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Anima vitale vinculum por Karura

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Notas del capitulo:

Hola, espero no haber tardado tanto en actualizar, aquí les traigo un nuevo capítulo, que espero sea de su agrado.


 

Disclaimer: Este fanfiction está basado en los libros de Harry Potter de la autora J.K Rowling, no representa en ningún caso robos del derecho de autor ni violación del mismo, es solo un y si hubiera... en las miles de posibilidades existentes.


 


Capítulo cuarto: “La voz de una madre”


 


Las estrellas se despedían lentamente a medida que la noche aclaraba, la espesa bruma todavía cubría montes, lagos y bosques. Algunas aves madrugadoras volaban en busca de su primera comida, mientras que pequeñas criaturas mágicas bebían gotas de rocío de musgos y helechos, pero otras simplemente yacían cobijados en sus refugios durmiendo apaciblemente. En el caso de Harry y Draco la situación era parecida a esta última, ambos acurrucados uno muy junto al otro bajo las negras túnicas de Hogwarts, soñando algo muy en particular…


 


-“Harry...”-dijo una dulce voz llamándolo, reconocía ese timbre cálido lleno de amor… el de su madre Lily.


 


-“madre...”-respondió buscándola en medio de un campo de girasoles, después de caminar unos metros entre las altas flores pudo verla sentada frente a un hermoso lago cristalino que parecía de fantasía.


 


-“Harry, haz crecido tanto”-sonrió ella tomándole el rostro con las manos, él la dejó hacer, después de todo sabía que era un sueño y disfrutaría de él tanto como pudiera, le devolvió la sonrisa con ojos nostálgicos.


 


-“¿esto es un sueño?”


 


-“casi…”


 


-“¿como?”-preguntó Harry extrañado poniendo más atención, ella seguía sonriendo comprensiva.


 


-“aveces nuestros espíritus son llamados por la magia para advertir o dar importantes mensajes”


 


-“¿que ocurrirá? ¿será algo malo?”-la preocupación lo embargó.


 


-“van a pasarte muchas cosas nuevas amor, no tengas miedo… lo que deba suceder, no luches contra ello, aceptalo sin vacilar”


 


- “¿cosas nuevas? No entiendo ¿de qué estas hablando?”-preguntó confundido.


 


-“sé que estás triste porque crees que le fallarás a mucha gente si le correspondes a ese joven, al cual amas con todo tu ser, pero tienes que seguir a tu corazón no importa que, al final, las cosas se solucionarán, de ahora en adelante, solo obedece a lo que te diga tu corazón, aún si no es lo que el resto espera de ti, aun si decides cambiar cada aspecto de tu vida.”-Harry sentía la cara ardiendo de vergüenza, por las palabras de su madre deducía que ella sabía lo que él sentía por Draco y por ende también lo que habían hecho hace unas horas atrás.


 


-“¿aún si no puedo darte nietos…?”-le dijo apenado en un susurro, a ella le brillaron los ojos y una sonrisa aún más grande se poso en su rostro.


 


-“no debes preocuparte por eso, solo dedicate a ser feliz hijo…”-ella le acarició el cabello y se levanto caminando hacia la plantación de girasoles.


 


-“¡madre no te vayas, quisiera seguir charlando un poco más!”


 


-“tienes que despertar Harry… adiós, sé feliz mi niño amado…”-le dijo y avanzando comenzó a desaparecer dejando a Harry con un par de lágrimas cayendo de sus ojos verdes.


 


 


Un haz de luz iluminó el lugar y poco a poco su vista comenzó a enfocarse hasta ver claramente las altas copas de los árboles ya casi sin hojas, el cielo estaba gris y por encima de él podía apreciar una ligera bruma congelante… tembló, hacía mucho frío. En un acto reflejo, buscó sus anteojos a tientas, pero no los encontró y como si su mente lo hubiera procesado en un segundo descubrió que ya no las necesitaba ¡por las santas barbas de merlín, se le había quitado la miopía!


 


-“¿cómo es posible? Que extraño ¿será por la magia?”-pensaba el muchacho desconcertado.


 


De pronto, su corazón dio un vuelco cuando a su memoria llegaron fragmentos de lo que había ocurrido la noche anterior, recuerdos frescos de piel contra piel, de besos, caricias y gemidos… se agitó preocupado, temiendo que sólo hubiera sido un sueño o que él hubiese atravesado la barrera aprovechando que estaba dormido.


 


Con angustia buscó a ese ser que significaba tanto para él y lo encontró acurrucado sobre su pecho, suspiró con infinito alivio, se sentía inmensamente feliz de tenerlo a su lado, tanto que no pudo evitar sentir que se enamoraba de nueva cuenta al verlo dormido, parecía un inocente niño pequeño, notaba como su respiración subía y bajaba con ritmo tranquilo, apreciaba la belleza de su rostro fino, de sus pestañas rubias, de su cabello de oro platinado… volvió a suspirar hondo y silenciosamente sintiendo que las mejillas le ardían y que no podía dejar de sonreír, sin poder aguantarlo más besó cuidadosamente su frente para que no despertara… con mucha suerte no lo hizo, pero pudo ver como su expresión se contraía y dejaba salir unas palabras de sus labios…


 


- “ma… madre… n… no”-musitó Draco entre sueños.


