"El Verdadero Enemigo"
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Decir que Max Tennyson estaba sorprendido, era poco. Aunque más bien estaba algo frustrado al ser avisado de esa manera. Y es que hasta hacía poco, se estaba haciendo a la idea de que su linda y única nieta, terminaría casada y con hijos, nada más y nada menos que con Kevin Levin.
Y no es que el muchacho sea malo, porque el chico había demostrado que por Gwen, era capaz de todo, es solo que Gwen era su única nieta y ese sentimiento lleno de celos no los tuvo con sus hijos, por el simple hecho, de que estos eran varones. Pensó que con Ben jamás experimentaría aquello y cuanto lamentaba el haberse equivocado. Ahora, de alguna u otra forma, se arrepentía de haber puesto a Rook como el compañero de su querido nieto.
Justo ahora, el gran magistrado Tennyson, se encontraba en el cuartel de los plomeros, viendo con una pizca de pena a la morena, quien se quedó por casi tres horas, observando a lo que pudo ser su futuro.
—Kai, creo que debes ir a casa —, le sugirió con calma —. Es obvio que lo que menos quieres, es ver a Ben y a Rook, y ellos van a volver aquí tarde o temprano, además, Ben me sugirió que hablara con tu abuelo sobre tu reacción tan lejana a un verdadero plomero.
La morena miro al hombre con una pizca de rencor, pero a los pocos segundos negó con prisa. Se puso de pie y se acercó al congelado Ben adulto, solo para mirarlo una última vez. Se iría, sí. Aceptaría su derrota y se lamentaría por como trato a Ben en el pasado.
Si tan solo hubiera aceptado que aquel niño inmaduro le gustaba. Si tan solo hubiera aceptado su afecto. Si tan solo no lo hubiera rechazado de aquella fría y déspota manera, tal vez ella sería el futuro de Ben y no Rook, pero por desgracia, el hubiera no existe.
—No se preocupe señor Tennyson, me iré en paz. Aceptaré de manera madura mi castigo —, dijo resignada. Al menos por el momento se daría por vencida.
Max la vio irse del lugar, todo con un aura lleno de derrota a su alrededor. Quisó tener lastima por ella, pero el solo hecho de recordar como hirió a su nieto en el pasado, se lo impedía, aunque aun así, no le deseaba ningún mal.
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—Bien, llevamos cerca de tres horas buscando y no hemos visto a Ion, ni siquiera algún indicio de que está aquí —, Ben había comenzado a quejarse.
—Pues si te hubieras quedado en el cuartel de los plomeros como te había dicho, no estarías ayudando en la búsqueda —, Rai miro de mala gana al que se convertiría en su progenitor.
Ben miro con reproche al que sería su hijo en un futuro, no creyendo del todo, como es que ese muchachito tan grosero y rebelde, pudiera compartir lazos tan unidos con él y Rook. Aunque si lo pensaba mejor, Raimundo se parecía más a él en ese aspecto. Bien dicen que cuanto más te pareces a uno de tus padres, más se choca con él.
—A todo esto Rai, ¿eres plomero?, digo, es que tienes las mismas habilidades que Rook —, Ben quiso saber aquello, que de alguna u otra forma le preocupaba. Una cosa era ser un plomero y otra era saber que tus hijos lo serían también.
—Sí, y mira que cuando te enteraste, casi matas a mi padre por permitir que hiciera los exámenes de admisión —, le respondió divertido.
Ese era uno de los momentos más lindos que podía recordar. No porque su papi casi mata a su padre, tampoco era porque los castigo a ambos, más bien, porque ese día su papi se sinceró con él de una manera que casi nunca usaba. Ese día Ben le externo con toda sinceridad sus miedos de que algo malo le pasara en alguna misión o de que se topará alguna vez con sus peores enemigos.
— ¿Entonces Rook te lo permitió? —, preguntó Ben con algo de molestia, mientras dirigía su mirada de reproche al revonniano mayor.
—Rook se puso nervioso al ver de aquella manera a su compañero —. Ben, eso aún no ha pasado —, le recordó nervioso.
—Eso ya lo sé, pero tarde o temprano pasará —, miró con molestia al otro revonniano —. Y tú deberías ir pensando en renunciar, ya que este trabajo es sumamente peligroso.
