-¿Cansado de jugar?- pregunto Shitagi con una sonrisa.
-No lo creo, más bien tú pareces estar agotado- respondió Vegeta en un ligero jadeo.
-¿Yo? ¿Dime quién fue sometido?- preguntó con sarcasmo mientras subía a su rostro, recostándose ligeramente sobre el cuerpo desnudo de él.
-Solo te di ventaja, eso es todo- contestó mientras limpiaba un poco de su semilla del labio inferior del chico –Aunque debo darte crédito, llevas muy bien mi ritmo… la cuestión es que dudo que resistas tanto como yo-
-¿Acaso es un reto?-
-Posiblemente- respondió el príncipe, girándolo en un solo movimiento, sacando su ansiosa lengua de su encierro para recorrer el hombro derecho del chico –Solo demuéstrame lo equivocado que estoy-
-Si eso es lo que quieres- contestó Shitagi buscando con sus dedos aquel lugar en la espalda baja de su compañero que le causaba extremo placer. Cuando encontró el punto de su cola comenzó a tocarlo suavemente por el borde, pues solo eso bastaba para que quedara a merced de él.
Vegeta detuvo el recorrido de sus labios sobre el cuello del chico al sentir un intenso placer recorrer su cuerpo, obligando a su musculo a tensarse de una forma sorprendente. Shitagi sabía perfectamente qué tan delicada podía ser la cola del saiyajin: bien podía ser su punto débil, pero al acariciarla adecuadamente era el lugar más erótico de su cuerpo; justo antes de que su liberación fuera inminente, él se detuvo.
-Buen intento , pero necesitas más que eso para vencerme- respondió Vegeta besando su cuello y pecho, bajando por sus pezones, marcando ligeros chupetones en ellos, acercándose al centro para saborear ese delicioso botón, sintiendo como él presionaba su espalda, invadido por sus dulces caricias.
El saiyajin no pudo soportar mucho la presión y se colocó entre sus piernas, flexionándolas hacia él suavemente. Shitagi lo tomo por sus hombros mientras expulsaba un gozoso gemido al sentirlo dentro de él, sintiendo sus maravillosos roces acompañando a sus tiernos movimientos, empujando dentro de su cuerpo. Vegeta se deleitaba escuchándolo gemir suavemente, oír cuando él susurraba su nombre…
No esperó mucho, moviendo por última vez su cadera siendo invadido por completo por un delicioso y mutuo orgasmo, llenándolo con su semilla.
El guerrero cayó suavemente sobre él, preso aun de las sensaciones de placer que lo embargaban, permitiéndose reposar ligeramente su cabeza cerca del cuello del chico, quien acariciaba su cabello negro.
-Creo que si me venciste- jadeo él.
Vegeta llevó su rostro frente a él mientras salía de su cuerpo y lo besó con dulzura –Duerme- susurro, tomándolo y girándose para dejarlo sobre él.
Aquellas noches eran intensas para ambos, incluso apenas tres meses desde su primer encuentro habían comenzado a dormir juntos.
El tiempo había transcurrido sin ningún defecto y ambos ya se habían acostumbrado a pasar más tiempo juntos, al igual que los padres de Shitagi se habían acostumbrado al verlos juntos, sabiendo, obviamente, que ambos se había convertido en una dulce pareja (al menos a la vista de ellos).
Esa mañana, Vegeta despertó más temprano de lo normal, pero el chico no estaba a su lado.
Esos últimos días él se había sentido algo enfermo, por lo que no le sorprendió. Se levantó y avanzo hacia el baño pero antes de que entrara la puerta se abrió.
-No me siento bien Vegeta- le dijo pasándose de largo para recostarse sobre la cama –Vomité de nuevo-
-No me sorprende, los terrícolas son demasiado propensos a enfermedades-
-Creo que iré con un médico-
-Haz lo que quieras, llevas diciendo eso tres días- respondió –Dudo que vayas hoy-
-Tienes razón, no iré, tengo demasiado trabajo- respondió mientras el saiyajin entraba al baño.
Transcurrieron algunas horas. Vegeta entrenaba en la cámara de gravedad y Shitagi estaba en su laboratorio. No estaba lo suficientemente distraído como para no percibir como el KI del chico se debilitaba de pronto. No lo pensó y se dirigió lo más rápido que pudo hasta donde estaba él y cuando entró pudo percibir justo cuando él se desvanecía, logrando atraparlo antes de que cayera al suelo: se había desmayado.
Lo tomó entre sus brazos y casi inmediatamente logro percibir una energía bastante pequeña, muy por debajo de lo normal y bastante cerca de ellos. Bajó su mirada confundido y vio al chico, sonrojándose y quedándose inmóvil por unos segundos. Volvió en sí al sentir un movimiento por parte de él y lo llevó a su habitación. Lo colocó sobre la cama y salió de inmediato.
“¿Cómo pudo pasar esto? <Grr> Debí ser más cuidadoso… maldición ¿Y ahora qué demonios voy a hacer?” pensó furioso al salir.
Era bastante obvio, el pequeño KI provenía de él: Shitagi estaba en cinta. A pesar de que aún no era notable, su KI ya era lo bastante fuerte como para pasarlo desapercibido.
Aunque de algún modo, la idea no era tan mala, dentro de algunos meses nacería el primer hijo del Gran Príncipe Vegeta, un próximo guerrero de la elite, un saiyajin fuerte ¿Pero cómo aceptar que fuera un híbrido? Y peor aún, un híbrido engendrado por dos hombres.