 


La amplia sonrisa que llevaba menguó tornándose algo triste, Harry recordó las sabias palabras de su madre “hacer lo que dicte el corazón” y en ese momento sintió que aquello era comprobar que la Señora Malfoy estuviera sana y salva, pero ¿como hacerlo? salir de Hogwarts sabiendo las consecuencias ¿valdría la pena por verlo más tranquilo? Por supuesto que lo valía.


 


Su mirada vidriosa de pena volvió a dirigirse hacia el cielo como si le suplicara por ayuda y anonadado contempló un pequeño copo de nieve aterrizando en su nariz… como si las cosas no pudieran ponerse peor… Sacando fortaleza a pesar de todo volvió a sonreír, tal vez no sería mala idea despertar a Draco, no pretendía que murieran congelados por una nevada.


 


-Draco… Draco- llamó, pero no despertaba.-Draco despierta… esta nevando… Draco… cielos…-el chico Slytherin seguía dormido a pesar de los remezones que infructuosamente le daba el muchacho de la cicatriz.


 


-por amor a merlín no me obligues a despertarte como a la bella durmiente…-suspiró cansino-olvidé que no conoces ese cuento muggle- sonrió resignado, mientras intentaba liberarse del peso de su cuerpo.


 


Con dificultad se apoyó en sus propios codos para impulsarse y consiguió sentarse, tomó con firmeza al joven de los hombros y sin pensarlo más se apoderó de su boca tan impetuoso que el rubio despertó al sentir que se quedaba sin respiración.


 


De un manotazo Draco se separó de él mirándolo aturdido con sus ojos plata que se desviaron hacia abajo notando que estaban desnudos, tragó costosamente la saliva acumulada mientras un furioso sonrojo le pintaba la cara y precisamente no era debido al frío… si no, a que había recordado con detalle la fogosidad con la que se habían entregado la noche anterior.


 


Harry le sonreía con picarda mal disimulada, parecía ser que estaba disfrutando al máximo del bochorno que le provocaba, unos instantes después Draco vio que él miraba hacia el cielo e indicaba con su dedo hacia arriba, siguió la pista y contempló asombrado los copos de nieve que comenzaban a caer sobre sus cabezas…


 


-está nevando…-musitó el joven de cabellos platinados.


 


-sí y si nos quedamos aquí nos vamos a congelar, recuerda que ya no tenemos varitas para hacer hechizos térmicos…será mejor que te cubras con la capa porque no quiero que te congeles y te de una gripe o algo-habló nervioso cubriéndolo hasta las orejas.


-no seas tan dramático ¿has escuchado hablar de magia sin varita?


 


-pues sí ahora que lo dices…-titubeó avergonzado.


 


-por supuesto “eres el brillante salvador del mundo mágico” es obvio que deberías saberlo… ¡que ignorante!.


 


-¿se puede saber qué te pasa? ¿eres bipolar o qué? ¡¿por qué rayos estás tan enfadado?!-recriminó Harry saliendose de sus casillas.


 


-¿tenías que despertarme… con un beso? ¡Suena a un cursi cuento muggle!- le reprochó sonrojado sin saber donde ocultar la cabeza… habría hecho un hoyo en la tierra para enterrarla allí… y sí… cuando era pequeño Pansy le había obligado a leer el cuento muggle de la bella durmiente como pago por una apuesta que perdió…


 


-¿y qué tiene de malo? Estás haciendo un berrinche por nada.


 


-¡no me hables!-le gritó todavía más sulfurado, pero el moreno no se iba a dejar amedrentar después de todo lo que había pasado entre ellos.


 


-oye, traté de despertarte normalmente, pero no lo hiciste, así que fue lo único que se me ocurrió y dio resultado, mira Draco deja de berrear ¿quieres?


 


-¿que deje de… berrear? ¿eres idiota? ¡¿quien te crees que eres para darme ordenes?!-bramó indignado, Harry cerró los ojos invocando la paz mundial y respiró profundamente para calmarse, abrió los ojos mirándolo comprensivo y depositó un suave beso en su mejilla.


 


-un idiota que te ama…-dijo con ternura desarmando por completo al orgulloso muchacho malhumorado y prosiguió-además de sueño pesado, tienes muy mal despertar, y un carácter horrible, pero aún así no dejaré de hacerlo… ¿quieres que sea más cursi? Anoche dijiste que no te molestaría… ¿lo recuerdas?


 


-si, lo recuerdo-susurró metiéndose todavía más dentro de la capa para esconder su cara roja, Harry se metió con él dentro de las gruesas telas, estaba temblando de frío y el rubio derrotado, lo abrazó con fuerza dándole su calor… al parecer Harry no era muy diestro usando magia sin su varita… en vez de seguir burlándose de él, sintió que quería protegerlo.


