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¿ AMOR U ODIO ? por angeloDivoglio

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Estaba sentado al borde de la cama, en su oscura habitación, apreciando el silencio, sintiendo el aire frío entra por la ventana.

- ¿es hora de dejarte ir?

Dijo con tristeza en su voz, levantándose para buscar aquella fotografía, la única que aún tenía con camus, como también la única donde le habia visto sonreír.

se acercó a la ventana con la fotografía en la mano, sacando un pequeño encendedor de su bolsillo, prendiendolo y acercandolo a aquella foto, la cual quiso quemar, más no tuvo el valor, por lo que guardo la fotografía y el encendedor en su bolsillo de nuevo.

posando su mirada en el cielo nocturno observando con nostalgia la constelación de acuario.

- camus...

Susurro ese nombre con dolor, mas no podía más, no podía seguir pensando en él, más bien ya no quería hacerlo, después de aquel beso con Aioria que le hizo sentir miles de sensaciones y de la confesión de kanon, se dio cuenta que no podía seguir así, el mundo seguía girando con camus en su vida o sin él, y sobre todo al pensar que ahora en ese mismo instante posiblemente aquel que era el amor de su vida, y quien le juró lealtad en cuerpo y alma se estaba revolcando con el ser que más odiaba en la tierra, tal vez gritando su nombre entre envistes y bañados de sudor.

Aquella idea no sólo le produjo náuseas, si no también le hizo enfurecer, pero ya no importaba, tenía que olvidar a Camus de una forma o de otra y la mejor forma era,a su pensar, enfrentándolo una última vez, decir lo que todo el tiempo tuvo guardado y por orgullo no dijo, solo así podría seguir en paz.

Salió de su templo con prisa, llegando rápidamente hasta cáncer.

- ¿Death?

Llamo al guardián de aquella casa, encontrando en la entrada principal de su templo fumando un cigarrillo absorto en su pensamientos.

- ¡deathmask!

Volvió a llamarlo recibiendo esta vez la atención completa del guardián, quien lo miró como si esperaba su llegada.

- ¿te has decidido?¿quieres mi ayuda?

El caballero de escorpión asintió mientras miraba al mayor de los dos terminar su cigarrillo para prender otro casi de inmediato,, para así regresar su mirada al cielo nocturno.

- ¿Por qué alguien creería que la autodestrucción es la única solución para sanar sus pecados?

Cuestionó el mayor sin apartar la vista del cielo nocturno, sorprendiendo un poco al heleno por no entender el por que de su pregunta.

- no lo se.

Respondió sin más, viendo al caballero de cáncer sonreír con un poco de burla tirando su cigarrillo al suelo, apagándose con el pie mientras caminaba a su alrededor.

- el dolor o la tristeza a mi pensar es la primera emoción o sensación que sentimos al nacer, pues es necesario llorar para saber que estamos vivos, pero en realidad lloramos por que estamos tristes de lo que hemos perdido, que era nuestro hogar, el lugar donde estábamos seguros y lo único que conocíamos, esa emoción se queda para siempre en nosotros, es instintiva, pues incluso la felicidad la tenemos que aprender, pues lo que hace feliz a unos no hace feliz a otro, pero sin en cambio el dolor, el llanto, esta ahí desde que nacemos y evoluciona a lo largo de nuestras vidas, es algo inconfundible, la reconocemos de inmediato, no importa lo que hagamos siempre sucederá algo que nos ponga tristes, pero el amor, la felicidad, la alegría, y otras emociones, siempre nos cuestas descifrarlas, y sufrimos en ocasiones por eso, sintiendo nada mas que dolor, haciéndonos pensar tal vez que dolor es lo único que podemos sentir... o bueno al menos así es como pienso.

Milo guardó silencio, no entendía a lo que su compañero se refería.

- ¿estas bien?

Cuestiono pensando que tal vez algo había pasado en la vida del italiano, y ya que él le ayudaría no veía mal al menos mostrar un poco de preocupación.

