Pasaron unos días más.
Desde hacía una semana que había visto a un sujeto extraño con Chika y no había podido quedarme tranquilo con eso, aunque tampoco había hecho nada para solucionarlo.
Caminaba de vuelta al trabajo junto con Goto después de haber ido a comer algo. Él se detuvo en una tienda para comprar cigarros y yo lo esperé afuera. Fue cuando lo vi: Chika estaba siendo abrazado por ese sujeto. Una rabia increíble recorrió mi cuerpo ¿Qué tenía ese imbécil que estarlo abrazando? ¿Por qué lo hacía? No debía, no podía… pero lo que más me molestó era que él parecía llorar.
-Ya estoy aquí- me llamó Goto mientras encendía su cigarro, mirando la misma escena que yo -¿Ese es Chika?-
-Creo que sí-
-Pero ¿Está llorando?-
-No lo sé, no me importa- respondí molesto mientras me daba la vuelta.
-Oye, Daisuke, espera- me siguió -¿No piensas hacer algo?-
-¿Qué debería hacer? No me interesa en lo absoluto-
-¿Qué dices?-
-Que no me interesa-
-¿De verdad?- me preguntó incrédulo –Bien, por mí funciona-
Caminamos en silencio hasta la oficina donde tuvimos que separarnos.
Traté de no pensar en aquello y me dediqué a enfocarme a mi trabajo, sin embargo eso solo me funcionó por un par de horas a lo mucho. No podía soportarlo, quería saber qué era lo que había herido a Chika y principalmente quién era ese sujeto y cuáles eran sus verdaderas intenciones; necesitaba hacerlo, así que salí antes de la oficina. Esta vez no me importaban las miradas de los demás: tenía algo que hacer, pero estaba claro que no saldría desapercibido.
-¡Daisuke! ¿A dónde vas?- me preguntó Goto al verme salir apresurado.
-Iré a resolver las cosas de una buena vez-
-¡Buena suerte entonces!- lo escuché gritar -¡Dale un beso de mi parte!-
-Idiota…- susurré en una sonrisa antes de desaparecer de su vista.
No me detuve hasta que llegué a la tienda, topándome con Chika en la entrada.
-Daisuke…-
-¿Qué fue lo que pasó en la tarde?- pregunté sin siquiera saludarlo.
-¿Lo que pasó?-
-No me creas un idiota, Chika, te vi con ese sujeto-
Él solo tragó. Con eso me bastaba. Atravesé el mostrador y lo acorralé contra la pared.
-¡Espera, Daisuke!-
-¿Quién es, Chika?- pregunté sin preocuparme por el cómo sonaba o cómo me veía en ese momento.
-Estás muy cerca…-
-Me dijiste que me querías a mí-
Su expresión cambió en ese momento. Parecía molesto -¿Y eso qué tiene que ver?- preguntó –No tienes derecho a involucrarte en mi vida privada-
-¡Tengo todo el derecho del mundo porque soy la persona que amas!-
-¡Basta de eso!- se quejó tratando de quitarme de enfrente -¡Te dije que no quería volver a verte!-
-No puedo hacer eso- respondí deteniendo sus manos –Desde ese día no he dejado de buscar un pretexto para volverte a ver-
Él me miro más tranquilo, pero confundido -¿Por qué?-
-Ya te lo dije, ese sujeto me molesta mucho- le dije acercándome a su rostro –No quiero que nadie más este así de cerca-
-Por favor Daisuke, no es gracioso-
-No trato de que lo sea- le dije serio –Es la verdad-
-Tú mismo me dijiste que esperabas que pudiera olvidar lo que sucedió y es lo que estoy haciendo, olvidarlo-
-Lo sé, lo recuerdo- contesté nervioso –Pero no quiero que pase eso… quiero que, que me dejes estar de nuevo contigo-
-No- me respondió en un sollozo ligero -¿Acaso no entiendes? Me duele…-
-Y sé que es por causa mía, por lo que haré todo lo que sea necesario para reponer todo el daño que te causé, empezando por el principio, cada día, cada hora, cada minuto desperdiciado- le dije mientras acercaba su rostro al mío. Sentía un deseo increíble de besarlo.
