“Todo A Su Tiempo”
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Han pasado aproximadamente seis años desde que Ben oficialmente dejó de ser un adolescente inmaduro de diecisiete años. Y ahora Benjamín Kirby Tennyson contaba con veintitrés años recién cumplidos hacía dos meses atrás. Y bueno, no es que se quejara de los cambios no tan inesperados que dio su vida, pero en cierta forma le hacía apreciar los recuerdos de su aventurada y divertida niñez y adolescencia.
Y no está de más el decir que extrañaba sus locas aventuras con su ex compañero, Rook, porque en serio, recordar las misiones que una vez tuvo con el ahora Magistrado, le daba un tremendo sentimiento de añoranza. En si, la madurez y experiencia trae consigo grandes y significativos cambios en la vida. Uno de ellos, era aquel día en el que tanto Rook como el mismo se sintieron perdidos cuando se vieron así mismos en el Señor Smothy y tuvieron una “cita”, y como olvidar que sin proponérselo o saber siquiera de ello, Ben disparó un pequeño rayo verde a un poste de luz. Ese día la supuesta cita término ni bien comenzó, debido a que Ben había descubierto que si había heredado los poderes de su abuela, poderes que obviamente no controlaba para nada. Una cosa era convertirse en varios Alíenigenas y saber de qué va cada uno, pero otra era conocer todo lo que tu cuerpo tiene y hace, eso lo aprendió muy bien durante los tres años que le tomó su entrenamiento con Gwen. Otro de los cambios que hubieron en esos años, era el del despido de Kai. Y es que la chica de un momento a otro, quiso ir más allá de la amistad, cosa que Ben no quiso aceptar para nada, algo que la morena no aceptó de buenas a primeras, mostrando no solo a su persona, también a los Plomeros su verdadera forma de ser. Es decir, una cosa es que Kai estuviera enojada con Ben, pero de eso a arriesgar vidas no solo humanas, también Alienígenas, era ya más serio, causando que al final, fuera el mismo abuelo de la chica, quien decidiera sacarla de manera definitiva de los Plomeros.
Y como olvidar la boda de su prima y su ahora primo, porque ese día en verdad se lucio con los regalos y felicitaciones, pues nunca antes había visto a Gwen así de feliz y radiante, mucho menos había visto a Kevin tan nervioso y decidido, hasta el punto de contarle todos sus miedos por arruinar su matrimonio. Y vaya que después de eso, ese par no perdió el tiempo, pues ni un año habían pasado de casados, y habían anunciado el reciente embarazo de Gwen. Actualmente ese pequeño tenía ya dos años, y a pesar de tan corta edad, al parecer, había heredado los poderes de su padre y la apariencia e inteligencia de su madre.
Por supuesto, hubo cambios que lo dejaron algo decaído, y no solo fue el de enterarse de el ascenso de Rook, también el retiro de su abuelo, quien a pesar de no querer retirarse, sabía que debía hacerlo debido a la edad.
Aunque ahora, el cambio que más lo ponía triste y nostálgico, era el del cambio de su ex compañero, quien por el nuevo cargo, tenía menos tiempo para salidas de amigos. Y es que, si bien, Rook acababa de ser ascendido de un simple Plomero a un Magistrado con honores, ambos tuvieron que tomar rumbos diferentes desde antes, pues el Revonniano se la pasaba de aquí para allá haciendo toda clase de papeleos, mientras que él tenía que seguir en su muy laborioso papel de superhéroe.
Y por esa misma razón, Kevin tuvo la grandiosa idea de hacer una fiesta, lo cual en un principio no le parecía mala idea, pero justo ahora, al verse en el espejo de cuerpo completo, se estaba cuestionando seriamente si era buena idea asistir.
—¿Por qué será que no tengo tanto músculo como mi versión futura?, ¿o será que él usaba algún esteroide o droga? —, Ben estaba casi seguro que la vida lo odiaba de alguna u otra forma, pues recordaba que en su niñez conoció a su versión de la edad con la que contaba ahora, y en serio que juraba que ese Ben tenía más músculos y más barba que la que él tenía, y lo último ni lo tenía, pues siempre que comenzaba a crecerle, tenía que rasurarse para no parecerse a Shaggy de Scoby-doo —. Creo que no iré —, murmuró no muy seguro de esa decisión, pues sabía que de alguna forma, Rook se sentiría culpable por haber aceptado la oportunidad de superarse a costa de dejar de ser compañeros.
