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El Laberinto de la Luna Llena por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

UNIVERSO: canon divergente


RESUMEN: El señor tenebroso no pudo ser derrotado. Como castigo, los integrantes del bando perdedor tienen que correr por sus vidas en un laberinto custodiado por trampas mortales, muros impenetrables y un letal Remus Lupin cazándolos a la luz de la luna llena.


DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a J. K. Rowling yo solo los tomo prestados con fines recreativos.


ADVERTENCIA: acción, angustia, un poco de lenguaje soez (solo un poquito) y otro poco de escenas fuertes (con tintes gore) Están advertidos~


CAPÍTULOS: 5/5 + Final Alternativo.


NOTAS DE LA AUTORA: Bueno, debido a que este es un final alternativo, el comienzo es idéntico al capitulo final pero les aseguro que el desenlace es totalmente diferente~ tuve la necesidad de hacerlo ya que mi amor por el drarry gritaba de minimo hacer algo por ellos jeje xD


Mil gracias MEDUSA_90 y en especial a CristineC por estar desde el principio!!! estoy en deuda contigo chica! eres lo mejor!! *W*


A leer se ha dicho~

QUINTA LUNA LLENA: El Sol Aun Brillará (Final alternativo)

Su cabeza dolía y no sabía con exactitud donde estaba. No había gritos ni palabras burdas en contra de su naturaleza de licántropo; ni un sonido. El viento corría y no había grilletes en sus brazos. El sol matinal brillaba en el cielo despejado dándole a entender que algo andaba mal. No estaba de regreso en su celda, ni rastro alguno de los mortifagos; nada. Eso solo podía ser un atisbo de esperanza ¿o no?

Ansiaba reencontrarse con su cachorro y los demás, pero su cuerpo agarrotado no respondía. Aparte, el más que despierto sentido común resonó en su cabeza instándole a quedarse en su lugar ya que si los encontraba ¿Qué sacaría con ello? Solo ser un amenaza y los convertiría en un blanco fácil.

"Espero que estés bien Harry…"

¨¨*O*¨¨*O*¨¨*O*¨¨*O*¨¨*O*¨¨

En la parte más apartada del claro, todos estaban muy callados, analizando la situación, escudriñando sobre el porqué de su situación; por qué los habían dejado ahí. No había ruido del exterior y eso era muy raro.

Lavander como siempre iba de un lado a otro cubriendo sus oídos con ambas manos, como si tratase de callar las voces insistentes de criaturas o recuerdos que no estaban ahí. Harry aun debatía sobre la importancia de emplear su último recurso en la espera de lo mejor a un Draco Malfoy que no quería ceder. Hermione aun sollozaba de vez en cuando ante la dolorosa presencia incorpórea de Ron que le recordaba el no haber hecho lo suficiente para mantenerlo con vida. Luna por su parte cerraba los ojos soportando el dolor que sentía. Ya no durará mucho tiempo porque por más que quería ocultarlo, la herida seguía abierta y sangraba. "Solo un poco más…" se dijo con un esbozo de sonrisa.

Neville era el único que se mantenía activo porque sabía que de lo contrario se desesperaría. Ya bastante malo era que solo quedaran 6 de ellos y ahora para empeorarlo estaba el hecho de que no hubieran regresado a la celda. Juntó todo lo que podía y agradeciendo sus conocimientos de Herbologia, tomó todo lo comestible que pudo para servirlos en sus platos improvisados.

-¿No vas a comer Luna?- preguntó acercándole unas bayas pues fue la única que permaneció con expresión taciturna y no hizo amago de querer comer. No era mucho, lo sabía, pero era algo que podía entretener a su estómago en lo mientras que debatían sobre qué era lo que procedía. Contrario a lo que esperaba, la rubia negó.

Neville solo se le quedó viendo. Su actitud era extraña. Normalmente hubiera esperado su dulce sonrisa y un discurso sobre el "permanecer unidos" y el "todo saldrá bien", pero no hubo nada de eso y notó con creciente terror como le daba un exceso de tos y sangre manchó sus labios.

-¿Qué te sucede? ¿Porque?- gritó al borde del delirio.

-No es nada Neville… estoy bien…- dijo la chica limpiando la comisura de su boca. Se sentía débil y todo su cuerpo dolía. El chico de ojos avellana la tomó de sus hombros instándole a entrar en razón.

-¡¿Cómo que no es nada?! ¿Y así piensas hacer el patronus? ¡No te atrevas!-

-Pero es la única solución Neville…- dijo con solemnidad, pero el chico no entendía su idea demencial. Se negaba a perderla a ella también, no podía ser esa la única salida.

-Hermione, ayúdame a buscar díctamo…- la castaña lo dudó, pero había tal determinación en el semblante de su amigo, que accedió a su demanda –y ustedes no se atrevan a hacer nada- dijo amanzánate señalando a Harry y Draco –vamos a seguir con el plan de seguir trazando el mapa y es todo- el gris y el verde se regresaron a ver con acritud, pero ninguno dijo nada mientras los dos salían del claro en busca de esas flores malva.