—Rai solo rió un poco —. Lo siento, pero eso es algo que no puedo hacer —, miró por unos breves momentos al castaño, solo para asegurarse de que lo estaba viendo y escuchando de manera atenta —. No puedo y no quiero renunciar, después de todo, llevo en la sangre el ser héroe, y así como tú y mi padre lograron grandes hazañas, yo haré lo mismo, claro, a mi manera, después de todo, a mí no me interesa para nada ser el siguiente portador del Omnitrix.
Tanto Rook como Ben, veían maravillados al que algún día se convertiría en su primogénito. Ambos pensando en los ejemplos que habían dado y que rendían frutos.
Raimundo era algo tosco y rebelde, pero muy a su manera, era igual a ellos, empezando por ese sentimiento de proteger no solo a los seres queridos, también a todo el que lo necesite.
—Vaya Raimundo, se ve que ya estas madurando y eso que hace un año eras igual de terco y presuntuoso que el joven Tennyson —, Paradox miro divertido al nombrado, quien lo veía con reproche por haber arruinado ese bello momento.
Ben y Rook solo vieron con pena al chico, y es que al haber dicho aquello, las mejillas del joven revonniano habían quedado rojas por la pena de la que era dueño. El castaño iba a decir algo, para animar al chico, cuando sintió que algo tomaba con fuerza su pie.
Asustado y sin querer alarmar a alguien por lo que sentía, miró hacia donde tenían sujeto su pie, solo para ver que era justo a quien buscaban, el que lo había agarrado.
—¡¡ION!!. —, gritó sorprendido al ver a aquel villano en tan deplorable condición.
Los demás miraron al portador del Omnitrix completamente alarmados. Pero toda alarma y preocupación por el castaño, cambio de una manera tan radical al ver lo que los verdes ojos de Ben veían.
Ion estaba allí, agarrando con toda la fuerza que poseía en esos momentos al castaño, pero lo que los tenía boquiabiertos y llenos de intriga, era que aquel villano parecía completamente herido y debilitado. Ciertamente, Ion no parecía ser el verdadero responsable del caos que se estaba armando en todas las dimensiones.
— ¿Qué rayos te paso Ion? —, Ben fue el primero en hablar y al ver que Ion no parecía ninguna amenaza por el momento, se puso a su altura.
—Algo muy malo...eso es obvio —, respondió como pudo.
—Ben frunció el ceño con molestia —. Creo que no estás en condiciones para ponerte necio —, advirtió, mientras miraba a sus acompañantes, más específicamente a los Revonnahganders que preparaban sus armas.
Ion observo con detalle a los presentes. Y su vista se quedó específicamente en aquel joven revonniano de cabellos castaños. Luego de analizar lo obvio, miro a Paradox de una manera suplicante y alarmante.
—Generalmente soy yo el que causa estragos entre dimensiones...pero la persona que me hizo esto y que ha estado manipulando al Rook de la dimensión 23, se ha pasado de la raya —, comenzó a hablar, revelando lo bien informado que estaba en el tema —. Esta persona es alguien que creías muerto y que por alguna razón logro obtener el poder suficiente no solo para burlar a la muerte, también para viajar a través de los túneles de tiempo que poseen en cada dimensión —, miró a Paradox.
— ¿De quién me hablas?, ¿quién es capaz de hacer tales cosas, aparte de ti? —, preguntó preocupado.
—Su nombre es Kai. —
Todos los presentes miraron con asombro a Ion. No entendían como es que Kai haría tal cosa, si tan solo hace unas horas se enteró de lo que le depara el futuro.
Paradox por su parte entendió por completo a lo que Ion se estaba refiriendo. Había sido iluso al creer que aquel chico había muerto, además de que lo había dejado hacer lo que quisiese durante todo ese tiempo.
—Pues solo hay que matarla y quitarla del camino —, dijo Rai como si nada. Mejor para él, tal vez así podría evitar que su hermanito naciera con aquella pequeña deficiencia respiratoria.
—Yo nunca dije que Kai, sería la misma chica que habita en esta dimensión —, dijo Ion, mientras se presionaba el pecho.
— ¿Qué quieres decir? —, preguntó Rook con desconfianza.
