-Por favoooor!- el que Himuro hubiera alargado tanto la palabra con voz de en verdad pedir ayuda y mirar a Kagami con esos ojos enormes, le hacía pensar al pelirrojo que en verdad era importante, aun asi…
-pero… por qué tengo que faltar al entrenamiento por esto?-pregunto sin interesarle realmente el hecho de que también tendría que faltar a clases
-entiende hermano, hoy es su cumpleaños y Atsushi es… bueno él es… mi persona especial- comento entre sonrojado y feliz
-es…pecial?- pregunto confundido y el moreno puso los ojos en blanco
-ya sabes, como el chico fantasma para ti!
-Kuroko?...ah!- Los Ojos de Kagami parecieron iluminarse al entender- ya sé! Él es…tu sombra!-dijo feliz y Himuro se dio por vencido
-solo ayúdame y ya- finalizo evitando que el pelirrojo entrara a su escuela
-Perfecto!- grito feliz Himuro una vez que cerro por completo la caja- bueno, ahora me voy tengo que regresar antes de que termine el entrenamiento de la tarde- tomo la caja con cuidado y luego salió rápido por la puerta sin esperar que su hermano dijera algo, pero este lo detuvo
-oye!...sabes? solo quería decirte que… bueno, el gigante es …pues muy grande para ser tu sombra
-eh?
-si, o sea él no pasara desapercibido por nadie
.ay, Taiga… te lo diré solo porque eres mi hermano… no se trata del baloncesto! Yo estoy enamorado de Atsushi de la misma forma que tu de ese chico! Por dios, abre los o él los abrirá primero eh- así que ahora si salió corriendo rumbo a la estación
-yo…estoy enamorado de Kuroko?- se preguntó Kagami en la puerta ahora él completamente sonrojado
Como era posible que el tren estuviera tan lleno, es decir, a kilómetros se notaba que Himuro tenia una increíble condición física, solo bastaba con mirar ese cuerpo, y sus brazos, dignos de un jugador tan talentoso estaban muuuuy bien trabajados, pero siendo honestos, el haber pasado todo el recorrido con los brazos arriba para cuidar de que la caja no se aplastara no se comparaba con ninguno de sus entrenamientos. Cuando al fin llego a su parada se sintió aliviado y se hizo paso hasta la puerta, sin embargo, una vez que salió sintió que la vida se le iba cuando al tratar de bajar los brazos por lo entumidos que los sentía la caja casi termina en el suelo, así que gracias al cielo tenia buenos reflejos y lo había evitado.
Al llegar a Yosen se dio cuenta que lo más seguro era que el entrenamiento ya hubiera terminado, así que decidió encontrar a Atsushi en los dormitorios, subía las escaleras pensado en como arreglar la caja que al final parecía algo maltratada cuando al dar la vuelta en el descanso de las escaleras sintió como chocaba contra alguien
-oh! Lo siento mucho- dijo con voz dulce la bella chica de cabello largo y una linda sonrisa que desapareció y fue cambiada por una cara de espanto al mirar el cuerpo casi contorsionado de Himuro para evitar que la caja cayera por las escaleras
-Muro-chin, estas bien?- el nombrado por costumbre giró lo mas rápido que pudo pero no alcanzo a encontrarse con los ojos violeta ya que cerro los propios al escuchar el sonido de su caja caer al suelo…ahora si quería llorar.
Caminaban por el pasillo rumbo al dormitorio de Atsushi, este último cargando varias bolsas de dulces que sus compañeros de equipo le había regalo; Himuro suspiro, aun no estaba todo perdido, cargo con una sola mano la caja y la que tenía libre comenzó a acercarla al menor, desde hacía un par de meses la relación entre ellos había cambiado, de pronto se encontraron besándose y a ninguno pareció molestarle, asi que se besaban y abrazaban en cada oportunidad, aunque realmente nunca habían aclarado nada; aun así ese momento le parecía el oportuno a Himuro para tomarse de las manos, sus dedos comenzaron a rozarse, un poco más y…
-Murasakibara-Kun- chillaron de forma melodiosa un grupo de chicas y le rodearon , Himuro rodo los ojos, las reconocía del club de cocina, no porque el estuviera pendiente de ese club, más bien porque a veces Atsushi se paseaba por ahí para probar suerte y conseguir dulces y postres- Escuchamos que hoy es tu cumpleaños horneamos estas galletas!- dijeron felices mientras le extendían cajas de diferentes colores, los ojos del gigante de Yosen brillaron consiguiendo que las niñas estallaran en risas coquetas, Himuro miro de reojo su caja destrozada y se molesto, cuando las chicas salieron corriendo aun entre risas Atsushi le miro con una sonrisa
-eso fue lindo- dijo aunque su voz mas bien seguía pareciendo aburrida