-Ese Longbottom se cree el amo de mundo…- murmuró el rubio estirando las piernas en el sitio donde estaba sentado y miró de soslayo a la chica que apenas y podía mantener una tranquila expresión.

-¡Hay que hacerlo chicos!- exclamó Luna intentando sonar lo más jovial posible.

-Pero Luna… con tu condición…-

-Es ahora o nunca Harry, sé que podremos lograrlo- dijo esperanzada. Sabía lo que sentía Neville por ella y su sobreprotección justificada, pero mientras más pensaba en el bien mayor y la gran oportunidad que presuponía, más se afianzaba a pensar que lo lograrían y más crecía su valor.

-Nosotros podemos hacernos cargo Luna... Tú tienes que descansar hasta que regresen Hermione y Neville- la chica negó con la cabeza –Por favor Luna que Neville nos mata si algo te pasa…-

-A veces pasan cosas que no podemos controlar Harry. Es parte de la vida y lo acepto... Por tanto quiero hacer mi parte para lograr salir. Lucharé hasta mi último aliento por mis amigos, sé que tu harías lo mismo y que aunque Neville se moleste, sé que él lo comprenderá algún día- Harry no pudo refutarle pues era más que obvio. Sin decir más accedió poniendo su mano sobre la de ella.

-Vale Luna…- Comprendía su punto, pero eso no quería decir que su corazón estuviera de acuerdo. Era una de sus mejores amigas y sabía que no era sencilla su situación. Regresó a ver al rubio quien los miraba como si estuviesen dementes –es tu turno Draco- hizo una mueca por la mención de su nombre y se cruzó de brazos.

-Pero te he dicho mil veces que no se hacer un estúpido patronus, cara rajada- le refutó saliendo de sus cabales.

-Y yo te digo que dejes de ser tan negativo y confíes en mí, en nosotros- dijo jalando su mano para qué la magia pudiera fluir entre ellos.

-Sería de mucha ayuda Draco- bufó reticente. Le parecía muy mala idea. Aunque él no fuera quien lo efectuaría o Luna, usar magia tan fuerte así como así era de locos. "Van a terminar matándome…" se dijo sin apartar su mano. "Aunque Lovegood se ve fatal…" escudriñó a la chica pálida que iba dejando trazos de gotas rojas por donde pasaba. No podía ver su herida, ni que tan grande era, pero se notaba que no era algo que se tomara a la ligera. No comprendía con exactitud qué era lo que la mantenía en pie.

-Pero te vas a morir si lo intentas Lovegood- dijo con brusquedad, tensando al instante al moreno; pero la chica no se inmutó, solo sonrió.

-Hay cosas por las que vale morir Draco… y si con ello alguno de ustedes logra sobrevivir es como si yo, Ron, Ernie y todos los demás siguiéramos vivos… sé que no es lo mejor… pero no es lo peor después de todo…-

-Seguro la estúpida valentía Gryffindoresca es contagiosa…- refunfuñó sin saber que más decir.

-Se podría decir- dijo soltando una risita que a Harry le supo más un trago amargo. No quería perder otra amiga, se rehusaba a aceptarlo, pero no le quedaba de otra opción. No pensaría en ello. No podía pensar porque de lo contrario el patronus no funcionaría. Tenía que concentrarse en ser positivo y dar lo mejor de sí.

-Draco quiero que pienses en la memoria o idea más feliz que tengas...- dijo en voz baja, mirando de reojo a Luna quien asentía confiada porque ella ya tenía el recuerdo preciso desde hacía varios años atrás -Algo que sea tan especial y único para ti que logre llenarte- el rubio lo vio de hito en hito, dudando -y quiero que te aferres a él... Solo así funcionará el hechizo y me dejarás a mí el resto-

Contestándole el apretón de manos cerró los ojos rebuscando en su memoria algo cercano a lo que le pedía el moreno. No eran muchas sus memorias felices, pero al menos intentaría pasar algo bueno por lo que le pedía.

"Expecto Patronum" Pudo escuchar demasiado cerca las claras palabras del moreno y sintió como algo tiraba de él. Era demasiado fuerte que lo arrastraba; una fuerte luz casi los encegueció al instante, que era casi imposible abrir los ojos. Sus piernas temblaron apenas pudiendo soportar su propio peso y lo siguiente que vio fue un ciervo plateado salir a todo galope.

Potter solo se acuclilló derrotado mientras que Draco con dificultad se dejó caer contra la pared.

-Creí que moriría…- murmuró dispuesto a quedarse dormido de un momento a otro, ganándose una risa ronca del elegido.

-No creas que será fácil bajo mi guardia…- resopló el rubio por su declaración queriéndole reprochar que no hiciera promesas que no podía cumplir.

Harry sentía aun el escozor en todo su cuerpo por la magia realizada. Realmente necesitaba una varita para ello porque de lo contrario estaba casi seguro que si sobrevivía se convertiría en un squib –¿Luna estas bie…?- no pudo terminar la frase.

-¡LOVEGOOD!- gritó Draco corriendo al igual que Harry a socorrer a la chica antes de que se desplomara en el suelo. Luna no respondió. Apenas y se apreciaba el latir de su corazón que se debilitaba. Draco regresó a ver a Harry con creciente temor justificado.

