En el capítulo anterior:
Ciel siguió caminando hasta llegar a su cuarto, seguido de Sebastián, sin embargo, al Ciel llegar este cayo de rodillas al piso y las lágrimas comenzaron a caer por sus ojos, volteo a ver a Sebastián que estaba detrás de él, Siendo este el que se sorprendiera ahora por Ciel, verlo llorar tan desconsoladamente pero a la vez silenciosamente le partía el alma. ¿Le partía el alma? Un sentimiento así era doloroso, ahora se preguntaba si realmente quería tener estos sentimientos… que perturbaban su “pacifico” modo de vivir.
Cap 15: La capacidad de conocer la felicidad depende de la capacidad de conocer el dolor.
—Ese hombre, que vimos en el bosque, el mismo que nos ayudó…—Tomo un leve respiro Ciel y trago saliva. —Ese hombre es… mi padre. —
— ¿Tu padre?— Pregunto Sebastián con sorpresa, no se esperaba eso, pensaba que la pareja de Shion había muerto. — ¿Estás seguro?, no era que él estaba muerto según lo chismes que se dicen en el pueblo.
—Mm no, ya lo viste dice llamarse ¡NEZUMI!— dijo agitado negando con su cabeza. —Lo recuerdo perfectamente una vez me quede a escondidas escuchando una conversación entre mi padre y mi abuela, donde hablaban de un Nezumi que podría ser ni más ni menos mi padre. —Suspira y pone su mano fría y temblorosa sobre su cara tapando la mitad de esta. — Y yo que pensaba que estaba muerto, y mi padre… mi padre que siempre sufría en silencio por el…
—Pero si es el… deberías estar feliz. — Asevero Sebastián según le decía su sentido común o lo que su lógica le permitía concebir.
— ¿Feliz? De qué carajo hablas Sebastián, ¿no ves?, nunca nos buscó, nunca le importamos…—
—Espera y tú como sabes eso, deberías conocer la versión que tiene por decir Don Nezumi. Por el momento respira, no me imagino y mucho menos puedo tener idea de lo que debes sentir en este momento, no planeo mentirte, pero aun así puedes… ahorita en este momento desahogarte conmigo, sufrir, llorar, maldecir, yo estaré para escucharte y luego una vez que liberes de todos esos sentimientos negativos corras hacia Shion y compartas esa… felicidad….— Susurro Sebastián gentilmente mientras abrazaba por la espalda a quien se encontraba desconsolado llorando en el piso. — Siempre estaré para ti… puedes lanzar todos tus malestares, sentimientos de odio y finalmente puedes llorar en mi pecho Ciel, puedes usarme cuanto gustes— Dijo Sebastián por defecto como si su alma hablara por él. ‘’Es extraño… pero de alguna forma siento que yo naci para poder recibir esta parte de Ciel, esta parte que solo mantiene y resguarda odio… y si en realidad fuese así… si de verdad fuese así… otra parte de mí se entristece por no recibir la parte cariñosa, amable y bondadosa que puede llegar a tener mi hermano…’’ pensó Sebastian, aquellos pensamientos lo estaban literalmente jodiendo por dentro.
—Idiota…— respondió el contrario sorprendido entre sollozos. — Enserio, eres un idiota — Volvió a decirle a Sebastián mientras su rostro húmedo mojaba la camisa de Sebastián y a la vez escondía el sonrojo que había en su rostro.
—Si probablemente lo soy. — dijo en tono bajo Sebastián mientras sonreía levemente con cierto pesar por el chico. “A pesar de que digas eso con tu boca, tu cuerpo dice otra cosa. Pero tenemos muchas cosas en común, pues también te he mentido, no solo quiero tu odio…’’ pensó Sebastián al sentir como el contrario se aferraba a su pecho y apretaba con sus pálidas manos la camisa propia.
