"Repulsivo."
Ese fue su primer pensamiento luego de que sus ojos recorrieran aquel insignificante lugar, era simplemente inmundo y lo único bueno que había obtenido de estar ahí era el hecho de haber encontrado a una víctima y recuperado sus fuerzas.
Recordó entonces ese detalle y llevó su mirada a uno de sus costados donde se encontró con un lindo cambio de ropa que su marioneta de la noche pasada le había conseguido, sonrió ampliamente al recordar eso y se puso de pie para comenzar a vestirse de una buena vez y así poder ir a buscar al pequeño inútil por el cual estaba ahí en esos momentos.
Él era una criatura vanidosa y fue una gran satisfacción para él poder quitarse esa maldita ropa que le habían hecho usar durante todo el tiempo que estuvo en aquella prisión. El cuero, eso le quedaba mucho mejor y resaltaba maravillosamente su majestuosa figura.
Una sonrisa curveó sus deliciosos labios rosas al mirar su rostro en el pequeño espejo que estaba ahí, había recuperado su aspecto normal y ya no tenía esa apariencia enfermiza de tiempo atrás, se acomodo un poco el cabello y finalmente salió de la habitación que en realidad lo llevaba a otra donde se topó con una bella chica rubia.
-¿De-despertaste?-balbuceó atónita-Pe-pero... ¿qué haces fuera de la cama?-preguntó ella algo alarmada luego de que recuperó la compostura-Todavía no pues levantarte-dijo acercándose a él seguramente para intentar llevarlo de vuelta a la decadente habitación de minutos atrás.
La sonrisa que portaba se ensanchó, sus ojos se volvieron negros y en dos segundos la molesta mujer cayó a sus pies inconsciente, salió de ahí como si nada hubiese pasado caminando con prisa al lugar donde sabía Lu estaría, varios ojos se prendaron de él y no era para menos, esos humanos jamás verían algo ni la mitad de impresionante que él.
Durante su camino se chocó con un idiota de cabello negro que inmediatamente le lanzó una mirada de despreció que simplemente le hizo rodar los ojos. ¿De verdad ese tipo creía que podría hacerle algo a él?
-Fíjate por donde caminas-le gruñó el pelinegro.
-Como si realmente alguien pudiera fijarse en algo como tú-dijo con desdén.
-¿Qué has dicho?-soltó el furioso desconocido.
No respondió porque no valía la pena y no iba a perder su tiempo con ese imbécil, siguió su camino un par de metros más y dio dos fuertes golpes en aquella puerta que lo separaban de ese estúpido mocoso, un grave gruñido proveniente de la habitación lo sorprendió un poco y mayor fue su sorpresa cuando al abrirse la puerta no se encontró con Lu sino con un hombre mucho mayor que su estorbo.
Sus ojos lo recorrieron comenzando por su hermoso rostro tomándose su tiempo en los inusuales pero preciosos ojos que el desconocido poseía, le resultaban algo familiares a decir verdad, bajó más su mirada pasando a su descubierto torso, que no estaba nada mal si se lo preguntaban a él.
Su mirada finalmente se detuvo en la entrepierna ajena y no pudo reprimir la sonrisa traviesa que se extendió en sus labios al ver que estaba muy despierta, volvió a levantar la mirada sin dejar de sonreír solamente para encontrarse con la misma expresión que todos ponían al verlo, él parecía impresionado y embobado.
-¿Acaso esperas que te la chupe o algo?-preguntó divertido al ver la expresión estupefacta del mayor, se rió de eso y llevó su mano al pecho ajeno para empujarlo ligeramente-Sal de mi camino-ordenó impaciente al ver que no se movía de su camino.
Sehun frunció el ceño tras escucharlo hablar y la forma en cómo intentaba empujarlo. ¿Quién mierda se creía ese mocoso para tratarlo de esa forma a él?, volvió a mirar su precioso rostro adornado por esa irritante sonrisa que le provocaban unas ganas inmensa de borrarle de un golpe o tal vez de otra forma.
-¿No deberías estar en la enfermería?-preguntó con molestia sin moverse ni un milímetro cuando el menor volvió a tratar de empujarlo.
-No sé y me importa un infierno, tengo que hablar con ese pequeño idiota, ahora, sal de mi camino-repitió su orden.
-Está dormido-respondió tajante plantándose con más firmeza en la puerta.
-No me interesa, sal de mi camino ahora-gruñó borrando entonces su sonrisa.
-Te dije que no, regresa por dónde has venido o te llevare a rastras-advirtió.
Han sintió deseos de reírse pero estaba perdiendo la casi nula paciencia con la que había nacido, bufó dando un paso adelante para adentrarse en esa maldita habitación de una vez por todas, el pelinegro lo sujetó del brazo haciéndolo gruñir una vez más y sin darle tiempo de reaccionar su pequeño cuerpo dejó al otro más grande contra la pared sin mucho esfuerzo.
