En mi corta vida he tenido ocho parejas sexuales. La primera fue cuando tuve 16, era una joven de mi misma edad, ambos perdimos la virginidad en el mismo día. No fue ni muy grandioso, ni nada pero fue la primera experiencia que tuve así que no era de extrañarse que después de eso dejáramos de hablarnos.
La segunda vez fue cuando conocí a un chico que era bisexual, comenzamos a salir en plan de amigos, recuerdo que estaba por cumplir 17, con él experimenté los primeros placeres del sexo gay, claro que en ese entonces era el pasivo pues mi compañero fue el encargado de guiarme en esos nuevos menesteres. La relación no funcionó, terminamos un mes después.
La siguiente fue de una chica con cuya hermana hacíamos tríos, no teníamos ningún tipo de relación, solamente nos reuníamos para tener sexo y nada más. Con ellas tuve más tiempo, pero todo se acabó cuando se mudaron a otro estado cuando cumplí los 18. Al acabar eso tuve una novia con la cual dure unos cuatro meses, tuve buen sexo con ella pero cuando inicie la universidad ella se puso celosa porque no pasaba tiempo con ella, así que la termine. Fue justo en ese periodo de tiempo que empezó a interesarme todo lo gore, así que aprovechando la ausencia de mis padres me inscribí en cuanta página del género hubiera. Más de una vez vi una película snuff y me metí en la deep web. Después tuve algunos quereres con un compañero de un curso de inglés al cual conocí en una de las tantas idas a un bar después de la escuela. Sólo fueron un encuentro en el baño del cual salió muy mal parado.
Y las últimas dos fueron chicas que se obsesionaron a tal grado que inventaron que estaban embarazadas de mí, fue una pelea bastante épica que terminó cuando les tomé una muestra de sangre y les hice los análisis (ellas juraban que estaban embarazadas y se sometieron a los exámenes para demostrar que decían la verdad) que resultaron negativos les dejaron con las mandíbulas tensas mientras seguían jurando que sentían las patadas de los bebés. Eso fue patético sin duda.
Pero ahora que estoy en este lugar, el burdel en donde sirven carne humana y dan shows dignos de cualquier loco es cuando me pongo a pensar que ninguna de esas relaciones me hacía sentir lo que siento ahora. Ya saben cómo fue que llegue aquí, lo saben perfectamente, es fácil juzgar claro, decirme ¿Cómo fue que sabiendo los peligros aun así fueras y calleras de cabeza en la guarida del lobo?
Bueno...el placer retorcido que proporcionaba en mi cuerpo era suficiente como para dejar pasar todo aquello que me lastimaba.
I need a gangsta...
To Love me better...
Than all the others do...
To always forgive me...
-Eustass-ya...-mis manos están amarradas de un poste y mis piernas están bien separadas por la ayuda de unas esposas unidas a una barra de metal que me impide cerrar las piernas. Estoy más que vulnerable, no me puedo defender para nada y él lo sabe: Eustass Kidd.
Después del show donde desolló a una mujer y a cuatro niños fui corriendo a sus brazos sólo para dejarme llevar por el placer y la excitación que me causó ver lo que hacía.
Después de eso he pasado cada segundo libre aquí, en el burdel, ya no salgo de la habitación ni siquiera para curiosear. Lo único que hago es someterme ante los tratos de mi pelirrojo que no deja de sorprenderme con algún tipo de abuso hacia mí. Primero fueron golpes, después cortés en mi piel que él se divertía en lamer, poco después iniciamos con el bondage donde disfrutaba amarrándome del techo para darme latigazos y poseerme como si fuéramos animales. Poco a poco llegamos a otros ámbitos en donde él disfrutaba causándole más y más daño como con los choques eléctricos y las pinzas además de que ha iniciado con otro nuevo juego en el cual se excita al perforar mi piel. Por eso me ha puesto estas argollas en los pezones, no mentores dolió horrores pero una vez estuvo hecho el simple roce de sus dedos contra ellas me mandaba descargas de un placer indescriptible.
