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Anima vitale vinculum por Karura

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Notas del capitulo:

Como siempre, me he tardado en actualizar, pero es porque estaba escribiendo dos capítulos al mismo tiempo, ahora tendrán este y el otro sale a mitad de semana, gracias a todos por comentar el capítulo anterior y por su gran paciencia.

Disclaimer: Este fanfiction está basado en los libros de Harry Potter de la autora J.K Rowling, no representa en ningún caso robos del derecho de autor ni violación del mismo, es solo un y si hubiera... En las miles de posibilidades existentes.

 

 

Capítulo 9: “secreto por secreto”

 

 

Había pasado casi una semana desde el incidente de McLaggen y durante esos días los ex rivales descubrieron cuan conveniente era tener la ayuda de las hadas luminiscentes cada vez que lo necesitaban, pues siempre les mostraban lugares interesantes y desocupados que podían utilizar para dar rienda suelta a sus pasionales encuentros.

 

En otros momentos del día cuando su mar de hormonas se calmaba, se les veía pasear juntos por los corredores del castillo, charlando y bromeando como dos buenos amigos, la cortesía entre ellos llegaba a ser envidiable y muchos estudiantes se preguntaban si acaso habían caído bajo el efecto de algún hechizo por accidente o si estaban actuando las líneas de un detallado guión, como si todo fuera una farsa muy bien montada, sin embargo, no todas las opiniones acerca de ellos eran malas en Hogwarts, había quienes parecían estar entusiasmados con ver alguna muestra de afecto y cada vez que aparecía algún guiño, alguna muestra de nerviosismo o sonrojo chillaban en secreto (en especial las chicas) deleitándose de la hermosura que los jóvenes habían adquirido en el último tiempo y la forma “confidencialmente” tierna con la que se trataban, definitivamente era lindo verlos y sacarles fotografías para coleccionarlas e incluso venderlas.

 

Hermione, Ron y Ginny sufrían momentos de tensión cuando las clases terminaban y Harry se disculpaba para marcharse con la excusa de tener que limpiar salones, cada vez él y sus amigos pasaban menos tiempo juntos, estaban perdiendo el contacto…

 

-Harry tenemos que hablar, nos has estado evitando desde el lunes-le dijo Ron preocupado, Hermione tras de ellos solo atinaba a mirar a uno o a otro según se hablaran, ella ya sabía las razones para evitar hablarles, por supuesto que lo sabía, Harry tenía miedo de que se le escapara algún comentario relacionado con Draco o de lo mucho que le gustaba, hasta podía asegurar que Harry pensaba en él cada vez que respiraba.

 

-no era mi intensión, pero he estado bastante ocupado practicando hechizos sin varita y limpiando salones, el castigo termina hoy y el lunes tenemos que entregar un ensayo sobre Hadas luminiscentes…-se disculpó paciente Harry.

 

-lo cual resulta bastante conveniente para ti, así puedes hablar con el hurón todo el tiempo.

 

-¡Ron!-chilló Hermione llamándole la atención.

 

-que… Pero si es la verdad, apenas terminan las clases sales corriendo como si nada más importara, ni siquiera se si te vas a apuntar a Queedish este año-dijo Ron indignado causando un estupor en Harry quien se quedó unos segundos en silencio tratando de encontrar respuesta a su queja.

 

-no lo había pensado, creo que es una buena idea… Mira Ron disculpame por hacerte sentir abandonado, pasaré más tiempo con ustedes, lo prometo.

 

-espero que así sea-dijo en un gesto serio y las campanadas anunciando la cena sonaron.

 

Rato después en el gran comedor.

 

Como ya era habitual, los puestos correspondientes a Potter y Malfoy estaban vacíos, nadie podía obligarlos a estar ahí a menos de que emitieran un comunicado a través de “Sonorus” por parte de los profesores o la directora de la escuela.

