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451 por katzel

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Notas del capitulo:

“Pero no considero que sea sociable reunir a un grupo de gente y, después, no dejar que hable”

 

Ray Bradbury

Interrumpí el momento fugaz de Holly y lo convertí en mi primer recuerdo vomitivo masivo. Lo siguiente que viene a mi mente era que me llevaban de los brazos al cadillac.

 

-- Socio, has hecho el manifiesto más brutal y honesto sobre el amor -- dijo Allen a mi oído mientras mis pies parecían pisar nubes y el horizonte se volvía oblicuo -- ...eres un poeta moderno e incomprendido, pero yo, te respeto profundamente.

 

Tristán le dio un golpe en el hombro e intercambiaron algunas frases. Me parece que en ese momento las chicas se fueron con Lovecraft. Mi cabeza estaba reventando.

 

-- Shhh, no te fuerces, esa botella no sólo tenía vino. Creo que alguien le echó algo que no debía -- dijo Allen envolviéndome en una manta y colocándome en el asiento de atrás--... ahora sólo recuerda la regla esencial: no-vomites-en-mi-auto.

 

-- No...

 

-- Perfecto.

 

Juraría haber sentido la mano de Allen, fría, nevada, apartando mis cabellos hacia un lado y quedándose por algunos segundos contemplando mi ojo abierto de mirada perdida.

 

Dormí largo tiempo. Desperté en la carretera, con música triste, de algo que podía identificar como country depresivo o qué se yo. Allen conducía y Tristán a su lado estaba embarcado en algo que parecía una discusión.

 

-- Debes agradecer que Indi se bebió la copa y arrojó todos sus pecados, Tristán, mi hermana está loca. Seguro le echó algo porque pensó que el primer sorbo era para ti.

 

-- Fuiste tú quien dijo que no habría problema si la rechazaba con firmeza, no quería hacerle daño.--refutaba el jefe de cabellos castaños.

 

-- A ver, a ver, calma. Mira, lo que te pesa realmente es no haber quedado como el caballero de brillante armadura. Pues te informo que no había otra forma. Ella está cruzando una gran depresión. Quiero que salga adelante pero los dos sabemos que no eres la persona ideal para ella. Holly es lo más importante para mí. Más que yo mismo. Te pido que no me haga elegir...

 

-- Nunca lo hice. Pero, ¿qué hay de nosotros? ¿qué está pasando con nosotros, Allen? - la voz perdió firmeza, temiendo la respuesta negativa.

 

-- No me presiones... no sé que hay... quizás también me estoy aferrando a ti... vamos, Tristán, el amor está sobrevalorado. No me pidas que te asegure algo que yo mismo ignoro... nos atraemos, nos... envolvemos... pero... mierda, cómo quieres que nombre lo que estamos haciendo...

 

-- No quiero presionarte - dijo más calmado -... pero deja de escapar. Tenemos algo más profundo que el sexo y lo sabes.

 

Tristán aproximó el rostro y Allen, en la semioscuridad se acercó para besarlo con total naturalidad. Momento en que mis ganas de estornudar traicionaron por completo el silencio.

 

-- Atshuuuuu!!

 

-- ¡Por el gran Bradbury, Indi está despierto! -- gritó el oscuro.

 

-- ¡Maldita sea, Allen, mira el camino, sujeta el estúpido volante!

 

Salimos de la ruta a velocidad supersónica y rompimos una cerca del camino, adentrándonos en terreno irregular, con las luces bailando por todos lados. La oscuridad nos comía a cada segundo. Un objetivo con sombrero fue iluminado en el chispazo fortuito para caer al segundo siguiente y ser aplastado por el peso de nuestro cadillac rojo.

 

-- ¡Mierda, mierda, mierda! - dijo Allen apretando el freno con el alma y deteniendo por fin el monsturo en el que viajábamos.

 

-- ¡No, no, no, no, imposible! - resopló Tristán tratando de aspirar aire por la boca.

 

-- Hemos asesinado a alguien -- sentencié irguiéndome con la manta en los hombros, totalmente recuperado y sobrio.

