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1. La Pareja de Jongin por dayanstyle

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Notas del capitulo:

Tratando de Actualizar lo mas que pueda kkkkk

oxoxo

¿Por qué se dirigía a la casa de Sehun? Su novio había llamado y le había pedido que fuera y él estúpidamente dijo que sí. Él siempre decía que sí. El plan era que Luhan se dirigiera ahí inmediatamente después del trabajo, pero alguien había llamado para avisar que faltaría. Afortunado sería él, si Sehun no soltaba su mierda sobre esto… Si, claro, la tomaría contra él como siempre lo hacía.

Tan pronto como atravesó la puerta de Sehun, él fue empujado contra la pared. El puño de Sehun golpeó la pared a centímetros de la cabeza de Luhan. ─ ¿Dónde diablos has estado?

Luhan no podía creer que él estaba atravesando por esto. Su corazón golpeaba su pecho, y su boca se sentía como un seco hueso. Él estaba de pie como un cobarde, deseando que Sehun pudiera calmarse.

─ ¡Contéstame de una jodida vez! ─ Saliva caía en la cara de Luhan cuando Sehun le gritaba. Él ya no quería seguir en esta relación. Pero no había salida. Sehun le había prometido que ya no habría violencia. Incluso le había comprado a Luhan una cadena de oro que estaba alrededor de su cuello como un collar, como si fuera propiedad de Sehun. La cadena se sentía como si lo estrangulara. No quería rosas, ni cenas, ni siquiera regalos costosos. Luhan solo quería dejarlo.

─ Yo…yo tuve que trabajar tiempo extra. Unos de los chicos llamó a decir que no iría, y tuve que cubrirlo hasta que alguien más llegara. ─ Luhan bajó la cabeza cuando el puño de Sehun golpeó de nuevo la pared. Él podía oír el yeso resquebrajarse en su oído. ¡Joder! Él odiaba eso.

─ Será mejor que lo vea en tu recibo de pago, o tu culo es mío. Ahora ve a vestirte iremos a Luckys. Necesito un maldito trago. ─ Sehun empujó a Luhan del hombro mientras se giraba por sus llaves. Luhan se inclinó a tomar su chaqueta que se había caído al suelo cuando él fue empujado.

─ Usa esos ajustados jeans que me gustan tanto.

Luhan mentalmente rodó los ojos. No solamente su novio era un verdadero imbécil, sino que insistía en que Luhan se vistiera como él quería verlo, no como Luhan se sintiera cómodo. Él hubiera preferido unos pantalones de vestir y una camisa de botones. En lugar de eso, el imbécil lo hacía usar unos jeans que parecían pintados en su cuerpo y una camiseta de red. Siempre se sentía como una puta usando esa maldita ropa. Si fuera por él quemaría cada una de esa horrible ropa.

Desafortunadamente, la ropa que usaba era de Sehun, cosas que Sehun le había comprado. Le había dicho a Luhan que se veía demasiado correcto y mojigato en la ropa que él elegía a su gusto.

Sehun siguió a Luhan al interior de la recamara y lo jaló del cuello. ─ ¿De dónde demonios vino esa mordida?

Luhan levantó la mano y se frotó el cuello. No tenía idea de lo que hablaba Sehun, pero esa respuesta no era lo suficientemente buena.

─ Contéstame, Luhan.  ─ Sehun lo empujó al suelo. ─ ¿Cómo conseguiste esa marca en tu cuello? ¿Es por eso que llegaste tarde? ¿Me estas engañando? ─ Luhan trató de arrastrarse lejos, pero Sehun lo jaló de los cabellos.

─ ¡No! Yo…yo no sé cómo llegó ahí. Debo haberme cortado en el trabajo. ─ Luhan trató de liberar su cabeza, pero Sehun lo jaló de nuevo. Esto era malo. Él no lo había visto tan enojado, nunca. Luhan sabía que él tenía que irse o Sehun lo mataría.

─ Bájate los pantalones. Quiero ver si alguien más ha estado dentro de ti. ─ Sehun lo soltó y comenzó a jalar los pantalones de Luhan. Por puro instinto de supervivencia, Luhan empujó a Sehun y salió de la recamara, tropezó con la pared del pasillo pero siguió corriendo.

