Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Breathless: Sin aliento por Shinjimasu

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Había una mesa dentro de la habitación y muchas botellas acomodadas en los muebles que la rodeaban. De alguna manera había logrado acorralar a Chika en ese lugar y me miraba con temor.

-Daisuke…-

-No me gusta que me mientas- le dije serio -¿Crees que no me preocupas?-

-Daisuke, espera-

-Tratas de ignorarme- dije mientras me acercaba más a él, haciendo que chocara con la pared –Tienes esas marcas en el brazo y me dices que todo está bien ¿Me ves cara de idiota? ¿Te lo parezco? ¡Pues no lo soy Chika!-

-Nunca creí eso de ti- me dijo asustado.

-¿Entonces qué pretendes? ¿Te causo gracia? ¿Te burlas de mí?-

-No, no es así-

-¿¡Entonces!?- grité mientras lo sujetaba por sus brazos -¿¡Qué es entonces!?-

-Daisuke, espera- pidió –Duele…-

-Por supuesto, pero eso no se lo dijiste al sujeto que te dejó esas marcas ¿Verdad? ¡¿Verdad?!- grité molesto al aprisionarlo con fuerza.

-E-Espera…-

-¡¿Por qué no hiciste nada, Chika?! ¡¿Por qué actúas como un cobarde?!- le grité -¡¿Por qué dejas que se aprovechen de ti?! ¡¿Por qué no lo impediste?!-

-¡Sí lo hice!- sollozó sin poder aguantar más la presión –Lo hice… te lo dije…-

No entendí en un principio.

-Yo te lo dije…- lloró

-¿Qué?- pregunté haciendo un esfuerzo terrible para tratar de recordar…

-No digas eso- contestó –Ella te ama y…- empezó a decir, pero no le permití seguir y lo besé.

Sentí como se quedó quieto al principio, confundido, pero poco a poco fui haciendo que se relajara. Sus labios eran demasiado suaves y no esperé para poder jugar con ellos, atrapándolos entre los míos. Besé sus comisuras al tiempo que lo sujetaba por su mentón para que no escapara, pero sabía que él no quería hacerlo. Rocé sus labios con la punta de mi lengua, deseando poder introducirla en su boca, pero no podía, no ahora… algo me obligaba a ser dulce con él en ese momento, a dedicarme solo a besarlo una y otra vez.

Sabía que alguien podría vernos, entonces atravesé la barra y llegué justo frente a él aun sin soltarlo. Lo derribé con cuidado hasta recostarlo en el suelo. Seguí besándolo, ahora de una manera diferente, intentando abrir con mi lengua sus labios y así saborear su boca por completo, hasta que por fin lo logré. Acaricié su cabello castaño mientras acercaba su rostro al mío de una manera tal que no pudiera soltarse por su propia cuenta.

-Espera… Daisuke- me llamó en voz baja –Detente…-

-¿Por qué?- pregunté besando su cuello -¿Te molesta que alguien nos vea?-

Él no me respondió.

-Bien, entonces vamos a donde podamos estar solos- le dije mientras lo levantaba y lentamente lo llevaba hasta la entrada de la habitación que dividía la tienda con el bar, topando con una mesa que estaba en el centro del lugar. Seguí besándolo mientras mis manos recorrían su delgado cuerpo, pasando por sus brazos, su cintura, su cadera, desabrochando su pantalón y adentrándose entre su ropa interior.

-¡Daisuke!-

-¿Qué? ¿Acaso no quieres que te toque aquí?- pregunté mientras sostenía con mi mano su miembro.

-¡Ah…!-

-¿O quizá quieres que te toque más?- pregunté de nuevo, acariciando su punta –Solo te he besado un poco y ya está muy duro ¿Acaso esperabas que hiciera esto?-

-Mmmh…-

-Al ser un hombre, juraría que no se sentiría tan bien- sonreí mordiendo su oreja –Estaba equivocado-

Chika se veía realmente lindo. No pude evitar la tentación de tocarlo y lo masturbé hasta que se corrió, algo rápido a mi parecer, pero estaba seguro que era porque aquello se sentía realmente bien.

