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Only reason. por DNA

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Notas del capitulo:

Happy New Year!!!

 

Esta es una sorpresa de año nuevo jajajaja.

 

 

 

 — ¿Qué? ¿Será que él no te contó? —Habló con malicia.

La expresión del más alto se oscureció aún más y una mirada de desprecio total se clavó en él. Haciéndolo quedar completamente mudo ante ella.

— Luhan me cuenta todo —dijo seriamente—. A diferencia tuya, él nunca hablaría mal en contra de otra persona, aun si tuviera problemas con esa persona.

— Yo no…

— Es verdad, él me dijo que fue a ver a Kai y que tuvo un malentendido contigo, pero él prefirió no decirme cuál fue el problema entre ambos porque no quería que yo discutiera contigo por su culpa. En cambio tú...

Sus ojos, desprovistos de emoción alguna, lo recorrieron de pies a cabeza con absoluta decepción.

— No sólo llegaste tan lejos como para meterte con él, sino que además estás aquí, frente a mí, insinuando no sé qué mierda.

— Yo no miento cuando digo que él estaba actuando raro —sentenció.

— ¿Y qué si estaba haciéndolo? —Bufó—. Luhan podría tener mil razones para hacerlo, no necesariamente la clase de porquería que ya te armaste en la cabeza.

— En ese caso debería no hacer cosas que parezcan sospechosas. JongIn y tú ya tienen una relación tensa, él tan sólo…

— El hombre es jodidamente heterosexual, además de que le tiene demasiado respeto a Suho. Aún si Luhan se ofreciera libremente, él no aceptaría. Así que deja de fingir una preocupación que resulta absurda.

— Eso no…

— Detente, Kyungsoo —advirtió—. Él es demasiado inteligente para que pretendas convertirlo en otro Minho. Él tampoco te va a amar, así que no creas que es tu propiedad.

Kyungsoo apretó los puños, su rostro se torció en una mueca de rabia absoluta y fue la primera vez, que Sehun fue observado con tanta hostilidad por él.

— Esta es la última y única advertencia que te daré… —dijo severamente—. No te metas con Luhan.

Dicho eso, se marchó sin darle una segunda mirada al otro. Ese asunto simplemente no era tan importante cuando era Luhan su mayor preocupación.

Por ahora lo único en lo que podía pensar era en que las pesadillas sobre aquel oscuro incidente habían vuelto, cada una más horrible que la anterior. La situación tenía a su corazón pendiendo de un hilo y su amada suegra estaba aún peor.

Luhan fingía ser fuerte, prometiendo que todo estaba bien una vez el sol saliera pero no se sentía así. Su sonrisa simplemente se había apagado más y más, teniéndolo a él desesperado por saber cómo solucionarlo.

Era más que obvio que algo perverso estaba oculto en algún lugar, pero nadie estaba diciendo nada y solo podía esperar con ansiedad a qué Red se reportara.

No fue hasta ese día—que tal vez algún ente divino se había apiadado de él—, que finalmente pudo ver la sonrisa real dibujada en los labios del chico que amaba. Ese día en particular, ellos estaban todos reunidos en el aeropuerto, todos igual de emocionados a la espera de la joven y noble dama que había aceptado casarse con Wu YiFan.

Y por ella, que para él no era diferente a una bendición del cielo, era que Luhan tenía aquella preciosa sonrisa en los labios.

— ¡Están saliendo! ¡Están saliendo! —Exclamó con emoción Zhao, mientras veía a las personas aparecer por aquel pasillo.

La dulce señora Wu se unió a su emocionado hijo, levantando muy alto aquel cartel con letras de colores. Luhan no pudo contener la sonrisa, misma que compartió con Sehun, quien tomaba su mano y permanecía de pie a su lado.

Una bella, esbelta, elegante y alta figura se destacó entre aquella multitud. Sus precioso rasgos eclipsando a cualquier persona a su alrededor, robando una que otra mirada de las personas que caminaban a su lado.

Una sonrisa dulce se dibujó en sus labios rosas y sus bonitos ojos se iluminaron cuando vio a cada uno de los miembros de su familia política, esperando por ella mientras lucían como las personas más felices de todo ese aeropuerto.

— ¡LiXue jiějiě! —Gritó Zhao.

— ¡A-Li! —Exclamó su amada suegra, agitando con alegría aquel encantador cartel con su nombre.

La hermosa joven agitó elegantemente su mano, apresurando su paso debido a la emoción. Al estar a unos pocos metros, todos gritaron y ella chilló igual de emocionada cuando vio a su suegra y al pequeño Zhao corriendo a su encuentro.

Su pequeña maleta terminó olvidada en algún lugar del suelo mientras ella abría los brazos para recibir a ambas personas. Repitiendo al unísono lo felices y emocionados que estaban de verse de nuevo.

— Querida nuera —saludó el señor Wu, abrazándola una vez la vio libre de ambos acaparadores.

— Querido suegro —dijo ella, aceptando con alegría el abrazo.

— Bienvenida a Seúl, Lixue jiějiě —habló tranquilamente YanYan.

— Estoy muy contenta de estar aquí. Gracias A-Yan —sonrió tomando las manos de su cuñada.

— Que alegría verte, Lixue jiějiě —habló Luhan con una pequeña sonrisa de bienvenida.

Los bellos ojos de la preciosa dama se iluminaron tan pronto vio a la joven pareja, ella jaló sorpresivamente al menor de sus cuñados a un apretado abrazo y besó su mejilla. Repitiendo la misma acción con Sehun.

— Oh, mis niños, estoy tan contenta de verlos —declaró con gran emoción—. HunHun, te ves más alto y encantador de la última vez que nos vimos —halagó.

— Gracias, jiějiě. También te ves espléndida —respondió educadamente, haciéndola reír dulcemente.

— Y mi Lulu, mira nada más lo grande y precioso que te ves —elogió, provocando que él se sonrojara—. Tu hermano mayor te extraña mucho y me pidió decirte que puedes volver a Beijing cuando quieras.

Sehun frunció el ceño al escuchar como su estúpido cuñado seguía encontrando cualquier excusa para pedirle a Luhan volver con él.

— Gracias, jiějiě. Yo también los he extrañado mucho—respondió Luhan, fingiendo no haber escuchado nada más.

La bella mujer asintió muy complacida con su respuesta, estrechando una última vez el cuerpo de su joven cuñado.

— Bueno, vamos poniéndonos en marcha. Estoy ansiosa por ver la casa.

Todos asintieron de acuerdo con lo que pedía, pronto su madre y la joven, caminaban sin parar de hablar de su hermano mayor y sus malos hábitos. Zhao no paraba de reír, repitiendo que las grabaría para hacer rabiar a YiFan.

La pequeña van familiar pronto se volvió ruidosa, la conversación fluyó en la dirección que la señora Wu deseaba y todo se centró exclusivamente en el embarazo de la hermosa joven mujer.

Sehun, quien en un principio había creído que la sonrisa de Luhan era por la llegada de su cuñada, notó solamente entonces que se había equivocado a medias. Ya que, aunque Luhan naturalmente estaba feliz por la llegada de la joven mujer, estaba más bien concentrado en su madre.

La bella mujer era la imagen misma de la emoción, sus bellos ojos estaban resplandecientes de alegría y la sonrisa en sus labios era por mucho, una de las más bellas que ellos había visto en ella desde hace un tiempo.

La escena parecía perfecta y luego de varios días de angustia, finalmente sintió algo de calma en su corazón. La bella mujer era como un ángel a sus ojos y aunque ella nunca lo sabría, Sehun estaba profundamente agradecido por su llegada.

Por ello, no dudó en poner un gran esfuerzo en hacerla sentir feliz y bienvenida. A sus ojos, ella merecía todo eso y más.

— Vaya, HunHun y mi suegra son tan atentos. Si me siguen mimando así, no voy a querer volver al lado de YiFan —bromeó risueña.

— ¡No vuelvas entonces! ¡Lixue jiějiě puede quedarse aquí con nosotros! —Exclamó alegremente Zhao.

Ella aplaudió mientras se reía lindamente, palmeando cariñosamente la cabeza de su alegre cuñado. Sin embargo, su mirada terminó por desviarse discretamente a Luhan.

Hasta ese momento, él había permanecido algo silencioso y, aunque parecía feliz y todo había transcurrido bien durante todo ese día, su sonrisa era todavía algo a medias.

Ella sabía de antemano que Luhan estaba pasando por un momento difícil, su marido le había explicado la situación pero no había imaginado que fuera tan grave.

Quería hablar con el muchacho y ver si podía ayudar en algo, pero tendría que esperar al día siguiente al ser ya un poco tarde. También estaba cansada por el viaje, por lo cual se despidió para irse a descansar tras la cena.

Todos la imitaron y aunque quiso preguntarle a su suegra la inesperada insistencia que tuvo al pedirle a Sehun quedarse esa noche. Decidió que podría esperar al día siguiente, puesto que tampoco pareció que Sehun pusiera ninguna objeción.

Ella se rindió al cansancio tan pronto se metió a la cama, olvidándose incluso del pensamiento que había tenido en un principio sobre tal vez no ser capaz de dormir al estar tan lejos de su amado esposo.

Horas más tarde, un grito horrible la despertó abruptamente. Asustada, miró en todas direcciones como buscando el peligro, pero no había nada y lo único que logró escuchar fue el sonido de las puertas abriéndose y pasos apresurados desde el pasillo.

Salió de su habitación completamente desconcertada, acercándose indecisa a la puerta de Luhan donde pudo ver a YanYan y Zhao de pie con expresiones angustiadas en sus rostros.

Tenía la intención de preguntar qué estaba pasando tan pronto como se acercó, quedándose callada al final, luego de ver a sus suegros dentro de la habitación soltando palabras de consuelo con voces temblorosas. Sehun abrazaba a su pequeño cuñado como si su vida dependiera de ello mientras le susurraba palabras al oído que nadie más podía escuchar.

El extraño cuadro fue así durante un largo tiempo, solo lo suficiente antes de que Luhan cayera rendido por el sueño en los brazos de Sehun.

— ¿Está dormido? —Preguntó su ansiosa suegra, aunque la respuesta parecía muy obvia.

— Lo está —murmuró Sehun.

Ese niño, quien en apariencia parecía tan inaccesible, sostuvo con suma ternura el cuerpo de su pareja. Acariciando suavemente sus mejillas y besando su frente, como si en sus brazos tuviera lo más precioso de su vida.

— Suegra —llamó titubeante la joven, como si sintiera que no debería hablar para no romper tan bonita imagen.

— Oh, A-Li —susurró—. Te despertamos. Discúlpanos, cariño.

— No, no. No es importante —soltó rápidamente—. Sin embargo… ¿Luhan está…?

Ella dejó la pregunta inconclusa intencionadamente. Su suegra le dio un rápido vistazo a su hijo, acurrucado en los brazos de Sehun y, tras dudar por un momento, le hizo un ademán pidiéndole a su nuera que la siguiera.

Ambas se alejaron silenciosamente de la habitación, de vuelta a la recamara que la joven estaba ocupando en su estadía ahí. La bella mujer mayor, fue hasta la cama y le indicó a la más joven que se acercara para acomodarse.

LiXue no dudó, acercándose obedientemente a la espera de alguna respuesta. En cambio, lo que obtuvo fue una hermosa muestra de afecto, donde ella se acomodaba en la cama y su suegra la arropaba con las mantas como su siempre ocupada madre nunca lo había hecho cuando era una niña.

— Él está pasando por un mal momento —habló al fin—. Pero va a estar bien.

Aunque dijo esa frase, la preocupación todavía era obvia en sus bellos rasgos. LiXue asintió, aparentando que creía completamente en su vacilante declaración y tomó su mano con suavidad.

— ¿Qué pasó?

La mujer a su lado comprendió a qué se refería con esa pregunta, sin necesidad de que añadiera alguna otra palabra. Ella no dudó en contarle a su nuera, pese al hecho de que ni siquiera el mayor de sus hijos sabía a detalle lo que había sucedido.

Lo hizo porque era demasiado para manejar y necesitaba desahogarse, admitir en voz alta que sentía como si hubiera fracasado como madre al no haber podido proteger a su pequeño. Todas sus palabras salieron acompañadas de lágrimas de enojo y frustración.