 


-estas así porque soñaste con tu madre ¿cierto?... ¿todavía estas preocupado por ella?-le preguntó en voz susurrante Harry mientras veía como sus ojos claros se aguaban.


 


-sí… ¿como puedes leer así a través de mi?


 


-hablaste entre sueños, llamabas a tu madre…


 


-estaba… teniendo una pesadilla… soñé… que no alcanzaba a llegar… para salvarla-habló con un nudo en la garganta-tengo miedo…-confesó.


 


-iré a San Mungo, le diré a tu madre que te envíe un mensaje en su espectro patronus como prueba de que está bien, partiré ahora mismo.


 


-no, si sales de Hogwarts te pueden expulsar.


 


-lo sé… pero haré lo que sea para que estés tranquilo, no sabes cuanto me duele verte llorar…


 


-eres… tan… demasiado cursi-dijo Draco y enterró su frente el pecho de la persona que amaba sintiendo como gruesas lágrimas caían sin parar mientras cerraba firmemente sus labios para ahogar el llanto y no preocuparle.


 


-vístete y esperame aquí, volveré pronto.


 


-no tienes que hacerlo… yo… puedo esperar su carta vía lechuza.


 


-no puedes esperar… de alguna forma extraña, puedo sentirlo… tu temor, tu desesperación… definitivamente no puedes esperar… y yo voy a ir… así que… dame el traslador, te prometo que estaremos bien, por favor confía en mi.


 


Draco buscó sus pantalones tirados sobre el suelo de hojas y sacó del bolsillo una medalla con el escudo de la familia Malfoy en él, se la entregó a Harry en un mudo silencio, este último encorvó sus labios sonriendo débilmente mientras acariciaba sus frías manos entre las suyas… y luego de unos instantes, sin muchas ganas, se separaron para comenzar a vestirse bajo la primera nevada del año.


 


Una vez ya vestidos, Draco se puso la capucha y se apoyó de espaldas contra el tronco de un árbol frondoso que lo protegiera de la nieve, mientras tanto Harry se encaminaba hacia la frontera, no obstante, se detuvo a medio camino.


 


-dime donde encontrarla.


 


-ella está en la sección de maldiciones, su cuarto es el número 54…


 


-bien, por favor no te vayas solo al castillo puede ser peligroso, no tardaré lo prometo.


 


-¡Harry!-llamó nervioso el muchacho deteniendo el andar del moreno, tras unos segundos de indecisión agregó-Gracias…-Harry volvió en sus pasos decidido y le arrebató un beso exquisito que le dejó la mente nublada y el corazón alocado.


 


-no hay nada que agradecer… tú sabes por qué lo hago…


 


-ten cuidado-dijo temeroso, sentía casi como si no quisiera soltarlo, como si algo le advirtiera que no lo dejara ir, Harry asintió y se dio la media vuelta para marcharse…


 


Pero justo antes de que pudiera poner si quiera un paso fuera de la barrera, alguien lo detuvo…


 


-¿Qué cree que está haciendo Señor Potter?-ambos chicos se giraron a ver de donde provenía la voz, pudiendo contemplar a un centauro blanco de cabellos rubios y ojos azules.


 


-¡profesor Firenze!-exclamó Harry, el joven de ojos grises sintió como le volvía el alma al cuerpo, se sintió un poco aliviado sin saber porqué.


 


-soy un ex profesor ahora Señor Potter, he sido aceptado por mi clan nuevamente para proteger estos bosques… dejaré que vuestra profesora Trewlaney asuma vuestras clases completas.


 


-vaya… que sorpresa-sonrió el niño que vivió, sintiéndose nervioso al ver que se acercaba, Draco por su parte rodó los ojos sin mucho interés en su verborrea.


 


-es muy de madrugada y el toque de queda aún no se termina, me preguntaba… ¿qué hacíais vosotros dos bajo esta nevada y a punto de cruzar la barrera protectora?


 


-no estábamos escapándonos si acaso era lo que pensaba, yo sólo quería cruzar la barrera, Draco intentaba detenerme-dijo Harry con determinación… Malfoy abrió los ojos de par en par mirándolo incrédulo y confuso… lo estaba encubriendo con una verdad a medias.


 


-¿la razón?-el centauro lo miró suspicaz y luego miró al chico rubio que parecía querer decir algo, pero no le salían las palabras.


 


-yo… eso es asunto mio-dijo el muchacho de la cicatriz a la defensiva.


 


-confíen en mi, no le diré nada a vuestra directora, ni al líder de nuestro clan, no teman… estoy aquí para ayudar, no para juzgar… así que más vale que sean honestos, no volveré a aceptar una mentira como respuesta.


 


Draco y Harry se miraron con complicidad, después de un momento que pareció eterno se acercaron al centauro.


