Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Niñero de un vampiro {SasuNaru} por -drxrry

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disfrutad :)

{10 años - Décimo día}

 

 

Itachi lo había ido a visitar hace dos días mientras estaba en sus horas de descanso, y en esos días, su hermano mayor se quedó asombrado por lo bien que estaba creciendo Naruto día a día; porque básicamente estuvo a punto de soltar una lágrima por haber pensando que a tan sólo pocos días atrás, lo había visto como a un bebé.

 

Itachi había jugado y se había divertido mucho con el rubio, se llevaron muy bien, tanto, que hasta el vampiro lo había apodado “Ojeritas”. Sí, Itachi esos días trajo a casa unas ojeras bien marcadas, cosa que preocupó a Sasuke y lo estuvo preguntando, pero su hermano mayor sólo le dijo lo que hace el trabajo, ya sabes.

 

Antes de que Itachi se fuera nuevamente al trabajo, le comentó que dormiría en casa de uno de sus compañeros del hospital, debido a que tenían que hacer un curso que su jefe les había pedido y que creía necesario que todo enfermero lo hiciera. A Sasuke no le importó, ya se había acostumbrado a cuidar por sí solo a Naruto, no obstante, cuando el pequeño vampiro tuvo seis y ocho años, lo había tenido un poco complicado. Pero ahora era totalmente diferente, ahora Naruto tenía diez años y ya no hacía tantas tonterías y locuras como antes.

 

A pesar de que su hermano mayor le había dicho que no hacía falta que Naruto consumiera otros alimentos, el rubio casi se lo pidió suplicando cuando conoció una nueva comida: el ramen. Sasuke supo que el gusto del vampiro por la sangre del frasco no siempre iba a durar, como también sabía que Naruto se moría por probar cosas nuevas, lo cual hizo nada más cumplió los seis años.

 

Sin embargo, las cosas siguieron complicándose para Sasuke.

 

Ahora, con un Naruto de diez años, siendo el décimo día para el lobo, le estaba enseñando al rubio a poder transformarse en su forma animal, un murciélago.

 

—Vamos, Naruto, tú puedes. —lo animó con un tono cansado, no tan notable.

 

A medida que el pequeño rubio fue creciendo, tuvo diversos problemas para conseguir transformarse en su forma animal. Un vampiro a esa edad ya tendría que haberlo logrado, o más bien, un vampiro a sus seis años ya tendría que haberlo hecho, pero Naruto era diferente, muy diferente.

 

Los días anteriores Sasuke estuvo haciendo todo lo que pudo para ayudarlo, sin saber con certeza si lo hacía bien o mal. Se le había olvidado consultárselo a su hermano mayor, pero prefirió no llamarlo esos días para que no tuviera ninguna distracción o molestia mientras estaba en el curso. Así que, con sus ideas como sustentantes, Sasuke probó suerte: le había pedido a Naruto que se subiera y se pusiera de pie en el respaldo del sofá, mientras que él le incitaba con las manos a que saltara, se convirtiera en murciélago y volara.

 

Pero nunca antes se esperó que fuera TAN complicado.

 

—Vamos, Naruto. —siguió Sasuke, esta vez señalándolo con el dedo índice a modo de advertencia—. Si no lo consigues hoy, esta noche no cenas ramen. —esperaba que el vampiro viera esas palabras como quisiese, amenaza o no, a Sasuke no le importaba. Quería que Naruto lo consiguiera esta vez.

 

Naruto se tensó de inmediato por lo que le dijo Sasuke. Aún subido en el respaldo del sofá y el lobo sentado en el suelo en frente de él, Naruto comenzó a jugar con sus dedos a modo de distracción. Él quería cenar ramen, le encantaba el ramen, ¿por qué Sasuke le quería prohibir de tal delicioso manjar?

 

—P-pero Sasuke, tengo miedo, ¿y si me caigo otra vez? —preguntó en un tono titubeante, tragando saliva.

 

Naruto observó desde arriba cómo Sasuke clavó su oscura e impactante mirada en sus ojos, provocando que un escalofrío recorriera su columna vertebral. Que Sasuke lo mirara así lo ponía aún más nervioso, no sólo por el hecho de que caerá en sus brazos, sino también porque por un momento pensó que iba a caer en la boca del lobo.

