Los túneles son tan largos, oscuros y serpenteantes, que aunque seamos vampiros, a veces es difícil escuchar lo que pasa en los lugares más alejados. Este lugar es cada vez más decadente, pero es el único lugar en el que estamos realmente a salvo.
— Donovan— detengo mis pasos y espero a que la puerta de Gast se abra.
— ¿sí?
— ¿ya saben algo sobre los vampiros que han desaparecido?
— no. se detuvieron hace unos días, pero no hay mucho que hacer. No hay rastros de otro vampiro todavía.
— muy raro, muy raro.
— deberíamos tener más cuidado. No me gusta el clima que se está formando aquí dentro— algo grande se está formando, no sabría cómo decirlo mejor. Murmullos, miradas…— si no tenemos cuidado podríamos estar frente a una revuelta.
— ¿Una revuelta?— Gast ríe— ¿Cómo esta nuestro amigo más reciente?
— Sigue encerrado, deje a dos encargados para que le traigan cuando de la orden— Gast asiente, distraído.
— ¿y los humanos?
— en las celdas. Todos están esperando órdenes.
— reúne a los demás en el centro, como siempre. Antes de que vayan por Drew hay algo más que debo decirte, regresa aquí cuando todo esté listo.
— como ordene— no me inclino, hace muchos años que no me inclino. Al primero que veo es a Heiner, antes que a ningún otro— es hora, corre la voz para que todos vayan al centro— se queda de pie.
— ¿es necesario?
— conoces las reglas.
— las sé, pero… vamos, solo míralo, sigue sin tener idea de que es ser un vampiro. ¿Tenemos que hacer eso?— habla de Drew. Claramente se ve que el chico esta mas aferrado a la vida que cualquier otro vampiro que conocí ¿eso es lo que se llamaría un vampiro moderno? Tiene mucho futuro realmente— no quiero hacer eso, Donovan. Algunos otros tampoco.
— hablas de Isolde y Lorraine.
— tampoco Gabriel, pero a él le convencieron ellas. Mira, el chico es un soñador, le vamos a destruir con eso.
— yo tampoco quiero hacerlo— bajo la voz inconscientemente— pero sabes que no hay vuelta atrás, ve a avisar a los demás. Todos tienen que estar ahí, ¿escuchas?— suspira, y luego se va. Tengo un mal presentimiento con esto. No solo está aquí ese chico humano, si no la hermana de Drew. El chico claramente sabía lo que éramos, no hay más opción. Por lo que conozco a Drew, esto le va a causar un gran dolor… y solo hay dos formas de actuar ante el dolor.
O se destruirá, o buscara venganza. Quizá las dos cosas a la vez. Dañar a Drew puede ser más perjudicial de lo que es dejar que ese humano lo sepa.
Todos están reunidos. El ambiente es pesado, Gast lo ha notado, todavía escucho con claridad lo que me dijo antes de venir. Claro que alguien como él se daría cuenta de que esto simplemente…
— Donovan.
— ¿Por qué no han traído a Drew?
— hay un problema…
— ¿pasa algo? Gast se inclina hacia mí. Él vampiro que habla está nervioso, alterado. No dice nada más, pero tampoco es necesario. Señala el pasillo por donde venia. Una luz ilumina el fondo. ¿Qué no todos los vampiros están aquí? Gast mantiene la mirada tranquila.
— Sí que esta es una reunión brillante— los murmullos hacen una cacofonía molesta. No reconozco la voz. La luz deja ver al vampiro que acaba de llegar. Nunca le había visto— ¿Por qué no fui invitado?
— ¿Qué buscas aquí?— aun en la distancia puedo ver el color anormal de sus ojos. Sus manos juegan con una antorcha encendida. Gast le observa con curiosidad.
— vaya, no pensé que algún día llegaría a verte— dice.
— qué raro, yo no podía esperar para estar aquí— hay otro vampiro ahí— y tu, deberías usar un tono más respetuoso— me mira, sonríe.
—tú existencia se volvió un mito incluso entre los vampiros— continua Gast. La sensación de peligro inunda todo— el vampiro de llamativos ojos.
— siempre he sido llamativo. Y referente a la pregunta de antes… vengo exactamente por tres cosas— levanta un dedo— los dos humanos que trajeron anoche— levanta otro— el vampiro torpe que tienen encerrado por allá y…— levanta el tercer dedo— destruir este lugar.
— pero que osadía.
— bienvenidos al último día de su existencia…. Esperen un segundo ¿Cómo era…?— sus ojos se pasean entre todos— ah, ya lo recordé— extiende la antorcha encendida— yo soy fuego… yo soy… muerte.*
La antorcha cae, y el caos se desata.