—Ion se refiere al Kai de la dimensión 23 —, Paradox miro con seriedad a los presentes —. En esa dimensión, Kai era un chico y también estaba enamorado de Ben Tennyson. Pensé que había muerto, de hecho debería estarlo, puesto que en una peligrosa misión desapareció, pero veo que no fue así —, explicó lo más esencial, para después mirar a Ion —. Tú estás ocultando algo más, ¿a qué poderes te referías? —, le pregunto seriamente.
—Ion respiro lo más que podía debido al dolor del que era dueño y miro al profesor —. Bien sabes que tú y yo, no somos los únicos que pueden moverse de dimensión a dimensión, ni tampoco somos los únicos a los que el tiempo no les afecta.
Paradox abrió los ojos con sorpresa. Era verdad, había alguien más que era capaz de manejar el tiempo. No lo había tomado en cuenta, puesto que no estaba precisamente en la dimensión de los vivos, aunque si se ponía a pensar en las palabras dichas por Ion y se guiaba en el recuerdo de cómo había desaparecido Kai, todo cobraba sentido.
Kai no murió a manos de Fantasmático, probablemente el Alíen fantasmal lo estaba manipulando o en su caso, tal vez le salió contraproducente y él termino siendo manipulado por aquel chico lleno de odio y rencor en contra de Rook y Ben.
Y si era así, todo sería más fácil para Kai. Siendo ahora, un poseedor de poderes fantasmales, podía ir y venir a su entero antojo. Lo que significaba que había ido a la así nombrada, dimensión fantasma a buscar al tercero en manejar el tiempo.
—Fue por Reloj, ¿no? —, miró a Ion de manera alarmada.
—Hasta que lo entendiste —, rió por lo bajo —. Ahora que lo sabes, sabrás que si está andando en esa dimensión, ni tú, ni yo tenemos jurisdicción, ni autorización para ir a ese lugar —, le recordó con pesar.
Paradox se llevó una mano a la cabeza. Sabía que Ion tenía toda la razón, es decir, él podía andar de aquí para allá, visitando ya sea el pasado, presente y futuro de cualquier dimensión, salvo a la dimensión fantasma. Ese lugar solo podía ser visitado por aquellos que ya no están en el plano de los vivos o en su caso, los alienígenas fantasmales. Y Kai con los poderes de Fantasmático, podía hacer lo que se le venga en gana.
— ¿Quién rayos es Reloj? —, Ben se había hartado de la plática entre Ion y Paradox.
—Paradox lo miro preocupado —. Reloj es alguien con la misma habilidad que Ion y la mía. Él puede ver lo que fue o podrá ser, incluso podría intervenir si así lo desea, pero por lo general, prefiere no meterse y dejar que las cosas sigan su rumbo —, explicó —. Pero hay más, Reloj no se encuentra en esta dimensión, Reloj es lo que nosotros los humanos denominamos como fantasma y el tratar de ir hacia donde él se encuentra es una gran falta en las leyes. Los únicos que pueden entrar a ese lugar son los alienígenas con habilidades fantasmales o los mismos fantasmas.
Ben y Rook se miraron entre sí con preocupación. Ambos pensaban lo mismo, si tan solo el Omnitrix sirviera, el castaño podría transformarse en Frío e ir donde ese tal Reloj se encontraba.
Rai por su parte solo apretaba con fuerza los puños, al ya entender que no podría deshacerse de aquel sujeto con las habilidades necesarias para ir a la dimensión fantasma.
— ¿Qué haremos ahora? —, preguntó Rook preocupado —. El Ben del futuro no podrá venir e ir por ese tal Reloj, y no me refiero al que está congelado —, de manera discreta miro a Rai.
— ¿No hay manera de llamar a ese tal Reloj? —, preguntó Ben al profesor.
—Si la hubiera, ya lo habría llamado, pero ni Ion, ni yo podemos pasar a ese lugar —, respondió con pesar.
—Yo sé de alguien que puede ir por él —, murmuró lo más bajo que le permitió esa descabellada idea.
Todos miraron a Raimundo con total ansiedad. Se quedaron en silencio, para ver si el joven revonniano decidía hablar de una vez por todas, pero al ver como fruncía el ceño, solo se dedicaron a esperar con la poca paciencia que les quedaba.
— ¿Y bien?, ¿quién es esa persona? —, preguntó Ben con exigencia.