Al final, Ben simplemente suspiró con pesar, decidido a ir a aquella fiesta y poner la mejor cara para felicitar a uno de sus más grandes amigos.
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Llegó al lugar del festejo, y como era de esperarse, ya había música estridente a todo volumen y luces de colores para dar ambiente.
No había tanta gente, más que amigos y familiares, y por familiares, uno se refiere a Gwen y Kevin, quienes dejaron a su pequeño Ian con sus abuelos, y claro que no podía faltar la hermana de Rook, junto con el pequeño no tan pequeño Ben, quien había llegado tan solo semanas atrás para su entrenamiento como futuro Plomero. Incluso había llegado Ester, quien desde hacía tiempo, había aceptado que Ben no era para ella.
Sonrió con sinceridad, al ver a Rook demasiado nervioso hablar con Rayona, y en verdad le sorprendió ver lo que parecía una discusión entre ese par. Así que se dispuso a acercarse a platicar con Ester, pero sus intenciones se vieron interrumpidas cuando el mismo festejado, se acercó a hablarle.
—Pensé que no llegarías Ben —, comentó Rook con completa confianza, ignorando por completo el hecho de que hacía tan solo unos segundos, había peleado con su ahora ex novia.
—Bueno, no es que no tuviera cosas que hacer, ya sabes, cosas de héroes —, Ben estaba sumamente nervioso, especialmente con la mirada matadora que Rayona le enviaba por alguna razón —. Pero esta ocasión es especial para ti Rook y no quería decepcionarte con mi falta —, ni bien terminó aquello, sintió su rostro calentarse, pues esas palabras habían sonado en doble sentido.
Ben enfoco su mirada apenada en Rook, esperando a que no lo tomara a mal o pensara cosas malas de su persona, pero al ver una enorme sonrisa, no pudo evitar corresponder con la suya propia. Y estaba seguro que seguirían enviándose miradas tontas y apenadas, pero al darse cuenta de que había más de uno que los miraban divertidos, y más aún, la mirada matadora de Rayona, fue el mismo Ben, quien decidió toser de manera disimulada, para después felicitar a su buen amigo.
—¡Pues te felicito Viejo! —, dijo aquello, más que nada para disimular delante de todos —. Y pues no los interrumpo más, yo voy un rato con Ester, ya saben, para ponernos al día.
—Ben espera… —, Rook trato de evitar que el castaño se alejara, sin embargo, el chico hizo caso omiso y fue a hacer lo que había dicho.
—Blonko, me permito recordarte, que aún no hemos terminado de aclarar nuestra situación —, la joven Revonnahgander se cruzó de brazos, para después suspirar con cansancio al ver como Rook la miraba —. Pero no será hoy. Este es un día para celebrar, y eso es lo que haremos, pero te aseguro Blonko, tienes que asumir las consecuencias de tus actos, así que aún si ya hemos finalizado nuestro noviazgo, me debes por lo menos, una clara explicación del porqué.
Blonko la vio alejarse con dirección a la terraza de aquella casona. Sabía perfectamente que le debía tanto a Rayona, especialmente una explicación de su repentina ruptura, pero ciertamente no tenía ganas de hacerle frente, especialmente si eso involucraba a su ex compañero de trabajo.
Solo esperaba, que al explicar sus recientes emociones, que la chica no le tomará odio a Ben, porque el castaño era totalmente ajeno e inocente a su reciente sentir. Con un poco de nostalgia, la vio cerca de uno de los viejos amigos de Ben, sonriendo sin querer al verla reír a pesar de la tristeza y dolor que le había causado. En verdad Pierce Wheels era asombroso con la chicas o al menos eso era lo que veía en ese momento.
—¡Ya estuvo bueno chicos y chicas! —
Todo mundo comenzó a prestar su entera atención al anfitrión de aquel festejo. Anfitrión que por cierto, ya llevaba una que otra copa de más en su organismo y a una esposa con el ceño fruncido, justo tras de él.
—Como podrán recordar, el día de hoy nos reunimos en honor a Rook Blonko, que a pesar de ser un Plomero muy anticuado, tiene buenos gustos en tecnología y sin duda es un leal compañero y amigo —, Kevin silencio momentáneamente sus palabras, en un vago intento por recordar el discurso que ya tenía preparado —. Sin duda será un excelente Magistrado, y espero que en verdad no se le suba el ego —, mencionó lo último con burla —. ¡Un aplauso para el Magistrado Rook Blonko! —
Todos comenzaron a aplaudir y gritar toda clase de felicitaciones dirigidas a Rook Blonko, el cual no podía estar más nervioso y orgulloso, al saber cuanta gente lo apreciaba, aunque si se ponía a pensar, toda esa gente, con excepción de sus hermanos, se volvieron amigos de el, gracias a que pudo conocer a Ben. Y por cierto, Rook no podía dejar de dirigir toda su atención al portador del Omnitrix.