¿De verdad ese estúpido niño había pensado que ese inútil humano podría hacer algo por ellos?
-No interfieras o la próxima vez voy a acabar contigo-advirtió antes de liberar al más alto al sentir a alguien tirando de su ropa, se giró hacía el mocoso que los había metido en eso y gruñó ante su mirada de reproche.
"Deja en paz a Sehunnie, él es bueno."
-¿Bueno?-preguntó con burla-Vaya que eres imbécil, nadie en este mundo de mierda es bueno-sentenció.
"Sehunnie sí y no voy a dejar que le hagas nada."
-¿Estás amenazándome acaso?-preguntó con un bajo gruñido.
"No, te lo pido por favor."
-Como sea-resopló dando un paso lejos del pelinegro-Toma tus cosas que nos vamos-ordenó.
“No… yo no me quiero ir.”
-Me importa un carajo lo que quieras, tú vendrás conmigo así te guste o no, ¿estamos claros?-le preguntó amenazadoramente tomando con mucha fuerza su pequeño bracito provocándole una mueca de dolor.
Sehun que hasta ese momento había permanecido en silencio reaccionó interviniendo en esa extraña conversación que esos dos mantenían donde Lu simplemente miraba al mayor con ojitos desesperados y gimoteaba de vez en vez mientras que el castaño era el único que hablaba como si realmente pudiera entender únicamente con eso lo que el pequeño decía.
-Suéltalo-ordenó liberando a Lu y alejándolo de ese chico que lo miraba con ojos de muerte-Estás lastimándolo-gruñó.
-Mira como me importa-masculló e intentó volver a tomar al rubio.
-He dicho que te apartes o voy a olvidarme que estás herido-advirtió sujetando con fuerza la muñeca del menor.
-Apártate o te haré mucho daño-amenazó el menor.
-¿Hacerme daño?-soltó con burla-Me muero por ver eso.
Lu se alarmó al escuchar a Sehun decir eso y sin pensarlo dos veces lo sujetó del brazo y negó frenéticamente para alejarlo de Han, Sehun no tenía ni idea de lo peligroso que él era y por eso debía detenerlo.
"Hannie por favor no... haré lo que pidas pero no le hagas daño"-suplicó.
-Toma tus cosas entonces y salgamos de aquí-ordenó.
"Sí"-aceptó resignado.
Sehun vio como el pequeño rubio agachaba la cabeza y se alejaba de él para ir hasta la cama, sacó de debajo de la almohada ese blanco cuaderno para luego volver a acercarse a ellos y ver nuevamente al castaño a los ojos.
"¿Puedo despedirme?"
-Rápido-masculló impaciente.
Lu asintió y abrió su cuaderno para comenzar a escribir rápidamente en él, Sehun lo miraba con atención sin saber que era lo que estaba pasando porque era más que obvio que esos dos tenían una forma bastante inusual para comunicarse, cuando Lu terminó alzó su cuaderno permitiéndole a Sehun leer lo que había escrito en él.
"Muchas gracias por todo, eres muy bueno y no voy a olvidarme de ti, debo seguir mi camino así que es un adiós, gracias por todo Sehunnie"
-¿Qué?-dijo atónito.
-Vámonos-ordenó Han tomando sin cuidado la pequeña mano de Lu que tenía sus hermosos ojitos aguados.
-No vas a llevártelo, afuera es peligroso-sentenció sujetando al insolente castaño de la muñeca.
-Sal de mi camino-masculló entre dientes.
-Oblígame-lo retó.
Lu vio todo pasar muy rápido, Han fue quién lanzó el primer golpe y él únicamente pudo gritar, ambos peleaban y él nada podía hacer para detenerlos, vio como el cuerpo de Sehun impactaba contra la pared, Han se lanzó sobre él pero terminó por ser lanzado sobre la cama donde dio un rebote que lo dejó en el suelo.
"¡BASTA! ¡PROMETISTE NO HACERLE DAÑO A SEHUN!"-intentó gritarle.
-¡Sal de aquí!-le ordenó Han.
Lu lo vio luchar en el suelo con Sehun y por mucho que quisiera correr a proteger a Sehun, lo único útil que podía hacer para quitarle a ese perverso ser de encima era correr fuera de la habitación, Han le propinó a Sehun un puñetazo que lo aturdió antes de ponerse de pie y correr a la puerta.
Sehun se levantó casi al mismo tiempo que el castaño y corrió a la puerta que se cerró de golpe sin que ninguno de los otros dos la tocara, trató de abrirla pero era inútil y comenzó a golpearla para salir.