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Y con un carajo. No hay nada más que hacer ¿verdad? Mierda, mierda… Victorie no se ha movido desde hace no sé cuánto puto tiempo, el teléfono emite ese molesto sonido, la puta batería se está acabando.
— carajo, Victorie, abre los ojos, haz algo, mierda— no me atrevo a moverla ¿y si lo empeoro? No sé qué mierda le pasa, solo sé que esta helada, y que cada vez respira menos— no puedes morirte en este miserable lugar— no delante de mí. Puta vida— ¿Por qué tenías que ser tan idiota? Podía arreglármelas. ¿Escuchas? Eres tan cabeza hueca como el idiota de tu hermano— solo puedo sostenerle la mano, sintiendo su pulso. Drew. Va a odiarme cuando se entere, si ella no me hubiera visto en la calle, no estaría aquí, debí haberla alejado de mi cuando se me acerco.
La gente muere cuando se me acerca.
No sé cuánto tiempo más pasa, lo próximo que se es que la respiración de Victorie se vuelve audible, o más bien el ruido de su garganta intentando tomar aire. No, no, no, carajo. Me arrodillo a su lado, pero no hay nada que yo pueda hacer.
— mierda, no. Victorie, carajo, no le puedes hacer esto a Drew— ¿Cómo mierda le voy a decir que su hermana está muerta? Eso hará que me odie, Drew se alejara de mí. ¿Qué no es eso lo que quiero? ¿Qué se largue y me deje de una puta vez? No así, no porque ella muera. Estoy asustado, maldición. Victorie se está muriendo y no puedo más que ver como respira por última vez. El teléfono suena otra vez, y la luz se apaga. Ya no puedo ver el rostro de Victorie. Hace frio, estoy sucio, me duele todo… esto es demasiado, es demasiado. Ya no siento el pulso en la mano fría que sostengo, mis manos están temblando ¿Cuándo fue la última vez que paso?
Da lo mismo ¿no? también voy a morir aquí.
— Niko.
— ¡Carajo, Ann!— maldita perra, ¿Qué no sabe que no tiene que aparecer de la nada? trae una linterna, me cuesta enfocar porque la luz me lastima los ojos— ¿¡No puedes ser una puta vampira normal y avisar que vienes!?
— lo siento. Te estaba buscando, no estás en donde deberías de estar— ¿y a quien mierda le importa eso? Victorie sigue muriendo, si no es que ya… si ella ya…— no hay tiempo— se arrodilla a un lado de Victorie.
— ¿Qué vas hacer? Ann... espera, ¡No Jodas!— me arrastro hacia atrás, sin soltarle la mano, cuando Ann se inclina y muerde el cuello de Victorie— no me jodas— no puedo quitar la mirada. No jodas, no jodas.
— Niko ¿quieres callarte? Es la primera vez que hago esto y me estas poniendo nerviosa.
— ¡La estas mordiendo, carajo! ¡¿Estas mal de la cabeza?! La vas a convertir en un puto vampiro— Ann me mira fijamente cuando usa sus propias uñas para hacerse un corte.
— ella morirá si no hago esto. ¿Quieres que muera?— no, no quiero que muera, pero de todos modos ella va a morir. Ella ya está muerta. Ann no espera mi respuesta. Sigo con la mirada como deja que su sangre caiga en la boca de ella, lo hace varias veces, morderle y darle sangre— ¿tu estas bien?
— ¿Cómo mierda quieres que este bien?
— vamos, debo llevarte a un lugar seguro. Ella estará bien— se inclina para levantarla.
— quítate. Yo lo hare— aunque me duela como la puta vida. Levanto a Victorie. Ann no dice nada, creo ver sus ojos en la parte donde creo que tengo roto el brazo. Que aun pueda moverlo es buena señal.
— sígueme.
— ¿Dónde estabas? ¿Por qué mierda estamos acá?
— es parte del plan de Soren.
— ¿¡Que muera Victorie es parte de su estúpido plan?!— inútil pedazo de mierda.
—no. yo no sabía que esto iba a pasar. ¡Estoy intentando arreglarlo! Lamento que haya muerto, pero seguirá viva— el dolor del brazo me impide responderle. Ann sigue caminando, me cuesta seguirle. Damos un montón de vueltas más— dámela.
— ¿Qué?
— Yo la llevare, te estás lastimando y no tenemos tiempo para tus berrinches— la miro, desafiándola a que intente quitarme a Victorie, ella me sostiene la mirada. Mis brazos tiemblan del esfuerzo. Suspiro, y ella se adelanta. El eco de un grito masculino rompe el silencio.
— ¿Qué mierda está pasando?
— Soren debe haber iniciado con la revuelta— me froto el brazo, intentado que deje de doler.
