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Exploración anatómica clandestina por -oOYUKI-NII-Oo

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∞ Titulo: "Exploración anatómica clandestina"

∞ Autor:YUKI-NII.

∞ Género: Friendship

Ranting NC17

∞ N/A Haikyuu no me pertenece. Todo es de su gran autor, Haruichi Furadate

∞ Resumen: O de cómo los chicos de primer año definen los amores. Soulmate. AU

Estructuras, bases y construcciones.

Tobio sabia tan poco del funcionamiento de registro gubernamental, que cuando le dijo a sus padres sobre estar dentro del grupo completo de multi marcas, los ojos de ellos brillaron, más profundo, alevosos, sobre su cabeza, sonrisas de comisuras temblorosas y arrugas alrededor de los parpados. Para lo que Kageyama significaba la sensación de al fin ser uno solo, para ellos era una elevación automática de estatus por parte de servicios sociales.

No solo por los puestos a los cuales se podía aplicar al ser los progenitores de un multi marcas, su padre era doctor y su madre trabajaba para turismo nacional, sino la modificación de rango dentro de la empresa a la que se pertenecía, todo como un seguro que protegiera al niño multi marca de ser provisto de lo mejor, solo la más alta calidad de vida rodeándolo ante el futuro que proveería al país al pertenecer a la parte activa de alguna de las dependencias más importantes, ellos solo querían lo mejor para Kageyama, su madre insistía en ponerlo sobre la línea de relaciones exteriores, su padre en el campo de la química o la medicina. Tobio solo quería seguir elevando el balón, ahora no solo para Hinata, sino también para Yamaguchi y Tsukishima.

—Tobio, cariño. Papá ha hablado a las oficinas de servicios sociales, mañana te llevaremos a darte de baja en el programa de búsqueda y regístrate como "Intarēsu". Vuelve a casa cuando las clases acaben —. Mamá había dicho todo, mientras servía las porciones de ensalada y pescado frito en la mesa. Papá aun no llegaba del trabajo, tenía turno en el área de urgencias y Tobio sabía que probablemente no lo vería hasta el día siguiente.

Toma el plato que su madre le tiende y alza la vista apenas un poco, ella con el cabello recogido en un alto moño y vestido cubierto por un delantal rosa sonreía, Tobio no recordaba cuando es que su madre había estado tan de buen humor, llegando temprano a casa, tarareando mientras cocinaba, y dándole suaves toques en la espalda, hombros, revolviendo su cabello, transmitiendo su orgullo con tan solo su presencia cercana. Tal vez por ello es que se muerde la lengua para no replicar sobre tener entrenamiento de voleibol después de la escuela, porque hace tanto que mamá no se detenía a simplemente observarle que saber que mañana tendrá un tipo de cita con sus padres, le detiene las objeciones, el malestar y la irritación de no poder quemar toda esa energía que acumula durante el día.

—Mamá —, susurra Tobio muy despacio, ella detiene su movimiento, ese de llevarse un poco de lechuga hasta su boca para ladear la cabeza y sonreírle, tiene toda la atención de ella, algo se expande en el pecho de él e imita la mueca de mamá —, aquí estaré.

Ella asiente y continua comiendo, Tobio desconoce todo el cambio que ser un Intarēsu traerá a su vida, pero se dice que si eso pudo unir a su familia de nuevo, aunque fuese un poco, estar con un idiota, un pecoso y un titán arrogante como almas gemelas, no está del todo mal.

Funcionar no iba a ser fácil, Yamaguchi lo supo cuando la primera pelea sin sentido exploto, metafórica y literalmente frente a él. Tsukishima había hecho un sarcástico comentario sobre la falta de altura y la leche de soya que Kageyama había comprado para Hinata. Hinata que tenía la vena sensible en cuanto a su tamaño, quien hacia ejercicios especiales y aparte del entrenamiento en la búsqueda de ganar unos centímetros más, Hinata, que se había dormido esa mañana y tenía el estómago vacío, ojos brillantes por su pan de melón, y sonrisa tensa por la bebida obtenida.