-¡ABRE LA PUTA PUERTA!-gritaba, la puerta temblaba con cada golpe que daba sorprendiendo a ambos chicos.
-Camina-ordenó rápidamente Han luego de ver como la puerta comenzaba a debilitarse-Eso no lo detendrá mucho tiempo así que muévete-su mano tomando la pequeña mano ajena, Lu estaba inmóvil mirando la puerta y de esa forma pudo obligarlo a correr.
Tres hombres aparecieron de la nada amenazando con cerrarles el paso, Han gruñó y Lu sintió un escalofrió al ver sus ojos cambiar rogando con todo su corazón porque lo que había pasado en la Ciudad no se repitiera.
-¡ARRODÍLLENSE!-les gritó y ellos obedecieron al instante dejándose caer de rodillas cual marionetas.
Ninguno les impidió el paso, escucharon una alarma cuando llegaron al lugar donde estaban todos los vehículos, la voz de Sehun les advirtió que estaba casi sobre ellos, escuchó a Han maldecir antes de que lo abrazara con fuerza.
Una sensación parecida a estarse ahogando lo invadió acompañada de un horrible escalofrió, la alarma y las voces habían desaparecido entonces, algo húmedo le hacía cosquillas en los pies descalzos y antes de abrir los ojos por voluntad propia fue empujado con violencia.
Abrió los ojos entonces sólo para ver como el mayor vomitaba, miró a su alrededor dándose cuenta de que estaban fuera de aquel edificio, eran rodeados por inmensos árboles y lo que antes le acariciaba los pies no era nada más que el césped del exterior, tenían que estar cerca del refugio de la resistencia ya que la habilidad de Han todavía era muy débil además de que consumía demasiada de su energía y lo ponía muy mal.
Su atención regresó a Han que se veía bastante afectado por lo que habían hecho, corrió hacia él para intentar ayudarlo de alguna forma recibiendo un empujón más y una mirada cargada de desprecio.
-Todo esto es tu jodida culpa-acusó.
"Hannie... "
-¡Cállate!-elevó la voz.
"Yo... tan sólo quería ayudarte"-explicó con sus grises orbe llenos de lágrimas.
-¡¿CONFIANDO EN UN HUMANO?!-el pequeño cerró los ojitos asustado ante la explosión del mayor-¡¿QUÉ ACASO NO RECUERDAS QUE ES POR ELLOS QUE ESTO ESTÁ PASÁNDONOS?! ¡ELLOS SÓLO PIENSAN EN ELLOS MISMO, SON TRAIDORES Y AMBICIOSOS! ¡SON BASURA!
Lu simplemente asintió a todo lo que Han le gritó, lo vio ponerse de pie y dar media vuelta comenzando a andar y se apresuró a seguirlo, quiso quejarse cuando el suelo comenzó a herir las desnudas plantas de sus piececitos pero no emitió ningún sonido sabiendo que aquello únicamente enfurecería más a Han y que podría dañarlo si eso sucedía.
***
-¡¿Cómo que no están?!-exclamó alterado Sehun.
-He-hemos buscado por toda la zona pero no hay rastro alguno de ellos-explicó el asustado hombre frente a él.
-¡Busquen otra vez!-ordenó, el pobre muchacho asintió y salió corriendo totalmente aterrorizado por Sehun.
-Tienes que calmarte Sehun-ordenó Suho.
-¡No puedo, ese loco se llevó a Lu y quién sabe que estará sintiendo!-exclamó nervioso.
Suho lo miraba incrédulo, Sehun jamás se había preocupado por ninguno de ellos a los cuales conocía casi de toda la vida pero ahora ahí estaba al borde de cometer un homicidio por un niño al cual llevaba apenas unos días de conocer.
-Estarán bien-aseguró.
-Ese imbécil no me importa, por mi que los Cazadores lo maten, mi única preocupación es Lu-afirmó.
-¿Y por qué mierda te preocupa tanto ese mocoso?-inquirió un enojado Baekhyun.
-Vete al carajo y no moleste en este momento Baekhyun-respondió con desdén.
-¡¿Cómo te atreves a hablarme de esa forma?!
-¡Basta!-intervino Suho-No es momento para esto Baekhyun-le advirtió-Max-llamó.
El pelirrojo no respondió al llamado y continuó mirando sus manos, se sentía demasiado extraño ese día, se atrevía a decir que tenía miedo pero no sabía por qué, de alguna forma sabía que algo había pasado con él la noche anterior pero lo único que conseguía recordar de ella eran un par de perversos ojos rojos que lo hacían temblar de miedo.
-¡Max!
-L-lo siento... ¿qué decías?-preguntó sintiéndose aún extraño.
-Prepárate, Sehun y tú salen en cinco minutos a patrullar, quiero a esos niños de vuelta-ordenó.
