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El Llamado de los Muertos por Arince Bezariune

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Notas del capitulo:

Ya llegue!!! y disculpen la demora pero tuve que investigar un poco jejeje ^^

Conty!

Los rayos del sol anunciaron el inicio de un nuevo día en el mundo, mientras que la alarma de su teléfono le anunciaba el inicio de un nuevo día escolar.

Con algo de pereza fue abriendo lentamente sus inusuales ojos para adaptarse a la luz natural que le brindaba su ventana que, como desde hace una semana, se encontraba abierta en las mañanas.

"¿Me habré vuelto sonámbulo?", se preguntó mientras se tallaba los ojos y se sentaba, sintiendo así la brisa que movía las delgadas cortinas. 

Abrió los ojos más de lo habitual para después voltear hacia todos lados su cabeza... Nadie... Nadie más que él estaba en esa habitación, así que se trató de calmar.

Desde hacía un tiempo, un poco antes de que la ventana amaneciera abierta, creía escuchar una voz que le decía "buenos días", pero siempre era igual: Solo estaba él y nadie más, por lo que le restó importancia.

No era la primera vez en su vida que pasaba, después de todo.

Dio un pesado y cansado suspiro, tomó su teléfono para quitar aquella melodía que había puesto de alarma para después estirar sus brazos hacia el frente.

—Buenos días —le dijo a Medianoche, su lechuza, específicamente un cárabo común, que se encontraba ya dormido en su jaula por lo que simplemente la cerró—. Al menos hay algo bueno en el hecho de que amanezca la ventana abierta —le comentó, pues así el animal tenía unos minutos más de descanso. De pronto escuchó algo parecido a un murmullo cerca de la jaula, miró hacia la izquierda del objeto pero no vio nada—. ¿Me estaré volviendo loco? —se preguntó para ver de nuevo a su mascota— Creo que no —respondió al ver que el ave también veía al mismo sitio donde él había fijado su vista. Este giró su cabeza un poco más para asegurarse de que nadie, además de su amo y él, se encontraban en la habitación, al notarlo así puso su cabeza de nuevo en su posición natural para mirar a su dueño con aquellos ojos completamente negros y misteriosos, pero a la vez hermosos, que poseía y cerrarlos para volver a dormir.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

—¡Piko! —Escuchó que la voz de su madre que lo llamaba desde la planta baja cuando ya había terminado de alistarse para el colegio— ¡Baja a desayunar! —Escuchado esto, el joven tomó su mochila para bajar las escaleras y así ingresar al pasillo que conectaba la sala y el comedor.

Pronto sintió que su nariz era deleitada por el agradable aroma del espagueti a la boloñesa y estaba en lo cierto, en la mesa de encontraban tres platos de aquel platillo italiano. Sentada frente a uno de ellos se encontraba su hermana menor que, como era muy común, se encontraba leyendo un libro. La niña de doce años, al notar la presencia de su hermano, sonrió y se paró. En ese momento su mamá salió de la cocina con una jarra de cristal con limonada en sus manos, al igual que la menor sonrió al ver al chico.

—Buenos días, cariño. —Le saludó esta última mientras dejaba el objeto en la mesa y se acercaba al de cabello blanco.

—¿Y esto? —preguntó el muchacho, totalmente extrañado ante aquel espléndido desayuno en el comedor. Su hermanita rio.

—A veces eres despistado, hermano —comentó, Piko se quedó mirándola con aún más confusión.

—¿Eh? ¿De qué hablas? —cuestionó. La mayor sonrió.

—Hijo mío, ¿qué fecha es hoy? —El único varón miró hacia arriba sin mover su cabeza, tratando de recordar.

—Eh... —habló al no tener ni la más mínima idea.

—Mi niño, hoy es 8 de diciembre —recordó la mujer posando sus manos en las mejillas de, para ella, su nene—. Hoy cumples 16 años —dijo con una inmensa sonrisa mientras acariciaba con los dedos pulgares parte del rostro de su primogénito.

