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Only reason. por DNA

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Notas del capitulo:

Hola :)

Estoy de vuelta y les pido una enorme disculpa por todo este tiempo, sin embargo este tiempo no ha sido el mejor para mí y me fue imposible para mí escribir o siquiera pensar en hacerlo. Yo realmente no estaba bien en ningún sentido y no tenía cabeza para nada.

Afortunadamente cuento con personas muy buenas que me apoyan y gracias a eso estoy reponiéndome y poco a poco estoy retomando el curso normal de mi vida.

Lamento haber demorado tanto y espero realmente ya no tener ningún inconveniente más para así poder seguir haciendo esto que tanto me gusta.

Y bueno…

Sin nada más que decir por el momento espero que disfruten mucho el capítulo de hoy <3

— ¡Todos, al suelo! ¡Ya, ya! —gritó el muchacho que recién acaba de entrar a la tienda con una mascarilla negra cubriendo la mitad de su pálido rostro.

 

Tres detonaciones atravesaron el techo haciendo gritar aterrorizada a la multitud antes de obedecer y tirarse al suelo tratando de hacerse lo más pequeños que les fuese posible para que así los ladrones no notaran su presencia.

Un grupo de seis personas entró segundos después con los rostros cubiertos por máscaras negras, una niña había comenzado a llorar al fondo del lugar y los ojos oscuros del que parecía ser el líder del grupo—ya que había dado órdenes claras de distribuirse tan pronto ingresaron al lugar—se posaron sobre la pequeña y su madre que trataba de cubrirla de esos oscuros y aterradores ojos.

— ¡Abre la maldita caja registradora! —gritaba alguien al fondo del lugar.

El temblor en las manos torpes del dependiente fue visible para todos los presentes, su mirada aterrorizada no se atrevía a mirar a ninguno de los hombres que cometían el atraco y su cuerpo no paraba de dar saltitos cada vez que escuchaba algo romperse.

Su asustadiza mirada apenas se elevó una fracción de segundo para fijarse en los oscuros ojos del líder del grupo, que continuaba apuntándole a la cabeza, para luego viajar hacia el hombre a su lado quién tenía la mandíbula apretada en una clara muestra de irritación.

— ¡Date prisa y ponlo todo en la bolsa! —vociferó el líder del grupo y él no dudó en obedecer.

El llanto de la pequeña niña continuaba escuchándose por todo el lugar y el hombre a un costado del líder, que ya de por sí lucía muy irritado, no demoró mucho en perder lo poco de su paciencia que le quedaba.

— ¡Hágala callar pero ya! —rugió el enfurecido hombre.

La mujer tembló de pies a cabeza y atrajo más cerca a su pequeña mientras que le daba una mirada asusta y suplicante al hombre que en ese instante le apuntaba con su arma. Trataba desesperadamente de arrullar a su hija para que esta parar de llorar pero todos sus esfuerzos parecieran tener el efecto contrario.

— ¡Cállela! —volvió a exigir, colocando en esa ocasión el cañón del arma en la cabeza de la angustiada mujer.

— ¡No puedo! —chilló ella entre lágrimas.

El enorme sujetó elevó entonces su puño y ella lo único que pudo hacer fue abrazar a su pequeña con fuerza y cerrar fuertemente los ojos hasta que una detonación se dejó escuchar e hizo trastabillar hacia atrás y luego caer al agresivo hombre al suelo.

— No estamos aquí para esa mierda, así que te recomiendo tranquilizarte o la siguiente bala irá a tu cabeza —advirtió el líder del grupo, mirándola una vez más con su oscura y enigmática mirada.

El familiar sonido de las sirenas de las patrullas policíacas se dejó oír de un momento a otro, los ladrones se miraron entre sí sin estar seguros de que era lo siguiente que debían hacer mientras su líder dejaba ir un bajo gruñido y saltaba tras el aparador.

— ¡El resto del dinero a la maleta, ahora! —le rugió al cajero.

Un sollozante gemido de angustia salió de la boca del nervioso joven que para ese momento tenía el arma rozándole la cabeza  con la latente posibilidad de que a ese tipo se le escapara un disparo que le destrozara el cráneo.

— ¡General, debemos irnos ya! —gritó el chico más bajito del grupo.

El nombrado asintió y se apresuró a tomar la maleta, detonó dos veces más el arma provocando que todos gritaran y se cubrieran; para cuando las personas se atrevieron por fin a elevar la mirada, ellos ya no estaban más.

Todos salieron disparados por la puerta trasera del pequeño local y comenzaron a correr en dirección a dónde estaban los autos, la mirada del líder viajó por todos y cada uno de ellos, contándolos con la mirada y maldiciendo al mundo entero al darse cuenta que faltaba uno de ellos y no sólo eso, sino que además era a la última persona que podía perder.

— ¡General! —llamó alterado uno de ellos.

— ¡Tú! —señaló él a uno de sus compañeros—. Sal del auto y vete en algún otro.

— Debes estar bromeando, yo no...

— ¡Obedece! —ladró enfurecido y al chico apenas le tomó unos segundos bajar del auto y subir a otro, no sin antes entregarle las llaves del suyo al rubio.

— ¿A dónde mierda se supone que vas? —preguntó nervioso Lee quién era parte de la misión.

— Ustedes adelántense, yo debo volver por lo que es nuestro —respondió y nadie necesitó escuchar más para encender motores y salir volando de ahí.

Las sirenas se escuchaban más cerca cuando Sehun dio la media vuelta y corrió de regreso hacia la entrada trasera de aquel local, sus ojos iban por todas direcciones en busca de eso que había perdido hasta que finalmente lo vio a lo lejos, forcejeando con un par de oficiales.

— ¡Quítame las manos de encima! —gritaba rabioso el pequeño muchacho.

El agarre se volvió todavía más fuerte luego de que gritara con todas sus fuerzas, su corazón estaba latiendo tan rápido como nunca en su vida y en su cabeza no dejaban de reproducirse un sinfín de imágenes de que sería lo que pasaría si ellos conseguían llevarlo con ellos.