-¿Por qué todo mundo está tan preocupado por esos mocosos?-gruñó Baekhyun-Se han ido por cuenta propia así que no es nuestra responsabilidad-aseguró cruzándose de brazos mostrando una mueca de disgusto.
-¿Cómo puedes decir algo como eso Baekhyun?-dijo horrorizada la doctora Jena que aunque había estado ahí desde el principio no había dicho nada hasta ese momento.
-Es la verdad-masculló.
-¡Son sólo niños!
-¡Ellos decidieron irse, nadie los obligó!
-¡Ya basta!-ordenó nuevamente Suho-Me importa una rábano el porqué de que esos niños hayan huido, si lo han hecho es obviamente porque tienen miedo y no quieren confiar en nadie, lo cual sólo significa que saben o han visto algo en la Ciudad y nosotros necesitamos esa información-habló con autoridad haciendo que Baekhyun no tuviese otra opción más que asentir a las órdenes por mucho que no quisiera que esos estorbos volvieran.
***
-¿L-los han encontrado?-preguntaba el nervioso y anciano hombre.
-No señor, ellos desaparecieron de los alrededores-explicó su subordinado.
-¿Los alrededores?-una voz diferente a la del anciano pero que les resultaba muchísimo más tenebrosa a los ahí presentes se hizo escuchar causándole temor a todos siendo seguida de una carcajada igual de espeluznante-¿Esos dos llevan días desaparecidos y tú estás diciéndome que solamente los han buscado en los alrededores?
-¿Me lo parece a mí o se burlan de ti?-preguntó con diversión la persona que había dejado ir aquella carcajada.
-N-no, claro que no… nu-nunca me atrevería-se apresuró de decir el joven soldado.
-¿No?-inquirió con tranquilidad viendo como el asustadizo hombre asentía frenéticamente-¡¿Por qué rayos vienen entonces con esa idiotez?!-elevó la voz haciendo estremecer a los otros dos hombres y haciendo reír más fuerte a su compañero.
-Pe-pero señor afuera…
-¡Me importa un carajo! ¡Vayan y busquen hasta por debajo de las piedras de ser necesario pero tráiganmelos!-ordenó rabioso.
-¡S-sí señor!-tartamudeó el joven soldado antes de salir corriendo.
-A-amo, por favor… por favor no te enojes conmigo-llamó el nervioso anciano.
-Desaparece de mi vista o voy a matarte-advirtió.
-S-sí, amo-balbuceó y salió de ahí rápidamente.
Un bajo gruñido escapó de sus labios al ver como su imbécil acompañante seguía riéndose, su único ojo se volvió negro cortando de golpe la risa del otro que rápidamente se puso derecho y se miró las uñas como si nada, no era que le diera miedo pero era mejor mantenerse callado para no soportar su puto humor de mierda los siguientes días.
-No sé cómo puedes soportar a esa asquerosa criatura-masculló con desprecio refiriéndose al anciano que se había marchado antes.
-Hay que hacer sacrificios para conseguir lo que se quiere.
-¿Sí sabes que esos patéticos humanos no van a hallar a esos mocosos, verdad?-inquirió con tranquilidad.
-Ya lo sé-gruñó nuevamente.
El otro lo miró seriamente sonriendo de lado al ver la sonrisa maliciosa que se formaba en los labios ajenos, él tenía un plan y amaba cuando eso pasaba porque eso significaba que sería divertido para su persona.
-Ya envié a los Cazadores-dijo con calma viendo la expresión desconcertada del otro.
-Te recuerdo que Han está con el pequeño, los Cazadores huirán de él antes de siquiera intentar tocarlo-le recordó frunciendo levemente el ceño.
-No los que yo he enviado-sonrió más ampliamente recibiendo una mirada interrogante de parte del otro-Algunas veces los humanos pueden ser útiles-respondió a la pregunta silenciosa y de echó a reír divertido mientras se dejaba caer en aquel trono.
Su acompañante lo siguió y se colocó a su lado, sus manos descansaron sobre los tensos hombros ajenos y se inclinó para poder hablarle al oído.
-Me gusta mucho tu mente perversa-ronroneó sobre su oído.
-Lo sé-sonrió más ampliamente-Pero te recuerdo que tú también debes ponerte a trabajar si quieres de vuelta a tu juguetito.
-Lo haré, ya comienzo a extrañar a Hannie-murmuró relamiéndose los labios.
El peligro lo vio ponerse derecho y salir de la habitación sin decir más, dejándolo completamente solo, llevó su vista a la mesa ahí dispuesta, tomó la botella y se sirvió una copa admirando el rojo color de aquel líquido antes de darle un pequeño sorbo.
-Los niños malos deben ser castigados-susurró maliciosamente.