Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Niñero de un vampiro {SasuNaru} por -drxrry

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Siento toda la tardanza, no he estado muy bien, y mis ganas por escribir se fueron... Pero volví ♥ Espero que no me hayan olvidado...

 

Disfrutad :)

{15 años - Décimo quinto día}

 

 

Las risas de Naruto no habían dejado de inundar ninguna de las habitaciones de la casa. Itachi y Sasuke se habían cambiado a su forma de lobo para divertirse un poco con el vampiro, y así, estuvieron toda la mañana; Naruto correteaba por la casa, salía al pequeño espacio de césped que había fuera, y se convertía en murciélago para que les fuera a Sasuke e Itachi más difícil de pillarle.

 

Pero siempre acababan atrapándolo, puesto que Naruto se aburriría un poco si no lo hicieran. Además, su pequeño castigo siempre fueron las cosquillas, por eso mismo su risa acaparaba los oídos de ambos licántropos cada vez que caía en sus garras.

 

Naruto se lo estaba pasando bien, para Sasuke era más que suficiente. Sin embargo, estar al lado de su hermano mayor, le estaba siendo un poco complicado a la hora de no mostrar tanta felicidad por tener cerca al vampiro. Sasuke le sumó al hecho de que los dos días que han pasado desde entonces, no dejó de mirar con mucho detalle cómo los rasgos del rubio fueron siendo más suaves, finos, y hermosos, marcándosele en sus mejillas esas marquitas que tenía, tal vez, de nacimiento.

 

Naruto tenía quince años, era normal que los cambios de esa etapa le favorecieran hasta tal punto, de ser un vampiro atractivo. Mientras Sasuke observaba cómo Itachi corría tras Naruto en su forma de lobo, el azabache cerró por unos largos segundos los ojos, intentando pensar en otra cosa que no fuera lo apetecible que se veía el vampiro. Era extraño que se hubiese estado sintiendo de esa forma hacia Naruto, pero sus impulsos lobunos no lo dejarían en paz por esa vez.

 

—¡Ojeritas, más, más! —gritó Naruto con mucho ánimo, quien, alzando sus brazos con una amplia sonrisa, estaba sentado en el lomo de Itachi, y éste daba ligeros trotes hasta Sasuke, acercándose con la lengua sacada.

 

Al parecer Naruto ya había agotado todas las energías de su hermano mayor.

 

—Lo siento, Naruto, ya fue todo por esta mañana. —dijo Itachi, soltando un jadeo.

 

Itachi, en su forma de lobo, tenía el pelaje suave y sumamente negro, a diferencia del de Sasuke, que era como un cielo nocturno, un oscuro azulado. El azabache no pudo evitar mostrar una mueca por ver cómo Naruto había abrazado a su hermano mayor con mucho cariño, todavía no queriendo bajarse de su lomo. Itachi no se dejó persuadir por esa muestra de dulzura y en un abrir y cerrar de ojos, cambió de su forma animal a humana, cogiendo en brazos al vampiro antes de que tocara el suelo.

 

Itachi acomodó a Naruto en sus brazos y, frunciendo ligeramente el ceño, pudo escuchar con claridad cómo el corazón del rubio se aceleraba bastante, nada más mirar a Sasuke. Naruto pasó los brazos por su cuello y se aferró un poco a él mientras su mirada estaba fijamente puesta en los impactantes ojos de su hermano menor, cosa que Itachi notó a la perfección. ¿Acaso no quería jugar con Sasuke?

 

Descartando ese pensamiento de su cabeza –ya que era imposible que Naruto odiara a Sasuke– Itachi volvió a coger al vampiro por las axilas y lo dejó lentamente en el lomo del azabache, quien aún se había mantenido en su forma animal. Naruto se sentó a horcajadas y posó sus manos en el pelaje de Sasuke, intentando retener ese súbito sonrojo que inundó sus mejillas nada más oler el aroma del lobo. Naruto no sabía por qué le gustaba tanto ese aroma, pero tenía que parar de sonrojarse… Aunque estar cerca de Sasuke no fuera de lo mejor para empezar.