"Es el hambre", es lo que murmura Kageyama, recargado en las escaleras que dan a la azotea, porque habían decidió probar diferentes lugares para almorzar juntos, sin preferencia y en una extraña democracia que sirvió por dos días, todo se había ido a la mierda, con la voz divertida de Kei y la nula paciencia de Shoyo y su reducción de horas de sueño y estómago vacío.

—Me niego a escuchar nada que provenga de un titán—. Mascullo Hinata, quien había obrado, por dejarse caer en uno de los escalones, comida en su regazo y manos tapando sus oídos como un niño pequeño.

—Tu problema si no quieres enfrentar la realidad, enano —. Kei con una sonrisa de medio lado, acomodo sus gafas. El suspiro de Yamaguchi fue lo suficientemente ruidoso para que le enfocara por unos segundos.

Hinata quien estaba a un lado del pecoso, inflo sus mejillas y giro hacia él, Yamaguchi se hundió sobre sí mismo, que en realidad no era la gran cosa, hincado como estaba, en ese reducido espacio entre la espalda de Hinata presionándose contra sus rodillas, y su costado recargado en la pierna derecha de Kageyama, Tsukki permanecía de pie, mirándoles a todos desde arriba, él no se sentaría en los sucios escalones. Los ojos chocolates entonces aprisionaron más, si es posible, a Yamaguchi.

—No te atrevas a ser eso enano convenenciero —. Kei se había inclinado, cuando Hinata había comenzado a buscar su propia marca entre los dedos de Yamaguchi.

Había sido una regla, que tenía mucho más parecido a un acuerdo silencioso entre los cuatro, evitar las peleas con un código de seguridad que nombraron, intervención, cuando dos de ellos estuviesen a punto de llevar las cosas demasiado lejos, o el simple hecho de volverse molesto, pedirían la intrusión de un tercer miembro para separarles. Hinata era el único que había estado usando el código, y Kei tuerce los labios, porque algo dentro le dice que eso es trampa, y que debería aplastarle la pelirroja cabeza entre las manos, o usar a Kageyama, empuja la idea tan rápido como llega de vuelta, él no usara el jodido código y menos para pedirle ayuda al rey.

—Tsukki, la hora del almuerzo casi termina.

Yamaguchi eleva el rostro para captar su atención, y desviarla de Hinata que tiene la mano entrelazada con la de él, y ha comenzado a comer su pan de melón como si nada hubiese pasado, Kei no evita darle una mirada reprobatoria a ambos y chasquea la lengua.

—Tenemos que replantear ese código.

Es lo último que el rubio dice, cuando Hinata se ha trasladado dos escalones más para estar más alto que Yamaguchi, y así poder recargarse contra su espalda. El pecoso le da una mirada, a las mejillas sonrojadas y el pequeño bulto de pancita que se la ha formado a Hinata después de comer, como un cachorro satisfecho y soñoliento, que cierra sus ojos y pasa ambos brazos por su cuello.

—Es porque está lleno —. Dice Kageyama sentándose en forma india, y con una mejilla repleta de tokiyaki casero, cuando minutos después mira a Hinata dormitando tras Yamaguchi.

Kei suspira hondo, y masajea sus sienes. Porque mañana el almuerzo toca tras el gimnasio y casi puede ver a Hinata y Kageyama obligándoles a jugar con la pelota que siempre tienen entre ellos, le da una mirada a Yamaguchi que se encoge de hombros y le sonríe conciliador, adivinando sus pensamientos, estira su mano y roza las yemas de sus dedos contra el pálido brazo.

Funcionar no ha sido fácil, Kei ha querido renunciar a ese extraño movimiento de engranajes en que ha caído con sus almas gemelas, cuando se ve sintiendo preocupación por las caídas desastrosas de Hinata en el gimnasio y el nulo sentido de retención de memoria de Kageyama en el inglés. Y es molesto, tener todos esos sentimientos revolviéndosele en el estómago, provocándole dolor de cabeza, demasiada presión cayéndole sobre los hombros con la que no está acostumbrada a lidiar. Si tan solo ese par no fuera tan descuidado.