-me permites un segundo- dijo dejando en la repiza de una ventana su caja y entro rápido al baño, desde afuera Atsushi escucho el grito frustrado del otro pero decidio no entrar
El moreno se miró en el espejo, despeinado, sudado y con el uniforme (que no sabía por qué se había puesto si no iba a entrar a clases) todo arrugado, grito nuevamente y después tomo aire, se tranquilizó a sí mismo, por dios, él era Himuro Tatsuya, no era por presumir, pero venga, él siempre se robaba las miradas, un grupo de niñas con galletas no eran rivales, se dijo a si mismo mientras se acomodaba el suéter y sonreía al espejo. Salió del baño y Atsushi ya comía de las galletas que le habían dado las chicas, extrañamente le ofreció una al moreno y este simplemente negó tratando de no gritar nuevamente mientras tomaba la caja y seguía con su camino
-Aka-chin me llamó por la mañana- dijo de pronto el pelimorado y Himuro que aún seguía intentando tomar su mano lo miró- dijo que mañana habrá una fiesta por mi cumpleaños
-ah- lo que le faltaba, el emperador incluso daría una fiesta y el solo tenía una caja deshecha, no dijo nada más. Llegaron a la habitación del más alto y sin preguntar nada, el dueño de la pieza metió al moreno y lo sentó en la cama
-Muro-chin me dirá lo que tiene?- pregunto entre infantil y serio, Himuro suspiró
-feliz cumpleaños- dijo extendiéndole al fin la caja pero sin mirarlo- yo…yo quería que llegara intacto pero…
-delicioso- le interrumpió el otro y Himuro vio como tomaba con sus dedos del paste-completamente batido- dentro de la caja y Himuro solo logro pensar que lucía increíblemente sexy lamiendo de esa forma el chocolate entre sus dedos- aunque Muro-chin aún debe darme mi regalo de cumpleaños
-eh?...Atsushi- dijo triste- ese era tu regalo
-nop. Muro-chin aún puede darme algo que yo quiero más- era obvio que Tatsuya iba a entender enseguida el significado de eso si no hubiera sido porque los labios de Murasakibara sobre los suyos los distrajeron- aunque puedo tener los dos juntos-dijo mientras le ponía chocolate en su cuello, y al sentir la lengua de Murasakibara lamer el pastel un gemido excitado escapo de los labios del pelinegro.
Si cuando preparaba el pastel en el departamento de Taiga esa mañana alguien le hubiera dicho que Atsushi terminaría comiéndolo de su cuerpo, seguramente se hubiera reído, pero ahora que Murasakibara no dejaba de lamer su miembro de esa forma tan increíble, en verdad pensaba que todo había valido la pena. El más alto se detuvo cuando el mayor casi grita que estaba por venirse, por lo que el moreno le miro con algo de reproche que fue controlado por un beso y al sentir los dedos en su entrada entendió por qué no quería que ya terminara, Himuro tomo su mano y la lamio, esta vez como si los grandes dedos fueran un caramelo, sería la primera vez de ambos, así que trato de no ponerse nervioso o seguro dolería mucho, pero venga que si bien era cierto tener semejante “cosa” entre sus piernas le excitaba, también le espantaba un poco, se siguieron besando mientras el propio Himuro le ayudaba a guiar sus dedos a Atsushi para prepáralo y al fin entro; pero claro que dolió y el moreno tuvo que aguantar las ganas de gritar que lo sacara, así como Atsushi tuvo que aguantarse las ganas de sacarlo de golpe al mirar el dolor en la cara de Himuro; ambos eran inexpertos, pero venga, querían terminar, porque estaban seguros de que era lo que deseaban, estar mas cercar, ser uno…
-eso fue
-geniaaal- completo Murasakibara acostado junto al moreno y este asintió
-muy genial… Feliz cumpleaños, Atsushi-el nombrado sonrió- lamento lo de tu regalo
-Estar con Muro-chin es el mejor regalo-dijo con dulzura mientras lo abrazaba y besaba para después buscar con su mano una galleta de las que le habían regalado, Himuro no logro evitar hacer un puchero al notarlo y el más alto pareció entenderlo- además- continuo dejando de lado la galleta y abrazando más al moreno- amo más a Muro-chin que a cualquier dulce- finalizó besándolo y Himuro sonrió completamente feliz
-yo también te amo Atsushi
-por cierto, entonces a qué hora nos iremos mañana? Podemos pasar primero a la dulcería?
-mañana?
-a la casa de Aka-chin… dijo que llevara a mi novio y ese debe ser Muro-chin porque es con quien siempre quiero estar- Himuro sonrió con aun más luz en su mirada y se abrazó de Atsushi con una fuerza que el peli morado ignoraba que tenia
-y yo siempre quiero estar contigo! Temprano a la dulcería y después a la fiesta!