- yo estoy perfecto, solo pensaba en un problema ajeno de alguien que como tú me ha pedido ayuda, ja! Quien diría de ser uno de los más sádicos en este lugar pasaría a ser un simple ayudante. - se encogió de hombros sintiendo gracia en sus palabras- pero bueno, eso no importa, así que como dicen por ahí, al mal paso darle prisa, será mejor que nos vayamos ya.

No se dijo más, no sentía correcto indagar más en aquellas palabras, pues el mismo caballero de cáncer lo había dicho, era problema de otra persona, aun que tenia que admitir que sus palabras se habían logrado quedar en su mente, pues por extraño que le pareciera no pudo hacer más que pensar en camus, y en lo difícil que era para él lograr reconocer sus sentimientos, nunca podía saber qué le pasaba, siempre viéndolo escondido en su fachada de seriedad, no podía saber si estaba enojado, feliz, aunque a veces siempre después de alguna pelea, lograba ver un poco de tristeza en su mirada, esa era la única emoción que lograba encontrar, haciéndole sentir miserable al notar que lo único que podía hacerle sentir a la persona que amaba era tristeza.

Suspiro con fuerza intentando borrar aquel pensamiento, pues sin darse cuenta habían llegado a asgard, el frío era insoportable para un humano normal, mas no les molestaba en lo más mínimo.

- lo mejor será dormir en alguna posada, mañana si gustas podrás ver a camus en donde se encuentra con surt, pero te advierto no serás bienvenido para nada, aunque también si gustas puedo ser yo quien le pida venir hasta a ti, para que hablen en algún lugar privado.

La segunda idea le agradaba más, aceptandola casi de inmediato, pues aun que sentía que todo eso solo le correspondía a él, quería irse sin llamar la atención y de ir a buscar a camus hasta donde estaba con surt, seguramente terminaría golpeando al pelirrojo o peleando con alguien.

no tardaron mucho en encontrar un lugar, era noche por lo que habían ido cada quien a dormir en sus respectivas habitaciones o eso creía él de escorpión, quien recostado en su cama mirando al techo con gran nerviosismo, no se habia dado cuenta que su compañero ya no se encontraba ahi, que habia salido,a donde él no podria imaginarlo. 

- ¿camus?

tocó su puerta, sintiendo como a lo lejos los soldados del lugar le miraban molestos, por la hora en la que iba y por ser un caballero de atena.

- entra. 

escucho del otro lado de la puerta, por lo que la abrió despacio, imaginando que surt no se encontraba ahí, sin embargo grande fue su sorpresa, al verlo colocandose la ropa, saliendo del lugar apenas el entro .

camus se encontraba sentado en un pequeño sofá, mirando al cielo, fumando un cigarrillo, esta semi desnudo, solo una pequeña bata negra le cubría.

suspiro con fuerza acercándose al menor, pidiéndole de su cigarrillo, viendo que no dejaba de mirar al cielo nocturno, la noche estaba muy calmada, incluso en ese infierno congelado podían verse las estrellas.

- milo está aquí.

pronunció esperando ver la reacción de caballero de acuario, el cual solo volteo a verle, asintiendo con la cabeza.

- no me importa, pero ¿por qué? , no pareces ser del tipo que ame el dolor en el sexo.

dijo sorprendido al ver por fin el rostro del menor, su labio estaba partido, aun tenia un poco de sangre seca, más no solo eso, en su cuello un fuerte color morado resaltaba, como también en sus piernas y en su muñecas, parecían marcas hechas con alguna soga o algo parecido.

- solo quiero sentir algo.

respondió a secas, pidiendo de vuelta su cigarrillo, el cual terminó en pocas bocanadas. 

- por favor - continuó- dime donde esta. 

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el dia por fin habia llegado, death tocaba la puerta de milo, el cual salió decidido a terminar lo que habia empezado, quería largarse de ese lugar lo más antes posible. 