Evidenciando lo desesperada que se sentía porque una solución milagrosa apareciera y le devolviera la paz a su niño. Su nuera la escuchó con paciencia y comprensión, después de todo, ella estaba por ser madre también y de solo pensar a su hija o hijo en una situación así…

Ella no pudo no llorar también. Abrazando a la dulce mujer mientras le repetía que ella no había fallado. Que, aunque Luhan en ese momento podía estar pasando una mala crisis, ella lo había criado para ser un joven fuerte y valiente que iba a superar esa crisis.

— Querida suegra —llamó, limpiando cariñosamente las lágrimas del pálido rostro ajeno—, permítame pasar mañana un tiempo con Hannie. Tal vez no tenga la solución, pero tal vez pueda ayudarlo a sentirse más relajado.

La angustiada mujer aceptó sin dudar, rezando para sus adentros que eso ayudara un poco al menos.

De esa manera, la bella mujer irrumpió en la habitación del más joven de sus cuñados, portando una sonrisa radiante muy temprano la mañana siguiente. La joven pareja que dormía dentro, la miraron con el ceño fruncido pero ninguno de ellos se atrevió a decirle nada.

— Andando, niños —soltó alegremente—. Mi querida suegra prometió que ustedes me acompañarían todo este día. Así que de pie, tomen una ducha, vístanse y bajen para reunirse conmigo —ordenó antes de marcharse sin permitirles decir ni pío.

— Jiějiě, jiějiě —llamó Zhao al verla—. Yo también quiero ir, jiějiě —habló con el mimado tono de voz que un niño usa con su madre para conseguir algo.

Él incluso se acercó para tomar su mano y mirarla con brillantes ojos suplicantes.

— Oh, Xiǎo Zhao —dijo cariñosamente, pellizcando las mejillas del joven—. Hoy no puede ser, pero jiějiě te promete que tú y yo tendremos nuestro día especial.

Un puchero de decepción se plasmó en el rostro del más joven, aun así asintió de mala gana.

La encantadora y joven pareja bajó quince minutos más tarde. Sehun luciendo profundamente preocupado y Luhan portando una expresión miserable. Ella fingió no verlo y continuó sonriendo.

— ¿Listos? —Ellos asintieron patéticamente—. Vamos entonces.

Ella lideró el camino frente a ellos, caminando con magnífica elegancia, justo a tiempo para reunirse con un joven y nervioso hombre que saludó torpemente.

— Señora Wu, bienvenida a Seúl —dijo nervioso—. Me han enviado de parte del director Lee para entregarle el automóvil que el señor Wu ordenó que tuviéramos listo para usted a su llegada.

El ceño fruncido de Sehun se hizo más profundo y ella asintió tranquilamente. El muchacho extendió las llaves solo para dejarlas caer, apresurándose con torpeza a levantarlas y dejarlas caer un par de veces más antes de por fin entregarlas a la impresionante dama.

— Muchas gracias, mm…

— Park. Soy Park —respondió apurado.

— Muy bien. Gracias entonces, señor Park.

Él asintió muy complacido por escuchar las palabras de la hermosa mujer y se fue de lo más feliz. Entre tanto ella hacía a ambos chicos entrar en el auto para ponerse en marcha.

— ¿A dónde vamos, jiějiě? —Interrogó Luhan, hablando por primera vez en todo ese tiempo.

— De compras —respondió con emoción.

— ¿De compras? —Habló Sehun, viéndose un tanto inconforme.

— Sí —asintió—. Quiero buscar cosas lindas para el bebé.

Luego de decir eso, las expresiones un tanto inconformes de ambos chicos cambiaron. Las sonrisas parecían más genuinas y, ¡realmente comenzaron a hablar más!

Preguntando sobre lo que ella tenía en mente comprar y a dónde exactamente quería ir a verlo. Como podía suponerse, ella solamente tenía en mente comprar algunas cosas fáciles de transportar a su regreso.

Ella los arrastró de un lado a otro, entrando a diferentes tiendas para comprar no menos de seis productos en cada una de ellas. Luhan se veía mucho menos como un fantasma en ese momento a pesar de ser uno de los que cargaban todas sus compras. Ella solo necesitaba encontrar el momento adecuado para tocar el tema en cuestión y averiguar si podía ser de ayuda de alguna manera.

Sin embargo, a pesar de la excelente relación que Sehun y Luhan tenían, ella no estaba muy segura de si debería tocar el tema con él presente o esperar a estar solos. Ese hecho también la había detenido hasta ese momento.

Sorpresivamente, como si fuera una especie de solución mágica, el móvil de Sehun sonó en el momento justo de su regreso a casa y si su expresión decía algo, él iba a marcharse.

— ¿Quién era? —Preguntó con fingida curiosidad.

— Baekhyun, quiere que lo ayude a hacer las compras —explicó apenado.

— Entonces ve. Hannie y yo nos encargamos del resto —aseguró con calma.

— Yo…

— No te preocupes, estaré bien —prometió el tierno joven.

— De acuerdo, pero al menos los ayudaré a llevar todo dentro.

Ellos no rechazaron el ofrecimiento, pronto todo estuvo dentro de la habitación de la bella mujer y Sehun se despidió apurado. Ella vio su oportunidad en ese momento, haciendo a Luhan quedarse para ordenar todo lo que habían comprado mientras iniciaba una charla irrelevante sobre su esposo y hermano mayor del jovencito.

— Luhan —llamó, interrumpiendo la anécdota del menor sobre la infancia de su esposo.

El muchacho guardó silencio, esperando a que ella continuara. Ella dejó de ordenar sus compras, dándole al chico una mirada escrutadora que le hizo saber de inmediato lo que estaba por decir.

— ¿Cuál es el diagnóstico de tu psiquiatra?

Él no respondió de inmediato, sus labios se torcieron en una mueca difícil de ver y apenas susurró la información que ella le había pedido.

La mujer mantuvo una expresión neutral, y de alguna forma el sentimiento resultaba familiar. Como si estuviera de vuelta frente a su psiquiatra. Sin embargo, ella no tardó mucho en asentir seriamente y mirarlo de un modo un tanto diferente.

— Tú no crees que se trate de un sentimiento de culpa, ¿cierto? —Luhan negó— ¿Cuál es tu teoría entonces?

— Yo creo que inconscientemente estoy tratando de advertirme algo.

— ¿Cómo qué?

— No tengo idea, es por eso que necesito investigar todo de nuevo. Aunque a este paso parece que no tendré ningún resultado sin importar qué —murmuró abatido.

— Investiga, entonces —habló la bella mujer con seriedad.

— Eso intento, pero… —Luhan suspiró derrotado—. Es como si todo estuviera encerrado en alguna especie de fortaleza impenetrable.

Ella lo observó atentamente y asintió solemne, caminando directo a Luhan. Su delicada y bonita mano se extendió y Luhan inmediatamente entendió que ella quería el pequeño cuaderno que él había mencionado antes y en el cual estaba registrada su escasa investigación.

Él lo consiguió rápidamente y lo entregó sin quejas para que ella le diera un vistazo, observando con nerviosismo como ella se tomaba su tiempo en cada anotación, con una mueca de concentración absoluta adornando sus bellos rasgos.

— La información que tienes no es mucho pero es de ayuda. Necesitamos conseguir acceder al expediente del caso y revisarlo por nosotros mismo para compararlo con lo que tienes aquí y saber que es lo que podría hacernos falta.

Luhan la miró completamente sorprendido, ella caminó por la habitación hasta la cómoda de donde Luhan la vio obtener una pequeña agenda y comenzar a buscar algo en ella. Sonriendo satisfecha cuando pareció hallarlo.

— Para tu buena suerte, todavía cuento con buenos contactos en Seúl y puedo conseguir que nos entreguen el expediente para revisarlo en un parpadeo —sonrió con un poquito de arrogancia.

— ¿De verdad? —Inquirió asombrado.

— Claro —asintió—. Muchas personas me deben algunos favores del tiempo que en el que trabajé aquí en Seúl antes de conocer a tu hermano.

— ¿Estuviste trabajando aquí en Seúl?

— Sí, fui la asistente del fiscal en ese entonces —asintió risueña—. No habrás pensado que fue mi amor por tu hermano lo que me llevó a aprender el idioma, ¿o sí? —Preguntó con una de sus elegantes cejas arqueadas.

— Bu-Bueno yo… —Ella comenzó a reírse suavemente mientras negaba.

— ¿Sabes cómo conocí a tu hermano mayor?

— ¿No fue porque mi abuela concertó una cita entre ambos? —Murmuró algo inseguro.

Por lo que Luhan sabía, antes de que su hermano mayor se comprometiera y casara, su abuela paterna había concertado para él un montón de citas con mujeres de buenas familias, con el propósito de que YiFan eligiera a una de ellas y posteriormente se casará, trayendo beneficios tanto a los Wu como a la familia de la joven.

Luhan hasta ese punto había pensado que su cuñada, Qiao LiXue, hija única de uno de los 2980 diputados de la Asamblea Popular Nacional de China; Qiao Shi, había sido la espléndida candidata de un arreglo matrimonial. Ya que al conocer a su abuela, era obvio que LiXue jiějiě había sido la mejor de las opciones, considerando sus buenos antecedentes familiares.

Sin embargo, la sonrisa que ella tenía en sus bonitos labios rosas le decía que definitivamente nada tenía que ver con quien era su padre y el importante cargo que tenía en sus manos.

— Veras, Luhan —comenzó ella—. La verdad sea dicha, antes de conocer a tu hermano, digamos que desde los cinco años para ser exactos, yo tenía ya un arreglo matrimonial con el hijo de un pez gordo aquí en Seúl.

Luhan estaba atónito y ella se rió abiertamente de la expresión que estaba adornando sus bonitos rasgos. Incapaz de contenerse, pellizcó una de sus suaves mejillas, sacándolo de su asombro y permitiéndole continuar con su historia.

— Fue también a causa de esa persona que decidí venir aquí a Seúl cuando tenía veinte. En ese entonces yo pensaba; “si nos vamos a casar de todas formas, ¿por qué no estar más cerca de él?” Quien iba a imaginar que cuando llegué él estaba atravesando una delicada situación familiar y durante todo el tiempo que estuve aquí, su interés el uno por el otro no pudo ser sino nulo.

— ¿Rompiste el compromiso entonces? —Preguntó curioso.

— No, al inicio lo intenté, nosotros nos vimos algunas veces, pero simplemente era inútil. Nuestra relación era meramente un negocio y luego de aceptar eso, y de un par de años ganando experiencia aquí, volví a casa. Un año más tarde, conocí a YiFan luego de chocar su auto —rió tras el recuerdo.

— ¿De verdad?

— Sí —ella asintió risueña—. Él estaba furioso pero yo sentí que me faltaba la respiración desde la primera vez que nuestros ojos se cruzaron. Fue entonces que le ofrecí tomar algo y dejar que las aseguradoras se encargaran, por supuesto y tan furioso como estaba, él dijo que no.

— Eso definitivamente suena como mi YiFan g“g“.

— Sin embargo, yo no me rindo fácilmente e investigue quien era, como contactarlo y lo perseguí con entusiasmo hasta que él aceptó una cita conmigo. Esa cita se convirtió en dos, luego en tres y cuando menos lo imaginó, él me pidió hacerlo oficial.

Luhan sonrió contagiado por la sonrisa emocionada de su adorable cuñada, de pronto y sin explicación, la sonrisa se encogió dándole paso a una expresión un tanto triste y a un pesado suspiro, como si tuviera algo muy triste en su mente.

— Pero yo no podía aceptar sin decirle de mi compromiso y con eso todo pareció terminar. Yo le prometí hacerme cargo pero YiFan decidió que lo mejor era no vernos hasta que eso fuera resuelto, preocupado porque yo fuera la comidilla de los demás.

— ¿Qué pasó entonces?

— Su abuela seguía organizando citas para él y mi padre no estaba dispuestos a disolver el compromiso a menos que fuera mi prometido quien tomara dicha decisión. Me sentía impotente.

— ¿Cómo lo resolviste entonces, jiějiě?

— Viajé a Seúl una vez más y me reuní con mi prometido, esperando de antemano que él no estuviera dispuesto a romper tan ventajoso arreglo matrimonial y me viera obligada convencerlo a como diera lugar.

— ¿Lo convenciste?

— Tan pronto le dije que quería anular el acuerdo, él aceptó y me despidió con la garantía de hacérselo saber a mi padre —dijo alegremente—. Tan pronto tuve la respuesta volví Beijing, mi padre estaba furioso pero, ¿a quién le importaba? Inmediatamente corrí a buscar a YiFan, irrumpí en el restaurante sin importarme quién fuera la mujer con la que se estaba reuniendo y le dije la buena noticia.