-Mghhh-me retuerzo en mis ataduras disfrutando del dolor de estas, ya tengo varias marcas imborrables en mi piel ¿Qué más da? Me encanta que sea así de sádico con mi persona.
-Te dije que guardaras silencio-se detiene frente a mí con esos pantalones de cuero que se ajustan a su anatomía de forma tan perfecta que parece que han sido pintados sobre su piel. Yo no puedo hablar, el bozal en mi boca me lo impide así que lo único que me queda es pedir perdón con mis ojos, suplicando que de fin a mis sufrimientos y me folle sin piedad alguna, pero no, Eustass-ya tiene otros planes para mi.
Ese día habíamos revisado un par de cadáveres de enanos que nos llegaron, estaba demasiado concentrado en ver la anatomía de sus huesos cuando Eustass-ya regresó de sus juntas y empezó a meter mano bajo de mis ropas, si, tal vez debí de ser más perceptivo pero él sabe que detesto que me distraigan cuando tengo las manos metidas en las entrañas de alguien. Si, grite y le empuje y eso pareció no gustarle así que por eso decidió "castigarme" poniéndome en esta precaria condición.
-¿Cuantas veces te lo he dicho? Tú no eres nada más que una mascota, una muy cara y caprichuda, pero mascota al fin.-me da la espalda yendo hasta una mesa no muy lejos de donde estoy pero que está lo suficientemente alejada para que no vea lo que hace. Da igual, al menos puedo ver su ancha espalda que gotea sudor. Es simplemente perfecto, un dios griego ¡No! Mejor que eso...es como un ángel, sí, eso es, un ángel caído con el cual he tenido la ventaja de toparme.
-Ya que a pesar de mis esfuerzos-regreso a la realidad de golpe- aún no aprendes como debes comportarte, bueno...eso no es problema, con gusto te repetiré la clase, pero esta vez...me asegurare de que no la olvides.
Un nuevo latigazo de excitación me recorre. Observó casi con horror como en su mano tiene uno de esos fuetes que utilizan para hacer que los caballos corran más rápido. Parece ser que planea usarlo en mí, ya estoy pensando en lo que hará cuando siento como se acerca por detrás y me libera las muñecas, no me la creo hasta que me empuja al piso haciéndome caer, intento levantarme o siquiera enderezarme pero un fuerte latigazo en mi retaguardia me hace caer de nuevo. Aprieto los dientes soportando el dolor antes de mirar por encima de mi hombro a un muy excitado Eustass-ya que se desabrocha el cierre del pantalón.
-Es momento de que inicie el castigo- alza el fuete y lo deja caer, este corta el aire y se estampa de forma dolorosa en mi nalga derecha provocándome una arcada y un grito que quedó ahogado en el bozal. -¿Acaso dijiste algo? -Rodea con su mano su oreja y me mira retador-sí, eso creí-de nuevo otro golpe llega seguido de otro y otro que no hacen nada más que abrirme la piel. Ya puedo oler la sangre que brota de las heridas, pero más que eso puedo oler el aroma de mi propia excitación. Sólo que no puedo venirme, al menos no aún, debo esperar a que mi amo me dé la orden y para asegurarse de que así sea me ha puesto un anillo retardador que descansa en la base de mi miembro.
El placer es demencial y más aún cuando se aparta un poco de mi tomando una botella de licor que tiene en la mesa de instrumentos, la abre, le da un gran trago antes de vaciarme el resto en las heridas.
-¿Qué? ¿Acaso te arde esto?-decir que arde es poco, más bien quema como mil infiernos, aunque claro a él no le importa, lo único que quiere es llevarme al límite, hacerme enloquecer para que pueda rogar porque me posea, le encanta verme tan sumiso ante él. Y claro, a mí me encanta serlo únicamente para él.
Ride or die whit me...
There's just what gangstas do...
Im fuck up, Im black and blue...
