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MI AMIGO IMAGINARIO por angeloDivoglio

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Shura  me da la vuelta para que deje de mirar aquel espejo  y pose mi vista en el, sus ojos cambian de repente luciendo sumamente dulces, incluso podría ver como si una lagrima quisiera salir de atreves de ellos.

- ahora. – dice arrodillándose frente de mi, mientras toma mis manos y las junta con las suyas- prometo, no fallarte esta vez, estaré contigo en todo momento, nadie volverá a tocarte, no como aquella vez, yo te defenderé como tuve que haberlo hecho siempre.

Besa mi mano y por fin siento una lagrima caer de sus ojos, regresa su vista  en mi y esa lagrima fue acompañada por muchas mas.

- esta vez hare las cosas bien.

No entiendo a que se refiere, lo mas seguro es que aquel accidente en el baño  le afecto mas de lo que debería, me  arrodillo   frente a el quedando a su altura, colocando mi mano en su mejilla limpiando sus lagrimas, mismas  lagrimas que  hacen que mi  corazón duela de una forma que nunca creí sentir, pese a todo lo que he vivido, el dolor que me produce su llanto, es peor que cualquiera antes sentido.

-   no llores Shura, todo estará bien.

Dijo con la voz entre cortada abrazándole, el corresponde el abrazo apretándome un poco.

-esta vez nada me alejara de ti... lo juro… mi amado.

Sigo sin entender lo que dice pero  no le interrumpiré, asi que solo guardo silencio,  sintiendo sus tan reales manos recorrer mi espalda.

- ¿Ángelo?

Me  nombra en un susurro.

- mande.

-  es tarde, perdón por haberte despertado, mañana tienes que ir a clases, tienes que volver  a la cama.

Me dice levantándose del piso,  levantándome con el tomando mi mano  hasta llegar a  mi cama, me recuesta y me  cobija con sumo cariño para concluir  acariciando mi cabello.

Sus carisias se sienten tan calidad, tan reales, tanto que olvido que Shura solo es un producto de mi imaginación.

- ¡es hora de dormir! Al despertar todo cambiara, tu vida será diferente, te lo juro.

Besa mi frente al concluir aquello para después acostarse tras mío abrazándome por la espalda.

Intento dormir, obligando  a mis ojos a estar cerrados, pero no sirve de nada, siempre termino abriéndolos  para  mirar aquella vela que aun se encuentra prendida frente al espejo,  no luce como si se hubiera consumido en lo absoluto.

- prométeme que nunca la apagaras, de hacerlo no podre verte  nunca mas ni tu a mi.

Me dice de repente,  abrazándome con mas fuerza, yo guardo silencio suspirando hondo, mientras me acurruco en sus brazos.

- no puedo dormir.

-¿quieres que te cuente un cuento?

Afirmo con la cabeza tras oír eso cerrando nuevamente mis ojos, Shura comienza a  acariciar mi cabello, relajándome un poco.

- hace mucho tiempo atrás, tanto que no recuerdo cuantos años ha pasado, existió un amor  puro   e  incorruptible, aquellas dos almas se amaban con locura, no imaginaban un futuro el una sin la otra, era lo que se podría llamar un amor perfecto… -guardo silencio unos segundos- perfecto pero, impuro ante los ojos de dios y los ojos de cualquier ser humano que pensara distinto ha ellos.

- ¿Por qué era impuro?

Pregunte  sintiendo por fin el cansancio, pronto caería dormido.

Shura espero algunos segundos  para continuar su historia, sin dejar de acariciar mi cabello.

- ellos eran dos  hombres que  se amaban a pesar que de donde venían,  el amor debía  cumplir normas sociales,  pero ha ellos no les importo, estuvieron juntos, dándole la espalda a todos, alejándose de ellos, luchado por su felicidad, encontraron ala lejanía del pueblo donde Vivian una antigua cabaña, donde podría seguir con su amor…  pero no todo es felicidad.. supongo.

Shura guardo silencio al decir eso ultimo parecía  que por un momento su mente quedo absorta en sus pensamientos, incluso  deja de acariciar mi cabello  por un momento.

-  ¿por que  no todo fue felicidad?

Pregunto con gran curiosidad pero el no me responde  solo suspira con pesadez y me finge una sonrisa.

- es una larga historia y en unas cuantas horas tienes que ir a la  escuela…

- pero Shura, quiero saber que paso..  por favor dime.