Luhan rió al imaginar la escena, ella lo imitó antes de bajar sus bellos ojos a su vientre y acariciarlo con suma ternura.

— Dos días más tarde, tu hermano pidió mi mano. La abuela Wu estaba extasiada porque, aunque yo era una excelente candidata, saber que estaba comprometida la había disuadido. Mi padre aceptó de buena gana porque sabía del peso del apellido de los Wu y, además, estaba ansioso por cerrar la boca de las personas que decían que mi arreglo matrimonial se había venido abajo por mi causa.

— ¿Cómo es eso? —Preguntó con el ceño levemente fruncido.

— Las personas decían que él había pedido disolver el compromiso porque yo no era el típico prospecto de mujer sumisa y abnegada. Así que, para mi padre, que un joven como Wu YiFan corriera a pedir mi mano, sabiendo lo estricta que era la abuela Wu, era la mejor forma de callar las malas lenguas.

Ella sonrió con satisfacción y Luhan no pudo sentir sino un nuevo nivel de respeto por la bella mujer a su lado.

— Jiějiě, eres realmente impresionante.

— Gracias, tú también lo eres, Lulu. Has pasado por tanto y en lugar de esconderte debido al miedo, estás dispuesto a llegar a donde tengas para averiguar la verdad y proteger a las personas que amas.

— Y-Yo…

— Por eso mismo no debes preocuparte. Llegaremos hasta donde tengamos que llegar para resolver este acertijo. Así que prepárate, mañana mismo te llevaré por ese expediente.

Luhan asintió sin dudarlo, sintiendo un nuevo rayo de esperanza, convencido de que finalmente hallaría lo que tanto buscaba saber.

 

***

 

— ¿Y bien? —Preguntó seriamente el más joven.

El hombre que lo acompañaba suspiró pesadamente antes de negar y él maldijo por lo bajo.

— No te desesperes, Sehun —lo animó—. Es apenas el segundo en la lista que te di. Que no sepa nada, no quiere decir que no haya nadie que pueda tener lo que buscamos.

Sehun asintió de mala gana. Sabía que Red tenía razón, además de que no podía enojarse y hacer que él pagara los platos rotos cuando el mayor ya había insistido seguirlo en su búsqueda y hacer todo el trabajo sucio.

— ¿Quieres continuar? —Interrogó tranquilamente.

— No, dejemos estoy por hoy. Hacer demasiado podría advertir a los otros —explicó y su compañero asintió comprensivo—. ¿Te aseguraste de que ellos no van a decir nada?

— Lo hice. Ellos no serán un problema, puedes estar tranquilo.

— De acuerdo. Me voy entonces.

— Bien —sonrió—. Recuerda lo que dije de no desesperarte y dale mis saludos a tu chico.

Sehun hizo un gesto de reconocimiento y se marchó sin una segunda mirada.

Media hora más tarde, estaba de vuelta en su hogar. Baekhyun había salido de la nada para recibirlo, con una infantil expresión de reproche que le resultó tremendamente fastidiosa.

— ¿Dónde estabas? —Espetó—. Se suponía que me acompañarías a comprar los víveres, pero en lugar de eso desapareciste y además no respondiste ninguna de mis llamadas y mensajes —reprochó.

Sehun no estaba de humor, por lo que únicamente ignoró al otro y continuó su camino. Al ver esto, Baekhyun no se rindió y lo siguió de cerca.

— ¡Sehun! —Chilló inconforme.

— Salí con Kyungsoo —soltó de la nada, sorprendiéndose incluso a sí mismo.

— ¿Fue por eso que me dejaste plantado? ¿Para salir con ese odioso sujeto? —Escupió aún más molesto que antes.

— Sí —continuó su mentira.

— Esto es inaudito. ¿Cómo demonios puedes ser tan descarado? ¿Luhan sabe de esto?

— ¿Qué tiene de malo salir con mi amigo? —Espetó—. Además, ¿por qué tendría que decirle a Luhan dónde y con quién estoy como si él fuera un novio psicópata o algo así?

— ¡Es porque ese chico no debería ser tu amigo! —Exclamó frustrado.

— ¿Por qué no? —Interrogó seriamente—. ¿Qué hay de malo con él?

— ¡Todo!

— ¿Cómo lo sabes? —Continuó presionando—. Es mi amigo, lo conozco desde hace mucho tiempo ya. ¿Qué sabes tú de él que yo no si solo lo has visto hasta que yo los presente?

Baekhyun estuvo a punto de decir algo pero se contuvo al último segundo. Mirándolo con una impotencia que lo irritó por demás. Sin embargo, él no demoró mucho en recomponerse y le arrojó sin cuidado el periódico.

— ¿Qué no lees las noticias? —Soltó con desdén.

Un muy confundido Sehun miró el periódico que apenas había logrado atrapar. Sus ojos se ampliaron con asombro al ver el impactante titular.

— Esto…

— Espero que ahora si me escuches, a no ser que quieras que crean que también estás involucrado —bufó antes de tomar sus llaves y marchar a la puerta sin agregar más.

 

***

 

|Último minuto:|

|La exitosa inversionista Doh Hye Jun presuntamente estaría involucrada en un impactante escándalo sexual.|

Tan pronto como eso apareció ante él, el pequeño chico sintió que iba a vomitar. Desde primera hora de esa mañana cada teléfono y móvil en su hogar no habían parado de sonar.

Su madre tenía una expresión indescriptiblemente horrenda. Una que jamás había visto en su vida, mientras que su padre no paraba de ladrar maldiciones al teléfono móvil desde muy temprano en la mañana.

Su, por lo general, pacífico hogar era un completo caos. Sin embargo, eso no era lo peor, lo peor eran esas imágenes que, aunque censuradas, seguían resultándole extremadamente grotescas. Su propio móvil comenzó a timbrar y sin saber que esperar, lo alcanzó para responder la llamada.

Deseando que fuera JongIn, llamando para decirle que todo iba a estar bien. Pero al otro lado no estaba la voz grave y de consuelo del mayor, sino una risilla baja y maliciosa.

— Buenos días. ¿Cómo va tu mañana?

La ira se disparó por cada fibra de su ser tan pronto como escuchó aquella voz. Todo a su alrededor le decía que acabara con esa persona pero sus manos estaban atadas.

— Tú…

— Ah~, creo que ahora entiendo porque nunca me quisiste presentar a tu mamá —rio—. Resulta que le gustan los menores de edad y además, también maltratarlos bastante.

— ¡Cállate! —Bobby se echó a reír.

— Oh vamos, estás tan enojado y esas imágenes no son nada. ¡Hay mucho peores! —Aseguró entre risas—. No las mostré al mundo por la amistad que alguna vez tuvimos, pero te las puedo enviar si quieres.

— ¡Cállate! ¡Te lo ordeno!

— ¿Sabes?, me había preguntado la razón por la cual eras una basura si tu familia parecía ser decente —soltó con burla—. Pero ahora sé que tienes de donde heredarlo.

— ¡Acabaré contigo, Bobby! ¡Te lo juro! —Rugió.

— ¡Podrías hacerlo! —Exclamó risueño—. Sin embargo, antes de eso me aseguraré de sacar a la luz toda la porquería que tus respetables padres ocultan.

Kyungsoo quiso maldecirlo tan pronto lo escuchó, pero…

¿Qué podía hacer?

En ese momento nadie estaba de su lado. JongIn era la única persona que parecía estar dispuesto a mover un dedo por él, pero él no haría nada si eso iba en contra de las personas que quería y, por sus charlas con el mayor, Bobby era alguien que él apreciaba.

— Te lo advertí, Kyungsoo —dijo seriamente—. Aléjate de ellos o continuaré, y créeme que tengo demasiado material para hacerlo.

— Tú…

— En el último de los casos… Yo le diré todo al jefe y entonces, aunque también será perjudicial para mí, todavía no habrá lugar a donde puedas correr.

— No te tengo miedo —escupió entre dientes.

— Eso es bueno —dijo con un toque de falsa admiración en su voz—. Lástima que no se pueda decir lo mismo de tu familia, ¿o sí?

Kyungsoo abrió la boca para decir algo más, siendo interrumpido por el agudo y aterrorizado grito de su madre.

Se puso de pie en un segundo y corrió en su dirección, solamente para verla saltar de su sitio lejos de la computadora. Ambas manos cubrían sus ojos mientras lloraba desgarradoramente.

Tan pronto como él se acercó para ver cual era el problema, quiso alejarse. Un centenar de horribles imágenes llegaban sin parar, nada podía detenerlas y la risa de Bobby estaba en su oído.

— ¡¿Quién está haciendo esto?! —Berreó su madre.

— Como dije, esto solo se volverá peor. Recuérdalo, Kyungsoo —sentenció Bobby—. Esto es todo por mi parte, espero que ustedes y los socios de tu madre lograrán disfrutar de las imágenes. Tengan un excelente día —finalizó, cortando la llamada finalmente.

Kyungsoo gritó, arrasando la mesa y enviando a la destrucción la computadora y cualquier otro objeto que hubiera estado en su camino. Su madre continuaba llorando horriblemente y su padre estaba tan enojado que parecía que podría morir por ello en cualquier instante.

Aquello parecía un tsunami a punto de azotarlo, por segunda vez en mucho tiempo, se sintió desesperado y con deseos de correr.

Eso mismo fue lo que hizo, corrió. Corrió sin escuchar los gritos de sus padres, abriéndose paso por la multitud de reporteros que esperaban fuera de su hogar cuál animales hambrientos y sedientos.

Huyó de ahí.

Sin embargo, se detuvo repentinamente en medio de una calle concurrida, mirando al mar de personas que la transitaban. Ya que solamente en ese momento se había dado cuenta de algo.

El lugar y la persona a quien quería ir a buscar ya no estaba más en su mundo. La prueba de ello había colgado de su cuello desde el día que Kai lo había llevado para él.

Lágrimas le nublaron los ojos luego de que la brutal realidad lo golpeara mientras a lo lejos escuchaba una aguda voz gritando: "¡Ahí está! Joven Doh, ¿podemos hacerle unas preguntas?".

Él los vio correr en su dirección pero no se movió, su mente estaba en blanco. Sorpresivamente, justo cuando ese grupo de reporteros viciosos estaba más cerca, una alta figura apareció frente a sus ojos, estrechando su cuerpo cerca mientras se abría paso.

— ¡Piérdanse! —Rugió él.

Únicamente el sonido de su voz lo obligó a caer en cuenta de que se trataba de JongIn. Sus labios se apretaron y sus propios brazos se envolvieron firmemente en el cuerpo ajeno, ocultando su rostro de las miradas indiscretas a medida que avanzaban.

Entre el caos, solamente un pensamiento persistía…

Él deseaba vengarse de todos.

 

***

 

Ese día, al llegar a la escuela todos hablaban sobre el escándalo del momento. Maldiciendo a diestra y siniestra pero todavía compartiendo las desagradables fotografías.

En otro momento a Luhan no le hubiera interesado demasiado, además, su relación con ese chico no era buena desde su enfrentamiento. Sin embargo, él seguía siendo el amigo de Sehun y le preocupaba cómo se sentía su novio al respecto.

— Él no vino a la escuela —comentó en voz muy baja Haneul durante la hora del descanso.

— ¿Cómo demonios se tendría cara para aparecerse? —Bufó Baekhyun—. ¿Quién querría salir de su casa al saber todas las porquerías que su madre hacía?

— Exactamente —apoyó Kyun Min—. De ser yo, me cambiaría de ciudad, incluso me cambiaría de país para evitar la vergüenza.

Luhan le dio un ligero codazo al chico para hacerlo callar, puesto que era el más cercano a él. Su amigo no se atrevió a quejarse en absoluto al ver la mirada complicada que Luhan le estaba dando a Sehun y se calló de golpe.

Sehun se levantó de la mesa en completo silencio y Luhan maldijo por lo bajo al ponerse de pie y seguirlo con una expresión de profunda preocupación.

— Hun —llamó en voz muy baja pero él de todos modos se detuvo ante su llamado.

— ¿Qué pasa, cariño? —Su voz era tan dulce y cálida como de costumbre, pero Luhan veía en sus ojos que algo no iba del todo bien.

Por un instante no supo cómo continuar, sin embargo, no podía quedarse callado eternamente, solamente mirándolo.

— Tu amigo…

— ¿Te refieres a Kyungsoo? —Luhan asintió—. Está bien, Bǎobèi Lù. No tienes que preocuparte por este asunto.