La reacción de sus padres era la que más temía y para esas alturas no podía hacer nada diferente a suplicarle a alguna deidad divina para que algo pasara y pudiese escapar. Los segundos estaban escapándosele de las manos al igual que sus oportunidades de huir y, ¡joder!, si tan sólo no se hubiera tropezado antes eso no estaría sucediéndole.

Estaba por rendirse cuando repentinamente el agarre desapareció, su primer impulso fue el de correr tan lejos como pudiera, sin embargo tan pronto como estuvo libre, alguien más lo sujetó de la muñeca e impidió su huida.

Su rostro se giró angustiado hacia su captor y sus ojos por poco se salieron de sus cuencas cuando su mirada se cruzó con la de Sehun, su cuerpo fue empujado hacia atrás, cubriéndolo de esa forma de los oficiales, que sólo entonces notó inconscientes en el suelo.

— ¡No te quedes ahí con cara de imbécil; comienza a correr! —ordenó Sehun.

Kyungsoo apenas consiguió salir de su estado de estupor y comenzar a correr como le ordenaba el líder de la misión, andaba a ciegas y sin saber hacia dónde seguir hasta que, una vez más, Sehun sujetó su mano obligándolo a avanzar a su ritmo y en su dirección.

El pelirrojo se giró en dirección a los oficiales más de una vez, apretando la mano de Sehun cuando los vio pedir refuerzos. Su cuerpo fue empujado bruscamente al interior de algún vehículo que no supo reconocer y antes de que pudiera reponerse, fue empujado una vez más sobre el asiento cuando el auto comenzó a ir en reversa sin ningún cuidado.

Su confundida mirada fue hasta Sehun y lo próximo que sabía era que ya se encontraban en la avenida principal y una patrulla estaba siguiéndolos. El exceso de velocidad lo hacía parecer un muñeco de trapo aún a pesar de estar utilizando el cinturón de seguridad, sus uñas se clavaban al asiento, sentía sus piernas temblar violentamente y lo peor de todo era que todavía era capaz de escuchar las fastidiosas sirenas de la patrulla que los seguía.

Sehun maldecía por lo bajo y su pie cada vez se hundía con más saña en el pedal del auto, el volante era girado bruscamente y probablemente de no ser por lo nervioso que se encontraba, tal vez Kyungsoo estaría pensando en demandar al imbécil que le había dado la licencia al rubio.

Un violento giró casi estrelló su cabeza contra la ventanilla y apenas tuvo el tiempo suficiente de recuperarse cuando nuevamente su cuerpo se hundía en el asiento. Alguien gritó a lo lejos y Kyungsoo lo acompañó cuando el auto se llevó por delante un pequeño puestecito ambulante de comida; supo entonces que aquel psicópata se había adentrado al mercado local.

La patrulla continuaba siguiéndolos pero había bajado la velocidad a diferencia de Sehun que la había subido a todo lo que daba, había una sonrisa arrogante en los labios del rubio que hizo temblar a Kyungsoo y seguidamente el auto dio un nuevo giro que atravesó por completo una de las puertas, que se suponía siempre estaba cerrada, del pequeño mercado.

Por inercia Kyungsoo se cubrió con ambos brazos, escuchó algo quebrarse pero no se atrevió a mirar aun pese a que el auto se detuvo momentáneamente hasta que pasaron apenas unos segundos y sólo entonces el pelirrojo se atrevió a mirar.

Sus ojos se abrieron de par en par al ver el parabrisas hecho trizas y sin perder tiempo se giró a la derecha para comprobar el estado de Sehun, siendo apenas capaz de dar crédito a la sonrisa ladina plasmada en los labios ajenos.

Temió lo peor entonces y una vez más, y antes de que reaccionara del todo, el auto volvió a ponerse en marcha con aquella desmedida velocidad que las  patrullas no pudieron alcanzar en esa ocasión. Tuvieron apenas un par de minutos más de viaje antes de que Sehun bajara del auto y fuera hasta donde él aguardaba. El pasamontañas que cubría el rostro del rubio fue arrojado al suelo junto con su sudadera negra antes de que abriera la puerta para él y para cuando estuvo fuera del auto Kyungsoo seguía sintiendo que su mundo se tambaleaba.

Su propio pasamontañas y chaqueta siguieron a las prendas de Sehun y él tan sólo podía estremecerse bajo el brusco toque con el cual Sehun le arrancaba las prendas. Notó entonces que la mirada de Sehun era más oscura que la de cualquier otra persona que hubiera visto antes pero aun así no dejaba de ser hermosa.

Sus rasgos también se habían vuelto más fuertes y varoniles de lo que habían sido tres meses atrás de que lo conociera aquel día que Minho casi lo había matado a golpes y su cerebro dejó de funcionar en algún punto luego de que decidiera que los labios de Sehun eran realmente atractivos.

La mano del más alto se cerró en torno a su muñeca, se dio cuenta entonces que su agarre era realmente fuerte, llegando incluso al punto de provocarle algo de malestar pero incluso la forma de casi arrastrarlo por las calles era justo lo que Kyungsoo estaba buscando.

Porque no era un secreto que las mujeres no eran del estilo de Kyungsoo y aunque eso le había traído muchos problemas en el pasado eso había cambiado al conocer a Minho; el tipo había sido su salvación ya que pese a sus preferencias sexuales lo había aceptado y ayudado a volverse quién era. Era fuerte porque Minho lo había hecho así y por mucho tiempo Kyungsoo había confundido la gratitud que sentía por su mejor amigo con otro sentimiento.

Sin embargo, eso había cambiado con la llegada de Sehun; el rubio se había ganado a pulso un lugar privilegiado en el grupo en muy poco tiempo y Kyungsoo más de una vez más se había visto realmente impresionado con todo el enorme potencial que Sehun parecía tener, sólo que era hasta ese momento que se fijaba bien en Sehun y descubría que era justo todo lo que quería.