La saliva que produce mi boca no puede salir libremente haciendo que me ahogue en cierto punto, trató de hacer que mi cerebro reaccione y funcione de un forma normal, calmando la taquicardia que yace que la sangre palpite en mi entrepierna; el sudor me recorre tratando, en balde, de regular la temperatura, otros mecanismos de mi cuerpo se ponen en marcha debido al instinto animal que nos posee en un momento de éxtasis así. Pero no, mi amante aún no está dispuesto a llegar a la cima máxima del placer. O al menos eso creo, pues tras varios segundos que me parecen años siento como un calor líquido me llena las entrañas.
-¡MMMMGHHH!-me retuerzo, Eustass-ya me agarra con mayor fuerza de las caderas obligándome a seguir unido a él hasta que me llena por completo.
-Muy bien- jadea en mi oído antes de morderlo- te mereces un premio-salió de mi dándome la vuelta para poder verme mejor, ya estaba hecho un completo desastre, cosa que le hizo sonreír bajando hasta mi miembro que se alzaba deseoso de que me dejará llegar a tan ansiado orgasmo. Cosa que no tardó en hacer quitándome el anillo de retención para después meterse de golpe mi pene en su boca.
Casi aullé del inmenso placer que me provocó sentir su caliente lengua deslizarse por todo mi largo, no aguante y me deje ir llenando su cálida boca con mi semilla.
-Ahhhh!! Ahh!!-seguí retorciéndome un rato más cerrando mis ojos, dejando que el fantástico orgasmo me llenará una y otra y otra vez- te...te amo!!- grite presa del último espasmo que lleno mi ser. Sólo cuando me hube calmado fui consciente de la idiotez que acababa de decir, me asuste, ¿Para qué negarlo?
-¿Que has dicho?- la cara de mi pelirrojo se descompuso en un claro gesto de ira. Tenía que pensar en alguna excusa...o acabaría muerto en una plancha en el cuarto de juegos.
* * *
Fue difícil, demasiado diría yo. Ese día casi muero, por pura suerte pude resistir los golpes y fustes que me dio Kidd. No sé cómo lo hice pero regrese a mi casa caminando, ese día no pude levantarme de mi cama, para mi mala suerte mis padres regresaron así que tuve que fingir que estaba dormido porque si decía que estaba enfermo me empezarían a revisar y encontrarían cosas en mi cuerpo que no les gustaría ver.
Ahora estoy mirando al techo escuchando como la voz de mis padres viene de la cocina, parece ser que están bastante animados, me giro viendo el reloj, ya son las 11:30. Diantres, si están así a estas horas no creo que se vayan a dormir muy pronto, eso quiere decir que , por lo menos hoy, no podré ir a ver a Eustass-ya.
-Carajo.-me enderezo tomando mi celular de la mesita de noche y empiezo a teclear, le mandaré un mensaje diciendo que hoy no iré.
"malas noticias, mis padres están en casa así que hoy no puedo ir al cuarto de juegos"
Lo mando y me quedo esperando la respuesta con ansias, se tarda bastante hasta que escucho el timbre de los mensajes sonar.
"de cuando acá le haces caso a tus padres?"
Sonrió amplio al leer, casi puedo imaginarme su cara de desagrado que ha puesto.
"Desde que están en la casa y pueden desheredarme. Créeme, no me conviene hacerlos enojar"
Mando de nuevo el mensaje y espero, esta vez responde más rápido.
"Y? Bien puedes ganarte la vida como una de las putas del burdel y lo sabes. Te pagaría bien"
"gracias pero no me interese ser puta. Prefiero ser médico si no te importa"
"bien, bien, serás el puto médico que diseccionará los cadáveres del burdel y bailará sobre la mesa sólo para mí que tal eso?"
Tengo que aguantar las ganas de reírme.
" mmm...suena bien. Pero no me convence que me ofreces?"
" MI VERGA!!"
No puedo evitar reírme con eso, casi puedo imaginar la cara que puso al decir eso, incluso puedo jurar que escuche su tono de voz.