 

-- Alguien tiene que bajar a ver -- susurró Allen todavía con las manos en el volante.

 

-- Yo lo haré - dije ante que Tristán reaccionara y bajé al campo oscuro y frío. Lejos, en la carretera, los postes de luz formaban un camino de puntos brillantes. El aire cortaba el rostro. Debía ser muy noche. Tristán bajó para ayudarme y juntos nos arrodillamos. Encendió su la linterna de su celular y fuimos palpando, buscando los restos de nuestro desastre.

 

-- Un zapato viejo -- lo sujeté con verdadero terror. Trataba de serenarme, pero mis manos temblaban.

 

-- Este es su pantalón--. Tristan palpó algo bajo la llanta. Luego se quedó observando sus dedos.

 

Allen apoyó la cabeza en el volante, accionando el cláxon y todos saltamos asustados.

 

-- ¡Maldita sea, Allen!

 

-- Disculpen... estoy afectado...

 

-- No hay sangre aquí - dijo Tristán observando minuciosamente.

 

Entonces, en donde debía haber encontrado el talón, toqué algo que me desató la risa de forma brutal.

 

-- Indi, qué te pasa, estás bien.

 

-- Mierda, Indi se ha vuelto loco.

 

Negué sin palabras por el momento. Era un solo de carcajadas. Para más elocuencia, arranqué un pedazo de nuestra víctima y se las mostré en alto.

 

-- Es un... es... un espantapájaros...

 

-- No.... jajajjaa ay... ajajjaja woooo.... ¡¡qué maldito susto!!- celebró Allen.

 

-- Ufff... debo decir... no, no tengo nada que decir... caballeros, creo que podemos catalogar esta aventura de: locura total.

 

Pronto los tres estábamos sentados en el piso, en medio de la hierba seca, retorciéndonos de risa.

 

-- ¡Declaro a este kilómetro como la Hondonada del Hombre Atropellado! - soltó Tristán más relajado. Nos miramos por un rato y luego fuimos a revisar el auto.

 

-- Esta porquería se ha desconectado. La batería está fuera de lugar. Podría arreglarlo pero ahora no veo casi nada y Tristán me va a volver ciego si sigue apuntando esa porquería a mi ojo y no al motor.

 

-- Oh, lo siento.

 

Yo planeaba decir algo gracioso hasta que un disparo real sonó sobre nuestras cabezas.

 

-- ¿Quién entra a mi granja a estas horas? Arriba las manos, ¡voy armado! Deben ser los que se robaron mis gallinas, ¡juro que los voy a despellejar! Puedo ser viejo, pero todavía tengo fuerza.

 

-- ¡No dispare, no dispare, espere, los frenos se nos vaciaron y terminamos entrando sin querer no somos ladrones!

 

-- ¡Nombres, nombres, desgraciados!

 

No podíamos distinguirlo en medio de la oscuridad. Sólo veíamos la punta de una escopeta antiquísima yendo errática de un lado a otro.

 

-- ¡Antoine Pierce, hijo Kendrick Pierce, consejero del Senado, mi padre pagará la cerca y cualquier otra cosa!

 

-- ¡Arthur K. Douglas, hijo del médico en jefe del hospital central! Le juro que no teníamos idea de...

 

-- ¡Falta uno!

 

-- ¡Soy Chris Stanton... mi padre es Robert Stanton y mi abuela Lara Haydon! ¡Vivo en...!

 

-- ¿El nieto de Lara Haydon? -- su voz cambió por completo -... y por qué iban a esa velocidad en la carretera. Estamos en el cruce del camino hacia el centro poblado y la interestatal. Tu casa no está lejos, chico. Pasen a mi puesto. Dejen el auto ahí, nadie pasará por él en estas soledades. Nos llevaremos la batería y lo cerraremos por dentro. Vamos a mi puesto, les daré algo de beber.

 

Fuimos tras el viejo, aunque algunas películas de terror nos sugerían que no lo hiciéramos. Su piel cuarteada y sus ojos grises y fríos eran suficiente para poner a correr a cualquiera, pero nos trató con amabilidad cuando se dio cuenta que éramos quienes decíamos ser. Por otro lado era curioso cómo en situaciones de riesgo, lo primero que te viene a la cabeza es el nombre de tu padre y su posición en el mundo.