Sin más, la fiesta continuó su curso, con toda clase de bebidas alcohólicas, y para cuando llegó la mañana siguiente, muchas sorpresas llegaron, entre ellas, Rook tenía un fuerte dolor de cabeza y un pésimo sabor en la boca, apostando que seguramente era causa del exceso de alcohol en su sistema. Y otra de las sorpresas, por demás inesperada. Alguien estaba justo a lado suyo, en una habitación que por obvias razones no le pertenecía y para acabar de darle un casi infarto, ambos estaban desnudos.
Rook vio con asombro a la persona a su lado, y al ver de quien se trataba, supo que muchas cosas cambiarían desde ahora. Más al ver la mirada llena de pánico que ni más ni menos que Ben, le enviaba.
—¡¿Rook?! —
—¡¿Ben?! —
Si, al parecer muchas cosas cambiarían, cosas que no tenían absolutamente nada que ver con el reciente ascenso del joven revonniano.
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Retrocedamos un poco las horas, específicamente justo después de la fiesta y antes de que Ben y Rook llegarán a la casa de los Tennyson. Digamos que todo mundo ya se había retirado, incluso los hermanos de Blonko, pues uno de ellos todavía era aprendiz de Plomero.
En cuanto a Kevin y Gwen, la pareja no podía irse sin más, pues al ser los anfitriones tenían que recoger y limpiar, o al menos harían el intento, en el caso de Kevin.
—¿Seguros de que pueden irse solos chicos? —, Gwen estaba renuente a dejar que aquel par se fuera en el estado en el que estaban.
—Tranquila prima… —, el castaño se tambaleaba de un lado a otro,mientras trataba de enfocar su mirada en la mujer frente a él —. Rook no está tan borracho, y la casa de mis padres está a solo diez minutos de aquí.
—Gwen lo miró preocupada, para después mirar al otro caso perdido de la noche —. ¿Seguros de que no quieren esperar a que terminemos Rook? —, preguntó preocupada.
—Tranquila Gwendolyn, yo creo poder manejar hasta dejar a Ben en casa de sus padres.
La pelirroja suspiró con derrota al oír lo dicho por el alienígena, así que sin evitarlo, se despidió del par.
—Conduzcan con cuidado chicos. Y no se les olvide llamarme cuando lleguen —
Ni Ben, y mucho menos Rook, se despidieron de la chica y su dormido esposo. En cuanto a la pelirroja se dio cuenta de que despedía a la nada, decidió mirar tras de sí, con una mirada llena de reproche y molestia. Se acercó a su marido, y sin poder evitarlo, usó una pequeña porción de su poder, para hacer que, Kevin despertara exaltado.
—Muy bien, Kevin Levin, ya tuviste tu momento de fama, te embriagaste como se te vino en gana y te olvidaste de que tu linda esposa no estaba de humor como para dejar a nuestro hijo con mis padres, así que más te vale que te pongas limpiar, para que podamos irnos a casa —, Gwen dijo aquello de brazos cruzados, el ceño fruncido y sus ojos brillando hasta el punto de sacar ligeros rayos de ellos.
—Kevin trago grueso, incluso podía jurar, que su borrachera se le había bajado —. Si mi vida.
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En cuanto al par de amigos, nada más, al llegar al hogar de los Tennyson, ninguno de los dos se acordó de llamar a Gwen para evitarle preocupaciones.
Al aparcar, justo en la entrada del porge, Rook, bajo de su vehículo y fue directo hacia Ben, pues estaba más que seguro, que entre los dos, Ben estaba mucho peor, pues este se encontraba balbuceando en un vago intento por entonar alguna canción.
—Muy bien Ben, es hora de entrar a tu casa —, con pena, situó un brazo en la cintura del chico, más no se esperaba que fuera el mismo Ben, el que terminará por colgarse en su cuello —. ¡Tranquilizate Ben! —, le pidió azorado.
—No quiero estar solito —, mencionó entre hipo e hipo —. Quédate hasta mañana Blonko.