-No- me detuvo alejándose de mí –No quiero que te acerques de nuevo-
Eso me dolió sorprendentemente –Chika…-
-Parece que de verdad no lo entiendes ¿Cierto? No quiero tu lástima. Te sientes culpable, lo entiendo, pero no permitiré que eso sea lo que te haga creer cosas que no son-
-No es así Chika, yo de verdad…-
-Tú estás confundido, solo eso- respondió conteniendo las lágrimas.
Ante eso no supe cómo reaccionar exactamente. Sabía que no estaba equivocado, que lo que sentía era algo que iba más allá que una simple confusión. Lo tomé por su mentón y sin perder tiempo lo acerqué a mis labios, besándolo de manera rápida. Él no perdió tiempo y cuando me alejé me abofeteo. Sonreí y lo besé de nuevo, recibiendo otra bofetada.
-¡Ya basta!- se quejó
-No hasta que estés convencido de lo que siento por ti-
-Te equivocas…-
-En lo absoluto- contesté cerca de su rostro, cuidando de no alterarlo más –Hiciste que me enamorara de ti-
Me miró con sus ojos llorosos –No es verdad…-
-Acepto que ni yo mismo sé cómo pasó, pero sí sé que es la primera vez en mi vida que me siento completamente seguro de algo y es porque entendí que yo te amo… te amo a ti-
-No… imposible-
-Estoy seguro- respondí –Me lo cuestioné por varios días pero llegué a la conclusión de que es cierto. Me enamoré de ti sin haberlo deseado, pero no me arrepiento de sentirme de esta manera, incluso Goto me lo dijo- le aclaré mientras tomaba su mano y la colocaba sobre mi pecho: mi corazón latía como loco -¿Te das cuenta? Estoy hablando muy en serio-
Él lloró en silencio. Sonreí, se veía muy lindo; tomé su rostro entre mis manos y lo hice mirarme -Aun cuando tú tengas a otra persona… no permitiré que me dejes-
Chika agachó su cabeza sumamente apenado –Él es mi primo… vino de visita desde otra ciudad por primera vez y yo solo le mostraba el lugar-
-Entonces no debo preocuparme ¿Verdad?- sonreí mientras sujetaba su mejilla con cariño. No quería empezar ningún tipo de pelea –Chika, ya te he confesado mi amor de la única manera en la que pude hacerlo, entonces ya solo queda en ti… ¿Me aceptarías?-
Él negó con su cabeza –No entiendes aún…-
-Claro que lo entiendo, entiendo que me enamoré de ti, Chika-
-No, no es eso- contestó sin mirarme –Estás casado… y yo no quiero ser un remplazo…-
-Nunca serás un remplazo ¿Oíste? Jamás- lo interrumpí –Además, sabes que mi relación con Minami ya no tiene solución-
-Déjame seguir- me pidió en un sollozo –No puedes solo llegar y decirme esto, no es así de sencillo, no puedo estar contigo… no podemos-
-¿Por qué no?- pregunté algo molesto
-¡Porque no es correcto!-
-Si es porque ambos somos hom…-
-Vas a ser papá- me interrumpió
Tardé un poco en procesar esa información y en un principio no supe cómo reaccionar -¿Qué?-
-Tu esposa vino a comprar una prueba de embarazo hoy en la mañana- me dijo sin mirarme aún -¿Ahora entiendes? No puedo hacer eso, no sabiendo que vas a ser padre. Por eso es mejor que no sigas con esto y que trates de aclarar tu mente-
Me quedé pensando un momento. Eso no podía ser verdad, algo debía estar mal porque yo…
Fue entonces cuando caí en la cuenta. Alcé su rostro y lo besé de nuevo. Sentí como estaba tenso en un principio, pero no pudo contenerse mucho y me permitió explorar su boca por unos segundos.
