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No puedo dormir por SweetCupcake

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15. Todavía duele.

 

Pov. Lavi.

 

A duras penas había logrado desenvolverlo de esa coraza creada por sus sábanas. Esa particular manera de aislar sus propios sentimientos era cada vez más y más inestable… y pensé que no podía ser bueno para él. Un pequeño hipo salió de su garganta, casi al borde del llanto.

— ¡So-solo me avergüenzas!  — Dijo mientras cubría sus ojos con su puño cerrado, a su vez también presionaba las rodillas hacia adentro ahora que gran parte de sus piernas habían quedado expuestas. En ese momento no sabía si era exceso de mi imaginación al sentir sus caderas y sus muslos palpitar. Allen continuó hablando mientras presionaba aún más si era posible sus rodillas. — ¡Dijiste que no ibas a forzarme, pero ahora mismo lo estás haciendo, eres tan malo, tan injusto…! Pensar en ti duele tanto.

Noté algo en su mirada, y se veía tan triste...

Definitivamente no podía con esa visión tan sobreprotegida de Allen, y como este se defendía tan torpemente de mi. Era tan obvio que no quería hacer nada que él no quisiera, pero a mismo tiempo no podía ignorarlo y dejarlo solamente así, y aún menos dejando tras de sí una imagen de sí mismo como una amenaza externa. Todo eso me precipitó a separar sus brazos y entrelacé con él los dedos en busca de aún más cercanía.

Ese mismo gesto había funcionado cuando prometí guardar su secreto bajo las sábanas.  

— Allen, tranquilo, mi intención no es avergonzarte… solo quiero… estar cerca de ti. — Allen miró con pánico la unión de ambas manos y la apartó corriendo como si quemaran, su rostro se puso aún más rojo. Fue cuando me di cuenta del tacto pegajoso de su piel

— ¿Qué es est...? — Había una especie de babilla blancuzca escurrirse entre mis dedos, muy familiar.

— ¡No toques...! — Se incorporó sobre sus rodillas con urgencia, quedando un poco por encima de mi altura y cogió uno de los extremos de la sábana para limpiar mi mano, solo me dejé hacer. Primero contemple la dedicación que le ponía, y luego mi mirada se escapó a las piernas de Allen.

Su olor, el desnudó de su cintura para abajo, su nerviosismo sin sentido… solo tuve que sumar dos y dos.

— ¡Ah! Te estabas masturban-

— ¡Ah! — Exclamó tapando mi voz. Primero comenzó a negarlo, a pesar de que sabía que era más que inútil, y a mi parecer, ridículo si cabe a añadir, y más coinciderando que lo que diría a continuación lo dejaría aún más en evidencia. —  ¡Es todo tu culpa! ¡Tú me pones calientes!

 

“¿Mi culpa?”

 

Supongo que Allen no sentía que tuviese más pudor que perder, y dijo aquello sin muestras de arrepentimiento.

 

A pesar de que tú sabes que yo soy gay, siempre estás… ¡provocándome! ¡Y lo peor es que piensas que soy tan ingenuo que soy incapaz de entender todos esos dobles sentidos! — Sus ojos se humedecieron de lágrimas, probablemente de impotencia, y volvió a poner las manos delante de su rostro, mientras recobraba la respiración. Guardé silencio, mientras masticaba aquella información.

 

Así que es eso ¿puedo poner caliente accidente a Allen? Eso es nuevo para mi, quiero decir… es cierto que he bromeado con ello pero… nunca he tenido la intención de hacer algo como eso… entonces… ¿Allen está enamorado de mi?

 

Mi cara debía ser todo un poema, cuando ante tanto silencio Allen me zarandeó de la camiseta.

 

— ¡Di algo! ¿¡Porqué estas tan serio!?

 

— ¿¡Eh!? Ah… mnnhh…

 

— ¡Pero si tú nunca te quedas callado, ni debajo de agua! ¡Lavi! — Había desesperación en su mirada, y en cada gesto nervioso y avergonzado…

 

— No sé qué quieres que te diga… Allen, no sabía que estabas tan profundamente enamorado de mí…

 

— ¿¡Enamorado!? — Esa fue la gota que colmó el vaso, cerró con fuerza el puño y golpeó con él, me tiró hacia atrás en la cama… he recibido muchas palizas de Yu y patadas de Lenalee por bocazas con anterioridad… y creo que me estoy mal acostumbrando a eso. — ¿¡Cuándo he dicho que esté enamorado de ti, idiota!?