Y así pasaron el tiempo sin darse cuenta, se encontraban abrazados compartiendo penas, angustias y dolor. Por otro lado en la cocina Shion se había puesto un delantal y Nezumi se recostaba contra la pared observando la maravillosa y madura figura del contrario.
— ¿Dime en este tiempo has tenido alguna novia?— Pregunto directamente y sin rodeos Shion quien lavaba unas fresas.
—JJmmm— tosió Nezumi para aclarar la voz. —Vaya justo al grano, ya no te andas con tantos rodeos como antes Shion…—Respondió Nezumi arqueando una ceja.
—No somos unos niños y en realidad tengo muchísimas otras preguntas, pero las iré haciendo poco a poco para no espantarte. — Dijo para luego voltearse y dedicarle una cálida sonrisa al peli azul seguido de un guiño ‘’Hay demasiadas cosas, quiero como has vivido todos estos años… quiero saberlo todo…’’ pensó.
Nezumi se tapó la boca con su mano, aquello le había parecido tan tierno y raro…—Te has vuelto más interesante en este tiempo Shion. ‘’No esconde sus deseos y va hacia su presa sin vacilar, interesante esta forma madura de mi hermoso Shion’’ pensó el peli azul —
— ¿Eso te parece? Quien parece diferente eres tu… todo misterioso… jajá aunque creo que siempre has sido así…— tomo el cuchillo de cocina y se acercó despacio y coqueto hacia Nezumi y con la punta del objeto corto punzante rozo la mejilla del peli azul. — ¿Por qué te vas por las ramas? Respóndeme. — exigió en un susurro al oído, el peliblanco.
Por otro lado Nezumi trago grueso, y sus mejillas se tiñeron levemente de un tono carmesí, repentinamente el ambiente se había vuelto un poco subido de tono. —Vale, vale pero antes. — tomo el cuchillo ágilmente arrebatándoselo a Shion y en un movimiento rápido lo puso contra la pared. —Si estado con muchas mujeres y más que algún otro hombre…— Susurro esta vez Nezumi en el oído Shion.
Aquello había puesto a Shion pálido y todo el ambiente que se había creado se vino abajo, su corazón palpitaba fuertemente como si fuese salir de su lugar, se deshizo del agarre de Nezumi y se hizo a un lado, quería llorar pero su orgullo no le permitía hacerlo ahí o por lo menos no en ese momento. Sin embargo Nezumi tomo la mano del contrario y lo jalo contra su pecho.
—Algo como eso querías escuchar de mi verdad, maldito masoquista—Dijo el peli azul —Pues te tengo una noticia, no he estado con nadie desde que te fuiste, lo único que ha estado conmigo por las noches de soledad, ha sido tu recuerdo y aquellos dos dulces besos que nos dimos tiempo atrás, yo jamás podría pensar si quiera en otro hombre. —Termino de decir Nezumi dando un leve suspiro. Por otro lado Shion estaba casi boquiabierto con el rostro enrojecido y los ojos vidriosos.
—Aun me sorprende que me siguieras el jue…—No termino de acabar la frase cuando tenía los labios suaves y tibios de Shion contra los suyos, aquellos que cada segundo seguía y volver a desear ya que sus deseos no podían ser saciados, por lo que cedió inmediatamente y correspondió el beso, a la vez Shion se aferraba al cuerpo contrario que anhelaba desde hace años, rodeo al mayor con sus brazos, a lo que Nezumi respondió tomándolo con sus manos por la cadera para luego subirlo a la mesa sin cortar aquel apasionado beso. Los minutos transcurrían las lenguas de ambos seguían jugueteando explorando las cavidades de ambos, sin embargo la cordura o el 6 to sentido de padre venció contra aquella ola de pasión contenida y este corto el beso.
—Nezumi…—Dijo entre jadeos el peli blanco. —Los niños pueden vernos… ellos no saben quién eres podría asustarles esta escena. —
—Mmm tienes razón, en especial no me gustaría pelearme con ellos. — Respondió resignado el mayor quien bajo de la mesa al padre de los niños, para posteriormente inclinarse y darle un beso en la frente.
