Disclaimer: Este fanfiction está basado en los libros de Harry Potter de la autora J.K Rowling, no representa en ningún caso robos del derecho de autor ni violación del mismo, es solo un y si hubiera en las miles de posibilidades existentes.
Capítulo 21: “Antes de la tormenta”
Las tardes en Hogwarts se volvieron más cálidas con la llegada de la primavera, por lo que Hermione prefería estudiar en las afueras llevando los libros que necesitaba en su bolsillo reductor, Ron la acompañaba la mayoría de las veces e intentaba convencer a Harry de que estudiaran los tres juntos, pero la verdad era que éste último andaba como en las nubes, suspiraba con la mirada perdida en el vacío y una sonrisa tonta en la cara, sus amigos se le quedaban viendo y segundos después se hacían los desentendidos volviendo a su charla habitual, dando por entendida ya la causa de su estado volátil, Draco Malfoy.
-lleva mirando ese balcón por horas… es desesperante ¿cómo lo hace?-secreteó Ron a Hermione.
-está enamorado Ron, es normal.
-¿normal?¿normal?-.reiteró y agregó-.parece un romeo esperando a su julieta.
-te escuché Ron, no sabía que leías Shakespiere.-dijo Harry sin dejar de observar la torre.
Ron se sonrojó de vergüenza y Hermione sonrió divertida al recordar la vez que él intentó sorprenderla, leyéndole un trozo de la tan famosa y romántica novela muggle.
-como sea… ¿qué exactamente estás haciendo?-preguntó curioso Ron.
-es una tregua.
-¿ah?
-decidimos darnos un respiro por esta semana, pero es una tortura, nos miramos y… no creo que pudieras entenderlo ni aunque te lo explicara Ron.
-probablemente no.-dijo el pelirrojo algo afligido, de pronto su mirada se desvió hacia Hermione que estaba concentrada en su lectura, cuando ella levantó la vista, Ron sintió como si el universo brillara en esos ojos color chocolate.
-corrijo, creo que sé exactamente de lo que hablas.-soltó el muchacho sonriendo y la castaña correspondió ruborizada con el mismo gesto.
-no creo que pueda concentrarme, menos si se trata de pociones… todo me recuerda a él…
-Harry si no estudias vas a reprobar.-advirtió su amiga.
-pues sí, pero no es como si me importara mucho.
-¡Harry!-regañó Hermione.
-¿qué dijiste?-preguntó desconcertado Ron.
-lo lamento chicos, pero hasta Olivander lo dijo, Draco y yo no vamos a encajar más dentro del mundo mágico, debemos cumplir con la profecía y de ahí en adelante veremos que será de nuestro futuro.
-aún así Harry, debes estudiar, no sabes cuando vas a necesitar estos conocimientos.-aconsejó la muchacha preocupada.
-tienes razón Hermione, pero de verdad no puedo concentrarme.
-pues entonces vé con él.-contestó ella intentando comprender su situación.
-pero si lo hago no podré contenerme.
-¡por merlín Harry!-se exasperó Ron.
-vale, está bien, voy a intentar estudiar aunque sea un poco-dijo el moreno desviando su mirada, sacó su libro de pociones y comenzó a leerlo en silencio.
En la torre, Draco observaba el paisaje tratando de ser indiferente al hecho de que el amor de su vida estaba a unos cuantos metros por debajo sentado con sus amigos en el césped, sin embargo, sus plateados ojos se desviaban de vez en cuando hacia ese apuesto rostro, observando embobado sus expresiones al reír, charlar o mostrar un rictus serio.
Respiró agitado y retrocedió en sus pasos dispuesto a volver a la biblioteca donde debería estar estudiando con el resto de sus amigos, pero de pronto se encontró haciendo conexión con esos ojos verdes esmeralda que tanto amaba y sintió que el mundo se le detenía.