 

-Theo te lo pregunto por decimoquinta vez ¿esos dos están saliendo?-inquirió Parkinson entre murmullos, el chico no hizo más que rodar los ojos con exasperación.

 

-ya te dije que no lo sé ¿te importaría dejarme cenar en paz?

 

-los estás encubriendo, Theo suéltalo ya-exigió enfadada.

 

-¿por qué te enfadas Pansy? Oh ya veo ¿estas celosa de que Draco haya confiado más en mi que en ti?

 

-celos es una palabra muy pequeña Theo, anda dime

 

-olvidalo.

 

En la mesa de los leones, Ginny esperaba impaciente a que su novio llegara a buscarla y para su desesperación, no estaba sucediendo, enfadada se levantó de la mesa del comedor cuando aceptó que Harry otra vez no vendría… Hermione no se atrevía a ver la cara enfadada que Ron había puesto al escuchar la ola de murmullos que se propagó, cuando su hermana abandonó el lugar sin haber tomado ni un solo bocado.

 

-¡¿podrían cortar ya con el cotorreo?!-bramó a los cuatro vientos el pelirrojo, las cuatro mesas se quedaron de pronto en silencio y volvieron a sus conversaciones habituales.

 

En la mesa de los profesores Minerva miraba a Granger con resignación, ambas sabían que la fuerza del ritual había orillado a “ciertos” jóvenes a sacar de adentro sus sentimientos más secretos y profundos, la necesidad de sentirse amado era un factor común en ellos y eso hacía que salieran a buscarse mutuamente para fortalecer el vínculo… Cuando de magia antigua se trataba no había nada que hacer, así como las varitas escogían a sus dueños, la magia escogía a sus elegidos los cuales llevarían a cabo lo que fuera necesario para restablecer la armonía universal.

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Harry se dirigía a la torre de astronomía para cenar con Draco, esa noche no había clases y podían estar solos ellos dos. A pesar de lo entusiasmado que se sentía de ver a su Dragón, no podía dejar de pensar en las palabras de Ron, suspiró agobiado, tenía que hablar con Ginny y con Hermione ¿tendría que hablar con los demás Weasleys también? ¿a cuantas personas más debía rendirle explicaciones?

 

-“leoncito”-susurró en su oído la voz encantadora de Draco.

 

-...Dragón, ya te dije que no me gusta que me llames así-le regañó tiernamente, dejándose consentir cuando el rubio repartía besos en su cuello.

 

-¿prefieres que te llame Potter o quizá Potty?-bromeó el joven cargando la voz en la primera sílaba en un acento aristocráticamente inglés, como lo hacía de antaño.

 


Harry se rió con ganas, lo tomó de la mano llevándoselo torre arriba y al llegar le plantó un beso necesitado, y es que estando con él todos sus problemas podían irse al infierno… Si en el pasado le hubieran dicho que la causa de su felicidad sería Malfoy, le habría parecido una completa ridiculez, una locura imposible, pero ahora estaba ahí disfrutando el sabor y calor de sus labios.

 

Draco le correspondió envolviéndolo en sus brazos, aspirando el aroma de esa maldita camisa que se negaba a irse con él, la ultima vez que se la pidió a Harry, él le contestó que cuando aprendiera a conjurar sin varita una prenda de su guardarropa, le daría la que estaba usando… Ya habían pasado más de cinco días y nada.

 

-mentiroso…

 

-¿he? ¿de qué hablas?

 

-de tu camisa-dijo algo avergonzado y desvió la mirada.

 

-haa… Si… Todavía no he podido hacer funcionar el hechizo… ¿de todos modos para qué quieres mi camisa si puedes tenerme a mi?-le dijo en un tono coqueto.

 

-no puedo dormir contigo-soltó el rubio nervioso.

 

-¿duermes con mi camisa?-preguntó Harry con el corazón dando tumbos mientras la sorpresa se mostraba en su cara colorada.