 

Sasuke hubiese suspirado de alivio cuando sintió a Naruto en su lomo, pero no quiso hacerlo, sabía que su hermano estaría observándole, puesto que se había quedado quieto al lado suyo. Antes no le había gustado mucho que Naruto se sintiera tan lleno de vida al lado de Itachi, pero sabía por qué se había sentido así. Demonios, no podría permitirse estar celoso justo en esos momentos.

 

Itachi, en cambio, se había cruzado de brazos para seguir observando a Naruto, pero algo fue extraño, tanto en Sasuke como en el vampiro. Había notado cómo Naruto se había estado moviendo con algo de nerviosismo cuando lo dejó en el lomo de su hermano menor, y también había presenciado cómo en el morro de Sasuke se había formado una sonrisa para nada amistosa, dicho desde otro sentido. Entonces, Itachi cayó en cuenta, que Naruto se ponía mucho más nervioso y tenso estando cerca de Sasuke. ¿Tal vez ya no quería estar con él? No, no era eso. Sabía que algo entre ambos pasaba, algo que llegaría a superar sus expectativas de esa relación.

 

Su hermano había estado actuando extraño cuando lo fue a visitar ayer también, y sabía a qué se debía, él también pudo oler el fuerte aroma de Naruto.

 

Dejando de cruzar los brazos, Itachi los dejó caer y metió ambas manos en los bolsillos de sus pantalones, observando a ambos desde arriba.

 

—Sasuke, necesito hablar contigo en la cocina. —le comunicó, provocando que el nombrado y Naruto lo miraran al mismo tiempo. Itachi esbozó una pequeña sonrisa para no asustar tanto al vampiro por su tono de voz, que fue hasta cierto punto serio.

 

Naruto aferró sus manos al pelaje de Sasuke, por alguna razón, aunque se sintiera nervioso a su lado, no quería alejarse ni un centímetro del lobo. Pero aún así, tuvo que bajarse con lentitud y, poniéndose al lado del azabache, apreció cómo éste cambiaba su forma lobuna por humana. Naruto se sonrojó una vez más por ver la formidable espalda de Sasuke, no obstante, se tuvo que dar media vuelta para que no se le notara, bajando la cabeza.

 

Sasuke, ajeno a los pensamientos de Naruto, se pasó una mano por el pelo y siguió a su hermano mayor hasta la cocina, diciéndole antes al rubio que les esperara sentado en el sofá. Itachi cerró la puerta cuando ambos se adentraron, no quería que Naruto llegara a escucharles.

 

—Ambos estáis muy extraños. —comenzó en un susurro, apoyando la parte baja de su espalda en la encimera—. Pero más tú, hermanito.

 

Sasuke frunció ligeramente el ceño, aunque ya sabía por dónde iban a ir los tiros. Después de todo, Itachi tenía que saberlo algún día de esos; y al parecer, ese fue el día. Sasuke se acercó a la isla de la cocina e imitó a su hermano, apoyando la parte baja de su espalda ahí, al mismo tiempo que posicionaba ambas manos a cada lado, también como apoyo.

 

Escuchó cómo Itachi suspiraba.

 

—Ahora ya sé lo que te pasa. —dijo, curvando sus labios hacia un lado.

 

—Itachi…

 

—Sasuke, contrólate. —le interrumpió Itachi con voz severa, volviendo a suspirar. Sabía lo que merodeaba por la cabeza de su hermano menor, no hizo falta estar un día a su lado para notarlo; lo sabía por cómo Sasuke miraba a Naruto, y por supuesto, no era un cariño que se acercara mucho a la amistad, sino a algo más intenso.

 

Tenía que parar todo esto, antes de que aquel sentimiento llegara a más. Itachi prosiguió, mirándolo con determinación:

 

—Sasuke, recuerda que sólo eres su cuidador, Naruto debe irse. —dijo con firmeza, y entonces vio el cambio en la expresión de su hermano menor; un cambio que lo hizo dudar por unos cortos segundos.

 

—No deseo que se vaya. —se apresuró a decir el azabache, apretando con fuerza el agarre que mantenía en la mesa.

 

Itachi presionó sus labios en una línea recta y tensa. Pareció que ya fue demasiado tarde para frenar todo, esos sentimientos ya eran lo suficientemente fuertes como para que Sasuke le hubiese respondido de esa forma. Pero, a todo esto, ¿qué tan resistente era aquel sentimiento?