 


-todo esto es por mi culpa, me escapé anoche para ir a san Mungo a proteger a mi madre de los mortífagos, no confío en los aurores que la están cuidando, cuando me dirigía hasta acá Harry me detuvo, entonces… dijo que él iría en mi lugar para que no me llevaran a Azkaban… estoy bajo libertad condicional- Habló Draco al fin, omitiendo la parte en la que se habían acostado y habían creado accidentalmente una aurora boreal mágica.


 


-comprendo vuestra preocupación, pero el Señor Potter no debería poner un pie fuera de esa barrera y mucho menos usted, los astros me advirtieron acerca de posibles peligros, sin duda lo mejor será que permanezcáis juntos dentro de Hogwarts- ambos se sintieron perturbados al escucharle hablar tan serio, bien sabido era que Firenze tenía buenas habilidades de adivinación y si él preveía desgracias, era bastante probable de que estas ocurrieran, frustradamente ahora Harry se sentía atado de manos y pies… no podría salir de la frontera.


 


Draco al ver el ceño fruncido de Harry, tomó su mano con cariño sin importarle que el centauro los mirara con cierto interés.


 


-no importa… en serio, no quiero que algo malo te pase por un simple capricho mio.


 


-maldición Draco, lo tuyo no es un simple capricho, es preocupación de un hijo por su madre… y la verdad es que… yo también estoy preocupado-confesó estrechando más esa mano contra la suya.


 


-una madre ¿he?… hablando de eso… creo que es el momento indicado... vengan conmigo-el centauro llamó a los chicos bosque adentro donde nevaba menos, llegaron hasta un enorme árbol seco, podría decirse que era el más alto y longevo de todo el bosque.


 


se acercaron hasta quedar frente al tronco… curiosos y expectantes.


 


-Cerrad los ojos y respirad profundo…-Los jóvenes magos obedecieron-calmad vuestra mente, vuestro cuerpo, vuestro espíritu, calmad vuestra magia, poco a poco… no penséis en nada, solo sentid… apreciad… sentíos como niños que van al encuentro de una madre…-en la mente de ambos la imagen de sus progenitoras apareció tan nítida que una emoción los sobrecogió.


 


-tocad la corteza, sentid la conexión uniéndose a vuestros núcleos… la voz que escucharéis dentro, es la misma que hemos escuchado nosotros desde que nacemos, nosotros los centauros y todas las criaturas mágicas de este bosque que hemos vivido por cientos de años… el gran espíritu del bosque acoge, nutre, enseña, refugia, alegra, perdona, ama incondicionalmente como vuestras madres también lo hacen…


 


Tanto en la mente de Harry como en la de Draco habían fugaces imágenes y sensaciones de recuerdos que por diversas razones habían olvidado, instantes de cuando eran pequeños infantes y jugaban con el agua de los charcos de lluvia, memorias de un hermoso césped lleno de tréboles de cuatro hojas, la sensación de las flores silvestres de primavera rosando sus pequeñas manos, el aroma de la tierra mojada después de una llovizna, la noción de haber dormido sentado contra el tronco de un árbol después de jugar hasta el cansancio… o mirar un cielo de hojas danzantes, con sus grandes y curiosos ojos inocentes... sentían que ya conocían ese gran árbol… como si ya hubieran estado ahí antes… sentían una extraordinaria conexión que los hacía sentir parte de un todo.


 


Firenze alejó su mano para contemplar atónito como el mitológico árbol había comenzado a florecer, los arboles que estaban alrededor también se llenaron de nuevas hojas verdes y no solo eso, nuevas hadas que hasta entonces habían estado casi al borde de la extinción nacieron de capullos que colgaban de sus ramas… ahora estaba más que comprobado, el poder que habían adquirido los magos elegidos por la profecía, no era para la destrucción, era para crear vida… lo había discutido con su clan hasta hace unas horas alegándoles que las noticias no eran malas sino buenas nuevas, pero su desconfianza en los magos y muggles no les permitía creer, con las únicas personas que coincidió fueron con Ronan el centauro, la directora McGanogal y la profesora Sibil Trewlaney, todo el resto estaba en su contra… aunque las cosas podrían cambiar con el paso del tiempo.


 


La luz de sus magias iluminaba todo el lugar, ambos estaban aún conectados a ese gran árbol que les hablaba a través de imágenes, recuerdos y emociones como si quisiera decirles que siempre estuvo y estaría allí.


 


Una memoria se abrió y Draco pudo contemplar a un pequeño ojiesmeralda de cinco años en un parque de juegos muggle, estaba siendo expulsado por su primo y otros niños que eran más grandes que él, lo empujaban fuera de la zona arenosa y Harry sin poder defenderse se alejó hacia la parte más desolada y frondosa del parque… llorando había llegado hasta un árbol y se había sentado bajo él, cerró los ojos sintiéndose arrullado y protegido, las ramas que bajaban como enredaderas acariciaban su cabeza consolándolo… de pronto las aves bajaron de la copa del árbol, posándose sobre sus hombros y su cabeza despeinada, dando saltitos que le provocaban cosquillas y risas… Draco se quedó embelesado con aquél recuerdo, Harry siempre se había visto muy bello cuando sonreía.