-No puede ser…-

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Con las flores en mano, Neville y Hermione iban de regreso al claro. Nada más escuchar un grito y ver el plateado ciervo cruzar a toda velocidad, su templanza se derrumbó y comenzó a correr. "No puede ser, no puede ser" pensaba mientras corría. Sabía que Luna podía ser testaruda pero no pensó que a costa de su propia vida.

La voz de Hermione no lo alcanzaba. Probablemente le advertía sobre algo pero no podía escucharla. Luna estaba en peligro y era lo único que podía importarle, mucho menos cuando la vio ahí sobre las piernas de Harry con un halo mortecino que le produjo demasiado frío.

Comenzó a llamarla, pero la chica no abrió los ojos -¿ESTÁN DEMENTES O QUÉ?- chilló al observar el cuerpo inerte de Luna. Las lágrimas empañaban sus ojos y tan mínimo e impotente cual se sentía siguió llamándola en la espera de respuesta.

-Calma Neville... Aún no he muerto…- susurró con media sonrisa.

-Maldición Luna no es cosa de broma…- dijo aprensivo comenzando con rapidez su labor de curarla. La herida no se veía bien, ya comenzaba a infectarse y no era bueno. Como maldecía que no tuvieran lo que quedaba de las pociones de Hermione.

-¿Porque no me hiciste caso?- reprendió con hosquedad al moreno.

-Mira Longbottom…-

-No estoy hablando contigo Malfoy- El rubio bufó y le dio la espalda. Harry con su más dura expresión no dijo nada.

-Fue mi decisión Neville- le sonrió acariciando su mejilla -el mensaje ya fue enviando y estoy segura que no tardarán en encontrarnos. No pierdas la esperanza, no puedes perderla- pidió fervientemente, pero el chico no respondió pues estaba seguro que el día que ella faltara con seguridad su esperanza se iría con ella.

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Las investigaciones en el laberinto siguieron. Hermione tan hábil como podía ser con el estómago vacío, tan hueco como sentía el corazón, lideraba el camino. Neville se aferraba al cuerpo de Luna como un pequeño desamparado, negándose a dejarla por más que se lo pedía. Las curaciones parecían no funcionar, pero por un silencioso acuerdo, nadie le mencionaba lo mal que se encontraba.

Así pasaron los días. Las paredes seguían su continuo movimiento nocturno y el brazalete sin cambios en sus brazos. No había palabras de aliento válidas para lo que sentían, solo una extraña decisión personal los instaba a continuar.

Draco contaba los días que pasaban y se marchitaba poco a poco su propia esperanza de que los rescataran. 23 días y nadie llegaba. "Eso no puede ser buen presagio…" se dijo sin aminorar el paso.

Podía leer en los ojos verdes la ira y molestia que se arremolinaba furiosa en su mente; tan clara para él que lo único que podía hacer, era darle ese apretón de manos que Harry buscaba pero nunca pedía. Tal vez no lo hacía enteramente por él, ya que también para su propio ser encontraba una pequeña paz en ello, pero todo lo que callaba nunca pensó que pesara tanto.

Tal vez nunca saldrían de ahí. Brown siempre se esforzaba en remarcarlo entre sus lastimeros delirios y aunque la tachaba de loca, comenzaba a creerlo. Tal vez no había solución al laberinto porque por más que el laberinto se trazara en papel, parecía que este se alargaba cada vez más.

-No, no, no… no puede ser…- exclamó Hermione apretando el fino pergamino destartalado que estaba sobre sus manos Había seguido al pie de la letra las indicaciones, había hecho todo tal cual. No había error, ese era el lugar de inicio y el mapa estaba completo, pero no había salida. Sentía que todo a su alrededor se derrumbaba. –aquí debería de estar la salida… no puede ser en otro lugar… la parte de allá es el punto que comenzó a trazar Ernie…- palpaba las paredes de la salida buscando un código, una puerta corrediza, un pasadizo… algún indicio pero no había nada.

-¿Para eso sobrevivimos hasta este momento? ¿Para esto? Ernie se burló de nosotros…- rechistó Lavander dejándose caer en el suelo meciéndose. No quería aceptar la muerte que tocaba su puerta, no quería morir, pero así sería… siguió hablando entre dientes desesperada.

-Herms tranquilízate…- pidió Harry más cansado que nunca. No había más que hablar. Neville se había perdido con la muerte anunciada de Luna, nada callaba la creciente demencia de Lavander, solo Draco presa de la ansiedad, apretaba su mano en busca de su consuelo pese a que no lo mostraba en su rostro.