Me levanto un poco de la cama para mirarle a los ojos, el acaricia mi mejilla, depositando después un beso en esta para guiarme  acostarme en su pecho.

- si te portas bien te seguiré contando la historia mañana pero por el momento  hay que dormir… mi niño.

Sentencia  y yo asiento con la cabeza,  acomodándome en su pecho.

- ¿Shura?  Dijo  tras un bostezo.

- ¿si?

- gracias por estar conmigo, aun cuando nadie mas quiere estar a mi lado. No me dejes nunca, ni un solo segundo por favor.

le escucho sonreír, mientras me abraza, comenzando a acariciar las puntas de mi cabello con delicadeza.

- nunca te  dejare,  ni siquiera si llegara el día que tu no me quieras a tu lado, por que si ese día llegara, tu no podrás verme, pero yo seguiré ahí contigo, hasta el día nuestra muerte… es mi eterna promesa hacia ti….y aun después de nuestra muerte te buscaría en el reino de los muertos, para seguir a tu lado… como Orfeo  y Eurídice.. claro sin el final trágico.

Se mofa de eso ultimo logrando que yo ría por un segundo, para bostezar de nuevo, sintiendo mis ojos cerrarse lentamente.

 

Unas cuantas horas después, fui despertado por el sonido de mi despertador. Sentí pesadez en mis ojos, en verdad no quería despertarme.

Mas el sonido de mi despertador no era lo único que me llamaba, Shura estaba frente de mi, moviéndome con delicadeza.

- arriba Ángelo, que hoy es un nuevo día.  -Dice con gran efusión- tienes que vestirte y   desayunar, que tu autobús llegara pronto por ti.

Le sonrió ante  sus acciones, siempre imagine a mi madre haciendo esa clase de cosas pero que   Shura los haga es genial.

Me visto rápido y bajo a desayunar,  busco a mi madre con la mirada pero al parecer no esta, caminando un poco mas y extrañamente la comida esta lista.

tal vez la señora de la limpieza me dejo el desayuno antes de irse.. Como suele hacerlo de vez en cuando.

 No pienso mas en el tema y comenzó a comer, Shura me mira con su gran sonrisa, en sus labios, lo miro por un  momento idiotizado, esa sonrisa me llena de tanta paz y tranquilidad, y lo peor de todo es que no entiendo porque, nunca creí poder imaginar algo que nunca había visto… por una sonrisa como esa, nunca me ha sido presente por otra persona en esta vida. 

-  se te hace tarde  apúrate, mis labios seguirán ahí para ti.

Me dice al notar que no aparto la vista de sus labios, yo me sonrojo y   miro mi reloj, el  auto bus llegaría pronto. Termino mis alimentos, lavo mi plato, para así lavar mis dientes  y tomar mi mochila, y dirigirme a la salida de mi casa, siempre me ha gustado estar esperando el camión y no que el me espere a mí.

- espera.

Me dice  y yo me detengo para mirar como acomoda  la corbata roja de mi uniforme, sonriéndome, mirándome por algunos segundos  quieto.

- he esperado mucho puedo esperar un poco mas.

Le escucho decir en un tono tan bajo  que parece que lo ha dicho para el mismo.

 

 El camino ha la escuela fue tranquilo en un inicio,   nadie se sentaba a alado mío,  y aun que admito que me dolía que los niños de mi salón no se sentaran a mi lado, ya no importaba por que aun que ellos no los pudiera ver Shura estaba a mi lado tomándome de la mano, haciendo uno que otro chiste sobre los niños a nuestro alrededor,  yo reía escondiéndome, no queriendo llamar la atención de nadie.

 

Pronto llegamos al salón de clases y ese ambiente tan tranquilo y feliz que había creado junto a Shura  en el autobús desapareció al ver a los niños que el dia anterior me habían golpeado en el sanitario el día anterior,  bajo mi cabeza al pasar  alado suyo, para correr a mi lugar, escuchándolos reír  a mi espalda.

-  no vuelvas a  bajar la cabeza frente esos malditos ¿escuchaste?

Me dice Shura con gran seriedad cruzándose de brazos, mirándolos fijamente, como si quisiera grabarse sus caras, yo no respondo, solo volteo al verles acercarse a mi, pateando mi butaca,  mirándome de forma retadora, Shura se queda tras mío en todo momento, pero no le tomo importancia ha eso, 

el  primer golpe del día  está en camino.