— Pero…

— Lo que su madre hizo no tiene nada que ver con nosotros. Sus errores son solamente suyos —dijo con calma.

— De acuerdo —murmuró poco convencido—. Em... ¿Vendrás a casa después de la escuela? —Preguntó torpemente.

— Probablemente no hoy —respondió—. Bobby necesita que lo ayude con un par de cosas.

— Ya veo.

— Sin embargo, puedo mandarlo al diablo si tú quieres.

— No, no —negó rápidamente—. De todas formas LiXue jiějiě quiere que la llevé a algunos lugares.

Él asintió con calma, su diestra sujetó cuidadosamente su mentón y voluntariamente inclinó sus cabeza para recibir un beso en los labios.

— Iré por la noche —prometió—. Quiero dormir en tus brazos esta noche.

El chico asintió felizmente, olvidándose del motivo de su anterior preocupación. Siguiendo tranquilamente con su día de clases habitual hasta la hora de la salida.

Aquel día, el vehículo familiar donde su madre siempre pasaba a buscarlo no estaba a la vista. En su lugar, estaba aquel impresionante auto que su hermano había hecho que entregaran a su cuñada, y la hermosa mujer lo saludaba desde el interior.

— Hannie, tu cuñada es un bombón —halagó Haneul con ojos brillantes.

— Es incomodo si lo dices así, nena —señaló Kyun Min.

— Luhannie, ella es realmente hermosa —continuó Cherry igual de emocionada.

— ¿Por qué se casó con tu hermano? —Interrogó Baekhyun con el ceño fruncido, recibiendo una mala mirada de Luhan.

— Porque es encantador, obviamente —bufó.

— Claro que sí, amor —habló su novio como si le diera la razón aunque no la tuviera.

— ¡Oye!

— Vamos, vamos. No puedes hacer esperar a jiějiě —sonrió, arrastrándolo hasta el auto de la bella joven.

Ella lo saludó alegremente y, luego de que ambos chicos se despidieron, se pusieron en marcha. Únicamente en ese momento, y sin Sehun para distraerlo, Luhan notó que su cuñada iba vestida de un modo demasiado formal.

—Te lo dije, pequeño Luhan —habló ella como si adivinara sus dudas—. Hoy iremos para que nos entreguen todos los archivos respecto a la investigación y resolución de tu caso.

La expresión de asombro de Luhan era algo graciosa y ella no pudo no reírse un poco. Aunque se aseguró de borrar esa aniñada expresión sonriente tan pronto aparcaron y avanzaron hasta un imponente edificio.

Su, hasta hacía unos minutos, sonriente rostro se volvió una mueca de completa frialdad profesional. Haciéndola parecer incluso más inalcanzable y hermosa de lo que ya era.

La atención de muchas de las personas al interior del lugar fueron a su dirección, al ver a la elegante mujer avanzar con seguridad hasta uno de los detectives.

— Estoy aquí para ver al detective Zhang —dijo utilizando un tono de voz que dejaba en claro que no iba a esperar y mucho menos aceptar una negativa.

— ¿Quién lo busca? —Preguntó algo torpemente el hombre tras el escritorio.

— Soy la abogada Wu LiXue —se presentó, extendiendo una impresionante tarjeta de presentación—. Ayer por la tarde el fiscal Lee debió notificarle de mi visita.

La expresión del hombre era la de quien había visto al mismísimo demonio. Se puso de pie tan rápido, que Luhan creyó que el asiento que había estado ocupando le había dado una descarga eléctrica, y nerviosamente comenzó a decirle a la hermosa mujer que lo siguiera.

Ellos fueron llevados a una pequeña oficina privada antes de que el detective se marchara diciéndoles que su jefe no demoraría. Su cuñada asintió tranquilamente y ocupó un asiento dentro de la pequeña oficina. Luhan la imitó sin saber qué más hacer hasta que finalmente, la persona que buscaban apareció.

— Disculpe la tardanza, señorita Qiao. Estoy un poco con las manos llenas ahora mismo —sonrió educadamente tras su excusa—. Sin embargo, bienvenida a Seúl.

— Es señora Wu ahora, detective Zhang —corrigió serenamente.

— Oh, ya veo. Mis felicitaciones —dijo tras notar su pequeño vientre de cuatro meses.

— Gracias.

— No hay por qué —negó con educación—. Bien, entonces… ¿Cómo puedo ayudarla, señora Wu?

LiXue no contestó de inmediato, extendiendo para el hombre una impecable carpeta que él tomó con una ceja arqueada y una cara de confusión.

— Esa es una orden que el fiscal Lee me entregó para que a mí y a mi cliente se nos permita acceso al expediente del caso de Oh Minho —explicó ella.

La expresión del hombre se volvió algo complicada, solamente entonces sus ojos calculadores aterrizaron en Luhan y la mueca en su cara se volvió aún peor.

— Muchacho, tiempo sin verte —saludó.

— Me alegra verlo de nuevo, detective Zhang —murmuró al estar completamente seguro de que el saludo ajeno no era porque estuviera feliz de verlo en absoluto.

— En base a lo que me están mostrando. ¿Qué pretenden? ¿Reabrir el caso y juzgar a un muerto? —Preguntó seriamente.

— Los motivos son personales, detective —respondió tajante la única mujer en la habitación—. Por favor, usted limítese a brindarnos su cooperación.

El hombre frunció profundamente el ceño y asintió de mala gana. Haciendo un ademán a uno de sus subordinados para entregarle el documento que la impasible mujer le había dado, saliendo ambos de la habitación tras eso.

Luhan le dio a su cuñada una mirada preocupada, a la cual ella respondió con una dulce sonrisa y un par de palmaditas en la cabeza.

Le tomó al detective aproximadamente media hora para volver con una simple carpeta que dejó caer sin consideración sobre el escritorio. Su cuñada no se inmutó por ello y alcanzó la carpeta antes de mirar en dirección al hombre.

— ¿Esto es todo? —Interrogó ella seriamente—. ¿De verdad? ¿Está jugando con nosotros, detective?

— Oh, claro que no, señora Wu —sonrió secamente—. Esto es a lo que su orden le da acceso.

— ¿Es así? —LiXue lo miró sin emoción alguna en su hermoso rostro—. Entonces es realmente extraño que el fiscal me garantizara acceso ilimitado.

Tan pronto escuchó eso, la sonrisa odiosa del mayor se esfumó. Mientras que ella se ponía de pie con Luhan siguiéndola confundido y decepcionado a la vez.

— Tomaré prestado a uno de sus oficiales para obtener copias de esto y la próxima vez me aseguraré de traer el documento adecuado —habló con educación, disfrazando así su obvia amenaza.

La expresión facial del hombre se oscureció pero todavía asintió. Moviendo su mano en dirección al hombre a su lado para que sirviera como el asistente de la hermosa mujer. Él asintió de inmediato, escoltándolos todo el camino fuera de la oficina y durante el resto del tiempo que se quedaron en el lugar.

Luhan todo ese tiempo había simplemente seguido a su cuñada sin idea alguna de que hacer durante todo el desarrollo de la situación. No mejoró en absoluto ni cuando estuvieron de vuelta en el auto de camino a casa.

— No te preocupes, Lulu —consoló ella—. Ese detective no va a detenernos. Por ahora revisaremos lo que nos dio mientras consigo que mis contactos nos den acceso ilimitado.

— D-De acuerdo.

— Por ahora, puedes empezar y darle un vistazo al expediente que ese detestable hombre nos dio. Si tienes alguna duda, puedes preguntarme y lo revisaremos juntos.

Luhan asintió, mirando la pila de papeles en sus manos.

Las primeras hojas eran información familiar; su propia información personal y su declaración. De esta última, se atrevió a leer palabra por palabra pese a tenerla grabada fresca en su memoria.

Él apretó las hojas en sus manos mientras continuaba repasando la información. En las siguientes páginas, había una recopilación de todas las fotografías de sus lesiones.

Las dejadas por su intento desesperado por defenderse. Las que se infringieron cuando ya no le quedaban energías para luchar y por último, la marca que todavía se hallaba en su espalda.

La imagen era de una quemadura fresca, grotesca y aun así, ya se podía distinguir la inicial del nombre de su atacante en su carne, haciendo que la cicatriz dejada en su espalda ardiera como cuando la recibió.

— Detente —ordenó de repente.

— ¿Luhan?

— Detente, necesito que te detengas —repitió con voz ansiosa.

Ella hizo lo que pedía aun cuando estaba completamente confundida. Luhan bajó, dejando atrás la carpeta. La hermosa mujer bajó también sin entender lo que él estaba balbuceando.

— ¿Luhan? —Llamó angustiada, haciendo que él la mirara.

— Lo siento, jiějiě. Recordé que tengo que ir a ver a Sehun, tengo algo que decirle —mintió patéticamente.

Su cuñada sabía que era una muy mala mentira, sin embargo, todavía estaba segura de que él iría a buscar a Sehun a final de cuentas. Por ello, asintió para dejarlo irse, a pesar de sentirse algo demasiado preocupada.

Él apenas le sonrió antes de dar la media vuelta y largarse tan rápido como pudo.

 

***

 

El sonido de cristales rotos parecía ensordecedor en medio de la lamentable habitación. Ojos desenfocados y cargados de miedo se fijaron en la joven y familiar figura de quien permanecía de pie frente a él, mientras su compañero lo aplastaba en el suelo para inmovilizarlo.

— Lo preguntare una vez más…

— No sé nada, Sehun. ¡Te lo juro! —Exclamó desesperado, mirando con terror al joven de pie, invencible, frente a su derrotada figura.

— No te creo —sentenció despiadadamente y asintió en dirección a su compañero—. Aunque no importa, tengo formas de hacerte hablar —sonrió con falsa inocencia.

— Es verdad. Después de todo, nosotros no simplemente adivinamos donde estabas —comentó tranquilamente Red.

Un espeluznante sonido y un grito de puro dolor llenaron la habitación tras esas palabras. Lágrimas brotaron de los ojos del hombre sometido mientras veía impotente cómo su brazo se mantenía en un ángulo antinatural.

— No tengo tanta paciencia, Kang —masculló siniestramente—. Dime lo que sabes o haré que romperte el brazo sea nada —advirtió.

— N-No te a-atreverías —balbuceó, armándose con la última pizca de valor que le quedaba—. Eres demasiado cobarde para hacer algo sin la ayuda de perros como Red, fue por eso que tu hermano siempre pasó por encima de ti.

La expresión de Sehun no se movió en lo absoluto, sin embargo, Red sí le dio al sujeto una mirada de compasión. Su sangre se heló en ese momento al ver la sonrisa despiadada esbozada por el más joven de los tres.

— Tienes razón —coincidió con una actitud aparentemente despreocupada—. En circunstancias normales, yo no me mancharía las manos con basura como tú, pero…

La sonrisa escalofriante se ensanchó y todo pasó en un abrir y cerrar de ojos.

Un grito agonizante brotó de lo más profundo de la garganta de la víctima, que observaba con terror el enorme trozo de cristal que atravesaba su mano izquierda y la sangre brotaba sin parar.

— Se trata de Luhan. Tú y yo sabemos que tratándose de él, yo no estoy tan cuerdo como todos piensan que estoy. Ahora habla.

— ¡No sé nada, lo juro! —Sollozó.

— En ese caso…

— No, espera, espera —suplicó desesperado—. Yo no sé nada, pero sé quién sí podría saber lo que tú quieres averiguar.

— Te escucho —dijo con calma.

— Ese día, se suponía que Joon también sabía del plan y debía acompañar al grupo de Minho. Pero algo lo detuvo y al final no llegó —explicó apurado.

— ¿Dónde está Joon?

— No lo sé. Te lo juro —lloró—. Él simplemente desapareció luego de que Kim atrapó a Minho.

Sehun lo observó con aterradora seriedad, como si eso fuera simplemente fuera suficiente para saber si él estaba diciendo la verdad o no.

— Te lo juro, Sehun —sollozó, sujetando con desesperación una de las manos del chico.

— Red…

— ¡Bullet y Jack! —Gritó desesperado, apretando su agarre—. E-Ellos son los únicos que quedaron de ese día, es muy probable que ellos tengan toda la información que quieres —escupió con prisa.

Sehun lo observó atentamente por largos minutos, evaluando que tan útil era la información que acababa de obtener, asintiendo finalmente antes de hacer un ademán en dirección a Red para que se acercara. El hombre obedientemente lo siguió.