— Mierda— no deja de doler, y quede en medio de una ridícula venganza de vampiros. Maravilloso.
— te llevare a un lugar seguro, no puedo sacarte aun de aquí.
— ¿Por qué carajos no?
— no hay tiempo, y es peligroso ir a las salidas, deben estar atestadas de vampiros. Apresúrate, no queremos toparnos con alguno huyendo— sin el peso de Victorie es más fácil seguirla. El maldito cuarto mugriento del inicio ya no parece tan mal. Ya no puedo ver si Victorie sigue viva. Bah, da igual, no va a vivir de todos modos.
— ¿y Drew?
— debe estar por aquí también. Soren no dejara que intervenga, posiblemente morirá— claro que morirá. Se me sale una risa— ¿estás bien?
— posiblemente todos nos vamos a ir a la mierda, así que sí, estoy bien.
— ¿Qué les paso?
— un vampiro, Ann, así acabas cuando quieres pasarte de listo y matar a un vampiro con una navaja de bolsillo y un montón de fierros oxidados.
— no tienes ni un poco de miedo de todo esto ¿cierto?— soy un humano, por más idiota que parezca, claro que tengo miedo. Victorie acaba de morir. No sé dónde está Drew, y no tengo ni puta idea de cómo decírselo.
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Hermoso, simplemente hermoso… ¿Cuándo fue la última vez que vi esto? caos por todos lados.
Cuando el primer vampiro vino hacia mí, la mano de Sanya le detuvo tan lejos de mí que ni siquiera lo considere una amenaza. Ni ocupaba que Sanya hiciera eso. Cuando le arrojo volando por la ¿sala? Todo inicio. Algunos quisieron venir hacia mí después de ese desdichado, pero los que están de mi lado actuaron primero, veo como salen volando por el aire cuerpos, huelo sangre derramada, gritos, gruñidos, golpes…
Y yo soy el causante de todo esto.
Nada me importa, camino evitando las peleas. Sanya me encuentra en el camino, su ropa manchada de sangre.
— ¿tienes problemas, querido?
— no es momento para eso, Soren— claro, según él estoy haciendo algo malo, y bla, bla, bla. Si tanta queja tiene sobre que hay menos vampiros cada vez, que haga más y ya.
— Bien— doy un empujón a alguien que se mete en mi camino. Gast está ahí, mirando cómo me acerco. Un cuerpo cae a mis pies, tengo que saltarlo para evitarlo. No me interesa que desdichado cayo ahora. El vampiro que esta junto a Gast se pone delante de él.
— Donovan— no hay tono en su voz.
— pero…
— Recuerda lo que te dije— el tal Donovan pone una expresión de disgusto, y se aleja unos metros, alejando a todos los que se acercan— has hecho todo un espectáculo.
— No era mi intención, pero ya que venía a algo grande, merecía una gran entrada— Sanya también se aleja, impidiendo el paso a los demás. Solo estamos yo y él.
— dime, ¿Cuál es el nombre del vampiro que ha osado desafiarme?
— Puedes llamarme Soren, pero de nada te servirá porque vas a morir— puedo sentir la tensión. Sé que nos estamos volviendo el centro de atención, al menos de los pocos que siguen por aquí y que no están peleando.
— ¿Hice algo en particular para merecer tal cosa?— da unos pasos hacia atrás, dándome la espalda.
— sí, suponía que no lo sabías— suspiro— de hecho, solo quiero hacer que todo arda— no me molestare en decirle.
— dime, Soren ¿sabes usarla?
— sí.
— ¿te molestaría entonces hacer esto a la antigua? Hace siglos que no tengo un duelo—
— con una espada, manos o lo que sea. Solo deja de postergar el momento— me arroja una espada larga, con una bonita empuñadura. Algo filoso para atravesar el corazón. La tomo, girándola en mi mano— bonitas.
— esperaba que algo pasara. No soy tonto— no quiero hacer el primer movimiento, pero…
— entonces debiste matarme cuando le quitaste el clan a Dragan— las espadas chocan. ¿Qué hay mejor que una pelea de vampiros? una pelea con vampiros y espadas.
— no recuerdo haberte visto antes.
— ¿Ridículo no?— suelto una carcajada. Sus movimientos son elegantes, sus pies se mueven con la precisión de hace siglos. Realmente maneje muy poco la espada, pero aunque lo hiciera no me movería así jamás. Un chorro de chispas cae de donde chocan las espadas una y otra vez. Un corte en mi brazo.
— me temo que no entiendo.
— oh, pero no hay mucho que entender— le pierdo de vista. Tsk No ocupo verle. Solo ir hacia delante, aléjate de los puntos ciegos. Me giro justo para detener la espada que viene a mi cuello— cerca.