Pienso cerrando mis ojos, esperando el primer puñetazo, pero este no llega, aquellos niños  solo me miran, deteniendo su golpe en el aire, lucen asustados, como si hubieran visto un fantasma, lentamente retroceden  de mi lugar, sin entender  que acaba de pasar, yo los miro sorprendidos, ha ellos no les importa que su “líder”. el primer niño que me golpeo en el baño,  no este con ellos aun así suelen golpearme cada vez  que pueden.

Miro un instante  a Shura, el luce feliz,  en sus ojos demuestra orgullo, el nota que lo miro y me sonríe.

- todo estará bien, nadie te lastimara.

Me dice, y yo desvió la mirada, el profesor ha llegado  y junto ha el aquel niño que a comparación de todos puedo jurar que goza con mi sufrimiento.

Las horas entre clases parecen eternas, inicie con  literatura, para seguir  con historita, matemáticas, entre otras  hasta que por fin mi hora de descanso a llegado,  me siento agobiado, incluso Shura luce aburrido,  durante las clases soltó uno que otro comentario  de lo aburrido que eran mis profesores, haciéndome reír entre dientes, no queriendo llamar la atención de nadie.

Camino  por los pasillos con tranquilidad, dirigiéndome al comedor, todas la veces que los niños  de mi clase intentan molestarme algo pasaba o se resbalaban  o llamaban la atención del maestro quien terminaba castigándolos o simplemente se quedaban estáticos sin saber por que como si tuvieran miedo de alguien o de algo.

Era como si las palabras de Shura  fueran  reales y nadie me lastimaría, continúe mi camino  al comedor con una sonrisa en el rostro.. no  recuerdo ni un solo día en esa escuela donde no me hubieran molestado o insultado,  se sentía tan bien caminar siendo acompañado por Shura quien decía  varias bromas sin parar, las cuales yo no contestaba por obvias razones.. todo era tan perfecto…

Hasta que le vi.

Mis pasos se detuvieron en seco y mi sonrisa se borro de mi cara, sintiendo mi cuerpo comenzar a temblar de miedo y respiración aumentar.

- Ángelo que pasa.

Le escuche decir a Shura, pero no me atrevía contestar estaba aterrorizado de ver aquel hombre de nuevo.

- ¿Ángelo?

Pronuncia nuevamente y yo lo miro de reojo, intentando  dar la vuelta y regresar por donde había venido, hasta sentir  la mano de aquel hombre tocar mi hombro.

- donde vas, pequeño demonio. Tú y yo tenemos cosas que arreglar.

Me dice provocando mi cuerpo temblar aun mas.

- aun que –continua- puedo esperar,  ya esperado bastante.

Shura me ve con desconcierto, como si no entendiera  el por qué del miedo en mi mirada, yo no soporto mas y sin saber ni siquiera como, comienzo a correr, corro tan fuerte que en poco tiempo me encuentro en un viejo árbol alejados de todos, recargo mi espalda  contra el tronco dejándome    al pasto, para abrazarme a mis piernas,

quiero llorar, quiero irme de ahí, necesito irme… pedir ayuda pero ¿d e quien? Ha nadie le importa aquella vez, que cambiara en esta ocasión.

Shura sin entender que pasa, aun así se coloca frente mío acariciando mi cabello, mostrando preocupación en su mirada.

- ¿quien era el? ¿ por que te has puesto así?

Me pregunta, levantando un poco mi barbilla obligando me a verlo ala cara, yo desvió mi mirada cerrando mis ojos, estoy apunto de llorar.

- nadie.

Contesto con mi voz entre cortada., haciéndole enojar.

- Ángelo te repetiré nuevamente la pregunta y quiero la verdad   ¿ quien demonios era el?

Me alza la voz incluso tras eso ultimo,  haciéndome abrir los ojos  para mirarle, mi labio comienza ha temblar,  no quiero llorar pero comienzo a hacerlo,  el limpia mis lagrimas y me abraza para consolarme,  yo aferro a su abrazo como aquel moribundo que quiere aferrarse a la vida.

 Nos mantuvimos en silencio así por algunos segundos hasta que por fin las palabras salen de mi boca.

-  Su nombre es paúl es mi profesor de música, yo  me acerque a el  hace algunos meses, tras escucharlo tocar el violín,  le pedí que me enseñara, independientemente ha mis clases en la escuela,   quería tocar como el, me enamore del sonido de aquel  instrumento, así que  el dijo que si, todas las tardes saliendo de la escuela solía llevarme  a su casa ha practicar, aprendí bastante con el, incluso comenzaba a convertirse en u padre para mi, siempre era afectivo, me abraza o acariciaba como  un padre lo haría con sus hijos, o eso me decía el.. a mí, mi padre nunca me ha abrazado asi que yo no se lo que es eso…

Guardo silencio para voltear a ver a Shura, noto tristeza e ira en su mirada, mas no dice nada continua acariciando mi cabello esperando que continúe con lo ocurrido.

