Habían pasado 3 semanas 6 días y 9 horas desde que Sharon se fue, el mismo tiempo que ella estaba pasando con Anthony, desde de ese día no dejaba de pensar porque le molestaba saber que ellos dos estaban juntos. Aún recuerda cuando se le declaro, pensó que ella aceptaría pero contra todo pronóstico, fue rechazado y por algún motivo eso lo alivio. Pero ahora sentía unos celos que emergían dentro de él, y no le encontraba sentido. Soltó un suspiro y a través de la ventana de su habitación observaba el inmenso cielo oscurecido y plagado de miles de estrellas.
-Como me gustaría que Tony viera esto.- murmuro mientras seguía observando el paisaje, segundos después se quedó profundamente dormido, sin darse cuenta de aquello que había dicho.
Sueño
Caminaba de forma lenta admirando el hermoso paisaje que tenía, algunos minutos después logro distinguir un hermoso lago y cerca de la orilla se encontraba la mujer que amaba.
-Peggy.- Fue lo único que pudo decir mientras se acercaba, llevaba un vestido blanco, su cabello peinado de la misma manera, se veía tan hermosa.
-Te tardaste mucho Steve.- dijo con una sonrisa.
El solo se acercó de forma temerosa y lenta, antes de darle un abrazo, después de ello, se dedicó a contarle todo lo que le había sucedido durante su despertar en el futuro, la castaña escuchaba atentamente y se reía de las ocurrencias de aquellos que eran sus compañeros, incluso le contó el beso que compartió con Sharon, noto que ella jamás le miro con resentimiento o tristeza, simplemente lo miro con toda la comprensión y paciencia del mundo, terminado su relato guardo silencio, deseaba saber lo que ella pensaba.
-Sharon tiene razón, estás enamorado de alguien más.- Fue la seria y directa respuesta de la mujer.
-Pero no amo a nadie más que a ti.
-Steve yo sé que me amaste, y te lo agradezco pero es hora de que te des cuenta que hay otra persona en tu corazón, y sé muy bien que el espacio que ocupo ahí es solo mío y eso me alegra, pero no debes engañarte.- hablo de forma amable y sin perder su sonrisa para demostrarle que estaba bien.
-Pero nadie más, está en mi corazón.
-¿Estás seguro?- vio que el rubio asentía con la cabeza de forma positiva.- Entonces quiero que me respondas con sinceridad, si pudieras venir a este lago de nuevo ¿con quién lo harías?
-Con Tony.- El soldado callo, y abrió los ojos de par en par, al darse cuenta de su respuesta.- No, Y-o qu-ería, es que...- trataba de dar una explicación pero no tenía idea de que decir.
-Lo vez, tú ya amas a alguien más.
-Pero... Pero es un hombre.
-¿Y qué?- sonrió para luego seguir hablando.- A lo largo de mi vida eh comprendido que el amor no tiene límites no importa tu raza, sexo, religión, el amor siempre será amor.
-Pero él es egocéntrico, egoísta, indisciplinado, mal hablado, siempre quiere ser el centro de atención, detesta que lo critique.- dijo de forma enojada al recordar las peleas que tenían por el carácter del moreno.- Nunca pide ayuda cuando debería, siempre esconde todo su tristeza tras un escudo, no se preocupa por sí mismo... ¿Que?
-Te enoja que Tony no confié en ti.
-Yo no dije eso.
-Te molesta que no pida ayuda, que esconda su tristeza y que no le importe su vida. La razón por la que más te molestan, esos tres aspectos, es porque sabes que él no confía en nadie.- dejo de mirar a Steve para observar el hermoso lago.- Pero que puedes esperar de alguien que durante toda su vida ha sido utilizado como arma por su intelecto, incluso por su padre, él ha dejado de creer en la felicidad. Pero estoy segura, que tú lo ayudaras a creer nuevamente.
-¿Yo?
-Sabias que cuando hay una persona que tiene tanto amor para dar a pesar de todo el sufrimiento vivido, se le es recompensado de la misma manera.- Noto que Steve estaba confuso.- Es decir que encontrara a alguien que lo amara con la misma intensidad, y que ese amor sobrevivirá a cualquier adversidad.