— eras miembro del clan.
— Claro— salto por encima de él, mi espada se desvía al suelo por la suya— aunque me hiciste un gran favor en aquel entonces. Vengo a regresártelo— giro, entrado en la pequeña masacre que hay detrás de nosotros. ¿Un duelo justo con espadas? Ja, no. esto se hará a mi manera.
Convierto en cenizas a un par de vampiros que intentan detenerme. Ya no hay tantos.
— ¿en serio piensas que puedes venir a destruir esto y salirte con la tuya?
— Pero si yo no he destruido nada, mira, ellos mismos se destruyen entre sí— alzo mi mano libre. La espada cae directo a mi cabeza, la mía la detiene. Le pateo para alejarlo.
— tu…— los golpes son más fuertes, lo siento aunque no me molesta. Yo puedo jugar más rudo también. Esto en realmente esplendido. Hay algunas cosas ardiendo. Cosas que antes fueron vampiros.
— Vamos, dame un respiro ¿no?— me burlo, fingiendo cansancio. La espada hace un corte en mi costado derecho. Nunca aprendí propiamente a pelear con espadas, nunca pertenecí a la nobleza humana que podía enseñarme eso, no se cuidar mi guardia ni nada de estas tonterías.
— ¿Por qué? aún estoy a tiempo de poner orden a esto.
— Yo creo que ya no hay vuelta atrás— sonrió, alejándome de nuevo, corriendo entre los espacios vacíos. ¿Dónde está…? Ah, ya.
Por poco y me hace otro corte. Cambio de mano, y sigo cuidando que no me atraviese el pecho o me corte la cabeza. Todo lo demás es irrelevante.
— casi logra engañarme.
— ¿ah sí?
— confié en él chico, no sospeche de él hasta hace unos días— claro, porque nadie sospecharía de alguien con tal cara de tonto. Le sonrío, encogiéndome de hombros.
— es mi as bajo la manga.
— Pero esto se termina aquí— ah, mi espada. La veo dar un arco en el aire antes de caer unos metros más allá— debiste pensar mejor las cosas antes de venir a enfrentarme— siento el metal en mi garganta, mi espalda contra un muro. Simplemente maravilloso.
— ¿tú crees?
— Seas quien seas, yo sigo siendo…— sujeto sus manos, dejándolas en la misma posición, aunque vea venir a Sanya, no podrá hacer nada. Sanya le sujeta del cuello, mandándolo directo al piso.
— ¿olvide mencionar que no soy el único que busca venganza?
— esto… es sucio.
— yo no juego limpio— nunca. ¿Seguir un ridículo duelo de espadas? bah, eso no es para mí— ¿Sanya?
— todo está como planeaste.
— Bien— camino, limpiando con el brazo la sangre que gotea de mi cuello. Le agarro de los cabellos, levantándole para que observe— ¿Qué se siente ver todo esto destruido?— ah, como saboreo esas palabras.
— miserable…
— en serio ahora mismo no siento que sea así. ¿Alguna vez pensaste que pasaría esto?— señalo la amplia sala. El suelo está manchado, se ven cenizas por todos lados, el humo llena el aire.
— ¡Basta!— alcanzo a sostenerme para no caer.
— tú, idiota. Esto no es contigo.
— Gast, esto…— le suelto un golpe. Sanya tiene problemas para detener a Gast. No me sorprende. Este maldito bastardo… ya fue demasiada habladuría.
— ¿Quieres encargarte de esto?— salto hacia Gast. Como apenas se va levantando, le hago caer otra vez, pero rodamos. Intenta torcer mis manos, pero no puede. Esto hace que sonría. No es más fuerte que yo.
— los demás clanes no dejaran…
— ¿y cómo se enteraran? Después de esto, seré de los vampiros más temidos— rio, su rodilla me impulsa hacia atrás, y sale corriendo. Le alcanzo, y es él ahora quien se arroja contra mí, tuerce mi brazo cuando intento sujetarle. Estrello su cabeza en el suelo, le veo agrietarse, una desagradable mancha de sangre.
— Eres absurdo— me patea el pecho, algo se rompe dentro de mí. Esto ya es suficiente. Le piso una pierna, escucho romperse el hueso.
— No me importa— esto ya es solo un capricho. Solo un deseo de ver arder este lugar— para ser tan magnífico como dicen, no eres gran cosa.
— tsk…
— no eres nada sin tu clan ¿cierto? ¿Dónde están aquellos que te juraban devoción? No eres nada sin tu clan— piso la otra pierna. Por la recuperación del vampiro, tengo poco tiempo antes de que intente salir huyendo otra vez.
Es momento de que todo arda.