─ Eres una perra. ─ Oyó el grito de Sehun mientras llegaba a la puerta del frente. Si Sehun lo atrapaba, Luhan sufriría mucho. Él tomó la perilla y la giró, sintiendo que el pánico lo agarraba cuando la puerta no se abrió. «¡El seguro!» Luhan le quitó el seguro, abrió la puerta y corrió hacia la calle.

Los ojos de Luhan estaban tan grandes como platos cuando llegó a la banqueta. Un hombre del tamaño de un camión estaba en la acera. El camión pasó junto a él y entró en la casa. Oyó madera quebrarse y a Sehun gritar. Vidrios se quebraron y entonces un extraño silencio.

─ ¿Estás bien?

Luhan giró la cabeza cuando oyó una profunda voz masculina. Ese era el hombre de la cafetería. ¿Qué demonios?

Luhan asintió y el hombre salió de la casa. Luhan no sabía qué pensar se giró a ver al camión con el cabello de muchos colores y al hombre de la cafetería que había arrinconado a Sehun. El hombre que parecía un camión miró a Luhan, le giñó un ojo y le sonrió, entonces se giró hacia Sehun.

─ Él ya no es tu novio. Te acercas de nuevo, y te desgarraré en tantos pedazos que identificarte será imposible. ─ Gruñó el hombre de la cafetería.

─ Vete a la mierda ─ Sehun gritó, pero Luhan podía oír el temor en su voz. Conocía a Sehun todas sus bravuconadas eran con él y solo para él.

─ Ni siquiera en un buen día. ─ El tipo camión se rio.

El hombre de la cafetería se alejó de Sehun entonces miró a Luhan.

Oh, hombre. A él no le gustaba esa mirada. ¿Porque sentía que su vida estaba a punto de volverse de cabeza? El tipo caminó hacia él y lo agarró de la cintura.

─ Mío.

─ Si, como tú digas. Solo, uh…sí. ─ Luhan estaba perdido. Él miró por encima del ancho cuerpo la mirada de Sehun que echaba dagas.

─ Sígueme ─ El hombre de la cafetería le ordenó.

Qué infiernos, de cualquier modo él no iba a quedarse con Sehun. El cuello de Luhan pulsaba mientras caminaba detrás del extraño por el frente de la casa. Pasó su mano por el área, preguntándose qué era lo que su ex había visto y por qué su piel estaba marcada y ardía justo bajo la superficie.

─ Necesitamos hablar. ─ El hombre de la cafetería se sentó en un lado de la motocicleta las piernas extendidas y los tobillos cruzados. Hombre, ¿por qué Luhan tenía la urgencia de acurrucarse en su regazo y lamerlo de la cabeza a los pies? Su cuerpo vibraba de solo pensarlo.

─ Necesito que confíes en mí, sé que te estoy pidiendo mucho dado que ni siquiera me conoces, pero puedo decirte que estarías más seguro conmigo que en cualquier otro lugar de la tierra.

Luhan había sido atraído antes hacia ese falso confort, por Sehun. Él no quería otro machote en su vida, pero de algún modo sabía que lo que el tipo decía era cierto. De algún modo podía sentirlo profundamente en sus huesos, se sentía atraído a él.

─ ¿Quién eres? ─ Luhan inclinó la cabeza, fascinado por el aura de mando que parecía fluir del tipo. El hombre media al menos dos metros con cinco o con diez. Era el hombre más alto que Luhan hubiera visto.

─ Jong In, y tú eres mi pareja. ─ El gigante miraba fijamente a Luhan, con sus manos sobre su regazo. ─ ¿Cuál es tu nombre?

Hombre, las cosas se volvían más y más bizarras. Luhan vio alrededor para ver si su percepción de la realidad estaba distorsionada. Nada de lo que percibía parecía normal.

─ Mi nombre es Luhan. Uh, correcto. Ahora me dirás que eres un lobo o algo así. ─ Luhan resopló. El tipo no se rio, ni siquiera insinuó una sonrisa. «Imposible».

─ Muy perceptivo. ─ Se rió.