-no me ignores, idiota.-le susurró al viento frustrado al ver que Harry nuevamente se sumergía en la lectura, suspiró apoyándose en la balaustrada con los codos, al rato una paloma blanca le hizo compañía, se quedó observándola de reojo, luego volvió a mirar en dirección a su novio y pensativo entrecerró los ojos como si estuviera planeando algo, garabateó en un pequeño trozo de papel y la enrolló en la pata del ave.
-pequeña ¿podrías entregárselo al chico de pelo oscuro que está allí abajo? Te compensaré.-le dijo con voz suave, la paloma ululó y emprendió el vuelo con gracia, descendiendo hasta el trío dorado.
-Mira Harry, una paloma.-señaló Ron acaparando la atención de sus dos amigos.
-tiene un mensaje.-dijo Hermione viendo el pequeño rollo de papel en la pata izquierda del ave, quiso tomarla pero esta comenzó a dar saltos y terminó muy a gusto en la cabeza de Harry, que pudo sostenerla entre sus manos sin ningún problema.
-parece que el mensaje es para ti, sin duda.-dijo la castaña algo divertida.
-veamos amiga… a ver quien te envía.-dijo Harry abriendo el papel, al instante sonrió y dirigió su mirada hasta el balcón de la torre, donde se encontraba el emisario de aquél mensaje y pudo contemplar como éste también sonreía con los ojos cerrados disfrutando del viento que mecía suavemente su cabello platinado.
-¿es de Dragón?
-si, Mione.-dijo alegre Harry.
-¿vas a contestar? La paloma sigue aquí.-notó Ron, Harry volvió a leer la hermosa caligrafía.
“Muero por un beso tuyo, con eso me conformo.
D.Malfoy”.
Con rapidez escribió un mensaje y lo envió con el ave de vuelta a su emisor.
“Mentiroso, no hay forma de que te conformes sólo con eso.
H. Potter”
Draco levantó una ceja ante aquella retadora respuesta, dio de comer al ave y se asomó por el barandal para dedicarle a su novio una mirada falsa de niño bueno e inocente.
-ya no puedo soportarlo, esto es absurdo, ni siquiera estamos peleados...-se quejó Harry contemplando la torre con ansias, Hermione cerró el libro que leía y le habló honestamente.
-te estás ahogando en un vaso de agua claramente, quieres estar con él ¿no? Pues vé, nada te lo impide.
-¿en serio estarán bien con esto? Apenas hemos compartido estas semanas.
-no te preocupes hermano, ya nos acostumbramos, ve con toda confianza.-soltó Ron resignado.
-asegúrense de regresar antes del toque de queda, no quiero que se metan en problemas.-advirtió su amiga igual de resignada.
-gracias chicos, ¡accio, saeta de fuego!.-conjuró el moreno y nada más aparecer la escoba voladora, se montó en ella elevándose a toda velocidad hacia la torre.
Cuando llegó al balcón, Draco abrió los ojos de par en par, aturdido por la impresión.
-vamos, sube.-invitó el joven de ojos verdes.
-¿y la tregua?
-¿crees poder soportarla hasta que acabe la semana?
-no ¿y tú?
-si no te tengo a mi lado justo ahora, voy a volverme loco.
-vale, rompámosla.-dijo el muchacho rubio decidido y se subió a la escoba tras Harry, abrazándole fuertemente por la espalda.
Ambos jóvenes volaron por los cielos azules de Hogwarts sintiendo la fresca brisa que agitaba sus cabellos y sus capas oscuras, recorrieron las altas estructuras del castillo atravesando los arcos con agilidad, después se dirigieron hacia el lago negro surcando las aguas, se elevaron nuevamente apreciando los bosques coloridos y las colinas bordadas de flores silvestres.
Después de un rato aterrizaron cerca de un prado, nada más bajarse de la escoba se abrazaron besándose como si no lo hubieran hecho en años, sentían que las rodillas les flaqueaban y terminaron anegados de pasión hundiéndose entre margaritas, violetas, pensamientos y azucenas.
Momentos después, sus cabellos estaban revueltos, sus cuerpos perlados de sudor con la ropa pegándoseles a la piel, las mejillas sonrojadas y la mirada vidriosa observando el azul cielo, que contrastaba con los matices anaranjados del sol de la tarde sobre las flores a su alrededor.