Tomo las manos del soldado, ambos se veían fijamente.
-Steve ya es momento que te des cuenta, que se te ha dado otra oportunidad para amar, no la desperdicies, tu mejor que nadie debería saber la tristeza por aquel tiempo que perdimos.
-Tengo miedo.
-Lo sé, pero si no te arriesgas, vivirás tus días lamentándote y arrepintiéndote. Y yo quiero que seas feliz, que ambos sean felices.
-Tienes razón lo intentare.
-Me alegro, es hora de que me vaya.- levantándose y dándole al soldado una flor.- pero antes podrías decirle a Tony...
Fin del sueño
Despertó un poco desorientado, acaso todo había sido un simple sueño entonces noto que en su mano derecha tenía la misma flor que Peggy le había dado, no podía creerlo pero si todo había sido real solo quedaba algo por hacer.
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Durante 3 semanas y media había conocido París, además de que disfrutaba de la compañía de su querido hermano, aunque la primera semana fue difícil ya que el castaño se levantaba gritando y llorando debido a las pesadillas, esas noches fueron las más difíciles pero permaneció a su lado, velando sus sueños, con ello comprendió cuan roto estaba, se culpaba por no haber estado antes con él, que cuando más necesitaba la compañía de alguien, todos lo habían abandonado por eso se prometió ayudarlo a curarse, pero estaba seguras que esas heridas eran demasiado profundas y a quien su hermano necesitaba no era a ella. Aun así haría todo lo posible para cicatrizar parte de aquel sufrimiento. Ahora se encontraban paseando por una de las calles más transitadas, ambos estaban tomados de las manos, cualquiera persona que los viera asumiría que eran pareja y aquello no les molestaba, estaban conscientes de su verdadera relación pero era divertido no explicarle a la gente.
-No me has contado, como te ido con el tal Marcus.- mencionaba Tony de forma distraída, mientras observaba los escaparates de las tiendas.
-Solo llevo 5 días de conocerlo.
-¿Eso qué? Se nota a leguas que quiere algo contigo.- Sonrió de forma burlona al ver la mirada molesta de su pequeña hermana.- Además debo tener una seria charla y decirle que debes llegar virgen al matrimonio.
-Eres un idiota.- golpeando el hombro del castaño.
-Jajajaja... Relájate, pero hablo enserio sobre la charla no puedo dejar que cualquier imbécil ande con mi linda Sharon.
Antes de contestarle Carter sintió un escalofrió, al parecer alguien los observaba.
-¿Te pasa algo?
-Descuida, parece que habrá más frio.- Por la mirada y la forma de hablar del genio supuso que quien los observaba no era alguien peligroso, y tenía una pequeña idea de quien se trataba.
-Tienes razón, la temperatura está bajando es mejor ir a casa.
Los dos caminaron con rumbo a su hogar, durante el camino Sharon agarro uno de los brazos de Tony y se pegó a él, y por la insistente mirada a su persona, estaba segura que el capitán no tardaría en hacer su movimiento. A la mañana siguiente recibió una llamada de Marcus que la invitaba a una cita, en otras circunstancias se hubiera negado pero tenía la certeza que esta ventaja la tomaría Rogers, además aunque no lo admitiera abiertamente, ese hombre le gustaba, ya vería como evitar la dichosa charla que su hermano planeaba tener con su futuro novio.
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Sharon había salido desde temprano al parecer aquel sujeto si iba enserio con ella, eso le alegraba, al parecer la charla sería más pronto de lo planeado. Durante casi 4 semanas siempre estuvo acompañado por ella, y lo agradecía pero no por eso la mantendría atada, durante esas semanas se sintió amado y en familia algo que no sentía hacía ya mucho tiempo. En las noches recordaban anécdotas de su infancia a lado de su tía Peggy y de Jarvis, se sintió tan dichoso al saber que incluso con el pasar de los años, la chica lo seguía admirando, incluso con sus errores y aquellos escándalos, su pequeña hermana no lo bajo del pedestal en donde lo tenía, solo lo abrazaba y le susurraba palabras de apoyo y amor. Gracias a ella, tenía la fortaleza para seguir adelante y afrontar cualquier obstáculo.
