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La increible, absurda, curiosa y tierna historia del embarazo de Yukito! por Lory Backon

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Notas del capitulo:

Hola a todos!

Una disculpa se que he estado un poco o mucho muy ausente pero bueno aquie esta la conti espero les guste y sigan leyendo la historia que la verdad no he tenido mucha inspiracion en esta etapa, ya solo quedan unos cuatro capitulos a lo mucho.

Un abrazo a todos!

Lory B.

No podía... No podía dejar que nadie hiciera daño al bebé. Sentía como mis sentimientos líquidos en cualquier momento saldrían a flote, no podía permitirme eso.
- Yuki...
- Lo siento Touya pero... Vete por favor...
- No!
- Touya por favor, no me siento bien.
El me miro con aquellos ojos hermosos. Los ojos de Touya eran mis ojos y yo no quería que lo mío se fuera así como así, como el agua entre los dedos.
- Yuki como es que te vas a sentir bien en tu estado? Carajo porque me mentiste?
- Ah?!
- Sigues embarazado!
- No!- Dije cubriéndome la barriga la cual aún no brotaba.
- Ah no?
- No!
- Júralo por mi vida.
- Que? No!- Dije fastidiado.
- Júralo Yukito Tsukishiro.
- No voy a jurar nada! No tengo por qué jurar nada!
Touya se acercó a mi lugar en la cama y me abrazo de nuevo.
- Yuki no volveré a dejar que nadie ni yo mismo te haga daño. Por favor no me niegues a mi hijo, a nuestro hijo. No me niegues tu amor...
Sus palabras me desarmaban una vez más y ya casi no me quedan fuerzas para seguir resistiendo me.
- Yuki, escucha, no volveré a dejarte, voy a pelear por ti como un guerrero feroz para que nadie te vuelva a hacer daño... Yuki...
Acaso Touya estaba llorando? Intenté subirlo la mirada pero este me tenía bien sujeto en sus brazos.
- Touya yo...
- Yuki no voy a dejar que el miedo vuelva a ganarme la batalla. No te voy a perder por un miedo tonto, es por eso que te pido... No! Te suplico que me prestes tus sueños Yuki, los sueños de tu corazón, cada vez que tenga miedo voy a cubrir mis miedos con tus preciosos sueños...
- Touya por favor...
El beso mis cabellos, no podía soportar más su presencia a mi lado.
- Vete!
Dije haciendo acopio de todas mis fuerzas.
- Vete Touya es lo mejor. Yo... Dese tan solo que te vayas por favor.
Este se separó de mi lado y me miro con desconcierto.
- Pero...
- Lo siento pero ya no es tiempo de volver, hemos tomado caninos separados y yo ... Yo no quiero ya regresar.
- Yuki...
- Touya por favor, no me lo pongas más difícil...
- Dime qué no me amas.
- Ah?!
Su respuesta me hizo reaccionar de inmediato, su mirada estaba rota y chocó con la mía.
- Que?!
- Que me digas que no me amas más.
Yo baje la mirada, como podía pedirme algo así? Eso era una trampa, él no me dejaría en paz, pero había tanto entre nosotros que no había otro método de borrarlo.
- No te amo.
Dije en una voz queda.
- Solo más fuerte cobarde!
- No te amo- Repetir mecánicamente.
- Que lo digas fuerte, así podrás escucharte y creértelo mentiroso!
Touya me tomo de las mejillas con rudeza y me obligó a mirarlo a los ojos.
- Repítelo....
- No te amo...
- Esto es demasiado real Yuki, estás seguro?
Asentí mecánicamente.
- Mírate nada más, eres un maldito mentiroso, mírate! Por Dios eres un cobarde! Estas llorando!
Abrí los ojos como platos al sentir la humedad de mis mejillas.
De inmediato una aire de luz se había presente, Yue venía a rescatar me.
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- Yue!
Extendí mis alas, mi vientre estaba demasiado hinchado y mis piernas ni que decirlo, era un mal momento pero debía sacar a Touya del camino. Él tenía tanto que hacer y que vivir, que un hijo y dos amantes estaban de sobra.
Tal cual lo pensé la luz resplandeciente de aquel humano me cautivo como siempre, era un resplandor único y brillante, aun así deje mi gesto de aburrimiento.
- Touya no te amo.
Lo dije tan seguro de mí que mi propio corazón se asustó de lo real que sonó aquello.
- No, no es cierto.
- Touya vete de nuestras vidas
- Yuki eres un cobarde! Y tú también Yue!
- Por qué?
- Porque lo que dices es mentira! Ah pero admito que eres muy bueno en esto, al menos eres mejor que Yuki.
Y él era muy bueno seduciendo que era todo una vil y cruel mentira, que ver su rostro, que tenerle cerca era como hacer realidad los sueños que tenía últimamente donde estábamos juntos de nuevo y todo era placentero.
Él era tan perspicaz que sabía que su voz me hacía enloquecer, tan solo su voz, era su voz lo que me hería, me causaba un dolor interno que tenía que disimular pero no podía sostener la farsa por tanto tiempo.
- Touya si eso te sirve de consuelo puedes llevártelo contigo,  pero por favor no vuelvas.
