Lothlorie se hallaba cubierta de una fina capa de nieve, el invierno había llegado al reino. Galadriel leía un libro cuando, uno de los galadhrim se presentó ante ella.
─Mi señora, Lord Celeborn acaba de llegar─ Ella asintió, dejando el libro de lado, se levantó con elegancia y salió al talan principal a recibir a su esposo.
En todo el camino, los galadhrim habían recibido a su señor con reverencias y alabanzas. Fue un mes el tiempo que partió, sin embargo para los elfos del reino había sido un largo tiempo, su señor no solía ausentarse por tanto tiempo.
En vez de subir los talanes Celeborn decidió primero ir a dejar a los caballos en compañía de Haldir, a pesar de que este le comunico que Galadriel lo aguardaba en el talan principal. Luego de guardarlos, caminaron en silencio, durante el camino, los consejeros y demás miembros los saludaban y aliviados por su regreso antes del invierno.
Radiante como siempre, Galadriel le sonreía desde su trono, Celeborn devolvió el saludo y subió hasta el trono propio al lado de la elfa blanca. Los dos señores se veían imponentes, brillaban con luz propia. Los demás presentes se inclinaron como muestra de respeto.
─A tu reino le alegra saber que su señor regreso a tiempo para resolver los problemas que supone el invierno─
─Estoy seguro, que, estas muy bien calificada para atenderlos Galadriel─ Ella sonrió alagada y soberbia.
─El almuerzo será servido a la hora de siempre Celeborn, la reunión con el consejo se llevara a cabo en la noche, siéntete libre de descansar─
─Gracias─
Ambos ingresaron a la habitación que compartían, la gran esbelta cama en el centro, con suaves y finas telas sobre ella, los escritorios labrados con sutileza, a un lado los elegantes vestidos y las resplandecientes joyas de la Noldor, su mesa con un gran espejo y demás artículos que solía usar. Los grandes ventanales y el balcón al centro, mientras al otro lado yacían las túnicas y demás indumentarias del teleri, una repisa con diversidades de libros, una mesa con decoraciones donde reposaban sus tiaras y broces, junto a un no tan desmedido espejo.
Tomo una simple túnica gris con bordados en seda y se dirigió ala cuarto de baño. Estaba cansado, pues, el viaje había sido largo, a medio camino fueron presas de una nevada, avanzar en esa nieve con los caballos fue todo un desafío. Al salir se dio cuenta que se hallaba solo, de cierta manera eso lo tranquilizo, podría descansar sin estar al pendientes si su esposa trataba de leer sus pensamientos. Se recostó cerrando inmediatamente los ojos, con un solo rostro en su mente.
Thranduil.
**
─Mi señora, partiré a las fronteras del norte a reunirme con Rúmil, tengo entendido que necesitan ayuda─ Haldir pedía amablemente a la Noldor.
Esta se hallaba en los jardines traseros leyendo un libro. Tan diferente paisaje al de Mirkwood, pensó el galadhrim, hecho que no pasó desapercibido para la elfa.
─Haldir, tenia entendido que irían a visitar a Elrond, sin embargo fueron hasta el reino de Mirkwood─
─Fue algo que Lord Celeborn decidió, mi deber era acompañarlo─
─Como capitán del reino, no deberías abandonar tu puesto tan a la ligera─
─Rúmil está en condiciones de reemplazarme mi señora, yo mismo lo entrené, el reino no se halló desguarnecido en mi ausencia. ─ La elfa apartó su mirada del libro para mirarlo fijamente.
─Es bueno saberlo, me alegra saber que cuidaste tan bien a Celeborn mientras se hallaba en tierras extranjeras, espero y le haya dado mis saludos al rey sinda─ Haldir bajo la cabeza sin saber que responder, no le gustaba estar en medio y por el bienestar de la situación oculto cada acontecimiento que involucrase a su señor y el Rey Thranduil, dejando solo lo protocolar a vista y paciencia de su señora. ─Sé la amistad que tienen, es bueno que se relacionen después de todo─
─Los elfos silvanos nos recibieron cálidamente, la estancia fue tranquila─
─Eso es bueno, después de todo somos los últimos elfos en Arda─ Le sonrió al capitán.
─Mi señora─
─Tienes mi autorización, puedes partir cuando desees Haldir─
─Así será─ El elfo se retiró en silencio, estar lejos era lo mejor, al menor por ahora.
La sonrisa se borró de los labios de la Noldor, no había nada fuera de lo normal en Haldir, no había estado al lado de Celeborn en varias ocasiones y había situaciones que no encajaban. Negó levemente y regreso su vista a la lectura, paso la página con lentitud admirándola, para luego respirar profundamente y continuar su lectura.
**
Celeborn se despertó justo a medio día, el cielo se hallaba cubierto de nubes, pronto nevaría por lo que opto por un abrigo, trenzo sus cabellos y bajo al salón. Tal y como se lo dijo Galadriel la comida estaba servida a la hora exacta.
─La comida está caliente, despertaste a tiempo─ Galadriel apareció tras el avanzando a su asiento al otro extremo de la amplia y elegante mesa.
Celeborn tomo su lugar en el extremo opuesto al de la elfa y se dispuso a comer.
─Oí que fueron a Mirkwood─
─Hacía mucho tiempo que no visitaba las tierras de Oropher, Mirkwood es un bello reino─
─Lo es, sin embargo no tenemos comercio con ellos─
─Están demasiado lejos para ello. Pero las relaciones entre todos deberían ser siempre buenas─
─Veo que te encargaste de ello─
─Lo hice, la paz entre los reinos es paz para nosotros─ Ella sonrió mientras llevaba un bocado a su boca. Celeborn imito la acción, no había mucho que compartir, por lo que comieron en silencio.
**
Celeborn oía atentamente cada punto de la reunión, le alegraba el hecho de que había reservas suficientes para afrontar el despiadado invierno, los elfos de Lothlorie había tenido tiempo para prepararse. Los temas de comercio y política estaban relativamente bien, sin embargo existían problemas con los límites al norte, estaban siendo asediados por orcos.
─Haldir partió esta mañana con una tropa hacia el norte, podemos confiar en que mantendrá a raya a los orcos durante este invierno─
─Mi señora, la mayoría de nuestras tropas se concentran el norte, el bosque está más desprotegido ─
─Lo mismo pensé, sin embargo, el segundo a mando, Rúmil cuida del bosque─ Parecía que el elfo Noldor refutaría cuando Celeborn tomo la palabra.
─Le aseguro, que no tiene que temer, todos los elfos de nuestras tropas están bien calificados, su seguridad está a buen recaudo con Rúmil─
─Señor Celeborn, es bueno que haya regresado al reino para el invierno, oímos que estuvo en Mirkwood─
─El Rey les manda saludos, estimados noldors─ Todos parecieron satisfechos con las palabras. ─Si no hay otro asunto que tratar─ Dio un pequeño lapso de tiempo─ Pues se da por finalizada esta reunión, Efinwë por favor llevas los documentos de la comida almacenada a mi oficina, gracias a todos por su tiempo─
Todos se levantaron y se retiraron con una leve venia hacia los señores del reino. Celeborn se dirigió directamente a su oficina, se había ausentado por un largo tiempo y había una ruma de documentos que lo esperaban.
**