 

-me la pongo para dormir.-Draco estaba enrojecido como una braza, se dio la vuelta hacia un balcón evitando olímpicamente la mirada atónita del otro chico.

 

-eres adorable, ¿lo sabías?-musitó sonriente, rodeándolo con sus brazos por la espalda.

 

-no exageres, es solo que te echo de menos cuando llega la noche, de verdad quisiera dormir contigo como aquella vez… Con mi cabeza en tu pecho, desnudos, abrazados.

 

-todos los días recuerdo esa perfecta noche, también yo quisiera dormir contigo Dragón-confesó, el joven de ojos grises se volteó hacia él y se besaron sin prisas por largo rato.

 

Después de terminar de cenar lo que Kreacher les había traído, se quedaron sentados, reclinados contra una pared, contemplando los copos de nieve que caían en el exterior, la mano de Draco estaba sobre la de Harry y la acariciaba.

 

-¿tienes frio?-le preguntó al sentir sus dedos gélidos.

 

-es normal, después de todo está nevando afuera-decía con vaho saliendo de su boca, al principio se sorprendió de que la mano de Draco estuviera tan cálida, después recordó que él si sabía como temperar su propio cuerpo sin una varita.

 

-¿todavía no te lo aprendes? Es crucial que aprendamos lo básico sin varita ¿quieres morir de hipotermia?-Draco esta vez no sonreía, estaba serio, nervioso y preocupado.

 

-lo siento, no he podido…

 

-shhhh, nada de excusas, vamos te voy a enseñar-le dijo con voz seca, estaba cabreado y Harry se limitó a asentir obediente.

 

-primero tienes que pensar que la varita, solo es una forma de canalizar la magia dentro de nosotros, la lleva hacia afuera dependiendo de nuestros deseos y necesidades, para hacerla presente, se necesita una invocación o una palabra, aunque tampoco es necesaria si tu mente es lo bastante fuerte como para pensarla con determinación ¿comprendes lo que te estoy diciendo?

 

-si, lo entiendo, la varita canaliza la magia, la palabra la materializa aunque si se hace desde la mente tampoco es necesaria.

 

-exacto, pero solo si el hechizo en tu mente es fuerte y claro.

 

-vale-asintió Harry prestando atención a su nuevo “profesor de magia sin varita”

 

-entonces preguntarás ¿cómo hacer que la magia se canalice hacia un punto si no tenemos varita? Lo primero es el pensamiento, debes pensar en el hechizo o encantamiento que deseas hacer y hacia que o quien va dirigido, por ejemplo esta taza-señaló el joven.

 

-¿qué debo hacer con ella?

 

-lo que quieras, el hechizo que se te ocurra.

 

-bien, lo tengo en mente.-contestó el moreno enfocando todo su ser en la taza vacía, pero no ocurría nada.-no está funcionando. -soltó frustrado.

 

-no lo estás haciendo con la suficiente convicción, inténtalo con más fuerza, si quieres puedes decirlo en voz alta.

 

-¡accio taza!-exclamó el moreno sintiendo en milisegundos la taza en su mano-¡lo hice! ¡lo hice! Es más fácil cuando lo dices en voz alta.

 

-por supuesto que es más fácil porque la palabra en si misma tiene poder, pero es una desventaja si te enfrentas contra un enemigo ¿no lo crees?

 

-tienes razón, se enteraría de inmediato del hechizo que vas a hacer… Eso es un problema-suspiró desmotivado.

 

-tiempo al tiempo león, con practica lo dominarás, ahora vamos con el siguiente… Este hechizo se llama “*aestus” sirve para generar calor alrededor del mago que lo convoca, no necesita movimiento de mano ni varita, pero si el pensamiento y el recuerdo de la sensación del calor.

 

-de acuerdo-decía temblando… - “aestus”-pronunció el muchacho sintiendo de repente una oleada cálida fluyendo por su cuerpo.