- el –continuo limpiando mis lagrimas con la manga de mi suéter- el era tan bueno conmigo, incluso un día que llegue sumamente herido  después de una golpiza  brindada por mi madre, el fue el único que noto  los golpes que yo intentaba esconder,  me miro con preocupación mientras curaba mis heridas, me sentí querido …. El me dijo que cuidaría de mi y por un tiempo lo hizo.. me hiso sentir la persona mas importante en la vida de alguien… lego un punto en el que yo no quería salir de su casa, quería estar con el en todo momento… yo.. yo confiaba en el. Hasta que  

 las lagrimas siguen fluyendo y mi voz entre cortándose, me cuesta tanto trabajo decirle lo ocurrido, tengo miedo.. miedo ha decírselo, aun que el solo es un producto de mi imaginación, el tiene que saber lo que ha ocurrido.  Pero su mirada me hace ver que no lo sabe.

- ¿hasta que?

Pregunta  y yo respondo

- hasta que comenzó a cambiar,  después  de saber que ni mi madre ni mi padre se preocupaban por mi  en lo absoluto, comenzó a obligarme a quedarme   en  después de clase los días que no podía llevarme a su casa,  para practicar mas y mas, pero las practicas comenzaron ha hacerse extraños, los abrazos y carisias que me brindaba eran distintos se sentían distintos, acercaba mas su cuerpo al mío, cuando corregía mi postura y algunas veces se acercaba tanto a mi que sentía su respiración en mi cuello, podría jurar que olía mi cabello, las cosas continuaron así, hasta hace un mes,  como siempre me quede ha ultimo en su clase, pero  uno de los niños había tirado un balde de agua  sobre mi, empapándome por completo.

te  enfermaras. 

 Me dijo mientras quitaba mi ropa sin mi permiso una vez ya estando solo,   dejándome  solamente como mi ropa interior, coloco mi ropa cerca de la ventana para que se secara,  pensé que iba a darme mas ropa pero no fue así, solo coloco el seguro en la puerta y me indico que comenzaríamos a  practicar. Yo me sentí incomodo, pero desnudo no podía ir a ningún lado,  por algunos minutos sentí su mirada  penetrante en mi, haciéndome querer tapar mi cuerpo,  sin decir por que  detuvo la practica acercándose a mi, diciéndome cuanto me quería, que quería jugar conmigo,  que había un juego que ha todo niño le gustaba… inmediatamente sentí miedo y mas al ver  como cargaba mi cuerpo para  colocarme cual muñeco en su escritorio, sintiendo su mirada en mi, comenzó a acariciar mis piernas.  -me aferro mas a Shura,   antes  de sentencias mi relato- yo le pedi que para Shura, sabia que eso no estaba bien, que ese juego no me gustaba, intente bajarme del escritorio pero el no me dejo, mas bien me tomo con fuerza, dejándome boca bajo  frente al escritorio… yo grite pidiendo ayuda, pero el tapo mi boca mi diciéndome que me callara que nadie me ayudaría, que no le  importaba a nadie, que nadie iba rescatarme, que le debía mucho, ya que el me tuvo la lastima suficiente para demostrarme cariño, el cual ni mi madre me daba, comencé a llorar y patalear cuando el  bajo su pantalón…

Lloro con mas fuerza, que antes  incluso ya no me importa si alguien a mi alrededor puede escucharme.

- Shura ya no quiero seguir hablando de esto, por favor… solo quiero irme a casa… escapémonos, vámonos, por favor.

Shura limpia su garganta intentando controlar su voz.

- mi angelito, te lo prometí y ya nadie va ha hacerte daño… y si lo que quieres es irte nos vamos y ya.

 

Limpia mis lagrimas, fingiéndome una sonrisa, haciéndome sentir protegido, yo  cierro mis ojos y termino de recordar ese día..