 


Otros recuerdos aparecieron, mostrando criaturas mágicas que habían conocido en algún punto alejado de sus vidas, dejándolos con una gran cantidad de sentimientos encontrados.


 


Harry vio el momento en el que Dobby conoció a un recién nacido Draco, podía sentir su felicidad y su emoción como si fuera propia, pudo ver como lo hacía reír cuando se asomaba a su cuna y le hacía caras divertidas, como le cuidaba y jugaba con él cuando sus padres no estaban cerca, sin duda Dobby había sido un elfo maravilloso.


 


El rubio en cambio presenció como el elfo doméstico que lo había cuidado durante su infancia, daba su último suspiro en los brazos del niño que vivió, la aflicción del momento lo golpeó como una ola furiosa… sintiendo todo el dolor y la impotencia de Harry.


 


Un último recuerdo fue contemplado esta vez por ambos.


 


Dobby consolaba a un pequeño Draco de 5 años y lo sanaba con su magia cuando había caído de las altas ramas de un árbol de la mansión Malfoy.


 


“¡ya no te quiero árbol estúpido!”


 


“¿el pequeño amito Malfoy está enfadado con su árbol favorito porque su padre ha decidido cancelar su cumpleaños?”


 


“¡ese árbol me arrojó al suelo!”


 


“ho! Pero Dobby vio que usted le arrancó las hojas primero”


 


“si… estaba muy enfadado”


 


“pero no con el árbol”


 


“no”-sollozó el niño rubio…


 


Dobby miró el frondoso árbol y luego miró al pequeño quien estaba arrepentido, pero era lo bastante orgulloso como para pedir perdón.


 


“el árbol dice que lo perdonará y le hará un regalo por ser su cumpleaños, solo si promete que no volverá a desquitarse con él”


 


“¿como puedes saber lo que está diciendo?”


 


“es magia de nuestros ancestros, Dobby le dice la verdad”


 


“entonces, lo prometo”-dijo inocentemente.


 


A los minutos después, varias ramas del árbol se fueron transformando en un hermoso columpio adornado de flores y en el suelo iban cayendo una a una las manzanas verdes y apetitosas que tanto le gustaban al niño… se había puesto tan feliz que corrió a balancearse de inmediato, era un recuerdo olvidado… su madre Narcissa le había hecho un obliviate para que no sufriera cuando se enterara que habían cortado el árbol por orden de Lucius, solo porque éste no quería que la sociedad sangre pura tachara a su hijo de loco por hablarle a un árbol y no a sus invitados…


 


Ambos salieron de su ensoñación contemplando como la vida se manifestaba por todas partes a pesar de los copos de nieve… Draco apoyó la frente en la corteza y la acarició mientras murmuraba muy bajito.


 


-nunca pude recordar el columpio… solo las manzanas… no sabía que me habían hecho un obliviate… no lo sabía…


 


-no fue tu culpa, tampoco que tuvieras que seguir los pasos de tu padre- Harry se acercó a él acariciando su espalda para reconfortarlo.


 


El centauro los observó realmente conmovido, habían sentimientos conciliadores brotando de ellos, también pudo ver el núcleo de sus almas haciéndose cada vez más fuerte, sin duda alguna estaba en lo correcto, eran dignos de llevar ese poder.


 


-Draco ya sé quien nos puede ayudar, la respuesta vino a mi cuando vi tu recuerdo… los elfos domésticos…


 


-¿cómo dices?


 


-Dobby el elfo libre ya no podrá ayudarnos, pues murió durante la guerra…-dijo y bajó la mirada con tristeza.


 


-lo sé… lo vi… se sintió como si lo hubiera vivido…-Draco le dedicó una mirada solemne de comprensión.


 


Harry tomó aire intentando disipar la pesada atmósfera que había recaído en ellos.


 


-pero aún está Kreacher…-terminó de decir Harry esperanzado.


 


-¿el amargado elfo Kreacher? ¿no sirve a los Black?


 


-si, pero ahora yo soy su amo, lo heredé de mi padrino Sirius.


 


-¿y como podría ayudarnos?


 


-¿no lo sabes? Los elfos domésticos pueden traspasar barreras mágicas y viajar grandes distancias en un parpadeo, su magia es diferente a la de los magos, además estoy seguro de que aceptará ayudarnos, parece que aprecia mucho a tu familia y a los sangre pura… es un poco orgulloso, pero no es un mal elfo- Draco abrió los ojos de par en par, quedándose atónito por lo que escuchaba… el centauro interrumpió su charla.


 


-bien, ya es hora de que me vaya, cuando decidáis regresar al castillo hacedlo por el camino donde las hojas se vean más verdes, para el espíritu del bosque vosotros sois como sus hijos, les protegerá.


 


-Gracias Señor Firenze…


 


-De nada Señor Potter.


 


-Señor Firenze...-llamó Draco intrigado.