-no quiero que esto se termine.-dijo la voz suave y agotada de Draco mientras elevaba su mano hacia arriba como queriendo tocar las nubes.
-no terminará, no tengas miedo cariño.-arrulló Harry elevando también su mano, entrelazándola con la suya fuertemente.
-siempre tan valiente, envidio tu coraje.
-y yo tu mente ¿cómo puedes recordar tantas fórmulas para pociones?
-es cuestión de practica, devoción y paciencia, ¿por qué la pregunta leoncito?¿Acaso necesitas que te ayude a estudiar?
-sabes que voy a terminar distrayéndome contigo, no funcionará.-dijo Harry en tono divertido provocando una sonrisa coqueta en el rubio.
-concuerdo contigo, soy demasiado hermoso para ser ignorado.
-Dragón presumido, te eché tanto de menos.-confesó Harry amorosamente volcándose sobre él para besarle el cuello mientras acariciaba sus pezones.
-también yo, verte y no poder tocarte era desesperante ¿cómo podías tolerarlo?.-dijo el rubio entre suspiros sintiendo la erección de ambos despertando nuevamente.
-francamente no podía hacer nada más que recordarte todo el tiempo, me acordaba de tus besos, de tus sarcasmos, de tu risa aniñada, del aroma a manzanas de tu loción, de tu pelo suave, de tu interior cálido y apretado… ¿quieres hacer el amor aquí una vez más antes de que anochezca?.-propuso candente Harry susurrándole al oído.
-uhmm.-asintió Draco excitado, mordiéndose el labio inferior, enredando sus piernas en las caderas de su novio mientras sentía el lazo que los unía más estrecho que nunca.
Ellos no lo notaron, pero a su alrededor los pétalos florecían al contacto de sus emociones desbordadas. Las raíces de la tierra, el viento suave y el agua de los arroyos se conectaban mágicamente al fuego de sus cuerpos, disfrutando del pulso vital, del bombeo agitado de sus corazones jóvenes y de la magia ancestral infinita.
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Durante los días siguientes empezaron los reclutamientos para Quidditch y ni Ron, ni Harry querían quedarse atrás, así que se alistaron y fueron aceptados por el equipo de Gryffindor, por su parte Draco intentó entrar a su equipo, pero fue rechazado tajantemente, Harry le dio ánimos y le propuso que hablara con ellos nuevamente después del primer enfrentamiento, cuando se dieran cuenta que el buscador que tenía era malísimo y que perderían partido tras partido.
El primer encuentro fue entre Gryffindor y Slytherin, los alumnos presentes estaban animados apoyando a sus respectivas casas e incluso habían asistido los profesores.
Draco no apoyaba a Slytherin en ese momento, estaba sentado en el palco del equipo contrario y llevaba puesta la bufanda de Harry en señal de apoyo, con desagrado las serpientes notaron que Nott, Zabini y Parkinson también la llevaban y eso fue algo que verdaderamente los enfureció, sin embargo, tras finalizar el partido con la victoria de los leones y dejándose convencer por la astucia del albino, el equipo verde decidió darle una mísera oportunidad, la cual también aprovecharían para humillarlo al máximo.
Solo faltaban cuatro días para la prueba de reclutamiento y Harry no sabía si era la ansiedad la que provocaba que su dragón experimentara una falta de apetito inusual, era extraño, nunca se había saltado el desayuno ¿estaría enfermo del estómago?
Era la hora del almuerzo en el gran comedor y la vista de todos sus amigos estaban puestas en el rubio, que miraba la comida servida como si fuera un martirio.
-paso.-declaró Draco tapándose levemente la boca con la palma de su mano.
-Luces pálido ¿qué te pasa Dragón?.-le preguntó Pansy inquieta.
-estoy bien, simplemente no tengo hambre… voy a tomar un poco de aire.-dijo y se levantó con algo de prisa, el grupo lo miró con extrañeza, Harry de pronto sintió que su apetito también se iba lejos para no volver.