 

—Antes te cogí, confía en mí y salta. —le aseguró Sasuke, ahora con una suave voz mientras alzaba ligeramente sus brazos para que Naruto tuviera más seguridad.

 

Naruto se quedó unos segundos viendo la determinación en el lobo, y entonces decidió cerrar los ojos y apretar los labios con suavidad, queriendo concentrarse. Sasuke le había dicho que cuando saltara, se imaginara unas alas, como si estuviese volando, como si tuviera el tiempo necesario para caer al vacío y… tener toda tu seguridad puesta y almacenada en el corazón.

 

—Confío en ti. —susurró Naruto muy bajito, formándose en sus labios una tierna sonrisa.

 

Respiró hondo y flexionó un poco sus piernas, para después, saltar con determinación, imaginándose que…

 

Paf.

 

Naruto abrió de inmediato sus ojos al haber notado cómo los brazos de Sasuke lo cogieron, mientras sentía las grandes manos del azabache ceñidas con algo de fuerza a su cintura. No lo había conseguido, otra vez había fracasado. Se sentía muy apenado… Escuchó un lento suspiro y Naruto dirigió su azulada mirada hacia los intensos ojos de Sasuke, reteniendo la respiración sin darse cuenta. Ambos se encontraban tumbados en el suelo como ocurrió en los varios intentos anteriores, Naruto encima de su pecho y Sasuke debajo, y como antes, el vampiro se había estremecido ligeramente por tal cercanía, sin saber por qué.

 

Sasuke echó lentamente el aire por la nariz y dejó de agarrar al vampiro para que se quitara de encima, cosa que Naruto hizo muy rápido al sentir sus mejillas cálidas.

 

—Lo… ¡Lo volveré a intentar! —dijo Naruto, alzando y apretando su puño, todavía estando en el suelo de rodillas.

 

Sasuke se levantó del suelo y posicionó ambas manos en sus caderas, observando con cansancio a un Naruto energético que yacía en el suelo, con sus zafiros ojos mirándolo con brillo y seguridad. Pero Sasuke ya estaba agotado; cansado de haberlo intentado más de veinte veces, decidió que ya era hora de irse a descansar.

 

—Lo siento, Naruto, necesito dormir un poco. —se frotó la nuca para aligerar tensión en su cuello, observando cómo la feliz expresión del rubio pasaba a estar entristecida. En ese momento sintió que su corazón se estrujó en su pecho, pero no supo exactamente por qué motivo.

 

Naruto bajó la cabeza y dejó caer los hombros, soltando un corto jadeo de decepción, sí, también se decepcionaba de él mismo. No pudo conseguirlo cuando tuvo siete años, y ahora, a sus diez, tampoco. ¿Por qué no lograba concentrarse? ¿Qué estaba mal con él? En verdad se sintió muy triste, no sólo por el hecho de no cenar ramen, sino también por sentir que no podría hacer feliz a Sasuke. De alguna manera quería sorprender al azabache, quería hacerle una grata sorpresa y ver su sonrisa cuando viera que lo había conseguido.

 

Con aquel pensamiento merodeando por su cabeza, el ánimo de Naruto aumentó, y decidió que no se rendiría tan fácilmente.

 

—Yo… yo también dormiré un poco la siesta. —mintió Naruto, alzando su azulada mirada hacia Sasuke.

 

Sasuke asintió y extendió una mano cerca del rubio para ayudarlo a levantar del suelo. Naruto se quedó unos segundos observando la mano, pero no se lo pensó dos veces antes de cogerla y levantarse con el tirón del hombre. Mientras subían las escaleras hacia el segundo piso, Naruto bajó la mirada hacia su mano derecha, la cual había sostenido segundos antes Sasuke.

 

«Su mano es grande y cálida, muy cálida…» pensó, sonriendo con suavidad.

 

 

Estuvo unos minutos esperando por escuchar algún indicio que le dijera que Sasuke ya estaba dormido, cosa que logró sentir al oír la pacífica respiración del azabache desde su habitación. Aunque no lo crean, los vampiros también podían ser muy precavidos con su oído.