—Ah... Es cierto... —murmuró recordando la fecha. La adulta rio un poco para después ponerse un poco de puntillas y besar la frente del adolescente, quien ya era un poco más alto que ella.

—Felicidades, hijo. —La mujer tenía una sonrisa de oreja a oreja que contagió al Utatane.

—Gracias, ma'. —Sintió que unos brazos lo abrazaban de la cintura por su costado derecho, volteó encontrándose así con la gran sonrisa de quien tenía por hermana.

—Feliz cumpleaños, Piko. —Le deseó esta.

—Muchas gracias, Piku — respondió el chico revolviendo el pelo a la niña, correspondiendo la muestra de afecto de esta forma.

Después de aquel desayuno familiar, el muchacho se fue a la preparatoria donde estudiaba su primer año. Durante esa mañana recibió la felicitación de todos los de su grupo y también la de sus maestros, pues sus compañeros le decían con cierta esperanza de que les mande menos tareas para la casa, cosa que muy extraña vez sucedía pero no era dejado de intentar.




 

 

 

 

 

 

 

 

Ya era al rededor de la 1:30 de la tarde, la hora de la salida de la secundaria había sido unos 10 minutos aproximadamente y una niña de cabellera blanca se paseaba en la gran biblioteca que se encontraba a unas cuadras de su casa, buscaba algún libro que le llamase la atención hasta que encontró un pasillo algo apartado en el tercer y último piso con libros bastante particulares.

—Libros de ocultismo... —susurró al leer la portada de uno de ellos. Volvió a dejar el libro en el estante y siguió leyendo algunos títulos por los lomos, casi todos estaban en inglés más para ella no era problema alguno, no por nada se había saltado dos años en la escuela.

La niña estuvo un rato mirando los títulos y a veces se atrevía a dar una ojeada, pero no pasaba de allá. Una vez que ya había terminado con los que estaba a su alcance alzó su vista y encontró un libro que estaba asentado hasta lo más alto del estante. Una inmensa y extraña curiosidad la invadió de repente y, sin pensarlo mucho, acercó la escalera al lugar donde se encontraba el libro. Dejó su mochila en el suelo y, con mucho cuidado, comenzó a subir la escalera, que rechinaba cada vez que subía un peldaño por lo vieja que estaba.

—Solo un poco más... —dijo tratando de estirar los más que podía su brazo izquierdo— ¡Lo tengo! —exclamó victoriosamente y en un tono bajo al tener el libro polvoriento en su mano. Bajó con el mismo cuidado con el que subió y, una vez estuvo en suelo firme, le comenzó a quitar la espesa capa de polvo que tenía aquel objeto con su mano libre provocando que la tierra se fuera al suelo. Leyó el título:

Mortuis de Vocare

"Suena como latín" concluyó para después agarrar su bulto y salir disparada a la sección de diccionarios. Una vez ahí, comenzó a buscar el diccionario que necesitaba para traducir el título en la parte media baja de los estantes, pues aunque no era una lengua que se use en la actualidad, si era una lengua madre.

—Aquí esta —se dijo para tomar el diccionario y bajar los dos peldaños que había subido de la escalera. Tomo el misterioso libro y fue rápidamente hacía el área de mesas en la que solo había unas cuantas personas. "Que extraño...", pensó, "generalmente hay un poco más de gente." Aunque era raro, decidió no darle importancia al asunto y se encamino a una mesa vacía para comenzar a traducir el título de aquel libro viejo, mientras tomaba nota en una de sus libretas para no olvidar las palabras.

"¿Muertos de llamar?". Confundida, leía las palabras en su libreta una y otra vez. "Creo que... tendré que ver cómo se comporta y se conjuga esta lengua...", pensó antes de tomar su teléfono y buscar las palabras en español y traducidas al latín, la página traía un anexo de distintas oraciones traducidas al latín.