El Revonnahgander no esperaba ser llamado por su nombre de pila, o al menos no por boca de Ben. Y aún cuando tenía la certeza de que se arrepentirían en la mañana, había tomado la decisión de quedarse a acompañar a Ben, después de todo, ¿Qué podría pasar?.
Así que sin titubear más, cargo al castaño, quien de una manera sumamente descarada, situó ambos brazos alrededor del cuello del alíen y sus piernas en la cintura, mientras que un apenado Blonko, situó como pudo sus brazos, en las piernas del incontrolable chico.
—Juguemos un poco Blonko —, murmuró sin pena el alcoholizado portador del Omnitrix.
—Ben, creo que mejor te llevo a tu habitación y me voy —, sugirió nervioso, mientras abría la casa con la llave que el castaño le había tirado momentos antes de encender el vehículo.
—No quiero…~ —, el chico se bajó con apuro, apenas entraron a su casa, tomó la mano de Rook con fuerza y lo guió a su habitación, ni bien cerraron con seguro la entrada.
Rook estaba ebrio, pero no tanto como Tennyson, o al menos eso quería creer, pues si no recordaba mal, el mismo se la había pasado bebiendo con apuro, cada que Rayona se le acercaba, mientras que Ben, se excusaba cada que él se le acercaba, y eso en su momento le había causado demasiada intriga.
El alcohol le estaba haciendo jugarreta, y ya había comenzado a mear en su organismo, así que tan caluroso como se sentía en esos momentos, decidió seguir el torpe paso de Tennyson, todo con dirección a su habitación.
—¿Por qué no quieres que me vaya Ben? —, decidió preguntarle con una imperceptible sonrisa.
Ben solamente lanzó una risotada, para después lanzarse a su cama, sin importarle verse infantil.
—No quiero estar solo… Quedate conmigo Blonko…~ —, pidió con una línea en su boca, línea que se encontraba curvada hacia abajo, casi al borde de un llanto desesperado —. Pero tu eres tonto y decidiste convertirte en Magistrado y abandonarme —, si bien, aquello quería decírselo apenas lo promovieron, Ben lo había callado para que su amigo tuviera éxito, pero bien dicen que los niños y los borrachos nunca mienten, y él estaba sumamente ebrio, tanto que había dicho lo que por semanas había guardado de manera recelosa, todo con un puchero de niño regañado y molesto —. Pero mejor olvidate de eso y juguemos un rato~.
—¡Ben, espera! —, si bien le había dado un poco de pena que su amigo le dijera aquello, la pena fue sustituida por vergüenza y mejillas sonrojadas, pues el héroe número uno en todo universo existente, se estaba deshaciendo una por una de sus prendas —. ¿Qué crees que haces Ben? —, preguntó azorado, y ¿porqué no admitirlo?, algo excitado.
—¿Pues qué más?, tú y yo vamos a hacerlo —, respondió sin pudor alguno, haciendo aplomo de toda la fuerza que su estado de ebriedad le permitía.
—Rook trago grueso al oír aquello —. Y con exactitud, ¿qué es lo que haremos según tú? —, inquirió nervioso, pues se imaginaba perfectamente lo que Ben quería hacer, porque en serio, él tenía ganas de lo mismo, desde hacía seis años atrás, más concretamente, desde el día que iban a tener su supuesta primera cita.
—La sonrisa torpe pero reluciente que el castaño tenía, se extendió demasiado, hasta el punto de marcar los hoyuelos de sus mejillas —. ¿Pues qué más podríamos hacer sin ropa tontito?, ¡vamos a hacer el amor! —, respondió sin vergüenza, mientras torpemente se ponía de pie e iba directamente hacia el alienígeno Plomero.
Uno se preguntará, ¿cómo es que Blonko podía tener rojo su rostro, si su piel era de un color morado grisáceo?, pues en esos momentos era lo que menos le importaba, pues ni en sus más húmedos y deseosos sueños, se imaginó a Ben de aquella provocativa manera.
—Espera un segundo Ben —, más que tembloroso, Blonko tomo de los hombros a aquel que una vez fue su compañero de trabajo —. No es que me desagrade tu propuesta, pero… —, silenció sus palabras al ver aquel tierna y demandante faceta que Ben hacia en esos momentos.
—¿Pero qué, Rook? —, preguntó de brazos cruzados y un mohín en sus labios —. Creí que te gustaría hacer esto, aunque sea una vez, o al menos antes de que te vayas como lo hicieron Gwen y Kevin —, le reprocho de brazos cruzados.