 

Itachi alzó la mirada –que había mantenido agachada para meditar ese asunto– al escuchar cómo Sasuke se frotó el rostro con una mano. Se le veía perdido. Perdido y desesperado por hacer algo.

 

—No debiste dejarme cuidar a Naruto —comenzó Sasuke, mirándolo con un destello en sus pupilas completamente diferente—, somos lobos, Itachi. ¿Por qué demonios no lo mandaste a un orfanato? —su tono de voz se elevó a unas octavas más grave, un tono que Itachi percibió como entre triste y enfadado—. Ya sé que sabes de mis sentimientos hacia Naruto, pero nada de esto… nada de esto hubiese pasado si tú no hubieras…

 

—Sasuke, tranquilízate. —alzó una mano para calmarlo, interrumpiéndole. Itachi ya había dejado de fruncir un poco el ceño para centrarse en lo que de verdad estaba pasando. Sabía que su hermano menor aún no aceptaba del todo la convivencia y las amistades con los vampiros, sabía que Sasuke estaría pensando en ese momento que nada iba a salir bien en esa sociedad tan cambiada. Pero se equivocaba—. Sasuke, nadie decide de quién se enamora. —habló con un tono más natural, y notó que con aquellas simples palabras, lo había tranquilizado un poco.

 

Sasuke bajó la cabeza y se frotó los ojos con los dedos índice y pulgar, dejando caer los hombros. Itachi se lo quedó mirando unos segundos, y se mordió el labio inferior. A pesar de que su hermano menor no aceptara del todo ese cambio entre la relación de los lobos y los vampiros, notó que sí aceptaba el amor que sentía por Naruto, un vampiro. Con eso tenía más que suficiente, pero aún así…

 

—Le hice una silenciosa promesa a Kushina —empezó Itachi, mirándolo—, por eso mismo, porque somos lobos y vivimos en manadas, sólo nosotros podremos asegurarnos mejor del bienestar y el cuidado de una cría. —dijo—. Las familias vampíricas suelen ser más reticentes y frías a la hora de mantener a sus hijos, lo sabes tan bien como yo. —echó lentamente el aire por la nariz—. Deja de lado ese pequeño rencor que mantuviste con la otra especie. Ese pasado ya quedó olvidado, Sasuke, ya no son nuestros némesis.

 

Sasuke se frotó la barbilla, atento a cada una de sus palabras. Itachi prosiguió, ahora cambiando a un tono… apenado:

 

—Aún así, quise que tú lo cuidaras durante dieciocho días para que te dieses cuenta de que todo lo que tú piensas sobre los vampiros, quedó olvidado, es pasado. —dijo—. ¿Acaso no te lo pasaste bien con Naruto? ¿No tuviste otra experiencia en tu vida? —lo miró, apretando los labios—. ¿Acaso no te has enamorado de él? —susurró.

 

En ese instante, justo ahí, Sasuke se quedó paralizado. Escuchar aquello viniendo de Itachi, lo dejó totalmente inmerso en lo más recóndito de sus pensamientos. Tenía razón, tenía toda la razón; pero, ¿lo aceptaba? ¿De verdad, su hermano mayor lo aceptaba? Sabía que Itachi, desde que los tiempos cambiaron, siempre había estado conviviendo con vampiros en el hospital de Konoha; su hermano mayor sabía cuán frías o cálidas podían llegar a ser las almas de la otra especie, como también conocía a la perfección lo que escondían sus corazones.

 

Pero él, nunca quiso darse cuenta, hasta ahora.

 

Lo que de verdad escondía el corazón de Naruto, Sasuke no lo sabía. Pero lo que sí sabía, era lo cálido que era, y lo divertida que era su personalidad. Aunque lo hubiese visto crecer durante esos días, Sasuke supuso que Itachi estaría pensando lo mismo que él: dejar que Naruto se fuera una vez cumplida la mayoría de edad. Naruto tenía que seguir con su vida, y él, aceptarlo. Sin embargo, ¿su corazón de verdad sería capaz de aceptar la marcha del vampiro? Estaba totalmente perdido.