— Averigua si es verdad que no sabe dónde está escondido Joon. Sino mintió, encárgate de que podamos hacerle una visita a Bullet y Jack —ordenó y el hombre asintió sin chistar—. También asegúrate de que él guarde silencio por si acaso.

En esa ocasión, Red arqueó una ceja en su dirección y él simplemente rió entre dientes pareciendo casi inocente.

— No le hagas nada irreparable. Solamente asegúrate que no le queden ganas de advertirle a nadie sobre nosotros. No soy tan despiadado —afirmó. Red también rió ligeramente, dejando en claro que no le creía nada.

— Bien. Tendrás noticias mías en cuanto él hable.

 

***

 

— Muy bien, mi trabajo está completo —dijo con satisfacción—. En cuanto a los cuidados que debes tener, esos…

La oración no concluyó, y tanto él como el hombre a su lado se volvieron en dirección a la entrada del local tras escuchar la estrepitosa entrada de alguien.

— G“g“ —llamó un agitado Luhan.

Lay lo miró completamente sorprendido, indicándole discretamente a su compañero que terminará de darle las instrucciones a su cliente, entre tanto él se hacía cargo del jovencito recién llegado.

— Luhan, ¿qué sucedió? ¿Por qué vienes tan agitado? —Interrogó preocupado.

— Necesito que cumplas con el favor que me prometiste —explicó.

Lay hizo una mueca, recordando perfectamente el favor del que Luhan hablaba. En aquel momento había aceptado porque había imaginado que el chico se lo había dicho porque estaba con los nervios algo alterados, pero ahora…

— Mira, Lu… —Comenzó sin estar muy seguro de cómo continuar—. Hacerlo no es tan sencillo como parece, en primer lugar tienes que tener en mente el diseño y...

— Lo tengo —afirmó.

— ¿De verdad? —Soltó sorprendido, ya que eso significaba que el niño realmente había estado pensando en ello desde que se lo dijo.

— Sí —asintió—. Inicialmente quería esperar un poco más antes de hablar contigo y tomarlo con calma, pero ahora…

— ¿Ahora?

— Quiero cubrir eso cuanto antes.

Pudo haber sido la forma en la que lo pidió, o tal vez la expresión en su rostro, pero Lay no encontró la forma de seguir diciéndole que no y simplemente aceptó con los brazos abiertos la idea de que Sehun iba despellejarlo vivo cuando se enterara.

— Primero quítate la camisa y déjame ver la cicatriz —pidió resignado—. Desde ya te advierto que si la cicatriz resulta ser una zona de mucho dolor, yo no haré nada sobre ella.

Luhan asintió rápidamente y siguió las instrucciones del mayor de inmediato. Al verlo, Lay suspiró resignado y se sentó en el pequeño banquillo que siempre ocupaba al trabajar.

— Sehun me romperá las piernas en cuanto se entere de esto —masculló.

— ¿Disculpa?

— Nada, nada —sonrió levemente—. Solamente no encuentro dónde puse la caja con los guantes.

Luhan asintió no muy convencido mientras él fingía encontrar la caja con guantes de la nada y se colocaba un par antes de iniciar su inspección.

La cicatriz era sumamente espantosa, la letra M era sumamente visible y era solamente en ese momento que entendía el afán de Sehun de advertirles que les rompería la cara si alguno dijera que la marca era tan evidente. Por supuesto, él era un profesional y se mantuvo impasible al ver la fea marca arruinando lo que podría haber sido piel blanca y perfecta.

— ¿Has sentido algún dolor aquí desde que cicatrizó? —Preguntó seriamente, rozando con los dedos el área.

— N-No, bueno sí —murmuró—. Pero mi psiquiatra dice que es psicológico.

— Ya veo. ¿Sientes dolor? —Interrogó al tiempo que presionaba firmemente alrededor de la vieja quemadura ya sanada.

— No.

— ¿Qué tal aquí? —Continuó presionando al centro.

— No.

— De acuerdo —asintió—. Veamos el diseño entonces.

La expresión del chiquillo se iluminó y sin pensarlo dos veces, obtuvo su móvil para mostrarle al mayor lo que pedía. Lo miró seriamente y luego a Luhan, asintiendo finalmente.

— Es muy bueno. ¿De dónde lo sacaste?

— Sehun lo hizo.

— ¿Sehun hizo esto? —Interrogó impresionado.

Luhab asintió sin dudar.— Hace un tiempo yo le había dicho que quería cubrir la cicatriz con un tatuaje y quería que él eligiera el diseño del mismo. Él hizo esto poco después, pero algo no había terminado de gustarle y lo descartó.

— Pero a ti te parece perfecto, ¿cierto? —Luhan asintió—. Bueno, yo también creo que es más que perfecto para ti. Además, el que lo hagas en secreto y todo será un genial regalo de cumpleaños para él —sonrió cómplice.

— ¿Regalo de cumpleaños? —Habló desconcertado.

— No me digas que has olvidado que su cumpleaños es en dos semanas.

— No, no —respondió al instante—. Es solo que no pensé en hacer esto como un regalo para él, es decir, esto estará en mi cuerpo después de todo.

— Mmmm… Es verdad —asintió—. Sin embargo, él lo hizo y tú, el chico que ha adorado desde que se comía los mocos, tendrá esto en su cuerpo tal vez para toda la vida. Si fuera JunMyeon, yo lo presumiría a todo el mundo.

Las mejillas del chico se pintaron de rojo, obteniendo una risa ruidosa del mayor. Quien tras terminar de carcajearse, le dio un par de palmaditas.

— Por último, déjame advertirte que esto será doloroso considerando la zona, puesto que gran parte de los nervios se encuentran ahí. Y aunque puedo terminarlo en una sola sesión, te recomiendo que lo hagamos en dos sesiones diferentes al ser tu primera vez y considerando que para ti puede ser muy difícil de soportar.

— Con una estará bien —aseguró.

— Está bien, será a tu manera. ¿Cuándo quieres hacerlo?

— Cuanto antes.

— Mi día libre es el sábado, por lo tanto, lo dejaré libre para ti, así que te espero aquí a las nueve de la mañana.

— Muy bien —murmuró—. ¿En cuanto al pago…?

— Es verdad —tarareó pensativo—. Hagamos esto, yo haré el trabajo y una vez esté concluido, discutiremos sobre el pago. ¿Te parece bien?

— ¡Okay! —Exclamó entusiasmado—. Te debo una, Lay g“g“.

El mayor sonrió, palmeando su cabeza antes de echarlo para que pudiera seguir trabajando, con la promesa de que se verían el sábado.

Luhan prácticamente tarareaba al salir del lugar como si solamente eso fuera la solución a todos sus problemas.

Retomando la media mentira que había dicho, fue directo a ver a Sehun. Recordando solamente en la puerta lo que él había dicho algo sobre ayudar a Bobby con algunas cosas. Baekhyun también estaba trabajando y por lo tanto, solamente podía usar su propio juego de llaves si quería entrar.

Lo pensó durante varios minutos, antes de decidir entrar y esperar a su novio. Siendo recibido por las dos pequeñas mascotas de la casa en su lugar.

Jiāo Táng era el más emocionado de ambos, corriendo a su alrededor y dando saltitos que hacían reír a Luhan. Aprovechó el momento para jugar con ellos hasta que ambos lados tuvieron suficiente y decidieron dejarlo.

Se puso a pensar en qué otra cosa podía hacer, yendo a parar a la habitación de su pareja. El lugar familiar estaba en completo silencio en ese momento, viéndose casi igual que siempre.

Sehun era un poco desordenado a veces, dejando algunas cosas esparcidas por aquí y por allá. La cama sin hacer, el escritorio con todo en el revuelto, aunque las pequeñas repisas sobre la cama estaban impecables.

Cada una de ellas ocupadas por fotografías de ambos y otras del resto de su familia. La atención de Luhan fue robada rápidamente por una de ellas. Cuando esta se había tomado, ambos eran todavía niños, se veía bastante vieja y maltratada, aun así Sehun había puesto su mejor esfuerzo para conservarla.

Trató de recordar cuando era que la habían tomado, concentrándose tanto en ello que saltó del susto cuando la puerta principal se azotó repentinamente y Jiāo Táng comenzó a ladrar con insistencia.

Permaneció inmóvil durante un momento, al encontrar algo inusual la actitud de la mascota de su novio, solamente hasta lograr escuchar la voz de Sehun ordenándole a su mascota que se quedara quieto.

Con una sonrisa se olvidó por completo de la fotografía y fue a reunirse con él. Deteniéndose en seco y con una sensación de frío recorriéndole el cuerpo tan pronto lo vio.

— Tranquilo, amigo. Estoy bien, estoy bien —dijo para calmar al alterado can.

— Sehun —llamó angustiado.

Él lo miró espantado, quedándose inmóvil en su sitio. La figura de su dulce y preocupado novio corrió a su lado, tomando su mano con miedo.

— Esto…

— No es mía —se adelantó para tranquilizarlo—. Uno de los chicos tuvo un pequeño accidente mientras ayudábamos a Bobby y terminé así por tratar de ayudarlo —explicó con culpabilidad.

Luhan asintió, sin soltar su mano y todavía la examinó cuidadosamente a pesar de su lamentable mentira. Sehun tuvo la primera intención de acariciar su rostro para calmarlo, pero se detuvo antes de hacerlo al recordar la sangre del imbécil lacayo de Minho en sus manos, la cual no quería que ensuciara a su dulce novio.

— Ya veo —suspiró con alivio el más bajo tras asegurarse que, efectivamente, no había herida alguna en la piel de Sehun—. ¿Tu amigo está bien?

— Claro, no fue nada. No te preocupes por él —sonrió.

Luhan asintió distraídamente, jalando al más alto a sus brazos sin darle la oportunidad de que dijera nuevamente que estaba bien y que no tenía que seguir preocupándose.

— Estoy bien —murmuró, apretando el cuerpo contrario a la vez que aspiraba su suave aroma.

— Lo sé, lo sé —sonrió nerviosamente, alejándose torpemente con el rostro sonrojado.

— Bien —dijo tratando de no reírse—. Aunque, ahora que lo pienso… ¿No deberías estar con LiXue jiějiě?

— Sí, bueno… —Murmuró nerviosamente—. Sucede que termine de ayudarla con sus encargos y pensé que podría venir a verte.

— Oh, eso es realmente lindo, cariño —dijo con una vocecilla algo odiosa al tiempo que pellizcaba sus mejillas.

Luhan se quejó, empujando las manos del más alto lejos, frunciendo adorablemente el ceño al escucharlo reír.

— Sin embargo, aunque encuentre extremadamente maravilloso que adores verme, no podemos dejar a LiXue jiějiě sola. Así que vamos, Bǎobèi Lù, regresemos a casa —sonrió dulcemente.

Al verlos llegar, la hermosa mujer no pudo ser más feliz. Sus brazos inmediatamente se habían envuelto en Luhan sin decir nada. Desviando su atención al par de animadas mascotas que llevaban con ellos poco después.

— Esta belleza debe ser el famoso Jiāo Táng.

Y como si supiera que lo estaban halagando, el arrogante perro se puso más derecho, levantando la cabeza bien en alto e inflando el pecho.

— Es realmente un hermoso animal, y créeme que he visto muchos dóberman en mi vida desde que a mi padre le gustan tanto. Sin embargo, y con los antecedentes del pequeño Jiāo Táng, es por mucho uno de los más bellos que he visto, es evidente el empeño que has puesto en cuidar de él.

El, de por sí, ya inflado ego de su malcriada mascota se infló más y Sehun no pudo evitar bufar al verlo actuar tan odiosamente.

— ¿Y quién este pequeñito?

A diferencia de su presumido perro, que se pavoneaba cual pavo real, el pequeño Inkei se paró en sus dos patitas traseras, ladrando alegremente y mirando a la mujer con sus grandes ojos brillantes que le pedían jugar.

— Su nombre es Inkei —murmuró tímidamente Luhan.

— Es la mascota de Baekhyun —agregó rápidamente Sehun al ver a la hermosa dama arquear una ceja tras escuchar el nombre.

— Ya veo. Es realmente adorable.

— También demasiado enérgico, así que no te dejes engañar por esos grandes ojos suyos. Porque una vez te convence de jugar con él, acabará con tu energía —advirtió Sehun.

— Lo noto —sonrió jovial.

Un tierno ladrido fue emitido por el inquieto pequeño tornado. Como si se defendiera de las acusaciones contrarias, lo que provocó la risa de la hermosa mujer.