"un pago demasiado pequeño, no crees?"
" un pago que te basta e incluso te sobra"
-Si claro-un ruido proveniente de abajo le hizo esconder el celular bajo la almohada antes de fingir que dormía. Unos minutos después alguno de sus padres abrió la puerta para ver si estaba bien, que suerte que se había puesto boca abajo y mirando a la pared. Así no podrían verle la cara. Tras unos instantes así la puerta se cerró dejando todo en silencio.
Perfecto, ahora debía pensar que excusa poner para ausentarse de la casa y como ocultar las marcas que le dejaban los juegos sádicos. Porque si le decía a Eustass-ya que no le marcara en lugares visibles el muy maldito le iba a tatuar la cara con sus iniciales....alto. ¡ESO ES!
-----POV KIDD-----
Ha pasado una semana desde que ese maldito niño bonito vino por última vez. ¿Qué se cree? ¿Creo que puede abandonar así como si le diera la gana? ¡No señor! Jamás, en toda mi vida, alguien se había atrevido a retarme como lo ha hecho ese chico, ¡Nadie! Y créanme que haré hasta lo imposible para que nadie lo vuelva a hacer.
-Uy, el tigre anda rugiendo hoy-Baby 5 entra en mi oficina moviendo de un lado a otro sus descomunales caderas envueltas en ese patético traje de sirvienta.
-Cállate, no ando de ánimos para que me estés molestando.
-Oh pero si yo jamás te había molestado- sonrió de lado antes de dejar una taza de café, con licor incluido, frente a mí-generalmente me ignoras, dime, ¿Que ha pasado que ahora pones atención en mi persona?
-Tsk-me cruzo de brazos bastante molesto- eres una patada en los huevos cuando te lo propones, cariño.
-Así me aman, pero ahora deja de cambiar de tema y dime ¿Que diantres te pasa? Los shows ya no son lo de antes y perdemos clientela.
No puedo contestar a eso, bien es cierto que yo me hacía cargo de todos los shows y siempre ponía uno diferente cada noche, cada uno más sádico y grotesco que el anterior, pero ahora ya no tengo mi la creatividad ni la mente para hacerlos. ¿Y de quien es la culpa? Del maldito ojos de mapache, no he dejado de pensar en ese culo gordo y sexy que tiene, no puedo apartarlo de mi mente.
-La clientela va y viene, no sé de qué te preocupas, sabes que así como salen unos podemos conseguir a millones más.
-No me importa eso, sólo lo dije como simple excusa para hacerte hablar-sonríe de forma déspota-ahora que ya se te soltó la lengua, dime: ¿Quién te tiene así?
-Nadie, absolutamente nadie.
-Ni tú te crees eso, así que dímelo antes de que vaya por mis pistolas y una botella de licor.
-No me andes provocando, sabes que no voy a responder de buena forma.
-¿Qué no me has hecho que no me haya roto varios huesos ya? No puedes amenazarme, aún tengo las últimas cicatrices que me hiciste bastante frescas.
-Si bueno, ese día gemías cual cerdo.
-El cerdo que te puso una erección de campeonato, no lo niegues.
Sonreí burlón al recordar ese momento, cierto, antes de que el ojos de mapache llegara al burdel solía pasar mis tardes torturando a Baby 5, es bastante resistente, he de admitir, hasta que apareció ese muchacho delgaducho, con ojeras bajo los ojos y con ese estúpido gorro con motas. Claro que en un principio lo que me atrajo fue su personalidad retorcida, pues no le conocí de una forma muy convencional. Empezamos a hablar por mensajes que nos dejábamos en las páginas gore que ambos visitábamos, después empezamos a intercambiar información de los mejores lugares para ver películas snuff y otras. Así fue que poco a poco me intereso y claro que cuando le di la información de cómo llegar al burdel que manejó yo ya estaba preparado, deje al vagabundo ahí afuera con la indicación de que alguien vendría, le dije la contraseña con la orden de que cualquiera que viniera y no le dijera la clave debía matarlo.
