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Lágrimas de plata por Zero Shiro Rose

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Notas del capitulo:

Primero y que se me ha olvidado decirlo en el primer capìtulo, los personajes no son míos, yo solo los uso para escribir esta historia.

Bien, la historia se situará en el mundo Final Fantasy XV ( que antes no había especificado qué FF)

Disfrutad de la lectura.

Despertó con un fuerte dolor de cabeza, con lo cual, lo primero que hizo fue llevarse una mano al lado derecho de la frente mientras que con la otra sentaba sobre la hierba.

Cuando más o menos se estabilizó su visión se dio cuenta de que se encontraba en un bosque no muy frondoso, pero no había rastro alguno de la gran montaña por la que había caído la noche anterior por culpa de la tormenta, y eso sin contar que estuviera vivo.

Se levantó torpemente, y tras recoger sus cosas que se encontraban a unos pasos de donde había caído él empezó a caminar. Los rayos de sol le cegaron en el momento en que llegó al límite del bosque, que al final solo era una arboleda en medio de un gran campo abierto.

“¿Cómo diablos he llegado hasta aquí? Y a todo esto… ¿Dónde estoy? ¿Cuánto he estado inconsciente?” pensó mirando el sol en lo alto del cielo

Zero miró a su alrededor, nada más que campo y hierba alta hasta el horizonte, al menos delante suyo, ya que cuando giró sobre sus talones, vio una carretera a unos 200 m de donde se encontraba, así que sin más alternativa se acomodó el gran macuto sobre el hombro y se encaminó hacia ese camino de asfalto.

Dos horas más tarde…

Llevaba caminando por esa estúpida carretera sin fin desde hacía ya un buen rato, y encima bajo los ardientes rayos de sol de mediodía que no dejaban de tostarle la espalda, fue entonces que vislumbró a lo lejos una estación de servicio, por lo que, apresurando el paso llegó hasta refugiarse bajo la sombra del techo.

El estacionamiento, estaba completamente vacío, no había ningún vehículo repostando y por un momento pensó que el viaje había sido en vano, pero al escuchar el agudo ruido de metales chocando tras el tienda de alimentos, se asomó por la esquina de esta y un gran alivio lo invadió ante lo que sucedía delante suyo.

Sentada en el suelo se encontraba una joven de unos 20-25 años con un montón de herramientas a su alrededor mientras que ella retocaba los engranajes del motor de una Yamaha amarilla y negra, la chica iba vestida con unos shorts vaqueros y un bikini azul claro dejando ver parte de sus pechos, encima de estos tenía una chaqueta amarilla remangada y bastante abierta, iba peinada con dos pequeñas coletas rubias y una gorra verde que le guardaba del sol.

-Oye…- empezó Zero.

-Lo siento, hoy la tienda está cerrada, pero si quieres repostar la máquina es de autoservicio- contestó ella sin ni siquiera girarse.

-No, no era eso- dijo el peli plata con el rostro estoico- ¿Podrías decirme dónde estamos?-

-Jajajajaja -se empezó a reír mientras se levantaba- ¿Estarás de broma, no? Todo el mundo sabe que estamos en el territorio del reino Lu… -se calló al ver a Zero- ¿Quién eres tú? Nunca había visto a nadie como tú- se acercó- ¿Te lo has teñido?-dijo acercando la mano para tocarlo.

Zero se apartó antes de que pudiese tocarlo y le agarró la mano con fuerza a la vez que le dedicaba una mirada enfadada por acercársele tanto.

-No me gusta que me toquen personas que acabo de conocer, así que no te me acerques tanto- la soltó- y no, no soy de aquí, ni siquiera sé que es este sitio- dijo señalando con la mirada a todo lo que tenía a su alrededor. La chica apoyó ambas manos en sus caderas y con una mirada pensativa le dijo.

-¿No serás del reino Niflheim, verdad?- preguntó ella- Y a todo esto, ¿Cuánto hace que no bebes sangre? – y ante el rostro entre sorprendido y enfado de Zero contestó- los ojos, se te han puesto rojos.- cosa que provocó que Kiryu se los tapase.

-¿Cómo sabiendo lo que soy no gritas, ni huyes? ¿Eres humana, no?- se volvió a mirarla y ella asintió- Entonces por qué, ¡Estás frente a un chupasangre!- gritó.

-Si tuviera que asustarme o gritar cada vez que se me acerca un vampiro…- murmuró- cada día mínimo pasan decenas por esta gasolinera para repostar, es más, incluso el príncipe es un vampiro- dijo volviendo a la moto- ah, y por cierto, si eres del reino Niflheim no dudes que al más mínimo movimiento extraño te matarán, porque esto… pertenece al reino Lucis- respondió como si le hubiese contestado a ¿Cómo inició el universo?

Zero no sabía si gritar, tirarse de los pelos o pegarse un tiro, pero lo que sí sabía es que esa respuesta no le había solucionado nada, seguía tan perdido como antes, ¿Cuántos nombres raros llevaba en unas horas? ¿Nefhilimin o algo así?, suspiró, conclusión, se había vuelto loco.

-Ya… gracias… ¿Hay algún teléfono que pueda usar?- ella solo señaló con la cabeza a la pared de la tienda- Hm, arigato…-se acercó, introdujo el número de Wakaba y esperó a que diera señal, pero lo que recibió fue una voz femenina diciendo “El número que ha marcado es inexistente, por favor, marque correctamente, recuerde que debe contener sus 12 números”.

