Tiempo después…
Esta ciudad es muy ruidosa, siempre hay demasiado ruido cuando despierto y eso que el lugar está un poco aislado. Solo hay una ventana, que en realidad da a otro edificio. No recuerdo que Alemania fuera tan ruidosa.
Suspiro cuando veo que Niko no está, ya no me sorprende, siempre hace lo que quiere.
¿Cuántos años han pasado…? Todavía me asusto al ver que los años no tienen el mismo significado ahora. Yo sigo igual que hace… ¿Diez? Creo que algo así. Es difícil recordarlo si los primeros años que pase convertido en vampiro me la pase tonteando con Niko.
Salgo un poco apresurado por querer encontrarle. Técnicamente no pasa nada ahora, según en palabras de Niko. No quiero preocuparme, y en realidad no debería. Siempre encuentro a Niko en los mismos lugares: A veces sentando en la barda de algún puente, o en algún parque grande, o mirando la corriente del rio.
— ¿De nuevo con eso?— pregunto, cuando le encuentro efectivamente en el puente sobre el rio, mojando papas fritas en captsu y arrojándolas hacia abajo— no debes desperdiciar la comida.
— es culpa tuya que ya no pueda comerlas— se queja, resoplando. Me mira desafiante mientras levanta todo el paquete y lo pone de cabeza. Suspiro, negando. No sé si Niko realmente sabe sobre lo que paso, o solo lo intuye.
— Al menos no las tires, puedes dárselas a alguien— Niko me sonríe, puedo ver sus colmillos. Sé que no lo hará— deberíamos volver.
— ¿Por qué?
— sentí a otro cerca…— por eso me apresure a alcanzarle, a buscarle. Nos hemos topado con muy pocos vampiros en todo este tiempo, a mi no me molesta en absoluto, a Niko mucho menos. No nos detenemos a hablar mucho con ellos. Niko baja los pies del puente, riendo.
— ¿Y a mi qué? Que vengan.
— Niko— le regaño— estaba preocupado.
— ¿Qué se supone que harás si alguien viene? ¿Esconderte detrás de mí?
— Que gracioso— le gruño. Al final, a Niko si le fue más fácil acostumbrarse a todo esto. Claro que cuando me entere del porque siempre ganaba en las peleas (algo relacionado con una escuela militar en Rusia) entendí porque también porque como vampiro es más fuerte que yo, algo que no se cansa de echarme en cara. Tampoco el hecho de que siempre despierta primero que yo y nunca le encuentro en casa cuando despierto. Además, dice que a veces despierta en el día, eso nunca me ha pasado que recuerde.
— ya. Te defenderé si viene alguien, princesa— ruedo los ojos, siguiéndolo.
— No me llames así— solo escucho una carcajada— Victorie hablo conmigo anoche, dice que quiere venir, y posiblemente la semana siguiente este por acá.
— como quiera. Aunque dile que si intenta tomar fotos otra vez no seré tan amable— la última vez el teléfono de mi hermana quedo reducido a minúsculos trocitos de plástico.
— Se lo diré, aunque le quedo claro la última vez— me quedo mirando a Niko, hoy trae el cabello arreglado, cepillado, una camisa blanca y una chaqueta negra. Algo más me llama la atención— ¿y ese reloj?
— lo tome de alguien.
— ¡Niko!
— arg, en serio eres muy moralista para ser un vampiro— se queja— puedes quedártelo si te gusta.
— ¡No me voy a quedar con nada robado!— chillo, aunque lo atrapo cuando me lo arroja.
— Que aburrido— y se pone a cantar. Solo porque está cantando no le digo nada, sé que es lo que canta, aunque canta en ruso y no lo entiendo, sé que él lo llama la canción de Ann. “Aprende ruso” fue lo que me dijo cuándo le pedí que me dijera que decía— Niko.
— ¿Qué?
— no deberías robar.
— claro, como es tan entretenido tener que trabajar por toda la puta eternidad…— por más que le insisto a que deberíamos tener un medio más normal para vivir que robar a las personas que encontramos. Vivimos en un edificio un poco viejo para la cantidad de edificios más mordemos que hay, pero es relativamente más seguro por la cuestión de que no le da el sol aunque sea de día.
