Trate de buscar mi ropa con la mirada para ponérmela y lárgame de aquí, cuando la encontré en la esquina de la habitación, me dirigí a ella pero algo me lo impidió, Marcus me había tomado del brazo, estaba sin escapatoria, me volvió a ver a los ojos, sus intensos ojos café me miraban fijamente, aparte mi mirada hacia al suelo y me zafé de su agarre.
-¡Vamos Woodgate! ¿Qué es lo que te pasa? Creí que con lo de anoche te levantarías con buen humor-Este tipo me tenia harto ¿no estaba viendo que yo estaba a punto de explotar?
-¡Cállate Marcus! Solo quiero irme a casa…- esto último lo dije algo decaído, estaba cansado, solo me quería ir.
Vi como su expresión cambiaba de una burlona a una más seria, me vio a los ojos con una mirada fría-Te llevare a casa, apúrate a vestirte-Solo pude asentir y recoger mi ropa. Por dicha esta habitación tenía un baño porque ni loco me cambiaba enfrente de él.
Al entrar al baño me encontré con el espejo enfrente de mí y no podía creer lo que veía. Mi apariencia apestaba, mi cabello estaba totalmente desordenado, algo muy inusual en mí para ser verdad, pero esto no fue lo que llamo mi atención, sino aquella marca roja, casi morada que tenía en el cuerpo, específicamente en mi cuello.
Era un chupetón.
Me mejillas empezaron a enrojecer, deje caer la sabana para seguir revisando mi cuerpo. Este no era el único, tenía uno más en mi cadera y otro en el hombro.
Al salir del baño Marcus ya estaba vestido.-Andando- agarró su chaqueta y nos fuimos de la habitación, al salir me di cuenta que era un departamento, no era muy grande pero era agradable.
-¿En dónde estamos?-dejé escapar de mis labios.
-En mi departamento-respondió de manera simple
-oh- solo pude pronunciar eso, nunca creí que lo conocería, pero era algo pequeño para una familia, quise preguntar pero no me pareció adecuado en esta situación.
Al salir de su departamento, nos montamos a su auto y se produjo un silencio muy incomodo o por lo menos para mí.
-¿Y adonde vive el señor perfección?-me dijo sin quitar su vista del camino.
-Vivo a la par de la biblioteca de Mery, y deja de decirme así, no lo soporto.- Dije de manera cortante, solo quería terminar con la conversación.
-Oye, trato de comportarme “bien” contigo, deberías por lo menos hacer un esfuerzo- Dijo con algo de molestia en su voz.
-¿Cómo fue que llegue a tu departamento, Marcus?-Le dije de manera acusadora, sabía que él me había llevado ahí porque yo no conocía la dirección de su casa.
-¡ja ja ja! ¡Encerio que no recuerdas nada! O es que... ¿No quieres recordar? Porque yo te puedo contar con detalles lo que pasó anoche-Me miro de manera picara mientras me daba una sonrisa.
Me sonroje por un momento, era obvio lo que había ocurrido anoche.
-¡Responde a mi pregunta!- al ver que quería una respuesta, cedió.
-Para que sepas, al principio tenía las mejores intenciones de ayudar, estabas tan ebrio que ni siquiera podías caminar bien, además andabas muy coqueto con todos en la fiesta-relataba con algo de ¿enojo? -¡De ninguna manera! Eso no es posible… yo no soy así.-No podía creer sus palabras, estaba avergonzado de mi mismo-Me sorprendió verte en esa fiesta, no es de tu estilo señor presidente.
-Me obligaron a ir- dije en forma de puchero. Por si tienen duda, él me decía señor presidente porque era… pues el presidente de nuestra secundaria. Así es, yo soy el típico chico bueno de la escuela, tenía un promedio excelente, una asistencia perfecta, me llevaba bien con todos mis profesores y compañeros, con todos… menos con él.
Recordé el primer día que lo vi, fue hace tres años. Él era un estudiante nuevo, lo primero que pensé de él fue que era guapo y… ¡Esperen! Digo esto porque cuando entró, todas las chicas (y hasta algunos chicos) suspiraron cuando lo vieron y él solo sonrió de manera arrogante. No fue porque yo lo pensara así.
Ya habíamos llegado a mi casa, me salí del auto, no sabía que decir… ¿Me tenía que despedir? ¿O decir gracias al menos? ¿Podía solo irme de ahí? Me voltee para verlo pero no pude articular palabra. El solo me sonrió y arrancó su auto y se fue.
Ahora tenía que entrar, abrí lentamente la puerta, esta era la parte más difícil, tener que explicarlo todo a…
-¡¿En dónde estabas Chris?! – Si las miradas mataran, yo ya estaría en mi tumba. Aquella mujer de cabello rubio me miraba de manera muy intimidante, demasiado. Un escalofrió recorrió mi espalda.