-Solo me estas provocando, qué pervertido- le dije mientras terminaba por bajar sus pantalones y lo volteaba, haciendo que se recostara de frente sobre la mesa –Quiero venirme también-

-N-No, Daisuke, espera…- pidió mientras yo frotaba su entrada utilizando su propio semen que había quedado en mi mano como lubricante -¡Ngh!-

-Supongo que será como hacerlo con una mujer- dije en voz baja mientras me acomodaba entre sus glúteos.

-¡Espera!-

-No te muevas- ordené mientras lo sujetaba con fuerza por su brazo, evitando que se moviera de más y manteniéndolo boca abajo frente a mí.

No podía esperar más tiempo, quería estar dentro de él en ese momento, quería hacerlo cuanto antes, así que lo hice y lo penetré en un movimiento seguro y continuo.

Él se quejó en cuanto estuve dentro, haciendo que me detuviera –Si haces tanto ruido nos descubrirán- le sonreí.

Noté como apretó sus ojos, intentando a toda costa evitar gemir mientras entraba cada vez más profundo en él. No pudo soportarlo mucho y comenzó a morder su brazo izquierdo con fuerza, tratando de mitigar su voz.

-Daisuke…- me llamó en voz baja en un chillido –Detente por favor, duele…-

-Ya pasará-

-No… en verdad duele mucho-

No hice caso y seguí hasta que por fin había entrado todo. Chika parecía hacer un gran esfuerzo por no quejarse, esfuerzo que yo recompensaría maravillosamente. Lo sujeté con fuerza de nuevo y moví mi cadera hacia atrás, empujando de nuevo y saliendo de él, penetrándolo lo más que podía. Su cuerpo era muy estrecho y lo escuchaba gemir ante cada movimiento que hacía. Se sentía muy caliente dentro.

-Chika… te sientes muy bien-

-Duele… Daisuke- me llamaba en voz baja –Detente, me duele…-

No podía parar, no quería hacerlo, se sentía realmente muy  bien –Chika…- lo llamé mientras comenzaba a masturbarlo de nuevo.

Él se quejaba y gemía en voz baja. El sonido que emitía su garganta era más excitante para mí que cualquier otro, lo deseaba, deseaba que me llenara por completo ese sonido, que gozara junto con mi cuerpo, que suplicara por más.

Por fin no lo soporté más y me corrí dentro de su cuerpo. Casi de inmediato, quizá cuando él sintió mi semilla caliente dentro de sí fue cuando también se corrió. Lo escuché jadear, ese sonido era muy gratificante para mí, demasiado en verdad.

Salí de su tembloroso cuerpo, provocándole un gemido. Sus piernas no pudieron soportarlo en esa posición y resbaló por la mesa hasta que quedo sentado en el suelo; gocé de la vista que me ofrecía hasta que comenzó a dolerme la cabeza. El sueño estaba a poco de dominarme y solo quería llegar a mi casa y dormir.

Me acerqué a él y solo pude agacharme para besar su mejilla. Traté de arreglarme la ropa un poco y salí del bar.

Lo miré fijamente por unos segundos. Llevaba una playera de manga larga, por lo que solo tuve que alzarla de su brazo izquierdo para ver esas marcas que se había hecho al morderse con fuerza. Sus dientes estaban marcados y su piel estaba adornada por un moretón bastante grande alrededor. Lo  solté en cuanto razoné todo eso con la pesadilla que acababa de recordar.

No podía creerlo, simplemente no podía ¿De verdad había sido yo? ¿Yo? Todo parecía indicar que sí: había sido culpa mía. Esa noche había tomado demasiado y no me había medido en lo que podía y no podía hacer. Ni siquiera valía la pena hacerme creer que había sido un sueño o solo mi imaginación, eso había pasado realmente.