—¿Perdón? —, con una mirada incrédula y algo enfurruñado en el fondo por haber escuchado el nombre de Levin, Rook decidió hablar sin tapujo alguno —. No fui yo el que coqueteaba con Ester, tampoco fui yo el que dejaba locas a las chicas de otros planetas.
Ben se crispo ante aquellas verídicas acusaciones, pues si bien había hecho aquello, no lo había hecho de manera intencional, o al menos si lo había hecho con Ester y Julie, pero de las otras, ni al caso.
Encaro lo más derechito posible a ese insolente, y lo miró con enojo y con los brazos cruzados.
—Bueno, pues tu no puedes hablar al respecto, porque en la fiesta, las cosas con Rayona, no se veían para nada bien —, cizañoso mencionó aquello —. ¿Qué pasó Rook Blonko?, ¿problemas en el paraíso acaso? —, le pregunto burlesco, todo con una cínica sonrisa.
Ambos terminaron por mirarse de manera mutua, todo de una forma retadora y muy en el fondo, dolida. Y al ver que el contrario, no iba a ceder y disculparse, ambos comenzaron a pelear de manera infantil: con manotazos.
Decir que ambos terminaron en la cama, Rook encima de Tennyson, y que ambos pellizcaban las mejillas del otro, era poco creíble, pero al recordar que ambos estaban borrachos, se les daba por su lado.
—¡Retractate! —, ordenó Ben con molestia.
—¡Hazlo tu primero! —, rebatió Blonko de igual forma.
Se la pasaron así, casi diez minutos, y para cuando se dieron cuenta en la posición en la que estaban, era demasiado tarde. Ambos se sonrojaron y pidieron disculpas por aquella pelea tan absurda que gritaba celos por donde se mire.
Y cuando Rook quiso bajarse, fue el mismo castaño el que se lo impidió.
—No te vayas Blonko —, pidió en susurro, mientras agarraba la fina camisa que el alienígeno traía puesta debido a la celebración anterior —. Al menos por esta noche, seamos más que amigos y compañeros de trabajo —, pidió en susurro. Aquello era lo que más quería, para no volver a sentirse solo.
Rook lo miro con algo de pena y melancolía, pues al ver aquellos verdes ojos tan apagados, supo que Ben pensaba en los recientes eventos. Y si en verdad conocía a Tennyson, y claro que lo hacía, Ben estaba deprimido por ver a otro compañero y buen amigo, alejarse para una estabilidad de vida mejor. Rook sabía que si bien, Ben podía llegar a ser algo infantil o mediocre en defensa personal, también era de corazón frágil.
Con algo de nostalgia y anhelo, Blonko acarició suavemente la mejilla derecha de su ex compañero, el cual apoyó su mejilla, hasta el punto de ser una reconfortable caricia para ambos.
—¿Cómo se que no me odiaras si lo hago Ben? —, cuestionó preocupado ante ese pensamiento.
—No lo haría nunca Blonko. Tu eres alguien sumamente especial en mi vida. Ni siquiera Gwen o Kevin llegaron a ser tan esenciales en mi vida, como tu lo eres —, dijo con firmeza, pues a pesar de su estado de ebriedad, estaba seguro de que decía la verdad.
Rook asintió no muy seguro de lo que pasaría al amanecer, pero si de algo estaba seguro, es que no solo Ben deseaba aquello. Así que con la poca calma que le quedaba, comenzó a deshacerse una a una de las prendas que traía puestas, para después cerrar los ojos y respirar de manera profunda, todo mientras pensaba seriamente, en lo que pasaría en breve.
—¡Blonko no lo pienses!, ¡solo hazlo y ya! —, exigió con reproche, mientras daba vuelta al asunto. Literalmente, había dejado a Rook bajo suyo, sentándose a horcajadas encima del más alto.
Con algo más de seguridad, el Alienígeno abrió los ojos, mientras daba un asentimiento de cabeza. Con nerviosismo, situó ambas manos en la cadera del castaño, a la par en que sus mejillas se tornaron de un color granate.
Ben sonrió de una manera por demás descarada, a la par en que de poco a poco, se quitaba aquella última prenda que estorbaba en lo que tenía planeado hacer, todo sin quitarse o moverse de aquel cómodo sitio. Mientras que el Revonnahgander pasaba saliva de una ruidosa manera, pues a Tennyson no le basto con solo quitarse su ropa interior. No señor, a Ben poco o nada le importaba, quitarle la ropa al contrario, para que así ambos quedarán completamente desnudos.