—Tsukki —. Susurra Yamaguchi, presionando sus dedos un poco más contra la muñeca del rubio. Kei le enfoca, con la caja de obento vacío y la cabeza de Kageyama recargada en su hombro, Yamaguchi ha quedado en medio de los dos idiotas como almohada provisional —. ¿Podrías ayudarme? —. Yamaguchi señala a Hinata, y Kei chasquea la lengua.

—Lo cargare hasta el segundo piso, no más —. Dictamina Tsukishima con el ceño fruncido, Yamaguchi le sonríe, porque con eso le basta para arrastrar a Kageyama hasta el final de la escalera y despertarle.

Y es así, como sobreviven al almuerzo número 3.

Las normas de la escuela son claras, los tres grados se dividen en 8 diferentes clases, la pertenencia de cada uno de ellos dependerá del desempeño académico del estudiante, es decir, mientras más altas sean tus notas tu probabilidad por estar en 1-1, 1-2, 1-3 y sucesivamente, aumentaran, así que es fácil rotar a medida que los semestres pasan, tanto como una medida impuesta por la educación social en donde tienes que aprender a convivir con diferentes tipos de personas, así como una recompensa de status de inteligencia dentro de la pirámide escolar. Sin embargo existía una regla especial para aquellos que tenían múltiples almas gemelas, regla que no era aplicada para las parejas ni los no marcados, el gobierno insistía en poner una atención única a las personas que tenían más de una marca debido a su capacidad de resonancia cerebral que sus antecesores habían presentado a lo largo de la historia. Esto ayudaba a ser adultos que estuviesen lo suficientemente acostumbrados actuar y moverse como uno solo, entrenamiento que por experiencia había dejado los resultados más significativos a Japón.

Así que de alguna forma Hinata lo esperaba, ser movido de su salón, él y Kageyama pertenecían a los últimos cursos de primer año, así que la regla dictaba que terminarían en el salón donde estuviese el puntaje más alto de sus almas gemelas, tanto como una ventaja competitiva, como un impulso que les empujase a ser mejores de lo que eran cuando estaban solos.

Hinata escondió el rostro entre sus brazos, seguro de que no sobreviviría ni la primera semana con las calificaciones que tenía hasta entonces, en las que precariamente salía rozando la línea entre aprobado y reprobado, una nota que era suficiente para permitirle entrenar y seguir jugando voleibol. Sumado a eso, el más listo de entre los cuatro era Tsukishima, y Tsukishima y Yamaguchi compartían salón, era obvio que terminaría junto a ellos. Si Hinata era honesto a pesar de su felicidad inicial por estar al fin reunidos, a él le costaba compartir un espacio con Tsukishima sin terminar en una pelea en donde el sentimiento de humillación le latiese demasiado profundo y la sensación de sentirse tonto se expandiere por todo su cuerpo, acaricio por encima de la ropa la marca de luna y mordió su labio inferior.

—Hinata-Kun, ¿estás bien? —. Takeda se había inclinado frente a él, quien esperaba sentado en el escritorio del Sensei en la sala de maestros. Los ojos chocolate colisionaron con los del hombre para asentir despacio, Takeda hizo un mohín con la boca arrugando las cejas —. ¿Estás seguro?, pareciera que te duele algo —. Takeda rodeo el escritorio tomando una de las carpetas apiladas y así poder sentarse frente al pelirrojo.

—Sensei, nos moverán ¿verdad? A mí y Kageyama, digo, para estar todos en el mismo salón, Yamaguchi lo dijo hoy durante el almuerzo que existía una regla con las personas con más de una alma gemela en las escuelas.

Takeda le vio, Hinata tenía la mirada sobre sur regazo, manos moviéndose nerviosas, sonrió apenas, escondiendo el gesto tras la carpeta. Había sido todo una revolución enterarse de que los chicos de primer año eran almas gemelas múltiples, los casos eran escasos, cada dos o tres generaciones se daba que alguna escuela de la región contase con este tipo de alumnos, el gobierno entonces subsidiaba a la escuela en cuestión para tener todo lo que las almas gemelas necesitaran para llegar a su sincronización, eran un activo valioso y bien cuidado, tanto por lo que represaban para un futuro como para el prestigio y apoyo que se ganaba la docencia académica en turno.