 

—No te preocupes, Sasuke. —la voz de Itachi lo sacó súbitamente de sus pensamientos, e hizo que lo volviera a mirar—. Sé lo que estás pensando, pero si lo que sientes es real, tal vez las cosas cambien. Naruto es quien tiene la última palabra aquí, hermanito. Por eso mismo necesito que controles tu parte animal. Controla tus impulsos hasta que Naruto cumpla los dieciocho años.

 

Sasuke se pasó la lengua por su labio inferior y tragó saliva. Aquello, sinceramente, no sabía si podría hacerlo. Porque hubo una duda, una pregunta que le había estado carcomiendo desde hace días.

 

—Itachi, ¿por qué entonces el aroma de Naruto es cada vez más fuerte? —preguntó, irguiéndose con lentitud—. ¿Por qué percibo tan claro su olor? Es posible que tú también lo hayas notado, ¿no?

 

Itachi asintió, pero dijo lo siguiente:

 

—No lo percibo tan fuerte como tú, Sasuke. Es distinto. ¿Y sabes por qué lo es? —enarcó una ceja, esta vez curvando sus labios a modo de diversión—. Porque lo deseas. Quieres poseerlo, sólo para ti. —comentó—. Naruto está creciendo, es normal que su aroma sea mucho más atrayente hacia cierto lobo enamorado. —murmuró con gracia.

 

—Cállate, Itachi. —le gruñó, cruzando sus brazos; aún así, había sonreído.

 

Mientras la charla en la cocina se hacía más ligera entre ambos hermanos, en el otro lado de las paredes, Naruto se había quedado de pie en el sofá, mirando en dirección a la puerta cerrada. Lo único que podía llegar a escuchar eran unos murmullos indescifrables que provenían del interior. Nada más. Últimamente no había podido escuchar nada con claridad, pero no sabía el motivo del por qué le pasaba.

 

Seguía escuchando murmullos. Naruto ya se empezó a poner nervioso, observó la puerta con bastante preocupación mientras se distraía jugando con sus dedos, a la altura de su tripa. Tenía miedo. ¿Lo iban a echar de la casa? Llegó a esa idea cuando notó la seria voz de Ojeritas, aunque éste lo intentó disimular con una sonrisa. Tenía miedo. Él no quería irse, no cuando su corazón… ya había elegido.

 

Naruto dejó de jugar con sus dedos. De un momento a otro sintió su boca reseca, e intentó tragar saliva, pero aquello no ayudó. Tenía sed.

 

 

 

Itachi se tuvo que ir a las ocho de la tarde para llegar pronto a su turno en enfermería, y cuando se despidió con una enorme sonrisa de Naruto, el vampiro suspiró aliviado al caer en cuenta de que no le iban a echar de su casa. De verdad no quería irse, y al saber que no le mandarían a la calle, el interior de Naruto se llenó de una nueva emoción, junto a una nueva esperanza.

 

Cuando Sasuke cerró la puerta de entrada y se acercó a él, Naruto volvió a sentir cómo su corazón enloqueció por tan sólo observar al licántropo, pero, extrañamente, no fue su sonrisa ni su mirada lo que observó, sino su piel. No sabía por qué, cuando Sasuke entró al salón y él lo siguió desde atrás, sólo se había mantenido observando con extraña curiosidad la piel del hombre. Naruto parpadeó para sentarse junto a Sasuke en el sofá, queriendo centrarse en el canal que había elegido el azabache en la televisión.

 

Una vez que ambos se acomodaron al lado de unos cojines, Naruto miró de reojo el esbelto perfil de Sasuke, y de nuevo, tragó saliva con bastante dificultad. Aún recordaba cómo de nervioso se había puesto al haber estado sentado en el lomo del azabache, porque como le pasó antes, se sintió extraño; su boca se secó en cuestión de segundos, y ahora no era diferente, le estaba volviendo a pasar.

 

Naruto miró rápidamente a la pantalla, pero no pudo sonreír ni un poco cuando estaba por comenzar una película. Tragó saliva. No se sentía muy bien, sin embargo, decidió olvidarlo por el momento, al pensar que su mal estar se debió a unos caramelos que le había dado Ojeritas antes de marcharse. Aún así, por más que intentara olvidar ese mal estar, su garganta le dolía. Naruto se frotó la garganta con la palma de su mano, degustando. Era extraño.