 

Bebimos chocolate caliente con algo de ron. Cuando el hombre escuchó nuestro relato le sacamos una sonrisa a su rostro mustio. Nos preguntó si queríamos quedarnos a dormir ahí, pero le dije que debía regresar a casa o me esperaba una golpiza. Se ofreció amable a hablar con mi padre en la mañana, pero insistí. En parte debo confesar que todavía tenía miedo a que me degüelle mientras dormía, pero no quería meterlo en problemas y más aún con su ruda amabilidad, exponerlo al imbécil de mi progenitor.

 

Tristán y Allen se deshicieron en agradecimientos y armados con una linterna fuerte, mantas cortas y un termo lleno de chocolate, nos pusimos en camino.

 

Antes de partir, aún dudoso, con la cara tras la reja de la puerta, nuestro anfitrión, el señor Drew, me despidió agregando: saludos para tu hermosa abuela.

 

-- Así lo haré - balbuceé.

 

Nos levantamos de hombros algo incrédulos y empezamos a andar.

 

-- Creo que tu abuela tiene un pretendiente - bromeó Allen codeándome.

 

-- No te metas con mi abuela...

 

-- Déjalo, hoy Indi ha sido el héroe de la aventura -- intervino Tristán en mi defensa -...el gran Bradbury no estaría más orgulloso de él. Y yo también. Ha sido intrépido como sólo un Indi debe serlo.

 

-- Está bien - se quejó Allen. Creí percibir en su voz cierto tinte de celos. --... pero para entretenernos, creo que podríamos jugar a preguntarnos y respondernos lo que nos venga en gana. Debo advertir que nada de lo que salga en esta conversación está siendo grabado y quedará entre nosotros.

 

-- Estoy de acuerdo - asentí.

 

-- Igual.

 

-- Bueno, ahora que la duda me carcome - susurró el oscuro- dime cómo fue lo de tu madre. No es usual que alguien de tu edad se suelte todo ese interesante pasado con tanta madurez. Aceptar a la novia de mamá y que ella misma de la noche a la mañana se enamore de una mujer.

 

-- ¡Allen!

 

-- Para empezar debo decir que fue un proceso largo de muchos años. Sé que cuando se casaron eran felices. Mi madre no terminó los estudios por tenerme pero no parecía afectarle. Entonces algo pasó. No sé qué, pero no pudieron sobreponerse. Mi viejo empezó a beber, me ignoraba. Durante años pensé que a lo mejor yo no era su hijo o algo así, pero cuando tuvo el accidente y cayó de un segundo piso en la petrolera me tocó donarle sangre, somos del mismo tipo y allí me evaluaron, dijeron que incluso éramos tan compatibles que podía donarle un riñón o algo así. No hubo duda de que biológicamente fuera mi padre. A pesar de la forma en que nos trataba, mamá nunca decía nada malo de él, hasta que empezó a enloquecer.

 

-- Y cómo le dieron la custodia con un historial comprobado de violencia...

 

-- Allen, deja de escarbar...

 

-- No, está bien. Entonces yo iba seguido a detención porque aunque aprendía bastante no tenía motivación para desarrollar nada. Me enviaron a la psicóloga y ella me derivó a ayuda social. Pasaba mucho tiempo conversando con la señorita Longnam. Era joven y divertida. Le hablé de papá y de mi entorno y llamó a mi madre. Desde que se conocieron hubo gran química, pero obviamente mamá no lo notó porque era una mujer muy tradicional y estaba cerrada a cualquier posibilidad.

 

-- Y para ti no era raro - inquirió el de ojos avellana. - ... que dos personas del mismo género se relacionaran de esa forma.