— ¿Vale seguiré cocinando, quieres ayudarme? —Dijo Shion quien aún se sentía acalorado y sonrojado.
—Vale no hay problema. — Respondió Nezumi, quien se dobló las mangas de su camisa y decidió lavarse ambas manos con agua y jabón. —Dime que quieres que haga…—dijo mientras se secaba ambas manos.
—Pues podrías hacer la ensalada— Sonrió
—Me parece bien, ¿de lechuga o repollo?—Pregunto
—De lechuga… el repollo da cólicos y no es tan bueno…—
—Si concuerdo contigo, mi querido Shion…—Dijo mientras buscaba en el refrigerador la lechuga, los tomates, la cebolla y el pepino…
Aquella escena parecía algo tan tierno y familiar, algo que ni en los sueños más locos de aquellos dos podría suceder… Estaban realmente felices, a pesar de que había mucho que hablar aun, el momento era esplendido.
—Dime y ese niño Sebastián creo que se llama…— Dijo Nezumi quien se encontraba lavando las legumbres.
—Oh si, que pasa con el…—Respondió Shion despreocupado.
—No nada en realidad, o bueno si, antes dijiste que era tu hijo, pero como estuviste con otro hombre o que…—Pregunto curioso Nezumi atento a la respuesta por el contrario aunque no lo pareciera.
—JAJAJAJAJA, ¿otro hombre?, no claro que no… veras él es amigo de mi hijo Ciel pero por cuestiones del destino termine adoptándolo ya que él vivía en un orfanato, pero es un chico esplendido y muy servicial, no quiero que hablemos de esto enfrente de él, solo trátalo como lo que es… mi Hijo.— Sonrió amablemente Shion.
—Vale está bien, esa acción es muy propia de ti… — ‘’ por supuesto algo como eso, en este mundo solo podría hacerlo… el, el hombre de quien estoy profundamente enamorado’’ pensó el peli azul completamente enorgullecido de su amado. — Te felicito has vivido bien hasta ahora… me alegro mucho por ti. —
—Gracias Nezumi… pero a decir verdad siento que no había estado al 100% por ciento de felicidad, a pesar de todas las bendiciones que he tenido… hasta ahora…—
— ¿Hasta ahora?—Pregunto Nezumi
—Si...i.. Ahora que sé que estas vivo…—Dijo en un tono suave y nostálgico, a pesar que tenía muchas preguntas no quería arruinar aquel momento por lo que las dejaría para otro momento.
—Oh…—Musito Nezumi quien ponía su mano sobre la boca… ‘’Mierda… eso fue muy tierno…’’ pensó el peli azul .
—Ok pon las cosas sobre la mesa, iré por los chicos. —Dijo Shion para luego quitarse el delantal y dirigirse a la habitación de sus hijos a la vez que sacudía su cara para quitar el sonrojo de esta.
—Ah por cierto, Shion…—
— ¿Si?— Pregunto Shion deteniéndose.
—Te ves muy lindo con el delantal… me dan ganas de abrazarte por la espalda y llevarte a otro lugar. — Sonrió levemente Nezumi un poco pícaro.
—Nezumi!!!— Alzo la voz Shion quien se volvió a poner rojo como un tomate por aquel comentario.
Shion continuo su camino hacia el cuarto de los chicos a pesar de su actual estado, finalmente llego y toco la puerta pero al hacerlo, esta se encontraba abierta por lo que decidió entrar, encontrándose con una escena enternecedora Ciel y Sebastián estaban acostados y abrazados juntos sobre el piso. Por lo que dudo si debía despertarlos o dejarlos así… pero luego de una pequeña batalla mental, opto por despertarlos.
—Ciel, Sebastián… Despierten ya está la cena…— Susurro Shion a los chicos.