—Llamada de los muertos... La llamada de los muertos... —Terminó por deducir la niña después de ver muchos ejemplos—. Que curioso nombre —dijo antes de abrir con cuidado el libro de hojas delgadas y amarillentas por el paso del tiempo. Pasaba las páginas con sumo cuidado y buscaba una que otra palabra, había unos cuantos dibujos que, por el nombre del libro, le hacían pensar que eran fantasmas. Traduciendo los títulos de los temas que estaban ahí, descubrió que hablaba sobre la muerte, el Más Allá y de los espíritus que se dividían en dos: Los espíritus de luz y los espíritus de oscuridad.

Siguió inspeccionando el libro cuando se dio cuenta que la antepenúltima y última página habían sido arrancadas, mientras que en la penúltima había una especie de poema. Sintió nuevamente curiosidad, por suerte vagando en internet encontró una página que podía traducir frases del latín a su idioma... Aunque no del todo correcto, pero para eso servía el diccionario y con ello podía consultar en donde tenía sus dudas. Anotando las frases en su libreta y corrigiendo una que otra, obtuvo como resultado el siguiente texto:

El Cantavis-mors será aquel
Que sea el primero de los hijos
De una séptima hija
De una séptima hija

Aquel que nazca en el Poseidón
En el número del poder
En la hora muerta
Con un ave de Atenea
Y el que la muerte sea

Tres años después de ver a Apolo
Su energía será despertada por completo
Para que en el año y día de la muerte
Pueda evitar el fin de la vida y la muerte

"Esto es muy extraño", pensó leyendo el poema. "¿En el Poseidón? ¿Después de ver a Apolo?", se preguntaba— Quizás sea una especie de profecía... —se dijo para pararse, guardar sus cosas, tomar los libros y buscar uno de simbología griega y otro de numerología e irse con la bibliotecaria.

—Buenas tardes, Miku —saludó cordialmente a la joven bibliotecaria de cabello negro que se encontraba tecleando algunas cosas en la computadora, esta miró a la niña con sus ojos rubíes.

—Buenas tardes, Piku —respondió la muchacha girando la silla para poderla de ver con el cuerpo hacia a la niña—. ¿Se te ofrece algo? —preguntó con una sonrisa.

—Solo que me dé estos libros por favor. —Asentó los objetos mencionados en el escritorio semicircular. La mayor pareció extrañada.

—¿Ya te vas? Generalmente te vas más tarde. —Comenzó a ver los libros que había tomado la menor.

—Sí, lo que pasa es... —Empezó a decir la de, al igual que su hermano, ojos de distinto color.

—¿De dónde sacaste esto? —la interrumpió la de pelo negro sosteniendo el viejo libro en sus manos.

—Ah... Lo... lo encontré en la parte de encima del estante... En un pasillo dónde había algunos libros de ocultismo... —respondió algo nerviosa de que no le diera el libro. La mujer, de no más de 23 años, se quedó mirando el libro con los ojos entrecerrados, como preguntándose algo. Después de unos segundos volvió a dejar el libro sobre el escritorio, poniendo su vista a la computadora.

—Está bien, dame tu tarjeta —le dijo a lo que la niña obedeció y le dio el objeto. La de mirada rubí pasó la tarjeta por el escáner de código de barras y en seguida apareció en la computadora una foto junto algunos datos personales de la menor—. Me decías —habló para que siguiera el diálogo que había interrumpido mientras comenzaba a teclear.

—Ah, sí, lo que pasa es que me parece que vamos a salir un rato debido a que es el cumpleaños de mi hermano —la mujer dejó de escribir de repente—. ¿Sucede algo?

—No, no te preocupes —siguió con lo suyo, tomó el mouse—. Y cuéntame, ¿cuántos años cumple tu hermano?

—Dieciséis —respondió la niña. La mujer paró un momento para mover sus hombros y después siguió con lo que hacía.

—Ya veo —comentó—. ¿Tienen alguna mascota?

—Mi hermano tiene una lechuza, ¿por?