—Rai solamente suspiro, mientras se acercaba a Paradox —. Necesito que me lleve a mi tiempo, allí Samuel nos llevará con el poseedor de esos poderes fantasmales —, le pidió con mucha seriedad.
—Supongo que es alguien que odias mucho, si no, no usarías el nombre completo de tu hermano, ¿un pretendiente de él, quizás? —, Paradox sonrió divertido al ver los molestos gestos del joven.
—Solo haga lo que le pido, antes de que cambie de opinión —, exigió molesto, por haber sido descubierto.
—Bien, bien, te llevare a tu tiempo —, le respondió el profesor, para después abrir un portal —.Listo. Vamos antes de que algo interfiera —, pidió con seriedad al sentir algo inestable aquel portal.
— ¡Esperen!, ¿en serio se van? —, cuestionó el castaño de manera alarmante.
—Solo iremos por ese chico, ahora volvemos —, respondió Rai con simpleza.
Y ante los ojos de Ben, Rook e Ion, Paradox y Rai desaparecieron, junto con aquel portal.
—Supongo que solo debemos esperar —, dijo Rook con calma.
—Supones bien, lo obvio —, respondió el castaño de mala gana.
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Paradox y Rai salieron de aquel portal, quedando algo asombrados de ver a un furioso castaño embarazado frente a ellos y a su lado, un apenado chico de cabellos castaños y ojos tan amarillos como el ámbar.
— ¿Se puede saber, quién te autorizo para hacer un viaje por el tiempo?
Rai trago grueso al oír la potente y furiosa voz de su querido papi. Lo miro con mucha preocupación, detallando que su hermanito aun estuviera protegido en el interior de su progenitor.
—Tuve que hacerlo. Tú y papá estaban graves, además de que ese sujeto fue directo a donde tu aun eres joven —, se explicó cómo pudo, pero al ver como su hermano menor estampaba la palma de su mano en la frente, supo que no eligió muy bien las palabras correctas.
— ¿Insinúas que soy un anciano? —, preguntó ofendido —. Ósea de que aparte que me desobedeces, me dices anciano.
Paradox solo observaba divertido aquello, pero decidió interferir, cuando vio que Ben iba para largo con su regaño.
—Siento interrumpir, pero si no hacemos lo que vinimos hacer, todas las dimensiones estarán perdidas.
—Ben lo miro con reproche —. ¿Y a qué vinieron? —, preguntó resignado. Sabía bien que su hijo era fuerte, pero eso no cambiaba el hecho de que deba preocuparse.
—Rai miro a su hermano con total resignación, esperando a que no le diera esa expresión tan cursi, al saber a quién necesitaba —. Necesitamos a Dark Plasmius —, le dijo con odio. Un odio bien dirigido hacia ese ser.
—El chico de ojos dorados se sonrojo al oír aquel nombre, sin darse cuenta de que eso solo incrementaba la furia de su hermano mayor —. Supongo que debo ir por él —, dijo en susurro con una falsa molestia —. No me tardo.
Dicho eso, Samuel recitó un hechizo y se transportó en busca de aquel chico que tanto odiaba su hermano mayor.
—A todo esto, ¿quién es ese tal Dark Plasmius? —, preguntó intrigado el profesor.
—Ben comenzó a reír —. Es el enamorado de Sami, pero Blonko y Rai lo odian por eso mismo. Según solo llegó para llevarse a su bebé, y usted sabe a lo que me refiero. Sami es Anodita como Gwen y yo, por lo tanto, puede estar con hombres o mujeres, pero ya ve que eligió y déjeme decirle que sus gustos no son nada malos —, explicó divertido al ver la expresión furica de su hijo mayor.
—A todo esto papi, ¿cómo estás?, ¿no te sientes mal?, estas algo pálido —, inquirió preocupado.
—Estoy bien, más bien fue el susto, aunque tu padre por otro lado, Gwen tuvo que inducirle en una especie de coma —, explicó con angustia.
— ¿Tan mal esta? —, preguntó.
—Ben apretó los puños con fuerza, hasta dejarlos blancos —. No sé qué cosa le disparo en el pecho, pero eso hizo que su corazón se congelara. Blonko no está muerto, pero para evitar que esa tragedia ocurriera, Gwen lo hechizo para ponerlo en coma, en lo que encontramos alguna cura.