 

Naruto no se había dormido, y al saber que Sasuke sí, él salió de su habitación con un andar firme, apretando los puños y frunciendo ligeramente los labios al tener presente que esta vez sí lo conseguiría.

 

Cuando ya estuvo en el primer piso y entró al salón, Naruto se subió al sofá y se puso de pie en el respaldo, estando ahora algo nervioso. Miró hacia el suelo y tragó saliva con dificultad. Ya no estaba Sasuke para ayudarlo, el lobo ya no estaba para cogerlo cuando se cayese…

 

Pero Naruto quiso intentarlo por sí sólo, esta vez ya no estaban los brazos de Sasuke para cogerlo, pero lo conseguiría. Cerró los ojos con fuerza y comenzó a concentrarse, imaginándose lo que el azabache le había dicho en un principio. Alas… Volar…

 

Naruto flexionó sus piernas y saltó con seguridad, sin embargo, sus pensamientos y concentración se fueron al demonio nada más su cara se estampó contra el suelo, surgiendo de su boca un quejido de dolor. Naruto gimió y se levantó levemente apoyándose de sus brazos. Sentía todo su cuerpo adolorido, pero no importaba, porque lo intentaría cuantas veces fueran necesarias hasta conseguirlo.

 

La segunda vez que lo intentó, Naruto acabó de nuevo con la cara estampada contra el suelo, y esa vez comenzó a sangrarle la nariz, pero aún así, no se rendiría y lo volvería a intentar; poniéndose antes un pañuelo en su nariz para que no manchara nada.

 

La tercera vez que lo intentó, Naruto gimoteó de dolor, no lo había logrado, otra vez. Lo intentó más veces, obteniendo de ello algún que otro moratón por su cuerpo; cara, brazos, y sobretodo en las piernas. No le importó el dolor, porque lo volvió a intentar.

 

Naruto se subió de nuevo al respaldo del sofá y observó el suelo como un alma en pena. Le sacó la lengua con burla y sonrió ampliamente, cerró los ojos y se concentró. Respiró hondo, se imaginó unas alas, la sensación de volar, y la nítida imagen de un murciélago. Naruto sintió cómo todo lo de su alrededor se volvía inexistente para él, su cuerpo se relajó por completo y, cuando notó que estaba mucho más concentrado que antes, Naruto flexionó las piernas y saltó, alzando sus brazos.

 

Se sorprendió. No sintió para nada cómo su cara se estampó contra el suelo, no sintió cómo su cuerpo tocó la superficie, y sobretodo, no sintió ningún dolor. Naruto abrió los ojos con titubeo y se vio a sí mismo flotando, pero moviendo sus brazos. No sentía su peso normal, sino que ahora estaba mucho más ligero, como si pudiera moverse con suma libertad por el aire.

 

Miró a su derecha y vio con asombro un ala de murciélago, miró a su izquierda y vio lo mismo. Se vio los piececitos y sonrió sorprendido, eran unas pequeñas garras de murciélago… Oh, vaya. ¡Lo había conseguido! ¡Lo había conseguido él solo!

 

Naruto voló con emoción y alegría por el salón, dirigiéndose ahora a la cocina. Era ligero y rápido, muy rápido. Nunca antes se imaginó que pudiera sentir una sensación parecida a la libertad. Alegre y súper emocionado, Naruto voló hasta el segundo piso y entró en la habitación de Sasuke, posándose con delicadeza en su cama, al lado de él.

 

Quería ver la expresión de felicidad de Sasuke, quería hacerle feliz y ver una sonrisa en sus labios, una sonrisa que sólo él pudiera provocarle. Quería sorprenderlo. Aún en su forma de murciélago, Naruto le hizo pequeñas caricias en su nariz, haciendo que Sasuke arrugara la misma al haberlo sentido, pero no se despertó. Naruto lo intentó de nuevo y escuchó un gruñido del lobo, cosa que hizo que su cuerpo volviera a estremecerse. Viéndolo de esa forma, él era mucho más pequeño que antes, era un murciélago, era normal que se sintiera tan pequeño y vulnerable cerca del gran cuerpo de Sasuke.

 

Sasuke volvió a gruñir al sentir de nuevo esas cosquillas, así que con lentitud y algo adormilado, abrió los ojos y parpadeó hasta que su vista se tornó más nítida.