-Mamá, tranquila, estoy bien.-Trate de calmarla, pero no estaba convencida.- ¿¡En donde estuviste todo este tiempo?! Anoche me dijiste que llegarías a las once y mira ¡Son las doce de la mañana!-Me agarro del brazo y me metió a dentro de la casa.
Después del sermón de alrededor de una hora, pude subir a mi habitación. Eran las 1:22 PM, me merecía esa regañada.
Tome una toalla y me metí al baño, sentía el agua caer sobre mi cuerpo, era tibia, recorría todo mi cuerpo de manera relajante .No supe cuanto tiempo me quede ahí, pudieron haber sido solo unos minutos o tal vez una hora. Me cambie, con la ropa mas cómoda que tenia, que para mí era la más holgada que tenía en mi armario.
Solo pude echarme en la cama, con los brazos extendidos y viendo hacia el cielorraso, estaba cansado, me dolía el cuerpo y la cabeza pero eso no era obstáculo para que mi mente solo pudiera pensar en Marcus.
Marcus… No quería recordar lo que paso anoche, todavía no estaba preparado para eso. Pero si recordé los primeros días que lo conocí.
FLASHBACK
-Bueno alumnos, quiero presentarles al que será su compañero de ahora en adelante-Dijo nuestra profesora, dejando pasar al frente al nuevo.-Puedes presentarte-le dijo de manera amable.
-Mi nombre es Marcus Johnson, espero llevarme bien con todos-No lo dijo de manera sincera, fue más por obligación, muy monótono.
-Puedes tomar asiento…-Se quedo analizando el aula mientras veía un lugar que estuviera desocupado, se quedo viendo hacia mí- A la par de Christopher-dijó mientras me señalaba.
El me miro, no supe cómo interpretar su mirada, pero no era de manera agradable, solo volteo sus ojos y se dirigió a su asiento, el que estaba a la par mía. ¿Qué le pasaba a este tipo? No le había hecho nada y ya parecía que le desagradaba. Trate de entablar una conversación, sabía que era difícil ser el nuevo y no conocer a nadie.
-Hola, soy Christopher-Dije de manera amable. Él solo me miro y me analizó unos segundos de arriba abajo y me sonrió de una manera… ¿burlona?
-Lo sé, la profesora lo dijo- Me sentí avergonzado, trataba de ser amable y él ni lo intentaba.
-Ah, lo había olvidado- di una sonrisa algo nerviosa mientras me rascaba la nuca.-Si necesitas apuntes o alguna ayuda con la materia, puedes venir hacia mí y yo podría…-No termine de decir mi oración porque la profesora me interrumpió en ese momento.
-¿Christopher, puedes venir al frente para resolver esta operación?- Me preguntó de manera amable.
-Claro, ya voy- Me levante, tomé mi cuaderno de apuntes y me dirigí hacia la pizarra. Mientras resolvía la operación no podía dejar de pensar en ese chico, iba a ser duro de tratar, pero algo me llamaba la atención de él, era algo inexplicable, pero quería saber más sobre él.
Voltee mi rostro por un momento y pude verlo, me miraba fijamente. Esa fue la primera vez que pude ver sus ojos cafés, sus intensos ojos cafés posarse sobre mí.
Habían pasado algunos días desde que llego el chico nuevo, Marcus y ya empezaba a hacer “amigos”.
-No debería estar con ellos, no son una buena influencia-Dije de manera seria a mi mejor amigo, Joshua, mientras comía mi hamburguesa en la cafetería.
-Oye, es su problema que se junte con ese tipo de personas ¿Qué te pasa? ¿No me digas que estas ce-lo-so?-dijo de manera burlona seguido de una carcajada, eso solo me llego a molestar más, no estaba celoso, es solo que no era buena idea que estuviera con ese tipo de personas. Ese tipo de personas, como lo era Anthonny Brown.
Era un chico abusador, de esos que molestaban a los “nerds” en los pasillos, de los que solo se la pasaba de fiesta en fiesta y se tiraban a cualquier cosa que tuviera pechos. Ahora Marcus se juntaba con él y con su banda.
-¡Cállate Josh, No son celos! es solo que ha dejado de asistir a clases y se salta las lecciones, no es bueno para él. - Le decía malhumorado, mientras lo veía al otro lado de la cafetería, en la mesa de Thonny y su banda de seguidores, estaba coqueteando con una chica rubia que tenía mucha… “personalidad”. Solo pude bajar mi mirada y seguir comiendo, tal vez el problema no era Thonny, tal vez él ya era así.
-Solo tú piensas en eso, ese es su problema Chris, no el tuyo-Dijo de manera calmada. Tenía razón ¿Por qué debería preocuparme por él? No es como si a mí me afectara.
Pero para mi mala suerte, si me afectó.