 

Naruto dirigió lentamente su mirada hacia Sasuke. Cuando lo miraba en silencio, podía escuchar cómo su propio corazón se aceleraba, e instintivamente, su azulada mirada oscilaba hasta el cuello de Sasuke, y ahí, es donde comenzaba su boca a secarse de nuevo. Su garganta volvió a dolerle. Naruto, inseguro de lo que le estaba pasando, decidió alejarse poco a poco del cuerpo del lobo, y se quedó en cuestión de segundos en el otro extremo del sofá, no tan lejos de Sasuke. Así se sentía un poco mejor.

 

Pero sus movimientos no pudieron pasar nada desapercibidos para el lobo. Sasuke giró la cabeza y miró a Naruto, parpadeando. No entendía por qué se había alejado, aunque si lo veía bien, pudo notar que Naruto no tenía una buena cara.

 

—¿Te encuentras bien? —la preocupante voz de Sasuke hizo que Naruto se sobresaltara en su sitio, aferrándose a un cojín que tenía cerca. Naruto giró la cabeza con titubeo, sonriendo un poco—. ¿Por qué estás en el otro extremo? ¿Te duele la tripa? —Sasuke se incorporó un poco hacia delante para mirar con más detalle al vampiro, pero éste negó rápidamente con la cabeza, muy energético.

 

—N-n-no. —tartamudeó con rapidez, y volvió a negar con la cabeza, sorprendiendo a Sasuke. Planeó rápidamente una excusa por su acto, encontrándola al instante—: Es solo que… Uhm, t-tu cuerpo estaba demasiado caliente, así que… tenía calor y… p-por eso estoy… aquí. —zanjó, presionando sus labios.

 

Lo que sí estaban calientes, fueron sus mejillas, todas sonrosadas.

 

«¡Serás idiota!» se reprimió Naruto a sí mismo, dándose un golpe mental.

 

Sasuke se quedó con la palabra en la boca, aún con el asombro yacente en él. No sabía por qué, pero Naruto se vio realmente tierno con aquel tartamudeo en su voz, sumándole también esa pizca de nerviosismo. Al terminar de pensar aquello, Sasuke volvió a percibir el rico aroma del vampiro mucho más fuerte que antes. Pero antes de que hubiera invadido por completo sus fosas nasales, Sasuke giró la cabeza y cerró con fuerza los ojos. Demonios, tenía que controlarse.

 

Cada vez, Naruto se veía mucho más apetecible. Sasuke no pudo evitarlo, y lo miró de reojo con detenimiento. Esta vez el vampiro no llevaba aquel pijama que le dejaba apreciar sus pálidas y suaves piernas, sino que ahora era un pijama largo y suave. Sasuke no quiso mirar los deseables labios de Naruto, porque sino, lo incitarían a romper la promesa que le había hecho a Itachi. Así que, con aquella promesa en su mente, Sasuke volvió a dirigir su vista hacia la pantalla.

 

Habían estado una hora así, cada uno en un extremo del sofá mientras terminaban de ver la película. En un principio a Sasuke le fue extraño ese anterior comportamiento por parte del rubio, pero lo entendía, aunque nunca hubiese visto a Naruto actuar así con él. Naruto, en cambio, siguió sintiendo su boca reseca mientras intentaba concentrarse en la película; le dolía y no sabía qué hacer, no podría decírselo a Sasuke, porque tal vez sólo necesitaba tomar su frasco de sangre, y ya todo se le pasaría.

 

Y así fue, porque nada más tomar una gota de aquel frasco, Naruto volvió a sentirse lleno de vida. Su boca no volvió a secarse y su garganta no volvió a dolerle; con aquello estaba más que encantado. Esa noche Naruto no quiso cenar ramen, no le apeteció. Aún así, había querido acompañar a Sasuke mientras el licántropo cenaba con tranquilidad, ambos inmersos en una divertida plática.

 

Cuando Sasuke terminó de cenar y apagó la luz de la cocina para ya irse a dormir cada uno en sus respectivas habitaciones, Naruto frunció el ceño. Fue ahí, cuando estaban subiendo las escaleras, donde una vez más, se le secó la boca. El vampiro agachó la cabeza y aún con el ceño ligeramente fruncido, se frotó la garganta, intentando encontrar la manera de frenar ese dolor.