El ambiente se había hecho tenso. Tanto, que Rai se había arrepentido de preguntar aquello. Iba a hablar, tratar de que su papi se calmara, pero al ver a su hermano llegar junto con aquel sujeto, le hizo olvidar ese mal trago, para que a los pocos segundos, recuperará la furia que le daba aquel odioso atrevido, es decir, una cosa era tener que pedirle ayuda y otra era quedarse de brazos cruzados, mientras aquel individuo toqueteaba a su inocente hermano menor.
—Aleja lentamente, las manos de mi hermano —, le ordeno furioso, mientras apuntaba al intruso con su arma.
Ben solo negó, mientras se llevaba la palma de sus manos a su frente, mientras que el menor entre ellos se sonrojaba a más no poder.
Por su parte, el mentado, Dark Plasmius, solo sonrió divertido, mientras hacía más fuerte y posesivo, el abrazo que le daba al menor de los hermanos Rook. Como le encantaba hacer que su "cuñado" se enojara de aquella manera.
—Tranquilo Raimundo, ¿qué no somos familia? —, le pregunto divertido.
—Te mato —, Rai estaba dispuesto a desaparecer del mapa a aquel insolente.
—Dejemos las peleas para otra ocasión. Por ahora, será mejor ir de regreso a atender el problema por el que llegamos aquí —, le recordó Paradox de manera seria.
Rai asintió de muy mala gana, para después acercarse a su papi. Ambos se miraron, dándose una mutua explicación de una manera en la que solo ellos podían hacerlo, una muy seria batalla de miradas.
—Supongo que no vas a hacerme caso, aun cuando te ordene que no vayas —, Ben suspiro resignado.
—Supones bien —, le respondió serio.
—Ben viro a ver a su otro hijo con preocupación —. Entonces ve, pero prométeme que ambos se van a cuidar de manera mutua —, pidió con angustia.
—Eso tenlo por seguro, pero, ¿estás seguro que debo llevarme a Sam?, digo, sin él te quedarías solo y desprotegido —, externó preocupado aquel importante detalle.
—Tranquilo, tu tía Gwen y tu tío Kevin están conmigo, eso sin contar a Rayona y su familia.
Ben comenzó a reír al ver la furia en el rostro de su hijo y todo por haber mencionado a la persona que le prohibió acercarse a la persona que tanto le gustaba, pero bien sabía que no debía estar del lado de ninguno y más cuando la revonnahgander solo estaba protegiendo a su hijo de Raimundo.
—Bien profesor, abra otro portal —, pidió Rai con seriedad.
El profesor no lo pensó ni dos veces. Un portal apareció y allí entraron tanto Paradox, como Rai y sus dos nuevos acompañantes, mientras que Ben solo observaba como desaparecían ante su preocupada mirada.
—Solo espero y tú no seas tan terco como tu hermano mayor, tampoco que seas tan ingenuo como tu otro hermano o de lo contrario todos terminaremos más locos, Damián —, murmuró Ben, mientras sobaba aquel lugar donde su tercer hijo aguardaba.
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Nuevamente Rai y Paradox se encontraban frente a Ben y Rook, claro, la diferencia en ese encuentro, era que había más allegados del futuro.
Un chico con ropas finas y caras, pero con una mirada inocente, a pesar de venir de un padre arrogante. Y bueno, Ben y Rook no estaban tan preocupados, porque algo les decía que ese chico era la persona de la que Rai había hablado.
Lo que si los tenía demasiado intrigados, era ver a aquel adolescente de gran parecido a Ben, con las únicas excepciones del color de ojos y el largo de cabello, eso sin contar que el color que el chico prefería en sus ropas, era el amarillo.
—Entiendo que ese chico sea el que puede ir a la dimensión fantasma —, Ben comenzó a hablar con Rai, mientras señalaba al peli negro de ojos azules —. Pero, ¿quién es él? —, preguntó curioso, mientras miraba al castaño de ojos dorados.
—Rai suspiro resignado, esperando no causar a los que serían sus padres un terrible paro cardíaco —. Su nombre es Samuel Rook Tennyson, y es su segundo hijo y mi hermano menor —, respondió sincero.
— ¡¿QUÉ?! —, tanto Ben como Rook gritaron sin poderlo evitar. Definitivamente ese día aún estaba lleno de sorpresas.
—Hola padres —, saludo Sam de manera nerviosa.
Continuará