Había estado tan concentrado que no escucho unos pasos que se aproximaban, solo hasta que estuvo lo suficientemente cerca fue que lo noto, volteo en aquella dirección y se sorprendió al ver de quien se trataba.
-¿Steve?
-Hola Tony.
-Casi me matas del susto.
-Perdón, no era mi intención.
El castaño suspiro, pero recordó que quien estaba frente a él, era Rogers.- ¿Porque estás aquí? De hecho no deberías estar aquí, eres un fugitivo.
-Lo sé, pero necesitaba verte.
-¿Para qué?
El soldado no pudo más que sonrojarse, había estado planeando como confesarle sus sentimientos pero al parecer era más fácil decirlo que hacerlo.
-Vamos Rogers, no tengo todo el día.- Noto que el rubio no decía nada, espero por 2 minutos pero este se negaba a hablar y ya se le estaba agotando la paciencia.- Me dirás algo, porque tengo muchas cosas que ha...
-Te amo.
-¿Estas bromeando? Porque si es una broma es de mal gusto.
-¿Que? ¡No!- ¿enserio pensaba eso de el?- Tony no me arriesgaría a venir, sabiendo que soy un fugitivo sino fuera algo importante.
-¿Importante? No mientas, yo no soy importante para ti.
-Claro que lo eres, sé que hice las cosas mal, que debí haber confiado en ti y contarte la verdad, una parte de mi quiso hacerlo, pero la otra temía que si lo averiguabas...
-Temías que mataría a tu querido amigo.
-En parte, pero lo que más temía, era perderte pero hice todo de la manera incorrecta y al final te perdí.- Bajo la cabeza en señal de arrepentimiento.
-¿Enserio me amas?
-Jamás mentiría con eso.- levanto la mirada para que viera que era sincero.
-¿y Peggy?
-Peggy siempre ocupara una parte importante de mi corazón, pero a quien amo es a ti y puedo decir con seguridad que te amo más de lo que la ame a ella.
El castaño se quedó viéndolo antes de empezar a derramar lágrimas, eso asusto a Steve.
-Perdona creo que no debí decirte nada.
-Jajajaja eres un tonto anciano.- se reía el genio sin dejar de llorar.- Pero yo también te amo.
Aquellas palabras llenaron de felicidad al rubio, rápidamente se acercó para estrechar a Tony entre sus brazos.
-No sabes lo feliz que me haces, y te prometo que de ahora en adelante haré todo para hacerte feliz.
-Espero que no mienta Capitán, sino haré que se arrepienta.
Ambos hombres se separaron, al escuchar la voz de Sharon quien estaba frente a ellos cruzada de brazos.
- Sha... Sharon.
-¿No tenías una cita?- preguntaba un sonrojado Tony.
-Así es, pero vine a ver como estaba mi hermano mayor, pero veo que está en buenas manos, así que seguiré disfrutando de mi cita. Por cierto Steve lo que dije es enserio.- Les sonrió, para darse la vuelta, para apurarse porque Marcus la esperaba afuera.
-¿Hermano?
-Al parecer tendremos muchas cosas que contarnos.
-Parece que sí, pero antes...
El de ojos azules agarro de la cintura al moreno y sin esperar lo beso, aquel beso fue lento cargado de tantos sentimientos y con la promesa de una larga vida juntos. Ambos se miraron por unos segundos expresando a través de sus miradas todo el amor que se tenían.
-Debes tener hambre, preparare algo de comer.
-En realidad lo único que quiero comer es a ti.- sonrió de forma lujuriosa.
-Tendremos tiempo para eso.
-Es mejor no desperdiciar el tiempo.- cargo a Tony como a un costal mientras se dirigía a su habitación, mientras escuchaba quejas y reclamos por parte de este, pero ya no quería esperar, Peggy le recordó que el tiempo pasaba de forma rápida y no deseaba eso. Hablando de ella, luego le preguntaría a su castaño sobre aquel mensaje. Aunque eso podía esperar, esto era más urgente.
"Gracias por las orquídeas"
Fin