logrado hallarla. Y el Moyashi ha estado así desde entonces también. —respondió Kanda observando a Lavi que no podía escapar de las garras “amorosas” del menor. —Le aconsejo que guarde su Inocencia si no quiere pasar por lo mismo. —le dijo al Bookman.

De pronto, por un momento Allen detuvo su sesión de abrazos y levantó su mirada viendo al pelirrojo a los ojos felizmente como un niño.

—¡Despiértalo! —dijo con ojos de cachorro. —¡Despiértalo, para mí!

—¿¡QUÉ!? ¿DESPERTAR? ¡NO VOY A DESPERTAR NADA! —dijo completamente avergonzado Lavi.

—Hahaha esta  rojo, todo rojo. —reía el albino divertido por la actitud del mayor. —Vaaamos, despiértalo como él. —dijo mirando a Kanda.

—¿De qué hablas? ¡Estás loco! ¿Qué has estado haciendo con él Yuu?

—¡Vaaaamoos! —decía Allen melosamente mientras restregaba su mejilla contra la pierna de Lavi.

—¡Waaaaaa! Deja de tocarme ahí.

—¡Activa tu Inocencia conejo! Eso es lo que quiere. —dijo Kanda harto de los gritos del junior.

Luego de que Lavi activara su Inocencia Allen soltó su pierna y se aferró al Martillo. Ahora Allen jugaba y tenía algunas conversaciones con Mugen y Tetsui.

—¿Así que... la Inocencia afectó a Allen? ¿Y que con eso de hermanos y hermana? —preguntaba curioso Lavi mientras observaba al menor jugando con las Inocencias.

—Supongo que con “hermana” se refiere a su propia arma anti-akuma, pero como se encuentra influenciado por la Inocencia que encontraron no puede activar su brazo y por eso no logra “despertarla”. —analizó Bookman. —Mmm, dijiste que responde bajo el nombre de “Chun” ¿verdad? —preguntó acercándose al menor. —Hola, “Chun” ¿Cómo te encuentras?

—Me siento...raro. Con la señorita me sentía... más... liviano. —respondió Allen... o ¿Chun?

—Desde que actúa así no se ha movido mucho, es como si no supiera caminar más de dos pasos sin caer y no entiende muchas de las cosas que le digo. Es peor que un niño. Tal vez esa mocosa era compatible con la Inocencia por eso en el Moyashi es diferente—dijo Kanda.

—Ya veo. —dijo Lavi. —Chuuun-kun... mira mira, soy yo el chico rojo ¿Me recuerdas? Dime, ¿conoces a mi amigo Allen? Es un niño de cabello blanco, chiquito, con una...

—A veces escucho voces... pero no sé quién es. ¿Es él? ¿Tú amigo?

—Es posible ¿Qué te dicen esas voces? —preguntó Bookman

—Dice...cosas raras. Quiere salir, pero no sé a dónde. ¿No te quema? —preguntó señalando el cabello de Lavi.

Kanda y Bookman comenzaron a hablar entre sí a cerca de lo que deberían de hacer con el menor, no sabía si la Inocencia afectaría a Allen, si Chun estaba en él o lo estaba afectando desde otro punto, además quedarse mucho tiempo en ese lugar podía ser peligroso debido a que Allen no podría defenderse y estaba aferrado a las demás Inocencias.

Mientras tanto, Lavi se había acercado a “Chun” para que este tocase su cabello y saciara su curiosidad. El pelirrojo se había sentado sobre la cama con el menor frente suyo toqueteando y jalando su cabello, Lavi veía divertido la actitud del menor la cual no se parecía en nada al centrado Allen de siempre.

—Hehe, me haces cosquillas. ¿Ves? Te dije que no quemaba. —dijo Lavi.

—Es rojo, muy rojo. Pero suave. —dijo mientras observaba detenidamente el pelirrojo cabello. —¿Y esto? —había  comenzado a jalar de la bandana y la bufanda de Lavi haciéndolos enredar a ambos en ellas.

—¡Waaa! Espera, espera... me vas a ahorcar. ¿Eh? ¿Qué es eso? —preguntó Lavi mirando al albino a los ojos.

Bookman y Kanda al oír al pelirrojo se acercaron a ver qué ocurría. Lavi tomo al chico de la cara y lo observó detenidamente un momento.

—Miren, tiene algo en el ojo derecho. Es... una... ¿manzana? —dijo Lavi.

Todos miraron el ojo del albino y notaron que había pequeños hilos muy delgados rojos que formaban una pequeña manzana. Los hilos eran casi invisibles a simple vista, incluso de cerca era difícil de ver pero por suerte Lavi era un buen observador.