 


-Dígame ¿en que puedo ayudadle?


 


-Esto es un poco extraño ¿no le parece? Nos acabamos de enterar por medio de recuerdos sincronizados que podíamos comunicarnos con el espíritu del bosque cuando eramos niños, ayer por la noche creamos una aurora boreal como si nada y por si fuera poco hemos hecho florecer a este árbol en pleno invierno ¿otros magos además de nosotros pueden hacer cosas como estas? ¿o es que acaso es solo cosa de nosotros dos?


 


-creo que no puedo contestar a vuestras preguntas por ahora, las respuestas las obtendrán poco a poco y de las personas más cercanas a vosotros, considerad a la directora y a la profesora Trewlaney, puede que les ayude en la búsqueda de esas… respuestas… ahora si me disculpan… me retiro.


 


-¡pero!-quiso alegar el rubio, sin embargo Harry lo tranquilizó.


 


-vamos Draco, invocaré a Kreacher, no debemos retrasarnos-aconsejo con entusiasmo, el otro joven desistió y se encaminaron al claro en el que habían estado antes.


 


-Kreacher, necesito que vengas aquí-llamó Harry y en unos segundos apareció el elfo doméstico frente a ellos.


 


-Kreacher está aquí para servirle… amo Potter…-dijo la criatura intentando contener su asombro al ver a Draco Malfoy, el elfo por alguna razón lucía como si se hubiera sacado la lotería.


 


-bueno, te pido que vayas al hospital de San Mungo, a la sección de maldiciones, al cuarto número 54, allí se encontrará la Señora Malfoy, Kreacher ésta es la situación: recibió el ataque de unos mortífagos y ahora está hospitalizada allí, está siendo resguardada por unos cuantos aurores, pero no sabemos que tanto puedan protegerla.


 


-Kreacher quiere saber cual es la orden.


 


-si te apareces con ella dile que vienes de parte mía y dale el siguiente mensaje:


 


Sra Malfoy:


Su hijo Draco está muy preocupado tanto por su salud como de su seguridad, ha escuchado rumores de que los mortífagos aún están buscándola para asesinarla, pero a pesar de que le he dicho que hay aurores custodiándola, él no parece tranquilizarse, así que he enviado a mi elfo domestico para que me traiga un mensaje patronus de su parte, sinceramente creo que él necesita escucharla, los meses que ha pasado aquí en Hogwarts no han sido fáciles, la mayor parte de la escuela lo ha rechazado y repudiado, pero yo no veo razón alguna para hacerlo… yo he decidido apoyarlo y él ha decidido confiar en mi… puede estar tranquila, cuidaré bien de él.


PD: ambos hemos accidentalmente roto nuestras varitas, lo que nos hace imposible enviar un patronus como mensaje”


 


-que vergüenza, en tu mensaje parece como si yo fuera una princesa rescatada por un caballero ¿que va a pensar madre?


 


-bueno, después de todo eres mi bella durmiente ¿no?-picó Harry haciendo que el rostro de su compañero se tornara más rojo si era posible.


 


-Harry… corta el rollo.. o no respondo-advirtió el rubio.


 


-tranquilo, solo bromeaba.


 


-uf! Si fuera por eso yo también podría bromear diciéndote que la próxima vez tu podrías ser la bella durmiente-la mirada lujuriosa de Draco y la atónita de Harry se conectaron… “así que habrá una segunda vez” pensaron al mismo tiempo, sonrojándose y sonriendo con complicidad.


 


La cara de Kreacher era todo un poema, ver a los antes rivales declarados de Hogwarts comportarse así no era usual, más aún ese extraño paso de magias entre ellos… de pronto parpadeó sorprendido y casi se cae de espaldas al contemplar sus núcleos mágicos entrelazados… había un enlace mágico muy poderoso… era magia antigua…


 


-¿que sucede Kreacher?-Harry se preocupó al verlo enredarse en sus propios pies, ver al orgulloso elfo Kreacher tan nervioso le parecía cómicamente desconcertante.


 


-¿puede Kreacher sugerir algo más?


 


-s… sí-titubeó Harry, no era normal que el gruñón elfo se mostrara tan interesado en ayudar ¿acaso seria por estar ayudando a la familia Malfoy?


 


-Kreacher podría cubrir a la señora con magia protectora de los elfos, los magos no pueden destruir esta barrera…


 


-¿puedes hacer algo como eso?


 


-si, Kreacher puede si su amo se lo ordena.


 


-pues, te lo ordeno, entrega el mensaje y protege a la señora Malfoy con tu magia… no permitas que nadie más a parte de ella te vea ¿de acuerdo? Ahora vé-ordenó Harry con esperanza.


 


-Kreacher se siente totalmente honrado de servir al amo Potter y al amo Malfoy- dijo haciéndoles una reverencia y desapareció, dejándolos con la boca abierta.


 


-¿como fue que me llamó?-preguntó Malfoy sin poder dar crédito a lo que sus oídos habían escuchado.


