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Orgullo vs Amor por Shinjimasu

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Shitagi abrió la alacena y sacó una lata de alimento para Tama. Tomó su pequeño plato azul y la sirvió pero a diferencia de cualquier día normal, el minino no estaba ahí. Lo buscó por toda la casa: la sala, su habitación, el baño, las recamaras, incluso se aventuró a revisar en la cámara de gravedad pero no pudo encontrarlo y peor aún, tampoco a Vegeta.

Habían pasado un par de días desde aquel suceso con el guerrero fuera del baño y desde entonces no había hablado con él ni con Yamcha. No tenía necesidad de hacerlo, no quería, pero ahora necesitaba hacerlo con alguno de los dos urgentemente y al parecer tendría que ser con el saiyajin.

No sabía dónde empezar a buscarlo, después de recorrer toda la casa estaba comenzando a preocuparse, pero sabía que tendría que encontrarlo en algún momento. Y a todo esto, solo quedaba un lugar en el que no había revisado.

Subió las escaleras y abrió lentamente la puerta de la habitación del saiyajin, entrando sin hacer ruido. Lo que vio le causo una enorme ternura. Vegeta dormía sobre su cama y Tama hacía lo mismo, recostado sobre la espalda del guerrero. Se acercó a ellos cuidadosamente y se sentó a un lado. Acaricio suavemente la cabeza del minino quien se movió apenas un poco, despertando de su sueño.

Miró a Vegeta, se veía muy tranquilo durmiendo, incluso “tierno” hasta cierto punto. Acercó su mano hacia su rostro pero el guerrero abrió sus ojos de pronto, mirándolo. Tama se levantó y saltó hacia él, haciendo que el chico se sobresaltara y callera al suelo.

-¿Qué demonios quieres aquí?- pregunto molesto mientras se enderezaba.

-No, no te preocupes, no me dolió el golpe- contestó él un poco dolido.

-Eso no me importa ¿Qué quieres?-

-Podrías al menos ayudarme a levantar…-

-¿QUÉ QUIERES?- gruño

Shitagi se levantó un poco molesto y sacudió su ropa –Solo vine por Tama, no quería despertarte-

-Sí, claro- respondió mientras se ponía en pie y se dirigía a puerta.

-Vegeta, espera- lo llamó, pero él no le hizo caso. El chico tomo a Tama y salió al pasillo, alcanzando al guerrero – ¡Vegeta!-

-¿Qué?- pregunto fastidiado.

<Ahm> -Yo… quiero pedirte algo-

-Qué pena, estoy muy ocupado como para rebajarme a hacer algo por ti-

-Por favor Vegeta, es algo muy importante-

-No me interesa- le dijo avanzando

-¡Al menos escúchame!- le pidió Shitagi.

-¿Cómo te digo que NO ME INTERESA? Tus problemas no me importan-

-¿Ni siquiera si te conviene a ti?-

-Ni aun así-

El chico suspiro y lo pensó un momento. Cuando una maravillosa idea cruzo su mente. Bajó por las escaleras de atrás y logro alcanzar al guerrero, plantándose frente a él.

-Si vuelves a atravesarte en mi camino…- comenzó a decir el saiyajin.

-Tu eres un Príncipe ¿Cierto?- le pregunto con una expresión tierna y juguetona.

-¿Acaso quieres que te recuerde mi superioridad sobre ti?- pregunto Vegeta cruzando sus brazos.

-No hace falta, yo sé que eres un hombre bastante respetable y muy importante. Además de que eres demasiado atractivo-

-Bien ¿A dónde quieres llegar con esto? ¿Crees que soy tan estúpido como para no saber lo que planeas? ¿Qué es lo que quieres?-

-De acuerdo, lo que sucede es que hoy en la noche tengo un compromiso muy importante, la reputación de la Corporación Capsula depende de ello y…-

-No sé qué tiene que ver esto conmigo- dijo dándose la vuelta.

-Quiero que me acompañes a cenar hoy- término por decir el chico.

-¿Qué? ¿Y por qué tengo que ir yo?- pregunto viéndolo de nuevo, avanzando hacia la puerta de la cocina.

-Porque… se supone que yo debía ir con Yamcha pero…-

-¿A sí que soy tu segunda opción?-

-Nada de eso, lo que pasa es que…-

-Olvídalo, no me interesa ¿Crees que estoy a tu disposición?-

-Por favor Vegeta, es algo muy MUY importante, no te pido nada más, solo tienes que acompañarme- pidió

-NO- gruño, acercándose a la cámara de gravedad.

-¿Y si te doy algo a cambio? No sé, lo que quieras ¡Por favor!- pidió algo angustiado.