Era perfecto y tenía todo lo que siempre le había atraído de Minho pero también era diferente a su manera, además de compartir sus preferencias. Eran entonces que definitivamente se daba cuenta que Sehun le gustaba, porque de alguna forma era la mezcla perfecta de todo lo que siempre había querido de Minho y un montón de impresionantes cualidades más.

— ¿Me estás prestando atención siquiera? —espetó un irritado Sehun, regresándolo al momento que estaban viviendo.

— ¿Qué?

— ¿De verdad? —bufó al tiempo que rodaba los ojos.

— Yo…

— Como sea —lo cortó fastidiado—, te estaba diciendo que primero haremos una parada y luego iremos con los demás para así entregarte a tu amo y que este no me joda —informó y Kyungsoo únicamente pudo asentir en acuerdo porque era realmente consciente de que no estaban preguntándole nada.

Siguió a Sehun por diferentes calles que no conocía hasta finalmente entrar al barrio que reconoció como el de Sehun y Minho; había estado ahí muchas veces desde que era amigo de Minho y seguramente si sus padres lo supieran iban a infartarse.

Un rostro familiar llamó su atención cuando se adentraron al deteriorado parque y sus ojos casi salieron de sus cuencas cuando su mirada chocó con la impresionada mirada de Park Chanyeol, sólo que entonces el chico lucía realmente diferente al muchacho que recordaba de la escuela.

Porque se suponía que Chanyeol era un niño modelo, un chico tímido, muy religioso y temeroso de Dios que además de todo se vestía como un perdedor, sin embargo en ese momento no parecía estar muy temeroso de Dios mientras sostenía una lata de cerveza y estaba luciendo como un delincuente juvenil.

Claro que él no era precisamente la persona indicada para criticar cuando se suponía que él era también un niño modelo; la personificación de la seriedad y responsabilidad andante al igual que sus respetables padres y no un vándalo que, aunque tenía una privilegiada posición social, disfrutaba de juntarse con tipos de la peor calaña y hacer un sinfín de actos muy en contra de las leyes.

Una sonrisa maliciosa curveó sus labios e hizo temblar al chico más alto que aún seguía mirándolo fijamente, porque definitivamente él podía utilizar eso para manipular al otro; no era tonto y sabía bien que Chanyeol pertenecía a una familia aún mejor posicionada que la suya además de que el chico también tenía una gran influencia dentro del consejo estudiantil, ambas cosas que podía a usar a su favor.

—Ah, él es Kyungsoo, trabaja para Minho —dijo tranquilamente Sehun.

Todos sus planes se fueron a la basura entonces y fue turno de Chanyeol de sonreír ladinamente, Kyungsoo lo maldijo miles de veces debido a eso pero ni una sola palabra salió de sus labios para en ese momento.

—Un gusto conocerte, Kyungsoo —se burló Chanyeol, levando la lata de cerveza que tenía en las manos como si estuviese haciendo un brindis, porque definitivamente era mucho peor que sus padres se enteraran que él cometía un montón de crímenes en compañía de una bola de malvivientes a que los padres de Chanyeol se enteraran que se juntaba con un par de vagos.

Kyungsoo le dio una mala mirada antes de dirigir su vista a Sehun y pedirle que se fueran, porque sin duda era mucho más atractiva la opción de estar a solas con su nueva presa. Sin embargo, Sehun no estaba prestándole ya ni la más mínima a atención a ninguno a su alrededor.

El ceño del pelirrojo se frunció visiblemente antes de llevar su vista al mismo punto en el cual Sehun mantenía fijos los ojos y no lo gustó nada lo que vio. Lo odio inmediatamente de pies a cabeza, desde su sonrisa de imbécil hasta su delgada figura, su rostro de niña y esos ojos de ciervo, ¡joder!, Kyungsoo odio hasta su cabello de suave apariencia.

El chiquillo venía incluso en compañía de alguien, un muchacho más alto y muy sonriente que cargaba unas bolsas y seguramente estaba diciendo algo realmente divertido porque el estúpido castaño no dejaba de reír con ganas.

— Zhao ya está mucho mejor, hace apenas unos pocos días que comenzó a salir a la calle de nuevo —dijo el chico del hoyuelo del que  Kyungsoo aún no conocía el nombre.

— Ya veo —musitó Sehun.

— Hannie es el más feliz por eso —comentó sonriente el tipo y Kyungsoo apenas pudo evitar gruñirle, es decir…

¿Qué tenía de impresionante el tal Hannie?, y sí, eso último lo había pensado despectivamente.

— ¡Lay gē! —gritó un animado Zhao a lo lejos.

Lay elevó su mano para saludar también y el chico no tardó nada en tomar la mano de su hermano menor y arrastrarlo hasta donde su héroe se encontraba, porque sí, luego de que el mayor había dado la cara por él y lo había salvado de la paliza que Minho había decidido darle, se había convertido en un amigo para el divertido chico y para Luhan quien también había sido salvado por él en una ocasión.

— Hola —saludó animadamente el chino una vez que el par de hermanos estuvo frente a él—, veo que ya te encuentras mucho mejor —comentó sonriente.

— Por supuesto —afirmó enérgicamente—, no soy un fácil contrincante después de todo, ¿no es así, Lulu?

— Ja, te quejabas a cada maldito segundo del día —bufó el castaño.

— ¡No es cierto! —chilló escandalosamente haciendo reír a Lay.

— Oh, vamos —intervino el mayor entre risitas—, no pudo ser tan malo.

— Xing gē lo dice porque no era él quien tenía que atenderlo casi todo lo día —refunfuñó, haciendo un lindo puchero antes de cruzarse de brazos.

— Que malo eres Hannie —rió el mayor.

El estomago de Sehun se revolvió tan pronto aquel meloso tono de voz salió de los labios de su mejor amigo, algo dentro suyo comenzó a ladrar y a gruñir clamando que despellejara al inocente muchacho de la sonrisa del hoyuelo pero no lo hizo porque tan fuerte como ese algo bramaba y aullaba, también había una dulce voz diciéndole que no debía lastimar al hombre que más que su amigo era su hermano, aliado y confidente.