—Nada, simplemente curiosidad. ¿No es así, James? —le habló al jilguero americano que estaba en una jaula en la parte de atrás del escritorio, en un lugar donde la luz casi no llegaba. El pajarito dio un pequeño y no muy ruidoso silbido mientras movía su cuerpo de adelante a atrás a modo de afirmación. La niña sonrió.

—Si que lo tienes bien entrenado, mientras no le hables se mantiene calladito —comentó Piku, pues era la primera vez que oía al pájaro cantar—. Al principio pensé que era un pájaro de mentira por que no cantaba —admitió viendo al ave—. Oye, ¿y no le molesta que siempre este en la sombra? Escuché que a los pájaros les gusta que les de un poco de sol.

—Eh... No, de hecho le gusta estar ahí —le respondió la mujer dándole los libros—. Espero verte el viernes.

—Sin duda alguna —dijo con una sonrisa la Utatane—. Adiós, Miku. Adiós, James. —se despidió para salir de la biblioteca.

—¿Crees que sea él? —preguntó la de cabello negro en dos coletas mirando al jilguero, quien le dio una mirada que no era de un animal, sino de un ser pensante...




 

 

 

 

 

 

Regresando a su casa, Piku saludó a su madre, quién se encontraba en la sala viendo un programa de televisión, y se fue directo a su cuarto. Puso los libros, la libreta y su teléfono celular en el escritorio, abrió las cortinas para dejar que la luz natural entrara al cuarto y no forzara su vista a leer. Dejó su mochila en su cama.

—Bien —dijo tomando asiento frente al mueble donde estaba lo que necesitaba—, ahora a decodificar el poema. —Dicho esto abrió su libreta y leyó el primer párrafo del texto.

—OK, el supuesto Cantavis-mors será el primer hijo de una séptima hija que a su vez es hija de una séptima hija... Si no recuerdo mal creo que leí en una novela en la que mencionaban una leyenda que decía que la séptima hija de una familia que tuviera seis niñas sería una bruja por naturaleza... Por lo que la madre del Cantavis-mors sería una bruja al igual que su abuela. Bien, eso ya está. —Anotó su conclusión en su libreta y leyó el segundo párrafo.

—Aquel que nazca en el Poseidón... —"¿Un lugar, quizás ?", pensó tomando el libro que había traído sobre Grecia y buscó en el índice lugares, pero no encontró nada. "Tal vez es un mes o una fecha griega hecho en honor a ese dios", esta vez buscó en el índice el calendario de la cultura. Una vez hallado, se dirigió a la página y efectivamente, había un mes dedicado al dios de los mares y ese actualmente era conocido como:— Diciembre. —Lo anotó en su libreta. Después de ello, tomó el delgado libro de numerología y fue leyendo que significaba cada uno hasta que se topó con el que buscaba— Ocho —lo anotó. Tomó su teléfono y puso en el buscador "Cual es la hora muerta?", encontrándose con algo que heló la sangre— 3:00am... —comenzó a juntar lo que había puesto y es que decía que el Cantavis-mors nacería un 8 de diciembre a las 3 de la madrugada— ¡Pero si mi hermano nació un 8 de diciembre a las 3 de la mañana! ¡Y encima tenemos 6 tías y mamá es la séptima! ¡Además que ella y mi abuela suelen curarnos con plantas al igual que las brujas! ¡Y el que me haya topado con este libro justo hoy es muy extraño! —exclamó para luego agarrar el libro de Grecia y buscar que significado le daban a los animales— Por favor... que no sea lo que pienso... —desgraciadamente lo que pidió no se pudo cumplir— ¡La lechuza era considerada ave de Atenea! ¡Y Medianoche es una! Pero... ¿De la muerte? No dice nada de eso pero... Será que... —se quedó pensando— seguiré con lo demás, luego veré ese libro que compró Piko de esas aves. —dijo y leyó el siguiente párrafo.