— Bueno, niños… —Habló alegremente—. Puesto que me dijeron que era el adulto a cargo hasta que mis queridos suegros volvieran, empecemos por la tarea.

Ambos le siguieron la corriente de buena gana puesto que verla tan feliz y emocionada era realmente adorable. La bella mujer actuaba genuinamente feliz también y se metió de lleno en su actitud de adulto responsable.

Para cuando todo estuvo hecho, ella miró a Luhan con dulzura y acarició su bonito rostro mientras le pedía que subiera a descansar un poco. Él prefirió abstenerse de mencionar la innecesaria preocupación y tan sólo asintió, arrastrando a Sehun con él, entre tanto las mascotas de su novio preferían quedarse con la maravillosa mujer que les regalaba golosinas casi a cada segundo.

El resto de su familia no tardó mucho en aparecer y su hermano mayor de inmediato acaparó la atención de Sehun. Arrastrándolo a una conversación sin fin sobre las nuevas actualizaciones de un videojuego que ambos jugaban.

Luhan los dejó ser, poniendo su atención en ayudar a su padre a armar una mecedora, que su madre había insistido que LiXue necesitaba con urgencia. Sin embargo, tan pronto tuvo la oportunidad y ya nadie los necesitaba más, se llevó a Sehun con él tras dar las buenas noches y con los dos inquietos perros siguiéndolos.

Fue únicamente al estar solos, que los brazos de Sehun envolvieron su cuerpo y sus labios buscaron los suyos.

— ¿Tímido de que mi familia te vea besarme? —Soltó divertido.

— Claro que sí —bufó, haciéndolo reír.

Él sonrió, y hacía mucho tiempo que Luhan se había convencido a sí mismo de que la sonrisa que Sehun le mostraba a él, era la más bonita que podía esbozar. Su tiempo juntos se había vuelto precioso también. Sehun era dueño exclusivo de más del 50% de sus pensamientos, algo que le había preocupado cuando lo había descubierto. Sin embargo…

Ya no había vuelta atrás, no para él al menos y estaba bien con ello.

Únicamente porque se trataba de él, la única persona dispuesta a amarlo y protegerlo con tanta vehemencia como para cometer cualquier locura en su nombre. Él sabía que para Sehun, él era su gran adoración y que si fuera su voluntad, él cruzaría el infierno de ida y vuelta únicamente por complacerlo.

Era por ello que él mismo también había decidido que Sehun podía tener todo lo que quisiera de él.

— ¿Por qué sonríes como si Jun Hong te hubiera sobornado con caramelos para convencerme de hacer una tontería? —Interrogó con una ceja arqueada.

Los brillantes ojos de Luhan se iluminaron solamente un poco más. Su sonrisa se hizo más grande y se acurrucó más cerca en el abrazo de Sehun entre las mantas de su cama.

— Te amo —susurró felizmente.

La expresión ajena fue realmente divertida, el rubor que pintó su rostro extremadamente adorable y la forma en que volvió el rostro tratando de ocultarlo parecía particularmente inocente.

— ¿Te sonrojaste? —Preguntó solamente por molestar.

— No.

— ¿Por qué no me dices nada entonces? —Insistió.

Sehun volvió el rostro aún sin decir nada y sin darle tiempo a reaccionar del todo, robo de sus labios un casto beso que en esa ocasión lo dejó a él algo aturdido. Él rió alegremente al ver eso, abrazando un poco más fuerte la delicada figura de su adorable novio.

— No trates de seducirme ahora, cielo. Somos cuatro en esta cama.

Y como si fuera una señal, el pequeño cuerpo de Inkei se levantó con un gracioso movimiento y saltó desde la parte inferior de la cama hasta colocarse en medio de las dos personas. Mirándolos con una expresión que claramente les decía que quería dormir en medio de ambos.

Ambos se rieron y Jiāo Táng hizo un sonido parecido a un resoplido desdeñoso. Era la perfecta escena para una noche pacífica y tal vez pudo haber sido así, de no ser por aquello que resultaba como una maldición para él.

Una maldición que no solo lo afectaba a él sino a todos a su alrededor. Haciendo a sus padres poner una expresión de dolor cada vez que lo veían despertar por la mañana cada vez más decaído. La impotencia con la que Sehun lo miraba era igual de dolorosa, las veces que había escuchado a sus hermanos expresar cuán inútiles se sentían y la angustia mal disimulada de sus amigos al verlo cada mañana.

Sin embargo, ahora había un medio para terminar con el problema. El expediente que su cuñada había conseguido para él podía ser la clave de todo y únicamente por ese conocimiento, aquel día, Luhan había contado cada minuto antes de estar de vuelta en su hogar.

LiXue lo estaba esperando con una sonrisa y una pila de hojas esparcida por todo el comedor. Él apenas sonrió de vuelta y corrió a su lado para ayudarla.

— Aquí dice que Minho tenía tres cómplices —habló ella tras un par de horas en las que no habían hecho nada más que estar inmersos en revisar la información del expediente—. Sin embargo, solo dos de ellos están en prisión.

— Sí, me dijeron que uno de ellos había sido encontrado sin vida al igual que Minho —explicó seriamente.

— ¿Hay pruebas de ello?

— El cadáver estaba en la morgue a un costado del de Minho —respondió y con ello, la hermosa mujer miró en su dirección asombrada.

— ¿Viste los cuerpos?

— Técnicamente solamente vi bien el de Minho. Yo… necesitaba asegurarme de que realmente fuera él.

— ¿Y lo era?

— Su cara era irreconocible, pero… —Cerró los ojos momentáneamente—. Definitivamente era él.

— Bueno, al menos eso me deja más tranquila.

— ¿Qué quieres decir con eso, jiějiě?

— Hay algunas cosas aquí que no me gustan, pero no es mi intención meterme demasiado. Por lo que, en cuanto hallemos esa pieza que falte, lo dejaremos.

— Sí, de acuerdo. Aun así… ¿qué quieres decir con que hay cosas que no te gustan?

— Por alguna razón, es como si alguien estuviera haciendo un esfuerzo porque nadie investigue a fondo este caso.

— ¿Cómo llegaste a esa conclusión, jiějiě?

— En primer lugar por la actitud de aquel estúpido detective —respondió con el ceño fruncido—. Lo segundo sería que mi contacto el fiscal me dio un montón de excusas absurdas hoy cuando lo llame para obtener los documentos para tener acceso total, y…

— ¿Y?

— En tercer lugar… —Ella pausó sin estar segura de decirle eso o no—. En tercer lugar está el hecho de que todo parece apuntar a que absolutamente nadie abrió una investigación respecto a quién fue el asesino de Oh Minho y su compañero.

— Eso…

— Cariño, sé que guardas un profundo rencor en tu corazón contra esa escoria, pero debió haber una investigación. Es el procedimiento.

— Lo entiendo —murmuró.

— Como sea, a final de cuentas, nosotros no vamos a involucrarnos mucho en ello —sentenció—. Si todo va bien como lo planee, mañana mismo iremos a reunirnos con ese detestable hombre y está vez nos tendrá manera de detenernos.

— ¿De verdad? —Interrogó asombrado—. Pensé que habías dicho que ese fiscal no iba ayudarnos más.

— Efectivamente, Hannie.

— ¿Cómo lo haremos entonces?

— Lu, la verdad es que recurrí al fiscal Lee porque era la ruta más fácil de contactar, pero él no es mi único medio.

El chico la miró maravillado, con esa expresión que decía: "yo quiero ser como tú cuando sea un adulto", y ella se sintió casi invencible.

— Tranquilo, Xiǎolù, deja todo en manos de tu cuñada y ella lo resolverá o deja de llamarse Wu LiXue.

— ¡Gracias, jiějiě!

— De nada. Por ahora explícame algunas cosas más para que terminemos de revisar esto.

Luhan asintió con entusiasmo, más que dispuesto a responder cualquier duda que su cuñada pudiera llegar a tener sobre la información en el expediente. Esperando con impaciencia a que el siguiente día llegará.

Esa noche, luego de meses de tormentosas pesadillas, él no escuchó el tono de llamada de su móvil a las tres de la mañana. Tampoco hubo pasos apurados corriendo a su habitación y mucho menos la puerta se abrió con un fuerte sonido.

La sonrisa en el rostro de su madre era enorme pero también parecía al borde de las lágrimas cuando lo vio al día siguiente. Ella lo abrazó con fuerza esa mañana y besó su mejilla varias veces.

— Mamá, ya tengo que irme a la escuela —dijo entre risas, tratando de que ella lo liberara.

— Un segundo más.

— Eso mismo dijiste hace un segundo atrás.

— Okay —masculló de mala gana, liberándolo finalmente—. Ve con cuidado y pórtate muy bien.

Luhan asintió de inmediato, antes de tomar sus cosas y salir con un último adiós. Afuera, los brazos de Sehun lo esperaban y él no podía negarse en absoluto. Principalmente porque no quería hacerlo, adorando estar envuelto entre los brazos ajenos.

— Buenos días, nene.

Luhan no se molestó en responder verbalmente, acurrucándose más en su abrazo. Sehun simplemente rió por lo bajo ante esa adorable acción y besó su frente, mostrando una sonrisa tan radiante que opacaba al mismo sol.

— Vamos, déjame ir o llegaremos tarde.

Él lo liberó de mala gana, tomando su mano a cambio mientras caminaban. Sehun parecía genuinamente contento ese día, aunque más que eso parecía aliviado.

— Anoche no respondiste el móvil —murmuró.

Y la verdad sea dicha, Luhan esperaba la pregunta, porque en esos bonitos ojos que podría pasar horas contemplando, además de la felicidad podía verse reflejada una pequeña pizca de incertidumbre.

— No lo escuche, estaba dormido. Lo siento —sonrió avergonzado.

— Dios, ¿cómo me pides perdón por eso? —Su voz tembló un poco al hablar y el abrazo en ese momento fue un poco sofocante.

Luhan se calló la leve incomodidad y en su lugar, aplicó la misma cantidad de fuerza al devolver el abrazo.

— Llegaremos tarde —le recordó risueño.

— Déjame un segundo más —pidió.

Él solamente dejó ir una débil risilla al escucharlo, adorando el momento. Al menos hasta llegar a la escuela y que su bella burbuja se viera explotada por un mar de feroces reporteros aglomerados todos en la entrada principal.

— ¿Qué está pasando? —Soltó confundido.

— El amigo de Sehun, eso pasa —respondió repentinamente Baekhyun.

El mencionado frunció el ceño y su mirada molesta se clavó en el pequeño chico que fruncía el ceño y lo veía de mala manera también.

— El chico llegó hace como una media hora y a los cinco minutos aparecieron todos esos reporteros. Pero sus escoltas lo guiaron al interior antes de que ellos siquiera pudieran acercarse y entonces obstruyeron la puerta gritando algo sobre la libre expresión y que solamente querían hacer unas preguntas —explicó Haneul.

— Los profesores tuvieron que mantener todo cerrado para evitar que ellos entren y están buscando la manera de dejar entrar al resto de nosotros que llegamos después de que todo pasara —agregó Jun Hong.

— Pierden el tiempo. —Baekhyun bufó—. Tan solo saquen al idiota y entréguenlo a los reporteros para que se quiten del camino.

— Baekhyun —llamó severamente Sehun.

Baekhyun parecía estar listo para agregar algo más, pero no lo hizo luego de que Chanyeol cubriera su boca con una mano.

— Lo ideal sería que las clases se suspendieran si no se encuentra una solución, pero los profesores no están diciendo nada y muchos ya están llamando a sus padres para que vengan a hacer presión a la escuela mientras que otros se están yendo directamente.

Sehun barrió la escena con la mirada y bufó sonoramente al toparse con un par de reporteros que los miraban sospechosamente. Supuso de inmediato que alguno de ellos había escuchado la ruidosa declaración de Baekhyun y planeaban acosarlos un poco.

— Bueno, ustedes se pueden quedar aquí si quieren —masculló.

Ambos reporteros hicieron su movimiento en ese mismo momento. Luhan los vio venir algo atónito y antes de que cualquiera de ellos lograra decir algo, el joven pelinegro a su lado arrancó el micrófono de las manos de uno de ellos y lo arrojó contra la barda de la escuela.

— Largo —ladró, clavándoles a ambos una mirada que podía asustar hasta a los muertos.

Ambos retrocedieron al instante ante la mirada de algunos curiosos asombrados. Luhan también lo miró un poco sorprendido antes de echarse a reír.