- vayamos a comer algo, hay un lugar muy bueno por aquí, casi todos los aldeanos van ahí. 

milo no tenía apetito, más no podía negarse, pues al mayor ser quien habia propuesto eso, suponia que este si necesitaba aquel desayuno, así que simplemente asintió, caminando en silencio a su lado. 

- milo...

dijo death llamando la atención de su compañero quien miro atento como el mayor parecía querer decirle algo, más no lo hizo únicamente negó con la cabeza y siguió su camino, llegando al lugar, sentándose cerca de la puerta de entrada, pidiendo algo caliente comenzando a comer en silencio.

- milo.

nuevamente llamó la atención del menor, quien por un momento, al voltearlo a ver, miro de reojo la puerta de entrada, sintiendo su corazón detenerse un instante, pues por esta camus entraba, lucía feliz, abrazando el brazo de surt caminando con orgullo a su lado, besándolo incluso frente a todos.

- ¿sabías que el vendría aquí?

cuestiono con gran molestia a deathmask el cual solo asintió con la cabeza.

- creo que necesitas ver con tus propios ojos cómo es camus en verdad. 

sintió un poco de asco al decir aquellas palabras, más no echaria atrás su promesa, pues aunque no quisiera ayudaría al caballero de acuario, no porque le debiera algún favor, o por una gran amistad la cual en verdad no tenia, si era porque creía entender sus razones, y aunque fueran estúpidas, suponía que él haría lo mismo de estar en los zapatos del francés.

no se dijo más en algunos minutos, milo solo observaba con gran dolor como camus hacia lo que nunca se atrevió a hacer con él, observaba detenidamente como besaba a surt en público, como dejaba que lo abrazara como si fueran la pareja más feliz del mundo.

por un momento sintió que el simple hecho de respirar le costaba trabajo, en su garganta un nudo se creaba, más no lloraría, se juró a sí mismo que por camus no soltaría una lágrima nunca más, sin embargo el dolor que sentía era genuino y era insoportable.

-surt mi niños, creo que tengo que disculparme por todo lo que te he hecho, se que no soy una persona con la que es fácil estar, normalmente no muestro sentimientos, pero te juro que por amor a ti, lo hare, me esforzare, por ti y solo por ti... no hay nada que anhele más que una vida a tu lado. 

no estaban tan lejos de aquella pareja, el ruido de su alrededor no era tan fuerte pese a la multitud, así que bajo pero entendible escuchó aquellas palabras, sintiendo cómo poco a poco el dolor en su pecho incrementar y un nudo en su garganta se formaba.

- yo, yo tengo que irme. 

dijo a death, sin siquiera mirarlo a los ojos, saliendo del lugar para regresar a la habitación donde se habían hospedado esa noche, sintiendo un deseo incontrolable de arrojar todo y volverlo un caos, más se contuvo, sentándose en la cama, intentando controlar su respiración, evitando a toda costa soltar una sola lagrima por quien lo habia lastimado tanto. 

lo intento, vaya que lo intento, más fue inútil, estaba llorando sin siquiera darse cuenta, por lo que al sentir sus mejillas mojadas, las limpio con rapidez queriendo borrar aquellas lágrimas de inmediato, para que tal vez así, un poco de su orgullo aún estuviera intacto. 

- espero seas feliz camus, mereces serlo. 

dijo con dificultad levantándose, dispuesto en ir en busca de death para pedirles marcharse de aquel lugar, más al apenas abrir la puerta para salir de ahí, una figura muy conocida se hizo presente. 

- ¿qué haces aquí?

le dijo evitando mirarlo a los ojos para que no pudiera ver el rastro de su llanto. 