—Tres años después de ver a Apolo... Debe ser una fecha —Buscó y nada— ¿Un ritual? —Buscó de nuevo en el libro, encontrando así que los griegos a los 13 años tenían que dejar todos sus juguetes en el templo del dios mencionado para comenzar a prepararse para la vida adulta—. Entonces significa que a los 16 años los poderes del Cantavis-mors serán despertados por completo... Esto en serio que me está asustando —pensó, pues hoy era el décimo sexto cumpleaños de Piko—. Para que el día y año de la muerte... Si no me equivoco, en México hay algo llamado el día de los muertos y es en Noviembre primero y segundo... ¿El año? —lo puso en el buscador, pero no salió nada—. A lo mejor es un número —Buscó el 'número de la muerte' y lo encontró—. 14...14...¡2014!— exclamó con miedo pues el siguiente año sería aquel que mencionó—. Esto no es una coincidencia... —se dijo por lo tan exacto que era.

Fue al cuarto de su hermano y entro silenciosamente para no despertar a la ave que se encontraba dormida, tomó el libro que quería, que no era muy grueso, y salió. Rápidamente buscó la especie que su hermano tenía.

—Esta ave por el aterrador sonido que provoca en muchas culturas se le ha relacionado con la mala suerte o la muerte... —leyó y sus manos comenzaron a temblar. Sin esperar un segundo más bajó las escaleras y fue hacia el comedor donde se encontraba su madre sentada frente a la computadora trabajando— Mamá... —la llamó.

—¿Qué sucede, nena? —respondió la mujer sin despegar la mirada de la pantalla. La niña tragó saliva.

—Ma'... ¿Cuántas tías tenías? —preguntó temiendo la respuesta. La mayor se quedó pensando unos segundos y después contestó.

—Seis, tu abuela al igual que yo era la séptima hermana, bastante curioso a decir verdad, ¿por qué lo preguntas? —respondió haciendo que la menor abriera los ojos como platos, pero esta estaba tan concentrada en su trabajo que no se dio cuenta de ello.

—P-por nada... solo curiosidad... Gracias —dicho esto subió rápidamente las escaleras y se encerró en su habitación leyendo con miedo lo que había descubierto—. Mi hermano es el primer hijo de mi madre que es la séptima hija de una séptima hija y ambas usan las plantas para curarnos de los males al igual que las brujas... Nació un 8 de diciembre a las 3 de la mañana... Tiene un búho cuya raza es relacionada con la muerte... A los dieciséis años, ósea hoy, sus poderes deben ser despertados y yo me topo con este libro además que el año de la muerte es 2014, que curiosamente será el siguiente año y en el día de muertos seguirá teniendo dieciséis... ¡Mi hermano es el Cantavis-mors que evitará que la línea de la vida y la muerte desaparezca! —exclamó antes de oír que Piko avisaba que ya estaba en la casa y comenzaba a subir las escaleras. Sin pensarlo mucho, salió de su habitación encontrándose con la figura de su hermano yendo a su cuarto, debía decirle su descubrimiento —¡Piko! —le llamó, haciendo que este la mirara con el cuerpo algo inclinado al igual que su cabeza...

Notas finales:

Y eso es todo por ahora! (Me quedó más largo de lo que pensaba) Desgraciadamente me tengo que ir pero solo diré una cosa: atentos a los personajes y a las acciones que no las menciono por nada....y también nada es lo que parece...así que ya es todo -^^- Espero que les haya gustado y le aviso otra cosa: me van a castigar (de nuevo) xD no soy muy buena en la escuela que digamos...ñe lo bueno es que cambiaron a la maestra y ya le entiendo a este maestro jejeje (aunque la antigua no era mala, solo no le entendía del todo)

Bye-biiiii~!

 

NOTA IMPORTANTE: Me encuentro editando la historia, sin embargo, antiguamente el nombre de "Cantavis-mors" era de "Keyo-mors", por lo que no se confundan cuando lleguen a leer aquel nombre en futuros capítulos.


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