Vegeta entró a la Corporación Cápsula y a pesar de estar irritado comenzó la búsqueda de Shitagi bajo sus instintos de saiyajin: todas las naves estaban en casa y Trunks estaba en su habitación por lo que su intención no era alejarse ni tardar tanto. Con eso solo podía llegar a dos conclusiones no muy agradables: o algo malo le había sucedido o perdió la razón.
Salió de nuevo y sobrevoló los alrededores por unos minutos además de ir a la casa de sus padres y acercarse lo suficiente al Monte Paoz para saber si él estaba ahí, tratando de no ser descubierto por Gohan. Por fin llego a la entrada del bosque y se detuvo, inspeccionando, avanzando hasta llegar a una zona conocida: después del primer beso que tuvo con Shitagi se sintió extraño y solo logro sacar ese sentimiento de él con golpes. Peleó en esa zona por varias horas, no dándose cuenta del momento en que, molesto y frustrado, comenzó a expulsar una variante de su Granada Infernal, creando una pequeña e involuntaria explosión que al tratar de controlarla, le causo esa terrible herida en su costado (Capítulo 6).
Avanzó, recordando e inspeccionando el daño total que había causado en aquel lugar cuyos restos aún permanecían ahí. Caminó un poco más y comenzó a sentir una energía débil y triste no muy lejos de él. Se elevó para tener una mejor vista del lugar y por fin lo encontró, recargado en un árbol, sentado en el pasto con una frazada cubriendo su espalda. Un involuntario suspiro de alivio salió de su boca, acercándose a él.
-¿Qué es lo que pretendes? ¿Quedarte aquí toda la noche? ¿Acaso estás loco?- lo regañó molesto por haber hecho que se preocupara de esa manera, pero el chico no le contestó, estaba dormido. Vegeta se acuclillo frente a él más tranquilo: ya lo había encontrado y ahora podía llevarlo a casa.
Shitagi comenzó a abrir lentamente sus ojos al sentirse observado. Vio al guerrero y se volteó –Creí que ya te habías ido- le dijo débilmente.
-No voy a hacer eso- respondió Vegeta –Yo vivo aquí-
-De acuerdo- contestó levantándose para irse.
-¿De acuerdo? ¿Solo vas a decir eso?- lo detuvo.
-No tengo otra cosa que decir- respondió mientras el príncipe se paraba frente a él.
-Eso sería mejor- le dijo dándole un beso que, para su sorpresa, no fue correspondido sino solo por una pequeña lágrima que broto de sus ojos.
-¿Shitagi?- pregunto extrañado por su reacción.
-¿Por qué me haces esto?-
-¿Hacerte qué? Explícate-
-No quiero que me beses… si lo haces me será más difícil dejarte-
-No exageres…-
-¡No exagero Vegeta!- exclamó –¡No tienes ni idea de lo que le has hecho a mi corazón! ¡Ya no quiero llorar más! No quiero seguir siendo ignorado ¡Me duele demasiado que seas indiferente hacia mí! Que tú…- continúo, siendo callado por el príncipe en otro dulce beso.
Al principio Shitagi se dejó llevar, pero a los pocos segundos se separó del saiyajin, molesto, llorando, dándole una bofetada.
-¡Te dije que no me besaras!- exclamó mirándolo –¡Ya no te quiero conmigo!-
Vegeta sonrió y lo volvió a besar, recibiendo otra bofetada –Podemos hacer esto toda la noche-
Shitagi sollozó y se desvaneció mientras Vegeta lo tomaba en sus brazos, sentándose en el suelo lentamente junto con él, abrazándolo contra su pecho.
-Si en verdad quieres alejarte de mí puedes intentarlo, pero yo no lo permitiré- le dijo sonrojado -Sé que no te he dado motivos para que creas lo contrario pero tú no me eres indiferente Shitagi. No es sencillo para mi comprender los sentimientos humanos… yo soy un saiyajin y no puedo decirte todas esas cursilerías que acostumbran los terrícolas…-
-¿Cómo puedo creerte si en todo este tiempo me has demostrado lo contrario?- susurró
-Tu sabes perfectamente lo que siento y en realidad… me cuesta mucho aceptar que… que tú me das fuerza para poder continuar y me haces saber que no estoy solo… me siento vivo y me pongo en pie sin esfuerzo porque sé que hay alguien que me está apoyando pase lo que pase y… si nunca te digo nada de esto no significa que no sienta algo especial por ti, más allá de lo que yo pueda entender-
-No sé qué pensar- dijo en voz baja
-Entonces no pienses en nada- respondió acercándose a su mejilla, acariciándola suavemente con la punta de su nariz.