 

Si Naruto quería sorprenderlo, lo consiguió, porque Sasuke superó esa línea de su asombro al ver a un murciélago justo frente su rostro. Soltó un jadeo y se echó hacia atrás, estando totalmente despierto ahora. Naruto, aún emocionado como un crío (puesto que lo seguía siendo) extendió sus alas de murciélago y sonrió con ternura. Sasuke, en cambio, se quedó sentado en la cama con su brazo como apoyo, observando detenidamente al animal antes de parpadear.

 

—¿Naruto? —preguntó, enarcando una ceja. Supo que era él, reconoció a la perfección esos brillantes ojos azulados, nunca podría olvidarse de esos ojos.

 

Naruto asintió con energía y volvió a transformarse a su forma humana, quedando sentado en la cama a una escasa distancia del cuerpo de Sasuke, pero ninguno se inmutó, hasta que el azabache habló:

 

—Vaya… —susurró, pasándose una mano por el pelo.

 

Naruto, ¿lo había conseguido? ¿Cuándo había ocurrido? Sasuke no pudo evitar sonreír con sinceridad, acercándose más a Naruto para revolverle su rubio y suave cabello con diversión, mientras escuchaba la dulce risa del menor. Naruto estaba muy emocionado, había conseguido hacer feliz a Sasuke, con eso bastaba; a pesar de haberlo despertado de esa forma. Por un momento pensó que el lobo le gruñiría o le replicaría por la manera de quitarle su pacífica siesta, pero no fue así, y con eso bastaba para hacerlo feliz.

 

Una vez que Sasuke dejó de revolverle el cabello, Naruto abrió los ojos y notó que la mirada del azabache había ido a parar a su rodilla, como también a sus codos y brazos. Naruto entonces cayó en cuenta de que Sasuke estaba observando sus moratones.

 

—¿Te hiciste tú esto? —preguntó ahora preocupado, rozando con su mano y con cuidado el moratón que Naruto tenía en la rodilla.

 

Como si en verdad la mano de Sasuke quemara, Naruto se alejó de inmediato de aquel toque, parpadeando varias veces. El rubio alzó la mirada hacia las oscuras pupilas del azabache, y sin saber por qué, se sintió nervioso de un momento a otro. Le había dolido un poco aquel roce, después de todo, los moratones habían sido recientes.

 

Sasuke echó el aire por la nariz y se levantó de la cama, entrelazando sus propias manos y estirando sus brazos hacia arriba, estando mucho más despejado. Miró a Naruto y se acercó a él. El hecho de que el vampiro se haya alejado así de él, eso quiso decir que aún le dolían los moratones, y no quiso ver esa mueca de dolor en el delicado rostro de Naruto.

 

—Ven, te curaré eso. —extendió su brazo hacia el rubio y sonrió cuando Naruto se levantó de la cama agarrando su mano.

 

Naruto pensó que Sasuke soltaría su mano nada más bajar de la cama, sin embargo, se equivocó. Sasuke nunca soltó su mano, cosa que hizo que Naruto sintiera más calor que de costumbre. La piel de Sasuke emanaba calidez, y si se ponía a comparar el tamaño de sus manos mientras iban juntas, la suya era mucho más pequeña. Naruto se sintió extraño. Sasuke lo llevó hacia el baño y lo hizo sentarse en una banqueta, soltando así la mano del menor.

 

Sasuke sacó del armario que había debajo del lavabo una pomada para los moratones. Se volteó y se puso de cuclillas para estar un poco a la altura de Naruto. El vampiro se había aferrado a la banqueta cuando Sasuke comenzó a echarle un poco de pomada en el moratón de la rodilla. Tampoco supo por qué su cuerpo se estremeció ligeramente nada más sentir el suave tacto y la suave caricia que el azabache le estaba dando con la pomada.

 

Tragó saliva, observando con interés y curiosidad cómo Sasuke se veía concentrado. Una vez que llegó a su rostro para echarle la pomada en el moratón de su mejilla, Naruto se tensó. La intensa mirada de Sasuke estaba fijamente puesta en su rostro, se veía tan sereno y cuidadoso de no hacerle daño, que Naruto tuvo que bajar rápidamente la mirada para no seguir viéndolo.