Hinata sin embargo parecía desconocer muchos de los mecanismos de los que ahora formaría parte en la sociedad, lucia como un polluelo curioso y asustado de todos los cambios que se estaban dando a su alrededor, Kageyama, Tsukishima y Yamaguchi a contrario de él habían manejado la situación con naturalidad, siguiendo los pasos que se debía como si se tratase de un manual. Takeda entonces recordó, avergonzado y ansioso, que la diferencia entre ellos y Hinata era la falta de un padre, la familia del pelirrojo se componía solamente de su hermana pequeña y su madre, según los registros su padre había fallecido 5 años atrás y era un sin marca, su madre jamás había encontrado a su alma gemela y se había comprometido en base a la búsqueda de gobierno con él, así que era obvio que no supiese las directrices burocráticas que se debía seguir cuando se tenía un hijo que era multi marca.

—Esa regla existe —. Dijo Takeda cuando Hinata volvió a atrapar su mirada a través de sus rebeldes mechones pelirrojos, se inclinó un poco, dejando la carpeta de nuevo sobre el escritorio —. Kageyama faltara hoy a las prácticas —, Hinata respingo ante la noticia abriendo su boca y frunciendo su ceño, Takeda levanto su mano frente a él poniendo un alto — sus padres lo llevan a darle de baja en la lista de búsqueda y lo registraran como un alma gemela múltiple completa. Yamaguchi y Tsukishima tienen su cita la próxima semana. ¿Has hablado sobre ello con tu madre Hinata?

—Yo se lo conté a mamá, dice que tenemos que esperar a su día libre para preguntar sobre el proceso.

—Entiendo, sería bueno que fuese lo más pronto posible para que no recibas una sanción, ya que Tsukishima y Yamaguchi serán los últimos entre ustedes, eso te deja dos semanas hábil para tu registro —. Takeda tomo de nuevo la carpeta, sacando unas formas con Kanjis que Hinata aún no conocía, la puso frente a él —. Ante del registro necesito que le des esto a tu mamá, eso nos habilita para tomar decisiones académicas en cuanto a ustedes, es una carta de sucesión de poder para tres años. Si algo llegase a pasar, que esperemos no sea el caso por supuesto, tu madre deja al gobierno a cargo para que no seas separado de tus almas gemelas, debido a que eres menor de edad y es responsabilidad de servicios sociales tomarte bajo su cargo.

—Takeda-Sensei, esto —, Hinata juega con el par de hojas, hundido sobre el asiento, luciendo más decaído y frágil que en un principio —, si mamá firma esto y le sucede algo, esto también protegería a Natsu para que permaneciera a mi lado.

Takeda desvía la mirada, y respira hondo, tratando de ser cuidadoso con sus palabras, esa es una pregunta común que las almas gemelas hacen cuando tienen hermanos, él ha sido entrenado especialmente para ello, tanto como profesor como encargado del equipo de voleibol. Sin embargo son los ojos que brillan con esperanza lo que le hacen sentirse un poco patético y otro tanto impotente, acomoda sus lentes y cierra la carpeta.

—Hinata, esto no funciona de esa manera. El gobierno tiene una atención especial para las almas múltiples, eso deberías conocerlo. Es vital para nuestro país que ustedes entiendan y acepten que serán una parte importante para el desarrollo de Japón, y por lo tanto serán tratados de manera recíproca, sin embargo, eso no protege a tu familia Hinata, si algo llegase a ocurrir Natsu sería enviada al familiar más cercano y en caso de no hallarlo sería remitida a un orfanato.

El sonido de la silla contra el piso suena doloroso, Takeda piensa que no es nada comparado con el estruendo de la puerta siendo azotada y la réplica de los demás maestros de la sala. Se quita lentamente sus lentes, mientras esconde el rostro entre sus manos, porque él lo entiende, sabe lo que se siente, después de todo él perdió a su hermano menor mucho tiempo atrás.

Aprieta fuertemente los labios, pensando en lo que hará si en una semana más no tiene la carta firmada entre sus manos y tenga que llamar a servicios sociales.


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