 

-¿sientes frío ahora?

 

-n… No… Ya no- balbuceó asombrado.

 

-bien hecho, aprendes rápido…-se maravilló Draco sintiendo orgullo de su chico.

 

-pero, ya no podré cobijarme en ti y tanto que me gustaba-susurró algo molesto, Draco se mordió los labios sonriente y sonrojado, ya no pudiendo aguantar más se aventó sobre él besándolo con ímpetu.

 

-puedes cobijarte en mi con frio, sin frio, con ropa o sin ella-.ronroneó excitado provocando lo mismo en el otro que gemía ante el tacto cálido de sus manos traviesas.

 

-¡ETJUM!-ante el carraspeo de Hermione Granger que venía acompañada de una sonriente Luna el par de chicos casi saltó de su sitio.

 

-Hermione, Luna ¿qué están haciendo aquí?-dijo un agitado y abochornado Harry, tratando de esquivar sus miradas.

 

-creí que te importaría saber que ya estamos casi en el toque de queda, no querrás pasar otra semana castigado ¿o si? También averiguamos sobre las Hadas luminiscentes, esta es toda la información que pudimos reunir en la biblioteca.

 

-Harry ¿sabías que una de las últimas hadas que se vio en Hogwarts nació de ese mismo viejo árbol hace seiscientos cincuenta y cinco años?-habló maravillada Luna, Harry solo atinó a sonreírle nervioso, si bien la información era interesante, no era el mejor momento para compartirla.

 

-gracias Hermione, pero…-Harry se vio de pronto interrumpido por Draco.

 

-ese era parte de nuestro castigo, no era necesario que ayudaras Granger.-ante el mordaz comentario la castaña hizo oídos sordos pensando “algunas cosas como su estupidez nunca van a cambiar… Aunque parece que más que estupidez son ¿celos?”, maravillada de su reciente descubrimiento, la chica lo miró con una sonrisa divertida haciéndolo fruncir el entrecejo.

 

-el asunto es que, mañana tenemos salida a Hogsmeade Harry ¿iras con nosotros?-preguntó ella esperanzada.

 

-a… No… No creo que pueda… Yo… Tengo que… Practicar, si eso, debo practicar mis hechizos sin varita-la respuesta a Hermione le sonó a excusa para quedarse con Malfoy.

 

La bruja y el mago de la cicatriz se miraron, uno queriendo decirle lo que ya sabía, el otro intentando aguantarse las ganas de decirle todo lo que estaba ocultando.

 

-esta bien, es importante que aprendas lo básico sobre como usar tus hechizos sin varita, especialmente en invierno, si sales por los alrededores abrigate bien y no te metas en líos, cuidate Harry.

 

-Herms ¿te había dicho que pareces una mamá?-la molestó él, como respuesta recibió un librazo en la cabeza, Luna empezó a reír mientras Draco se debatía entre si hacer lo mismo o mantener su postura seria… En todo caso, tenía razón en todo lo que había dicho y comenzaba a sentir un cierto tipo de gratitud por ella, le daba igual que fuera nacida de muggles si cuidaba de su leoncito cuando él no estaba cerca.

 

-ya nos vamos, apresúrense antes de que los encuentre algún prefecto o Peeves.-les advirtió la chica de cabellos risos que se fue con una sonriente Luna.

 

Cuando ambos estuvieron solos, se acercaron a uno de los balcones.

 

-¿extrañas a tus amigos?

 

-…-no hubo respuesta por parte de Harry que seguía con la mirada en el cielo oscuro y sin estrellas.

 

-si gustas puedes ir, no te detendré ni haré un escándalo por eso- Harry suspiró mirándolo de perfil… Dios, era tan apuesto.

 

-¿tú quieres que vaya?

 

-eso no es importante, quizá te estoy quitando tiempo con ellos.