─ Mira, realmente te agradezco que me hayas ayudado con ese imbécil. ─ Luhan lo señaló con su pulgar sobre su hombro. ─ Pero necesito regresar a la tierra y tú necesitas regresar a cual sea el lugar del que te escapaste. ─ Su cabeza dolía y realmente no se sentía como para ser indulgente con tipos alucinados.

Luhan cayó sobre su trasero cuando los marrones ojos del tipo cambiaron a carmesí y sus colmillos salieron de entre su boca. Él no estaba mintiendo. Mierda. ¿Ahora qué? ¿Debería correr? Espera un minuto, si Jong In era un lobo, entonces correr sería inútil. Muy bien, él podría dejarse entrar en esta alucinación. Quizás podría tener algo de diversión con eso.

─ Te llevaré a casa. ─ Jong In se puso de pie, y Luhan se puso de pie, aquí estaba la extraña sensación de nuevo, la necesidad de envolverse alrededor de ese gigante.

─ Bien. ─ Lo que sea. ¿Cómo se había metido en esa situación? Luhan se frotó la frente con su mano. Quizás él tenía la palabra idiota escrita en la frente lo que hacía que los hombres dominantes se sintieran atraídos.

Él tomó el casco que le dio Jong In, maldiciendo interiormente mientras se subía. Su estómago se hizo un nudo cuando Jong In se dirigió directamente hacia su casa sin preguntar la dirección. ¿Quién era ese hombre?

Le mostró a Jong In su departamento, quitó del sofá la ropa que había lavado ayer. Él rápidamente empujó su ropa interior dentro de la canasta que estaba en el suelo y colocó encima el resto de la ropa.

─ Puedes tomar asiento. ─ Luhan ahora le señaló el sofá limpio. Después de todo el tipo lo había salvado. Al menos él podía ser hospitalario. Decidido a ver hasta donde lo llevaba la alucinación, Luhan se sentó al lado de él.

Se quedaron sentados en silencio, Jong In se acercó a Luhan. Él vio fijamente los hermosos ojos marrones de Jong In que brillaban como diamantes.

─ ¿Puedes enlazarte a mí? ─ tomó los labios de Luhan en un lento y ardiente beso, masajeando sus caderas y tomando la parte de atrás de su cabeza. La mirada de excitación de Jong In estaba haciendo girar la cabeza de Luhan en trescientos sesenta grados de hipercaliente dirección.

La sangre de Luhan estaba en llamas solo por un beso. Envolviendo sus manos alrededor del cuello de Jong In, se abrió. Luhan jaló su cabello negro queriendo más, necesitando estar más cerca subió una de sus piernas, acomodándose a horcajadas en el regazo de Jong In. Sus manos recorrían el sedoso cabello recorriéndolo entre sus dedos. Él sentía una extraña familiaridad con este tipo, como si hubiera estado con él antes. Confort y alegría lo inundaba.

Quebrando el beso, Jong In apoyó su frente contra la de Luhan. ─ ¿Qué significa eso de enlazarme contigo? ─ Luhan preguntó suavemente.

─ Que estarás atado a mí. Para siempre. Esto es más fuerte y más profundo que el matrimonio entre humanos. Esto no puede romperse. Es mi responsabilidad que estés sano y feliz. No te preocuparás por nada ─ Jong In contestó con una gruesa voz.

¿Dónde estaba el lado negativo de eso? Luhan mentalmente se golpeó. Tenía que pensar racionalmente. Él ni siquiera conocía al tipo. El hombre podría ser peor que Sehun. Y él no podría salirse de eso. Jong In dijo que era para siempre. Pero de algún modo él lo sentía correcto. Él sentía algo diferente. Luhan lo veía a los ojos y veía el hogar.

─ Sí. Me enlazo contigo, Jong In. ¿Cómo funciona esto?

Los caninos de Jong In lentamente se extendieron. Luhan estaba fascinado y asustado ante la vista. Algo en lo profundo de su interior hizo que inclinara la cabeza. Tomó en su puño el cabello de Jong In cuando el hombre raspó su piel con los colmillos. Un estremecimiento lo recorrió ante el acto que casi hizo que Luhan se corriera en sus pantalones.