Por suerte logre quitar su mano de mi boca, y grite, grite tan fuerte que alguien fue ha salvarme antes que el tan siquiera pudiera hacer algo,  no supe quien fue, solo se que tome mi ropa y corrí tan rápido, que  no se cómo logre llegar a mi casa,  con la ropa desacomodada, le dije a mi madre lo ocurrido y ella solo me miro con desprecio.. diciendo que era mi culpa, por parecerme a mi padre, solo un seductor…  que era lo que yo merecía, el director de la escuela tampoco hiso nada solo  me dijo que fue mi imaginación y paúl solo desapareció sin mas, pensé que no lo volvería ha ver hasta hoy.

 

Lo que resto del día fingí un fuerte dolor de estomago y dado mis ojos rojos e hinchados incluso la doctora escolar pareció creerme, me llevaron a mi casa aquel día, mi madre me recibió con una de sus sonrisas falsa, que muestra sobria en la sociedad, incluso se demostró preocupada como toda una madre lo haría,  mas al cerrar la puerta todo  volvió a la normalidad, ella ni siquiera volteo a verme para preguntarme que pasaba,  solo egreso al sofá y prendió el televisor, ignorándome por completo,  yo solo subí a mi alcoba para encerrarme  lo que restaba del dia, recostándome en mi cama, siendo envuelto por los brazos de Shura.

- Shura.  -Le dije con  nostalgia- 

-Si mi niño.

- quisiera que todos muriera... quiero  verlos muertos  sufriendo de la forma que  me han hecho sufrir a mi… quisiera verlos implorándome perdón…

- ¿incluso a tu madre?

Me pregunta  y yo  suspiro con fuerza negando con la cabeza.

- ella no… te lo dije una vez a pesar de todo es mi madre y aun que parezca estúpido la amo y siempre lo hare.

Shura guarda silencio envolviéndome mas en sus brazos, moviéndome un poco como si me arrullarla, tarareando una canción que nunca había escuchado, misma melodía que sin saber por que me relaja al tiempo que me llena de nostalgia. 

 

pasaron 15 días  ya y yo   no había ido ala escuela, era la primera vez que faltaba tanto y aun que mi madre era consiente  de ello no me decía nada, incluso en aquel tiempo ausente de la escuela note cambios en ella, parecía  mas distantes que lo normal y lloraba mas que de costumbre encerrada en su cuarto y si bebía no me golpeaba como antes,  cuando pensaba que estaba a punto de  golpearme algo la detenía y en vez de golpes solo solía mirarme con odio, desprecio e incluso podría jurar que asco, pero no pasaba a lo físico.

Me atrevería a decir que todo estaba tranquilo.  Hasta el día 16… yo  regresaba del parque, con Shura a mi lado,  nos habíamos divertido alejados de los  demás,  Shura acaba de enseñarme a trepar arboles y perder mi miedo a las alturas, incluso nos recostamos en el pasto por horas encontrándole figura alas nubes…   estaba tan feliz,   Shura me hacia olvidar todos los momentos malos que pase, tenerlo a mi lado comenzaba a  volver verse vital para mi.

Al llegar a mi casa, vi un coche   estacionado frente ala casa, Shura lo miro con sorpresa, era un coche muy  bonito, un deportivo negro demasiado lujoso, mi corazón se detuvo un momento y sin mas corrí dentro de la casa.

- ¡papá!

Dije mientras corría, por un momento me sentí emocionado, había pasado un año desde la última vez que  había visto a mi padre, abrí la puerta con rapidez comenzando a buscarlo, hasta escuchar  gritos desde la sala,  camine en silencio hasta llegar al lugar.

-  ja, por favor Gabriel, deja de fingir que te preocupa ese mocoso, si a ti no te importa nadie mas que tu.. menos te va a importar tu hijo, porque  si el niño te interesara no estarías cuidando niños ajenos, por que  el hijo de la golfa esa, claro al tuyo no le das lo que merece pero al  que no tiene tu sangre  lo tratas como rey.

Mi madre le grita a mi padre el solo masajea su cuello con una mano  respirando profundo intentando tranquilizarse.

- Silvia – dice controlando sus palabras-  no vuelvas insultarla así, ella no es como tú, ella no se embarazo para atarme, ella no es una interesada como lo eres tú, ella no  no es una patética alcohólica como lo eres tu

Aquello ultimo hiso que mi madre  le soltara un bofetada, mi  padre solo se alejo de ella,  lucia molesto pero no alzo la mano para defenderse, el es fuerte  pero a pesar de haber visto a mi madre golpearlo algunas veces el nunca le ha regresado ningún golpe.

- Ángelo no creo que deberías estar aquí escuchándolos.