Sus ojos expresaron primero una tristeza profunda y después un terrible odio, si! Ódiame Touya! Así garantizaba su felicidad!
Bajo sus ojos inquisitivos me encontraba yo, luego el me dio la espalda y se sentó en la cama a mi lado.
- No puedo...
- Ah?
- No puedo odiarte.
- Pero ...
Su rostro se volvió a mi hecho un desastre, era un mar picado de sentimientos de tristeza.
- Yue, este dolor es demasiado. No importa que pase... No importa si de verdad ya no le amas, no me importa si estás mintiendo, no me importa sabes? Tú siempre, siempre vas a tener todo de mí.
Se encontró y vi como unas gotas corrían con prisa por sus afiladas mejillas, Touya estaba más delgado de lo usual.
Cerré los ojos y pregunté a Yukito que deseaba hacer.
Dentro de mi podía sentir la vida que me dejaba y abría paso a nuevas....
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- Que deseas Yukito?
Este volvió el rostro y dijo.
- Yo solo soy una identidad de repuesto, porque me preguntas?
- Por que Touya está allá afuera y al que Touya ama es a ti.
- Ah?
Yukito me miro con terror y sorpresa.
- Pero...
- Descuida no me molesta ... Tanto!- Dije mostrándole una sonrisa.
- Desde que le conocí supe que él me amaba porque era parte de ti, y aunque tú seas sólo una identidad es esa parte la que el ama y eso es válido.
- Pero...
- Yo estaré bien, después de todo soy la parte fuerte de nuestra esencia y además todo este tiempo la he pasado de maravilla pero dime qué deseas? Deseas quedarte con Touya?  Deseas dejarle libre?
Yukito aguardo en silencio, temblaba como una hoja, sus sentimientos eran tan claros que no dudaba en poderlos comprender.
- Yo....Yo solo quiero que sea feliz pero evidentemente no supe hacerlo bien. Estoy tan cansado de todo esto, Yue en serio estoy cansado de estar así, estoy cansado de temer a estos sentimientos.
- Yukito- Seque una de sus lágrimas que rodaba por su mejilla cuesta abajo- Amas a Touya?
En aquel instante los recuerdos de su mente brotaron como canicas. La primera vez que se vieron, ese baile, las mañanas rumbo a la secundaria, las lágrimas de Touya cada que veía a su mamá... Yukito sufría esas visiones con él, cada tanto le escuchaba decir aquello de que era una pena que solo el  la viera aunque nunca le confesó todo abiertamente pero bastaba con que él estuviera a su lado para secar esa fuga de sus ojos, las mañanas en la preparatoria Tomoeda, ver a Touya en el club de soccer, animarlo, ver como el protegía a su hermana, cuando Touya cayó de aquel barranco y se fracturó, el sería sus piernas y su apoyo, cuando Touya enfermaba el cuidaba del moreno ya sea en secreto o en persona el estaría vigilando sus sueños para que ningún mal le atacara. Cuando Touya tenía alguna pesadilla, Yukito era el que indómitamente peleaba contra los miedos de Touya, cualquier cosa que esto fuese. Cuando Touya se fue a la universidad Yukito fue su soporte, su pilar su refugio. Sin importar que le sucediera, él había vivido enteramente para Touya Kinomoto, Yue era el juez y guardián de la dueña de las cartas pero Yukito Tsukishiro, aquel conejo de nieve era el guardián de Touya Kinomoto, él había velado todo este tiempo por Touya, él había guiado a Tuya de la mano durante todo este tiempo... No! No quería dejarlo pero... Si Touya no era feliz, que caso tenía todo aquello.
- Entonces?
- Tengo miedo, te lo dudas...
- Lo sé pero supongo tienes que arriesgar... Caer esta vez sin mis alas.
Yukito asintió y sus ojos reflejaron una determinación que reconocí en alguien más... En mí.
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- Yue... Supongo no querrás verme más pero por favor, te lo ruego no me quites a mi hijo.
Me levanté para irme, todo estaba perdido para mí, la última oportunidad para ser feliz y hacer las cosas bien se había disuelto, la había dejado escapar como agua que corre por los dedos, sería algo muy doloroso y difícil de superar, había estado todo este tiempo intentando convencerme  de que las cosas jamás estaríamos tan mal como para que no las pudiésemos arreglar. Él había sido todo para mí a través de estos años, había construido toda mi vida y mis sueños alrededor de Yuki, todo estaba dado por sus ojos, o una palabra de su boca y él había derrumbado en un segundo toda una vida junta. Ahora como continuar? Cómo decir que estaba completamente solo. No. Jamás estaría solo, quizás viviera de su fantasma pero no estaría solo.
El no dijo nada, entonces ... No había más que decir.
El primer paso siempre era el más difícil, mi cuerpo no me obedecía pero lo obligue, deje mi corazón a su lado en aquella cama y obligue a mis pies a obedecer me.
Un par de pasos, eso fue todo.
- No!- Yue se había aferrado a mi pantalón.