 


-¿amo?-contestó Harry incrédulo.


 


Draco sintió como el rompecabezas en su cabeza comenzaba a mostrar cada vez más pistas certeras, la verdad era que Draco dudaba si Harry se había dado cuenta de las misteriosas señales que parecían estar anunciando algo mucho más profundo que un simple enamoramiento mutuo, esto por lejos iba más allá de eso, pero no quería precipitarse, por el momento dejaría el tema hasta que más pistas se presentaran o hasta que Mcganogal les diera las respuestas que necesitaba.


 


-parece ser que tu elfo doméstico si que aprecia a mi familia, estoy sorprendido-dijo el rubio para salir del paso.


 


-también yo…


 


 


 


 


En Tanto en San Mungo, en el cuarto N°54 de la sección de maldiciones.


 


El viejo Kreacher, había aparecido en un inmaculado y simple cuarto de hospital, el lugar tenía lo básico: un pequeño armario, una mesita de noche, una silla y una cama; en ella había una mujer que parecía estar dormida, la poca luz que entraba por la pequeña ventana no era impedimento para que el elfo pudiera orientarse.


Con pasos lentos se acercó a verla más de cerca, la dama enferma estaba recostada de lado, tenía los cabellos rubios excepto en la coronilla, donde caían mechones ébano, tenía el rostro cansado y la mirada apagada… como sospechaba, estaba despierta.


 


-Discúlpeme por mi atrevimiento en molestar su grato descanso Sra Malfoy- dijo el elfo haciéndose notar con una reverencia, Narcissa se sobresalto poniéndose a la defensiva, tomando la varita que estaba sobre la mesa y apuntando.


 


-baje su varita, Kreacher jamás lastimaría a un sangre pura y menos a los Malfoy, no debe temer-habló a cabeza gacha tranquilizando a la bruja.


 


-¿quien te envía?-preguntó sin dejar de apuntarle con la varita.


 


-Harry Potter…-dijo el elfo esperando una reacción, ella tenía una expresión de sorpresa en la cara, que se volvió preocupada al recordar a Draco, su hijo.


 


-¿él es tu nuevo amo?


 


-Kreacher sirve al mago Harry Potter y a toda su familia-dijo con una leve sonrisa, como si estuviera muy orgulloso de decirlo, cosa que Narcissa pasó por alto.


 


-¿a que fuiste enviado?


 


-mi amo tiene un mensaje para usted, Kreacher dirá las palabras exactas sin omitir ninguna, y espera una respuesta pronta.


 


-adelante, te escucho elfo-dijo ella todavía desconfiando, pero cuando el mensaje llegó a su final no pudo más que dejar la varita inerte sobre la cama, estaba completamente desconcertada ¿Harry Potter amistado con su hijo? No sabía si alegrarse o preocuparse ¿como es que habían terminado quedándose sin varitas? ¿habrían peleado?.


 


-Kreacher espera una respuesta-dijo sacándola de su ensoñación… ella tomó su varita y comenzó a invocar su patronus dejando un mensaje en él. Cuando terminó, vio que el elfo se acercaba a ella subiéndose a la silla que estaba cerca de la cama.


 


-El amo Potter le ha pedido a Kreacher que la proteja con magia ancestral de nuestros antepasados, ningún hechizo con intensiones de lastimar o asesinar podrán traspasar la barrera… y todas las pociones nocivas desparecerán… la protección es total.


 


-¿por qué? ¿Draco se lo pidió?


 


-Kreacher dio la idea y el amo Potter la consideró como buena para mantenerla a salvo mientras se recupera en este lugar… ahí vienen medimagos, Kreacher no debe ser visto…se marcha ya.


 


-espera, dale las gracias de mi parte a tu amo, por cuidar de mi hijo y por la protección que me has dado.


 


-Kreacher lo hará, será todo un honor proteger a la madre del amo Malfoy- dijo para después desaparecer…


 


Mientras los medimagos chequeaban su estado y sus heridas, Narcissa todavía repasaba las palabras del anciano elfo… había llamado amo a su hijo… eso era algo que no esperaría ni en un millón de años ¿a qué grado de estrechez estaría la relación de Harry Potter con su hijo como para que el elfo doméstico lo llamara amo? ¿debería preocuparse? La verdad, no sabía que esperar, sobre todo si se trataba del niño que vivió y que venció a Voldemort.


 


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Ambos jóvenes se pusieron las capuchas para evitar que la nieve cayera sobre sus cabezas y deambularon por el claro buscado sus varitas rotas hasta que las encontraron. Harry se detuvo al notar que algo se había quebrado bajo sus pies, algo que le sonó al vidrio de sus anteojos. Draco se acercó a ver que había encontrado…


 


-¿tus anteojos? Un momento… ¿como es que puedes ver bien sin los anteojos? ¿no eras miope?-muy bien, eso se oyó muy feo a los oídos de Harry, pero Draco no se caracterizaba por ser demasiado sutil, aún así era la verdad y aveces ésta dolía.


