Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Conociendo a mamá por Samantha0507

[Reviews - 70]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disculpen la demora.

Yuri miraba a su madre, ya calmado, el peliplata dormía cubierto por unas sábanas limpias y suaves, aun con la respiración agitada por el calor que tan de golpe se había presentado en su cuerpo, dejándolo agotado.

 

Yuri le pasó un paño frío por la frente, quitando el aperlado sudor que se había acumulado en ella, mientras Yuuri los llevaba a casa y le aplicaban el supresor necesario para calmarlo.

 

El rubio solo podía pensar en el camino y en como la aparición de una persona que nunca se había tomado el tiempo de considerar amigo, en cómo se había acercado a ellos y le había ofrecido llevarlos.

 

Michele estaba en la sala, con Yuuri, el moreno era un omega, que tiempo atrás había encontrado a su alfa, a su pareja destinada, en nada menos que Emil Nekola, uno de los mejores amigos de JJ y Otabek, desde que ambos eran niños, un joven checo, de la edad de Otabek y que era mucho menor al italiano, quien varias veces había estado en boca del mundo, solo por ser un omega con presencia pública y que para peor, no estaba marcado.

 

Yuuri le había pedido al rubio que se quedara junto a Victor, diciendo que este necesitaba cuidado y que el probablemente terminaría perdiendo el control si se quedaba a su lado, el rubio había accedido, simplemente moviendo la cabeza y sentándose junto a su madre, esperando que recuperara el conocimiento y estuviese lo suficientemente calmado para comer algo y darse una ducha, le tomó la mano y recordó todo lo que había pasado antes.

 

Yuuri había puesto a Victor en su espalda, quien con la respiración agitada, le rogaba al moreno para que lo tomara y lo hiciera suyo — Yuuri, te lo pido, Yuuri te necesito…

 

El alfa dejó salir un profundo gemido desde lo profundo de su garganta, sintiendo como Victor movía su cuerpo y restregaba todo su ser sobre su espalda.

 

—¿Papá? — Yurio habló preocupado, sabía que si su padre perdía el control, probablemente se olvidarían de él, no tenía su sangre y podía ser una amenaza, siendo un omega.

 

—No te alejes de mí, con las feromonas de Victor saliendo de esta manera, cualquier alfa querrá acercarse y aunque no estés en celo, eres un omega joven y sin marcar, serías una tentación.

 

—No soy débil, puedo defenderme…

 

—Sé que lo eres, siempre lo he sabido, pero si alguien se llega a acercar a mi cachorro, puedo jurarte que nadie podrá detenerme y que terminaré haciéndoles demasiado daño.

 

—Papá…— solo entonces el rubio comprendió el esfuerzo que el moreno estaba realizando, no solo se trataba de cuidar a Victor, el moreno estaba guardando la compostura para cuidar a ambos omegas para protegerlo a él, estaba comportándose como un padre, como ser un alfa exigía en cualquier parte del mundo. —No me separaré, lo prometo.

 

La pista de hielo no estaba tan lejos, pero parecía que ahora la distancia se había triplicado.

 

Varios alfas se acercaron atraídos por el olor, pero Yuuri se hizo notar rápidamente, dejando ver una parte del japonés que para Yurio era desconocida, esa parte poderosa y fuerte, esa parte que los hacía diferente.

 

Pensó en las palabras de su abuelo, “un buen alfa cuidará de su manada, de su pareja, su omega y de sus cachorros, incluso con su vida”, el rubio sabía que no tenía la sangre del japonés, no podía sentirse como miembro de su manada, pero en ese instante, no podía sentirse más protegido.

 

Victor se quejó, mientras se estremecía en la espalda de Yuuri, logrando que este no pudiese seguir avanzando.

 

—Victor, basta, debemos ir a casa…— Yuuri intentó calmarlo, pero nada parecía funcionar.

 

—Victor, mami basta, tenemos que ir a casa…— Yurio le habló, esperando que el mayor se tranquilizara, pero el peliplata no se calmó hasta que Yuuri perdió el equilibrio, terminado sobre su pareja, extendido en el suelo.

 

—Ahora podemos, Yuuri, quiero a tus cachorros…—Victor jadeo y apretó su cuerpo contra el otro, mientras besaba rápidamente el cuello del alfa, esperando que este sintiera el mismo deseo que el peliplata estaba sintiendo.

 

—¿Necesitas ayuda? — una voz a las espaldas de los chicos los hizo girar, encontrándose con un joven de tez morena, que los miraba desde un automóvil, que parecía lo bastante serio como para estar hablando realmente enserio.

 

—Michele... —Yurio habló pensando en que probablemente Yuuri no aceptaría su ayuda, hasta que se giró y escuchó a su padre.

 

—Mickey, no sabes lo feliz que me hace verte en este instante…

 

Yurio se sentía bastante cómodo en la presencia del otro, nunca había sido de hablar mucho y el moreno a pesar de ser bastante mayor, era bastante parecido a él y a Otabek, silencioso, de actitud bastante compuesta, un joven bastante agradable.

 

—¿Yuuri? — el peliplata habló sin si quiera mirar, parecía sentir dolor, probablemente por la sensación del medicamente recorriendo y enfriando su cuerpo, para superar el celo que estaba sintiendo.