 

—Buenas noches, pequeñajo.

 

Por segunda vez en aquel día, Naruto dio un brinco en su sitio por escuchar la voz de Sasuke, quien lo sacó súbitamente de sus pensamientos. Se ruborizó, formando un mohín, siguió con el ceño fruncido.

 

—Ya no soy un pequeñajo, Sasuke. —se quejó con los brazos cruzados, pero poco después se le escapó una corta risa, volviendo a portar una feliz expresión.

 

Y sin esperárselo siquiera, Naruto dejó de sonreír al sentir cómo unos cálidos labios se habían posado en su frente, dejándole en esa zona un suave beso. El corazón de Naruto bombeó más sangre de lo normal, volviendo a sus aceleradas palpitaciones; y ni hablar de sus mejillas, se había ruborizado hasta las orejas. Parpadeó desconcertado. Sasuke le había dado un beso en la frente, posando su gran mano en sus rubios cabellos.

 

Cuando Sasuke se irguió un poco, no pudo evitar sonreír y despedirse de Naruto, entrando en su habitación. El vampiro se había quedado solo en medio del pasillo, todavía asimilando lo que acababa de pasar. Se había sentido igual de inquieto cuando hace días Sasuke le lamió la mejilla… Naruto sacudió la cabeza y sonrojado, se adentró a su habitación y cerró la puerta tras él. Se apoyó en ella y se dejó caer lentamente hasta que su trasero tocó el suelo. Si Sasuke seguía pillándolo con la guardia baja, iba a morir.

 

Pero… ¿Por qué el lobo actuaba así de cariñoso con él?

 

Repentinamente, Naruto dejó escapar un quebradizo gemido, y sin darse cuenta, había llevado una de sus manos a su cuello, tomándolo. Su boca se había secado de nuevo, pero esta vez el dolor fue más intenso que antes. Naruto encogió su cuerpo y cayó al suelo, frotando un tanto desesperado su garganta. Dolía. Dolía mucho. Jadeó, de un momento a otro tuvo muchísima sed. Tenía sed.

 

¿Qué le estaba pasando?

 

Desesperado por encontrar una respuesta a esa pregunta, Naruto salió con rapidez de su habitación, parándose en frente de la puerta de Sasuke. Volvió a jadear. Algo dentro de la habitación del lobo lo incitaba a querer entrar. Algo, un aroma, un fuerte aroma a sangre lo llamaba. Las pupilas de Naruto se dilataron, hasta tal punto, de que su iris denotara un color carmesí en sus ojos. Naruto no aguantó más, y entró a la habitación de Sasuke.

 

Agarrando su cuello con fuerza, Naruto, desesperado, buscó con la mirada los frascos de sangre que solía guardar el azabache en su habitación. Sasuke ya estaba dormido plácidamente en su cama, lo supo por escuchar claramente su tranquila respiración. ¿Cómo podían los lobos dormirse en tan sólo unos minutos?

 

Naruto olfateó el aire, dando en el momento con el aroma a sangre que provenía del interior del cajón de la mesita de noche que yacía al lado de la cama.

 

Naruto se acercó con rápidos pasos, sin querer despertar a Sasuke. Jadeó, el dolor se incrementó cuando abrió el cajón y vio los tres frascos de sangre que le quedaban. Loco por cogerlos y llevárselos a la boca, Naruto abrió los tres frascos y bebió el líquido carmesí de todos ellos, dejándoles completamente vacíos. El vampiro cerró los ojos y dejó los tres tubitos en la mesa, saboreando con gusto esa exquisitez. Al beberse los tres frascos enteros, pensó que su sed se saciaría al instante… Grave error; su sed por beber más aumentó. Naruto abrió los párpados de golpe, frotando su cuello. Su boca seguía estando seca aún cuando había hecho eso.

 

Antes de que pudiera extender su brazo para seguir mirando dentro del cajón, rápidamente y sin previo aviso, la rojiza mirada de Naruto se dirigió al expuesto cuello de Sasuke, quien aún seguía durmiendo. Naruto sintió cómo su corazón volvió a acelerarse, y su ansiedad por probar una nueva sangre aumentó. La sangre que corría por las venas del lobo se veía sumamente jugosa. Sí… se veía realmente fresca.