-quizá esté nervioso por la prueba de Quidditch.-soltó Blaise.
-pues hasta hace algunos días se veía muy entusiasmado.-opinó Harry.
-¡miren, una lechuza!-señaló Ron observando como dejaba caer un enorme paquete sobre la mesa.
-¿de parte de quién será?-cuestionó la castaña buscando algún remitente.-es del señor Olivander, Harry.-comunicó cuando encontró la información.
-finalmente llegaron, tengo que avisarle a Draco, seguro que esto le alegra el día.-tomó el paquete y ante la mirada atónita de todos salió corriendo fuera del gran comedor.
Al salir, lo buscó con urgencia por los corredores sin poder dar con él, angustiado continuó buscándolo hasta que lo encontró sentado en el peldaño de una escalera de piedra, con la cabeza apoyada en uno de los altos pilares del castillo.
-¿Dragón estás bien?
-sí ¿qué pasa? ¿qué es ese paquete?-dijo incorporándose a duras penas, Harry intentó sonreír en medio de la preocupación que sentía, sabía que él no estaba siendo honesto.
-llegaron los báculos de Olivander, ya son nuestros.
Draco se quedó mirando el paquete pasmado y después sonrió como un niño pequeño con juguete nuevo.
-vamos al jardín, no está tan concurrido como aquí.-propuso.
-de acuerdo, vamos.-Harry tomó la mano de su novio y corrieron hacia las afueras.
Se dirigieron bajo un puente pedregoso, aquél lugar estaba cubierto de enredaderas, así que podían ocultarse de quien estuviera merodeando. Rasgaron el papel con rapidez, adentro había una caja negra y larga, semejante a la que se usa para llevar instrumentos musicales de viento, finalmente a la cuenta de tres la abrieron.
-Wow…-susurraron al unísono, hechizados por el brillo de las esferas en los báculos que ahora les pertenecían.
Uno de ellos era un báculo de madera oscura, su diseño era más bien rústico y tenía una esfera de color granate, Harry fue el que se sintió atraído a tomarlo como si el objeto lo estuviera llamando, con decisión lo agarró por el centro y automáticamente el color se volvió más brillante e intenso, sentía su poder ancestral viajando por la madera en una conexión semejante a la que sentía cuando tocaba a su amado, la sensación era única, de pronto vio a Draco tomar su báculo, el suyo era de madera blanca, su diseño era refinado y tenía una esfera azul, que se volvió celeste cuando hizo contacto con él.
-increíble.-dijo la voz maravillada del joven sintiendo justamente la misma conexión que Harry.
-¿qué tipos de hechizos crees que podamos realizar? ¿será como usar nuestras varitas?
-hay que probarlos.
-mira hay una nota de Olivander, dice:
“Señores Malfoy y Potter:
Aquí están sus báculos tal y como lo prometí, la manera de usarlos es como con las varitas, no hay límite para los hechizos que pueden realizar, pero deben tener cuidado de que las bases se mantengan sin rasguños y las esferas no se tricen, he añadido un hechizo aparecedor a cada báculo, de modo que cuando necesiten usarlo aparezcan en ese mismo instante.
PD1: Los báculos también sirven para advertirles del peligro, se dice que los magos arcanos emitían diferentes cantidades de aura para detectar magia amenazante, así que los diseñé también con esa finalidad, el color de las esferas se volverá negra y emitirán destellos de color púrpura cuando el peligro sea inminente.
PD2: Cuidense mucho y sean felices.”
Ambos chicos sintieron como los bastones desaparecían con solo desearlo, tal cual si fueran extensiones de sus cuerpos, se quedaron mirando como si supieran lo que pensaba el otro, Olivander realmente se había esmerado y tenían la necesidad de agradecer ese gesto noble.
Cuando Draco y Harry volvieron a entrar al gran comedor, vieron que la mayoría de los alumnos estaba junto a su grupo cuchicheando, incluso los profesores estaban allí y se veían alarmados.