Voltee a verle y este cedió su lugar a Yukito.
- No... No puedo dejar que te vayas, no quiero, Touya no quiero.
Sus ojos suplicaban algo inútil, pues yo tampoco deseaba irme.
- Touya, yo... Yo te amo, te amo tanto que en verdad estaba dispuesto a dejar mi egoísmo a un lado y no estorbar en tus planes, tú quieres ser un gran profesionista, quieres ser feliz y yo no deseaba interferir con aquello, no lo deseaba pero perdóname si quiero ser tu n poco egoísta, quizás en algún punto te hartas y desees buscar la felicidad pero por ahora estoy en todo mi derecho de ser feliz aunque sea un poco.  Quizás suena tonto pero es así.
Volví a mi lugar y me puse frente a frente con él, sus ojos brillosos me miraban con una esperanza.
- Claro que es tonto Yuki, es la única cosa tonta que has dicho. Mi única felicidad es quedarme en Tomoeda a tu lado, por siempre, no dejarte ir nunca, jamás! No quiero ser un profesionista, quiero ser tu esposo y el padre de tu hijo, de este y de muchos más, si eso es mi verdadera felicidad cómo crees que de tonto voy a olvidarlo de nuevo?
Sus ojos no dejaban de brillar y las diminutas venas que tejían la red interior de estos se hinchaban de sangre haciéndolo tornar en un rojo luminoso.
- Yuki, yo fui un completo estúpido, creí que yéndome a Tokio a estudiar la universidad para hacer a mi papa, a mi mamá, a Sakura y más importante a ti feliz, creí que necesitaba eso para que se sintieran orgullosos de mí, no sé qué demonios pensaba? Pero si se algo, lo único que necesito es a ti, son tus ojos, tus labios y tú cuerpo. Yuki di que me amas siempre, di que siempre, siempre estarás  a mi lado durante todos los años que me queden de vida. Solo dilo.
El paso sus largos brazos blancos como nieve alrededor de mi cuello, de sus ojos brotaron lágrimas como diminutos diamantes y el susurró en una voz apenas audible, solo para mí.
- Touya te amo, y estaremos juntos para siempre.
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Dicen que nosotros somos los amos de nuestro propio destino, y era momento de creer, de poder creer en mí, en él y en todo lo que representábamos.
Acerque a Touya a mis labios y nos fundimos en un beso  único, eterno, un sello de nuestro futuro un futuro juntos, ahora sí por siempre, porque ya no había otra manera más que juntos.
- Quítate toda la ropa- Susurró él.
Yo obedeció en automático, el con cuidado de no poner ni un ápice de presión en mí se colocó encima de mi fijando su apoyo completamente en sus brazos y comenzó a recorrer sus labios desde mi lóbulo derecho hacía mi cuello, cubría de besos mi piel, su lengua recorría cada centímetro, se detuvo en mi pecho, yo abrí con rudeza mi propia camisa, escuché como la tela se había desgarrado un poco pero mi cuerpo ya me exigía sus besos, su lengua jugo un poco con mis pezones y yo cerré los ojos.
Sentí allá paz que emanada de Yue, sentí como él lo deseaba, sentía ese deseo como un fuego interior que lo mantenía vivo, en tanto Touya recargo su peso de su lado derecho y bajo su mano colándola a través de mi camisola, esta se metió por mis piernas y tomo mi sexo. Yo eche la cabeza hacia atrás cuando sentí aquel masaje delicioso.
- Touya- Dije su nombre en una voz suave, dije su nombre aferrándole a él como si fuera un conjuro que me mantenía con vida, en tanto sus manos hacían ese movimiento arriba y abajo, una fricción, electricidad.
Demandé sus besos y el obedeció, sentí el deseo de vivir con intensidad.
- Te amo- Dijo el al oído.
Pego si frente a la mía y me miro con detenimiento, su mirada me hizo sonroje aún más, mientras sentía como explotan en sus dedos.
- Te amo Yuki, no necesitamos dudar, ahora solo nosotros podemos conducir nuestras vidas, y yo quiero darte las riendas de la mía, no tengo dudas.
Yo asentí y dije
- Touya te doy la mía...
Explote y el hundió la cabeza en la cuenca de mi cuello.
La tensión de mis piernas se desvaneció, cerré los ojos, no más dudas, tomaríamos el control de nuestras vidas.
Sentí sus labios en los míos, correspondí como era debido y abrí los ojos, su rostro era tan hermoso que me dolía.
Me abrace a él con todas mis fuerzas con un gran deseo de vivir así para siempre.
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- Por amor a Dios, Yuuko Sama venga pronto!!!
- Que sucede Watanuki? Qué fastidioso eres...
- Es Tsukishiro San!- Ah?
- El... Está muy mal!
- Ah? Qué sucedió...
Watanuki se delineadas con la mano un gran vientre pero no comprendí tan bien cómo él hubiera querido así que no tuve de otra más que acompañarlo corriendo.
Al llegar Touya sujetaba su mano y me miro con impaciencia, Era el octavo mes... La prueba apenas comenzaba


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