 

-- Pues ignoro por qué pero siempre he pensado que el género, el amor, la familia y los hijos son cosas independientes. Si alguien profesa amor a otra persona, si desea cuidarlo, envejecer con él, aprender y arriesgarse, da igual si es hombre o mujer el receptor, encontrará la forma de hacerle llegar el mensaje. Tener una pareja de otro género no garantiza la felicidad o la familia. Por ejemplo nosotros: acabamos de conocernos pero los siento como si estuvieran muy cerca, mucho más que mucha gente que ha convivido conmigo durante años. ¿qué es? no tengo idea, pero es real.

 

-- Gracias Indi. - dijo Tristán regalándome una mirada cálida.

 

-- Deberías dejar de ser tan perfecto, Indi - me desordenó los cabellos Allen. -... ahora, prosigue.

 

-- Mamá empezó a visitar la defensoría de la mujer. Mejoró notablemente. Hizo cambios en la casa. Al inicio intentó recuperar su matrimonio, pero papá estaba lejos de su alcance. Luego retomó los estudios. Fue entonces que el radar de mi padre se encendió. Fue a buscarla al instituto de mayores y le hizo una escena. Esparaba que hacerle pasar vergüenza la obligara a desistir, pero ella volvió mostrando carácter. Ese orgullo fue gracias a Aurora Longnam que le había enseñado a respetarse a sí misma. ¿Cómo podría odiar a alguien que valoraba de esa forma a mi madre? Y... luego vino la duda. La vi atormentada pensando en la trabajadora social como algo más que una amiga. No es que lo supiera tan claramente como lo cuento ahora, pero siempre fuimos cercanos y lo que ella sentía lo intuía yo también. Así que un día, cuando había decidido alejarse y no verla más, tuvimos una conversación. Supe lo que quería preguntarme, si estaba bien y me apresuré a decirle lo que pensaba y que no perdiera su oportunidad por mí. Todavía lo seguía negando, pero le mostré la ropa que había mojado con sus lágrimas antes de plancharla, al imaginar que tenía que alejarse de la persona que significaba tanto para ella. Sin juicios, sin prejuicios, sin culpa, le di la razón. Pasé días convenciéndola de que no valía cerrarse a esas emociones. Entonces quiso hacer lo correcto, dejar a papá para empezar de nuevo. No contaba con que él la había estado siguiendo y que la señorita Longnam, emocionada con la noticia le daría un fuerte abrazo - que terminaría en un cálido beso-. Hubo violencia y despidos. Papá gastó un dineral para que la evidencia fuera obviada y su caro abogado logró mover muchos hilos. Quedó en la banca rota para proteger su superioridad masculina. La pelea legal por mí fue una carrera de ego donde ganarme era demostrarle a esa "sucia lesbiana" que no podría salirse con la suya. Y ahora estoy aquí, y ni siquiera me va a criar. - lo cual es bueno para mí -. En todo momento le dije a mamá que no se le ocurriera separarse de su novia. Digo, se nota que es el amor de su vida no la pondría a elegir. Se ha pasado años cuidándome, es hora de que se tome un relajo hasta que cumpla la mayoría de edad. Entonces volveremos a vernos.

 

-- Guau... es... bastante complejo... - dijo Tristán.

 

-- Es bueno saberlo, Indi. Qué vida interesante la tuya.

 

Dimos algunos pasos en silencio. La tercera pendiente empezaba, estábamos cerca de casa.

 

-- Es tu turno, pregunta lo que quieras a quien quieras.

 

Lo pensé apenas, había algo que incitaba mi curiosidad, así que me volví a Allen.

 

-- Tu hermana se llama Lorelei pero le dicen Holly...

 

-- Así es.

 

-- Sin embargo cuando nos presentaste le dijiste "Maddy". ¿Su segundo nombre es Madison?

 

-- Oh... no. No tiene segundo nombre. Y tú deberías haber pedido a Sherlock Holmes.

 

-- Nunca le digas Maddy a Holly. Jamás. Ninguno lo hace. Sólo Allen puede hacerlo.

 

-- ¿Por qué?