-¡¡¿¿Cómo que 12 números??!! De toda la vida han sido 9, ¡¿EN QUÉ PARTE DE JAPÓN ESTAMOS?!- gritó. La chica que había escuchado sus gritos, se quedó pensativa.

-¿Japón? ¿De qué?- y fue cuando se dio cuenta de lo que pasaba- ¡¡Oh Kamii-sama!! ¿Pero cómo es posible?- se levantó y agarró a Zero por los brazos- Tú has venido de más allá de la barrera, con razón no sabes qué lugar es este.- acabó con una sonrisa.

-¿Barrera? ¿De qué estás hablando? -Zero estaba cada vez más y más perdido, no entendía nada de lo que decía esta chica.

-Aunque es raro, ya que lleva sellada más de 30.000 años, creo que desde que el difunto padre del rey Regis la selló. -hablaba para sí misma, sin darse cuenta de que el peli plateado estaba cada vez más y más extrañado. Fue entonces que detuvo su parloteo y se acercó al teléfono donde aún estaba parado el peli-plateado.

-N o te esfuerces, es imposible comunicarse con el otro lado de la barrera sin el permiso directo de la familia real, y eso es algo muy difícil de conseguir, por lo que yo que tú me acostumbraría a vivir aquí.- concluyó con los brazos cruzados.

Zero estaba completamente perdido ante las palabras de aquella chica, eso no podía ser cierto

“¿Qué? ¿Me tomas el pelo? ¿Cómo que no puedo volver a…” Entonces otro pensamiento le asaltó “Pero por otro lado, creo que es una buena oportunidad, yo fui el que quiso marcharse para buscar un lugar nuevo donde vivir”

-Hm - pronunció- Ya… entonces, ¿Dónde queda la ciudad más cercana?-

-Pfff, jajajajaja, la ciudad más cercana dices, jajaja- reía sin parar. Y a Zero le salió una venita en la frente.

-¡¿De qué diablos te ríes?!- gruñó, ya está definitivamente odiaba a esta persona.-Grrr -

-Ahh cielo, ¿Acaso te has visto? En tu estado no llegarías ni a la mitad del camino- contestó una vez calmó su risa, pero al ver la mirada asesina de Zero se encogió de hombros- pèro si tus instintos suicidas son tan elevados, te lo diré, ahora mismo estamos a pocos kilómetros de la frontera del reino Lucis, concretamente en las praderas de Sahenne, a una hora y media de la ciudad más cercana- miró al chico frente suyo y arqueó una ceja.

“Está decidido a ir sin importarle nada de lo que le diga, definitivamente es suicida...”

-Ahora que caigo...- exclamó llamando la atención del otro- Nos estamos quedando sin provisiones en la tienda y a pesar de que he llamado esta mañana temprano aún no vienen… Sí, en definitiva, yo también voy al pueblo.- lo miró de reojo y sonrió de medio lado- ¿Quieres que te lleve?-

-¿Hablas enserio?- preguntó esperanzado, sinceramente no quería andar bajo el sol durante horas, pero entonces cambió el tono- ¿A cambio de qué?- ella sonrió de lado.

-No se te escapa una ¿eh?- sonrió aún más ancho- Tienes razón, te llevaré a cambio de tres cosas: Una, que me digas tu nombre, edad  y sexualidad; Dos, ¿Ese color de pelo es teñido? ¿Y donde te lo hiciste? Y esos ojos… ¿Son lentillas?; Y tres, que me vengas a visitar algún día.- le apuntó con el dedo- y no te quejes que te salió barato.-

“¡¡¡¿¿QUÉ??!!!” Zero no sabía qué pensar de esta chica, era demasiado extraña, y sinceramente, aunque no le agradara la idea de contar sus datos personales a una desconocida no se veía con fuerzas suficientes para llegar a la ciudad, así que…

-Mi nombre es Kiryuu Zero y tengo 19 años- la chica sonrió y se señaló el cabello, Zero gruñó- es mi color natural ¿vale?, al igual que mis ojos.- dijo resignado.

-Bueno, es un placer conocerte Kiryuu-kun, tú puedes llamarme Cindy- se presentó y se acercó hasta colocarse muy cerca de su oído.- ¿Y tú sexualidad?- Zero se apartó sonrojado como un tomate y tras mascullar algo en apenas un susurro.

-Soy gay- Lo que nunca se esperó fue lo que ocurrió después, Cindy saltó un grito y se le lanzó a los brazos dándole un fuerte abrazo.

-¡Ah! ¡Lo sabía, lo sabía! ¡Sabía que no me equivocaba contigo!- saltaba feliz- ¡Eres la primera persona gay que conozco que tiene vergüenza en admitirlo, que mono.- Zero se sonrojó aún más y se llevó un brazo a la cara para tratar de ocultarlo- Bueno, como has cumplido una parte del trato, yo también lo he de cumplir, así que vamos, ven.-

Cindy llevó a Zero al interior de la tienda para coger dos cascos, uno de ellos muy tuneado con colores vivos y letras estilo graffiti, y el otro era uno básico de color negro. Volvieron a donde la chica estaba arreglando la moto, la enderezó  y se subió en ella.

-Espera, ¿no la estabas arreglando hasta hace un momento?- preguntó Zero inseguro.

-No te preocupes, solo le estaba ajustando unas cosas, anda sube- Zero se puso el casco y se colocó detrás de ella- vamos que no muerdo, agárrame de la cintura si no quieres caerte- y nada más lo dijo, se agarró a ella, y justo en ese instante arrancó la moto a alta velocidad.

Notas finales:

Espero que os haya gustado


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