— admite que te diviertes cuando tienes que trabajar en el casino.
— Siempre es divertido cuando golpeas a alguien— se encoje de hombros— eso y el dinero fácil.
— ¿has estado apostando?
— te diré que no porque te pondrás histérico— yo suspiro, porque no me queda de otra en realidad. Tenemos mucho tiempo libre, no tenemos una apariencia muy mayor, así que…
Me sorprende que Niko acepte venir directamente a casa y no quiera ir a otro lado considerando que le dije sobre el otro vampiro. No tenemos mucho tiempo viviendo aquí, pero es agradable. Pienso en quien podría estar por aquí. Alguien que no conozco de seguro, creo que recordaría a alguien que conozco. No saber nada de lo que paso esa noche aun me hace sentir mal. No supe nada de mis amigos, Soren también desapareció, no he vuelto a saber nada de él.
— …
— hey ¿en qué mierda estás pensando ahora?
— En nada en particular— le miento. Mentir es un poco más fácil, pero sigo siendo malo en eso.
— claro— ahora que tengo a Niko conmigo, no extraño ser humano, siento que no muchas cosas han cambiado desde entonces— ¿puedo besarte?
— no.
— oh, vamos Niko— me quejo caminando hacia él— ¿Por qué no?
— solo porque no, carajo— aun así, de todos modos le tomó del brazo y le beso. Es un poco divertido ahora. Él me muerde, pero no es una mordida como las de antes, ahora son más dolorosas, hay más sangre también— dije que no.
— lo siento, me gusta cuando llevas el cabello así.
— puto marica.
— Y aun así me besas— eso me cuesta un golpe que me hace caer sobre la cama, con Niko encima de mí. Me sonríe con una de esas sonrisas macabras.
— que te quede claro que aunque seas tú el que la meta, sigues siendo el sumiso.
— ¡Deja de ser tan vulgar!— chillo, pero Niko me besa y no deja que siga reclamando. Recuerdo algo de las primeras veces que nos besamos. Le logro alejar un poco de mi— ¿no habías dicho que no serias la… bueno… de nadie?— no logro decir esa palabra, pero Niko me entiende.
— Drew, no soy la puta de nadie— sus palabras son claras. Por la forma en que me mira, decido que es mejor no decir nada más al respecto si no quiero pasarla mal.
— ¿podemos dejar de hablar ahora?
— eres el único que habla— mientras lo dice, ya me pasado mis manos por debajo de su camisa, subiéndola. La chaqueta se la quitó cuando llego, así que solo la deslizo hacia arriba. Me gusta besar su piel, lo hago desde que dejo de golpearme cuando lo hacía. Paso mis manos por su cuello, quitando el collar y el listón atado debajo con cuidado. Él me jala del cabello para besarme.
En todo este tiempo, me he dado cuenta de que realmente Niko no podría salir con una chica, es demasiado poco delicado. Siempre es él quien termina mordiéndome primero. Sus manos hacen lo mismo con mi camisa, y la arroja sin cuidado al suelo. Casi de inmediato me muerde el hombro. Lejos de desagradarme, creo que esto… me gusta un poco.
¿Cuánto tiempo paso para hiciéramos esto sin tener que recurrir a los golpes cada poco tiempo? Siento que fue mucho y eso que el tiempo no tiene mucho significado para nosotros ahora. Le beso de nuevo, sus labios tienen sabor a sangre todavía.
Conozco bien el cuerpo del Niko, y aunque quizá esto se salga a veces un poco de control al menos ya no me deja de hablar por días cuando lo hacemos. Suspiro, sintiéndole junto a mí. No sé si sea por lo que somos, pero hay algo realmente… indescriptible cuando estamos haciendo esto y hay sangre de por medio. Ni siquiera soy consciente de cuando le muerdo, solo sé que de pronto, estoy lamiendo la sangre que baja por su cuello. Cuando el gime, yo me pierdo por completo.
Solo sé que estamos Niko y yo, me giro, dejándolo sobre la cama, solo nosotros. La ropa termina en cualquier lado, al menos Niko ya tienen el suficiente contra para no solo romperla. Sus brazos me rodean, y siento sus dedos clavarse en mi espalda, nada de esto duele. Los únicos momentos en los que puedo sentir calor, me gusta sentir el calor de Niko también. No soy consiente cuando entro en Niko, solo sé que le siento complemente, el me muerde el hombro.