 

— Ugh… me acabas de confirmar que te masturbas pensando en mi.

 

— ¡E-eso y lo otro son cosas totalmente diferente…! — Se apresuró aún más en aclarar, unas cuantas gotas de sudor resbalaban por su mejilla… — Si… si ibas a decir algo tan narcisista, mejor te hubieras callado.

 

“Pero tú me pediste que hablara…” Pensé derrotado, mientras me sobaba el golpe. Estaba completamente decepcionado, aún si era emocionante la idea de que Allen se tocara pensando en él, el que negara tan agresivamente tener sentimientos por él, como si fuera lo peor del mundo… me hacía sentir… nervioso también.

 

— Entonces… si ha sido mi culpa… ¿puedo tomar la responsabilidad?

 

Allen me miró como si me hubiese vuelto completamente loco, pero debía creer en la veracidad de mis palabras cuando mi otra mano se escapó para sujetar su pierna, apretándola deliciosamente en el acto, conteniendo el inminente deseo de sumergirla debajo de la ropa. Obviamente no entendía lo lindo y bulnerable que lucía así, con sus mejillas de color carmín por mi culpa, y esforzándose por intentar encubrir su miembro palpitante con la camiseta negra holgada.

 

— ¿Puedo…? — Volví a cuestionar aunque no están esperando ninguna respuesta de su parte, Allen contenía el aliento como si se hubiese olvidado de respirar. Cuando lo besé, me recibió con tanta suavidad abriendo su boca que me hizo temblar…

 

Era nuestro primer beso, pero se sentía como si aquello fuese algo que hiciéramos todos los días de nuestra vida, y se entregó a mi con total confianza.

 

— Lavi… — Murmuró cuando nos separamos… ya no había rastro de tensión en su cuerpo, se había disipado por completo, dejando que mi mano ascendiera peligrosamente por su piel, hundiendo los pulgares en sus húmedos muslos.

 

— ¿te gusta? — Le susurré, en respuesta volvió o besarme, esta vez de manera más profunda y apasionado, cuando me di cuenta que Allen se había nublado por completo, le dejé tomar el ritmo del beso. Y al parecer, no estaba equivocado al suponer que había por completo olvidado el cómo había llegado a esa situación y se había entregado por completo a lo sentires. Cuando apresé su trasero, exaltó varias veces cerrando sus ojos levantando su trasero indicando que siguiera.

 

— Ah… ah… — Nublado por el deseo, tomó impulso y clavó con fuerza sus dientes en mi labios.

 

— ¡Ay! — Lo empujé, Allen se despertó de su ensimismamiento. — Joder, Moyashi… tienes un serio problema con los mordiscos. — Me quejé tocando la herida del labio, para ver si no me había hecho sangre.

 

Allen volvió a entrar en pánico, se disculpó atropelladamente para luego, tumbarme de golpe en la cama y saltar por encima ágilmente, chocando con la puerta y saliendo del habitación como alma que lleva al diablo. A continuación, el sonido del agua de la regadera lo inundó todo.

 

Primero miré el techo reflexivo por el repentino cambio de actitud, considerando que lo estaba seduciendo correctamente y él estaba más que respondiéndome… No podía arrepentirse a esas alturas o… simplemente era idiota. Me incorporé mirando distraídamente mi propia erección y luego… comencé a reírme nerviosamente sin venir a cuenta.

 

Mi corazón estaba latiendo enloquecidamente, no solo por lo que había pasado si no por lo que estaba anhelando que pasara.













Lo primero que me encontré al entrar a los baños fue la camiseta de Allen arrojada en el suelo de cualquier forma. Debía de ser muy ingenuo si pensaba que no lo iba a seguir hasta aquí, localizarlo entre todos los cubículos fue tarea fácil, era el único sitio de donde provenía el agua. Lo que no fue divertido fue esa mirada de reproche que obtuve cuando entré sin permiso. camiseta de Allen estaba en el suelo del baño, arrojada de cualquier forma. — Lavi. — Protestó. — Eres un idiota. — Se puso de medio lado, intentando ocultar su cuerpo de manera torpe, y aún así con sus palabras, intentaba volver a tomar cierta autoridad.