-Vegeta, todo lo que me has dicho ¿Es verdad?-
-Crees que de no serlo ¿Yo lo diría?-
-¿Pero y Trunks? Que pasa con él ¿Eh? Dijiste que no lo querías-
-Estos últimos días he estado algo…-
-Insoportable- lo interrumpió él.
-Tanto tiempo me estuve preparando para acabar con esos estúpidos androides y todo fue en vano- respondió serio –Incluso Trunks llego a ser más fuerte que yo-
Shitagi lo miró unos segundos y lo abrazó –No todo el poder tiene que ser físico Vegeta, además Trunks es tu hijo y si es tan fuerte, es gracias a ti y a tu entrenamiento- le dijo gentilmente -Tu eres el saiyajin más poderoso para mí, eres mi príncipe-
El saiyajin sonrió.
–Te amo Vegeta-
-Desde que te uniste a mí, tú eres mi única debilidad- le respondió.
El chico sonrió y alzó su rostro para besarlo, abrazándolo por su cuello. Sabía que con eso, también le decía que lo amaba –Quiero volver a casa-
El guerrero lo tomó y voló hacia la Corporación Capsula, entrando a la habitación del bebé por petición de Shitagi.
-Cuidaste de él ¿Cierto?- preguntó con una sonrisa.
-¡Tonterías! ¿Por qué iba a hacerlo? Solo callé al mocoso que no dejaba de llorar-
-Me alegra que hayas estado con él- respondió –Se parece mucho a ti- dijo, acariciando suavemente la mejilla del pequeño.
-¿Ya estas satisfecho? El niño está bien y no querrás despertarlo- le dijo, abrazándolo, llevándolo a su propia habitación.
Tenían más de un año sin estar juntos, sin sentirse, sin abrazarse ni besarse… pero esa noche pudieron revivir todos esos momentos que habían pasado juntos, demostrándose mutuamente cuanto se querían.
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Pasaron un par de meses más y la relación que llevaban era bastante buena. Vegeta regresó a sus entrenamientos y de algún modo comenzó a disfrutar por fin de su vida en la Tierra. El chico era sumamente cariñoso con él, de la forma en la que acostumbraba serlo, pero claro, nunca faltaron sus típicas discusiones.
Pero Vegeta, desde hacía unos días se enfrentaba a un problema, uno que había surgido de su mente hacía poco tiempo: aquello era algo bastante delicado e importante para ambos ¿Pero sería una buena idea? Después de todo por lo que habían pasado ¿No sería muy pronto? No era necesario hacerlo pero sin duda era lo correcto ¿Pero cómo lo haría? ¡Él eral príncipe de los saiyajin! No un simple terrícola.
Una mañana, Shitagi logró convencer a Vegeta para que lo acompañara al centro comercial para comprar algunas cosas que necesitaba para su nuevo proyecto mientas Trunks se quedaba con sus abuelos.
Aunque de mala gana, llegaron a la plaza de la ciudad. No caminaron mucho hasta que por fin encontraron la tienda que buscaban. Shitagi entró seguido de Vegeta quien no se separaba de él ante tanta gente.
La mujer que atendía la tienda era una de esas que se creen “demasiado irresistibles” como para pasar desapercibida, una de las que llevaban una vida sin problemas y eran capaces de conquistar a cualquiera que se propusiera. Al ver a Shitagi quedo fascinada con él, pero su alegría duro poco, al ver al hombre que lo seguía celosamente. Trató de ignorarlo y se acercó al chico.
-¿En qué puedo servirte guapo?- le dijo, provocando que Vegeta dirigiera toda su atención a la chica.
-Necesito estos materiales por favor- respondió extendiéndole una lista. La mujer aprovechó la oportunidad para acariciar la mano del chico.
-No hay problema, acompáñame al mostrador amor, tengo todo lo que necesitas- respondió conduciéndolo al mostrador, tomándolo por la espalda.
Vegeta se enfureció “¿Qué demonios pretende? ¿Cómo se atreve a tocarlo?” pensó, avanzando hacia ellos, pero se detuvo al recordar que Shitagi le había pedido que no causara problemas, pero en una situación así no podía permitir que algo interfiriera en los planes que tenía para ese día.