— Saldrás en las noticias por agresión a un reportero —dijo risueño.

— Bueno, entonces asegúrate de verte bien mientras graban nuestra infame huida —bromeó.

Él volvió a reírse a carcajadas y sin dudarlo tomó la mano que le era ofrecida, permitiéndole llevarlo en dirección completamente diferente a la entrada. Su confundido grupo de amigos los siguió hasta la parte trasera del colegio y tan fácil como fue llegar ahí, atravesaron la impresionante cortina de enredaderas al otro lado.

— ¿Desde cuándo está ese enorme agujero ahí? —Soltó un asombrado Jun Hong.

— ¿Por qué nunca nos hablaste de esto? —Espetó Baekhyun—. Pudimos haber entrado hace mucho, en lugar de estar ahí parados como tontos.

— ¿Qué no ese defecto era natural en ti?

— Tú…

— Dejen de pelear y vayamos de una vez a nuestros salones —indicó Luhan.

Todos obedecieron al menos la segunda mitad de sus palabras. Al entrar a su aula, el silencio sepulcral en la habitación lo hizo sentir un escalofrío. Haneul se aferró a su brazo como por instinto mientras caminaban hasta sus asientos.

Luhan podía sentir la mirada que venía desde el fondo del salón siguiéndolo a cada paso que daba y no se atrevió a mirar en esa dirección por ningún motivo.

— Él se ve aterrador —susurró Haneul.

— No mires en esa dirección —ordenó Luhan.

La situación continuó en caos dentro de la institución. Los profesores no estaban por ningún lado y los pocos alumnos que había dentro del lugar vagaban libremente por los terrenos de la escuela.

Luhan no se había movido de su lugar ni un solo centímetro, congelado por la mirada hostil que podía sentir en su espalda. Haneul hablaba sobre alguna nueva técnica de maquillaje que había aprendido y sus compañeros nos paraban de susurrar palabras que en realidad todos podían escuchar.

El ruido de una silla arrastrándose se escuchó por todo el salón y casi todos se volvieron en esa dirección. Todos menos él, quien se tensó más en su lugar al escuchar los pasos ajenos como si tuvieran un eco escabroso.

La pequeña figura pasó a su lado silenciosamente, dobló a la derecha y abandonó silenciosamente el salón. Solamente entonces él pudo relajarse.

— Ven, vayamos a ver si los demás tienen profesor —indicó y su amiga se puso de pie rápidamente, obviamente dejando en claro que había esperado que le dijera eso.

Luhan le sonrió divertido y salieron juntos. Una vez afuera, les tomó menos de un minuto encontrar a sus amigos gracias a lo escandaloso que Jun Hong podía ser. Sin embargo, en lugar de estar todos riendo a carcajadas por las ocurrencias del muchacho, un aura sombría rodeaba a todos alrededor del nervioso muchacho que trataba de aligerar el ambiente.

— ¡Luhan! —Exclamó, mirándolo como quien mira a un héroe.

— ¿Dónde está Sehun? —Preguntó Luhan al no verlo ahí.

— ¿Qué dónde está el idiota? —Escupió Baekhyun entre dientes—. ¿Dónde más podría estar sino es consolando a su pobre amigo? —Bufó.

— Baekhyun —llamó molesto Kyun Min.

Luhan no hizo comentario alguno y tomó asiento con ellos, peleando con todo lo que tenía contra el impulso de dar media vuelta y correr a buscar a su novio.

— ¿No dirás nada? —Espetó un muy irritado Baekhyun.

— ¿Qué podría decir? —Fingió calma.

— Obviamente que estás molesto y que iras a buscar al tarado de tu novio —señaló.

— Baek, ellos son amigos y él está pasando por un momento difícil. Sehun no ignoraría eso nunca, no sería la persona a la que admiro y quiero si lo hiciera.

— Sí, pero…

— Si tienes algo personal contra Kyungsoo, ese es asunto tuyo y no voy a portarme injustamente con ese sujeto solo por eso —sentenció—. Y como este asunto está terminado, iré a conseguir algo de comer. ¿Alguien quiere algo?

— Yo quiero un chocolate y Cherry quiere jugo de manzana —habló Jun Hong.

Él era la única persona que no parecía tener una mueca desagradable, como si Luhan acabara de decirle a Baekhyun el peor de los insultos. Lo ignoró, así como había estado ignorando todo hasta ese momento y se marchó directo a la cafetería.

En el fondo, él sabía que estaba usando eso para escapar de la presión de sus amigos y su propio deseo de ir a buscar a su novio para alejarlo de aquella persona.

— ¡¿Qué no lo ves?! ¡Mi vida está arruinada!

Aquel lastimero lamento detuvo sus pasos, su mirada miró en la misma dirección de dónde podía escuchar esa voz y encontró justo a la personas que se suponía estaba evitando a toda costa.

Kyungsoo sollozaba y Sehun lo miraba con suavidad, diciéndole palabras de consuelo. Él muchacho negó bruscamente y lo siguiente que hizo fue abrazar al más alto, enterrando su rostro en el pecho contrario.

Por un par de segundos, Sehun no reaccionó en absoluto antes de por fin abrazar de vuelta al lamentable chico. Al mismo tiempo, Luhan se alejó de ahí con urgencia, antes de cometer la locura de ir hacia ambas personas y separarlos, exigiéndole a esa persona mantenerse lejos del chico que amaba.

— Dios, esto es ridículo. Yo no soy así —se auto reprochó al estar lo suficientemente lejos de la escena—. Es su amigo y su vida se acaba de irse al carajo, pero aquí estoy yo, queriendo que se mantenga lejos de Sehun. ¿Qué demonios pasa conmigo? —Masculló molesto consigo mismo.

Una parte de él, todavía le exigía volver para alejar a Sehun de él. Mientras que la otra insistía en señalar que esos pensamientos eran egoístas y maliciosos, porque era obvio que él chico necesitaba a su amigo más que nunca.

— Hey, Lu.

El animado saludo del capitán del equipo de soccer lo tomó por sorpresa y casi no pudo reaccionar al escucharlo. Al final, esbozó una sonrisa torpe y levantó la mano para saludarlo.

— Qué bueno que te veo —sonrió ampliamente—. Algunos de los chicos y yo estamos aburridos, así que decidimos organizar un pequeño partido y pensé que te gustaría unirte a mi equipo.

— Claro —respondió de inmediato.

Algo de ejercicio ayudaría a distraerlo de todo. El mayor sonrió complacido y tomó su brazo para arrastrarlo directo a la cancha donde todos los demás los esperaban.

El juego comenzó tan pronto como llegó y su mente se centró completamente en ello. Olvidándose momentáneamente de sus complicados sentimientos mientras los gritos y vítores de una multitud de voces llegaban a sus oídos.

— ¡Gol! —Gritó Jong Min emocionado.

Sus compañeros no pudieron hacer más que reírse de su exagerada pero divertida reacción, viendo a Luhan con algo de pena al ser el objetivo de su sobreexcitado capitán.

— ¿Vieron eso? ¡Se llama talento natural! —Continuó, abrazando a Luhan.

— No es para tanto, hyung —sonrió tímidamente.

El mayor rió escandalosamente, estrechando afectuosamente un poco más el cuerpo contrario. Luhan lo dejó hacer lo que quisiera, contagiado por su risa sin poder evitarlo.

— Luhan, muchacho, me haces sentir orgulloso —dijo con el pecho inflado.

— Genial y si no quitas tus manos de mi novio en los próximos segundos, lo que vas a sentir es mi puño en la cara en su lugar —advirtió una voz sobria.

— ¡Sehun! —Saludó alegremente, ignorando la amenaza por completo—. ¿Viste el espectacular gol que anotó mi muchacho?

— Por supuesto que fui testigo del talento de mi novio. Sin embargo… ¿desde cuándo él es tu muchacho? —Espetó irritado.

Jong Min se echó a reír escandalosamente mientras todos los demás veían con miedo y admiración su forma tan valientemente estúpida de provocar a la muerte.

— Bueno, es que mi muchacho es especial.

— ¿Es así? —Sonrió malicioso—. En vista de que quieres a alguien especial, ¿qué tal si te presento a mi amigo Kyung Min? —La sonrisa en el rostro del chico se borró—. Él es muy especial y soltero.

— N-No gracias.

— ¿Qué no se supone que él y Jackson…?

— No, ambos estuvieron de acuerdo con que su relación no podría llegar a eso porque la química entre ellos es muy débil —explicó, haciendo una expresión que decía que le resultaba estúpido—. Quedaron como amigos, por lo que Kyun Min puede bien ser el muchacho especial de Jong Min hyung.

— Y yo no dudo de la belleza o de los encantos de ese amigo tuyo, pero tiene el equipo equivocado, por lo que tendré que declinar tu generosa oferta.

— ¿En serio? Porque no parece importarte que mi novio tenga también el equipo equivocado.

Al escuchar eso, el mayor lo liberó de inmediato y retrocedió con una sonrisa nerviosa para luego darse la vuelta y alejarse tan rápido como pudo. Luhan casi se rió de ello, al menos fue así hasta que sus ojos conectaron con los de Sehun.

— Hey, cielo —llamó con voz dulce—. ¿Por qué no le dijiste nada a los chicos? Ellos estaban preocupados desde que dijiste que irías a la cafetería y no volvías.

— Emm… yo me encontré con hyung en el camino y no pude decirle que no —murmuró, mirando a cualquier lugar que no fuese Sehun.

— Okay, no es tan grave —dijo cariñosamente.

Luhan asintió levemente y él lo atrapó con la guarda baja en ese momento, sosteniendo su barbilla para tomar un beso de sus labios. Él no se movió en absoluto sino hasta que un ligero aroma, uno que no pertenecía a Sehun, llegó a su nariz y actuó casi por instinto, cubriendo la boca ajena con su diestra para evitar el toque y ganándose una mirada sorpresiva del contrario.

— Huelo a sudor —balbuceó.

— No me importa y lo sabes —señaló tras retirar la mano que le impedía acercarse.

Luhan no cedió e intentó detenerlo, volviendo el rostro en otra dirección. La expresión antes algo confundida de su novio se volvió sombría.

— Luhan, ¿qué demonios pasa? —Preguntó molesto.

Sehun detuvo todos sus intentos y él apretó los labios, todavía sin mirarlo. Lo escuchó suspirar suavemente y finalmente el más alto sostuvo su mano para llevarlo a un sitio alejado de la mirada indiscreta de sus compañeros de equipo.

— Luhan —llamó nuevamente sin éxito—. Oye, nene, mírame. ¿Qué está mal? ¿Estás molesto conmigo? —Preguntó con ternura.

No escuchó su petición para mirarlo, sin embargo, sacudió la cabeza a modo de negativa a su última pregunta.

— Bǎobèi Lù —insistió.

— Hueles a su perfume —susurró en voz apenas audible.

Sehun lo observó interrogante, tratando de comprender qué era lo que había tratado de decir con aquello. Hasta que finalmente pareció darse cuenta de algo como si fuera la cosa más obvia del mundo. Al mismo tiempo, una sonrisa odiosa se dibujó en sus labios, misma que resultaba tan irritante que Luhan quería borrarle como fuera.

— ¿Estás celoso? —Preguntó sin dejar de sonreír como idiota.

— ¡Claro que no!

— Amor, aquí y en todo el mundo la frase que acabas de decirme es de un hombre celoso —continuó con arrogancia.

— Te digo que no es…

La oración fue interrumpida y sus labios sellados con un beso feroz. Uno con el que Luhan trató de pelear durante al menos quince segundo antes de rendirse y dejar que él se saliera con la suya igual que siempre.

— No te enojes, amor. Te prometo que no volveré a dejar que ningún hombre, que no seas tú, me vuelva a abrazar —dijo todo sonrisas mientras lo apretaba en sus brazos.

— Ya te dije que no es eso —gruñó, pellizcando levemente el brazo del más alto.

— ¿Qué es entonces? —Preguntó divertido.

Luhan abrió la boca pero no dejó salir ni una sola palabra, únicamente porque no tenía idea de qué decir o cómo explicar sus complicados sentimientos. Sehun se rió suavemente y lo estrechó en sus brazos, viéndose completamente extasiado.

— Eres tan dulce, cariño.

— Tan sólo cierra la boca —farfulló derrotado.

— Ven, vayamos con los chicos.

— Pero el partido…

— Déjalo, ese estúpido capitán tuyo puede ocuparse —bufó, arrastrándolo en dirección contraria.

— Tú no eres nada lindo cuando estás celoso —refunfuñó.