— Yo no soy malo, lo que pasa es que Zhao gē es un dolor de cabeza—aseguró el castaño.

— ¡Claro que no! —exclamó indignado.

— Lo eres y punto, no vamos a comenzar una discusión infantil por esto —sentenció, dejando a su hermano mayor mudo y provocando la fuerte risa de Lay.

— Dios, tú tienes que enseñarme ese truco para controlar a Sehun. Por favor dime que me dirás tú secreto—dijo risueño, contagiando con su risa a Zhao.

Luhan no emitió sonido alguno entonces mientras escuchaba la risa de su hermano mayor y de Lay, ambos se giraron en espera de la respuesta del menor pero esté tenía su mirada clavada en Sehun quien se la devolvía con la misma intensidad; para Kyungsoo eso no fue algo agradable e importándole poco lo que todos los demás pudieran creer de él, se colocó frente a Sehun obstruyéndole la visión.

— ¿Me dirás hoy qué es lo que hacemos aquí o debo esperar al mes que viene? —espetó fastidiado e interiormente celoso, tan sólo un poco; detestaba ser ignorado después de todo.

Sehun por su parte frunció el ceño antes de poder llevar su mirada hasta Lay, recibiendo una mirada indescifrable de parte del mayor.

— Es verdad —habló Lay—, no me has dicho que era lo que necesitabas.

— Préstame tu casa por un par de minutos  —pidió.

Lay sabía ya de ante mano que no era su casa la que necesitaba sino más bien lo que él ocultaba ahí, asintió levemente y se puso de pie. Una sonrisa deslumbrante fue la que le mostró a Luhan y Zhao para despedirse antes de comenzar a andar hacia su casa con Sehun y él pelirrojo siguiéndolo de cerca.

Una última mirada fue dirigida de parte de Sehun hacia Luhan antes de comenzar a caminar tras su amigo, Kyungsoo lo siguió a una distancia casi inexistente y Sehun no pudo hacer nada más sino fruncir el ceño ante la sensación de que tenía al pequeño chico casi encima de su cuerpo.

Les tomó exactamente cinco minutos llegar al lugar donde Lay vivía y además trabajaba, para Sehun no era nada nuevo entrar a ese lugar cubierto de diferentes imágenes a blanco y negro y otras tantas llenas de vida y color. Lay también tenías todas sus herramientas de trabajo en perfecto orden y la enorme silla de cuero negro era un objeto muy familiar luego de que la hubiera ocupado ya algunas veces antes.

— Espera aquí, ya vuelvo —indicó antes de desaparecer en las escaleras al fondo del lugar.

Kyungsoo aprovechó ese momento para permitirse curiosear y, por qué no, tratar de entablar una conversación con Sehun; tenía que conseguir hacerse uno de sus mejores amigos si es que realmente quería conseguir su objetivo.

— Tu amigo tiene un lindo lugar —comentó casualmente.

— Mmm. —Fue el único sonido que Sehun se dignó a emitir.

— Supongo que fue él quien te hizo todas tus perforaciones, ¿cierto? —preguntó, ignorando el hecho de que Sehun parecía estar más que fastidiado con su presencia.

Sehun por su parte no se molestó en responder de ninguna forma en esa ocasión y procedió a quitarse la camiseta que llevaba ese día y sin duda alguna a Kyungsoo le agradó sobre manera la visión del hombre frente a él.

— Genial, incluso tienes tatuajes —sonrió complacido mientas sus ojos grababan detalladamente cada línea y detalle sobre el cuerpo del rubio.

— Oye —habló molesto—, más vale que dejes de mirarme de esa detestable manera o lo próximo que verás será una jodida sala de hospital —advirtió.

— Yo no estoy haciendo nada —respondió con falsa inocencia.

Sehun pareció enojarse mucho más pero no tuvo oportunidad alguna de hacerle absolutamente nada gracias a la oportuna aparición del chico chino que además traía con él una pequeña maleta negra que terminó por entregarle a Sehun.

— Gracias —dijo, dándole al mayor una débil sonrisa a los cual el solamente se encogió de hombros.

El pequeño chico pelirrojo únicamente se dedicó a mirar atentamente como Sehun sacaba todo el contenido de la maleta, pensando que era realmente extraño que fuera ropa en su mayoría. Sin embargo se mantuvo ahí mirando con atención como el rubio comenzaba a cambiarse.

Una vez hubo terminado un par de prendas fueron arrojadas al pelirrojo como una clara orden de que él también debía deshacerse de la ropa que traía. Kyungsoo frunció el ceño visiblemente molesto y confundido pero toda esa confusión terminó transformándose en asombro y un incómodamente agradable cosquilleo en su estómago luego de que Sehun sostuviera suavemente su mentón y acercara su rostro levemente.

— Tu ropa no está en las mejores condiciones luego de que te pusieras a jugar con esos oficiales y también recibiste un par de golpes, sería malo que te reconocieran —explicó.

— Ya veo —murmuró tímidamente apenas y se maldijo por ello; porque simplemente él no era así.

— Apresúrate a cambiarte la ropa para que pueda curarte el rostro y después te lleve con tu dueño —indicó con indiferencia, alejándose del más bajo.

Kyungsoo tan sólo asintió levemente y varios minutos después se aseguró de no volver a mirar en dirección a los oscuros orbes del rubio debido a la incomodidad que le provocaba todas esas sensaciones extrañas que aparecían cada vez que lo hacía.

Le resultaba realmente inexplicable darse cuenta justo en ese momento que Sehun le atraía y le provocaba un sinfín de extrañas reacciones cuando tan sólo un par de meses atrás no era más que el saco de arena de Minho del cual disfrutaba burlarse.