Los suaves labios eran un contraste con el gran hombre. La cabeza de Luhan cayó hacia atrás y él mordisqueó su cuello. Las manos de Luhan se abrían y cerraban en el suave cabello mientras que las manos de Jong In subían y bajaban por su espalda.

¿Qué estaba haciendo? La guerra dentro de su cabeza hizo que se apartara ligeramente. Había dicho que se enlazaba con este hombre, pero la experiencia anterior con Sehun golpeaba su cerebro lleno de lujuria. No debería hacer esto, Luhan gimió, las células de su cerebro hicieron corto circuito cuando Jong In palmeó su pene sobre la mezclilla.

El único pensamiento que registraba era que quería tener al hombre en su interior. Los botones de su camisa comenzaron a saltar mientras Luhan se daba cuenta que estaban siendo retirados por Jong In.

La urgencia de cubrir su expuesta piel hizo que cruzara sus brazos sobre su pecho. Comparado con Jong In, él no estaba definido y tenía algunas cicatrices que le recordaban su vida con Sehun. Se resistió a dejarlo, hasta que finalmente cedió y descruzó sus brazos.

─ Eres hermoso.

Luhan se sentía extraño sentado en el regazo de Jong In medio desnudo cuando el hombre aún tenía puesta hasta su chaqueta, aunque el olor del cuero hiciera endurecer el pene de Luhan. Él nunca pensó que le gustaría la imagen de chico malo que Jong In tenía. La irradiaba por cada poro.

─ Vamos.

Luhan se aferró a Jong In mientras el alto se ponía de pie y lo llevaba a su recamara. No era difícil que el alto supusiera cuál era su recamara. Solo había dos posibilidades.

Las manos de Luhan estaban en un puño a los lados mientras Jong In le bajaba los jeans y se los quitaba. Su mente le gritaba que se asegurara de que realmente lo quería antes de perpetrar eso. Luhan se mordió el labio inferior, la lengua que se deslizaba por su cuerpo marcándolo hizo que se olvidara de todas las preguntas que saltaban en su cabeza.

Realmente quería creer que no todos los hombres eran abusivos y crueles. Ese hombre lavaba su cuerpo y estaba tratando de hacerlo olvidar. Levantando las manos sobre su cabeza, Luhan comenzó a perderse, entregándose a las sensaciones que lo recorrían.

─ Déjate ir ─ murmuraba en su piel.

Luhan levantó las piernas cuando los dedos entraron en él. Se retorcía, su cuerpo estaba ardiendo cuando un suave grito salió de sus labios. Jong In lo llevó a nuevas alturas cuando agregó otro dedo.

Cuando el alto se apartó, Luhan gimió. Su agujero pulsaba al recordar los dedos. Se oyó el ruido de ropa y vio a Jong In quitarse toda su ropa mientras empujaba a Luhan más arriba en la cama.

Manos recorrían los costados de Luhan, su abdomen, y su pecho. Jong In se inclinó y besó cada uno de sus ojos y luego sus labios.

─ Mío.

Todo lo que Luhan pudo hacer fue asentir. Su voz se fue, y su garganta estaba seca como un hueso. Tembló cuando el dedo de Jong In recorría los lados de su cara como si estuviera hechizado. Luhan se preguntaba si ese dios seguiría ahí con él en la fría luz de la mañana, si aún seguiría viéndolo con el deseo que ardía en sus ojos.

¿Podría esa flama fundirse en un parpadeo como había sucedido con Sehun? ¿Podría Jong In también empezar a abusar de él cuando la novedad de explorarlo desapareciera? Haciendo a un lado los miedos que cargaba, Luhan se concentró en las manos y la boca que le hacían el amor. Sabía que no podía vivir con miedos, pero cuando había sido golpeado, abofeteado y pateado durante dos años enteros, era difícil hacerlo a un lado y avanzar. Se sentía patético entregándose tan fácilmente ante el primer toque gentil que llegaba de esta manera.

Su mente regresó al presente cuando Jong In deslizó sus manos bajo el cuerpo de Luhan levantándolo. Los brazos de Luhan cayeron a los lados de la cama cuando Jong In chupó el pulsante rápido latido bajo su piel.

 

 

 

 

Notas finales:

actu.. lo mas pronto posible


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