Me separé y lo miré –Hay que ir ahora mismo- le dije mientras tomaba su mano y lo sacaba de la tienda.
-E-Espera, Daisuke… ¿A dónde vamos?-
-Tú confía en mí- le dije mientras lo llevaba a mi casa. No le dije nada en todo el camino sino hasta que llegamos.
-¡Daisuke!- me detuvo preocupado antes de entrar.
-No importa lo que suceda, tú quédate conmigo- respondí antes de abrir la puerta.
Cuando Minami me escuchó fue a recibirme –Daisuke- me llamó de una manera aparentemente animada –No te esperaba a esta hora-
-Salí antes-
-Me alegra mucho eso…-
-Minami, tengo que decirte algo muy importante- la interrumpí
-Yo también tengo algo importante que decirte- me sonrió
-Entonces decide quien habla primero-
-Hazlo tú-
-Bien- le dije mientras tomaba de la mano a Chika, quien hasta entonces había estado oculto atrás de mí –Supongo que conoces a Chika-
-Claro que sí, es el chico de la tienda…- dijo sin bajar su ánimo.
-Él es mi amigo desde que yo era un niño y siempre lo quise de una manera especial a pesar de que no lo parecía; cuando regresamos al pueblo lo lastimé de una manera horrible, por lo cual, hasta la fecha sé que no merezco su perdón… pero lo que sí sé es que yo haré todo lo que este en mis manos para compensar mi error y poder demostrarle día con día que… que yo lo amo-
-¿Qué?- preguntó confundida.
-Daisuke…- me llamó Chika avergonzado.
-Me di cuenta de que él es lo que de verdad necesito en mi vida, que él es capaz de levantarme el ánimo o destruirme por completo con una sola palabra…yo lo amo y no puedo estar sin él- respondí mirando a Minami.
-Es una broma ¿Verdad?- preguntó algo molesta -¿Estás loco? ¡Es un hombre!-
-Eso no tiene nada que ver, yo estoy enamorado de él-
-¡Daisuke!- me gritó -¿Cómo demonios puedes decirme eso? ¡No juegues así conmigo! ¡Vamos a ser padres! ¡Estoy embarazada!-
-No es ningún juego- respondí sin soltar a Chika –Y antes de que prosigas quiero decirte que empezaré los trámites para el divorcio. Puedes quedarte con la casa que dejamos en la ciudad y con todo lo que quieras, pero quiero separarme de ti lo antes posible…-
-¿Qué estas sordo? ¡Te acabo de decir que estoy embarazada!-
-Sí, lo sé, te escuché desde un principio- le dije –Sin embargo, tú y yo sabemos que ese bebé no es mío-
-¡Daisuke…!- me llamó Chika tratando de detenerme.
-¿Qué?- exclamó ella.
-Minami, no trates de engañarme, no hemos tenido relaciones desde hace más de tres meses y no tienes ese tiempo de embarazo, por ende no puede ser mío. Nos haremos una prueba de paternidad si así lo quieres-
Minami solo me miraba sorprendida.
-Créeme que no me interesa con quien te acostabas, como te dije, no me importa nada más que estar libre para poder empezar una relación con Chika… porque es a él a quien amo- le dije mientras lo miraba.
-Daisuke, de verdad no puedes hacerme esto- me dijo Minami sin caer en la cuenta aún.
-Yo te quise como no tienes idea, pero poco a poco las relaciones se acaban y aunque nunca lo quise así, o siquiera llegara a imaginarlo, la nuestra llegó a sus últimos días…-
-¡Maldita sea! ¡Ese estúpido es un hombre! ¿Me dejarás por un hombre?-
La miré a ella y después a Chika -¿Y por qué no?- sonreí mientras lo besaba.