Sin embargo, actualmente no podía mantenerle fija la mirada y tan sólo estaba ahí como una mascota obediente a cada orden que le daba, agachando o desviando la mirada mientras él curaba el par de rasguños en su pálido rostro y poco después siguiéndolo como un cachorro perdido por las calles hasta llegar al almacén donde Minho solía ocultarse durante el día.

El interior era un poco más que un sorprendente caos donde los gritos de Minho retumbaban por todas partes, ante eso Kyungsoo únicamente frunció el ceño y dejó ir un fuerte silbido que detuvo a todos los imbéciles que corrían de un lado a otro llenos de pánico.

— Kyungsoo —musitó quedamente Minho.

— ¿Se puede saber que demonios están haciendo todos ustedes? —exigió saber irritado.

El movimiento se detuvo al sonido de su voz y antes de darse cuenta fue apresado por un par de fuertes brazos, la colonia de Minho fue imposible de no reconocer y una sonrisa se formó en sus labios cuando sus miradas finalmente se cruzaron y él le revolvió el cabello.

— Kyungsoo, tú, pequeño bastardo —dijo riendo—. Sabía que no ibas a dejarte atrapar tan fácilmente —aseguró con orgullo.

— ¿A sí? —inquirió con una ceja arqueada—. ¿Fue por eso que tenías todo este escándalo?

Minho a manera de respuesta le dedicó una enorme sonrisa y pasó un brazo alrededor de sus hombros, pegándolo más a su cuerpo antes de girarse en dirección a todos los demás ocupantes del lugar.

— ¡Nuestro Kyungsoo volvió! —anunció emocionado.

Todos los presentes exclamaron con alegría y Kyungsoo ya sabía que no era realmente que ellos estuvieran realmente emocionados por su seguridad y bienestar físico sino más bien que les llenaba de alivio saber que la única persona capaz de controlar las explosiones de Minho seguía ahí para evitar que los desollara vivos.

— Pero no lo hubiese logrado de no haber sido por Sehun, fue él quien me quito a la policía de encima —explicó sonriente.

La oscura mirada de Minho viajó entonces a su hermano menor que veía todo con indiferencia, se sostuvieron la mirada por un par de minutos y no era un secreto para nadie que seguramente eso dos estaban enviándose las peores maldiciones el uno al otro únicamente con aquel cruce.

— Bien hecho hermanito, cada día lo haces mejor —felicitó.

Sehun e gruñó por lo bajo en respuesta y finalmente dio la media vuelta ya que no tenía nada más que hacer ahí.

— Sehun, espera —pidió el pelirrojo—. ¿No te quedaras a recibir tu parte del dinero? —preguntó, cualquier escusa servía para hacer que se quedara.

— No me interesa ese dinero. Mi misión era ir ahí y tomar el dinero además de regresarte con tu amo, ya he cumplido con ambas así que no me jodas —farfulló.

— Pero…

— No soy como tú —escupió con asco—, puede que yo esté haciendo algo realmente malo al quitarle a la gente eso por lo que han trabajado duro pero yo no tengo otra opción, no lo hago por placer y por eso yo no quiero ese dinero que no es mío.

— Vaya, miren nada más —habló burlón Minho—, tenemos aquí a un niño con principios —señaló al menor, haciendo reía a casi todos—, pero dime Hunnie… ¿es realmente cierto el hecho de que tu corazón te dice que esto es horripilante o es más bien que le temes lo que pueda pensar tu pequeño Luhannie? —inquirió mordaz. Sehun únicamente sonrió de lado dejándolo desconcertado.

— ¿Probablemente estoy jodiendo mi vida de la peor manera por él y aún así crees que no me importa lo que Luhan piense de mí?... vaya que eres imbécil —rió, dejando al mayor con el ceño fruncido.

Le dio un último vistazo al pelirrojo antes de dar la media vuelta y su mirada de desprecio se sintió demasiado desagradable para Kyungsoo. La mandíbula del pequeño chico  se apretó al grado del dolor pero no volvió a decir nada para detenerlo y simplemente se mantuvo mirando su espalda mientras se alejaba de él.

— ¿Qué mierda tiene de bueno el estúpido chiquillo con cara de mujer? —masculló entre dientes.

— No lo sé —respondió Minho al tiempo que se encogía de hombros—, lo único que sí sé es que utilizándolo a él puedes obtener lo que sea que quieras de Sehun —le dijo mirándolo intensamente a los ojos.

Kyungsoo supo entonces que su amigo lo sabía todo respecto a su atracción hacía Sehun y que también le estaba dando la clave para acercarse a Sehun sin ser rechazado en el intento; eso lo hizo sonreír ampliamente.

***

Fue exactamente a las 6: 35 am que la alarma del reloj lo despertó el lunes por la mañana, Sehun la maldijo una y mil veces porque realmente necesitaba seguir durmiendo unos mil años más pero en su lugar se tuvo que levantar y comenzar a prepararse para la escuela, Jiāo Táng le gruñó levemente por el escándalo que estaba haciendo y ni se inmutó cuando el rubio le lanzó una mala mirada.

Cualquiera hubiera pensado que ese pobre dóberman iba a morir de haberlo visto la vez que Sehun lo había traído a casa pero en su lugar estaba más sano y fuerte que el propio Sehun, con el cual vivía una extraña relación amor/odio desarrollada con el pasar de los días.

 Sehun incluso estaba realmente seguro de que ese tonto animal era bipolar porque sólo eso explicaba el hecho de que casi todo el tiempo estuviera siendo realmente malcriado y le gruñera a cada segundo pero siempre que Minho o su padre irrumpían en su habitación el canino se volviera una criatura feroz que se colocaba frente a Sehun en un intento de protegerlo.

Y esa era otra cuestión; todo mundo sabía ya que Sehun tenía una linda mascota en casa y las reacciones de dicha noticia habían sido realmente variadas y habían ido desde la indiferencia; de parte de Minho, la reprobación y miedo; en caso de su madre y finalmente la ira; esa había sido la reacción de su padre que incluso le dio una paliza que casi lo envía al hospital y que además le demostró que sí había alguien en ese lugar que estaba dispuesto a dar la cara por él esa criatura era su mascota y eso lo hacía sentir bien aunque sabía ya que sólo se trataba de un perro.

