“Sé que desde un principio que esto tendría consecuencias, la soledad me está consumiendo. Me siento atrapado en las cuatro paredes de mi casa. Fuera de las competencias estoy en mi soledad con Makkachin, mi único compañero; han pasado muchos, días, meses y años desde que me pregunté ¿de verdad mi destinado estará allá afuera añorando con muchas ansias el encontrarme, como yo lo hago? Me siento desesperado, en cualquier momento me ahogaré y caeré ante la depresión; y como cada noche, sé que cederé ante el sueño que me inunda últimamente… y soñaré con un par de ojos café, tan puros e inocentes”
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-¡Vicchan! ¡No corras tan rápido que mis piernas no son largas! - gritaba pre adolescente de 12 años cumplidos recientemente, quien con dificultad corría una maratón, que había iniciado cuando soltó la correa de su pequeño perro; en una pestañada, éste ya había emprendido la carrera tras un perro más grande de la misma raza - ¡Vicchan por favor vuelve! – las lágrimas se estaban acumulando en sus pequeños ojos café; estaba jadeando, cansado, las piernas le temblaban y los lentes se le empañaba – por fa…favor – el niño se cayó sobre sus rodillas, y la gente pasaba por su lado, ignorando el hecho de que aquel pequeño estaba llorando fuertemente con mucha desesperación- ¡VICCHAN TE ODIO, ERES MALA POR DEJARME! – él no aguantó más y comenzó a hipar con más fuerza- ¿porque todos me dejan? – sollozaba con mucho dolor y cerraba sus ojitos con mucha fuerza – primero mamá, luego mari y papá…ahora - alzó su mirada dolida- Vic…chan…-susurró- ¡VICCHAN!
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-que frio Makkachin- se sobaba sus brazos que estaban cruzados para darse más calor- ¿comenzamos con tu paseo matutino?
-¡wof!-movía la cola con entusiasmo el perro, quien daba pequeños brinquitos sobre el pavimento
- me encanta que estés con muchas energías hoy…-una pequeña sonrisa se asomó en sus labios de aquel alfa de cabellos plateados- siento que este día será diferente, porque siento que estoy a punto de llegar a mi límite y … “quiero sentirme vivo, quiero amar”- se dijo silenciosamente aquel hombre de cabellos grises, que bordeaba los 21 años e iba ya para los 22- tal vez mi destinado nunca aparecerá- su corazón le dolía al pensar en ello…- he perdido la razón del por qué he estado patinando hasta ahora, siento que mi mundo se vuelve monocromático, sin color, sin vida y el hielo se está volviendo un pozo profundo y obscuro…-pequeñas lágrimas estaban asomándose, y querían salir desesperadamente de sus ojos tan profundos como el océano y claros como los del cielo en el amanecer-¡AH MAKKACHIN!- sintió que su peludo amigo jalaba con fuerza su correa. Fue tanta la fuerza que soltó la correa de Makkachin y comenzó a correr tras él- ¡Makkachin regresa!
Él corrió desesperadamente detrás de su perro, sin importar la gente que pasaba por allí, le daba igual, la adrenalina y la angustia era una mezcla poco común en él; porque, su amigo se detuvo a muchos metros de donde él se encontraba y pudo visualizar a Makkachin que saltaba alrededor de un caniche más pequeño que él; con pasos firmes y agigantados se acercó a su caniche y lo empezó a reganar por la mala actitud que tuvo- … Makkachin por qué saliste así, casi me da un infarto ¿crees que mi cabello no se caerá después de esto? No me generes más estrés de la que ya tengo
-¡wof! – el caniche más pequeño se le acercó y posó sus pequeñas patas delanteras en sus rodillas, él estaba arrodillado frente a su perro, regañándolo de manera dramáticamente exagerada, el pobre animal se había echado en el frío piso y se había tapado las orejas con sus patas , las cuales se habían puesto sobre sus largas orejas, por la bulla que hacía su dueño
-¡wow!- cargó al caniche más pequeño entre sus brazos- eres una pequeña traviesa y fijó su mirada en la pequeña correa que tenía un pequeño metal donde indicaba los datos de su dueño, pero lo extraño es que estaba escrito tanto en japonés, como en inglés; se giró bruscamente, dándose cuenta que el dueño de esa pequeña bola de pelos, andaba cerca y se puso de pie junto con su amigo peludo a toda marcha.
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Un aroma muy dulce lo había embargado de repente, jalando la correa de su amigo peludo y en su otra mano cargaba a la pequeña caniche- con que tu nombre es Vicchan, tienes un olor dulce impregnado pequeña ¿es el de tu dueño?
-¡wof!