-¿Crees que esa loca tiene razón y el patronus no sirvió de nada?- preguntó Draco en voz baja para no llamar la atención de ninguno –ya han pasado casi 3 semanas de eso…-

-No lo sé…- dijo siendo lo más honesto que podía. Solo con él podía serlo –en este punto… ya no se nada…-

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Las marcas del muro del claro, dolían como heridas frescas. Tantas muertes. Zacharias, Padma, Lee, Justin, Susan, Terry, Ernie, Ron y la lista seguía… tantas personas que conocieron y apreciaron, todos perdidos en ese juego macabro. Tal vez si era cierto que la esperanza moría al último, pero ¿Cuánto más aguantarían sus cuerpos con tan crueles golpes? Los días pasaba con una dura premonición sobre la nueva luna llena y Luna Lovegood solo empeoraba al igual que las marchitas esperanzas de todos.

-Perdóname Neville… murmuró Luna regresando a ver al cielo para dar su última sonrisa descuida tan llena de inocencia y suspiró –creo que no podremos ir después de todo a comer pudin…-

-No digas eso Luna… por favor…- pidió el chico en un hilo de voz –eres lo único que tengo…- Harry apartó la mirada ante lo inevitable y Hermione escondió el rostro en su hombro –Vas a estar bien... lo estarás…- la acunó entre sus brazos.

Draco apretó sus labios. No la había conocido lo suficiente pero lo poco que sí, podía decir que en definitiva era una chica única en su clase que sin dudarlo dos veces le extendió la mano. "Hasta pronto Luna…" pensó cubriendo su rostro con ambas manos. Si no lloró cuando lo perdió todo, mucho menos en ese momento, pero aun así algo en su pecho se constreñía ante la idea de que la luz dejara esos ojos soñadores de la Ravenclaw.

Los muros comenzaron a crujir y todos por instinto se alejaron de ellos.

-¿Qué sucede?- preguntó con voz temblorosa Lavander -¿ahora que nos van a hacer?-

Ya no se percibía movimiento en el laberinto y solo el silencio sepulcral que era como si el hechizo que lo mantenía comenzara a desmoronarse. Las criaturas voladoras comenzaron a salir desprendidas por los cielos y Hermione lo comprendió.

-Parece que quien encantó el laberinto ha muerto…-

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Tras mucho pensarlo, a Harry se le ocurrió una idea. Era arriesgada y loca; lo sabía de sobra, pero a falta de sugerencias o comentarios, por más descabellado, el seguiría intentando sacarlos de ahí.

-Hermione, regresemos al primer punto del mapa- dijo Harry para nada seguro con su decisión.

-¿Qué quiere hacer?- preguntó la chica evadiendo las pequeñas doxys que revoloteaban por ese amplio y aun firme pasaje.

-Haremos lo que Lavander sugería-

-¡Pero los cimientos no lo soportaran!, aparte aunque tu magia es poderosa tienes que estar lo suficientemente cerca para que la bombarda funcione y ya ni hablar de las repercusiones… se nos vendría encima el muro- rechistó Draco dando ya su sensatez por perdida.

-¡Vamos, vamos chicos corran!- exclamó fuertemente Hermione con un mudo asentimiento a su amigo, tomando nuevamente el pergamino para guiarlos., Todo se colapsaba y con prontitud buscaron el punto que Harry decía. Realmente esperaba que tuviera razón ya que no estaban seguros ahí en el claro, aunque ¿Cuándo lo habían estado en alguna parte?

Neville se negó a dejar el cuerpo de Luna pese a que los demás lo instaban a hacerlo. No podía dejarla sola en ese lugar, no podía. Sabía que buscando ayuda lograrían curarla, no podía perderla, no a ella. Se negaría con uñas y dientes a aceptar la cruel verdad pese a que su cuerpo frío le decía lo contrario.

-Aquí es donde morimos… estoy segura…- vociferaba Lavander no sabiendo de tras de quien esconderse.

-¿No vas a desistir o si Potter?- preguntó el rubio con voz cansada. Ninguno parecía poder resistir más que eso, pero el moreno solo mostró una extraña sonrisa torcida.

-¿Cuándo lo he hecho?-

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Con muchas dificultades cruzaron los escombros y lucharon con los peligros que escondía el laberinto. Hermione no estaba segura ya de nada. Neville no estaba en sus cables ya y de Lavander ni se diga. Sabía que lo más fácil sería sucumbir y dejarse perder para que doliera menos, pero si lo hacía, Ron estaría tan furioso con ella por no hacer todo en su poder para sobrevivir.

-¿Conoces runas de mantenimiento?- preguntó el moreno apartando con la mano las densas telarañas que bloqueaban el camino –me refiero para darle cierto soporte a las estructuras-

-Conozco dos pero no estoy segura de que funcione Harry… recuerda que yo tampoco puedo hacer magia sin varita-

-Solo enséñamelas Hermi-

-¡Maldición, corran! ¡Acromantulas!- chilló Lavander corriendo en sentido contrario. Todos palidecieron y trataron de alejarse lo más que podían.

-¿Algún brillante plan? ¿Alguien?- preguntó Draco sintiendo casi como esas criaturas peludas los alcanzaban.

-Me sé un hechizo, pero no es efectivo para tantas…- dijo Harry sintiéndose acorralado.

-¡Esperen!- pidió Hermione buscando en la pared.