Porque Jiāo Táng no solamente había enfrentado a su padre sino que además había derribado la puerta principal para entrar a la casa—luego de que fuera echado a la calle por su padre—, únicamente con el único propósito de lanzarse sobre su padre y defenderlo de sus golpes. Sehun apenas pudo quitárselo de encima al bastardo de su padre y se aseguró de enviarle con la mirada  una amenaza a su madre para que la histérica mujer no pensara siquiera en hacer algo en contra de su amigo perruno.

Desde entonces ese terco y bipolar perro estaba a su lado y sus padres hasta entonces no habían encontrado forma alguna de echarlo a la calle, igual que Sehun no había encontrado forma alguna –hasta ese momento— de hacer que Jiāo Táng dejara de correr a la ventana llenó de emoción, moviera la cola de forma eufórica y ladrara sin parar cada vez que veía a Luhan llegar a su habitación de la escuela, o de cualquier lugar, e incluso había ocasiones en las que Luhan se volvía hacia la ventana para saludarlo, volviéndolo completamente loco; él realmente parecía estar enamorado de Luhan o algo así.

Era eso seguramente otra de las cosas que los hacía algo así como una especie de amigos y por eso, además de varias otras pequeñas razones, era que Sehun seguía manteniéndolo a su lado a pesar de su jodido mal humor.

Otro gruñido de parte del molesto dóberman lo hizo poner los ojos y lo obligó a apresurarse más con lo que hacía. Al final salió de su habitación con el uniforme hecho un revoltijo, la mochila en una mano y sus zapatillas en la otra debido a que Jiāo Táng le había enviado una clara advertencia para que se largara.

Su madre estaba en el comedor cuando se dispuso a ir hacia la cocina por algo de desayunar, y verla ahí para Sehun fue un claro mensaje de que se marchara cuanto antes.

—Sehun, espera —pidió apresurada y él se detuvo al instante—. ¿N-no vas a desayunar? —preguntó con un nervioso y tímido tono de voz—. Yo preparé demasiada comida y tal vez tú…

— ¡Ja! —soltó, cortando su diálogo—. ¿Es ahora que te viene a preocupar si desayuno o dejó de hacerlo? —inquirió mordaz—, porque me permito recordarte que antes cuando tenía cinco años te importaba una mierda si comía o no —recriminó con un tono de voz llenó de despreció y rencor.

—Hijo, yo nunca…

—Te recomiendo quedarte callada y ahorrarte la hipocresía porque no te queda en lo absoluto, si quieres ponerte a jugar a la “madre modelo” mejor comienza con el bueno para nada de Minho que buena falta le hace —escupió antes de salir de ahí, dando un portazo tras él.

Fue esa su señal de que su día no iba a ser más que una mierda que lo hiciera desear no haberse levantado nunca y seguramente tan pronto pusiera un pie dentro de la escuela todo iría todavía peor, sin embargo, era mejor ir a clases y tener que soportar la mierda de uno o dos profesores a quedarse en casa y soportar a su jodida familia y sobre todo al hijo de perra de Minho.

Llegó antes que todos como era su costumbre e ingresó al edificio sin molestarse siquiera en mirar al amable hombre que todos los días se encargaba de abrirle la puerta, el amable hombre mayor tampoco hizo nada por tratar de entablar algún tipo de comunicación con él y seguramente eso se debía a que él ya sabía que no se encontraba de buen humor; Sehun se lo agradeció en silencio mientras caminaba hacia su salón de clases.

La puerta estaba abierta cuando llegó al aula y seguramente debió haber sabido que no era buena señal para él y sin embargo siguió adelante y se adentró al lugar únicamente para encontrarse de frente al par de orbes que todas las noches, durante sus sueños más privados, lo miraban fijamente.

¿Era normal?

La pregunta hizo demasiado ruido dentro de su cabeza mientras él no dejaba de debatirse entre un sí y un no, simplemente porque no estaba nada seguro si es que era normal que el ritmo habitual de su desastrosa vida casi se hubiera paralizado únicamente por darle millones de minutos más para ver los ojos de ciervo de Luhan.

— Buenos días —susurró débilmente.

Luhan no le respondió y él tampoco esperaba que lo hiciera porque ya sabía que no iba a suceder hiciera lo que hiciera y fue por ello que se obligó por fin a entrar al salón de clases e ir hasta su asiento en el cual se dejó caer, recargando sus brazos sobre el escritorio para finalmente ocultar su rostro ahí para no mirarlo e ir hacia él.

— ¿Cómo está tu perro? —susurró apenas su suave voz.

La cabeza de Sehun se elevó como si fuera impulsada por un resorte y sus ojos parecían estar fuera de órbita mientras su cerebro luchaba por procesar el hecho de que Luhan estaba ahí, cerca de él y, lo más sorprendente de todo, ¡hablándole!

—Es-está bien —musitó apenas, sintiéndose más que humillado por el temblor en su voz.

Y justo entonces el gran señor “silencio incómodo” hizo su gran aparición, dejándolos a ambos reducidos a un par de estúpidos mudos que lo único que eran capaces de hacer era mirarse a los ojos como si esperaran que el otro desarrollará la capacidad para leer la mente.

— Me da gusto escuchar eso —volvió a hablar Luhan, dejando ver una sonrisa tan forzada que para Sehun se sentía venenosamente dulce; porque de algún modo estaba sonriéndole y para él era mucho más de lo que nunca obtendría aunque no fuera real—. Suelo escucharlo ladrar cuando llego a casa, incluso lo he visto asomarse por la ventana —comentó sólo para seguir la conversación.

— Sí, él suele hacer eso —logró decir por sobre ese algo que trataba de obstruirle la garganta para que su voz no encontrara salida.