-¿qué ocurre?-preguntó curioso el moreno acercándose, las chicas de Hufflepuf le miraban con lástima.
-¿chicos? ¿qué es lo que pása?-demandó saber el rubio irritado al ver tanto barullo, inconscientemente sujetó fuerte la mano de Harry sintiendo su agitación.
-Harry… lo siento… ellos… fueron atacados.-dijo Hermione con voz quebrada entregándole el periódico a su amigo, allí estaba una horrorosa noticia.
“Misteriosos ataques de mortífagos devastan hogar de la familia Tonks ¿cual será su próximo blanco?”
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La noticia fue devastadora para Harry, jamás imaginó que su ahijado sería víctima de los ataques de esos mortífagos, se enteró de que la casa de Andrómeda Tonks quedó reducida a cenizas junto con todos los recuerdos, las pertenencias y la ropa del pequeño Teddy.
La prensa se había enterado del incidente y rápidamente había hecho correr la voz generando desconcierto y miedo entre los habitantes. El ministerio en tanto, estaba más alerta que nunca, aumentando el contingente de defensa pública e investigando el origen de aquellos ataques.
Al día siguiente los amigos y conocidos de Harry solidarizaron con él, por lo que recibió ropa, comida y muebles para ayudar a compensar lo que se había perdido en el incendio.
-¿dónde se están quedando ahora?-preguntó Luna acercándose al grupo de Leones y serpientes.
-En Grinmauld Place, Andrómeda de alguna forma se enteró de que su hermana se estaba quedando a vivir ahí.
-¿y cómo se tomaron la situación? ¿no era que se odiaban?-preguntó Hermione curiosa.
-Al parecer la Señora Malfoy ha cambiado lo suficiente como para dejar atrás el pasado y comenzar de nuevo, ellos son su familia después de todo.
-¿y dónde está Dragón? No me digas que está esquivando el desayuno otra vez.-preguntó Pansy con real preocupación.
-pues… dudo que quiera desayunar algo, ayer por la madrugada… lo escuché vomitando en el baño, le toqué la puerta preguntándole si estaba bien, me dijo que sí y me mandó de vuelta a la cama.
-uhg… ¿qué le habrá hecho mal? Seguro que fue la crema de esa tarta de fresa que comió el otro día, le dije que estaba agria y me llamó exagerada, ¡se burló de mis pupilas gustativas!
-bueno Pansy tú tienes unos gustos muy excéntricos.-contestó Blaise burlón y Pancy bufó de exasperación.
-de cualquier modo, Dragón debe venir si o si a desayunar y ustedes se encargarán de que coma algo, su prueba de Quidditch es mañana, necesita tener muchas energías.
-¿y porqué no te encargas tú de eso? ¿no eres su novio?-preguntó Theo suspicaz.
-iré a ver a Teddy, es mi ahijado, quiero asegurarme de que esté sano y salvo o si necesita algo, además iré a dejarles todos los recursos y víveres que hemos reunido.
-es una lástima que Dragón no pueda salir de Hogwarts, estoy segura de que habría fallado incluso a su prueba de Quidditch para acompañarte.-dijo Pansy comprensiva.
-yo también lo creo.-apoyó Harry con nostalgia.
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Draco se encontraba sentado en la orilla de la cama que compartía con Harry en el salón de los menesteres, observaba el pequeño trajecito que le había comprado en la tienda de Madame Malkin, a un lado del pequeño atuendo tenía el periódico con la noticia del ataque en la primera plana, suspiró y dedicándole una mirada llena de melancolía tomó un pliegue de papel para envolver y lo empaquetó sujetándolo con una hermosa cinta de seda azul… era lo único que tenía para entregar y además era lo que su corazón le dictaba hacer. Llegó al salón del gran comedor donde lo esperaba Harry y le entregó el paquete.
-¿y esto?
-para Teddy.
-pero… esto… ¿no será el traje que compré en la tienda?
-lo es.-dijo Draco abochornado.
-pero Dragón, es tuyo, no debes preocuparte por la ropa para Teddy, ya le compré suficiente incluso una cuna nueva, en serio, quédatelo.