—Sabes Rook, no me parece justo que yo haga todo —, mencionó aquello con un puchero en sus labios —. O es que acaso el gran Magistrado Rook Blonko teme a tener sexo duro —, mencionó con burla.
Rook parpadeo un par de veces, para después caer en cuenta a lo que Ben quería llegar. A decir verdad, temía, más no se dejaría intimidar por ese burlesco chico, y menos cuando ambos eran inexpertos.
Sonrió con arrogancia, algo raro en él, y de una manera algo brusca e inesperada para ambos, dio una nalgada al castaño encima de él. Deleitándose al oír un jadeo lleno de sorpresa por parte de Tennyson.
—¡Oh, Ben!, tú sí que no tienes idea —, refutó sonriente al ver aquella verde mirada, llena de deseo.
Algo que ninguno podía esperar, era que de alguna manera, después de esas palabras, ambos terminaron devorando la boca del contrario, haciendo sonidos húmedos y soltando uno que otro jadeo.
Sin poder esperar más, y con aquel reto anterior, Rook situó de una manera discreta y silenciosa, uno de sus dedos en la única entrada que Ben tenía, o al menos eso creía por lógica y estudios en cuanto a la biología del cuerpo humano, la verdad, poco o nada interesaba en esos momentos.
Ben dio un respingo lleno de asombro, pues hacía tan solo segundos atrás, Rook parecía ser más virgen que un recién nacido. Sus mejillas se colorearon a un rojo vivo, y sin poder evitarlo, separó su boca de la de Blonko, todo mientras ocupaba su boca para sacar varios sonidos de dudosa procedencia. Tembloroso, situó sus manos en los hombros del alienígeno y su cabeza en el pecho de este, todo mientras sentía como ahora los tres dedos, se movían para hacer el trabajo de ensanchar su entrada y evitar que doliera demasiado su primera vez, pero en serio, en esos momentos llenos de excitación, lo único que quería, era que le dieran duro una y otra vez.
—¡Hazlo ya! —, exigió sin poder evitarlo, pues sentía que Rook se estaba vengando o exageraba en creerlo frágil y delicado.
—Rook trago grueso por décima vez en la noche —. Temo lastimarte Ben —, respondió apenado.
—¡Olvídate por un momento de tu caballerosidad Blonko, y follame de una buena vez! —, le dijo azorado, pues hasta a él le dio pena lo desesperado y ansioso que se escuchaba.
Blonko asintió presuroso, para después, tomar su miembro con una mano, y con la otra alzar un poco, el trasero del castaño. Apenado y acalorado, comenzó a adentrar su miembro, en aquella virgen entrada, todo de una manera lenta y lo menos brusca posible. Pero Ben no estaba del todo de acuerdo, pues la mueca llena de dolor, le decía que sus planes no estaban funcionando. Quiso salir, más el castaño, respiro profundo y se sentó de golpe, hasta el punto de quedar con la boca abierta y un imperceptible chorro de saliva caer hasta su barbilla, todo sin emitir sonido alguno, al punto de retener por breves momentos su respiración.
—¡Por dios, Ben!, ¿estás bien? —, preocupado y sin moverse, preguntó aquello.
—Ben asintió entre respiraciones calmantes —. Solo quédate quieto un momento —, pidió como pudo.
Rook asintió con premura, mientras rodeaba la cintura del castaño, y daba leves caricias en un vago intento por calmar a Tennyson.
Pasaron unos minutos casi eternos, en los que Blonko hizo uso de todo su autocontrol para no moverse, casi como si fuera una maldita estatua. Y solo cuando el mismo Ben comenzó el vaivén, pudo respirar de nueva cuenta y mirar sorprendido a ese chico.
—Ahh…~ —, Ben soltaba leves gemidos, al ritmo de aquel lento movimiento.
—Pudiste avisarme Ben…~ —, Rook tenía un ojo cerrado, casi como si hubiera sido herido, cuando la realidad era una más candente.
Con más confianza, el Alienígeno comenzó a mover su cadera, en un movimiento más que rápido y certero, pues aprovechaba su movimiento junto al de Ben. Movimientos que a pesar de ser desiguales, se complementaban, mientras Ben bajaba, Blonko subía, haciendo las embestidas más que certeras.