 


-¿recuerdas ayer cuando me los quitaste?-preguntó Harry observando el objeto roto en sus manos, Draco dio un asentimiento de cabeza.


 


-pues, aunque ya no los tenía puestos, podía verte perfectamente… esta mañana al despertar intente ponérmelos, pero no los encontré cerca y pues resulta que podía ver sin problemas… así que… creo que estoy curado… ya no los necesito-dijo el muchacho despreocupadamente, pero Draco tomó nota mental de que esta era otra posible pista que considerar.


 


-osea que pudiste verme sin problemas toda la noche-masculló Draco ligeramente indignado en un tono que parecía más de afirmación que de pregunta.


 


-si… y la vista fue increíble…-confesó el moreno coqueteando, le tomó la mano y se sentaron sobre un tronco que estaba cortado a la mitad en el suelo.


 


-¿tienes frio?-le preguntó Draco sonrojado.


 


-no cuando estoy cerca tuyo-dijo Harry arrimando su cabeza en su hombro.


 


-pues no te separes de mi…-susurró el rubio conteniéndose para no saltarle encima y devorarle a besos.


 


-no lo haré… etjum.. ¿puedo preguntar algo sin que te enojes?-comenzó a decir aclarándose la garganta.


 


-¿que cosa sería?-hiperventiló el muchacho Slytherin.


 


-… creo que… anoche te lastime… quería saber si te sentías bien ¿aún... te duele?


-…….no mucho… tonto, no te preocupes por eso…-regañó nervioso mientras le pasaba un brazo por la espalda y lo atraía a su pecho… Harry envuelto en el calor de su magia se sentía plácidamente feliz.


 


La atmósfera confidencial y romántica del momento se vio interrumpida por un luminiscente cisne blanco que venía bajando del cielo, se posó frente a ellos batiendo las alas… era el patronus de Narcissa, unos segundos después apareció Kreacher.


 


-la orden ha sido ejecutada con éxito tal como el amo Potter lo pidió, la Señora me ha pedido también que le diga, que se siente sinceramente agradecida por la protección hacia ella y a su hijo.


-bien hecho, hiciste un buen trabajo-felicitó el niño que vivió, en respuesta recibió un respingo orgulloso.


 


-¿puede Kreacher volver a sus deberes?


 


-puedes retirarte Kreacher- dijo Harry y la criatura desapareció en un parpadeo.


 


-es un mensaje de madre…-Draco tocó el patronus y la voz de su progenitora se escuchó en el lugar.


 


Draco, querido hijo:


Quiero que sepas que no tienes cosa alguna de la que preocuparte, he sido atendida cuidadosamente en este lugar y hay aurores custodiando atentos a cualquier movimiento por parte de los mortífagos, me sorprendí mucho de que el señor Potter enviara a su elfo doméstico para entregarme tu mensaje… y más cuando leí el anexo acerca de tu varita ¿como llegaron a eso? Lamento tener que regañarte, pero me parece ¡inconcebible!, ese no es el comportamiento de un Malfoy, ya después tendremos tiempo para hablar con más calma, lo único que te pido por ahora es que no te metas en líos y permanezcas en Hogwarts, yo estaré bien… si las palabras del mensaje que recibí son ciertas, entonces confía en él… necesitas a alguien que te apoye, no un nuevo enemigo más en la lista. Señor Potter, sé que esto rebajará mi orgullo como miembro de la familia Malfoy, pero por favor, cuide de mi hijo, es mi tesoro más preciado, más que cualquier otro bien… lo dejo en sus manos. Hasta pronto hijo, prometo estar en contacto contigo tan rápido como me sea posible, cuidate”


 


El mensaje había acabado y el patronus se había desvanecido, pero ellos seguían tomados firmemente de la mano, digiriendo las palabras que habían escuchando.


 


Draco no podía creer lo que su madre le había pedido a Harry, pero lejos de estar molesto por ello, sintió una enorme felicidad bailando en su pecho, pues su madre de alguna manera aceptaba a Harry y eso mitigaba la ansiedad que había estado sintiendo, escuchar su voz era justo lo que necesitaba y Harry había hecho que fuera posible...


 


-¿te sientes más tranquilo ahora?


 


-si, aunque se escuchaba molesta… lo que me recuerda… deberíamos volver al castillo antes de que los prefectos descubran que no estamos allí, esta amaneciendo-soltó Draco saliendo de su estupor.


 


-debemos ir por donde el señor Firenze nos aconsejó, vamos- Harry se dirigió con el joven rubio por el sendero donde los árboles rebosaban de hojas verdes, eran tan vistosos que no fue difícil para ellos encontrarlos.


 


Continuará...


 


 

Notas finales:

Siii, por fin pude actualizar eso que estoy con mi cabeza abombada por la gripa, además es un logro anunciar que he terminado también el capítulo 5, así que si desean el siguiente capítulo ya saben! a dejar reviews!! los espero, con ansias, un abrazo!!!


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