 

— Lo sé. — Dije arrinconándolo aún más. Cada paso que daba, él retrocedía. — Pero estoy seguro de que eso a ti encanta.

 

Suspiró afligidamente. — Vete. —  Su voz sonaba molesta y avergonzada, pareciera solo su orgullo hablando. Ignoré por completo sus protestas y lo abracé, notando al instante como se encogía debajo de mí, su piel, al contrario que el agua helada, se sentía tan cálida. Allen intentó separarse de mí de forma torpe y sin sentido.

 

— Pero… tú no quieres que me vaya… ¿verdad?— Enterré la cabeza en su hombro desnudo para susurrar contra su piel, luego comencé a besar su cuello resistiendo el deseo de dejarle alguna evidente marca.  

 

Había estado pensando y pensando… en todas aquellas ocasiones dónde Allen solo había de mi lado, estaba seguro de que eso solo significaba cobardía… Pero quizás, esa era su forma de retener sus verdaderos sentimientos como único recurso, y así lograr calmarse de a sí mismo. Si yo había logrado tantas veces llevarlo a aquella situación límite, eso… debía significar algo, aumentaba mi deseo atraparlo con todas mis fuerzas.

 

— En realidad, tú no quieres quedarte aquí, solo.

 

Quizás solo sea un tonto, corriendo tras de él cada vez.

 

—  Ah… — Un gemido fue toda su respuesta, algo que me eran más que suficiente para tomar todo el control.

 

Mentiría si dijera que su cuerpo no lo deseaba, cada estremecimiento, cada bocanada profunda, cada roce suave, funcionando como total apertura, dejando que su piel se expusiera cada vez a mis manos, seguía suspirando una y otra vez sin apenas descanso, perdiéndose bajo el sonido de la ducha.

 

Cuando la yema de mis dedos toparon con sus pezones, noté la dureza de los mismos por el frío y Allen se quejó.

 

— No. — Me reclamó cuando los apartó muy decidida te, luego tragó grueso nervios. — No son… Lo siento, no tengo pechos…

 

— Ya sé que no eres una chica.

 

— Por eso mismo… — Agachó aún más la cabeza completamente apenado. — No lo toques…

 

Esa inseguridad me enternecía y al mismo tiempo me enfadaba, así que, como sabía que mis palabras no lo iban a convencer, pensé en usar mi boca para él de un mejor, modo, uno del que seguro no se iba a quejar. Dirigí su cuerpo contra la pared y le di la vuelta. Allen me miró sorprendido por el brusco accionar en comparación a como lo había tocando hacia ahora, pero entendió enseguida cuando me vio descender y tomar su pene acercándolo a mi rostro, lo miré seductoramente desde. Me encantan su rostro todo incrédulo y la forma en que tapaba su rostro con una mano mientras intenta aferrarse a las baldosas con la otra.

 

Cerré los ojos e introduje su miembro sin vacilar y aunque al principio me costaba llevar un buen ritmo, la idea de tener a Allen dentro de mi boca fue pura adrenalina e intenté dar lo mejor, sabía que lo estaba haciendo bien cuando lo sentía palpitar, escuchando un gemido ahogado tras otro y me dejé llevar por la excitación de poder estar produciéndole todo el placer que necesitaba. Si yo con esto pudiera enloquecerlo, si con esto pudiera ser que Allen solo pensara únicamente, aunque estuviese con otro hombre… creía ingenuamente que sería más que suficiente.

 

Parecía ser que era demasiado para él cuando sus piernas temblorosas iban

 

Todo solo eran pensamientos egoístas.

 

— Nh ¡Pa-para! — Tomó mi rostro con fuerza para separarlo de su miembro con muchas urgencia, pero no fue lo suficientemente rápido y se vino sobre mi rostro. Las piernas que le temblaban cedieron y se deslizó sobre las baldosas mojadas hasta quedar sentado, intentando recobrar la compostura.

 

Retiré un poco de semen de mi rostro admirándolo con emoción y orgullo. Sentía opresión en mi vientre fruto de la emoción que corría por mis venas. Bien, Lavi, tranquilízate, cualquiera podría haberse venido por una mamada… pero que Allen llegara al orgasmo era tan excitante y gratificante…

 

Ese cosquilleo se sentía horrible.