Ambos gemían cual animales en celo, sonrojados y más que ruidosos. Las embestidas eran ruidosas, húmedas y sumamente excitantes, pero como primerizos que eran, ambos culminaron a la par. Mientras que Ben dejaba salir su semilla encima de su compañero, Blonko terminó el acto en el interior del castaño.
—¿Estás bien Ben? —, con la respiración acelerada y el rostro sonrojado, Rook, preguntó aquello con temor de haber dañado a su compañero.
—Descuida, estoy más que bien —, respondió jadeante, mientras sonreía levemente.
Solo bastó aquello, para que fuera el mismo Ben, quien comenzará a moverse de nueva cuenta. Sorprendiendo a Rook, quien más que excitado y dispuesto, usó toda su fuerza para ponerse de rodillas y estampar al castaño contra la pared.
—Parece que Blonko no es tan pacifista…~ —, mencionó como pudo.
—Y tu no eres tan experto como te crees Ben…~ —, respondió jadeante, mientras hacía un intento por sonreír.
Después de esas palabras, ninguno dijo nada más. Ambos se ocuparon en gemir, jadear, morder y moverse como locos.
Ben sentía que Rook llegaba a un lugar que lo volvía loco, y aunque no quería admitir que el otro era demasiado bueno en lo que hacía, situó su cabeza cerca del hombro del alienígeno y mordió con fuerza el sitio, cuando sintió a Blonko llegar demasiado profundo.
En cuanto al Revonnahgander, éste sintió que aquel cálido lugar se estrechó, y sin poder evitarlo, volvió a correrse en el interior del que antes fue su compañero de trabajo, causando que incluso Ben, sintiera ese mismo éxtasis y se corriera entre su abdomen y el de el mismo.
Jadeante, y casi sin fuerzas, salió con sumo cuidado del interior de Ben, y como pudo, logró situar a Ben en la cama junto a él.
—¿Estas cansado Blonko? —, preguntó con la respiración acelerada y una mirada más que dispuesta para continuar con esa sesión de sexo.
—¡Dios, Ben! —, Rook más que apenado, miró su propio miembro, sorprendido de verlo erecto de nueva cuenta.
Sin duda alguna, el deseo por volverse uno con el otro, era más que fuerte, pues ambos continuaron haciéndolo durante horas hasta que al fin cayeron rendidos.
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—¡¿Qué es lo que pasó?!, ¡¿que hemos hecho Rook?! —, Ben estaba que se moría de la vergüenza, y no precisamente por la falta de prendas en su cuerpo. Todo lo contrario, su rostro había tomado un tono sumamente rojizo, debido a que en una zona sumamente desconocida para él, sentía salir líquido que estaba seguro, pertenecía a Rook y su cuerpo presentaba todo tipo de hematomas, producto de chupetones, incluso podía jurar que en su cadera, se veía la forma de los dedos de su acompañante y ni mencionar el dolor en su espalda baja.
—No lo sé con exactitud Ben —, Rook no estaba tan distinto al castaño, pues hasta él estaba más que avergonzado al saber perfectamente lo que habían hecho, especialmente la última vez que lo habían hecho, justo en el escritorio que Ben ocupaba cuando hacía sus tediosas tareas escolares, obvio, no iba a hacer mención de eso —. Lo último que recuerdo, es que Kevin no dejaba de repartir bebidas, y luego de eso recuerdo que tu y yo estuvimos platicando y recordando viejos tiempos, ya más de eso, me es imposible de recordar. ¿Tu que recuerdas Ben? —, mencionó lo que había logrado recordar. Recuerdos que los hicieron hasta ese punto.
—Ben se puso a pensar con seriedad, en verdad le urgía recordar lo sucedido la noche anterior —. Recuerdo haber platicado contigo, puedo asegurar que recuerdo que tu te ofreciste a traerme a casa, incluso puedo recordar la parte en la que te digo que te quedes a descansar en lo que se te bajaba el alcohol de la sangre. También recuerdo haberte dicho del viaje de mis padres, pero más allá de eso, no puedo recordar nada más —, el castaño estaba que se moría, pues recordaba haber suplicado por la compañía del Revonniano.
—¿Y qué haremos ahora Ben? —, preguntó azorado el alienígeno.
—Ben miró con vergüenza a Rook, pues bien sabía que ebrio o no, se había acostado con su compañero, quien tenía por pareja a una chica que lo traía loco desde su niñez —. Lo mejor será seguir como lo que éramos: como amigos —, trato de sonreír, aun cuando lo que quería era pedirle algo más que una simple amistad.