Me dice Shura cruzado de brazos tras mío.

- quiero ver a mi papá… eso es todo.

Le respondo en voz baja, acercándome un poco más a ellos, quien aun no han notado mi presencia.

- mira Silvia, no voy ha discutir contigo,  vine para  hablar de la escuela del niño, me han llamado que no ha ido en 15 días y que tu no respondes las llamadas,temen que algo le haya pasado ya que  algunos de sus compañeros de clase, un maestro y el mismo director murieron sin  explicación lógica,   y que en la escuela pasa algo exactamente los niños del salón de tu hijo, llevan días comportándose extraño, mi secretario no consiguió muchos detalles al respecto, pero solo es del salón del niño y tu ni enterada, que  ¿acaso no te importa que le pueda pasar algo al niño.?

Muertos. ¿Por qué? ¿Quiénes?

Me sorprendo al escuchar eso,  escucho mas con atención. 

-Ángelo, vámonos, no debes escuchar esta conversación.

Shura vuelve a regañarme pero yo lo ignoro quedándome en mi lugar.

-  ¿porque me importaría?, ese maldito mocoso lo único que hiso fue arruinarme la vida, tanto te importa llévatelo y que tu golfa  lo cuide… el me sirvió para lo que me sirvió, dices que me embarace  para que te casaras conmigo, si es verdad,  asi que ya no lo necesito, tengo  esta casa a mi nombre y bastante de tu dinero en el banco,  a el lo odio tanto, me repugna verlo porque en el veo tu rostro.

Bajo la mirada, esperando la respuesta de mi padre.

- sabes que no puedo llevármelo,  ya tengo una familia.

- ¡una que si amas!

Digo para llamar su atención, ellos me miran en silencio, sorprendidos por no notar mi presencia, doy media vuelta ignorándolos caminando tranquilo  al patio trasero de mi  casa,  llegando al columpio donde primera vez vi a  Shura,  respiraba profundo intentando calmarme, Shura estaba ami lado, en sus ojos mostraba que queria decir un

“Te lo dije”

Pero guardo silencio sentándose a mi lado pero en el piso, mirando como mi padre se acercaba a mi con un folder en la mano.

- Ángelo yo, no quería que escucharas eso.

Me dice y yo lo miro  con neutralidad.

- está bien, no importa Gabriel, está bien.

 El desviado  la mirada al ver que lo llamo por su nombre.

- has crecido mucho,   muy pronto serás todo un hombre, incluso puedo concluir que eres un niño que ya puedes tomar tus propias decisiones, así que te he traído esto. – me dice estirando aquel folder-  dentro de el  vienen diferentes escuelas, elije la que quieras,  mi secretario dice que   tus calificaciones son buenas, así que  puedes quedarte en la que quieras.

 Tomo el sobre sin abrirlo,  ni dejar de buscar la mirada de mi padre.

- gracias.

Contesto con simpleza  bajándome del columpio, comenzando a caminar rumbo a mi alcoba dejando  a mi padre en aquel lugar.

 Las siguientes horas, las pase casi en silencio, escuchando a mi madre llorar en la habitación de alado, perdiéndose en alcohol.

- duerme un poco, lo necesitas.

 Me decía Shura, mientras tarareaba esa hermosa melodía,  haciéndome dormir.

 

Mi pequeño  Ángelo yace dormido ya, estos días han sido horribles para el, pero yo cambiare eso, hare que el dolor pase  pronto, nadie lo volverá a lastimar, nadie mas volverá ha hacerlo sentir mal, nunca mas, le protegeré hasta el final.

Le miro dormir por un rato, acariciando su mejilla,  tarareando esa canción que se que tanto ama.

Mas me he aburrido, me levanto de la cama y como de costumbre mientras el duerme camino en la oscuridad de  su casa,  encontrándome con la puerta de esa maldita mujer abierta, camino hasta su cama, ella duerme.

Apesta a alcohol.

Miro a la perra con odio, colocando mi mano en su cuello, enterrando mis uñas clavándolas en su piel, cortando un poco la misma.

- maldita perra,  la única razón por  la que sigues viva es por el, deberías de agradecerlo, de otra forma hubieras tenido un destino peor que los otros, y créeme no sabes las ganas que tengo de escuchar tus gritos, oler tu sangre, cuando esta se escape de tu cuerpo agonizante, me divertiría tanto haciéndote sufrir, no tienes idea…

 La suelto con fuerza  y ella se estremece, parece que ha sentido mi presencia. 


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