Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Niñero de un vampiro {SasuNaru} por -drxrry

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Gracias a las lindas personitas que comentaron y les gustó el comienzo ♥


Disfrutad del siguiente :)

{2 años - Segundo día}

 

 

Desde que Itachi le había dejado al cuidado de Naruto y había vuelto al hospital a seguir sus horas de trabajo nocturnos, Sasuke lo tuvo realmente difícil.

 

No entendía por qué en los brazos de su hermano mayor Naruto había estado la mar de a gusto, en cambio, en los suyos, se había despertado y se había puesto a llorar y gimotear sin parar, como si su llanto fuera eterno y no se pudiera solucionar con nada.

 

Sasuke suspiró resignado mientras balanceaba lenta y suavemente al bebé entre sus brazos, tapándolo mejor con las suaves telas. Estuvo unos largos minutos así desde que Itachi se fue…

 

—Sshhh —siseó lentamente él, queriendo que el niño se callara un poco, se durmiera y le dejara la noche tranquila, pero no fue así, porque por sólo tener esos pensamientos, Naruto lloró más.

 

De alguna manera estaba acabando con la paciencia de Sasuke. Nunca supo cómo diablos cuidar a un bebé, porque nunca tuvo uno, y mucho menos sabía cómo hacerlo con un bebé vampiro. ¿Es que acaso el mundo lo odiaba, lo estaba probando? Sasuke siguió balanceando con lentitud a Naruto, mientras que él cerró los ojos para coger una bocanada de aire y soltarlo en un profundo suspiro, queriendo relajarse y no perder la paciencia.

 

Los bebés no eran lo suyo.

 

Sasuke abrió los párpados y bajó la mirada al estar sintiendo un leve tirón en su sudadera. Se sorprendió por ver cómo Naruto estaba agarrando la tela de su ropa entre su puñito, como si no quisiese soltarlo nunca. El azabache sabía que si un bebé te agarraba, era un poco imposible que te soltara tan fácilmente; lo supo por las experiencias de su hermano mayor.

 

Dejó de balancear a Naruto lentamente. Sasuke se dio cuenta de que sus gimoteos habían cesado y que su llorera anterior había disminuido, hasta dejarlo sólo hipando por lo bajo. Suspiró con verdadero alivio, al fin Naruto se había calmado por completo, y a ser posible, esa noche el bebé lo dejaría dormir en paz.

 

Sasuke bajó la mirada y se quedó observando al pequeño entre sus brazos. Se había quedado plácidamente dormido, aún con su puñito aferrado a su sudadera. Había estado más de media hora intentando calmar a Naruto, y por fin, antes de que pudiera lograr acabar con la paciencia del lobo, el rubio se había dormido.

 

El azabache subió las escaleras hasta el segundo piso de su casa y caminó lentamente por el oscuro pasillo hasta dar con la habitación que sería de invitados. Sasuke agarró el puñito de Naruto y tiró delicadamente de él para que el bebé se zafara del agarre en su sudadera, cosa que consiguió. Se acercó a la cama y acomodó al vampiro en el cómodo colchón, lo tapó un poco con las sábanas para que no pasara frío y puso algunos cojines alrededor de su pequeño cuerpo, para que estuviera más a gusto como en una cuna.

 

Sasuke volvió a enderezarse y con sus manos en las caderas, contempló unos segundos al bebé. Pensó que esa sería una buena forma de que Naruto durmiera bien, después de todo, mañana el vampiro ya tendría dos años, y en serio esperó que no lo despertara por la noche con su llorera.

 

Grave error el haberlo pensado. Nada más pasadas dos horas, Sasuke se tuvo que levantar de la cama con algo de mal humor, Naruto había vuelto a llorar como en un principio, y en el momento en el que escuchó sus llantos, Sasuke gruñó contra la almohada y se levantó. Por Dios, sólo habían pasado dos horas, dos horas en las que él había conseguido caer en los brazos de Morfeo, ¿por qué un bebé lloraba tanto?

 

Sasuke entró a la habitación de invitados, la cual se encontraba al lado de la suya propia, y volvió a suspirar con pesadez. Se acercó a la cama en donde estaba Naruto, y lo vio moviendo sus pies y sus manitas mientras lloraba y cerraba sus ojitos. Sasuke puso una mueca de desagrado, le estaban cayendo peor los bebés. Antes de coger a Naruto, él bostezó y se frotó la cara con una mano para despejarse un poco, después, lo cogió en brazos y comenzó a balancearlo como antes.