-No, y no me sigas molestando con eso- dijo entrando a la cámara de gravedad.

“¿Cómo se atreve a pedirme eso? ¿En qué piensa? ¿Cree que porque estoy aquí puede obligarme a hacer lo que él quiere? ¡Vaya que está equivocado!” pensó molesto mientras iniciaba con su entrenamiento.

Mientras tanto, Shitagi regresaba a la casa. Sabía que Vegeta jamás  accedería a acompañarlo, él no era de esos sujetos aunque en el fondo le hubiera gustado mucho que le hiciera compañía, pero ahora ya no tenía tiempo que perder, necesitaba arreglarse para la cena.

Cuando llegó la hora, Shitagi salió de su habitación y paso frente a la de Vegeta. Se acercó a la puerta y pensó en tocar pero no lo hizo ¿Cuál sería el sentido de hacerlo? Bajó las escaleras y espero verlo salir en cualquier momento, pero no fue así. Lanzó un pequeño suspiro y tomó su cartera junto con las llaves de su auto-nave.

-¿Quieres darte prisa? No me agrada en lo absoluto esta ropa de humano- se quejó el príncipe, parado frente a la puerta abierta de la Corporación Capsula.

En el rostro del chico se dibujó una dulce sonrisa al ver a un apuesto saiyajin vestido con un perfecto traje negro esperándolo –Lo lamento Vegeta, no sabía que me esperabas-

-Podría quedarme, sería mucho mejor si…- dijo, pero quedo sin palabras al voltear a ver al chico.

Shitagi lucía un elegante traje negro con una camisa blanca y un moño color azul, un azul que acompañaba perfectamente a sus brillantes ojos. Se había cortado su cabello y se había deshecho de esos rizos que ya le fastidiaban, dejándolo caer de forma natural sobre su frente. Todo eso hacía que tuviera una apariencia tan angelical que en verdad parecía ser una mentira.

-Podemos irnos- le dijo a Vegeta pasando a su lado, haciendo que el saiyajin no dudara en seguirlo.

Ambos subieron a su auto-nave y llegaron a un lujoso restaurante en el centro de la ciudad. Bajaron y cuando Vegeta se dio cuenta, ya estaban adentro del lugar.

La cena resulto terriblemente aburrida para el saiyajin quien solo se limitaba a escuchar la absurda conversación que tenía Shitagi con esas personas que los acompañaban. Afortunadamente para él no tuvo que esperar mucho pues terminaron de hablar justo antes de que se quedara dormido.

-Gracias por no golpear a alguien Vegeta- le dijo el chico una vez que subieron a la nave para regresar a casa.

-No fue necesario- contestó mirando por la ventana. Trataba de no verlo, se veía demasiado adorable y temía perder el control.

Cuando llegaron a la Corporación Capsula, el saiyajin subió a su habitación sin decir palabra y se cambió esa ropa extraña por la suya. Casi no había comido y bajó de nuevo a la cocina para completar su cena. Se llevó una sorpresa al encontrar al chico ahí, tal y como habían llegado.

-Debes tener hambre- le dijo él un poco triste al verlo – ¿Quieres que te prepare algo?-

-No hace falta- respondió serio, un poco curioso por saber a qué se debía su cambio de actitud tan repentino.

-¿Café?- le pregunto él mientras serbia un poco en su taza.

-Supongo que ya que bajé, merezco tomar algo- contestó sentándose frente a él.

Shitagi le dio una taza y se sentó a su lado –Te agradezco mucho el que me hayas acompañado-

-Solo lo hice para que me dejaras de molestar-

-Lo sé y en verdad lo aprecio mucho- contestó – Pero te prometí algo a cambio-

-No quiero nada, ya te lo dije, fue por mis propios intereses-

-¿Seguro?-

-¿Cuántas veces debo repetirlo?-

-Con dos basta- contestó él con una sonrisa –Aunque supongo que no debo acostumbrarme a este tipo de favores ¿Cierto?-

-No fue un favor, más bien te concedí el honor de pasar conmigo un par de horas- contestó con orgullo.

Él lo miro y le dio un sincero beso en su mejilla. Vegeta no pudo evitar sonrojarse ante la acción del chico pues claramente no se esperaba algo como eso.

-¿¡Qué demonios?! ¿Y eso qué fue?- preguntó algo nervioso.

-Nada serio, solo… quería agradecerte de la forma correcta- respondió él mientras salía de la cocina.

Vegeta se le quedo viendo, confundido, sonrojado, no tenía ni idea de lo que había sucedido… quizá solo fue un simple beso en la mejilla pero para sus adentros fue algo que significó mucho.


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