— Te quiero— me hace callar con un beso. Me gusta decirlo, aunque Niko no sea nada romántico, aunque parezca que solo estamos buscando placer, yo lo digo porque es verdad. Nos besamos aun mientras me sigo moviendo.
Todo termina tan rápido para mí, que a veces es confuso. Lo mejor sin embargo no es hacer estas cosas con Niko, no.
Lo mejor de esto es cuando termínanos, cuando solo nos quedamos en la cama tranquilamente. A veces Niko enciende la televisión, o solo toma un libro, pero siempre se queda a mi lado, recostando la cabeza en mi hombro, pasando su mano encima de mí.
— ¿Cuándo dices que vendrá tu hermana?
— No lo dijo con exactitud— me tardo un poco en responderle, pues estoy entretenido jugando con su cabello. Me gusta cuando lo trae arreglado, pero también cuando es un desastre, como ahora. Niko es mi desastre.
— Que molestia— refunfuña.
— oye… me conto que fue a parís de visita hace unas semanas. ¿Por qué no vamos a algún lado? No hemos salido de aquí en un tiempo— aunque eso es culpa mía, no quiero encontrarme con nada que me de problemas ahora que estamos tan bien.
— ¿vacaciones?
— algo así.
— creí que no querías ir a ningún lado.
— bueno… podríamos intentarlo. A Victorie le va bastante bien viajando y nunca ha tenido problemas.
— Tu hermana es valiente— dice, aunque creo que en realidad quería decir otra cosa.
— Oye, ¿A dónde quisieras ir?— pregunto un rato después. Afuera se oye el sonido de una sirena.
— no lo sé. Me da igual.
— ¿No hay un lugar al que siempre hayas querido ir?— siento que se encoje de hombros.
— no realmente. Cualquier lugar es la misma mierda— mi primer impulso es regañarle, pero me pongo a reír. Hay cosas que no cambian. Niko se gira un poco y me clava el codo en las costillas.
— lo siento, es gracioso. Decías eso mismo de Alemania ¿recuerdas?
— sí, Alemania fue una completa mierda.
— ¿ni aunque me conociste ahí?
— En especial porque te conocí ahí— dice, aunque su tono no es serio, sino burlón. Se está burlando de mí, como siempre— como sea, cualquier lugar está bien.
— ¿seguro?
— Haz lo que quieras— y como cada que dice eso, levanto su cara y le beso— ¿en serio, Drew?
— Dijiste que hiciera lo que quisiera— el pone los ojos en blanco. Yo rio, besándolo otra vez. El solo suspira.
— ¿Qué mierda planeas para el viaje?
— no lo sé aun.
— bueno, a donde sea que me arrastres, no tienes que preocuparte, idiota. Ya te he dicho que le daré la golpiza de su existencia a quien te moleste, princesa.
— mierda, Niko, deja de llamarme así— gruño, y el solo se pone a reír a carcajadas. Ah, ¿De dónde mierda se le metió esa idea a la cabeza? Me costara siglos, en serio muchos siglos, hacer que se olvide de eso.
— pero incluso tu hermana es mas hombre que tu, y ni siquiera es lesbiana.
— Niko.
— aunque debe ser la única vampiro que tiene Facebook y twiter. En serio, si vuelve a tomarme otra foto…
— en serio, eres un desastre.
—umm… Hagámoslo otra vez.
— ¿ah?
— si tú hermana va a venir, no pienso ni un jodido segundo dejar que sepa de esto.
— pero si mi hermana ya lo sabe— respondo, tratando de entender el repentino hilo de pensamientos de Niko.
— No me refiero a eso— Niko ya esta levantándose atrayéndome del cabello para besarme, y yo lo dejo pasar. Quizá hacer esto cuando mi hermana este aquí no sea buena idea, como dice él.
Quizá Niko no me diga nunca que me quiere, tampoco lo espero. Niko es así, por eso, me gusta pensar que cuando me besa, cuando deja que le toque de otras maneras, es la forma que él tiene para decirme que siente lo mismo que yo. Y no necesito palabras dulces para saberlo.