-¿Cómo que esperen? ¿Qué te pasa Granger? Sigue avanzando, no tenemos tiempo!-

-Aquí en alguna parte Ernie escribió que uno de estos muros se mueve… recuerden que cambiaban de posición de noche…-dijo desesperada y Harry la imitó.

-¡La encontré!- exclamó comenzando a empujarla. La chica y Draco lo ayudaron con mucho trabajo.

-!Ve Granger, rapido! ahora tu Brown- pidió Draco autoritario antes de cruzar.

-¡Neville ven!- pidió Harry alargándole la mano al chico que corría con todas sus fuerzas pese a que traía a la carga extra que traía.

-¡Se acercan Harry, cierra la puerta, cierra la puerta!- pidió Lavander empujando la pared para cerrarla pero el moreno se lo impedía.

-¡Aún falta Neville!- exclamó con horror.

-¡No podemos esperarlo! ¡Cierra la maldita puerta o nos alcanzaran! ¿Sabes lo letal que es el veneno de acromantula?!- Harry rodó los ojos, por supuesto que lo sabía.

Pese a los esfuerzos, Neville comprendió lo inútil que era y regresó a ver el rostro dormido de Luna y se detuvo completamente regresando a ver a sus compañeros.

El rubio no tenía que ser adivino para conocer esa mirada de derrota. Fue la misma que su madre tenía pintada en su cara cuando los mortifagos los encontraron. Un largo y oscuro final del camino sin retorno. Sin más comenzó a empujar la pared pese a los gritos de Harry por hacer lo contrario.

Simplemente había aceptado la muerte y ella con brazos abierto la recibió.

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Remus percibió el crujir de los muros y como poco a poco la magia mermaba de ellos. Pudo escuchar movimientos de pasos seguros, pero no podía importarle menos. Había visto hacia poco a su cachorro a salvo y se había maravillado al ver una vez más el ciervo correr frente a sus ojos antes de desaparecer hacia el exterior. Era la única satisfacción que esperaba sentir en esa vida antes de expirar su último suspiro. Harry tenía que vivir, estaba seguro que no podía ser de otra manera.

Se sentía débil y percibía la molestia en todos sus músculos. La bestia una vez más llegaría pese a su pobre intento de reprimirla. Estuvo a punto de perder la conciencia cuando una voz familiar le habló.

-Descuide profesor Lupin, estará bien- sus ojos cerrados lucharon por abrirse, pero la somnolencia se hacía cada vez más poderosa. ¿De dónde conocía esta voz? "¿Bill Weasley?" pensó luchando contra la poderosa poción somnífera. Debía de estar en un error y su mente le jugaba bromas crueles, pero no podía hacer nada por contradecir esa certeza que sentía como un cosquilleo.

Percibió murmullos y unos brazos que lo sostenían, pero la inconsciencia más poderosa que todas sus fuerzas, lo sumió en la oscuridad nuevamente.

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Con dificultad Hermione trazaba runas de soporte en una firme pared que curiosamente fue la primera que vio en su llegada al laberinto. Diez meses podrían significar tan poca cosa, pero al menos no para aquellos que estuvieron en el infierno viendo uno a uno de sus amigos perecer.

Las lágrimas contenidas nublaban su vista y solo pudo moqueas un poco antes de limpiar su rostro. Si no hubiera sido tan débil como para afrontarlo, habrían hecho esa idea desde hacía mucho y tal vez aun serian 6. La culpa siempre se acumulaba sobre sus hombros murmurándole en el oído sobre su propia miseria y del asco que debería de sentir por sí mismo y su incompetencia.

Hermione le dio un rápido abrazo a su amigo del alma. Ninguno de los dos estaba seguro de que sucedería una vez que lanzaran la bombarba. Había tantos escenarios que era difícil lidiar con todos. Una puerta hecha por ellos mismo, ambos saliendo volando en pedazos, la pared cayéndoles encima, un letal pinchazo por culpa de brazalete que les perforaría el corazón.

Tomó la mano de Draco que como siempre se sentía fría al contacto y suspiró. No había tiempo de pensar, solo de actuar y el otro lo sabía perfectamente. Estaban a una distancia adecuada, pero probablemente un buen punto de impacto para ellos.

Harry habló y la pared explotó.

El escombro se levantaba en humo seco que les obligó a toser al instante, pero con lo que con contaban es que el aire tan fresco del exterior comenzó a penetrar. Si había funcionado.

-¡NOOOO!- gritó Lavander al ver cómo pese a las runas, la pared tambaleaba -¡Nos caerá encima!-

Harry reaccionó por instinto colocando su mano libre contra el muro recitando el rápido hechizo que le explicó Hermione; Draco hizo su parte manteniendo la estabilidad de la pared.

-¡Maldición, apúrense que no tenemos todo el día!- chilló con voz ahogada. Sentía que era casi como el mismo estar cargando el muro.

Lavander sin rechistar fue la primera en atravesar. No le debía nada a nadie y sabia que una vez afuera seria libre. Hermione jadeó mirando al Slytherin antes de darle una cargada mirada a su mejor amigo y prosiguió.