Intento calmarse, pero cada vez le era más complicado. La mujer no dejaba de hacerle cumplidos ni de fijarse en su cuerpo. Vegeta gruñía entre dientes, tratando de controlarse ante tales muestras de irrespeto, y peor aún, de hacerlo frente a él, coqueteándole a su chico.
Por fin logro que el saiyajin se enfureciera de verdad cuando la mujer tomo ambas manos del chico bajo un alago –Pareces ser de los que tienen mucho trabajo querido, no deberías realizar un trabajo tan duro como ese, cuando necesites a una verdadera mujer para desestresarte no dudes en llamarme y yo te ayudaré… en lo que sea-
Shitagi se soltó de inmediato –¿Podría traerme lo que le pedí, por favor?-
-Espera un momento encanto, ahora vuelvo- contestó entrando a una bodega –Eres difícil niño, pero no te preocupes, en menos de una semana estarás conmigo- se dijo, pero antes de que saliera fue acorralada contra la pared, siendo sujetada por Vegeta.
-Escúchame bien humana tonta-
-Pero que…-
-Si aprecias en algo tu asquerosa existencia será mejor que no te vuelva a ver cerca de mi pareja o de otra forma te exterminare tan pronto que no sabrás en que momento llegaste al infierno ¿Me oíste?- gruñó.
-S-Sí, pero por favor no me hagas daño-
-No pienso tocarte, pero más te vale darle lo que quiera pronto, no quiero perder más mi tiempo- ordeno, soltándola y saliendo de la bodega.
Y como era de esperarse, no pasaron más que unos minutos para que la pareja saliera de la tienda dejando a la vendedora temblando de miedo.
Una vez en la Corporación Capsula Vegeta se quedó en su habitación por unos minutos antes de dirigirse a la bañera para intentar bajar su enojo con el agua caliente. Al poco rato se le unió Shitagi, sentándose frente a él mientras recargaba su espalda en el pecho del guerrero.
-Acaso lo de la tienda fue, como decirlo ¿Una escena de celos?- pregunto con una sonrisa.
-No digas tonterías, no estaba celoso, simplemente le deje en claro a esa humana tonta lo que me pertenece- respondió mientras estiraba su mano hacia su pantalón para tomarlo.
-De cualquier manera tienes que aprender a controlarte, no es bueno que hagas eso, mucho menos con una mujer- contestó –Pudiste meterte en problemas-
-No empieces, sabes a lo que me refiero. No permitiría que una patética humana se atreviera a pretender a mi esposo-
Shitagi tardo unos segundos en reaccionar –Espera ¿Qué dijiste?-
-Lo que escuchaste- respondió al tiempo que extendía frente a él un precioso anillo con una brillante piedra en él.
El chico llevo sus manos a su boca, dejando correr una pequeña lagrima por su rostro –Vegeta, esto es…-
-Creo que por fin te has ganado el honor de ser llamado mi esposo- dijo sonrojado.
-“Tu esposo”- repitió el chico –Eso suena hermoso- le dijo volteándose para abrazarlo –Te amo Vegeta-
El guerrero sonrió satisfecho por haber logrado obtener el valor de pedirle algo como eso, que, sin duda, fue uno de sus mayores retos.
La ceremonia se llevó a cabo dos meses más tarde, en la Corporación Capsula. Vegeta no se interesó mucho en su boda, dejando a Shitagi encargarse de todo, dándose cuenta que fue un error: ese día estaban presentes sus padres y todos sus amigos, Krilin y número 18, el maestro Roshi, Ten Shin Han y Chaoz, Lunch, Yamcha y Puar, Oolong, Piccolo, Gohan y Milk junto con Ox Satan y un pequeño y recién nacido Goten.
Sin duda fue un día en el que todo su orgullo se vio aplastado por la felicidad y alegría del chico, pero fue en ese momento, cuando estuvo con él frente a todos, cuando se dio cuenta de que en efecto, no todo el poder se encontraba en los músculos o en la intensidad de sus ataques, sino en algo más complejo, en los sentimientos que sentía por aquél humano, en el cariño y, ¿Por qué no? En el amor que le tenía. A pesar de la vergüenza que sintió al verse dominado en esa ridícula e innecesaria ceremonia terrícola , estaba feliz, feliz por tener a Shitagi como su pareja, feliz de la familia que había formado… sin duda, el quedarse en la Tierra y el conocer al chico fue lo mejor que pudo sucederle.
~FIN