Una vez confirmado el hecho de que la Inocencia efectivamente estaba en Allen, decidieron que lo mejor era volver a la Orden para que Komui y Hevlaska retiraran a “Chun” de Allen.

Pero, había un problema. Allen apenas podía mover su cuerpo correctamente.

—¿Por qué tengo que cuidarlo yo? —preguntó Lavi con Allen oliendo sus cabellos.

—Porque yo cuidé de él todo un maldito día. —dijo Kanda.

—Y yo estoy demasiado viejo para estar cargando a un mocoso quinceañero.

—Mooo... no quiero cargar a... Alleeeeen... ¡Waaa! No ganas eso...déjame, déjame... —Lavi estaba siendo ¿lamido...por el menor?, Allen pasaba su lengua por la cara del mayor una y otra vez como un perrito.

Luego de que Bookman llamara a la Orden anunciando el regreso de los exorcistas con la Inocencia en su poder, Kanda se colocó su uniforme ya limpio y tomó las pertenencias del albino, mientras Lavi intentaba cambiarlo decentemente para salir a la calle.

Allen, o mejor dicho, Chun... estaba reacio a cubrir su cuerpo porque quería poder ver a su “hermana” y la camisa impedía dicha acción. Entre jalones, suplicas y algunas mordidas, por parte de Allen, Lavi finalmente logró colocarle la camisa aunque no su chaqueta, y debió no solo abotonarla sino también hacer uso de su bufanda y su bandana para evitar que el albino pudiese quitársela nuevamente. Una vez correctamente amarrada las ropas del menor, Kanda tomó a Mugen, cosa que a Chun no le hizo ninguna gracia.

—¿Nii-san? No no, ¡no quiero que te lo lleves! —le pedía a Kanda sujetando su uniforme.

—¡No jodas Moyashi! Nos dirigimos al mismo lugar. —le contestó Kanda dándole un golpe en la cabeza al menor.

El pobre comenzó a llorar, pero aun así no parecía querer soltar al mayor, así que Lavi decidió explicarle que no debía de preocuparse porque Kanda cuidaría de Mugen, sin mencionar que el pelinegro no mentía, todos irían al mismo lugar juntos. Una vez calmado, soltó el uniforme del otro y se aferró a la pierna de Lavi porque éste también había tomado su Inocencia guardándola, después de todo no era prudente viajar sin portar sus armas, mucho menos que fuese Allen quien cargase con todas ellas. Cuando era momento de partir, el pelirrojo debió de ceder ante la petición del albino de poder llevar su Martillo en su mano al viajar, pero con la condición de que iría “dormido” y que debería de devolvérselo si algo pasaba. Allen viajaba en la espalda de Lavi con Tetsui en su mano derecha mientras que la izquierda, donde iba su “hermana” la llevaba libre y que, por alguna razón no podía mover ni un solo dedo; la conclusión a la que Bookman había llegado era que Chun no era capaz de mover su brazo, no solo porque se sentía extraño en el cuerpo del albino, sino porque quien era su verdadero portador era Allen y bien sabían por boca del albino, que antes de que supiera como activar a voluntad su Inocencia debió de entrenar su brazo para poder moverlo libremente.

Kanda y Bookman caminaban juntos adelante, mientras que Lavi...se arrastraba un poco más atrás.

Tal vez Allen no era muy pesado pero, era un poco incómodo cargarlo por las calles aun algo lodosas de la ciudad mientras él... mordisqueaba su cuello y hombros, sin mencionar que a veces lo pateaba, jalaba su cabello y golpeaba su nariz con el Martillo.

—Alleeeen... por favor, detente. No puedo caminar... ¡ASIIIII! —Lavi había gritado porque el menor había mordido muy fuerte su oreja derecha. —¡Waaaa! Suéltame, suéltame, suéltame, suéltame. —el pelirrojo comenzó a correr en círculos intentando que Chun lo soltase.

Luego de lograr que Lavi corriera en dirección a la Estación de Trenes, decidieron descansar hasta que el tren partiera. Bookman y Kanda se sentaron en una banca dejando al pelirrojo solo con Allen, el cual seguía jugando con su cabeza y los apliques de su uniforme mientras Lavi, sobaba su oreja mordida. Pero, algo detuvo el juego del menor, un rugido, extraño para él pero no para el pelirrojo.

—¿Qué es eso? —preguntó curioso el albino.

—Es tu estómago, ¿tienes hambre? —dijo Lavi.

—¿Qué es...hambre?

—Yuu... ¿hace cuánto que Allen no come? —preguntó girando su mirada a la otra banca.

—El Moyashi no prueba bocado desde que esta así.