-no Harry, quiero que él sepa que su tío también lo está apoyando, quiero que tenga algo de mi, ahora soy pobre no tengo cosas lujosas que darle, esto es lo único que tengo.-le dijo con un nudo en la garganta.
-Mi Dragón.-Harry se sintió tan conmovido que no pudo evitar que se le empañaran los ojos.
-hazlo, llévaselo y dile que me muero por conocerlo ¿me oíste? Vé-ordenó con aplomo a pesar de que batallaba consigo mismo para no dejar que sus emociones lo delataran.
-esta bien, le diré que tiene el mejor tío del mundo.-abrazó a su chico con todas sus fuerzas.
-vuelve pronto para que alcances a ver como le pateo el trasero a ese buscador de cuarta.
-voy a estar ahí apoyándote, lo harás bien.
-sí, cuidate mucho-le contestó el rubio y lo besó sin importar quien estuviera presente.
Aquella noche Draco sintió las nauseas apoderarse de su estómago como nunca, durante aquellos dos días había bebido pociones super efectivas contra las infecciones estomacales y nauseas, pero su cuerpo las rechazaba vomitándolas también junto con la comida digerida, se lavó la cara y respiró profundo mirando su reflejo demacrado.
“¿que está mal conmigo? ¿por qué mi cuerpo está rechazando las pociones?”.-pensó justo antes de sentir como volvía aquella molesta sensación, hizo un gesto de asco y se volcó nuevamente en el inodoro.
Durante el desayuno, el grupo de la alianza lo animó deseándole buena suerte en su prueba de Quidditch, ellos pudieron notar las ojeras y el cansancio en su rostro, sabían que no había dormido, pero también sospechaban de que algo más estaba sucediendo, preocupados por su salud casi lo obligaron a comer aunque fuera solo una tostada.
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Al llegar la tarde, Draco se puso su traje de buscador y tomó su escoba dirigiéndose al campo de juego, elevó la vista y pudo ver a Harry junto a la alianza sentados en un palco, lo estaban animando.
-Malfoy, no te la pondremos nada fácil, tendrás que demostrarnos que eres mejor que Rowen, pondremos a prueba tu resistencia y tu capacidad para aguantar la presión.-dijo el capitán del equipo con mala saña.
-adelante.-fue lo único que dijo Draco sin despegar su filosa mirada de los ojos ajenos.
-voy a soltar la sneetch, el primero que la atrape se queda con el puesto.-ambos contendedores asintieron.
-una, dos, ¡tres!-exclamó el Slytherin dejando libre a la bola dorada que salió disparada aleteando hacia el cielo.
Draco y Rowen se subieron a sus respectivas escobas y volaron por todo el campo de juego intentando alcanzar el artilugio que subía y bajaba pasando entre las gradas.
-¡vamos Dragón!-gritaba Pansy agitando junto con Luna los pompones verdes que habían confeccionado.
La sneetch dorada subió aun más y ambos contrincantes estaban a la misma distancia aumentando la velocidad para poder llegar hasta ella. De pronto Rowen empujó a Draco con su hombro para desviarlo, en respuesta el albo no se dejó doblegar y lo empujó también provocando una contienda aérea mientras sobrevolaban el campus.
El capitán del equipo Slytherin hizo una seña con sus manos, llamando a un par de jugadores.
-vamos a aumentar el nivel de dificultad ¿les parece?-dijo burlón y les pasó unos bates, después abrió la caja que contenía las bludger y las hechizó con el fin de que sólo atacaran a Draco.
Tras un bateo de ambos jugadores los balones salieron disparados en dirección al rubio que con dificultad logró esquivarlos.
-mira, soltaron las bludger Harry.-señaló Ron poniéndose de pie con seriedad, Harry también se levantó para contemplar lo inaudito.
-¿por qué sólo están siguiendo a Dragón?…-preguntó Neville frunciendo el ceño al igual que Theo.
-porque están siendo manipuladas con magia.-advirtió Hermione nerviosa.