— Lo sé —afirmó mientras guiñaba traviesamente.

La sonrisa de Luhan fue inevitable, cooperando obedientemente a seguir el camino de vuelta. Al menos hasta que su novio se detuvo abruptamente, dejándolo algo confundido.

— Mierda —lo escuchó mascullar.

— ¿Sehun?

Él tenía la vista fija justo al frente y Luhan llevó su mirada al mismo lugar. Su cuerpo se tensó al instante al ver la pequeña figura de Kyungsoo, quien cruzaba miradas hostiles con Baekhyun.

— ¡Hun! —Llamó emocionado al ver al otro.

Inconscientemente, la mano de Luhan sostuvo con más fuerza la de Sehun. La emoción también se desvaneció del rostro de Kyungsoo y fue como si se quedaran en un punto muerto.

— ¿Por qué está él aquí? —Espetó Baekhyun molesto.

Sehun gruñó y el pequeño sujeto frunció el ceño, sin embargo, ambos ignoraron por completo la rabieta del histérico Baekhyun.

— Te estoy hablando, Sehun.

— Y yo te estoy ignorando —bufó—. Kyungsoo…

— ¿Qué demonios hay en tu cabeza, Sehun? ¿Acaso no tienes respeto alguno por Luhan? —Espetó rabioso.

— ¿De qué mierda…?

— ¿Y qué problema podría tener yo con él, Baekhyun?

La voz de Luhan los hizo callar a todos, Baekhyun balbuceó pero todavía no tuvo nada que decir. Los fríos ojos de aquella persona estaban fijos en él y Luhan apenas pudo enfrentarlos.

— Si tu excusa soy yo, no tienes de qué preocuparte. No voy a quedarme aquí para sentirme incómodo como insinúas que lo haré —sentenció—. Volveré al juego con los chicos —se dirigió a Sehun, marchándose tras un breve beso en la mejilla.

— ¡Baekhyun! —Vociferó su furioso novio momentos después.

Luhan no regresó de todas formas, siguiendo su camino de vuelta a la cancha, donde el primero en verlo fue el capitán del equipo.

— ¡Mi muchacho está de vuelta! —Exclamó exageradamente, robándole una sonrisa a Luhan.

Ellos fueron la perfecta distracción hasta que finalmente los profesores anunciaron que las clases iban a ser pospuestas. En ese momento, había solo un problema por resolver…

¿Cómo sacar a los alumnos sin que fueran acosados por los persistentes reporteros?

Kyungsoo seguía siendo todavía el problema más grande de tratar, puesto que sacarlo a él sería el triple de complicado que a los demás. El director estaba tan desesperado que parecía a un soplido de desmayarse.

— Salgamos por la parte de atrás —indicó Sehun.

— No pensarás llevarlo con nosotros, ¿cierto? —Espetó Baekhyun, mirando con desprecio a Kyungsoo.

— Si no quieres venir, no vengas —gruñó Sehun.

— Tú…

— No te preocupes, Sehun —habló quedito Kyungsoo—. Puedo arreglármelas solo.

— Pero…

— Ya dijo que puede solo, déjalo y ya —soltó sorpresivamente Kyun Min.

— No, será mejor si vine con nosotros —intervino Luhan. No por él, sino porque era más que obvio que Sehun estaba preocupado.

— No es necesario.

— Lo es, ven con nosotros. Te mantendremos a salvo hasta que alguien venga a buscarte.

Todos se quedaron en completo silencio y aun así la furia mal disimulada de Baekhyun y Min era más que obvia. El causante de todo parecía muy sorprendido antes de esbozar una sonrisa extrañamente dulce a los ojos de Luhan.

— Gracias, Luhan.

Él asintió levemente en respuesta, sin prestarle verdadera atención al otro. Sin embargo, la sonrisa orgullosa de Sehun valió la pena ese pequeño instante de incomodidad.

Conforme a los planes, ellos desaparecieron por el mismo lugar que habían usado para entrar. Baekhyun parecía desesperado por hacer que Kyungsoo se largara y apenas se pudo contener de intentar decirlo.

— Bien, estás fuera. Ya puedes…

— Llevaré a Kyungsoo con el amigo con el que está quedándose y los veré después.

— ¡¿Te has vuelto loco?! —Chilló histérico.

— Te veré más tarde, cariño —dijo, ignorando a Baekhyun y mirando a Luhan en su lugar.

— Em, de acuerdo. Ten cuidado —murmuró dubitativo.

Kyungsoo le dedicó una sonrisa suave a forma de despedida y Luhan hizo una mueca que trataba de imitarla, apretando los puños para no ir hacia ellos y evitar que Sehun se marchara con él.

Baekhyun tenía una expresión sombría para cuando sus miradas volvieron a coincidir y Luhan lo ignoró por completo. Emprendiendo su camino de vuelta a casa.

Su madre lo esperaba en la puerta y tan pronto como lo vio, comenzó un interrogatorio sobre si estaba bien y el porqué de que estuviera volviendo si apenas era medio día. Luhan le explicó a detalle el problema y ella parecía más que disgustada.

— ¿Y qué piensa hacer el incompetente del director? —Espetó.

— No lo sé.

— Lo más prudente sería que ese chico fuera suspendido de la escuela hasta que la situación de su familia se resuelva —sugirió LiXue, quien había estado con su madre al momento de su llegada.

— No te preocupes, mamá. La solución que tengan te será notificada de todas formas, eso dijeron los profesores.

Ella asintió poco convencida pero aceptándolo de todas formas. Su cuñada pronto encontró la excusa perfecta para llevárselo con ella a su habitación y poder hablar a solas.

— Luhan, cielo —habló con un tono avergonzado—. Me temo que esta vez me será un poco más difícil conseguir que nos proporcionen la información —explicó afligida.

— No te preocupes, jiějiě —sonrió tranquilamente, aun cuando no se sentía así en absoluto—. Ya he esperado todo este tiempo, puedo esperar un poco más.

Ella lo observó atentamente, de alguna forma evaluando qué tan verdaderas eran esas palabras, asintiendo finalmente.

— No te preocupes, Luhan —habló con seriedad—. Te prometí llegar al fondo de esto y lo haremos a como dé lugar.

Él asintió a su promesa, completamente seguro de que ella no iba a detenerse hasta cumplirla.

 

***

 

— ¿Te estás quedando con él de verdad? —Interrogó Sehun al entrar al impresionante apartamento.

— Sí.

— Ya veo —murmuró—. Supongo que ahora mismo no hay lugar más seguro que este, consideramos quién es él.

— JongIn es muy bueno conmigo —sonrió levemente.

Al ver eso, Sehun no pudo evitar sentir remordimiento por la discusión que habían tenido antes y las duras palabras que le había dicho al otro.

— Oye, la última vez…

— Lo lamento —interrumpió.

— ¿Qué?

— Por lo que dije la última vez sobre tu novio —murmuró—. Yo estaba enojado. JongIn realmente me agrada y me sentí celoso al ver lo cercano que es con Luhan, además tú eres mi mejor amigo y pensé que podrías molestarte todo eso, es por eso que dije todo aquello. Sin embargo, sé que no fue correcto y realmente lo siento.

— Tranquilo, no te preocupes más por eso —sonrió suavemente—. Solo ten cuidado con respecto a ese tipo, no dejes que tus sentimientos por él se vuelvan algo que podría hacerte daño.

— No te preocupes, tendré cuidado —prometió felizmente, abrazando de improviso al más alto.

Sehun sonrió levemente alborotando el cabello del más bajo. Deteniéndose de golpe cuando un exagerado sonido de carraspeo se escuchó. Ambos chicos desviaron la vista hacia el sonido, encontrando al dueño del lugar de pie con una expresión sombría.

— JongIn, Sehun se quedará a cenar —anunció risueño.

— ¿Luhan lo sabe? —Interrogó seriamente el mayor.

— ¿Por qué tendría que avisarle a su novio dónde y con quien está como si fuera algún tipo de prisionero? —Bufó.

Su mirada fría se clavó sobre su pequeño amigo, y aun cuando no dijo nada más, el mensaje en secreto en esa mirada era más que obvio.

— Haz lo que quieras, yo tengo mucho que hacer hoy. No te duermas muy tarde —soltó irritado antes de salir de la casa.

Sehun resopló ante su actitud, mirando con un poco de pena a su pequeño y decaído amigo. Dándole un par de palmaditas en el hombro a modo de consuelo.

— Bien, como sea. Vamos, comencemos a hacer la cena —sonrió alegremente—. Aprovechemos también para ponernos al día.

Sehun asintió sin mucho interés, siguiendo al chico únicamente por el hecho de verlo menos agobiado por lo que estaba pasando a su alrededor.

 

***

 

«¿Qué hiciste Minho?»

«Él lo merecía, te hizo llorar.»

«Tienes que irte antes de que ellos vengan por ti.»

«¡Debemos llevarlo a un hospital!»

*

«¡¿Qué mierda haces tú aquí?! ¡Lárgate, lárgate ahora mismo!»

«Él no…»

«¡El puto psicópata de su amigo hizo esto y aun se atreve a estar aquí! ¡Haz que se largue!»

*

«Esto es por él. No volverás a ser un obstáculo para él.»

Sus ojos se abrieron de golpe, esa noche no hubo gritos aunque su corazón latía desenfrenado a causa del miedo.

Aquellos diálogos que creía haber olvidado se repetían uno tras otro, desordenados y con voces confusas. Miró a su alrededor, desorientado mientras trataba de lidiar con sus caóticas memorias.

La hora en el reloj marcaba las tres cuarenta y siete de la madrugada e instintivamente alcanzó su móvil para revisar el registro de llamadas. Sin embargo, esa noche el número de Sehun no estaba registrado en primer lugar.

El recuerdo de lo feliz y aliviado que su dulce novio había estado al saber que las pesadillas no habían aparecido la noche pasada, lo llevó a tomar la decisión de apagar su móvil y fingir otra buena noche de sueño.

Se levantó de la cama directo a su escritorio, tomando nota a detalle de lo que había aparecido en sus confusos recuerdos. Revisando una vez más la carpeta que habían conseguido y comparando esa información con las notas que tenía.

— Oh Minho era el líder, Bullet era matón de confianza junto con Yoon. Sin embargo, estos dos solamente eran una fachada y para el trabajo sucio estaba Jack, quien era un psicópata y el que se iba a encargar de todo aquella noche en el callejón. Sin embargo, Yoon murió junto con Minho, lo que solamente deja a los otros dos —murmuró seriamente.

Repasando la información en la carpeta y la que tenía en su pequeño cuaderno. Vagamente también recordaba que Bobby había dicho que su trabajo con Minho no era diferente de lo que hacía con JunMyeon. En cuanto al resto del grupo, Luhan sabía que eran meros peones y Sehun había estado involucrado a la fuerza, pero...

Aún faltaba alguien.

Luhan recordaba alguna vez escuchar sobre un segundo al mando, pero sabía que no era ninguno de los hombres antes mencionados por que Luhan había conocido al menos de vista a cada uno de los vagos que Minho tenía a su servicio, también sabía cuáles eran los roles de la mayoría de ellos.

Además, gracias a sus pesadillas, sabía que debía ser alguien por quien Minho estuviera dispuesto a morir si había llegado tan lejos como para ir tras él sabiendo que no sería tan sencillo. Baekhyun era su amigo y por ende, en esencia, Minho debía haber estado atado de manos al saberlo.

Temiendo despertar la ira de Baekhyun y que el padre de este actuará en consecuencia por los agravios a su hijo. También contaba con la simpatía de Suho, quien era su peor enemigo y la única persona a la que tampoco se atrevería a ofender.

Y Luhan sabía que ninguno de los tipos que él había conocido antes era lo suficientemente importante para Minho.

Por ello, la clave principal era averiguar quién era aquella persona, porque había guiado a Minho a ir tras él y lo más importante, destruirla a como diera lugar para que, de ese modo, no fuera una amenaza nuevamente en su vida.

 

Notas finales:

Y bueno, independientemente de lo mismo que digo siempre sobre el capítulo, aprovecho esta oportunidad para desearles un maravilloso 2021. Espero de todo corazón que este nuevo año esté colmado de alegrías, éxito y sobre todo, mucha pero mucha salud para todas ustedes.

 

Les mando un enorme abrazo desde México y nada, espero les guste el nuevo capítulo.

 

Las amo con todo mi corazón y les agradezco todo su apoyo.

 

Son las mejores!!!

 

 

 

 


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