-¿Y ahora qué?- cuestionó el rubio viendo que si siquiera soltaba un poco, comenzaba a crujir la sólida piedra bajo su mano. El cerebro de Harry trabajaba con rapidez. La respuesta era tan simple que dolía, pero era lo correcto -¿algún otro brillante plan Po…H-Harry?- tragó con dificultad casi podía reír histéricamente por que justo en ese momento había decidido llamarlo por su nombre.

-No hay nada más por hacer Draco…-

-¿A qué te refieres?- dijo en trémula voz mirando al chico que no apartaba sus ojos verdes de él.

-Hay tantas cosas en la vida que lamento no haber hecho ya sea por mi propia debilidad o por mi mente cerrada, pero definidamente una de esas cosas es el no haber podido conocerte mejor…-

-¿Qué?- preguntó temiendo lo que seguiría a continuación. La rugosa mano del elegido tiró un poco de la suya y no sintió su rostro tan cerca del suyo. El cálido aliento tocó su mejilla y a continuación murmuró algo que seguro se grabaría en su mente de por vida.

-Adiós Draco…-

Dándole una última mirada a sus ojos grises lo empujó por la salida improvisada antes de que las paredes temblaran y comenzaran a precipitarse.

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Por escasa fracción de segundo, pensó que ese era su fin. Parecía serlo por como todo se venía abajo con extrema velocidad, pero no había miedo alguno en su sistema; no temía a la muerte, no desde hacía mucho tiempo… al menos viéndolo por el lado amable pensaba que volvería a ver a sus padres, a Dumbledore y a su padrino, por tanto, el más allá no pintaba tan mal.

Cerró los ojos esperando el gran desenlace.

"Estaba llorando…" se dijo con pesar. En definitiva de quien debía sentir lastima no era de sí mismo si no de los que quedaban atrás y en especial, cuando le dolía dañar a sus amigos con su partida… pero en ese momento fue la mejor decisión que pudo tomar y no se arrepentía.

-¿Estas bien Harry?-

No podía creer esa voz que escuchó y abrió los ojos al instante. Unas manos tomaban su barbilla y unos ojos marrones lo miraban con preocupación. Parpadeó un par de veces acostumbrándose a la penumbra y notó ese cabello pelirrojo que ondeaba con el viento.

-¿Ginny?- preguntó con voz ahogada. La pelirroja asintió dándole rápidamente un abrazo sobreprotector.

-Sabía que estabas vivo Harry, no podías morir, simplemente no así de fácil…- Sus ojos vagaron de un lado a otro, analizando que era lo que estaba pasando.

Estaba listo para morir, pero ahí estaba su querida Ginny sosteniéndole, Bill Weasley, Dean Thomas y Hannah Abott lanzando hechizos a los muros para evitar que les cayeran encima. O era un dulce sueño antes de la expiación o realmente estaba ocurriendo.

-Fue brillante el patronus Harry, sin él jamás los hubiéramos encontrado- era la peculiar voz de Seamus quien le daba palmaditas en el hombro mientras Ginny le lanzaba hechizos sanadores.

Harry aún se sentía como dentro de un sueño y apenas y pudo pronunciar palabra alguna.

-Descuida Harry, todo estará bien- era la varonil voz de Bill la que escuchó o eso podía jurar porque todo se veía fuera de foco -será mejor salir antes de que todo colapse-

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Sentía un agradable calorcillo expandiéndose y algo mullido bajo su cuerpo, algo que hacia tanto tiempo no sentía y solo pudo quejarse al tratar de incorporarse.

-Creí que estaba muerto…- murmuró Harry mirando todo borroso.

-Pues casi lo logras amigo, si no hubiéramos estado estoy seguro que no la cuentas- dijo risueña Ginny pasándole las gafas para que pudiera ver mejor.

Conocía ese lugar tan reconfortante, Era Grimmauld Place; un lugar destinado a reuniones secretas, más luminoso de lo que recordaba. Tan diferente a los hostiles muros que guardaban peligros inimaginables y con dolor solo pudo dejarse abrigar por ese espacio sin heladas corrientes de aire.

-Merlín bendito, ¡Harry!- Hermione se abalanzó contra él provocándole un sonoro quejido –lo siento… pero es que no puedo creer que casi te pierdo a ti también…- dijo siendo un mar de lágrimas que Harry no dudó en secar.

-Tal parece que soy el niño que vivió, vivió y volvió a vivir…- dijo en un pésimo intento de alivianar el ambiente pero le salió con tal tono amargo que pensó que hubiera sido mejor mantenerse callado, pero parecía que a su amiga no le importaba pues aún seguía sonriendo ante la idea de que su mejor amigo permanecía aun en el mismo mundo que ella.

-Bueno, los dejo para que se aclimaten un poco, tomen una ducha, descansen un poco y cuando se sientan un poco mejor los espero en la cocina porque supongo que tienen muchas dudas- dijo Ginny un poco más tranquila dándoles otro abrazo rápido antes de levantarse.

-Gracias por todo…- murmuró Hermione aun sosteniendo a Harry como si temiera que volviera a desaparecer pero esta vez sin retorno. Ginny le dio un asentimiento de cabeza antes de salir.