-¡esos tramposos, están hechizando las bludger!-exclamó Blaise exasperado.
-chicos, espérenme aquí, voy a bajar a aclararle algunas cosas a ese desgraciado.-dijo Harry en un siseo de furia y bajó las escaleras de los palcos para ir a enfrentar directamente al capitán del equipo, que se divertía viendo como el platinado intentaba escapar infructuosamente de los ataques.
Aún a través de la distancia Draco podía sentir la rabia de Harry enervándole como si fuera suya ¿qué tanto podría haberlo cabreado como para ponerlo en ese eufórico estado?, se preguntaba mientras esquivaba un nuevo ataque.
Mientras tanto a nivel del suelo...
-eso es jugar sucio, detenlas ahora mismo.-ordenó Harry plantándose frente al capitán que lo miraba con desprecio.
-no sé de qué estas hablando Potter.
-mira, no te hagas el imbécil, sé que hechizaste a las bludger para que sólo atacaran a Draco.
-bueno, él está postulando para el puesto después de todo, tenemos que asegurarnos de que sea el buscador indicado que merecemos.
-fue un error animar a Draco a que entrara a su equipo, no son más que unos tramposos perdedores que necesitan recurrir a artimañas para poder ganar.
-¿se supone que debo sentirme ofendido?.
-vas a pagar por esto…-dijo Harry desviando su mirada hacia su chico que luchaba por escapar del peligro.
En tanto...
Ambos buscadores por un momento perdieron de vista la sneetch y dieron una vuelta completa al campo de juego para ver si podían dar con ella, aunque estaba claro que uno tenía más dificultades que el otro, especialmente cuando debía escapar de dos pesadas esferas asesinas.
En su desesperado campo de visión el rubio pudo divisar que su novio estaba discutiendo con el capitán del equipo y solo le bastó unos segundos para atar cabos sueltos y comprender lo que estaba pasando… las malditas Bludger estaban corrompidas con magia, apretó los puños y con decisión aumentó la velocidad de su escoba para pegarse al cuerpo de su contrincante, si lo hacía con suerte podía salir ileso al desviar el ataque hacia él.
- ¡aléjate! ¡¿qué crees que estás haciendo Malfoy?!-gritó Rowen esquivando los golpes de las esferas.
-usándote de escudo por supuesto, ¿crees que te ibas a librar de esto? Ja, no permitiré que sigan burlándose de mí.
-¡suéltame!-exclamó enfurecido el otro chico, empujando al platinado con fuerza contra uno de los telares de los palcos.
Draco casi perdió el equilibrio, pero se repuso justo antes de que una Bludger se estrellara con su cara, escapó a tiempo y se alejó del radio de magia que podía percibir viniendo de las esferas, subió lo más que pudo y se permitió descansar unos segundos respirando a bocanadas, de pronto contempló un brillo dorado cerca suyo… era la condenada sneetch, quiso tomarla, pero aún estaba demasiado lejos de su alcance.
-¡maldición!.-gruñó y aceleró la velocidad de su escoba, para variar notó como su enemigo lo seguía, seguramente había visto la sneetch también, y para rematar vio como la bolita dorada se escabullía entre medio de las construcciones de las gradas, donde había muchos obstáculos y las molestas Bludger seguían intentando estrellarse con su cuerpo.
Después de una persecución que parecía no tener fin, el artilugio dorado decidió salir a campo abierto y Draco pudo tener más libertad de movimiento, cada vez estaba más cerca de alcanzarla, al igual que su oponente.
Harry se mostró aliviado al ver a su novio salir ileso, pero alarmado notó que ambas bludger partieron nuevamente disparadas en busca de su objetivo, esta vez seguramente no fallarían, pues su Dragón estaba demasiado concentrado en obtener la sneetch como para darse cuenta de la amenaza.
-esta vez si que darán en el blanco y no podrás hacer nada por evitarlo Potter.
-¿eso crees?
-no puedes desarmar el hechizo desde esta distancia y menos a la velocidad a la que van las Bludger, no llegarás.-refutó encolerizado el muchacho de Slytherin.