 

-entonces supongamos que voy con ellos a las tres escobas y mientras charlan de temas que no entiendo, yo pienso en lo mucho que me gustaría estar bebiendo cerveza de mantequilla contigo, haciéndonos bromas, riendo… Paseando y comprando chocolates en Honeydukes.

 

Otro silencio incómodo reinó entre ellos, poco a poco sus manos se entrelazaron.

 

-llamame el mago más egoísta del mundo, pero preferiría que no fueras-dijo el dragón con aire taciturno, la pesadumbre vagaba en sus ojos.

 

-no voy a ir, no por que tú me lo pidas o porque los haya dejado de lado, lo haré porque es mi propia elección… Quiero estar contigo, eso es lo que deseo.-Harry tomó con más fuerza la mano blanquecina del chico que amaba.

 

-bien ¿qué propones?

 

-¿sabes? Tenía pensado… Como ya tenemos gran parte del trabajo hecho, pues ¿quisieras tener una cita conmigo?

 

-una… ¿cita?

 

-si, dentro de Hogwarts por los alrededores, será divertido.

 

-no sé lo que estarás planeando, pero voy a hacerle caso a mi intuición, a qué hora y en donde.

 

-A las tres, en la escalera de entrada al castillo, ve abrigado.

 

-de acuerdo mamá-se burló el joven ganándose una mirada gélida que se volvió divertida en unos segundos-lo siento, lo siento jajajaa, no, basta ya jajajaa.-rió Draco al sentir las manos del león cosquilleando bajo sus brazos y sus costillas.

 

Rato después el Gryffindor acompañó a su Dragón hasta las mazmorras donde lo despidió entre besos.

 

-te veo mañana, recuerda: a las tres en la escalera de entrada al castillo.

 

-ahí estaré.

 

-procura soñar conmigo “Dragoncito”-lo besó fugazmente.

 

-sueños húmedos contigo, eso suena tentador, buenas noches “leoncito”

 

-dulces sueños-le dijo Harry sonrojado y sin ánimos de querer alejarse, Draco le dio una sonrisa ladina de esas traviesas, antes de cerrar la puerta enmarcada de serpientes.

 

Del otro lado una sonriente Pansy Parkinson lo estaba esperando de brazos cruzados con expresión triunfante, pensando: “así mismo te quería encontrar querido Draco, con las manos en Potter”

 

-¿y bien?-inquirió Pansy mientras el chico albo frente a ella se ponía aún más pálido si podía.

 

-y bien ¿que?-contestó haciéndose el desentendido mientras pasaba por su lado sin mirarla siquiera y ella lo seguía indignada.

 

-¿qué demonios fue eso?-decía ella sin saber si reírse o ponerse a llorar de la impresión.

 

-que cosa…

 

-¿”leoncito”?, ¿“Dragoncito”?, ¿sueños húmedos?-a medida que seguía hablando las mejillas de Draco comenzaron a tomar color, él continuó su camino hasta llegar a la puerta de la habitación que compartía con Blaise y Theo.

 

-es tarde, ve a dormir.

 

-¿te atreves a ignorarme?-masculló indignada.

 

-Pansy, hasta mañana-dijo entrando a la habitación y estaba a punto de cerrar la puerta cuando ella se lo impidió con su zapato.

 

-espera ¿qué es lo que realmente tienes con Potter?

 

-no tengo por que darte explicaciones, quitate.

 

-pero a Theo si que puedes contarle de todo…

 

-Theo sabe cuando cerrar la boca-rebatió el rubio forcejeando contra la puerta.

 

-claro, lo entiendo, como ahora estás involucrado con Potter crees que voy a delatarte como lo hice con él cuando anuncié que estaba en Hogwarts, es por eso que me miras con desprecio, ahora que él te importa me ves como tu enemiga.

 

-Pansy, basta-advirtió enfadado.