 

Sasuke observó la hora en el reloj de pared que había en esa habitación, y volvió a formar una mueca de desagrado: eran las 3:30am. Volvió a bajar la mirada hacia Naruto y echó lentamente el aire por la nariz, agotado. Quería seguir durmiendo, pero el rubio no apagaba sus llantos.

 

Esa noche Sasuke no durmió absolutamente nada, había estado en vela, tumbado al lado de Naruto en la cama de invitados por si el vampiro volvía a llorar, cosa que sí, lo hizo de nuevo a las 5:00am. Por eso Sasuke se había quedado acompañando y vigilando a Naruto, despierto y totalmente agotado. Antes él pudo acostumbrarse a estar despierto por las noches cuando solía estar con su manada, pero como los tiempos cambiaron radicalmente, actualmente las noches fueron su completa relajación.

 

Una vez que Sasuke se levantó de la cama al ver los radiantes rayos del sol traspasar la ventana de esa habitación, se dio cuenta de que Naruto también estaba despierto, sin embargo, en ese momento no lloraba, tampoco gimoteaba, solamente estaba chupándose el pulgar mientras parpadeaba y miraba a todas partes, como también lo miraba a él.

 

Sasuke se frotó los ojos con los dedos índice y pulgar, bostezando. Miró a Naruto y sin siquiera pensárselo, le sacó la lengua de manera graciosa, estando algo molesto con el bebé vampiro. No obstante, tuvo que cogerlo de nuevo en brazos para llevárselo a la cocina consigo, tenía que darle la sangre que le dio Itachi.

 

Bajó las escaleras con pesadez y al llegar a la cocina, Sasuke parpadeó al haber sentido de nuevo un leve tirón en su ropa. Miró a Naruto y vio cómo éste aferró su manita en su sudadera otra vez. El azabache pensó por un momento que Naruto se veía tierno cuando estaba calmado y hacía eso, pero seguía sin gustarle la idea de cuidar a un bebé.

 

Todavía con Naruto en uno de sus brazos, Sasuke abrió el frasquito de la sangre y lo acercó a los pequeños labios del vampiro, hasta que una gota cayó en su lengua, haciendo que el pequeño parpadeara y degustara el sabor. Sasuke, en cambio, frunció su nariz al oler ese aroma a metálico. Su olfato siempre había sido agudo, por eso nunca se esperó volver a oler la sangre tan de cerca.

 

Una vez que vio a Naruto más cómodo y tranquilo, Sasuke decidió coger su móvil y llamar a una compañera de su manada para que lo ayudara con algo que hasta ahora, no se había dado cuenta.

 

¿Sasuke? —una voz femenina se escuchó al otro lado de la línea cuando cogió la llamada.

 

—Hola, Ino, necesito tu ayuda. —dijo, mirando de vez en cuando al bebé.

 

Claro, dime. —en ese momento se escuchó por debajo de la voz de Ino una clara risa femenina que Sasuke pudo reconocer a la perfección: estaba con Sakura, otra mujer de su manada.

 

—Necesito que compres pañales y ropa de bebé, si es posible de algunas tallas más. —comentó—. Luego os explicaré.

 

¡Vaya! ¿Tienes un bebé, Sasuke? ¡Ya era hora! —rió con ganas la rubia, haciendo rodar los ojos a Sasuke con molestia. Mucho más cerca que antes, se escuchó la voz de Sakura con el mismo tono de asombro, diciendo—: ¿¡Sasuke tiene un bebé!?

 

El azabache quiso golpearse la frente con la palma de su mano, pero se retractó y lo único que se limitó a hacer fue dejar caer los hombros, rindiéndose. Las mujeres siempre se sorprendían por los bebés, la idea en sí les maravillaba, ¿por qué tanto entusiasmo? Además, si supieran que no era un bebé lobezno, ellas no estarían tan emocionadas.

 

—Ino, compra lo que te dije, estoy ocupado y lo necesito. Luego os explicaré la situación. —se dignó a decir, cansado.

 

¡Tranquilo Sasuke, Sakura y yo iremos en un pispás a tu casa con lo necesario! —exclamó la rubia, dando por finalizada la llamada.