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Apenas y lograba conmensurar lo cambiada que estaba Grimmauld Place con el ultimo recuerdo que tenía de ella, pues tras 10 meses que parecía una eternidad de solo conocer una penumbrosa celda y un mortífero laberinto, todo parecía extraño e incluso rallando lo desconocido.

Hermione tras cerciorarse que no se iría, decidió tomar un baño lo más largo posible para tratar de quitar todas las capas de mugre, tierra y sangre de su cuerpo. Harry también consideró que hacia tanto tiempo que no tomaba una ducha decente. Su mente burbujeaba en preguntas sobre ¿Qué había pasado con el laberinto? ¿Por qué colapsó? ¿Realmente estaban a salvo? ¿Remus se encontraba bien? Tantas y tantas más preguntas circulaban en su cabeza.

Sus pies sin dudarlo lo llevaron al cuarto al lado del de Sirius que poco llegó a ocupar, pero en el cual aún había una que otra pertenencia suya y lo que más le importaba en ese momento era ropa limpia. Nada más abrir la puerta sintió el frío del exterior y su cuerpo tembló repeliendo cualquier intento de tormentosa imagen que hubiera vivido y solo se enfocó en la cabellera rubia que estaba frente así.

Draco estaba pasmado abrazando sus piernas contra su pecho, contemplando la luna aun en el horizonte brillando; se veía tan frágil y abatido que su corazón se estrujó. Los ojos grises se posaron en los suyos, lo miraban con aflicción.

-¿Draco?- preguntó alargando su mano para tocar su mejilla ahora fría por la ventaba abierta. Sollozaba.

-¡Eres un imbécil Harry Potter…!- gimoteó parándose de golpe, dándole un golpe en el pecho. Harry comprendía todo lo que molestaba al rubio. La desilusión por que nada volvería a ser igual a antes de la guerra, la pérdida por todas las personas que sacrificaron sus vidas cuya sangre reposaba en sus manos y la amarga despedida que le lanzó cuando creyó todo perdido. -¡¿Cómo te atreviste a decir adiós así como así pedazo de…?!- Harry lo acalló con sus labios. Su corazón también temblaba ante la zozobra que lo embargaba. ¿Realmente habían sobrevivido? Sentía temor de despertar y darse cuenta que nada de eso era real.

Sus labios sin embargo se sentían tan reales, tan cálidos que vibraban sobre los suyos tan reconfortantes. Probó las lágrimas saladas que no sabían si eran suyas o de Draco, pero sabía que en ese momento no importaba de quien eran. Alivio era lo que significaban. Sin temor alguno, se aferró con ambas manos en el cuerpo del otro chico que aunque hipaba, lo correspondía con la misma fuerza.

-No vuelvas a hacerme eso, idiota…- Harry no pudo evitar sonreír ante la preocupación del otro chico que ya tenía los ojos rojos de tanto llorar y sus manos mucho más blancas de lo usual por apretar su camisa.

-Lo intentaré…- fue lo único que pudo decir, ya que en ese punto no podía prometer nada.

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El agua se deslizaba por sus cuerpos llevándose con ella cada fragmento del dolor a lo desconocido, el sufrimiento ante la pérdida de aquellos a los querían, la sangre que manchaba con desesperanza.

Sus brazos se enredaban brindándose consuelo y confort. Draco aún era un manojo de nervios y Harry lo comprendía. Sentía todo lo que callaba. Tal vez era el lazo mágico que habían desarrollado u otra cosa más profunda la que los unía, pero sabía que para ellos mismos, eran lo único que podía lograr que su fortaleza se desplegara y pudieran levantarse.

Se repartían castos besos en cada herida, cada cicatriz que encontraban. Eran demasiadas para contar pero narraban todo lo que habían experimentado y lo real que había sido.

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El transcurso de las horas se vio reflejado con el enorme sol asomándose por la ventana. Como pudieron, comieron el alimento que les pusieron a la mesa, apenas pudiendo engullir comida de verdad sin que su estómago reprochara. Ginny como lo prometió les contó aquello que Hermione ya se intuía; el fin de la guerra contra Lord Voldemort, quien después de todo, había perecido en batalla gracias a la destrucción del último Horrocrux que Harry encontró en Hogsmeade.

Las explicaciones fueron extensas de cómo se desarrolló todo en su ausencia. Como la desesperación no ganó terreno en la desesperación, sino al contrario, aumentó su determinación a seguir luchando.

El grupo de Dean y Ginny se enfocaba en encontrar sobrevivientes, Hermione queriéndose ocupar de algo para no sumirse en la tristeza de la perdida de Ron, accedió inmediatamente a ayudarles. Lavander al no querer recordar nada de lo vivido simplemente se quedó al margen.

Entonces ¿Qué era lo que seguía? Era lo que se preguntaba Harry sintiéndose tan cansado y envejecido. Quería ayudarles también, pero simplemente no sabía que rumbo tomar.

-¿Y tú que vas a hacer?- preguntó al rubio quien aún temblaba de vez en cuando escuchaba un golpe de la puerta o sonidos estridentes, pero que no había abierto la boca más que para soltar un escueto "gracias" en todo el día.