 

-es eso… ¿cierto?-le dijo ella dolida, él con expresión frívola la empujó fuera de la puerta de la habitación, haciendo que chocara contra uno de los muros, cerró la puerta tras de si y se inclinó hacia la chica apoyando sus brazos contra la pared, impidiendo que se escapara.

 

-sí, es eso… ¿cómo se puede confiar en alguien que detesta a tu pareja?

 

-¿pareja?-preguntó incrédula.

 

-Ahora que lo sabes, te lo advierto, no te metas con él.

 

-la verdad… Me es difícil despreciarlo últimamente viendo que te hace tan feliz, al principio me preocupe cuando llegaste tan diferente del bosque prohibido.

 

-¿diferente?-se mostró interesado Draco, alejándose para darle espacio a Pansy.

 

-sí, tu no lo notas, pero has cambiado mucho…

 

-¿en serio?-dijo el muchacho abrumado y curioso bajando las escaleras con la chica hacia la sala común de Slytherin, se sentaron en cómodos sillones frente a la chimenea.

 

-Draco, nunca, ni cuando fuimos novios te había visto sonreír así, me da envidia pensar que Potter es el único al que le dedicas esa sonrisa, eso me hace creer, que en tan poco tiempo, él ha visto más de ti que todos nosotros juntos en estos años que nos conocemos.

 

-¿entiendes la razón por la cual no quería hablarte de ello?… Te recuerdo que fuiste mi novia.

 

-oh, que dulce… Tanta consideración me enferma-dijo ella con sarcasmo, sacándole una risa ahogada a Draco.

 

-no se trata de ser considerado, pero francamente no me gustaría ver la cara que pondrías cuando te contara lo bien que me la paso cuando él y yo… Estamos juntos, la diferencia entre lo que fue nuestro noviazgo y lo que tengo con él es... Abismal.-dijo él tratando de no herir alguna fibra sensible en la chica y aunque ella se removió incomoda en su silla se atrevió a mirarlo a los ojos con decisión, devolviéndole la palabra.

 

-puedes estar tranquilo, te aprecio Draco, pero como amigo… Así que puedes contarme lo que quieras.

 

-¿será necesario que hagamos un juramento inquebrantable? ¿puedo realmente confiar en tu palabra?

 

-déjame probártelo, haré lo que sea-dijo Pansy con entusiasmo.

 

-bien, entonces lame mis zapatos.

 

-¿Qu… Qué?-chilló mirándolo con sorpresa.

 

-dijiste que harías lo que fuera, estoy esperando a que demuestres tu lealtad como mereces-sonrió el rubio con malicia.

 

-si con esto voy a dejar de ser excluida, entonces lo haré-dijo resuelta agachándose en el suelo ante la mirada divertida y asombrada del otro chico, que sabía que Pansy Parkinson en su vida haría algo tan humillante como eso.

 

La muchacha roja de vergüenza, acercó su cabeza a los pies de Draco, miró sus lustrosos zapatos y entre toda su incomodidad sintió que merecía la pena, por lo que sacó su lengua para lamer el calzado, pero cuando estuvo a punto de hacerlo la estruendosa risa del rubio la desconcertó, sintió como la levantaban y le revolvían el cabello como a una niña.

 

-jajajaja debiste verte, ¡por Salazar!, no pensé que estuvieras tan dispuesta.

 

-tonto… ¡Te diviertes a costa mía!.-gimoteó ganándose un abrazo de consuelo.

 

-si, lo hago y me doy por compensado-dio palmaditas en su espalda para ayudarla a calmarse.

 

-entonces ¿confiarás en mí?-preguntó esperanzada.

 

-hagamos que sea reciproco, tú también tienes secretos para mi ¿no es así?-dijo el rubio notando los escabrosos sentimientos de Pansy viajando desde aquella espalda a su mano.

 

-Draco yo…

 

-lo justo que así sea… Secreto por secreto o no hay amistad Pansy.

 

-vale, aunque sólo son problemas familiares.