Funcionó a la perfección, mis clientes son clientes frecuentes que cuando recomiendan el burdel lo hacen con otra clave, esa clave era específica para Death_93. Así que nadie más que él debía conocerla. Una vez entró en mis dominios fue cosa de segundos que me avisaran que había llegado. De ahí fue pan comido, le mostré todo lo que su ávida mentecilla pudiera ver y aprender; claro esta; no fue consciente de que cada show, cada cadáver, cada mínima acción realizada ahí era con el fin de atraerle a mi trampa.
Síndrome de Estocolmo, así se llama a la condición en que un secuestrado forma un vínculo con su captor, yo use esto pero de forma diferente, primero fui amable, mezcle la cordialidad con ligeros golpes dolorosos, cundo Law quería marcharse sólo hacía falta que le mostrara un cadáver o algún órgano y le enseñara como hacer de algo tan común algo extraordinario. Le mostré un mundo al cual la ética médica no podía acceder, le enseñe con calma y paciencia, poco a poco me acerqué a él hasta que por su propia voluntad se dejó seducir. Fue ahí cuando inicie los juegos sádicos y funcionó a la perfección, pronto lo tenía en la palma de mi mano hasta que de buenas a primeras desapareció, dejó de venir al burdel, los mensajes que le mandaba tardaba en contestarlos. Y eso no se lo voy a permitir.
La cosa es que aún no sé exactamente como vengarme, se todo de él. Desde donde vive, a que se dedican sus padres, incluso tengo una copia del temario y el horario de sus clases. Joder, que no puede huir de mí, mis matones le siguen y me informan de todo cuanto hace, así que ya sé que últimamente ha estado muy pegadito a un tipo de otro curso llamado Roronoa Zoro, tsk vaya nombre de mierda que es ese.
-Jefe- mis chicos entran en la oficina interrumpiendo mis pensamientos, levanto la vista notando que Baby 5 ya ni está ahí ¿A qué horas se fue? Bueno eso no importa-le traemos nuevas noticias de su mascota.
-Dejen de balbucear y díganme de una buena vez que es lo que ha pasado hoy.
De forma rápida y concisa me ponen al tanto, parece ser que hoy tuvo unos cursos de reanimación neonatal ¿Es en serio? ¿Ese idiota aprendiendo a como reanimar a un bebé muerto? Pero si él estaba encantado de abrirles en canal para ver sus órganos. Que no me venga con esas pierdas éticas de salvar vidas, no le va.
-Ha ido a comer al lugar de siempre- afirmó con la cabeza imaginando que ha pedido lo mismo que siempre pide el muy imbécil: un sándwich de pavo (porque es fácil y rápido de comer) una taza enorme de café cargado ("el café debe ser tan negro como la noche, tan caliente como el infierno y tan dulce como el amor" según me dijo una vez) que le mantenga despierto en sus soporíferas clases y ya. -Ha pedido un baggel de pavo con ensalada y unos waffles con demasiada crema y fruta encima.
-¿Qué?- no puedo evitar reincorporación el ceño pues no es para nada la forma de actuar de Law, algo no anda bien, le conozco y se su rutina diaria al derecho y al revés.
-Sí, también se nos hizo raro, como sea el resto del día la pasó de la biblioteca al gimnasio y de ahí a su última clase.
-Espera ¿Acaso dijiste gimnasio?
-Así es señor, hace dos días que inició a ir, generalmente sólo entra y sale después de 20 minutos, así que no creo que haga ventanillas o algo.
-¿Como que "creo"? ¿Acaso no lo siguen dentro del puto gimnasio?
Todos se miran unos a otros con algo de miedo.
-N...no señor, no podemos. Hay policías en la entrada y solo se puede ingresar con una credencial de estudiante.