El hecho de ser medio humano era deshonroso, humillante ¿Cómo era posible que su hijo, su heredero, tuviera sangre humana? No podía aceptar eso, por sus venas corría sangre pura, sangre de la realeza y ahora sería manchada por la de una raza inferior… pero aunque no lo quisiera, ese niño iba a nacer con o sin su consentimiento. Shitagi jamás aceptaría deshacerse de él; y ahora, lo único que le quedaba por hacer era tratar de no convertir el asunto en algo aún más vergonzoso de lo que ya era y asumir las consecuencias que conllevaba el haberse procreado de esa forma tan estúpida e irresponsable.
Al llegar la tarde el chico despertó, encontrándose con el saiyajin de espaldas a él, observando por las puertas del balcón.
-¿Por qué estoy aquí?- preguntó Shitagi mientras se enderezaba y tomaba su cabeza con su mano.
-Deberías saberlo, te desmayase- contestó serio.
-¿Hace cuánto tiempo?-
-Poco más de tres horas-
-¿Tres horas? ¿Tanto tiempo?- respondió dispuesto a correr a su laboratorio para continuar con su trabajo.
-Relájate- lo regañó -No es bueno que te alteres, estas en una condición complicada-
Shitagi se detuvo en seco -¿Co-condición? ¿A qué te refieres con eso?- pregunto algo nervioso.
-¿En verdad eres tan distraído o solo estúpido? ¿No has notado algún cambio?- se molestó Vegeta.
El rostro de Shitagi no mentía: estaba nervioso –Ya lo sabes…-
-¡Por supuesto que ya lo sé! ¿Acaso crees que soy imbécil?- exclamó furioso.
-Por supuesto que no Vegeta, pero…-
-¿Pero qué? ¿Acaso no pensabas decírmelo? ¿Hasta cuándo ibas a ocultármelo, eh?-
-No es eso Vegeta, yo no quería ocultarte nada- le dijo -Apenas hace unos días me di cuenta, yo solo…-
-¿Qué? ¿Acaso no lo quieres?- preguntó volteándose para verlo de frente con un poco de esperanza en su rostro reflejado en una terrible sonrisa –Aún se puede hacer algo para remediarlo-
-¿QUÉ? ¡Por supuesto que no Vegeta!- exclamó ofendido mientras se ponía en pie –¿Cómo me preguntas eso?-
-Podrías actuar de manera razonable- respondió serio -¿Acaso no entiendes que se trata de un híbrido?-
-¿Hablas en serio? ¿Eso es todo? ¡Solo porque no es un saiyajin puro, no dejara de ser TU hijo!-
-En ningún momento negué que fuera mío, sino por el contrario, que es mitad humano-
-¿Vez? Es por eso que no te dije nada ¡Sabía que reaccionarias así!- respondió triste –En cuanto lo supe me sentí tan feliz. Quise correr a decírtelo pero temía que no lo aceptaras y por eso estaba tratando de encontrar una forma para hacértelo saber-
-Ni aunque encontraras esa forma, YO NO LO ACEPTO- gruñó -¡Por supuesto que nunca creí que esto podría pasar!-
-Por favor Vegeta ¿En verdad nunca pensaste en esta posibilidad? ¿Acaso no sabes cómo…?-
-¡Por supuesto que lo sé!- gruñó furioso -¿Acaso para ti es algo tan normal? ¿Qué demonios sucede en tu cabeza? ¡Ambos somos hombres, maldita sea!-
Shitagi no pudo evitar derramar varias lágrimas de sus ojos al oírlo –¿Entonces te arrepientes de todo lo que paso entre nosotros? ¿También es deshonroso para ti que yo sea un humano?-
-Eso solo es la mitad del problema… ya te lo dije ¡Eres un hombre! ¡Eso es lo peor de todo!- le gritó Vegeta, pero de inmediato se dio cuenta que estaba siendo muy ruidoso y disminuyó su tono de voz.
Esas palabras eran terriblemente dolorosas para Shitagi, pero a pesar de todo intentó ser razonable y tratar de resolver las cosas –Escucha Vegeta, yo tampoco lo sabía- le respondió en un esfuerzo por parecer fuerte mientras caminaba hacia él -Sé que no estás preparado para esto, yo tampoco lo estoy, pero confío en que…-
-No- lo interrumpió con brusquedad – Sabía que tu terquedad me impediría hacer algo, y que tú querrías a ese híbrido aunque yo dijera lo contrario, y de una vez te digo que no esperes ayuda de mi parte. Eres tan estúpido que no tienes ni idea de lo que significa un embarazo saiyajin, nada de lo que hayas visto se asemeja, el dolor que sufrirás no se compara a ninguno que hayas sufrido antes, mucho menos en ese cuerpo de mocoso que tienes… y a menos que cambies de opinión, a partir de ahora estas bajo tu responsabilidad- dijo avanzando hacia la puerta para salir y dejar al chico solo.
Ya no quería saber nada más.
Shitagi nunca creyó obtener ese abandono por parte del príncipe. Desde el principio temió porque algo así sucediera, pero confiaba en que no fuera así… pero a fin de cuentas no se podía todo en la vida.
-No tienes que preocuparte, tu papá solo está nervioso- dijo mientras colocaba sus manos alrededor de su abdomen –Todo estará bien-