-No lo sé… la situación en el mundo mágico esta jodida… los fondos de mis padres están congelados seguramente por servir a ya sabes quién y seguro será lo primero en lo que meterán mano para reconstruir todo…- suspiró dejándose caer sobre la cama. "Eso sin pensar en que Malfoy Manor y nuestras demás propiedades están destruidas…" dijo una voz derrotada en su mente haciéndole sentir peor de lo que ya se sentía.

-Puedo prestarte… tengo algo de dinero guardado y no precisamente en Gringotts- dijo alzándose de hombros. Recordando esa medida previsora que le sugirió Hermione y que ahora con mucho agrado le agradecía.

-No puedo vivir a expensas de ti- dijo hosco, poniéndose de pie caminando de un lado a otro como león enjaulado. Draco suspiró. Todo se veía turbio y remoto. Tenía que pensar en un mejor plan que ser un "parásito" como él denominaba aquel bajo estilo de vida de gorrones.

-No es vivir a mis expensas… aunque por mi parte no tengo problema alguno en que tomes lo que necesites…- dijo rascando su nuca siento enteramente sincero. Por el horror en los ojos grises, comprendió que era un "No" rotundo del rubio y con pesar decidió cambiar de táctica –creo que es una buena opción en lo mientras que se resuelven las cosas, si así lo deseas, podrás retribuírmelo después- Draco se cruzó de brazos meditando los pros y contras en su mente. Su rostro aún se notaba cansado, pero peculiarmente sereno. Una imperceptible línea plateada aun cruzaba su pómulo y cuantas ganas le daba de pasar el dedo tratando de borrarlo, pero por la profundidad del corte y la mala curación, parecía que ahí se quedaría a habitar por tiempo indefinido.

-Vale… pero te pagaré cuando consiga mi dinero…- murmuró determinado a que pasara lo que pasara se lo redituaría.

*¨¨*2 años después*¨¨*

La oscuridad y el viento gélido podía sentirlo golpear su cara. La desolación y el pesar se aglomeraban. Tanta sangre goteando de las paredes. Ron, Luna, Neville, Ernie, Lee... Ni podía contar todos los cadáveres esparcidos en el suelo pues un grito lastimero brotó de su garganta. La angustia se tragaba la razón, los estrechos pasadizos de roca y enredaderas lo sofocaba.

-Shh... Tranquilo... Es una pesadilla... Ya no estamos en el laberinto...-murmuró Draco en su oído y Harry se ovillo más contra su pecho. La mano tibia del rubio frotaba ligeramente su espalda buscando darle tranquilidad para unas horas más de sueño.

Por más que el tiempo pasara, las heridas no sanaban. Ambos aún tenían presente el infierno que vivieron y que nada podía hacer que se olvidara, mucho menos con las constantes pesadillas que aun los quejaban. Lo quisieran o no, su mente aun vagaba en el laberinto que les había robado gran parte de su esencia… pero al menos se tenían el uno al otro como en esos tiempos y eso era ganancia.

Harry abrió más los ojos y vio que en efecto no estaba en ese horrible lugar y el soplo helado solo fue producto de su prolífica imaginación. Estaba en Grimmauld Place donde llevaba 18 meses habitando junto con Draco, donde Hermione pasaba la mayor parte del tiempo y donde esperaban pacientemente la dura marcha de la reconstrucción del mundo que una vez conocieron pero que jamás sería igual.

-Aún estamos vivos...- murmuró Harry buscando los ojos grises que con una pequeña sonrisa logra transmitirle tanta tranquilidad.

-Si... y hay que vivir mientras se pueda…- murmuró el rubio soltando un largo suspiro. Jamás pensó en el pasado, que el que una vez fue su jurado enemigo fuera ahora la fuente de su fortaleza para seguir adelante, su fiel compañero del alma e íntimo aliado contra la oscuridad de su corazón. Estaba casi seguro que de no ser por él se habría desmoronado en miles de pedazos nada más tocar Grimmauld Place y nada ni nadie podría repararlo.

-No sabes cuánto agradezco haberte encontrado ese día en el laberinto...- dijo Harry con algo de timidez pues ya lo había externalizado más de una vez pero aun así le avergonzaba.

-Lo sé...- dijo el rubio con el fantasma de la superioridad que una vez lo caracterizó antes de depositar un tierno beso contra sus labios a modo de amuleto contra las pesadillas. Harry le respondió ansioso a los cálidos roses de sus labios que se iban profundizando -yo también lo agradezco...- dijo finalmente recargando su frente contra la suya antes de que depositaba un par de besos más sobre su cuello y su hombro marcado con finas cicatrices. Era lo máximo que lograba arrancarle al rubio y siempre le hacia sonreír pues comprendía todo lo que ocultaba esa simple frase en finos pliegues expuestos solo para él. No esperaba otra cosa de su parte; era más que suficiente.

GOOD ENDING

 

Notas finales:

Pues es todo queridos! Espero que les haya gustado! Fue un placer compartir con ustedes esta historia!

Hasta la próxima! Besos~


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