 

Naruto se relamió los labios, pero antes de que pudiera acercarse a la cama, una parte de su conciencia le gritó que no lo hiciera. Naruto se tapó con fuerza la boca y se apegó todo lo que pudo a la pared. No podía hacerlo. Si mordía a Sasuke, si lo hacía… el licántropo moriría. Naruto comenzó a respirar de forma errática. Si lo hiciera… Si sólo lo hiciera… ¡Su sed acabaría! ¡Sería él quien iba a morir si no probaba de esa sangre!

 

La respiración de Naruto se tornó bastante agitada, y sin poderlo contener, dejó caer la mano que tapaba su boca y sonrió maliciosamente, mostrando sus finos colmillos.

 

Sus jadeos fueron tan altos, que Sasuke gruñó por lo bajo y abrió perezosamente los ojos, percibiendo el olor de Naruto mucho más intenso. Se sobresaltó, no por el olor, sino porque el cuerpo de cierto rubio se había abalanzado con fuerza sobre él, dirigiendo rápidamente su rojiza mirada hasta su cuello. Sasuke siguió ese movimiento y agarró a Naruto de las muñecas antes de que éste hincara sus dos letales colmillos en su cuello. Lo agarró con fuerza, cosa que hizo que Naruto se retorciera sobre él, ansioso por acercarse a su piel y morderle.

 

—¡Naruto! ¿Qué te…? —exclamó Sasuke, pero no pudo llegar a terminar su pregunta cuando pudo ver con claridad ese color carmesí que los ojos del vampiro poseían.

 

Y entonces lo entendió. Pareció como si todo estuviese yendo a cámara lenta, muy, muy lenta. Sasuke se quedó observando con una expresión de horror cómo Naruto había perdido toda voluntad sobre sí mismo; sin embargo, ¿por qué estaba apreciando cómo de los ojos del vampiro, brotaban gruesas lágrimas? ¿Por qué estaba soltando ligeros sollozos mientras intentaba zafarse de su agarre? En ese momento, Sasuke se paralizó, apretando con más fuerza las muñecas de Naruto. Ahora lo supo, supo lo que escondía el corazón del rubio…

 

El corazón de Naruto le estaba diciendo que no le hiciera daño… «No morder a Sasuke»

 

Sasuke cerró los ojos con fuerza, y al ver que Naruto estaba descontrolado y loco por hincar sus colmillos en su cuello, a él no le quedó de otro remedio que hacer lo siguiente. Levantándose un poco de la cama, Sasuke gruñó y utilizó todas sus fuerzas para lanzar lejos de él al vampiro, quien se dio un fuerte golpe en la espalda contra la pared de en frente, soltando un gemido ahogado.

 

Sasuke jadeó sonoramente e intentó controlar su respiración, tragando saliva. ¿Qué demonios le había pasado a Naruto? Sasuke escuchó un nuevo sollozo ahogado, y se acercó con lentos pasos hacia el vampiro. Sus músculos se destensaron al notar cómo los ojos de Naruto habían vuelto a ser normales, sin ese tono carmesí. Naruto respiraba agitadamente y no tardó mucho en alzar la mirada al sentir cómo Sasuke se acercaba a él, extendiéndole una mano para tocarle. Pero Naruto lo miró con horror, al darse cuenta de lo que había querido hacer: morder a Sasuke.

 

El lobo se acercó más a él, pero al dar un solo paso más, Naruto retrocedió desesperado contra la pared, como si ésta fuera infinita.

 

—Y-yo… —sollozó Naruto, llevándose una mano a la boca para taparla. Estaba asustado. Asustado por lo que podría haber hecho.

 

Sin que Sasuke se lo esperara, Naruto cerró los ojos con tanta fuerza, que no dudó ni un segundo en cambiar su forma humana a la de un murciélago, para después, salir volando a toda prisa por la ventana de la habitación, dejando caer una última lágrima… de despedida.

 

Notas finales:

Información: NO SEGUIRÉ PUBLICANDO AQUÍ.


Si desean seguir leyendo este fanfic, continuaré en mi Wattpad: -drxrry


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).