- deathmask hablo conmigo, dijo que querías decirme algo, así que por respeto a surt preferí venir yo a buscarte, para que así nadie pueda vernos.

una risa que mostraba su enojo se hizo presente al escuchar aquellas palabras, más ya no habia vuelta atrás, aunque quería irse, recordó el motivo por el que habia ido a ese infierno de hielo, tenía que terminar con el recuerdo de camus de una vez por todas. 

le invito a pasar, sentándose en la pequeña mesa de madera que servía de comedor.

estuvieron en silencio algunos segundos, mirándose uno al otro sin saber que decirle.

habia estado toda la noche pensando lo que le diría al verlo; más sin embargo al ya tenerlo de frente sus labios no se movían, las palabras no salían de su boca. 

- ven conmigo. 

le dijo camus levantándose de su asiento, tomándolo de la mano para llevarlo hasta la primera habitación que vio, haciendo que se sentara al borde de la cama, para así subirse encima suyo, sentándose en su sexo, besando su cuello como sabía que más amaba el escorpión.

- ¿por que haces esto?

preguntó milo, apartando un poco a camus de su persona, buscando respuesta en su mirada, más como siempre no encontraba nada en esta.

- por que eres tu milo...

respondió simplemente tocando al escorpión como sabía que a este más le excitaba, como sabía que le gustaba, y de lo forma que sabía que no lo rechazaría.

y en efecto no le rechazó, siguió el juego de aquellas caricias, desvistiendo lentamente al francés, sintiendo como de vez en vez se estremecía al sentir tocar su piel.

no supo porque lo hiso, una voz en su cabeza le gritaba que era un idiota que lo golpeara y se marchase, más no podía hacerlo, el dulce aroma de quien fue el gran amor de su vida era más fuerte que nada, haciéndolo que poco a poco su mente quedara en blanco.

no tardaron mucho en encontrarse por fin los dos desnudos por completo, milo encima de camus, en medio de sus piernas, mirando sus mejillas sonrojadas mientras se mordía el labio en señal de su excitación, su sexo le pedía a gritos continuar con aquella acción, más aun así se detuvo, mirando sorprendido todas las marcas que descansaban en el cuerpo de camus, sintiéndose extraño con eso.

- ignoralo, eso no importa. 

le susurro en su oído, colocandolo con cuidado ahora en la cama, colocándose arriba, tomando el sexo del escorpión para ponerlo entre sus glúteos, comenzando a penetrarse a si mismo. 

- ¡milo!

lentamente comenzó a subir y bajar, gimiendo al sentir el calor del sexo de milo dentro suyo recordando lo bien que se sentía. 

- por favor, tomame, tomame y no tengas piedad.

le dijo en un susurro, mirando su confusión, más aún así, mostrando aquella sonrisa que tanto llamaba su atención, aquella sonrisa que decía que al seguir con aquel juego, estaría insultando de una o otra forma a surt.

- si eso es lo que quieres que así sea.

respondió tomando el control de nuevo,

recostando a camus en la cama, al tiempo que colocaba sus piernas en sus hombros, provocando penetraciones más profundas, exsitandose aún más con sus gemidos.

- di mi nombre.

le ordenó a los pocos minutos cambiando de nuevo de posición, colocandolo de rodillas contra en el colchón.

- milo, milo...

repitió aquel nombre tan veces como embistes, demostrando que verdaderamente disfrutaba de aquel encuentro, diciéndole en silencio que no habia logrado encontrar quien le igualara en la cama. 

largas horas pasaron, la cama no solo seguía rechinando, si no que se habia movido varios centímetros de su lugar de origen, camus nuevamente estaba debajo de milo, apretando sus nalgas acercandolo mas a su cuerpo, provocando un embiste más profundo, viendo como el abdomen del escorpión estaba manchado con su propio semen.

no faltaron muchos embistes más para ahora ser milo quien con un poco de violencia se derramaba en el interior de camus, saliéndose de su cuerpo al terminar, dejándose caer a su lado. 

camus intentó controlar su respiración, para así levantarse de la cama, caminando al pequeño baño que habia en el lugar, milo no dijo nada, únicamente le vio caminar desnudo con su semilla resbalando por sus piernas; pensó en ir tras él, imaginando que tomaría una ducha, pues era lo que siempre acostumbraba hacer, más se contuvo de hacerlo, entrando en cuenta lo que acababa de hacer. 