-eso sería si fuera un mago normal, pero yo… no lo soy.-desafió Harry con tono frio, los ojos refulgentes de luz y una sonrisa tétrica que hizo al muchacho retroceder.-¡finite encantum!-exclamó dirigiendo su magia ancestral a los veloces balones que quedaron suspendidos en medio del campo y cayeron pesadamente sin vida.
Todos los presentes con excepción de los buscadores se quedaron viendo a Harry con los ojos abiertos de par en par, segundos después se escucharon algunos vitoreos de alegría y celebración, a ellos no les parecía justo lo que el equipo de Slytherins estaba haciendo con Draco.
Cada vez más cerca, un poco más… pensaba el rubio sintiendo que el viento casi no lo dejaba respirar, de pronto su visión comenzó a nublarse, el desenfoque no le permitía ver con claridad, sentía que se desvanecía, la sneetch parecía perderse en un punto lejano en la oscuridad.
Los chicos se levantaron alertados al ver a su compañero cayendo de la escoba desde tan alto, Harry con el corazón a mil vio como caía en picada y sus instintos tomaron posesión de su ser, con solo desearlo ya estaba en el área recibiéndolo entre sus brazos, estrechó su desmayado cuerpo protegiéndolo y lo dejó recostado en su regazo intentando reanimarlo.
A nadie le importaba que Rowen hubiera obtenido la sneetch, ni que Harry se haya desplazado por el campo de juego en un parpadeo, la gran mayoría estaba enfocada en ver como estaba Draco.
-despierta amor, vamos.-decía el moreno tocando su mejilla.
-hay que llevarlo a la enfermería Harry.-dijo Hermione tomándole el pulso.
Harry tomó a Draco en sus brazos y se lo llevó rumbo al castillo, acompañado por sus amigos.
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Tal como aquella vez, la bruja lo examinó sin poder dar con el problema, hizo preguntas pertinentes a los amigos del joven, pero aún así se le hizo muy extraño.
-está despertando…-comunicó Theo, Harry quien se había estado paseando de un punto a otro corrió a verlo.
-Dragón.
-¿qué fue lo que pasó? ¿por qué estoy aquí?
-te desmayaste, cariño.
-osea que… no atrapé la sneetch.
-¿te caíste de tu escoba y solo preguntas eso?-dijo Blaise un poco exasperado, Luna le acarició el brazo intentando tranquilizarlo y lo logró.
-lo siento Blaise, sólo quería saber.-dijo el rubio algo deprimido, el italiano resignado dio unas palmaditas a su hombro como si quisiera consolarlo y movió tristemente la cabeza en negación.
-ya veo…
-no la atrapaste amor, pero creo que fue lo mejor, no hubiera permitido que te unieras a ese equipo de rastreros de todas formas… ¿sabes que hicieron trampa para humillarte verdad?-quiso reconfortar Harry, odiaba verlo triste.
-y por esos cuantos dicen que los Slytherins tenemos mala fama, pedazo de idiotas.-siseó Pansy sulfurada, al escucharla Draco se sintió un poco mejor y esbozó una sonrisa genuina.
-gracias chicos, tienen razón, no eran la gran cosa.
-¿qué fue lo que pasó allá arriba?-preguntó Neville.
-no lo sé, sólo me desvanecí, nunca me había pasado antes.
-ojalá no sea nada grave.-habló Hermione.
-jóvenes, voy a hacerle unos cuantos exámenes más al señor Malfoy, deberían irse ya a sus clases, luego podrán volver cuando él haya descansado lo suficiente.
-descansa Dragón, cuando vuelva te mostraré las fotografías que le saqué a Teddy, le dije que eras el mejor tío.
-¿ellos están bien?
-sí y a salvo, Kreacher los está protegiendo con su magia.
-que bueno, vuelve pronto.-dijo el muchacho somnoliento, en respuesta Harry depositó un beso en su frente y al ver la mirada insistente de la enfermera se retiró con los demás cuando en realidad tenía muchas ganas de quedarse.
Continuará...