 

— Sabes, no me hubiera molestado que te vinieras en mi boca, si de verdad no te podías aguantar. — Usé el agua que caía para quitar lo pegotes de mi flequillo cuando me di cuenta de él estado en el cual se encontraba Allen, estaba abrazándose a sí mismo mientras tiritaba. El flequillo empapado le cubría parte de su rostro y se veía… completamente indefenso y vulnerable, aunque de un modo totalmente opuesto a cuando estábamos en la cama… pues era más bien como derrotado. Y sin previo aviso, unas pequeñas gotas salieron de sus ojos la cuales torpemente limpió con el dorso de su mano.

 

Era una imagen estremecedora

 

— Lo siento, yo… es solo que pensé… que podría guardar para siempre todo este dolor en mi  pecho… — Hablaba con dificultad, esa voz quebradiza me estaba estrujando por dentro. — Solo me estaba mintiendo a mi mismo… — Colocó las manos en su pecho apretando con fuerza, como si de alguna manera puedo era hacer callarlo. —Todavía duele.

 

En ese momento, las palabras que tanto me aterraban recorrerá volvieron a mi mente. Allen diciendo que aún… estaba enamorado de ese profesor.

 

¿Es que acaso no lo puede olvidar?

 

Sonreí amargamente y llevé la mano a su rostro para acariciar suavemente, la lágrima en su mejilla, e inteté que de mis labios saliera cualquier frase inteligente, o al menos lo suficientemente reconfortable, demostrando todo mi apoyo… pero sea cual sea, era difícil de digerir.

 

¿Cómo podía simplemente decir algo como “no pasa nada” o “hay heridas que son difíciles de cerrar”? En el fondo era falso apoyo, pues me desagradaba pensar en cómo aquel hombre había tomado el corazón de Allen sin permiso y estrujarlo como un juguete.

 

— Lavi… — Me llamó cuando se dio cuenta de que era incapaz de decir nada, sostuvo acurrucado aún más su mejilla. Se mostraba como si se hubiera quitado un gran peso de encima. — Gracias.

 

Su corazón y su cuerpo…

 

¿Gracias? ¿Aún cuando yo no hice nada bueno por tí?

 

Reí algo cínico, enfadado conmigo mismo. — Allen tú eres… muchisimo más fuerte de lo que en realidad crees. — Lo abracé, con muchísima fuerza, con todo el sentimiento con el cual no pude darle la noche cuando realmente te me lo pidió. Con algo de indecisión, rodeó también sus brazos entorno a mi ropa totalmente empapada.

 

— Es porque… me estoy apoyando en ti. — Murmuró de manera apenada y avergonzada, finalmente, correspondiendo al fin mi mirada. Sus ojos gris brillaban por las lágrimas, ahora podía apreciar bien como sus pestañas mojadas parecían aumentar. En realidad, no sé cuánto tiempo estuve entregado a solo contemplarlo así, en su faceta más vulnerable.

 

Allen están todo desnudo, abrazado a mí, totalmente a mi merced. Tan adorable, tan lindo.

 

Quiero estar… realmente dentro de él. Quiero…

 

— Quiero llegar hasta el final.

 

— ¿Eh?

 

La sorpresa no se hizo esperar, y sus mejillas volvieron a sonrojarse aún más.


— ¿Me dejas?

Notas finales:

Ahh, perdonarme, se que por mucho que de excusas le va a importar un pepino. ¡Pero de verdad no quería presentar un capítulo que no me conforme!

Al principio narrar todo el lemon en este cap, pero luego me pareció interesante que la última parte la narrase Allen, así que disculpen por cortarlo justo ahí.

Por otro, pensé que me iba a salir un poco más explicisito pero... las circunstancias no eran las mejores, y como todo el tiempo tenía la idea de “calma, dolor, confort” lo dejé para así. 

Espero que lehaya gustado, y en mi defensa diré que la Semana Santa me dará espacio para escribir y dibujar más laven ¡Gracias! ¡Nos leemos! 

Edit: me acabo de dar cuenta que tengo un montón de reviews si contestar! Perdón ahora los contesto!


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