-Chika…- lo llamé mientras él limpiaba sus ojos –Yo… yo no sé qué decirte…-

-No tienes que hacerlo- respondió irguiéndose –Estoy bien-

-No, no lo estás- le dije sin encontrar las palabras adecuadas ¿Cómo le hablas a alguien a quien violaste? -¿Por qué no pediste ayuda?-

Él no me respondió, solo trataba de evitar mirarme a los ojos.

-Chika- lo llame en un tono un poco más grave –Solo debiste golpearme, un golpe y hubiera sido suficiente para soltarte… estaba ebrio, no hubiera podido reaccionar por mi cuenta ¡Había gente en el bar! ¡Debiste pedir ayuda!-

-¡No podía hacer eso!- contestó en pleno sollozo.

-¿¡Y por qué no?!-

-¡Porque no quería que tuvieras más problemas!-

-¿Qué? ¡Te lastimé, Chika!- le grité molesto -¡Te hice cosas muy malas! ¡Esa no es una excusa! ¡¿Qué importan mis problemas?!-

-¡A mí me importan!- exclamó -¡Porque yo te quiero!-

-¿Qué significa eso?- pregunté sin haber prestado atención a lo que me había dicho.

-No quería causarte más problemas…- repitió llorando frente a mí –Sé que no es fácil adaptarte de nuevo, que tienes problemas con tu esposa, que el trabajo es confuso, yo no quería ser el motivo por el cual tu vida fuera más difícil ¡No quería causarte problemas! ¡No quería ser yo!-

-Pero Chika…- lo llamé angustiado ¿En verdad estaba escuchando bien?

-Yo te quiero…- me dijo apenas logrando mantenerse en pie sin evitar que las lágrimas bajaran por sus mejillas –Te quiero como no tienes idea, siempre lo he hecho, desde que éramos niños, tú eras el único que se preocupaba por mí, que evitaba que los demás me molestaran… y creí que cuando te fuiste podría superarlo, entender que tú no eras como yo, pero en cuanto te vi llegar al pueblo de nuevo fue como si la capa que cubría mi corazón se rompiera de pronto y entendí que nunca dejé de quererte…-

No sabía qué decirle, él me estaba confesando algo que probablemente nadie más sabía ¿Qué se supone debía responder? –Chika…-

-No pensé que fuera malo… cuando me besaste… sabía que habías tomado mucho, pero no pude reaccionar de otra manera porque era algo que yo anhelaba y sabía que si me quejaba o llamaba la atención y alguien nos descubría tú estarías en problemas y yo no podía permitir que pasara eso, no quería hacerte daño…-

-Lo que hice fue muy grave Chika- le dije acercándome a él. Era más difícil hablar ahora –Yo… yo te violé- dije con pesar –Eso es imperdonable…-

-También fue culpa mía…-

-No, no lo fue- contesté de inmediato –Te obligué a hacerlo-

Él paró un momento -Yo estaré bien…-

-Por favor no me digas eso, sabes que es mentir…-

-Yo estaré bien… si no volvemos a vernos-

-¿Qué?- ahora sí estaba completamente confundido.

-Me duele- dijo mientras presionaba su pecho –Duele aquí, mucho, cada vez que te veo.... ya no quiero que duela-

Me atreví a limpiar una pequeña lágrima que bajaba por su mejilla –Te entiendo- le dije –No espero que me perdones por todo el daño que te he hecho, pero sí deseo que puedas olvidarlo-

Estoy seguro de que él trató de decirme algo, pero no pudo. Quise relajar los músculos de mi cara, pero estaban tensos, como si fueran jalados de tal manera que diera la impresión de una profunda tristeza. Rocé delicadamente con mi pulgar su mejilla y salí de la habitación no sin antes escuchar su sollozo mientras me alejaba. Salí del bar sin detenerme hasta llegar a mi casa.

Sentía que mi cabeza iba  a explotar.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).