-debo asumir eso como un sí de tu parte- respiro hondo- es difícil distinguir entre tanta gente y sus aromas mezclados, presiento que debemos seguir recto- con energías renovadas y mucha ansiedad él se encaminó, sentía que alguien lo llamaba, ese aroma dulce iba en aumento, sus pasos aceleraban un poco más, no le importaba empujar a las personas que lo reconocían y le gritaban por un autógrafo, Makkachin iba delante suyo olfateando- buen chico – con una sonrisa acorazonada, iba prácticamente corriendo con la perrita que estaba pegada a su pecho- pronto encontraremos a tu dueño… a Yuuri
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Él ya no sabía que hacer después de gritar el nombre de su perrita, se limpió las pocas lágrimas que quedaron impregnados en su rostro- cuando la vea no le daré sus croquetas favoritas por una semana- con mucha valentía, paso firme y mirada decidida se levantó para emprender la búsqueda de su pequeña bola de pelos- Vicchan prepárate para lo que te espera ¡llegaré tarde a la clase de ballet! Y… ¡hoy es mi primer día! Ay quiero llorar de nuevo – las lágrimas se asomaban nuevamente y enojándose consigo mismo se tiró un par de palmazos en la cara- ¡vamos Yuuri! … ¡Vicchan donde estas! -comenzó a caminar nuevamente- ¡ven! ¡Vicchan!... ¡Vicchan! - caminando en un parque enorme, el frío clima no ayudaba en nada a su negativa alma-quien me manda hacer caso a la profesora Minako y venir a Rusia- suspiró- papá, mamá y hermana, cuiden de mi desde el cielo y denme paciencia con mi bola de pelos…
Él caminó resignado, dando unas muchas vueltas por los alrededores del enorme parque en donde se encontraba, estaba cansado, en 30 minutos tenía que ir a su práctica de ballet; se había animado ir a Rusia con su tutora Minako porque ella le dijo que, en San Petersburgo, durante un par de meses su gran ídolo, estaría enseñando ballet e impartiendo clases de patinaje.
Aquella noticia lo había extasiado, por ese motivo estaba en ese gran país desconocido, nadie hablaba japonés para su mala suerte, pero a lo menos se alegró de que el inglés si se le entendiese-Vicchan, eres mi única amiga aquí, a parte de Yuuko y Takeshi, la profesora Minako no cuenta porque ella está trabajando para podernos quedar aquí- se decía así mismo, se sentía solo y su única amiga peluda se le escapa quien sabe el porqué del arranque de locura que tuvo la canina- ¡Vicchan!- con lágrimas cayendo de sus ya hinchados ojos café siguió caminando…
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-¡wof!
-¿eh? -escuchó el ladrido de su perrita y giró su cuerpo para poder recibirla, se puso de rodillas y abrió sus brazos al reconocer que era ella- ¡VICCHAN! – chilló de alegría al sentir el calor de su pequeña bola de pelos en su pecho- pequeña traviesa donde has estado- puso su cara a lado de la de su pequeña quien le lamio como pudo y recibió otro lengüetazo en su cara cuando vio que había un caniche más grande a su costado; ambos perros le empezaron a lamer sin parar- ¡ah! ¡paren!
-¡VICCHAN! ¡MAKKACHIN! ¡PORQUE CORRIERON ASÍ! ¡CASI ME DIERON… UN SUSTO! -aquel hombre trataba de recuperar la respiración, estaba agachado y sus brazos estaban apoyados en sus piernas que estaban levemente flexionadas
- ajajajajaja les he dicho que paren- su nariz se llenó un aroma dulce, cálido y levantó rápidamente su rostro; pudo ver a un adolescente de rasgos asiáticos que estaba siendo técnicamente aplastado por su mascota y la perrita que se había encontrado y reía hermosamente. Su lado alfa se sintió muy ansioso- no puede ser…- sorprendido, había empezado a caminar lentamente sin poder creerlo, su alfa se inquietaba- él es…
-¡AH! LES HE DICHO QUE PAREN- como pudo se salió del alcance del gran perro y sacó un pañuelo de uno de sus bolsillos de su abrigo grueso- ¿Vicchan quién es este enorme caniche? – mientras se limpiaba la cara y se acomodaba los lentes pudo visualizar borrosamente un par de zapatos que estaban delante suyos, terminó de limpiarse la baba de su cara, con sus lentes ya puestos, fue alzando el rostros para ver quién era la persona que estaba delante suyo “es el olor de un alfa”, su lado omega aun no despertaba por completo, pero sabía que esta persona era… “mi destinado”- no puede ser… - sus ojos miraban atónitos a la persona que estaba parada delante suyo- tú no puedes… ser – veía los cabellos plateados mecerse por la pequeña ráfaga de viento, ojos de un azul intenso, de los cuales empezaron a salir lágrimas. Se sentía inquieto, sin poder siquiera pararse, todo su ser se estremeció al sentir la calidez embargarle con un abrazo fuerte, lleno de miedo, anhelo y cariño
-al fin te encontré…mi pequeño destinado- él susurró en el oído del adolescente, con alegría en medio de su llanta e intensificó el abrazo- al fin mi soledad se acabó… mi pequeño de ojos café…
-Vic… Victor Nikiforov…- susurró el adolescente, cerrando sus ojos con un calorcito que sentía en su pequeño pecho
- Yuuri… MI YUURI… al fin te encontré…
Continuará…