— Pero es lindo, además, me alegra mucho verlo completamente recuperado ahora —dijo, forzando nuevamente esa sonrisa.

— Lu…

— ¡Muy buenos días Lulu! —saludó la chillona y escandalosa voz de Kyung Min, quien se había arrojado sobre Luhan y entonces lo abrazaba por la espalda.

— Buenos días Min —saludó el castaño, dándole la sonrisa más natural y bella que poseía, esa que Sehun no tenía permiso de recibir.

— ¿Qué haces aquí tan temprano? —preguntó curioso al tiempo que su mirada se alternaba entre Sehun y el castaño.

— Bueno… vine a revisar los últimos detalles del viaje de graduación —explicó.

— ¡¿Eso quiere decir que todo está listo ya?! —inquirió emocionado mientras aplaudía como un niño pequeño.

— Sí —respondió el castaño entre risitas.

— ¡Genial! —exclamó eufórico.

— ¿Quieres ver el cronograma? —ofreció sonriente.

— ¡Claro! —casi gritó y sin ninguna consideración, sujetó el brazo de Luhan y lo arrastró con rumbo al escritorio.

Sehun tan sólo se obligó a quedarse justo donde estaba, ocultando sus rostro entre sus brazos para así evitar que toda la rabia que estaba acumulándose en su interior explotara en contra de su amigo, y es que todo mundo parecía poder acercarse sin problemas a Luhan y volverse cercanos a él, todo menos él que lo deseaba tanto que se había convertido en un sentimiento extremadamente doloroso y toxico.

Al final se pasó dormido todas sus clases hasta la hora del almuerzo cuando Kyung Min tuvo la maravillosa idea de despertarlo, le gruñó sin remordimiento alguno pero debió haber sabido que eso a él poco le iba a importar y de igual manera iba a terminar arrastrándolo hacia la azotea para tomar juntos su almuerzo y, por muchas ganas que Sehun tenía de dirigirle una maldición y largarse, no lo hizo porque la sonrisa de su mejor amigo le dijo que algo estaba mal.

— ¿Min? —murmuró para llamar su atención.

— ¿Iras al viaje de graduación? —interrogó, pasando por alto el tono de preocupación en la voz de su mejor amigo.

— Min, tú sabes que esa mierda no va conmigo y que además de todo yo no…

— Tienes que ir —sentenció—, porque yo iré y será muy divertido, además, Lulú también irá y es tu oportunidad de recuperarlo.

— Min eso no…

— Y también lo convencí ya de que fuera nuestro compañero de habitación ya que ni la estorbosa de Cherry y mucho menos la golfa de Seohyun irán y de ese modo ustedes dos podrán hablar por fin y tal vez arreglen las cosas y vuelvan a ser amigos y también…

— Min —habló fuertemente, deteniendo el parloteo de su amigo—, ¿qué está mal? —preguntó preocupado.

— Yo… —musitó antes de agachar la cabeza y apretar los puños—, ya me aceptaron en el instituto de Busan, me iré cuando termine el año escolar y… —hubo un pesado silencio en el cual Sehun únicamente se dedicó a contemplar las lágrimas que corrían por las pálidas mejillas de Kyung Min—, quiero pasar junto a ti todo el tiempo que pueda antes de que nos separen.

Las palabras no lograron abandonar los labios de Sehun y lo único que consiguió hacer fue jalar el pequeño cuerpo del pelirrojo hacía sus brazos y cerrar los ojos con fuerza mientras no dejaba de pensar en lo mucho que detestaba la idea de quedarse sin él.

— Iré contigo a ese viaje, Min —prometió, estrechándolo suavemente en sus brazos.

Nada mejoró en su día luego de aquel instante con sabor a final y tristeza, sin embargo, lo peor vino algunos minutos después en forma de un pequeño sobre azul celeste que le fue entregado por una compañera de clases diciendo que era parte del proyecto que habían iniciado con su asesor desde el primer año de secundaria.

— Es para ti.

Fue lo único que le dijo la chica de cortó cabello negro y no tardó mucho en enterarse de que era que iba aquel proyecto del cual no había sido participe debido a que él había ingresado un año más tarde a ese colegio, era realmente simple; era únicamente una cápsula del tiempo donde cada alumno había puesto algo que significará mucho para que luego la cápsula fuera abierta luego de cumplir tres años.

La fecha era esa y la cápsula había sido abierta hace poco, sus compañeras en ese momento se encontraban repartiendo todo lo que está contenía y Sehun realmente no entendía cómo era que tenía un sobre azul celes entre sus manos cuando él ni siquiera había estado para participar en aquel proyecto pero de igual manera revisó a consciencia el sobre que en efecto ponía en grandes letras su nombre.

|Oh Sehun|

Supuso entonces que al tener su nombre eso lo hacía suyo y fue por ello que se animó a abrirlo, extendiendo la desgastada hoja de papel en su interior para por fin saber que era lo que le había sido enviado.

|Querido Hunnie.|

Era suya, lo supo de inmediato y aunque no había logrado reconocer la caligrafía en el exterior del sobre, podía reconocer sin problemas la letra de la persona que estaba enviándole aquella vieja y desgastada carta escrita a mano.

Sé bien que no tiene caso escribir una carta que no vas y tampoco quieres recibir, pero… no sé qué más hacer para llegar a ti y así tal vez conseguir respuesta aunque sea solamente a una de las miles de preguntas que tengo.

¿A dónde te fuiste?

No necesitas decírmelo con exactitud, tú tan sólo tienes que hacerme entender que ya no estás aquí y que yo puedo dejar de salir todos los días a la misma hora a recorrer cada calle por las que solíamos caminar porque no voy a encontrarte, tan sólo dime qué no voy a encontrarte porque de lo contrario no voy a parar y ya estoy cansado, me pesa cada vez más el andar y sigo sin encontrarte pero tan sólo no me resigno a la idea de que te has marchado, por eso por favor, pídeme que pare ya.

¿Por qué te has ido?