- soy el más grande idiota del mundo. 

se dijo a sí mismo, levantándose de igual manera, limpiando su abdomen de aquel líquido blanco para así vestirse sin más. 

espero a camus salir del lugar, viéndolo en silencio como aún desnudo se colocaba su ropa sin dirigirle la palabra, haciéndole sentir aún más idiota, pero sobre todo, haciéndole sentir como siempre que terminaban de tener sexo; vacio, solo, como si solo hubiera sido otro encuentro casual y nada más. 

- milo.

dijo por fin volteando a ver al mencionado a los ojos, el cual estaba cruzado de brazos recargado en la puerta. 

- yo - continuó- amo a surt a ti no, no creo que llegue el día que yo pueda amarte. 

los ojos de milo se abrieron de par en par, no esperaba aquellas palabras, las cuales terminaron de romperlo por completo.

- pero, si tu quieres aun podemos vernos, siempre y cuando entiendas que el es primero, y que él no puede saber que tu y yo nos encontramos, tal vez así,y solo así.. yo pueda darte esa sobra de amor que necesitas. 

sus palabras fueron frias, parecía más una burla que a cualquier otra cosa.

- eres una mierda.

respondió milo sin más, sintiendo su sangre arde, sintiendo un deseo incontrolable de romperle la cara a aquel que no solo seguía tomándolo como su juguete, si no tambien que ahora se burlaba diciéndole que el necesitaba sobras de amor. 

- pero es lo que quieres no, es lo que siempre has buscado, un amor que no existe, un amor incompetente, solo buscas las migajas de otro y yo..puedo dartelas.. mil...

no termino de hablar pues un fuerte puñetazo silencio sus palabras, tirándolo al piso, más no fue el único, más golpes se hicieron presente, uno tras otro, haciéndolo sangrar de boca y nariz. 

- te amaba - grito el escorpión- en verdad te amaba, pero ahora.. ahora camus, puedo jurarte que por ti no siento nada más que odio, un odio que seguirá aún en mis siguientes vidas, nunca voy a perdonarte esta burla, nunca camus.. nunca.... te lo juro.... nunca.... te odio. 

aquello ultimo lo grito con más fuerza, soltando un último golpe que terminó por aturdir a camus, quien en ningún momento intentó siquiera defenderse, simplemente sonrió un poco al sentir el dolor de los golpes del escorpión.

- pardonne-moi, pardonne-moi pour tout, pour ne pas pouvoir être ce que tu cherchais, je te ferai encore du mal, mais s'il te plaît, n'oublie jamais la haine que tu as pour moi ...

(perdoname, perdoname por todo, por no poder ser lo que buscabas, ya volveré a lastimarte, solo por favor nunca olvides el odio que me tienes..)

dijo sabiendo que el escorpión no le entendería, así que solo intentó levantarse del piso pero le costaba, vaya que el griego le habia lastimado. 

milo no dijo nada, solo vio con indiferencia como la sangre de camus corría con su ceja y labio.

- Seule ta haine va te sauver, merci pour tout.

(solo tu odio va a salvarte, gracias por todo )

bastaron aquellas palabras para que se levantara y se marchara del lugar, sin siquiera recibir la mirada de quien desde niño le habia amado con todo su corazon.

deathmask no tardó mucho en llegar con milo, quien totalmente tranquilo, con una pequeña sonrisa, únicamente le pido que se marcharan y eso hicieron, regresando al santuario en poco tiempo.