 

-te escucharé y solo entonces podrás escucharme hablar de Harry por los codos… ¿no crees que es un buen intercambio?

 

-acepto-dijo la muchacha suspirando y estrechando la mano de Malfoy en señal de amistad.

Aquella noche Pansy le contó a Draco que sus padres la habían estado hostigando con unirse a un nuevo movimiento por parte de los mortífagos, que habían encontrado un nuevo líder, ella entre lágrimas le contó que su padre había enloquecido y la había golpeado por revelarse, que la había encerrado en su habitación para que no asistiera a Hogwarts, pero que había logrado escapar con la ayuda de un elfo doméstico, el rubio consoló a la muchacha sintiendo que el corazón se le detenía al pensar que una nueva amenaza vendría, pero él ya lo había intuido, aunque no sabía bien de que se trataba, solo podía presentir que vendrían muchos abrumadores cambios… Se preguntaba si tendría que decirle a Harry acerca de esto.

Cuando Harry llegó a la sala común de Gryffindor se encontró con Hermione y Ron sentados frente a la chimenea.

 

-así que no vas a ir-le dijo serio Ron.

 

-lo siento, tengo que hacer una investigación sobre las hadas luminiscentes en el bosque prohibido.

 

-con Malfoy.-dijo Ron de mala gana.

 

-pues sí.-contestó Harry rascándose la cabeza con nerviosismo.

 

-se acabó, no vengas a ninguna reunión más con nosotros, ya me cansé-Ron se levantó sulfurado del sofá, Harry alcanzó a tomarlo del brazo antes que se fuera.

 

-Ron, de verdad lo siento, prometo ir al gran comedor durante los almuerzos.

 

-¿y los desayunos y las cenas?

 

-y los desayunos y las cenas-dijo Harry resignado, ya tendría que arreglárselas para buscarse un tiempo con su Dragón, ni siquiera quería imaginar lo que le diría éste cuando se enterara que no podrían compartir sus comidas juntos.

 

Hermione lo miró preocupada, sabía que Harry se había echado la soga al cuello por su arrebato y que de ahora en adelante ya no podría verse con Malfoy tanto como quisiera…

 

Esa noche Harry no podía dormir bien, así que se levantó de su cama y bajó a la sala común para pensar en qué haría para su cita al día siguiente, no se le ocurría nada… Draco no era precisamente una chica a la que impresionar con flores. De pronto escuchó una voz dulce en su mente y un hada luminiscente apareció a su lado.

 

- “¿puedo ayudaros?”

 

-tú siempre nos estás ayudando a escabullirnos ¿por qué no?-sonrió divertido.

 

-”¿en qué queréis que os ayude?”

 

-tengo una cita con Draco.

 

-”él es un chico romántico y refinado, le gusta ser el centro de atención y ser mimado… Un camino de pétalos de rosa rojo intenso en la nieve sería un hermoso detalle.”

 

-tienes razón ¿y puedes hacer aparecer un muérdago en el bosque?

 

-”claro que sí, debéis pensar en el almuerzo también, un lugar cómodo y los alimentos que a ambos les complacería.”

 

-lo único que sé, es que le gustan las manzanas.

 

-”pues yo sé que la comida francesa es su debilidad...”

 

-¿en serio?-dijo Harry interesado en saber más cosas de su Dragón.

 

Así, el hada y el mago comenzaron a planificar la cita, mientras que por su parte Draco verificaba que tuviera lo necesario en su bolso para su salida con Harry, mientras revisaba se encontró con un libro que no le pertenecía, adentro había una nota y al leerla una sonrisa se dibujó en su rostro, entusiasmado comenzó a estudiarse el libro a como de lugar.

 

Continuará...

 
Notas finales:

gracias por leer, el proximo capítulo saldrá a mitad de semana, será una cita fantástica, no se la pierdan, abrazos por mil!!


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