 

Sasuke dejó el móvil encima de la isla de la cocina y suspiró, pasándose la mano libre por el pelo. Bajó la mirada hacia Naruto y se quedó unos cortos segundos contemplando fijamente cómo los zafiros ojos del bebé lo estuvieron mirando con un brillo nuevo, mientras que sus manitas se habían vuelto a hacer puñitos a la altura de su pecho. Sasuke parpadeó varias veces y alzó de nuevo la mirada, por un momento se había quedado perdido en ese color cielo que los ojos de Naruto poseían.

 

Cansado de tener al vampiro siempre en brazos, Sasuke lo llevó al salón y se sentó en el sofá, poniendo al bebé en su regazo mientras encendía la televisión para ver cualquier programa hasta que las chicas vinieran a su casa. A medida que Sasuke se acomodaba cada vez más en el sofá, de forma inconsciente, agarró delicadamente el puñito de Naruto y comenzó a darle suaves caricias con el pulgar, sin desviar la vista de la pantalla.

 

Pasó una hora así, haciendo zapping en canales que veía interesantes, hasta que en un determinado momento llamaron al timbre de su casa y tuvo que apagar la televisión y levantarse, con un dormido Naruto en uno de sus brazos. Abrió la puerta y se encontró con las dos reconocibles figuras de Ino y Sakura.

 

—¡No me lo puedo creer, era cierto! —chilló una emocionada rubia con unas bolsas en sus manos, adentrándose a la casa junto a Sakura sin el permiso de su dueño, pero a Sasuke poco le importó, después de todo eran de su manada y las conocía muy bien.

 

—Esto es algo que no se ve todos los días, ¡tú, Sasuke, con un bebé! ¡Es lo más tierno que he visto en mi vida! —exclamó otra emocionada Sakura, dejando algunas bolsas en el suelo—. ¿Cómo ha…? —las palabras de la mujer se habían quedado flotando en el aire nada más su olfato lo supo exactamente todo. Reconoció ese aroma—. Un momento… ¿e-es un bebé vampiro? —preguntó titubeante, señalando al rubio con el dedo.

 

Esta vez Ino borró su expresión de emoción y se quedó mirando también al bebé, parpadeando. La rubia se acercó un poco al niño y lo olfateó hasta que aquel reconocible aroma inundó sus fosas nasales, haciendo que se alejara un poco.

 

Sasuke rodó los ojos. —¿Es que acaso vuestro olfato ha empeorado? —las echó una mirada aburrida. Deberían de haber sabido que era un vampiro antes de entrar a su casa.

 

—C-cállate. —murmuraron ambas chicas avergonzadas, pero a pesar de eso, las dos volvieron a portar las expresiones de un principio, con unas sonrisitas.

 

—¿Cómo es que estás al cuidado de un vampiro, Sasuke? —comenzó Sakura, poniéndose a su lado y mirando con mucho interés al pequeño rubio.

 

Sasuke las invitó a pasar al salón y una vez que los tres estuvieron sentados, él en el sofá, y ambas chicas en un sillón individual, cerca del azabache, comenzó a hablar. Mientras les explicaba toda la situación, hubo un momento donde Sakura quiso coger a Naruto, cosa que a Sasuke no le importó y se lo dejó en sus brazos. Ino le había hecho muchas preguntas y Sakura había estado jugando un poco con el rubio, a pesar de no ser un lobo como ellos.

 

—Este Itachi… —Ino chasqueó la lengua con diversión—. ¿Por eso nos pediste ropa y pañales? —hizo una nueva pregunta.

 

Sin embargo, Sasuke no la dio una respuesta, porque el ligero gimoteo de Naruto había captado toda su atención. Observó que Sakura había apartado su mano del pecho del bebé con una mirada entre confusa y preocupada; lo había hecho llorar. Sasuke dejó caer un suspiro y miró a Naruto cansado y con pena, pero se sorprendió al ver cómo el pequeño rubio lo estaba mirando ahora a él. Al parecer ya no quería estar en los brazos de Sakura, sino en los suyos…

 

—Ten, quiere estar contigo. —le dijo Sakura mientras cogía al bebé por las axilas y se lo entregaba a Sasuke, quien lo acomodó en sus brazos.

 

Cuando Sasuke lo cogió y lo balanceó lentamente en sus brazos, Naruto dejó de gimotear al instante, cosa que sorprendió bastante a las tres personas presentes en el salón. El vampiro volvió a hacer lo mismo cada vez que Sasuke lo cogía, y era que aferró una manita a la ropa del lobo, sorprendiendo más a ambas chicas.

 

Ino enarcó una ceja y sonrió divertida.