- muchas gracias death, en verdad muchas gracias, se que tal vez no te importe esto, pero se que ahora estoy mejor, he quitado una gran carga de mis hombros y me siento muy bien. 

una sonrisa genuina se formó en sus labios, mientras comenzaba a salir de aquel templo, dirigiéndose al suyo.

death no dijo nada, únicamente suspiro con fuerza, esperando que el escorpión estuviera ya lejos para regresar a asgard. 

- bueno, con esto termino el favor que me has pedido.

le dijo a camus que estaba en su habitación, guardando sus cosas en una maleta.

- muchas gracias.

contestó sin más, sintiendo como surt se acercaba a la habitación.

- puedo pedirte una última cosa.

death asintió.

- puedes llevarme de regreso, pero no al santuario, con que esté en rodorio está bien para mi. 

nuevamente asintió viendo como el peli rojo entraba por la puerta luciendo extremadamente molesto. 

- te acostaste con milo,¿ en serio? tal vez él sea tu idiota pero yo no, y aunque esto solo sea un juego tiene sus reglas, así que no soportare que te burles así de mi.. 

camus no dijo nada, solo continuó guardando sus cosas, posando por fin la mirada en surt al terminar. 

- ya no me sirves.

una sonrisa fingida se formó en sus labios, al tiempo que se acercaba a surt propinandole un fuerte puñetazo que le hizo caer al piso. 

- no quiero volver a verte en mi vida. 

dicho aquellas palabras, asintió con la cabeza a death, dándole a entender que podían irse.

y así fue, sin más habían llegado a rodorio, no eran más de las 3 de la tarde, el cambio de clima tan radical hizo que el francés buscará sombra en una banca bajo un árbol. 

-¿ regresarás al santuario?

cuestiono death, al ver lo mal que camus habia quedado, viendo lo temible que puede ser milo enojado. 

- no, aun no.

sacó un cigarrillo, ofreciendolo otro al caballero de cáncer, quien sacando un pequeño encendedor de su bolsillo, prendió el propio sentándose al lado de camus, obsequiandole fuego.

- se que seguramente ya te tengo harto con esta pregunta pero ¿por qué?

camus saco el humo de su cigarrillo, mirando a los ojos a death.

- ¿amaste a esa mujer en asgard? helena creo que era su nombre ¿la amaste?

death desvió la mirada, suspirando con fuerza, negando con la cabeza. 

- ella solo me recordaba a la mujer que cuido de mí en la infancia, es por eso que cuido a sus hermanos, pero no es más que eso. 

el francés soltó otra bocanada de humo, viendo que no muy lejos de ahí, se encontraba el caballero de piscis, quien iba tomado del brazo con un sujeto al que desconocía. 

- desde niño siempre fui muy observador, por eso puedo imitar algunas cosas que aprendí al verlas, se distinguir algunos sentimiento al verlo a la cara, y esto seguro que tu verdadero amor no es tan siquiera una mujer, si no aquel que siempre ha estado contigo, como tambien se que el siente lo mismo por ti, su amor es mutuo, lo se al ver como se miran a los ojos, sus comportamientos, su forma de hablarse el uno al otro... es tan obvio.... y ahora me toca preguntarte ¿por qué? ¿por que si sabes que afrodita te ama más que a nadie no estas a su lado? si tu tambien lo amas ¿por que? 

death no dijo nada, entendiendo así un poco más a camus. 

- no quieres lastimarlo, pues sabes que tu personalidad solo le afectara, esa es la razón por la que te he pedido ayuda a ti... tu puedes entenderme... aunque claro, - fumo un poco más y soltó el humo- lo mio no se parece tanto a lo tuyo, pero aun así lo entiendes. 

terminaron sus cigarrillo en silencio, al tiempo que death también habia encontrado con la mirada a afrodita, sintiendo su corazón detenerse al verlo besarse con aquel tipo.

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-Adiós camus ya no te necesito.

Dijo milo quemando por fin aquella fotografía dejando que las cenizas se esparcieron con el viento desde su templo subiendo a acuario. 


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