 

—No mami, soy yo, Yurio, papá está en la sala, con Michele, él nos trajo, para no tener mayores problemas, ¿Cómo te sientes?

 

—Llegó mi celo. — Victor hizo ademán de levantarse, cuando algo en su cuerpo lo hizo estremecer. — Lo siento hijo, debe ser vergonzoso para ti ver a la persona que debería enseñarte a controlarte, no es capaz de controlarse a sí misma.

 

—No mamá, yo…

 

—Quiero ver a Yuuri, te lo pido cachorro, llámalo, lo necesito. — los ojos de Victor sintió como se le llenaban los ojos de lágrimas.

 

El rubio salió en busca del japonés, no deseaba volver a ver a su madre llorar.

 

—¿papá?

 

—Yurio…—el japonés se puso de pie y se acercó a su hijo. — Victor ya está despierto verdad, iré con él, quédate con Mickey.

 

El rubio se acercó al moreno y dejó salir una sonrisa, no era realmente amigo de Michele Crispino, pero era una cara bastante conocida y con eso se sentía un poco más cómodo en la situación que estaba viviendo.

 

—Debe ser difícil enfrentar a una familia que no conoces y vivir el celo de tú madre.

 

—Un poco…— Yurio mantuvo la distancia, a pesar de saber que el omega no era una amenaza. — ¿qué haces solo aquí? Es raro que estés sin Emil.

 

Mickey bajó la mirada y continuo. — tengo problemas para tener cachorros, estoy averiguando cual es la opción de separarnos…

 

—Es broma verdad…

 

—Por mucho que quisiera y que me gustaría que fuese una broma, no; resulta que mi celo no está bien, dicen que puede ser la edad, como Emil es menor, me doy cuenta de que lo más razonable sería permitirle irse con un chico de su edad, que rompamos el lazo, que con unas inyecciones él podría separar mis feromonas de las propias y sería un alfa libre de emparejarse con quien lo deseara.

 

Yurio se quedó en shock, helado ante las palabras del italiano, después de todo era testigo del amor que se entregaban y que ahora se acabara por no poder tener cachorros, eso realmente lo hacía sentir mal. — No puedo creer que Emil esté de acuerdo con que lo dejes por esa razón.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     

—No lo está, pero que puedo hacer, la verdad es que terminé viniendo a Japón en busca de espacio, suena bastante infantil, pero realmente necesito mi tiempo y espacio, prepararme para ser rechazado y poder estar lejos de la persona con la que he compartido los últimos años de mi vida.

 

—Deberías probar un tratamiento alternativo…— la voz de Yuuri llamó la atención de ambos omegas. — creo que la decisión que estás tomando es demasiado apresurada para como están las cosas ahora y que puedes no estar tomando en atención los sentimientos de Emil, no creo que él quiera dejarte solo por no tener cachorros, sé que no lo conozco desde siempre, pero sé que si es tú al Mickey, debe verte como su pareja, como quien amas y con quien desea pasar el resto de su vida y por eso creo que de verdad debes reconsiderar lo que deseas hacer.

 

El omega mayor bajó la mirada, con un gesto de vergüenza en el rostro. — No quiero ser una molestia, sería mejor que me retirara y…

 

—Es tarde y eres un omega, no es correcto que estés afuera. — el rubio miró al alfa, quien había tomado una actitud bastante madura. — además Emil tiene que estar desesperado al no saber si estás en un lugar resguardándote, le dije a mi madre que te quedarías con nosotros, ella te mostrará tú habitación

 

El moreno asintió y se levantó. — Iré a buscarla, ambos son muy amables, muchas gracias…— Michele se giró y agregó. — puedes llamar a Emil, no quiero que se desespere buscándome y algo malo pueda ocurrirle.

 

—Claro…

 

Yuuri se sentó frente a su hijo, notando entonces como el rubio parecía estar realmente concentrado en su pensamiento, así que suavemente dijo su nombre, esperando llamar su atención. — Yuri…

 

—Los alfas pueden abandonar a sus omegas si estos no son buenos…—No era una pregunta, era simplemente un pensamiento personal, una meditación propia sobre todo lo que estaba viendo.

 

—Bueno hay alfas que lo hacen, depende de cómo te criaron y como veas a los omegas. — Yuuri sonrió, esperando que este se sintiera tranquilo.

 

—¿Dejarás a mamá por no poder darte cachorros?

 

—Tengo un cachorro.

 

—No soy tú hijo.

 

—¿Quién lo dice?

 

—Mi acta de nacimiento, mi sangre, mi olor…— el rubio se exalto, se había puesto de pie y parecía estar a cada segundo más triste y molesto.

 

—Eres mi hijo, naciste del hombre que más amo en este mundo y te amé desde siempre, el amor no está condicionado por esas cosas, no es tú acta de nacimiento, no es tú apellido, mucho menos tú sangre la que me hace quererte, la que me hace verte como mi hijo, yo te amo Yura, te amo como hijo, no veo tu sangre y siento tú olor como mío, siento tu esencia como propia.

 

El rubio sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas, no solo estaba conociendo a su madre, no solo estaba conociendo el amor de un omega que te trajo al mundo, estaba conociendo el amor de un padre, estaba conociendo a papá.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).