Eso era ya casi por dos días, Allen seguramente estaba muriendo de hambre pero con Chun controlando su cuerpo era un problema, suponiendo que las Inocencias no se alimentan, Chun no habría sentido la necesidad de comer pero el cuerpo de Allen si lo necesitaba. Al saber eso, Lavi decidió llevarse al menor al pequeño Bar que la Estación de Trenes poseía, para callar aquel estomago ruidoso. Suponiendo que el menor aun poseía su pozo sin fondo por estómago, el pelirrojo ordenó varios platos para que comiera; pero, al igual que muchas otras cosas el menor no sabía cómo comer, mucho menos usar los cubiertos así que Junior debió de darle la comida en la boca como a un niño pequeño.

—Vamos Allen, digo...Chun. Abre la boca y come. Di, Aaaah... —Lavi abría su propia boca para que el menor lo imitase y le dio un pedazo de carne en la boca. —Bien, ahora cierra y traga.

Aunque Chun era nuevo en eso de alimentarse, para suerte del pelirrojo, lo hacía bastante bien. El único problema era que se ensuciaba demasiado la cara y las manos. Cuando Chun se terminó todo lo ordenado por Lavi ya casi era la hora de partir, así que limpió los restos de comida del menor y lo tomó en brazos para dirigirse al andén. Una vez allí, Lavi tuvo que soportar unos minutos más la curiosidad del menor con su cara y su cabello hasta que el tren estuvo listo para partir, cuando lograron sentarse Lavi cayó rendido con Allen sobre sus piernas, pero el problema del mayor se multiplicó en el momento en que el tren se comenzó a mover, asustando a Chun.

—¡Ruido, mucho ruido! —se quejaba Chun removiéndose en brazos de Lavi que intentaba que no se le cayera al suelo sin caer él de su asiento en el intento.

—¡QUIETO! ¡Es solo el tren mocoso! —gritó irritado Kanda logrando que el menor se calmara sentado en el suelo del compartimiento.

—¿Cómo hiciste eso? —preguntó curioso Lavi al ver que el albino se había sentado sujetando sus rodillas muy quieto y calladito.

—¿Cómo crees que lo soporte todo este tiempo? Lo amaestré. —respondió orgulloso Kanda.

—¿Qué hiciste qué? Yuu eso es muy cruel. —dijo el pelirrojo sintiendo lastima por el chico en el suelo. —¿Qué exactamente...le enseñaste?

—Que se quedara quieto, sentado, en silencio, a no abrazarme y a no lamer mi cara ni a Mugen.

—¿Quieto? ¿Sentado? Yuu... Allen no es un perro.

—Pues se le parece mucho, ahora ¡Tú cierra la boca! Y deja de llamarme por mi nombre.

Durante todo el viaje en tren, el pobre albino fue en silencio absoluto y apenas se movía, a veces movía el Martillo de Lavi de un lado a otro, tocaba los cordones de sus botas o le hacía cosquillas en las piernas a Lavi, pero solo eso. No parecía triste, mucho menos molesto era como si acatar órdenes de Kanda no le importara o fuese normal para él. Era...como un perrito, el perrito de Kanda más exactamente, porque sin importar que le dijera Junior él no abría la boca y tampoco intentaba juguetear nuevamente con su cabeza.

Para cuando llegaron a destino Allen se había dormido apoyando su cabeza en el regazo de Lavi.

—¡Despierta Moyashi! —dijo Kanda dándole una patada al menor que seguía en el suelo. —Muévete o te dejaremos atrás. —al decir eso el albino levantó sus brazos en dirección a Lavi como pidiendo que éste lo cargase.

—No seas tan malo con él. Ven pequeñín...estamos a pocos metros de casa. —dijo sujetándolo como un niño.

—Ya puedes hablar, Moyashi. —dijo sorpresivamente Kanda.

—¿Dónde estamos? ¿Qué es casa? ¿Despiertas a nii-san? ¿A dónde vamos? —el menor atacó al pelirrojo con preguntas mientras se removía entre sus brazos. —¿La señorita estará allí? ¿Por qué vamos? ¿Es lejos? ¿Nii-san vendrá? ¿Nii-san se quedará siempre conmigo? ¿Despertaran a nee-chan? ¿Nee, nee?

—Lo hiciste a propósito Yuu. —sollozaba Junior por tener que lidiar con la curiosidad del menor otra vez.

El camino a casa se volvió eterno para el pelirrojo, después de todo Chun preguntaba demasiado y cuando le respondían sus preguntas pedía que le explicase otras cosas ¿Qué es Orden? ¿Quién es un Komui-san? Eran solo algunas de sus preguntas. Hablar con una Inocencia era realmente difícil. Pero para suerte de todos, en especial Lavi, ya estaban en casa.

Notas finales:

¿Qué les pareció?

Yo quiero un Allen-cachorrito! ¿Ustedes no?

 

-Bueno nos vemos la próxima :3 byee...


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