—Rook lo miro impresionado y dolido —. ¿Estás seguro Ben? —, cuestionó en susurro, mientras desviaba su mirar hacia la ventana.
—Ben suspiró con resignación. Él ya había tomado una decisión por el bien de la relación amorosa de Rook y Rayona —. Es lo mejor Blonko. Tu tienes a Rayona, y yo no puedo hacerle más daño de lo que ya he causado. Ella no se lo merece.
Rook quiso decir muchas cosas, entre ellas que él y Rayona, muy probablemente no seguirían siendo pareja, pero al ver la determinación de Ben y al conocerlo lo suficiente como para saber que no cambiaría de opinión, decidió que al menos por un tiempo, dejaría las cosas tal y como estaban ahora, casi como si esperara que algo hiciera que Benjamín cambiará de opinión.
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Pasaron dos meses después de aquel suceso. Rook se había acoplado de manera rápida a su nuevo cargo, aún cuando extrañaba las aventuras con Ben.
En cuanto a Tennyson, éste tenía por compañero a alguien que conocía perfectamente, y aun cuando había una que otra confusión por el nombre Ben, los dos hacían buen equipo, claro, no tanto como Rook y Tennyson, pero al menos el pequeño no tan pequeño Ben hacía gala de todas las enseñanzas de sus hermanos mayores.
Justo ahora, Rook Ben entregaba a su compañero y casi hermano mayor, un vaso de aquella bebida que a Ben tanto le gustaba, pero al ver como el castaño se negaba a tomar aunque sea un sorbo, supo que algo le ocurría a su compañero.
—Creo que deberías y a consultar Ben, porque en serio, no te ves nada bien. De hecho, estás pálido —, mencionó aquello con preocupación.
—Sabes que, esta vez te tomo la palabra, porque en serio, siento que se me nubla la vista —, murmuró, mientras se llevaba una mano a su cabeza.
Rook Ben se preocupo con aquellas palabras, así que no espero más y ayudó a Ben a llegar al vehículo que les tenían asignado.
No supo cómo llegó a la base de los Plomeros, ni siquiera se dio cuenta cuando comenzaron a checar y monitorear su salud, pero al sentir como pasaban aquel aparato en su vientre, y como le sacaban sangre, supo que las cosas no andaban nada bien para él.
—¡Dios!, ¡¿es cáncer?! —, preguntó alarmado, especialmente cuando vio a su abuelo y prima entrar al lugar.
—Nada de eso señor Tennyson —, respondió el doctor —. No se como explicarlo, pues no hay lógica en esto, pero lo que usted tiene es un aproximado de dos meses de embarazo —, reveló aquello, sin creerlo aún.
—¡Eso no puede ser! —, exclamó alterado el castaño.
—Tranquilizate Ben —, pidió sorprendida Gwen, pues sin darse cuenta había usado sus poderes, confirmando las palabras del doctor. Era oficial, su primo iba a convertirse en ¿madre?
—¡No puedo Gwen!, es decir, soy un hombre, y por obvias razones, eso es imposible, ¿no? —, nervioso, miró a su abuelo casi al borde del llanto.
—Creo que llamaré a su abuela chicos —
Tanto Ben como Gwen se extrañaron con aquel comportamiento, pues no entendían del todo, ¿qué tenía que ver Verdona Tennyson con el embarazo de Ben?
En cuanto a Ben, él situó ambas manos en su vientre, todo de una manera nerviosa, pero a la vez ansiosa. Una vida crecía en su interior, vida que fue hecha por él y Rook Blonko. Y aun cuando sabía que no podría contar con todo el apoyo de Rook, estaba dispuesto a tener a ese a ese bebé, no importando su reciente miedo a lo desconocido.
Aunque ahora dudaba en cómo le diría a Rook, sin saber que este había escuchado toda la revelación, sintiendo una inmensa alegría por la noticia de que sería padre.
Ambos con los mismos miedos y angustias debido a su separación. También sintiendo las mismas alegrías con el descubrimiento de que serían padres.
Ambos, aunque no estuvieran unidos, sabían que desde ya, había algo que los uniría en alma y corazón, casi como un hilo rojo que los seguiría de por vida. Ambos decididos a hacer lo mejor por ese bebé.
—¡¿Mi hijo?! —, susurraron ambos con una sonrisa. Ambos separados, pero a la vez unidos.
FIN°~