 

-- Am... es una historia algo extravagante. Nada conmovedor como lo tuyo. Mi madre está loca. Y no es retórica. Es una insana. La hija de una familia adinerada que heredó una bomba de tiempo en el cerebro. Ya habían existido antecedentes femeninos, pero nadie creía que podía tocarle a ella. Mi padre - según lo has oído cuando el viejo nos quería meter un tiro - es Kendrick Pierce, consejero del Senado. En buen romance escribe discursos para que políticos ignorantes se presenten ante las cámaras. Es la más asquerosa perversión de su sueño de escritor. Oh, el tiene buenas palabras, es jodidamente conmovedor el desgraciado, y cómo no, si se atrevió a cortejar a la hija del dueño del diario donde empezó a trabajar cuando no era nadie. Fue aceptado y asimilado ya que se apresuró en olvidar cualquier cosa que le recordara su origen humilde. Al año parecía que siempre había tenido dinero. Si vieras cómo se maneja como un tipo importante. A veces me dan ganas de romperle la cara cuando lo veo aparentar. En fin, toda la locura de generaciones que estaba dormida dentro de mi madre despertó con los cambios hormonales del embarazo. Nadie podía imaginar cómo se iba a degradar: psiquiatras, pastillas, tónicos, violencia... nos dijeron que mejoraría en un ambiente familiar, pero mi abuelo y mi padre, ad portas de las elecciones consideraron que "no era conveniente para la familia" mostrar un miembro defectuoso y la internaron en un asilo. Luego nos mudaron aquí hace dos años para que nos quedáramos callados. Ahora, él hace una prometedora carrera en la capital como si fuera soltero y sólo nos viene a buscar para aparentar ser un padre ejemplar. Nosotros no sabíamos lo que tenía mamá, el descarado nos mintió en lo que pudo. Por fin pudimos visitarla y la encontramos totalmente ida. A Lorelei le afectó bastante. Yo lo sabía porque a pesar que parece fría es muy sensible. Si ella se destruye yo también lo haré - dijo esto mirando a Tristán - ... y fue mucho peor al saber que era nuestro nacimiento la causa de su locura. Lorelei escapó para verla, no sé cómo logró entrar, pero encontró a nuestra madre en estado de ansiedad. Mamá la atacó, por poco la mata. Mi hermana permaneció en shock durante varios días. No reconocía a nadie. Por primera vez vi a mi padre ante su cama, sufriendo. Extraño destino de un hombre al que no le importa refundir a su esposa en una casa de locos, pero se cortaría el brazo para salvar a su hija. Por eso imagino que no amaba a mamá. Nunca le ha importado. Sin embargo con Lorelei fue distinto. Un día - por fin me permitieron verla - , entré a su cuarto y me miró. Y le dije: ya estoy aquí, Maddy. Se lo dije sin pensar. Mad, significa loco. Maddy era como "loquita", ella parpadeó y me abrazó y entonces supe que todo iba a estar bien. Ella es mi Maddy, pero sólo para mí. Nadie más tiene derecho a llamarla así. Una vez alguien lo intentó y le arañó toda la cara.

 

Nos reímos los tres. Allen era agridulce. Contada por el, la historia se convertía en un cuento ligero. La carga dramática se disipaba. Tristán lo observaba con agrado. Podía entender por qué se había enamorado de él, y al mismo tiempo podía entender porqué el muchacho de ojos avellana estaba confundido con el jefe.

 

-- Ahora voy yo - guiñó Tristán.

 

-- Sigue...

 

-- Es para Indi: quiero saber cuánto de nuestra conversación escuchaste en el auto antes de que chocáramos.

 

Dos rostros escudriñaron mi expresión en lo poco que la luz del candil podía alumbrarme e hice un gesto culpable y confuso.

 

-- ¿Ah?

 

Nos detuvimos.

Notas finales:

Escribí este cap con "Anthem for Already Defeated", una canción de Rock Plaza Central y es la canción que Allen estaba escuchando en el Cadillac.

https://www.youtube.com/watch?v=nK-YsL58VDs

Sólo deseaba compartirla. La escuché por primera vez en la película de zombies, "The Battery", una cinta bastante interesante si quieren romper un poco ciertos estereotipos grandilocuentes sobre las cintas de zombies. 


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