Eso también me gustaría saberlo aunque seguramente fue culpa mía, es seguramente porque yo realmente te desagrado y lo lamento, por hacerte huir de casa, yo nunca quise que Hunnie se sintiera de esa forma y si yo pudiera cambiar en algo para hacer que tú te sintieras más cómodo créeme que lo haría pero no lo sé, tan sólo soy un niño muy tonto, así que no sé casi nada, por eso… por favor perdóname.

¿Tus palabras fueron verdaderas?

No, espera, Hunnie nunca dice mentiras así como esa por lo que deben ser verdaderas, tú realmente me desprecias, ¿no es así? Sé que sí y fue realmente muy injusto porque no las merecía, no cuando yo confiaba tanto en ti, Hunnie era en quien yo más creía y me traicionó. Yo hasta ahora no logro descifrar que fue eso tan malo que hice para que tú me dijeras todo eso pero la conclusión sigue siendo la misma; no me las gane de ninguna forma. Sin embargo, me gustaría saber…

¿Me quisiste alguna vez?

Yo sí, eras mi mejor amigo y yo te quería, pensé que tú también lo hacías pero veo que estaba realmente equivocado y desearía odiarte pero no puedo y aún conservo en mi memoria cada precioso recuerdo que tengo de ti, y… quisiera pedirte algo… tú ni siquiera tienes que decirlo de verdad pero… por favor, aunque sea únicamente una vez más, ¿podrías decirme que me quieres? Tan sólo una vez y ya, ¿puedes? No te cuesta nada fingir algo así después de todo.

Y ahora que hemos llegado a esta parte, ¿podrías también decirme por qué lo has hecho? ¿Qué ganabas hiriéndome así? ¿Por qué engañarme de esa forma?

Es que yo tan sólo no lo entiendo por más que trató de hallar una explicación, algo que me haga ver dónde fue que no vi el engaño pero no lo encuentro, por más que reviso cada detalle de mis memorias lo único que veo es a ti cuidándome, sonreído a cada momento, animándome a hacer cosas nuevas, tomándome de la mano para poder avanzar a tu paso y jurando que seríamos los dos contra el mundo. Dime, te suplico que me digas en cuál de los gestos, palabras o acciones yo puedo darme cuenta de la mentira porque no puedo solo y estoy realmente agotado de darle vueltas.

¿Es por qué tú fingías muy bien o es porque yo soy realmente muy tonto? Dime por favor, porque yo solo no puedo descubrir en dónde fue que todo era una trampa.

Necesito realmente saberlo para sacarme de una vez por todas esta espina del corazón porque seguramente sólo de esa forma voy a poder desprenderme de ti y seguir adelante sin ningún remordimiento, sin sentir que fallaré y terminaré perdiendo a todos los que amo, por ello necesito que me digas porque realmente, realmente deseo olvidarte para siempre.

Sin embargo y también aprovechando esto, ¿puedo pedirte también que regreses a casa?

Si lo haces te prometo que no voy a molestarte, no seré más una carga y me mantendré muy lejos de ti pero regresa, tienes que hacerlo para que nuevamente yo pueda sentir que no he dejado de respirar y que mi corazón continúa funcionando correctamente.

Únicamente unos segundos, déjame ver tus ojos.

Sonríeme aunque sea por burla o lástima, solamente hazlo.

Yo… lo único que necesito es sentir que mi Hunnie no era una ilusión, que tal vez nada es verdad y que realmente yo te importaba, que mi Hunnie sí existió y que puedo despedirme, eso es lo único que pudo así que…

¿Podrías?, ¿por favor?

Su diestra hizo de la carta sólo una pequeña y arrugada esfera que se maltrataba cada vez más, podría jurar que jamás en su vida había corrido tan rápido y también podría apostar que su corazón jamás se había paralizado de esa forma, al grado de hacerlo creer que había muerto.

Pero eso estaba pasando y todo era por Luhan, era por él que estaba corriendo por todo el lugar como un imbécil, porque era entonces que ya había encontrado el valor suficiente para ir y recuperarlo definitivamente. Le tomó un largo tiempo hallarlo y cuando finalmente lo vio a un par de metros en el patio trasero, sintió su mundo volver a brillar como antes, todo parecía florecer a su alrededor  pensó entonces todo podría cambiar tan fácil como que tan sólo tenía que llegar y tomarlo nuevamente entre sus brazos.

— ¡Sí, Hannie! ¡Si quiero ser tu novia!

Sin embargo, era ya muy tarde y todo le fue arrancado a manos de esa suave voz, ese cabello largo, la sonrisa centelleante y los delgados labios rojos de Seohyun que robaron de Luhan su primer beso.

Dolía, joder que dolía, nada físico podría compararse jamás a lo que estaba sintiendo en ese momento pero… estaba ya entrenado para fingir que estaba bien aún cuando estaba cayéndose a pedazos y por ello se las arregló para darle a Luhan una débil sonrisita cuando sus ojos se conectaron luego de que ella despegó sus desagradables labios y lo abrazó con fuerza, dándole la espalda a Sehun.

El rubio elevó entonces la carta arrugada en su diestra y los bonitos ojos de Luhan se abrieron graciosamente debido a la sorpresa, trató de hacer su sonrisa un poco más amplia y aunque la sensación de sus labios quebrándose lo preocupaba, igual no dejó de darle aquella mueca a Luhan.

« ¿Estoy haciendo lo correcto? », fue la pregunta que leyó en esos hermosos orbes llenos de angustia y temor.

« Sí, Bǎobèi Lù. Todo lo que hagas buscando tu felicidad siempre será lo acertado », le respondió igualmente y, luego de verlo cerrar los ojos y acurrucarse en los brazos de otra persona, dio la vuelta y desapareció entre los pasillos en busca de un lugar donde dejarse desmoronar sin restricciones.

Notas finales:

Ojala que el capítulo de hoy les haya gustado.

Muchas gracias por leer y nuevamente les pido una disculpa por el gran retraso.

Hasta pronto, bye bye ^^


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