 

Sasuke no tardó mucho en curarle; cuando puso la tapa en la pomada, Naruto pudo al fin respirar en paz. El lobo sonrió con suavidad y le dijo un ya está a Naruto, revolviéndole el pelo mientras volvía a enderezarse. Miró la hora en su reloj de muñeca y suspiró, ya eran las 20:45pm, tenían que bajar a cenar.

 

—Naruto —lo llamó, haciendo que el rubio alzara su curiosa y azulada mirada hacia él—, como ya lo has conseguido, te dejaré cenar ramen. —dijo. Sonrió poco después al ver cómo la expresión de Naruto se iluminó con una amplia y tierna sonrisa.

 

—¡Ramen, ramen, ramen! —exclamaba con emoción mientras salía del baño seguido de Sasuke, quien había retenido una suave risa por ver a Naruto tan feliz con su ahora comida favorita.

 

Cenaron con tranquilidad mientras conversaban sobre cualquier tema trivial, ya sea de ¿podré tener más ramen para mí, Sasuke? o Ojeritas también debería de cenar con nosotros. Sasuke apoyó el codo en la mesa y de la misma forma su mano en su mejilla, no dejó de observar con calma cómo Naruto se veía muy feliz comiendo su ramen. De alguna manera, le estaba cogiendo cariño al pequeño vampiro, y jamás esperó llevarse tan bien con él; después de todo, sólo era su cuidador o niñero.

 

Al cabo de unos minutos de terminar de cenar, Sasuke y Naruto se fueron a sus habitaciones para dormir, sin embargo, antes de que Sasuke pudiera entrar a su cuarto, sintió un ligero tirón en su camiseta que lo hizo frenar.

 

Volteó su cabeza y sonrió al ver que se trataba de Naruto.

 

—¿Pu… puedo dormir hoy contigo, Sasuke? —cuestionó el rubio mientras su azulada mirada penetraba en sus oscuras pupilas. Su pedido no fue por una importante razón en concreto, sino que sinceramente, Naruto no quería sentirse solo, además, Sasuke emanaba calidez…

 

Sasuke se sorprendió por aquel pedido, pero no le importó. Asintió con la cabeza y le dejó entrar a su habitación, viendo cómo Naruto sonrió con ternura mientras se tumbaba en su cómoda cama, dispuesto a entrar en un profundo sueño; pero no fue así, porque cuando su azulada mirada fue a parar de nuevo a Sasuke, Naruto volvió a sentirse extraño nada más verle cambiarse a una ropa más cómoda para dormir.

 

Naruto desvió la mirada y frunció ligeramente sus labios y su ceño, estando confundido. Sasuke era un padre para él, un hermano mayor, y siendo sincero consigo mismo, se sentía muy a gusto a su lado. Sus párpados comenzaron a pesarle, había cenado mucho y ya sentía cómo eso provocó cansancio en él, hasta que cerró por completo los ojos, quedándose dormido…

 

Sasuke se metió en la cama y se sorprendió por ver lo rápido que Naruto se había dormido. Arropó a ambos con la sábana y notó que el vampiro se había acurrucado más, deslizándose por sus labios un suave gemido de bienestar. Sasuke se acomodó, sonriendo. Naruto se veía tan relajado cuando estaba dormido…

 

De forma casi inconsciente, Sasuke acercó su mano al suave pelo de Naruto, acariciándole con suavidad. Su sonrisa se borró nada más bajó su mano hacia la mejilla del rubio, acariciando con el pulgar las marcas de unos bigotes que tenía en esa zona, pareciendo realmente un gato. Y, sin darse cuenta de lo que hacía, bajó sólo un poco su mano hasta que su pulgar rozó lenta y suavemente el labio inferior de Naruto.

 

Sasuke dejó de hacer cualquier movimiento, quedándose paralizado en cuanto se dio cuenta de lo que había hecho. Sintió cómo su corazón dio un ligero vuelco, y entonces decidió separarse un poco de Naruto para voltearse y darle la espalda. Cerró los ojos y dejó caer un inaudible suspiro, agotado.

 

¿Por qué había hecho eso?

 

Notas finales:

Espero que os haya gustado ♥ Nos veremos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).