A Drink
“De nuevo este molesto sentimiento” Su corazón se comprimía, el dolor de no ser correspondido había vuelto, su pensamiento inicial había sido ir a la cafetería donde estaba ese encantador castaño, pero al llegar no lo encontró, así que no le vio caso quedarse ahí. Camino por la ciudad, sin rumbo alguno y con la nostalgia amenazando con romper su corazón
Se detuvo frente a un bar, que había cerca de una universidad, nunca había desahogado sus penas con alcohol pero siempre hay una primera vez. Entro al lugar, no era nada del otro mundo, no llegaba a ser elegante pero tampoco era casual, era un bar con un ambiente agradable, había varias personas pero cada quien estaba en lo suyo
Se sentó en la barra, de inmediato fue atendido, pidió una botella de sake que le entregaron inmediatamente. Sirvió una copa pensando en su amor no correspondido, pensando en porque no le había correspondido, pensando en que debía hacer para que fuera suyo. El había sido su amigo pero desde el primer instante en que lo vio supo que quería más que una amistad con él, sus ojos azules llenos de dulzura lo cautivaron
Con el pasar del tiempo fue conociendo sus facetas ocultas, lo llego a amar como nunca antes había amado y cuando le confeso sus sentimientos, le destrozo su escueta respuesta
-No puedo amarte- ¿Por qué no podía hacerlo? Esa fue su respuesta, lo dejo con el corazón destrozado que a cada minuto del día clamaba por Takahashi Takahiro
-¡Ah es usted!- miro sin ganas a la persona que osaba interrumpir su nostalgia, grande fue su sorpresa al encontrarse con unos grandes ojos color verde esmeralda
-Tu…- no había tomado más de tres copas en ese corto periodo pero se sentía mareado
-Lo siento, de verdad lo siento, no quería tirarle encima ese café- se disculpó con una reverencia
-¿Qué haces aquí?- pregunto sorprendido, no creyendo la suerte que tenia
-Trabajo aquí- dijo simplemente con aquella angelical sonrisa- Ah quería verlo de nuevo- las palabras lo dejaron confundido- Para devolverle esto- era la propina que le había dejado, no faltaba nada, miro con sorpresa al castaño
-¿Por qué me la devuelves?- de verdad no esperaba que esto sucediera
-No creo merecerla, es decir le tire café encima, yo debería pagar- Esa actitud le recordó a Takahiro, agacho la mirada suspirando con nostalgia
-Consérvalo te lo mereces- el castaño ladeo la cabeza en una expresión que Akihiko considero tierna
-¿Me lo merezco?- Por alguna razón le inspiraba confianza, quizá abrirle su corazón a alguien no era tan malo
-¿Tienes tiempo?- pregunto teniendo en cuenta que se encontraba trabajando
-Espere por favor- El castaño desapareció de su vista por solo unos momentos, regreso con su angelical sonrisa- Si tengo tiempo- se sentó a su lado- ¿Por qué lo merezco?
-Me animaste, Misaki- este se sorprendió pero su sonrisa no desapareció
-¡Ah! Claro escucho mi nombre cuando mi jefe me regaño ¿Cierto?- Asintió- Eso no es justo, yo no lo conozco ¿Podría decirme su nombre por favor?- le sorprendió el hecho de que no lo conociera, es decir era un famoso escritor, cuando lo miraban de cerca era de inmediato reconocido
-Soy… Usami Akihiko- espero a que el castaño se sorprendiera pero su expresión no cambio
-Bueno Usami-san debió estar muy deprimido como para que un café en la cara lo animara- Realmente le desconcertó que su nombre no le causara impresión, es decir, era un escritor famoso, y ya si eso no fuera suficiente su apellido tuvo que haberle indicado algo después de todo era un Usami
-No fue mi mejor día- se apresuró a contestar tratando de entender quién era ese extraño castaño- No me digas Usami-san odio las formalidades
-No creo que sea correcto…- Le corto realmente no quería tener formalidades con “La flor hermosa”
-Dime Usagi- Misaki ladeo la cabeza
“Realmente soy masoquista” Pues Takahiro le había puesto ese apodo, le había tomado tanto cariño, pero siempre le había parecido inconcebible la idea de que alguien más aparte del pelinegro le digiera así pero ahora esa idea ya no era tan inconcebible
-Está bien Usagi-san- de nuevo esa dulce sonrisa, no es que le molestara, curiosamente le encantaba verlo sonreír así pero parecía que siempre… sonreía, como si Misaki no conociera otra expresión aparte de la felicidad
-¿Siempre sonríes?- su tono salió más agresivo de lo que realmente esperaba, pero por suerte Misaki no le tomo importancia, solo se encogió de hombros sonriendo
-No veo razón para no hacerlo- Miro la copa de sake que había olvidado por completo decidió darle un profundo trago
-¿Cuántos años tienes?- se veía tan joven, casi como un estudiante de secundaria, Misaki solo sonrió
-Tengo 23 años aunque no lo aparente- si de verdad no los aparentaba- Usted debe tener 27 o 28- Calculo
-33 años en realidad- esto causo una sorpresa muy sobreactuada en Misaki
-¡Se ve tan joven!- dijo en un tono risueño
-¡Misaki deja de holgazanear y ponte a trabajar! ¡Tú descanso acabo!- Misaki se sobresalto
-¡SI!- se levantó como un resorte- Fue un placer charlar con usted Usagi-san, a y aunque mi café en la cara lo haya animado no es correcto aceptar su propina, quizá cuando haga algo bien…- sin muchas ganas tomo los billetes, miro la botella de sake, estaba medio vacía pero ya no le apetecía beber. Miro a Misaki tratando de entender que era lo que le provocaba, después de todo parecía que con su sonrisa alejaba todas sus penas
“Esta sensación, solo Takahiro la provocaba” Quizá compararlos no era lo mejor pero eran tan parecidos aunque no físicamente
-¿Nada puede borrar tu sonrisa?- pregunto de pronto, Akihiko miro como Misaki reía alegremente
-Soy muy optimista así que rara vez me deprimo y nada me sorprende- aseguro con una sonrisilla llena de superioridad
“Sigue siendo un niño” Akihiko no pudo evitar sonreír
-No estaría tan seguro- Misaki era de estatura baja así que no le costó nada juntar sus labios
Un rose, suave y curiosamente dulce…
Al separarse, Akihiko comprobó complacido que la sonrisa del castaño había desaparecido, en su lugar había un hermoso sonrojo adornando sus mejillas y una expresión de verdadera sorpresa
Esa expresión tan genuina era más encantadora que su sonrisa
-Yo no estaría tan seguro- se alejó no sin antes dejar de nuevo la propina que le había sido devuelta…
“Venir por un trago de vez en cuando no será tan malo” Pensó sonriendo como nunca lo había hecho