-¿Acaso estas jodiendome?- la ira se apodera de mí, de un movimiento rápido y fluido saco de mi bolsillo una pistola y les disparó directo a la cabeza, loa muy cerdos no tienen ni tiempo de chillar. Cuando todo termina tengo el humor de perros y seis cadáveres manchando la alfombra persa de mi oficina.
-Maldita sea- guardo el arma y descuelgo el teléfono marcando un número-Perona-hablo apenas contestan al otro lado de la línea- necesito que vengan a limpiar la oficina ah y consiguiese cinco nuevos matones, que los que tenía ya no sirven ni para darle de comer al perro.
Escucho el bufido de la chica pero no se atreve a llevarme la contraria, ¡Como ai fuera la primera vez que mato a alguien!
-Agh, esto está tardando demasiado-me levanto y me acomodo el carísimo traje de Armani en color beige y salgo por la puerta.
-¿Vas a algún lado?- me interroga Baby 5 cuando ya estoy por alcanzar la salida.
-Voy de cacería, guapa, no me esperes despierta.
Ella pone los ojos en blanco pero me deja ir sin decirme nada más. Total, nunca he necesitado de sus permisos para ir a donde quiera.
Me subo a mi auto y manejo con algo de prisa hasta llegar a la universidad de Law, si este maldito aún sigue sus horarios de clase entonces en aproximadamente 10 minutos va a pasar por esta calle pues debe de trasladarse del edificio A la necróteca que está justo detrás del edificio C, osease en el puto lugar en donde estacione el coche. Estoy pensando en que cosas le voy a hacer en cuanto le agarré cuando de pronto una estrafalaria mata de cabello verde se asoma cerca del edificio A. Pongo más atención mirando al chico de piel morena y cabello raro que camina riéndose al lado de Law, MI LAW.
Estoy a punto de encender el coche y lanzárselos para matarlos cuando el Mapache empuja al alga verde. Ambos se ríen antes de separarse, Law va para la necróteca y el otro toma la dirección del gimnasio.
-Así que es a él al que ibas a visitar ¿Eh?
Aprieto el volante del auto, Law me las va a pagar, muy pronto en esa necróteca habrá un cadáver más. Me bajo del auto azotado la puerta y camino a paso decidido hacia la entrada. Hay un vigilante que luce bastante aburrido mientras hojea una revista de chismes, pasó a su lado mostrando una falsa identificación escolar. Ni caso le hace pero así es mejor.
Me meto como si fuera otro estudiante de medicina, camino con seguridad mirando a ver si veo al ojos de Mapache, no hay ni rastro de él. Bueno, no es como si no supiera donde va a estar, le he investigado tan bien.
Giro en una esquina bajando por unas escaleras de mármol, ahí ya se siente el descenso de la temperatura, sigo derecho por un amplio pasillo de paredes blancas antes de girar a mi izquierda y bajar otras escaleras. Ahí está, la puerta que separa el mundo de los vivos del de los muertos. Veo a mi derecha un montón de ganchos donde están colgadas unas batas desechables, las ponen ahí para que los estudiantes las usen en sus prácticas. Cuento todas y noto que solo falta una. Perfecto.
Sonriendo de lado agarro una y me la pongo, no quiero manchar mi traje con lo que hare allí dentro. Abro la puerta mirando que adentro no parece haber nadie, nadie salvo un chico que esta de espaldas a mí y que tiene las manos metidas en el tórax del último cadáver de la fila. Sonrió de lado y entró sin hacer ruido alguno, me acerco con calma, como si fuera un tigre cazando a su presa.
Ya estoy cerca, unos centímetros más y estaré encima de él. Me preparo, estoy a punto de apretar su cuello con mis manos cuando en un movimiento rápido el chico se voltea, me toma con fuerza de la bata y me jala hacia él haciendo que nuestros labios se estampen en un beso demandante. Pronto su lengua se coló en mi boca iniciando una batalla hasta que el aire se extinguió en nuestros pulmones haciéndonos separarnos.
-Hola, te tardaste en venir, Eustass-ya. Ya te esperaba.