 

—Vaya, ya vemos que sólo quiere estar contigo. —comentó en una suave risa.

 

—Aunque nos hayas dicho que no te gustan mucho los bebés, ambos parecéis estar a gusto el uno con el otro. —sonrió Sakura.

 

Sasuke se mordió el interior de una mejilla y bajó la mirada hacia Naruto. El bebé ya no tenía las suaves telas de antes, sino que ahora portaba ropa más cómoda para él, ropa que le había puesto Ino mientras él les estuvo explicando la fortuita situación.

 

Sasuke se quedó observando con detenimiento cómo esos zafiros ojos lo miraban fijamente. Antes pensó que Naruto sólo lloraba en sus brazos, pero ahora, estando tan tranquilo en ellos, Sasuke no pudo evitar sonreír con sinceridad. Naruto sólo tenía dos años, y esperaba que las cosas no empeoraran los días que le quedaban para cuidarlo.

 

 

···

 

 

{5 años – Quinto día}

 

 

Desde que Naruto cumplió los cinco años, la situación fue a peor, prácticamente. Sasuke se arrepintió cuando pensó hace tres días que nada iba a ir peor, pero como siempre se equivocó y se arrepintió. Síp, todo se complicó para el lobo cuando Naruto llegó a esa edad.

 

Tuvo que prepararse para enseñar al rubio a que no le mordiera y confiara en él, porque ya le habían salido los colmillos, aunque no eran tan afilados como los de un vampiro adulto, sin embargo, Sasuke sabía que muy pronto los iba a tener iguales a los de uno. El azabache se sorprendió cuando Naruto aprendió y le cogió rápidamente bastante confianza; siempre le estuvo repitiendo la misma frase, una y otra vez “No morder a Sasuke, si lo haces, le harás daño” “No morder a Sasuke” para que a Naruto se le quedara gravado en la memoria.

 

Pero como bien se dijo en un principio, a Sasuke se le complicaron las cosas con un Naruto de cinco años. Justo en esos instantes, Sasuke estaba persiguiendo al pequeño vampiro por toda la casa, ¿razón? Simple, Naruto se había revelado y había comenzado a tirar cualquier cosa que encontrara a su paso. Sasuke tuvo que maldecir por lo rápido que corría el rubio.

 

Mientras tanto, Naruto corría por la casa como loco, riendo descontroladamente mientras movía de arriba para abajo sus bracitos, con los puños apretados, y bastante emocionado por toda la divertida situación. A Naruto se le hacía muy gracioso y divertido que Sasuke corriera detrás de él, intentando cazarlo; por eso, su risa y emoción no paraba.

 

Sasuke, en cambio, gruñó por lo bajo y esbozó una sonrisa de lado, mirando la espalda del pequeño Naruto con travesía. El vampiro lo estaba subestimando, él era un lobo, sabía cómo cazar a sus presas en el momento oportuno, y ese, fue el momento perfecto para sorprenderlo.

 

Al querer parar a Naruto y asustarlo un poco, Sasuke en un abrir y cerrar de ojos se transformó a su forma animal, un lobo con el pelaje suave y oscuro como el cielo nocturno. Con más agilidad que antes, Sasuke alcanzó a Naruto por la espalda (siendo muy cuidadoso y sin clavarle las garras) y lo hizo frenar y caer al suelo, sin embargo, Naruto no se hizo ni una pizca de daño.

 

Naruto dejó de reír en el momento en que vio a un perro enorme frente suyo. El vampiro se levantó del suelo con titubeo, no obstante, Sasuke rujió con dureza para asustarlo y advertirle, haciendo que Naruto se volviera a caer de culo, mirando con los ojitos bien abiertos al lobo. El azabache observó cómo el rubio parpadeó segundos después para mirarlo con curiosidad y, sin previo aviso, el vampiro llevó sus pequeñas manos a su hocico, atrayéndolo más hacia él mientras que de nuevo la risa de Naruto volvía a inundar sus oídos.

 

Aún en su forma de lobo, Sasuke dejó caer sus orejas como signo de rendición, observando con su grisácea y aburrida mirada cómo la amplia sonrisa de Naruto se hizo presente en sus labios, brillando ante sus oscuros e intensos ojos.

 

«Sólo trece días y todo acabará» pensó Sasuke mientras miraba con algo de molestia el por qué Naruto se veía tan alegre.

 

Notas finales:

Espero que os haya gustado, nos veremos ♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).